Dark Chat

miércoles, 1 de febrero de 2012

Conociendonos Otra Vez

Hello mis angeles hermosos!!!
aqui les dejo otro cap de este fic , por fiss comenten al final , sean buenas si, una disculpa por el retrazo , pero es que entre mi trabajo, mi casa , mi bebe y mi marido me traen loca .
les mando mil besitos a todas y chicas el blog seguira nos e como ya que por todo el revuelo q hay en la red, muchos fics han sido quitados y las autoras ya casi no estan dispuestas a dar su permiso asi q si  tienen por ahi un fic , o denme ideas por q no se q voy  hacer para seguir alimentando el vicio.
ya me voy mil besitos
Angel of the dark
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CAPÍTULO XV.- 

EDWARD POV

Decir que me encontraba nervioso era poco, estaba a pocos minutos de casarme con mi único amor y eso me ponía de los nervios, es que no es para menos con todas las noticias que hemos tenido que lidiar últimamente, mi novia princesa, embarazada de trillizos los cuales la podrían matar en el parto y más encima mis hijos ya tenían su destino escrito y no me gustaba nada, es decir ellos crecerían más rápido de lo normal, casi no alcanzaríamos a disfrutarlos y se irían de nuestro lado para formar nuevos hogares y con personajes tan diversos, no, no me gustaba nada ese futuro tan cercano que se venía encima.

Concentrándome nuevamente en lo más reciente, Dios, me iba a casar en pocos minutos y parecía un completo humano, nervioso, feliz y sobretodo preocupado ¿qué pasaría si Bella decide que soy muy poca cosa para ella y me deja plantado?, digo, ella es una princesa y podría escoger a cualquiera que quisiera y yo he cometido tantos errores desde que la conozco, la he dañado mucho y me da pánico pensar que ella se de cuenta de que puede estar con alguien mucho mejor que yo, carajo, carajo, ya quiero que la ceremonia termine y pueda decir tranquilamente que Bell es mía, sólo mía.

Ya me encontraba frente al altar esperando a mi futura esposa y no podía evitar pasearme como animal enjaulado, Emmett se partía de la risa a mi costa, claro, como él se ha casado infinidad de veces con Rosalie ya tiene el asunto dominado, pero para mi es la primera vez y mierda estoy asustado. Jasper me enviaba oleadas de tranquilidad, pero con un carajo no me hacían nada, cada vez estaba más nervioso.

La música empezó a sonar y la puerta se abrió, me giré para verla entrar y poder calmarme.

Dios, nunca había visto nada tan hermoso, ella parecía un ángel enfundada en un magnífico vestido blanco, ella siempre me ha parecido la persona más hermosa del mundo, pero ahora se veía como una diosa, un ángel bajado desde el cielo para unirse a este demonio que la ama desesperadamente.

La miraba embobado mientras se acercaba lentamente, al verla a los ojos sentí ese relajo en mi interior y supe que todo estaría bien, ella me calmaba, me hacía sentir completo, me hacía sentir como si fuera un hombre normal con un alma pura y un corazón desbocado que latía sólo por ella, mi niña, mi ángel, mi mujer, sólo mía, sólo mía pronto para toda la eternidad.

Era la mujer más gloriosa y su sonrojo, Dios, no podía ser más perfecta, casi babeaba viéndola y tuve que hacer un enorme esfuerzo por no escuchar los pensamientos de todos los seres mitológicos que se encontraban presentes, todos y cada uno de los malditos miraban a mi mujer con admiración por su belleza, pero también con calentura y eso me hacía querer sacarles las cabezas a todos para que no pensaran más en mi mujer de esa manera, MÍA, repetía mi mente troglodita, pero era verdad, ella era mía, me había escogido a mi, de todos los hombres, lobos, vampiros y ángeles me escogió a mi y me daban ganas de bailar el baile de la victoria y burlarme de todos esos imbéciles por mi gran suerte, ja, que se pudran, a esa mujer la toco solamente yo, sólo yo me doy un festín con su hermoso cuerpo, sólo yo la hago gritar de placer, sólo yo la hago llegar al mismísimo cielo, mierda me estoy poniendo duro al evocar nuestras noches pasadas y no es para menos, desde que está embarazada no la he tocado, no es por falta de ganas, no señor, es por no hacerle daños a los bebés, además esos niños vienen bendecidos con dones maravillosos y saben perfectamente lo que pasa en el exterior, ya me he comunicado con ellos, les he leído la mente y no es apropiado que sientan a sus padres en esa faena, pero mierda, la extraño tanto.

Perdido en mis pensamientos sentí a Jasper moverse inquieto, claro, sentía mi necesidad y ya estaba mirando a Alice con cara de caliente por lo que yo estaba sintiendo, me miró medio enojado y traté de calmarme.

Ella llegó a mi lado y Charlie me la entregó con una leve palmada en el hombro, al tomar su mano y verla directamente a los ojos casi sentí mi corazón latir furiosamente, el de ella lo hacía y sus ojos demostraban tanto amor, pasión y adoración por mi que quería llorar de felicidad y orgullo.

La ceremonia fue emotiva y muy tradicional, al terminar no evité darle un beso hambriento a mi mujer y girarla en el aire, así de feliz estaba.

Al terminar el beso que interrumpieron con leves carcajadas y alguna tos fingida llegaron las felicitaciones de todos los presentes, las más emotivas fueron las de nuestra familia, ellos estaban extasiados de vernos por fin unidos y felices y no faltaron las bromitas de Emmett con respecto al beso.

Nos dirigimos posteriormente a la sala principal donde se llevaría a cabo la cena y después la coronación, Aro era muy tradicionalista y quería que todo fuera perfecto, como se debe.

La cena fue muy divertida, los únicos humanos era mi esposa y sus padres, los vampiros bebimos sangre, en copas especiales por supuesto, no queríamos asustar a mis suegros con copas transparentes, los lobos comieron como lo que son, animales, se devoraban todo a su paso, el hambre de esos chicos era fenomenal, los ángeles comían muy poco y prefirieron algo liviano, ellos al igual que nosotros no necesitan comer, pero tenían mayor tolerancia al alimento humano que nosotros. Recorría la vista por los invitados y la variedad de personajes era casi cómico, si antes me hubieran preguntado si estaría sentado en una mesa festejando con licántropos y ángeles me hubiera reído de eso, pero Bella única como ella sola había cambiado todos los prejuicios, las enemistades y ahora reinaba un aire de paz, de tranquilidad y camaradería entre las especies, ella con su infinito amor, su gran corazón y lealtad había cambiado todos los parámetros por los que nos regíamos.

La coronación fue magnífica y se firmaron los tratados de paz entre las especies, tratado que se afianzarían más con la llegada de nuestros hijos, no me sigue gustando esa parte, pero ya llegaría el momento de decidir, Bella al igual que yo fuimos muy firmes en ese asunto, nuestros hijos serían libres de tomar las decisiones que estimaran convenientes, si ellos no querían esas uniones ya veríamos que pasaba con los tratados, ellos serían libres de escoger su camino tal como lo hicimos todos. El amor era la base de nuestra unión y no querríamos nada menos para nuestros bebés.

La luna de miel no la pudimos llevar a cabo, ya que el embarazo de Bella era rapidísimo y debía estar en cama constantemente, no era una exageración mía, sino que era necesario para el desarrollo de nuestros hijos, además cada día crecía más su panza y no quería que se hiciera daño, ella debía cuidarse y ahí estaba yo para cumplirle todo lo que quisiera.

Sus antojos eran de lo más variado, menos mal que no duermo o me canso porque mi Bella se le antojaba cada cosa, a veces en la madrugada despertaba y me pedía chocolate, helado, fresas, otras veces me pedía rosquillas con miel, pero cuando me pidió sangre casi se me salen los ojos de las cuencas, ella quería tomar sangre, yo solamente la quedé mirando, pero ella se enojó y me exigió traerla.

- Quiero sangre Edward, ahora

- Pero amor ¿segura que es lo que quieres?

- Si no estuviera segura no lo pediría, muévete Cullen, tus hijos necesitan sangre YA – carajo, mi Bella si que tiene genio y con las hormonas revueltas, uf, está peor, cada vez que me dice Cullen tengo que correr para darle el gusto antes de que me eche de la habitación, si, ya lo ha hecho anteriormente cuando no le quería dar a probar pasta de zapatos.

- Si amor, enseguida regreso – tenía que consultarle a mi padre si era conveniente.

Cuando hablé con Carlisle me dijo que suponía que eso podía pasar, ya que mis pequeños lo necesitarían en su sistema y era mejor llevarle sangre pronto y de manera regular, ya que ellos consumían la de Bella, así que nos abastecimos de harta sangre para mi querida esposa hormonal.

Era tan raro verla beber sangre y sumamente erótico sentir sus labios con ese aroma, el de ella era mucho mejor obviamente, pero no había vuelto a beber de ella, no quería dañarla.

Ya llevaba tres meses de embarazo y Bella estaba enorme, parecía una sexy pelotita, le faltaba poco para dar a luz y yo me moría de ganas de follarla, Dios, ya no podía aguantar darme placer solo, no era lo mismo y a cada minuto estaba fantaseando con penetrarla hasta morir, ok, eso no es posible en mi caso, pero algo parecido, carajo, estoy completamente duro viendo a mi muy embarazada esposa poniéndose un pantalón de piyama, ese ha sido mi estado desde que quedó embarazada, duro, duro y muy caliente y ella no hace más que ponerlo más difícil, ya que cuando duerme tiene sueños calientes y como habla dormida tengo que escuchar lo mucho que me desea, sus jadeos y yo tengo que correr al baño para encargarme del problemita, no quiero incordiarla y que se sienta mal por mi estado, aunque a veces la muy pilla lo hace a propósito y me pone de mal humor que se ría de mi necesidad de ella.

Cuatro meses de embarazo y seguimos en Volterra, Bella en cualquier momento dará a luz y me tiene muy nervioso, no he dejado de pensar que podría salir mal del parto ¿y si no puedo salvarla? ¿y si no alcanzo a convertirla? ¿y si su corazón deja de latir antes de que la ponzoña entre en su torrente sanguíneo?. Ella es muy optimista y dice que todo saldrá bien, pero tengo muchas dudas y miedo.

Acababa de bajar a buscar algo de sangre para mi, ya que por el estado de Bella no he salido a cazar y tengo que beber de la sangre que trajeron para ella, no me agrada, pero por mi esposa hago lo que sea, no quiero perderme ningún momento.

Estaba bebiendo cuando escucho el grito desgarrador de Bella, mierda, llegó la hora. Dejó todo tirado y corro escaleras arriba.

Ella estaba en la cama y Carlisle ya tenía todo preparado.

Un crujido y otro grito desgarrador de Bella, mierda, la columna, se había partido la columna, quería llorar, gritar, revolcarme en el suelo por el dolor que estaba atravesando mi niña, antes de perder el conocimiento me susurró un los amo y tendré mi corazón latiendo, yo aferraba su mano y Carlisle dijo que ya era hora.

Sus padres estaban afuera llorando, ellos sabían lo que pasaría con Bella y no quisieron estar presentes en el parto, sólo estaba yo y Carlisle, pero el trabajo lo haría yo.

Me acomodé frente a Bella y separé sus piernas, Carlisle ya había inyectado la morfina, pero se que eso poco ayudaría, Bella estaba muriendo, su corazón apenas latía y su pulso era muy débil, me armé de valor y empecé a desgarrar su vientre para sacar a nuestros hijos, lo tenía que hacer rápido antes de que su corazón dejara de latir, uno a uno fui sacando a los niños y Carlisle los recibía, no les pude prestar atención, mi prioridad era Bella, sólo los escuché llorar y sabía que estaba bien.

Cuando terminé procedí a morder a Bella, cuello muñecas, pies, pero la ponzoña aún no entraba cuando su corazón dejó de latir, ella estaba muerta y un grito desgarrador salió de mi pecho, mi Bella había muerto como tanto temí, pero no me daría por vencido, Carlisle sacó a los pequeños para darles la atención requerida y para dejarme con mi dolor, él se había dado por vencido, yo no, ella no me podía dejar, ella lo prometió, ella debía estar conmigo para toda la eternidad.

Empecé a reanimarla para que su corazón latiera, pero no respondía, estaba fría y demacrada, esa no era mi Bella, ella era una persona llena de vida, llena de felicidad y nadie me haría desistir.

Escuchaba los pensamientos que venían de afuera, todos estaban resignados a su pérdida y yo pensaba ¡que se fueran al carajo! Bella era mía y ni la muerte me la arrebataría.

Seguí bombeando su corazón, no se cuantos segundos, minutos u horas pasaron, mi único objetivo era que la ponzoña se expandiera, Carlisle entró nuevamente a la habitación, leí su mente, su intención era sacarme del lado de Bella, que la dejara partir, pero es que nadie entendía que ella tenía que vivir, tenía que estar conmigo.

- Fuera Carlisle, no me sacarás de aquí hasta que Bella se trasforme

- Hijo, ya es tarde, ella ya se fue, lo siento, pero ya no puedes hacer nada

- LARGO, ELLA TIENE QUE VIVIR, TIENE QUE ESTAR A MI LADO, ES MI MUJER, LO PROMETIÓ – dije ya vencido de dolor

- Tienes que resignarte, tus hijos tienen que verte fuerte

- No, no entiendes, nadie entiende, ella va a vivir, su corazón latirá y se transformará – decía todo esto sin dejar de trabajar en su pecho.

- Bella, amor lo prometiste, deja que la ponzoña se extiende cielo, tú eres fuerte amor, resiste, no me dejes, con un carajo no me dejes, no ahora, no nunca

Grité y trabajé más arduamente en su pecho y sucedió, su corazón dio unos cuantos golpecitos y la volví a morder para que más ponzoña entrara a su cuerpo. Carlisle miraba incrédulo lo que estaba pasando y salió presuroso a dar las nuevas noticias.

- Eso cielo, deja que tu corazón lata amor, yo estoy aquí, no me dejes amor, nunca me dejes, sigue luchando Bella, eres fuerte, la más fuerte de todas, eres única amor no me dejes, los niños están bien cielo, lo lograste, los trajiste al mundo, sigue luchando

Poco a poco el veneno se fue expandiendo y ya me estaba preparando para oír los gritos agónicos de Bella, los chillidos de la quemazón, de la muerte de su cuerpo humano, pero eso nunca pasó, ella estaba inmóvil, tranquila cual muerta, sólo su corazón bombeaba y su respiración era tan leve que casi no se oía.

Procedí a esperar a ver los cambios, todavía estaba asustado, no sabía si resistiría a la transformación, no sabía si lo había hecho bien, ella no gritaba, no decía nada, a estas alturas ya debería haber gritado pidiendo morir por el intenso dolor de la transformación, estaba desesperado, entro Alice, pero yo no quería que nadie estuviera a mi lado, quería estar solo con Bella.

- Ella está bien, he visto su futuro, ella va a estar fenomenal hermano, ten fe, ella es fuerte, sólo hay que esperar

- Gracias Alice ¿cómo están los niños?

- Ellos están bien, son tan hermosos Edward, tan sanos, son increíbles

- Alice, gracias, pero quiero estar solo por favor

- Ok

Alice salió, venían horas duras, Bella estaba en la primera etapa y todavía faltaban dos asquerosos días más para que despertara a la nueva vida.

Segundo día y Bella ya estaba cambiando, su cuerpo ya se estaba restaurando, estaba perfecta, más perfecta que antes, su piel ya estaba más dura y fría, su cabello más largo y hermoso, sus facciones se hicieron más pronunciadas y su cuerpo, dios, su cuerpo estaba más voluptuoso que antes, caderas más redondeadas, cintura más estrecha, pechos más firmes y grandes, piernas más torneadas, carajo, era una divinidad, ya deseaba que despertara y poder saber con exactitud que todo estaba bien, ella seguía sin emitir sonido alguno y aún estaba preocupado.

No había dejado a Bella sola ni un solo segundo, se que mis niños estaban bien y atendidos como correspondía, aún no los conocía, pero Bella era mi prioridad ahora, seguía solo junto a ella, no le soltaba la mano, no perdía detalle de sus cambios, de su respiración, del latido de su corazón.

Había llegado la hora, en cualquier momento su corazón se paralizaría y ella despertaría, Alice había insistido en vestir a bella como una muñequita, con vestido y tacones, pero no la dejé, ella seguiría siendo como lo ha siso hasta ahora, bueno, al menos desde que nos reencontramos, así que la lavé y la vestí con una pantalón de cuero muy ajustado, un corsé que se le veía de lo más apetecible y sus botas de tacón alto, sus predilectas, su cabello no necesitaba ningún arreglo, ella estaba fantástica, más hermosa de lo que alguna vez pensé que era posible, sus labios rojos, llenos, me llamaban a besarla desesperadamente y ese cuerpo hecho para el placer me tironeaba a tocarlo, a besarlo entero, pero debía esperar, no podía ser tan inconsciente, ella estaba atravesando por algo doloroso y duro y yo pensando en llevármela a la cama, al suelo, a la pared, al bosque, mierda, ¡concéntrate Edward!, deja la calentura para después.

Llegó el momento, su corazón se aceleró y posteriormente se detuvo, ella arqueó la espalda y de a poco fue abriendo sus ojos, ojos carmesí, por el momento.

BELLA POV

Mierda, sentía tanto dolor, pero no debía quejarme, no debía emitir ningún sonido de dolor, no podía hacerle eso a Edward, él ya estaba sufriendo mucho, pero carajo que dolía, quería gritar que me mataran de una maldita vez, que me arrancaran el corazón para dejar de sentir la terrible quemazón en mi cuerpo, pero debía ser fuerte, debía resistir por Edward, por mis hijos, por mi familia.

Pasaban las horas y el ardor era cada vez más intenso, pero seguía estática, no decía nada, sabía que Edward estaba a mi lado, no me había dejado en ningún momento y le daba las gracias por amarme tanto, por no darse por vencido y por salvarme de todas las maneras posibles, me amó, me hizo mujer, se casó conmigo, me dio tres hijos que se que se encuentran bien y ahora de dada la inmortalidad para estar siempre a su lado, le había dado un sentido a mi vida, siempre lo amaría, era mi alma gemela, mi único y gran amor, mi Edward.

Sentía mi corazón latir más rápido y el fuego se concentró en mi pecho, era insoportable, quería gritar, quería llorar y revolcarme de dolor, pero aguanté un poco más, él me daba las fuerzas que a rato me faltaba, sentía su mano, ya no era fría a mi tacto, se sentía bien, cálida, normal, seguramente era porque mi cuerpo ya había cambiado, ahora yo también era fría igual que él.

Dos latidos más y mi corazón paró de latir y el dolor se fue. De a poco fui abriendo mis ojos y enfocando la habitación en la que estaba, mis sentidos estaban alertas y más desarrollados que antes, podía escuchar voces que sabía estaban lejos, y percibía olores desde gran distancia, pero lo que más percibí fue un olor delicioso, único y concentrado, ya antes lo había olido, pero ahora era más fragante, más concentrado, era él, era el aroma de Edward y era exquisito, me levanté y lo vi, Dios, antes nunca hubiera podido apreciar tanta belleza concentrada en una sola persona, antes pensaba que Edward era hermoso, pero mis pobres ojos humanos no le hacían justicia, con mis nuevos ojos podía verle perfectamente y nunca había visto tanta perfección, tanta belleza y masculinidad en una sola persona y era mío, mi amor, mi esposo, mi vampiro, Edward.

Él me miraba expectante a mi reacción, pero estaba tan embobada mirándolo que no podía decir nada, su cabello desordenado como siempre, sus facciones masculinas, su cuerpo de dios del olimpo, sus labios, Dios, como amaba esos labios carnosos, sensuales que me llevaban a la gloria y eran tan dulces y sabrosos.

Edward me miró alzando una ceja, me había visto devorarlo con la mirada y si hubiera podido me hubiera ruborizado, pero no podía y no me importaba que me descubriera viéndolo así, lo deseaba como una enferma y ahora nada podía impedir que amara ese cuerpo que tanto deseaba.

- Bella, amor, di algo por favor – su voz era taaaaan hermosa y prometía volverme loca cuando me hablara sucio durante el sexo ¡concéntrate Bella!

- Emmm, hola cielo – mi voz, mi voz era tan distinta, era hermosa, Edward sonrió y se acercó más a mi

- Oh Bella, te extrañé tanto cielo, estaba tan asustado, pensé que había hecho algo mal

- Estoy bien Edward, sólo un poco confundida

- Es normal amor, pero ahora lo importante y urgente es cazar, debes estar sedienta – al decir eso me di cuenta de que me ardía la garganta, pero yo quería saber como estaban mis niños

- Edward ¿cómo están los niños?

- Ellos están bien amor, no los he visto aún, no quise dejarte sola en ningún momento, pero debes saciar la sed antes de verlos, ellos son semi vampiros y su sangre te atraerá

Cierto, no quería lastimarlos, aunque sentía el ardor en la garganta no sentía la necesidad urgente de beber sangre.

La puerta se abrió y entró la familia Cullen, mis padres y Aro, todos estaba contentos y mis padres lloraban porque habían estado muy preocupados, Alice estaba enojada porque Edward no la dejó vestirme como ella quería y amé más a Edward por ese detalle, Alice me llevó a mirarme a un espejo y estaba muy nerviosa, todos los vampiros son bellos, pero yo nunca he sido normal ¿y si yo no era la excepción? ¿y si era la única vampira fea? ¿y si Edward se avergonzaba de mi simpleza?.

Cuando me vi al espejo deseché todas mis dudas, wow, era realmente hermosa, mi cabello más largo, brillante y sedoso, cuervas más pronunciadas, pechos grandes y tersos, piernas kilométricas y más torneadas, las facciones de la cara eran hermosas, piel blanca pero tersa, trasero más firme y redondeado, cintura más estrecha, mis labios ahora eran parejos y llenos, voluptuosos y mis ojos, mierda, mis ojos eran escarlatas, claro era neófita, al cabo de un año adoptaría el color de Edward, porque yo iba a ser vegetariana igual que los Cullen, no pensaba matar humanos, eso era repugnante.

Después de pasar la inspección de mi cuerpo Edward insistió en que fuéramos a cazar y se que todos estaban un tanto inquietos por ese hecho, ya que se supone que los neófitos son muy sedientos y son capaces de atacar a sus propios pares por la locura de la sangre, pero insisto, no me siento tan sedienta, pero le hice caso a Edward, además él llevaba días sin cazar y se notaba en las ojeras moradas y en sus ojos negros como el carbón, así que después de una pequeña instrucción de cómo saltar, salimos hacia el bosque que estaba cerca del castillo de los Vulturi, la carrera fue magnífica, Edward era el más rápido de los vampiros, pero yo era neófita y apreté el paso y le gané fácilmente, al llegar al lugar acordado Edward me llevo hacia una manada de alces, no olían muy bien, pero era mejor que nada, así que Edward atacó primero para mostrarme y después fui yo, al sentir la sangre desplazarse por mi garganta seca fue casi orgásmico, el placer era demasiado y ver a Edward cazando a mi lado mejoro la sensación, después nos movimos más al sur y sentí un aroma delicioso y Edward también lo sintió, eran pumas, los favoritos de Edward y él sonrió torcidamente y atacó al puma más grande de la manada, yo fui por uno y cuando lo dejé seco me giré a ver a Edward y no pude beber más, Edward luchaba con el segundo puma y me quedé viéndolo como la zorra caliente que soy, era tan perfecto, tan sensual que no tardé en sentir la humedad en mi zona sur, era un baile erótico lo que hacía Edward y el puma y cuando le hincó los dientes un jadeo salió de mis labios y la humedad en mi sexo creció, era una necesidad que rayaba en la locura, pero lo deseaba aquí y ahora, llevaba meses sin deleitarme con ese cuerpo magnífico y ahora nadie me detendría, era mi esposo y exigía sexo duro y salvaje YA MISMO.

Como si Edward leyera mis pensamientos dejó al puma de lado y se fue acercando lentamente hacia mi, acechándome como a una presa, mis pezones se endurecieron, mi entrepierna se mojaba cada vez más. Edward lo sabía, olía mi excitación, levantó una ceja y su sonrisa torcida se hizo más pronunciada, maldito sabía que me estaba quemando de la excitación que traía.

Empezó el juego, el avanzaba y yo retrocedía, me acorralaba, adoptó postura de ataque pero yo fui más rápida y salté hacia él desesperada y lo tumbé cayendo encima de él. En menos de un segundo ya nos estábamos besando como salvajes, rodábamos por el suelo y nuestras lenguas danzaban al compás, nos necesitábamos, nos estábamos volviendo locos de pasión, Edward me levantó y me estrelló contra un árbol, antes eso me hubiera matado, pero ahora podíamos tener el mejor sexo animal y sin salir lastimados y mierda, me encantaba.

Sus manos recorrían mi cuerpo estrechándome cada vez más a él, mi lengua recorría su torso desnudo, no se en qué puto momento lo despojé de su camisa, pero ya no estaba y me encantaba lo que lamía, Edward gruñía a cada lamida. De un tirón sacó toda mi ropa y no paraba de decir lo hermosa que estaba, más que antes, eso me ponía cada vez más excitada.

- Mierda Bella, ahora eres más hermosa que antes y eres mía, sólo mía

- Mmm Edward, te deseo tanto

- Hay tiempo amor, todo el tiempo del mundo, no escaparás tan fácil de mi pequeña zorra, te he extrañado mucho y no dejaremos el bosque en un buen tiempo – decía Edward mientras besaba desesperado mi cuerpo, cada centímetro de él.

- Dios pequeña zorra, me encantan mis nuevos juguetes, son más hermosos que antes y me voy a deleitar cada segundo con ellos - los juguetes nuevos eran mis voluptuosos pechos, si antes le gustaban ahora estaba obsesionado con ellos, los lamía, mordisqueaba y tironeaba de ellos a gusto, yo, simplemente me retorcía de placer y gritaba su nombre

- Eso preciosa, grita mi nombre, me encanta que grites mi nombre mientras te doy placer, mientras te llevo al cielo – nos lanzamos al suelo y Edward quedó encima de mi

- Edward, sigue, así, sigue – su besos eran maravillosos y sus toques quemaban mi piel

- Mmmmm Bella

- Necesito sentirte Edward, hazme tuya ahora

- Paciencia Bella

- No Cullen te quiero adentro ahora – dije y para que quedara claro quien mandaba nos giré y yo quedé nuevamente arriba a horcajadas y sin esperar más tomé su erección y la introduje en mi sexo palpitante, gemimos al unísono al sentirnos encajados, el vaivén era delicioso y cada vez más rápido.

- Mierda, quisiera tener un espejo gigante para que vieras lo gloriosa que te ves montándome pequeña zorra

Edward nos hizo girar y nuevamente quedó encima mío. Salió de mi interior y me penetró de una fuerte estocada y grité de placer.

- mía, mía, sólo mía para toda la eternidad, grita quién es tu dueño

- tú….Edward, sólo tú eres mi dueño – las embestidas eran fuertes, salvajes, antes no hubiera resistido el amor de Edward, a pesar de hacerlo fuerte ahora era bestial y me fascinaba

- no pares amor, más fuerte, más rápido Edward – jadeaba de placer y Edward gruñía cada vez más fuerte

- te amo Bella, mi Bella, te amo jodidamente cielo, mi diosa

- llévame a la locura Edward, hazme tocar el cielo con los dedos amor – Edward me levantó de las nalgas y me estrelló contra un árbol y ahí me siguió embistiendo, el placer era infinito y ya no aguantaba más, me correría de forma brutal y Edward estaba en el mismo estado

- córrete nena, córrete para mi Bella, eres tan sucia amor, me encanta cogerte, no me cansaré nunca de hacerte mía una y otra vez.

- Ahhhh Edward ya falta poco

- ¿Te gusta como te follo? ¿te gusta cómo entro en ti fuerte y duro? ¡respondes zorra! – ok, ¿les he dicho que me encanta cuando Edward habla sucio?, si, me encanta y estaba a punto de correrme

- Si, me encanta, dime más, dime más Edward

- Eres una zorra amor ¿te gusta que te hable sucio? ¿te gusta que te diga lo que disfruto penetrarte y sentir cuán estrecha y húmeda eres?

- Edward….

- Eso muñeca, así me gusta verte, perdida de tanto placer – las embestidas eran cada vez más fuerte y rápidas y yo no me quedaba atrás, empujaba mis caderas hacia su miembro con fuerza y se que lo estaba volviendo loco

- Ahhhh, Bella, córrete amor, ahora – no esperé más y con una fuerte contracción me cerré en torno a su miembro y me corrí como nunca, gritando su nombre con fuerza. Edward siguió embistiendo, una, dos, tres y a la cuarta embestida se corrió dentro de mi gritando mi nombre.

Nuestras respiraciones eran agitadas, puro reflejo, no necesitábamos el aire, pero de todas maneras lo hacíamos, nos seguimos besando aún unidos y a los pocos minutos sentí a Edward nuevamente duro en mi interior, era delicioso, ahora no había cansancio, no tenía esas costumbres humanas como necesitar dormir, comer, ir al baño, estar cansada.

Se que tenía que ir a ver a mis hijos, pero la parte egoísta sólo quería quedarse un poco más disfrutando de mi esposo.

- sabes que no nos iremos muy pronto Bella, todavía falta mucho para estar saciado de ti – dijo Edward moviendo su pelvis y sacando jadeos de mi boca

- no pensaba irme amor, no todavía

- que bueno porque hay que recuperar tiempo perdido y ahora mismo me muero por sentir tu linda boca en mi verga

- tú lo pediste Cullen, te voy a dar el mejor placer que has sentido en tu vida – dije lamiendo mis labios por lo que iba a hacer

- mmmm y yo te tomaré por acá mi dulce y pervertida esposa – dijo introduciendo un dedo en mi ano, oh, si lo que se venía iba a ser mejor.