Dark Chat

lunes, 12 de octubre de 2009

poster de robert para series city

gracias a robward and krisella

les dejooo sta picaaa aiii dios c ve tan guapooo.........................
aii veanlooo pss un ratooo eeeee

no esta relajado¡¡¡¡


Gracias a RobstenLovers y robward and krisella

Robert Pattinson a revelado porque luce tan cansado - no se puede relajar!
El actor Britanico - Quien actualmente esta filmando la tercera parte de Twilight: Eclipse en Vancouver, Cadana - dice que el siempre esta pensando en su trabajo, asi que no es capaz de solo irse y descansar.
"Yo realmente no necesito hacer cosas para relajarme o salir porque todos mis interesas están en mi trabajo." [hmm, ¿si? eso ya lo sabemos] dijo. "Como voy a ver películas que se inspiraron para hacer otras películas. He leído los libros que se inspiran. Puedo escuchar música que se inspiró para escribir la música. Todo lo que hago es crear algo".
Pattinson - quien se rumora que esta saliendo con su co-estrella de Twilight, Kristen Stewart - recientemente reveló que se sentia como un "lanzador", cuando la primera pelicula (Twilight) llegó al cine.
"Cuando la primera película salió me sentía como un lanzador completo", dice. "Parecía como si estuviera tratando de ser cool o algo así, como Eminem.
"Tu sabes, estar en una película y luego hacer una canción para la banda sonora. Pero no me veía fresco, me parecía ridículo."

un rico bombom

Chicas aqui les dejo otra fotito de robert se ve mega sexy , que mirada me derrito lo amo

cada dia se pone mas bueno





gracias a robward and krisella por la pica

Primeras fotos de bella and edward en Eclipse

gracias a Robward and krisella les traigo las siguientes fotos de bella and edward en eclipse hay ya quiero ver mas es que se ven tan lindos y eddy tan guapo lo amo
estan hermosas







GHOTIKA

Hola mis angeles
buen dia a todas
hoy estoy muy feliz ya que les traigo una nueva historia de mi querida AnjuDark , esta es una historia muy padre a mi en la personal me gusta mucho y se que les gustara tanto como a mi, bueno ya no les hecho mas rollo aqui les dejo el primer cap , y chicas por fisss dejen sus comentarios son muy importantes y los leo toditos . no sean malas no se tardan mucho y nos hacen mega felices!!!!
mil besitos
Angel of the dark

GHOTIKA

Bella la oscuridad que ronda en mis pensamientos y en mis sueños bella.

Bella por hacerme sentir que la vida no es un sueño
y bella por seguir viviendo en ella.
Nocturno


Cap . 1 Introduccion.

Los primeros rayos del sol se filtraron por su ventana, dando anuncio de que ese día tan temible había llegado.

Se levantó de la cama, con un suspiro resignando, al escuchar los gritos de su madre llamarle desde la planta baja. Caminó con desgana hacia la ducha y, ahí, miró su reflejo en el espejo con detenimiento. Volvió a suspirar y sus dedos recorrieron el rostro pálido que se transparentaba en el cristal. Levantó una ceja, de manera incrédula, al conmemorar las palabras de su madre
– “Todo saldrá bien, cariño” – le había dicho, animosamente, Renne, tratando de convencer, de manera inútil, a su hija, que bien sabía las cosas no eran así. Por supuesto que no.

Pero ya no tenía caso el lamentarse. Bella no había podido hacer nada para impedir la repentina decisión de sus padres de mudarse.

Forks era en donde residiría durante años. No era un lugar feo, en absoluto. De hecho, le agradaban los cielos nublados y los días lluviosos. Y su nuevo hogar prometía ser un escenario grisáceo la mayoría de los días. Habían pasado menos de una semana desde que habían llegado y la mayoría del tiempo se había limitado a observar fijamente las espesas nubes que se levantaba en el nirvana húmeda, otorgándole al lugar un aspecto tardío y tenebroso, convirtiendo al bosque en un espectáculo perfecto para sus pupilas....

Tras darse una ducha con agua tibia, se dirigió de nuevo a su recamara, tapizada hasta cada rincón de laminas negras, las cuales, mostraban a sus bandas favoritas. Se sentó en la cama y comenzó a cepillar su espeso cabello oscuro, lentamente, mientras suspiraba con resignación. Después, se comenzó a vestir: una blusa de mangas holgadas de encaje, un par de medias rotas, una pequeña falda y sus inseparables botas de combate, adornadas con pequeños estoperoles plateados en algunas orillas, era lo que cubría ya su delgado cuerpo en una manta completamente oscura. Se dirigió hacia el espejo y sacó su pequeña bolsita de terciopelo color sangre, en la cual tenía su maquillaje. Las espesas sombras difuminadas sobre sus parpados, le daban a sus ojos color chocolate, un toque oscuro y siniestro; sus delicados labios, ahora rellenos como la noche, le brindaban a su rostro aun más palidez de la habitual.

Bajó las escaleras, con pasos lentos y en completo silencio, y saludó a su madre murmurando un “buenos días”. Renne le dio un beso en la mejilla con afecto amoroso, el cual Bella correspondió simplemente con una pequeña sonrisa, gesto que siempre fue muy natural en ella, pues no era fanática a demostrar sus sentimientos abiertamente.

Su madre suspiró en sus adentros, mientras le veía tomar asiento, sin decir una sola palabra. Desde pequeña, su niña siempre había tenido algo… diferente.

Bella nunca mostró interés alguno por las cosas que, se supone, gustan a la gente común y eso no había cambiado hasta la fecha. Desde pequeña, había mostrado preferencia por los libros, en lugar de muñecas o juegos de té; desde los trece años, su negó a comprarse ropa de colores claros y, entrando a la adolescencia, había insistido a meterse a clases de confección para poder diseñar su propio vestuario.

En un principio, Renne realmente llegó a sentirse asustada al darse cuenta de la obsesiva tendencia que Bella tenía hacia lo “oscuro” – la ropa, el maquillaje, los libros que leía, la música, las cosas que pensaba y hablaba – Mas sin embargo, tras varios años de convivencia, se había logrado a adaptar al tan raro estilo de vida que había elegido, pues, se había dado cuenta que, al fin de cuentas, ella siempre había sido una persona demasiado pacifica y madura. Actuando como si, en lugar de ser una adolescente, fuera ya toda una persona de edad mayor.

Los antros, fiestas y todo lo que tuviese que ver con una vida meramente social, a su hija le importaba poco. Refiriéndose a aquellas actividades como “superficiales, cadentes de interés y principales acumuladores de hipocresía, falta de cultura e inteligencia” Bella prefería encerrarse en su cuarto para leer mientras escuchaba música (la cual, generalmente, consistía en notas muy tristes o muy violentas), dibujar, escribir o, simplemente, ver una película de terror a solas...

Siempre a solas.

Si. La vida de la gótica estaba completamente distanciada de todo vínculo social que no fueran sus padres.

– “¿Quieres que te lleve a la escuela?” – Preguntó Renne, sentándose frente a la muchacha que negó lentamente con la cabeza – “¿Cómo te sientes? ¿Estas nerviosa?” – Quiso saber, aunque el semblante de su hija le daba la respuesta sin necesidad de palabras.

– “Supongo que importa poco el cómo me sienta, si, después de todo, lo que pasará será algo inevitable” –

La señora bajó la mirada hacia la mesa.

Bella tampoco solía hablar mucho, pero las pocas palabras pronunciadas por sus labios, bastaban para dejar claro lo que ella sentía o quería dar a entender.

– “Veras que te irá muy bien” – animó la señora, con una sonrisa en sus labios que compensaba la seriedad del rostro que tenía en frente.

Cuando la hora de marcharse había llegado, la castaña se colgó su bolso, de terciopelo y encaje, sobre su hombro derecho y salió de la casa mirando hacia el suelo. La escuela no le quedaba muy lejos, y se sentía agradecida por ello, ya que no soportaría el verse en la necesidad de molestar a sus padres para que la llevasen o trajesen del instituto.

El colegio...

La palabra se repitió mil veces en su mente, durante todo el camino.

Eso era lo que suponía el mayor problema para la muchacha: Ingresar a una nueva escuela. Jamás había encajado en ningún lugar, ni en el preescolar, ni en la primaria, ni en la secundaria, ni en las clases de confección, ni en las clases de literatura y, seguramente, tampoco encajaría en la pequeña preparatoria de Forks. Simplemente, sus pensamientos y sus prioridades, así como sus pasatiempos, no concordaban, en nada, con el resto de los jóvenes.
Se puso los audífonos y subió a todo volumen la música que llevaba guardada en su celular para poder ignorar las miradas indiscretas que se dirigieron en su dirección en cuanto penetró la entrada. Aceleró sus pisadas mientras la voz de Dani, el vocalista de Cradle of Filth, llenaba sus tímpanos, y no despegó la mirada del suelo mientras se repetía mentalmente que no tenía por qué sentirse cohibida. No era la primera vez que la gente se le quedaba viendo por la vestimenta que llevaba, pero dudaba que alguien se pudiera acostumbrar a ese tipo de detalles tan molestos e incómodos.

Al entrar al salón, se dirigió hacia la última hilera de sillas pegadas a la pared. Agradeció el que muy pocas personas se encontraban en ese momento.

Menos miradas fijas en mí, pensó mientras se sentaba y sacaba un libro de pasta gruesa y oscura. Sonrió al verlo, era su favorito. Lo había leído montones de veces que casi podía jurar saberse la mayoría de los diálogos. Si había necesidad de seguir un libro sagrado, sería ese el que elegiría: Drácula, del gran maestro, Bram Stoker

Decidió ignorar a las personas que se encontraban dobladas en sus asientos para poder verle mejor y se concentró en la lectura mientras se transportaba a su oscuro mundo de ensueño...

Para Bella, el lugar perfecto para vivir sería Forks, si en lugar de gente común y apática, acaecieran los vampiros...

Vampiros.

Sonrió levemente al pensar en aquel término mientras en su imaginación aparecían las efigies de cada unos de los personajes de las novelas que había leído. Le entristecía la idea de que solo se trataran de seres creados por la imaginación de personas, a las que ella consideraba magnificas.

Mientras leía, sintió la necesidad de despegar su tención de las letras impresas para dirigirla hacia al frente, en donde un par de ojos la miraban de forma diferente a la que la demás gente solía hacer. No con miedo, ni repulsión, si no con curiosidad.

La muchacha de estatura pequeña y cuerpo delgado le sonrió a distancia de manera amable. Bella no era de las que se fijaba de la apariencia de los demás, pero le fue imposible pasar por desapercibido que aquella chica, de corto cabello negro, tenía una apariencia similar a la suya: Un bonito vestido de terciopelo negro cubría su fina figura, haciendo juego con unas botas de charol. La pequeña caminó hacia Bella, con andares gráciles y semblante despreocupado.

– Hola – saludó, con una sonrisa que extendía sus negros labios

–Hola – respondió Bella quien se sorprendió al sentirse extrañamente cómoda con aquella desconocida

–Eres nueva, ¿verdad?” – Preguntó la chica mientras le tendía una mano – mi nombre es Alice – informó y Bella aceptó el gestó estrechando su mano con la suya

–Soy Bella – dijo, sonriendo levemente.

Alice había vivido siempre en Forks y, siendo hija de una familia con muy buena posición económica, siempre había tenido tendencias las cuales llegaban a avergonzar a sus padres quienes, en muchas ocasiones, le habían amenazado o castigado (siendo inútiles ambos casos) para que dejara aquella “locura” de vestirse y maquillarse todo el tiempo con colores fúnebres.

–¡Pareces una muerta andante! – le acusaba su madre con la intención de ofenderla, sin saber que, para Alice, aquellas palabras resultaban la más grande alabanza que le se podría dar.

Muerta andante.

–Palabras que son sinónimos de un vampiro– pensaba ella con una orgullosa sonrisa en sus lindos labios.

La adolescente siempre se había sentido un poco fuera de lugar en aquel pequeño pueblo llenó de gente supersticiosa. La habían tachado de todo: satánica, atea, drogadicta, bruja… y, aunque la mayoría de las veces aquellas ridículas etiquetas le causaban gracia, siempre había deseado el, algún día, encontrar a alguien que le entendiese y quisiera ser su amigo, sin que la criticase por su forma de vestir o pensar. Así que, cuando cruzó la puerta de aquel salón y vio una mancha oscura al fondo de este, sintió que sus suplicas habían sido al fin escuchadas.

No es que la soledad le diera miedo o le incomodara, en absoluto. Simplemente que, tras pasar casi diecisiete años de su vida sin compañía ni comprensión alguna, la situación a veces le resultaba un poco exasperante.

– Así que te gusta la leer – señaló, tras salir de clases, mientras caminaba al lado de Bella.

La castaña asintió, sonriendo ligeramente y apretando su libro contra su pecho.

–Me llama mucho la atención la literatura sobre vampiros – admitió, con voz baja, y Alice se emocionó demasiado ante la confesión

–¡¿En serio?! – Inquirió con voz aguda por la euforia y Bella volvió a asentir con los ojos dilatados por la reacción de la muchacha – “¡A mi también me encanta! ¡Estoy enamorada de Lestat! Me imagino que si sabes de quien te hablo” – soltó, con adoración en la voz.

Tal gesto provocó que Bella sonriera ampliamente (como muy pocas veces solía hacerlo) y se sintió completamente en familiaridad al saber que no era la única la cual divagaba con aquellos seres ficticios.

–A mi me gusta Louis – confesó, recordando al vampiro de carácter sensible, romántico y filosófico, que le había enamorado desde las primeras líneas que había leído sobre él.

–Nada mejor que Lestat

–Lestat es interesante, pero es un ser vanidoso y egoísta.

–Louis es un mentiroso, entonces. Un mártir – defendió la pequeña.

–Puede ser – reconoció Bella – Pero aún así, nadie es mejor que Louis –

Alice la miró fijamente, con su delicado ceño fruncido

– Lestat es mejor– retó

–No, Louis lo es– se empecinó la morena, aceptando el reto de su mirada.

Las chicas quedaron en silencio, mientras sus miramientos adquirían un brillo divertido.

Bella sonrió y Alice emitió pequeñas risitas, cubriéndose la boca, delicadamente, con sus manos.

–A pesar de que te guste un vampiro con tendencias depresivas, me agradas – informó la pequeña mientras continuaba caminando

–Igual tu – contestó Bella, de manera sincera.


Ambas chicas supieron que, al fin, habían encontrado a alguien en quien, probablemente, podrían confiar. Al menos, tenían algo en común aparte de la manera de vestir, ya que, pese a la enorme diferencia de personalidades, las dos amaban a los vampiros y, desgraciadamente, las dos estaban consientes de que esos seres solo existirían en su imaginación…


O al menos, eso creían ellas…

*autor. AnjuDark*