Dark Chat

sábado, 23 de junio de 2012

Rebelde


CAPÍTULO XI MYKENE.-
BELLA POV
No podía creer el descaro de ese muchacho al desobedecerme, ahora no se salvaría del castigo, me reventaba que no respetara mis putas órdenes, yo mandaba, yo era la jefa y por mucho amor que le tuviera no me temblaría la mano en propinarle el castigo por desobediencia. Pero no era el único en caer, sabía de sobra quién era el instigador y no me agradaba nada lo que iba a hacer, pero mis órdenes debían respetarse, nunca, pero nunca debían llevarme la contraria.
Faltaba pocos minutos para llegar a destino y el miedo y la rabia se habían apoderado de mi desde el mismo instante en que me informaron que Jun había salido al mundo humano a rescatar a un grupo de personas. No era que no fuera momento, pero las órdenes eran que saldrían mañana bajo la supervisión de Brandon, es cierto que Jun es mi mano derecha, pero no soportaba la idea de que le sucediera algo malo y yo no estuviera a su lado para protegerlo, él era fuerte, más que cualquier otro, pero el amor es así, y Jun era la única persona que era capaz de amar sobre todas las cosas.
Mis hombres sabían mi enojo y no pronunciaban nada, sabían que no era amiga de las palabras y menos cuando estaba que reventaba en ira.
Al llegar lo primero que veo es a ese hombre imposiblemente hermoso, era casi absurdo que existiera alguien más hermoso que….
No le di tiempo de casi nada, sólo quería saber si estaba herido, se que la forma en que exigí que se mostrara era una completa humillación, pero Jun jamás me negaba nada, no le importaba mucho que fuera así con él, nos comprendíamos y él era casi de la misma manera conmigo, claro que yo jamás he permitido que me trate como lo hago yo.
Tras verificar que no tuviera ninguna herida lo saludé, me hacía sentir tan feliz, pero no se salvaría de mi furia, así que le mandé un puño mandándolo lejos y barriendo el suelo, me lastimaba tratarlo así, pero era necesario, debía terminar de madurar de una vez por todas si quería algún día mandar como lo hago yo.
No era tonta y apenas llegué sentí su aroma, mis sentidos ahora eran más desarrollados y ese aroma dulzón y embriagante nunca podría olvidarlo, aunque había pasado años tratando de arrancarlo de mi sistema, no lo había visto aún, no quería hacerlo y me daba rabia saber que él era uno de los pocos vampiros que aún estaban con vida.
Nuestros ojos se encontraron y nada fue como antes, como recordaba, la verdad es que no sentí nada, ese amor, ese ardor y desenfreno de antaño había desaparecido y agradecí en el alma que así fuera, interiormente siempre tuve el miedo de que si lo volvía a ver todo mi entrenamiento no hubiera significado nada, pero no era así, después de tanto dolor, de tantas lágrimas y sangre derramada me daba cuenta de que no lo amaba, ya no, ni siquiera sentía odio hacia él, no sentía nada.
Al parecer él y los demás Cullen que se encontraban a su lado estaba sorprendidos de verme, por supuesto yo debería estar muerta, siempre creyeron eso y la verdad es que no estaban tan equivocados, porque Bella Cullen murió esa anoche a manos de su esposo vampiro.
No les di mayor importancia, apenas los saludé asintiendo con la cabeza y me marché hacia las caballerizas, ahí cerca de los caballos se encontraban mis hombres esperando con una sonrisa de satisfacción en el rostro, hombres, después de todo este tiempo aún estallaban en euforia al ver a una mujer luchando tan bárbaramente.
Jun llegó seguido por los Cullen y el resto de los humanos y vampiros que había rescatado, mejor así, así se enteraban de una maldita vez que vivir acá no era el sueño de nadie, aquí el respeto se ganaba día a día, minuto a minuto, un error y todo se iba cuesta abajo, el respeto y la fidelidad era el tesoro más deseado y cuando te faltaban el respeto de la manera en que Jun me ofendió con sus acciones se pagaban caro, me dolía hacerlo, me dolía lastimarlo y humillarlo, pero ya era tiempo que dejara de comportarse como un maldito muchachito y se comportara como el hombre que era, mis decisiones no se discutían, eso había quedado claro hace mucho años, sudé, lloré, sangré para estar en el lugar que estaba, no había ganado mi puesto al descubrir que mi verdadera madre era la diosa Atenea, nunca lo he tenido fácil y al ser una semi diosa tuve que luchar con dientes y uñas para llegar donde estaba.
Salté la verja introduciéndome en el terreno en forma de círculo, allí donde entrenábamos a diario, donde tanta sangre derramada debido a la valentía y también la sangre de los castigados. Jun entró con la mirada fija en mi, se que no tenía miedo, a pesar de que a veces se comportaba como un niñato de mierda era un excelente luchador, el mejor después de mi, era valeroso y fuerte, pero el miedo que se reflejaba en sus pupilas era porque era precisamente yo la que por primera vez me enfrentaría a él, sangraría por mi mano y eso le enfadaba, a mi también, eran sentimientos encontrados, pero nada podía hacerse, si él que era mi todo me fallaba ¿qué me esperaba de parte del resto?, no podía dejar que mis sentimientos me debilitaran.
Parados frente a frente exigí respuestas.
- ¿Por qué no esperaste hasta mañana? – le grité
- Porque si no hubiera ido ya estarían muertos todos, no viste en las condiciones en que los encontré
- Esa no fue mi pregunta, no me importa en las condiciones en las que estaban, mi orden es que saldrían mañana
- Mykene, era urgente, no podíamos esperar
- Las órdenes las doy yo y si dije mañana, mañana sería, ahora dime ¿quién te dio la información para que osaras desobedecerme así? ¿quién te dijo las condiciones de esos? – dije apuntándolos con mi cabeza de manera despectiva
- Eso no viene al caso, yo desobedecí, no se hable más
- Puta madre, te exijo respuesta, no quieras cabrearme más, me enteraré de todas maneras, sólo te doy la oportunidad que no agraves tu situación.
- No lo diré
- Bien, tú sabes lo que sigue, escoge tu arma y espero no llores como nena cuando te esté machacando, niñato – él apretó las mandíbulas, estaba furioso, me gustaba joderlo con eso de llamarlo niñato, era como darle una fuerte patada en el culo.
EDWARD POV
No podía creerlo, mi Bella era una completa desconocida, nos miró como si fuéramos mierda y se largó, uno de los hombres que venían con ella nos indicó que si queríamos presenciar algo único y magnífico que lo siguiéramos, fuimos todos y a medida que avanzábamos más gente se fue uniendo. Cuando llegamos Bella estaba interrogando a Jun, a pesar de que el muchacho se veía algo asustado no bajaba la guardia y le respondía fuerte y claro, Bella estaba tan distinta, eso saltaba a la vista, tanto física como psicológicamente, y por lo que estaba presenciando lo que vendría luego no me gustaría nada, ella siempre tuvo ese espíritu violento y ahora comprendía de dónde había heredado eso, pero ahora estaba más adulta, más mujer, más endemoniadamente hermosa y deseable, se que no tenía ningún derecho de sentirme así, pero ella siempre logró ese efecto, más ahora que estando más cerca y con el viento ululando su esencia me llenaba mi sistema y era tan potente como la primera vez, quería saltarle encima y tomarla, hundirme en su tierna y estrecha carne, ese canal húmedo y caliente que siempre estaba listo para mi, la sangre de mi nariz goteaba como la primera vez, ella siempre sería mi cantante, sentía el lazo queriendo hacer contacto, ese sentimiento de pertenencia buscando a su dueña, pero ella no me regaló ninguna mirada, ninguna sonrisa, nada. Mi familia notó lo que su sangre me causaba y se acercaron a mi para contenerme.
Empezaron a luchar y lo único que quería era entrar en ese lugar y llevarme a Bella, la espada de Jun se movía cerca del cuerpo de Bella, amenazando en cualquier momento con lastimarla, no podía soportarlo, pero uno de los hombres de ella se acercó, me miró extensamente y apretó su mandíbula en señal de enojo.
- ¿Así que tú eres el vampiro de Mykene? ¿está muy diferente no?, esa muchachita no existe, no tienes oportunidad con ella, la perdiste cuando la mataste, esa que está allí no es Bella, esa es la semi diosa más temible, la más cotizada, la más dura, tuvo que sufrir, llorar, sangrar para estar donde está, no la merecías entonces y menos ahora.
- ¿cómo sabes quién soy? – estaba anonadado con lo que me decía el hombre
- Yo soy Jason y la preparé personalmente para que sea lo que ahora es y mi trabajo consistía en prepararla tanto física como mentalmente para ser superior a cualquiera y eso incluía saber su historia para usarla en su contra, ella debía dejar de sentir para fortalecerse, para no tener debilidades, me regocijé mucho torturándola con lo que le hiciste – dijo y un dolor en el pecho me indicó que ella debió pasarla realmente mal, después de todo lo que le hice ella se levantó, luchó y se convirtió en esa mujer que ahora luchaba para darle una lección al chico que la había desafiado.
Volví a dirigir mi vista hacia ella y una lágrima rodó por mi mejilla, era verdad, nunca la merecí, ella siempre fue mucho para mi, para este monstruo, la amaba más que a nada y la maté después de haberla engañado, después de haberle roto el corazón. No tenía ningún derecho de querer reclamarla mía nuevamente, además ella jamás accedería, si antes me costó, ahora era imposible, ella ya no me amaba y el dolor que ahora siento no debe ser nada en comparación con el dolor que le causé al haberla traicionado de todas las maneras posibles que se puede traicionar a alguien.
Los dos sangraban, y el olor se arremolinaba y me acariciaba, pero eso era lo único que tendría de ella, estaba decidido, no intentaría nada con ella, su lugar no era conmigo, nunca lo había sido y yo egoístamente la había tomado para mi y la había matado.
Jun estaba muy herido, Bella luchaba de manera extraordinaria, nunca había visto nada igual, ella igual tenía algunas heridas, pero el chico estaba recibiendo toda la ira de esa mujer maravillosa. Peleaba con ardor, con fuerza y con una agilidad envidiable, parecía que estaba viendo Xena.
Con una estocada en el abdomen y con el rostro sangrante Jun cayó al suelo.
- deja de moquear y levántate niñato
- no puedo más
- eso te enseñará que nadie me traiciona, la próxima vez olvídate de lo que somos porque no dudaré en matarte, no acepto las traiciones de ningún tipo, la lealtad es lo único que nos mantiene con vida en el campo de batalla y precisamente ahora enfrentaremos una como nunca hemos visto antes, no necesito personas que no obedezcan órdenes, si alguno de ustedes tiene algún problema con mi liderazgo pueden marcharse ahora mismo, no tengo ni el tiempo ni las ganas de cargar con más traidores.
- Mykene, yo no…..
- ¡Me traicionaste!, las únicas órdenes que debes seguir son las mías, de nadie más, levántate y lárgate de mi vista, me repugnas.
Jun reflejaba el dolor, no por las cortaduras sino por las palabras de Bella y de paso abría mi herida aún más, yo la había traicionado y ella me odiaba por eso, seguramente nunca me perdonaría y eso estaba bien, no tenía perdón.
Los hombres aplaudían a Bella o Mykene como la llamaban, ella era su líder, ella siempre había sido de esas personas que lideraban, su sola presencia hacía tenerle respeto y devoción.
Arrojó la pesada espada a un costado y saltó fuera de la cerca, cuando estuvo a unos pasos de mi familia Emmett no aguantó más y corrió hacia ella para abrazarla, pero Bella interpuso una mano alejándolo, Emmett se veía confuso con la actitud de Bella, él no comprendía que ella llevaba muerta desde hace sesenta años, esa que estaba allí no era mi Bella, era Mykene, una mujer dura, una mujer que estuvo a punto de matar a un muchacho por salvarnos, no le importábamos nada, nada.
- Lo siento Emmett, pero no soporto las demostraciones de cariño, ya no soy así
- Pero tú eres mi hermanita, esperé tanto para estar frente a ti nuevamente, me alegra tanto que Edward no te haya matado, que estés viva.
- Jajajajaja, no te equivoques oso, yo morí ese día, ese vampiro me mató como era su deseo, que yo esté aquí y ahora viva es gracias a otra persona que arriesgó su vida para devolverme la mía, como ves tu hermanita murió.
Si la había matado, Dios, quería saber todo lo que le había pasado desde ese maldito día, pero no me salían las palabras, además con que moral podría pedirle que me contara algo cuando ni siquiera me miraba.
La seguí, no importa que me mandara a la mierda, quería saber de ella, esa persona maravillosa no pudo haber desaparecido totalmente.
- no se qué mierda quieres conseguir siguiéndome
- Bella, por favor necesitamos hablar
- Bella no existe vampiro, la mataste ese día y no te debo nada, así que no ruegues por algo que no mereces
- Lo se, pero quiero explicarte lo que pasó, tengo una teoría
- Y tú crees que me interesa, por favor, han pasado demasiados años como para que me importe, te olvidé, ya no significas nada para mi, así que guarda tu remordimiento y busca a tu mujer, a mi déjame en paz
- No estoy con ella, esa misma noche descubrí que todo era un error, siempre te he amado, siempre lo haré, no he tenido a nadie en todos estos años, a pesar de creerte muerta, nuca podré amar a nadie que no seas tú.
- Lástima por ti, porque yo no te amo, lo siento, pero la verdad es que no me inspiras nada, ni siquiera odio por lo que me hiciste, además yo si tengo pareja, así es la vida vampiro, sigue y deja atrás a los débiles.
- Por favor no me dejes, necesito saber todo de ti
- Déjame de una puta vez en paz, no me molestes, no me sigas, anda con tu familia que yo estoy cansada, necesito bañarme y comer, lo que hice no fue fácil
- Lo amas ¿cierto?, a Jun me refiero, vi tu mirada de dolor por causarle daño ¿a él si lo amas?
- Desde el primer segundo que supe de su existencia, siempre lo he amado y siempre será así, es la única persona para mi
- Pero entonces…..
- Lo herí, si, acá no se permiten las traiciones vampiro, la lealtad es todo para nosotros, confiamos ciegamente los unos en los otros y Jun me traicionó al seguir las órdenes de alguien más
- Pero si el chico no hubiera llegado hubieran matado a Rose, cuando él llegó los malditos lobos estaban apunto de violarla y destrozarla. – ella apretó la mandíbula fuertemente y me miró
- A pesar de todo, no debió desobedecerme y ahora lárgate tengo que adecentarme
Se fue y el dolor era insoportable, ella fue tan sincera al decir que ya no me amaba, le creí totalmente, ella nunca pudo mentir y sus ojos vacíos al mirarme lo comprobaron, la había perdido, pero me reconfortaba que estuviera viva, que a pesar de mi viviera, que otra persona luchara por devolverle la vida que le arranqué.
Me fui con mi familia y allí estaban unas chicas que nos fueron indicando cual sería nuestra casa, ellas reían mientras me miraban y agitaban sus pestañas, pero no me importaba, sólo pensaba en Bella y en lo poco que habíamos hablado, sus palabras taladraban mi mente y mi muerto corazón.
Estuvimos conversando con la familia, ellos al igual que yo no podían dar crédito a lo que habíamos visto, primero fuimos transportados hasta esta dimensión, conocer la existencia de dioses y después la certeza de saber a Bella viva y su nueva condición.
Por la tarde nos reunimos los vampiros que habían en ese lugar y comprobamos que éramos muy pocos, habían muerto casi todos, de la guardia sólo quedaban veinte y ningún líder de los Vulturis estaba vivo. Así que el más antiguo que quedaba era Carlisle, no quería aceptar ser nuestro líder, pero en nuestro mundo era un fuerte atenuante la edad de nuestro líder, Carlisle aceptó pero temporalmente, dijo que cuando todo esto de la guerra terminara tendrían que escoger a su nuevo líder, él no estaba dispuesto a meterse en ese mundo de poder, pero necesitábamos a un líder que nos representara en el consejo que sería en un rato más.
Emmett estaba tan triste por lo que pasó con Bella y justo ahora me reprochaba nuevamente lo que le hice, como siempre no me defendí, lo merecía, eso y más, a pesar de todo las chicas y mi madre estaban felices hablando de Bella comentando lo hermosa que estaba y que con tiempo conquistarían nuevamente su cariño, lo que me molestaba a pesar de todo era Jun, ese chico que amaba a Bella y que además era correspondido me jodía una y otra vez, a pesar del dolor de todos estos años siempre tuve el consuelo que Bella me había amado sólo a mi, pero ahora era distinto, ella reconoció amarlo y además tenía pareja, o sea que amaba a uno, pero se acostaba con otro ¿cuál sería el motivo para no estar con Jun si lo amaba tanto?, ¿le estaría de alguna manera prohibido juntarse con él?, quizás las normas de este lugar eran distintas y no le permitían ese tipo de relación con él, no entendía nada, si ese fuera el caso estoy seguro que Bella lucharía por ese amor, ¡por Dios!, ella era una patada en el culo cuando quería, pelearía, y se rebelaría, no dejaría que nadie le dijera qué mierda hacer con su vida, al menos así era antes, ahora definitivamente no la conocía tanto como quisiera.
Nos dirigieron al consejo, era desconcertante estar frente a frente a esos Dioses que sólo había visto en libros o estatuas, pero allí estaban, todos estaban serios y callados cuando llegamos, poco a poco fueron tomando asiento y nos dejaron de pie frente a ellos.
Fue llamado al frente nuestro líder y Carlisle se presentó como tal, una mujer hermosa, muy hermosa se presentó como Atenea, la madre de mi Bella, al mirarla se parecía tanto a ella, tenía la prestancia, el coraje y la postura de mi niña, claro que ella era alta y mi niña seguía siendo pequeña de estatura.
Atenea me miró atentamente de arriba abajo, no me gustó su escrutinio, se veía violenta, pero un joven que después supe era Apolo la calmó diciendo que no valía la pena ensuciarse las manos con un monstruo como yo.
Por la paz y la alianza que deseaban lograr lo dejó pasar y volvió a sentarse. A continuación la puerta se abrió y todos los dioses sonrieron a la persona que venía entrando, sin voltear supe quien era, su olor bailaba a mi alrededor haciendo que mi cuerpo se tensara y la entrepierna creciera de manera considerable. La miré y mis hermanos nuevamente se apostaron a mi lado sujetándome.
Un gruñido salió de mi pecho, ella estaba tan hermosa, mucho más de lo que alguna vez vi, ahora sin esa armadura mostraba su cuerpo, no había nadie tan hermosa como ella, era una criatura divina, efectivamente su cuerpo había cambiado y mucho, sus pechos eran más voluminosos e igual de tersos, ahora se mostraban insolentes a través de la transparencia del vestido que llevaba, vestido azul claro estilo griego de gasa transparente, su piel relucía, la cintura extremadamente estrecha, caderas más anchas y deliciosas y ¡JODER!, tampoco llevaba bragas, su coño totalmente depilado, estaba más que caliente con esa visión, sus piernas quedaban descubiertas gracias a las aberturas de su vestido y a su caminar sensual. Su cabello imposiblemente largo, le llegaba debajo de ese culo jugoso y se movía en un delicioso vaivén, nunca la había visto con su cabello tan hermoso, las ondas chocolates me tenían embobado.
Calma, calma, me repetían mis hermanos y traté de calmarme, pero no era sencillo, yo era un animal salvaje y mi presa se pavoneaba frente a mi moviendo la cola presumidamente, ¡carajo!, ya no se qué mierda estaba hablando y pensando, hace pocos minutos estaba decidido a dejarla en paz, me había convencido que no la merecía y no haría nada para molestarla o seducirla, pero, mierda, mierda, mierda, con sólo verla me venían todos esos recuerdos deliciosos que guardaba como un tesoro, ella enrollada entre mis brazos susurrando mi nombre, gritando que le diera más duro, más rápido, que la tomara donde fuera y a la hora que fuera.
Tragué duro y apreté la mandíbula, no era momento de torturarme de esa manera. Ella se paró frente a los Dioses y Apolo galantemente le ofreció el brazo para que ella lo tomara y lo acompañara, claramente escuché el elogio que le dio ese maldito Dios y ella sólo lo miró como si mirara caca de perro, en eso ella no había cambiado, siempre le había apestado la adulación.
El consejo empezó y la verdad es que entendí la mitad de lo que se hablaba, estaba pendiente de cada palabra y gesto que hacía Bella, hasta para hablar era seductora, siempre había sido así, pero ahora lo era más, infinitamente más.
Se acordó en el consejo una alianza para poder derrotar a los licántropos, ellos por supuesto eran lo suficientemente fuertes para hacerlos solos, pero por política no podían luchar contra esa especie sin la ayuda de otras especies, los Dioses también tenían sus reglas y directamente no se involucrarían, en cambio los semi dioses tenían completa libertad.
En el consejo se encontraba cada líder de su clan o casa como quieran llamarlo, era un clan por Dios, Bella obviamente era la líder de la casa de Atenea y por lo que pude observar su palabra era muy reconocida entre los Dioses, cuando ella hablaba todos la escuchaban, no la interrumpían y se veían muy complacidos con ella, especialmente su madre.
Por lo que me enteré ella era la única semi diosa que tenía el privilegio de conocer, visitar y ser visitada por los Dioses padres, ellos nunca se involucraban con humanos o semi dioses, para eso estaban el resto de dioses, pero con Bella habían hecho una excepción, ya que mi niña era muy importante y se había ganado ese lugar muy merecidamente, cuando trataba de leer alguna mente me era imposible, la verdad es que desde que llegué a este lugar no podía leer ninguna mente, era realmente molesto y una desventaja, mi don siempre me era útil para estar preparado de antemano ante cualquier dificultad, pero lo que más me molestaba era que así no podía leer la mente de algunos de esas personas para enterarme de algo más acerca de Bella, quería saber todo y estaba en el maldito limbo.
Bella informó que en el calabozo se encontraba encerrado el licántropo que habían capturado y terminado el consejo lo interrogaría, a lo que Apolo rió se forma burlona diciendo que ojalá le sacara algo de información antes de que lo matara, al parecer antes habían "interrogado" a otro lobo y Bella se había excedido y había terminado muerto antes de hablar.
Cada casa y ahora nosotros teníamos un líder, los humanos que habían venido con nosotros aún estaban descansando, pero al parecer el líder sería el mismo hombre que estuvo encadenado a mi lado. El rebelde que me atacó.
Lo que me llamó mucho la atención fue cuando Bella le pidió a un hombre que llevarán las cadenas y los candados que habían usado los chuchos para aprisionarnos, ella estaba molesta mientras las miraba, alzó la vista y miró fijamente a uno de los Dioses.
- Hefesto estás cadenas y candados te pertenecen ¿cómo puedes justificar que los lobos la tuvieran en su poder? – el tipo se paró de su asiento rápidamente
- No te debo explicaciones Mykene, sabes perfectamente que no eres nadie para exigirle a un Dios nada
- Eso es lo que quisieras creer, pero todos los que están acá deben contestar cuando les hablo, tengo pleno derecho a hacerlo, ese poder me fue concedido y lo saben muy bien, ahora habla, si no quieres ser acusado de traición.
- Cómo te atreves a tratarnos así mocosa de mierda…
- Te callas afrodita, tú menos que nadie tiene derecho a meterse conmigo, no te olvides que me debes una muy grande a mi madre y a mi. – ahora contesta Hefesto
- Eres como un cáncer, ojalá no te hubieran salvado cuando tu maldito esposo te asesinó, ojalá hubieras estado sola para que murieras como la escoria que eres – chilló esa mujer ridículamente hermosa, pero venenosa como una serpiente, todos en la sala estaban tensos, todos menos Bella que la mirara como si estuviera hablando con un mosquito
- Sabes, eres realmente molesta, no te hagas ahora la esposa virtuosa defendiendo al esposito regañado, nadie te compra esa mentira, si tanto lo quisieras no hubieras matado a mi padre porque nunca cayó en tu embrujo de amor, sucia zorra – todos jadearon en la sala, esa era la Bella que conocía.
- Zorra – gritó afrodita y se lanzó hacia Bella para lastimarla, pero Bella la tomó del cabello y la arrojó al piso en forma estruendosa.
- A mi no me tocas perra, no te atrevas porque no eres rival para mi, puedes tener muchos poderes, pero puedo vencerte con los ojos cerrados, al fin y al cabo sólo sirves para estar con las piernas abiertas para coger – ahora dile a tu maridito que responda si no quiere ser llevado ante Zeus para que le propine el castigo apropiado por traición.
- No lo se, supongo que desparecieron, hace tiempo que no las veía, las había dado por perdidas, sabes que he tenido infinidad de esas cosas y muchas fueron dadas a los humanos hace miles de años. – respondió Hefesto, no se quién mierda era, tendría que estudiar algo más de mitología, no me gustaba estar en un entorno donde no conocía a las personas que me rodeaban.
- Son muchas Hefesto, son miles de lobos y atraparon a millones de personas y seres inmortales con estas cadenas, tendrías que haber dejado millones de éstas en el mundo humano y que casualmente todas fueran a dar a manos de los lobos, eso es muy sospechoso, además ¿cómo la encontrarían ellos y cómo supieron que tus obras son indestructibles?, creo que de todas maneras informaré a Zeus sobre esto, no confío ni en ti ni en tu mujercita, ahora fuera
Se fueron furiosos por la casi declaración de guerra de Bella, por lo que sabía ningún semi dios, humano o cualquier otra especie podía tratarlos de esa manera, ellos eran Dioses, nadie era más que ellos, pero Bella nuevamente nos sorprendió, ella era más, mucho más que un Dios, ella contaba con la benevolencia de los dioses principales, ella nunca me dejaba de sorprender.
- como se podrán dar cuenta nadie es realmente importante en este lugar, no tenemos lazos afectivos muy fuertes, estamos diseñados genéticamente para luchar y sobrevivir, para desconfiar y no perdonar, así que no se sorprendan por nada de lo que sucede acá, todo este alboroto de los licántropos fue creado por uno de nosotros, alguien les dio el poder que hoy tienen y eso lo descubriremos pronto, la identidad de esa persona ya está casi en nuestra mano, cuando sepamos quien mierda fue todo será más fácil, mientras tanto acomódense lo mejor que puedan en sus casas, cualquier cosa que necesiten están las criadas que los atenderán a cualquier hora, si necesitan cazar sólo lo harán con animales y se les informará en las regiones que pueden hacerlo. Sólo recibirán órdenes mías y de Jun que es el segundo a cargo, de todas maneras cualquier cosa me consultan. Entrenaremos a primera hora en la mañana, no tolero los atrasos y la flojera, a ustedes les falta mucho para poder enfrentarse a los chuchos sin sufrir múltiples heridas, pero les enseñaremos sus puntos débiles y a explotar el potencial que poseen gracias a su raza.
Bella se paseaba mientras nos hablaba, todos la seguían con la mirada, era impresionante como una chiquilla que medía aproximadamente 1,50 nos daba órdenes a nosotros, a vampiros, muchos de ellos sanguinarios, pero ella nos miraba uno a uno mientras nos hablaba y con esa mirada impedía que replicáramos cualquier cosa, ella era una líder nata y se paseaba orgullosa sabiendo perfectamente que nos tenía impresionados.
- Bella ¿Jun se encuentra bien? – Rosalie estaba muy agradecida con el chico por salvara y estaba muy preocupada por su estado
- Lo estará, él puede sanarse en cosa de horas lo que a otros les llevaría meses, mañana estará como nuevo y se nos unirá en las prácticas. No se preocupen, ustedes no sufrirán lo de él, si nos traiciona simplemente los matamos, a los nuestros los castigamos de distintas maneras para que aprendan a no traicionar, a pesar de no tenernos mucha estima entre nosotros la lealtad es muy importante y no perdonamos a los nuestros ningún tipo de deslealtad, como ustedes no significan nada para nosotros no los castigaremos, los mataremos como lo que son, nada.
Las palabra de Bella fueron duras para todos, pero más para mi familia y yo, nosotros la amábamos y ella simplemente nos miraba peor que a un perro moribundo y lleno de infecciones.
Pude notar que en su cabello llevaba tres pequeñas y delgadas trenzas y de la punta de estas trenzas colgaba una piedra preciosa, rubí, esmeralda y ónix, me llamaron poderosamente la atención, Bella nunca fue pretenciosa y detestaba las piedras preciosas y me daba la sensación de que algo importante significaban, como siempre mi curiosidad se inflamó más. Atenea que me miraba atenta se dio cuenta de la manera en que observaba a su hija y me hizo un ademán de que la siguiera. Cuando Bella nos despachó fui en la dirección en que vi marcharse a Atenea.
La encontré en un bosque cerca de la casa principal de Bella, ella se paseaba meditando profundamente.
- Ella nunca será la misma niña que conociste, debes aceptarlo, el lazo se rompió cuando la mataste, su inocencia desapareció – dijo cuando se volteó a verme
- ¿Ella sabe que estamos hablando?
- Si, nunca podría mentirle ni hacer nada en su contra, es mi hija y la amo más que a nada en este mundo, ella sabe lo que voy a decirte y aunque se moleste soy su madre y se lo que es mejor para ella
- Yo se que debo disculparme aunque no lo merezca, se que nunca me perdonará, yo mismo no lo hago, pero quiero que sepa que siempre la he amado, estuve tan confundido, no se qué me pasó, no se cómo pude equivocarme tanto, la amaba y la amo tanto que he pasado todos estos años llorando creyendo que estaba muerta.
- De cierta manera lo está, ella murió aquella noche y te odié tanto y aún lo hago, no quería esta vida para mi niña, ella merecía ser feliz, merecía amor, una vida normal, pero el destino siempre se impone y desde que nació supe que su destino la traería acá a mi lado, pero llena de cicatrices en el alma y en el corazón, preferiría que nunca te hubiera amado, así su alma no hubiera gritado tan alto cuando la traicionaste y mataste
- No entiendo – dije confundido
- Aquella noche su alma gritó tan fuerte y con tanto dolor que todos en el olimpo escuchamos su alma torturada, supe en ese instante que ella sería reclamada a este lugar, traté de impedirlo, por un instante prefería que muriera antes de que pasara por todo lo que ha pasado, pero ella siempre llamó la atención de los Dioses y a pesar de haberla expulsado por mi osadía y desobediencia no tardaron en mandarla a buscar. Yo tenía prohibición de enamorarme, debía permanecer virgen por toda la eternidad, Zeus siempre temió mi poder y fuerza y miles de años atrás fue profetizado que mi prole sería más fuerte que el mismo Zeus, es por eso que él temía de mi y mi descendencia, acaté sus órdenes porque nunca me enamoré, siempre estuve presta para la guerra, pero cuando conocí al padre de Bella enloquecí, era un joven muy apuesto, el mejor Seal, el mejor hombre, me enamoré locamente y no tardé en irme a la tierra para conocerlo mejor. El amor entre ambos fue instantáneo y mantuvimos una relación amorosa, el por supuesto supo quién era en realidad, jamás podría mentirle, no le importó que no pudiera estar todo el tiempo con él, pero había otra persona que se había fijado en él, Afrodita, ella siempre conseguía lo que quería y quería a Anton para ella, lo trató de seducir, y no le funcionó, extrañamente él me amaba a mi, imagínate, me prefería a mi que a la Diosa del amor y la belleza, pero él decía amarme por todo lo que yo era, valiente, fuerte, estratega, justa y hermosa, pero afrodita lo tomó como algo personal, como un reto y no se daba por vencida, al poco tiempo quedé embarazada, éramos tan felices, pero afrodita trató de embrujarlo, ella puede volver loco de amor y pasión a los hombres, nadie se le resiste, pero mi hombre extrañamente lo hizo, la rechazó una y otra vez y cuando ella supo que estaba embarazada loca de celos y despecho lo mató sin que yo pudiera hacer nada para impedirlo, no supe sus planes y no estaba con él cuando ocurrió, cuando me enteré era demasiado tarde, mi único amor estaba muerto y yo era repudiada por Zeus, me encerró esperando a que mi bebé naciera, una vez que Bella nació me permitieron sólo verla unos minutos, era la niña más hermosa jamás vista, casi igualita a su padre, pero me la quitaron, no dejaron que permaneciera ni conmigo ni con los demás semi dioses, se que les pasó por la mente matarla, pero tenemos leyes y no podemos matar así como así a un semi dios, menos a uno recién nacido.
Así que la mandaron con Renne, un ser de luz, quienes son nuestros amigos y más leales colaboradores, ella acogió a mi pequeña como su hija y la mandaron al mundo humano, cuando llegó allá se enamoró de Charlie Swan, él siempre creyó que la niña era su hija biológica y la amó, el desenlace de la pareja lo sabes y lo que vino después también. Como vez mi niña ha sufrido desde antes de nacer, sólo fue feliz contigo y fue un tiempo tan cortito, fuiste realmente egoísta, no supiste amarla como jurabas, la traicionaste y la mataste – estaba absorto en su historia y la de mi Bella
- La he amado más que a mi vida, como dije antes, no se qué me pasó, pero le juro que la amo
- Lo se, aunque me duela reconocerlo, lo se, te he visto todos estos años, se que has sufrido, se que la amas, lo siento acá en mi corazón, eso no quita que te odie por hacerla sufrir, pero creo que has tenido suficiente
- No, no he tenido suficiente, merezco seguir sufriendo sin tenerla a mi lado, pero mi naturaleza la reclama, su sangre es muy fuerte, ella me pertenece, su sangre me llama, su cuerpo me jala hacia ella
- Lo se, pero debes entender que ahora ella no te ama, es duro, le costó mucho, pero te superó completamente, ella tiene pareja, personas que la aman, ella siempre repite el discurso que no sentimos nada, que estamos entrenados para no apegarnos a las personas y quizás tenga razón, pero ella es admirada, no solamente por su belleza, sino por su fortaleza, su valor, su lealtad. Se que le mirabas las trenzas que lleva, esa es la mayor prueba de valor, lealtad y coraje, es símbolo otorgado por los tres principales Dioses Zeus, Poseidón y Hades, ellos personalmente trenzaron su cabello y le pusieron cada uno una piedra preciosa, ese es el mayor símbolo de confianza y admiración, nunca lo habían hecho con nadie, pero mi hija se ganó esa confianza y admiración de ellos, como dije nunca antes había ocurrido, ella es la única aparte de los dioses que puede estar frente a ellos, muchos dioses la odian o le temen por contar con la benevolencia y confianza de los dioses, pero ella se ganó cada cosa que tiene. La ceremonia de sus trenzas fue después de una ardua lucha en contra de una raza mortal creada por Hades, ella lucho tan valientemente contra esos monstruos que se ganó el respeto de todos, hasta del mismo Hades. Por supuesto había sido una prueba, pero ella no lo sabía. Desde ese día fue nombrada general del ejército en su totalidad, manda más incluso que muchos de los dioses y por sobre todos los demás semi dioses, ella es una estratega formidable, pero eso lo sabrán a partir de mañana