Dark Chat

jueves, 30 de junio de 2011

Muñequita

CAPÍTULO VII

BELLA POV

Ni me enteré cómo mierda llegué a casa, sólo se que me encontraba con Alice, joder mi vida era una maldita montaña rusa y yo sólo quería paz, esa paz tan esquiva desde hace tanto tiempo.

Le pedí a Alice que me dejara sola, claro que ella replicó y no perdió tiempo preguntándome el por que su padre me había llamado por otro nombre, le dije que su padre estaba equivocado, no muy convencida me dejó y el mundo se me desmoronó nuevamente, ya no estaba segura en este lugar, además no conocía al padre de Edward y Alice, se me hacía conocido pero no lograba situarlo en mi vida, ¿por qué me conocería él? ¿las noticias? ¿el juicio?, no, no podía ser, tenía entendido que el señor Cullen era médico, así que no lo conocía, no podía saber toda la verdad ¿cierto?.

¿Qué explicación le iba a dar a Edward? Tonto no era, así que tendría que inventarle una buena historia, lo quería, de verdad que lo quería mucho, pero aún no estaba preparada para revelarle mi pasado y presente tan oscuro que arrastraba ¿cómo se tomaría la verdad si se la contaba?, seguramente se alejaría para siempre de mi diciendo que era mi jodida culpa que un pervertido se obsesionara conmigo, no sería la primera persona que pensara de esa manera, en el juicio que tuvo lugar hace unas semanas y al cual por supuesto no asistí el abogado del desgraciado adujo eso en defensa e su cliente diciendo que yo lo enloquecía por la manera en que me vestía, la manera de vivir mi vida tan desenfrenada según él, es cierto que mi vida podía estar rodeada de música, discotheques, amigos, alcohol, pero nunca fui una desenfrenada, por dios sigo siendo una maldita virgen, el primer beso de lo dio James y Edward es mi primer novio, así que vida desenfrenada en el estricto rigor de la palabra nunca llevé, me gustaban los piercing, los tatuajes, cantar, beber, amanecerme festejando con los amigos ¿y qué?, soy joven y ese era mi maldito ambiente, así me crié, pero mis valores nunca fueron puesto en dudas antes de cruzarme con ese enfermo.

Ahora que pensaba que mi vida se estaba llenando de matices coloridos y estaba dejando los sombríos negros y grises que era mi jodida vida todo se va al demonio, primero llega Jasper, no se qué mierda quiera conmigo, pero por la manera en que me mira seguramente quiere destruirme por ser culpable de la muerte de James, no lo culpo es la verdad, pero me duele, él también fue mi amigo de la infancia antes de que se fuera del país, los tres habíamos compartido excelentes momentos juntos y me dolía más de lo que quería aceptar que él me odiara, quizás por eso es que lo he estado evitando desde que llegó, pero ahora ese doctor sabe mi nombre y no tardará en saberse toda mi verdad, tenía que irme, pero necesitaba papeles, estaba asustada y no quería perder a Edward, pero esa mi vida y tendría que estar siempre huyendo hasta que condenaran al desgraciado y lo pusieran tras las rejas definitivamente.

No sabía el resultado del juicio, pero algo me decía que no debía albergar esperanzas, ese hijo de puta había contratado al mejor abogado del país y la cosa no pintaba bien para mi.

Hice lo que nunca pensé hacer tan pronto, tendría que llamar a Jake, él me ayudaría y me daría la información del juicio, además quería pedirle un favor personal, así que mañana mismo lo llamaría.

Estaba tan nerviosa pensando que en cualquier momento vendría Edward a pedirme explicaciones de lo que pasó, pero la noche llegó y nunca llegó a buscar respuestas, era mejor así, no recordaba mucho después que su padre dijera mi verdadero nombre, quise morirme en ese mismo momento y casi lo logró ya que el aire me faltaba y pensé que moriría ahí mismo, pero cómo no, desde hace tiempo perdí la buena suerte y sigo malditamente viva, la reacción de Edward o las demás personas nunca las vi, sólo sabía que quería salir de allí, no volver jamás.

Angustia, angustia pura sentía correr por mi cuerpo y necesitaba descargarme en este mismo instante y lo hice. Destrocé toda la sala, la adrenalina corría por mi cuerpo cuando finalicé mi tarea, miré alrededor y casi no reconocí mi nueva casa, todo destrozado, mesas, floreros, cuadros, los sillones rasgados, un desastre en toda regla, bah, las cosas materiales no valían para mi, no sabiendo que me tendría que marchar como una fugitiva.

Me arrojé al suelo y lloré, lloré con el alma por todo lo que me había destruido la vida, por todo lo que había perdido en tan corto plazo y todo lo que perdería cuando me fuera, mis amigos de La Push y Edward, carajo, cómo me dolería dejarle sin una maldita explicación, me odiaría, se crearía falsas verdades del por qué lo dejaba y me detestaría.

El dolor me empañaba y estaba casi en estado de inconsciencia cuando los recuerdos golpearon con fuerza mi memoria

Primera semana de encierro

Todavía me encontraba en total shock por lo que me pasaba, todavía me costaba reconocer dónde era que me encontraba, con quién y el motivo de mi encierro, me había golpeado el día anterior en la mejilla fuertemente porque me había negado a ponerme el espantoso traje de muñeca antigua, puaj, maldito pervertido, pero como me seguí negando me siguió golpeando, además siempre tuve carácter fuerte e impulsivo, además era muy testaruda y después de cada golpe le plantaba cara nuevamente negándome a su demanda, pero el muy desgraciado me siguió golpeando hasta que mi cara ardía y la sangre corría libremente por mi pecho.

Debo reconocer que le desgraciado quebró mi fuerza de voluntad y terminé vestida de una maldita muñequita tal como él me decía, al día siguiente siguió la rutina de adiestramiento como él le decía y los golpes volvieron abriendo mis heridas anteriores y provocando nuevas en el resto de mi cuerpo, esta vez quería que me sacara mis piercings y me colocara una peluca para ocultar mi cabello, según él no parecía una muñeca con ese pelo que tenía, claro, hace poco me lo había cortado bien corto y teñido de rubio platinado, me veía realmente bien con ese look atrevido, pero el idiota de mi torturador me pasó una peluca que se asemejaba bastante a mi pelo antes del cambio, cuando logró su cometido después de tanto golpearme me sacó varias fotografías y dijo que cuando me recuperara sacaría más, le escupí y le llamé degenerado y me dio el golpe final en las costillas, el dolor arrancó más lágrimas y me dejó casi inconsciente del dolor, pero nuevamente había ganado.

- esto te pasa por ser tan testaruda muñequita, demo domarte, adiestrarte a mi antojo, eres mía para hacerte una mejor persona, una mejor mujer para nuestro futuro, cuando termine de domarte serás la mejor esposa que pueda tener, la mejor madre para nuestros hijos, pero para eso debes olvidarte completamente de la vida que has llevado hasta ahora

- nunca, nunca me doblegarás completamente y nunca seré tu maldita mujer, prefiero morir que ser tuya – pum, otro maldito golpe y más sangre

- no muñequita, estás equivocada, serás completamente mía, me amarás, ya verás que me amarás tanto como yo te amo a ti

- eres un maldito enfermo, nunca me enamoraría de un pobre tipo como tú, que sólo tiene al alcance a una mujer a base de golpes y secuestro – pum, otro maldito golpe

- hijo de perra

- no hables así, ese vocabulario debes eliminarlo de tu boca y tu mente, debes ser una señorita, una muñequita delicada, como lo eras antes cuando te vi por primera vez, tan delicada, tan angelical, tan jodidamente frágil, no la zorra en la que te estabas convirtiendo

- nunca me tendrás, nunca

- descansa muñequita, debes recuperarte para que pronto empieces a tocar sólo para mi, nunca nadie se deleitara con tu música otra vez, sólo yo.

- Jajajaja, apenas salga de este encierro me subiré a un escenario y cantaré lo más desnuda posible para que te retuerzas de rabia jajajaja

- NUNCA, ESCUCHA NUNCA SALDRÁS DE AQUÍ, GRÁBATE BIEN ESTO MUÑEQUITA ERES MÍA Y NUNCA TE DEJARÉ Y NUNCA CANTARÁS PARA NADIE QUE NO SEA YO, NUNCA NADIE OIRÁ COMO TOCAS LOS INSTRUMENTOS TAN DELICIOSAMENTE, ESCUCHASTE – pum otro golpe en las costillas, maldito maníaco

Aún no podía verle el maldito rostro, cada vez que venía a "mis aposentos" como él le llamaba a mi jaula venía con una máscara que le cubría el rostro, dejándole sólo la boca descubierta, seguramente era un maldito con la cara deformada y por eso no conseguía una mujer de verdad.

Tercera semana de encierro

Estaba casi completamente curada de mis heridas, sólo las costillas me dolían, pero cada vez menos, afortunadamente no me las había roto, aunque eso hubiera sido lo ideal porque me hubiera tenido que llevar a un hospital, al menos creo que lo hubiera hecho.

En el transcurso de estas dos semanas ya no se ponía la máscara para visitarme y la primera vez que lo vi quedé impactada, no era ni remotamente deforme, era bastante atractivo, joven, con una barbilla bien definida, ojos negros y de profunda mirada, cabello igualmente negro y un tanto desordenado, su piel era tan blanca como la mía, en definitiva era bien parecido, además su cuerpo era atlético y fibroso, la verdad es que no debería tener ningún problema con el sexo femenino, pero no, él estaba encaprichado conmigo, maldito enfermo. A pesar de lo lindo que era físicamente seguía siendo un enfermo pedófilo, claro que viejo no era, tendría alrededor de 26 años, pero para mi era viejo, puaj, un pedófilo.

También había notado que a pesar de que me había doblegado y aún lo hacía no se iba sin recibir su poco de dolor, jajaja, le dolía las palabras despectivas que usaba para nombrarlo, lo sabía porque cuando se las decía una sombra de dolor cruzaba por su rostro, especialmente por sus ojos, así que tenía mi pequeña satisfacción al ver que le hería mi desprecio, él quería que lo amara, pero no entendía que nunca lo amaría, por dios, me tenía secuestrada, me había golpeado hasta cansarse, me obligaba a usar trajes de muñeca y nunca, pero nunca me llamaba por mi nombre, sólo me decía muñequita, cada vez que me llamaba así me daban ganas de vomitar del asco que se alojaba en mi estómago.

Cuarta semana de encierro

Hoy supuestamente tendría que empezar a tocar para él, tenía muchos instrumentos musicales y quería que le diera un concierto, como siempre me negué a hacerlo, pero esta vez no me golpeó y salió furioso de " mis aposentos" y no regresó hasta el día siguiente. Después de cenar juntos como ya era su costumbre imponerme su presencia me instó nuevamente a que tocara, me negué y la tortura empezó, pero de un matiz diferente

- ya no quiero castigar tu cuerpo, así que castigaré tu mente muñequita, es la última vez que te lo pido, dame un concierto todos los putos días, las veces que te lo pida

- nunca

- si no lo haces mató a tu maldita familia - ¿era una macabra broma cierto?

- No te creo capaz de hacerlo – y ahí comprendí por completo que el infeliz me doblegaría por completo y me marcaría para toda la vida. Se fue y no regresó hasta el día siguiente por la noche trayendo consigo el periódico donde se anunciaba el trágico accidente donde mis padres y hermano habían muerto

Lloré, lloré mucho hasta quedar dormida de tanto llanto y dolor, ahí tirada en el piso donde me derrumbé gimoteando por una oportunidad, por retroceder el tiempo y haberle dado su maldito concierto para que mi familia viviera, pero no pasó, el tiempo siguió su curso y nada podía hacer para cambiar mi destino, por mi testarudez mi familia estaba muerta.

Desde ese momento no me negué a nada, ya que me había vuelto a amenazar, esta vez con matar a James y eso no lo permitiría, era mi mejor amigo, la única persona que me quería y que estaba viva.

Así día tras día, noche tras noche tocaba los malditos instrumentos que me pedía, piano, violín, chello, guitarra, batería, bajo, etc. en un principio se sentaba frente a mi como único espectador de mi concierto, pero cuando me di cuenta de lo que le provocaba escucharme tocar me sentí tan asqueada que la primera vez que lo vi vomité. El muy maldito se excitaba al punto de ponerse duro y acariciarse encima de los pantalones mientras me veía y escuchaba. Cuando notó mi reacción me obligaba a tocar pero nunca más estuvo frente a mi, ahí comprendí que los espejos que conformaban "mis aposentos" eran como los que usa la policía en sus salas de interrogatorios, lo sentía verme a través de los espejos, no lo podía ver, pero sentía su enferma presencia.

Pum, pum, pum

- Annie, Annie, por favor abre

Carajo, me había quedado dormida recordando mi pasado tan presente, esa voz la conocía, pero todavía estaba sumida en el estupor de los malditos recuerdos, no quería levantarme, no quería que nadie me viera, seguramente tenía la cara hinchada de tanto llorar, sentía las lágrimas levemente secas en mi cara, la garganta seca y un dolor profundo en el alma y en todo el cuerpo, me había quedado dormida tirada en el piso de la sala, esa sala que había destrozado por completo.

- Annie, abre por favor, se que estás ahí nena, me tienes preocupado, abre por favor para saber si te encuentras bien

Era Edward, dios lo quería tanto, pero no quería verlo, no merecía tenerlo en mi retorcida vida, debía dejarlo ir, era tan bueno, tan hermoso y ahora lo perdería, nunca podría decirle la verdad, esa enferma verdad que me carcomía por dentro.

De pronto sentí un estruendo y escuché los pasos de Edward acercarse a mi, cerré mis ojos, era tan cobarde, ese maldito hijo de perra me había vuelto así, una maldita cobarde y no quería que Edward me viera en ese estado, pero ya era tarde ya estaba junto a mi que me hacía la dormida

- Annie, por dios, ¿qué pasó linda?, despierta – me abrazó dulcemente y me besaba la cara y acariciaba mi cabello

- Mi Annie, por favor amor despierta – abrí lentamente mis ojos hinchados y seguramente rojos.

- Oh, por dios, me asustaste tanto cielo, pensé que te había perdido ¿qué pasó? – preguntó mirando alrededor de la sala, era un maldito chiquero digno de la cerda que yo era.

- Nada, no pasó nada, estaba nerviosa y así descargo mis nervios – no dijo nada y me tomó en brazos como a un bebé

- Te llevaré a tu dormitorio, debes descansar, no puedes ir al colegio así, yo me quedaré y te cuidaré

- No es necesario, yo puedo quedarme sola

- No, me quedo contigo, no se hable más

Ok, sólo quiero dormir, necesito tanto dormir, hace tanto tiempo que no puedo dormir en paz, sin pesadillas, sin dolor

EDWARD POV

M e levanté con una resaca de los mil demonios y oliendo a sexo, carajo, me había descargado bien anoche, pero la decisión ya estaba tomada, no dejaría a Isabella, ella pagaría por ser la puta que era y ahora debía seguir interpretando el papel de novio amoroso y cornudo, carajo, realmente la amaba, pero el odio calcinaría ese amor, ella era una puta, la puta de Carlisle, quizás cuantas veces se revolcó con él mientras era mi novia, maldita zorra que me había roto el puto corazón, pero a punto de odio lo repararía y el destrozado sería el de ella.

Después de bañarme y desayunar fui a buscas a la puta a su casa, teníamos que ir al colegio y yo siempre la pasaba a buscar.

Cuando golpee su puerta nadie abrió, era raro, ella siempre me esperaba afuera o bien me hacía pasar mientras recogía la mochila, pero ahora golpeaba y golpeaba la maldita puerta y no abría, carajo, llegaríamos tarde a clases.

Sabía que estaba en casa, pero ¿por qué carajo no abría?, sin querer me empecé a desesperar, ¿y si le había pasado algo?, marqué su celular y sonaba al interior de la casa, si estaba allí, algo le había pasado, así que a patadas abrí la jodida puerta y cuando entré mi rabia hacia ella se esfumó, estaba tirada en el piso de la sala, sala que estaba hecha un desastre, todo roto, todo revuelto y ella en el piso como muerta, carajo, no podía estar muerta, ella no podía dejarme, mierda, corrí a su lado y la abracé mientras la llamaba para que despertara, sus ojos estaban hinchado de tanto llorar y su cara todavía tenía vestigios de las lágrimas derramadas ¿qué mierda había pasado?, no quise ahondar en el tema, sólo quería que ella despertara y me mirara otra vez con esos hermosos ojos.

Cuando despertó sentí un alivio tan inmenso, la llevaba a su dormitorio cuando aceptó que me quedara con ella para cuidarla, deseaba con toda mi alma odiarla, dejar de sentirme como un enfermo enamorado, pero sus últimas palabras antes de volver a dormirse me desarmaron nuevamente.

- Ok, sólo quiero dormir, necesito tanto dormir, hace tanto tiempo que no puedo dormir en paz, sin pesadillas, sin dolor

¿sería por el remordimiento? Por ser una destruye hogares, por ser una maldita puta, seguramente eso no la dejaba en paz.

Mis sentimientos navegaban entre el amor y el odio, eran sentimientos tan fuertes que me carcomían por dentro, no podía dejar de sentir ninguno de los dos y me estaba llevando a la locura, la amaba con toda mi alma y la odiaba de igual manera.

Cuando la acosté bajo las mantas no me resistí y me acosté junto con ella, ella instintivamente me abrazó y recostó su cabeza en mi pecho, me dejé abrazar por que era un jodido débil y anhelaba ese calor que ella desprendía, las cartas estaban echadas y nada cambiaría mi jodida manera de pensar, debía ser fuerte, ya había dado el primer paso, la había engañado, ahora debía jugármela para poseerla en cuerpo y alma para después destruirla como ella destruyó a Esme y a mi. Maldiciéndome una y otra vez me quedé dormido junto a ella aprovechando los últimos retazos de amor que me quedaban, cuando despertara su vida se convertiría en un infierno.

Sentí cuando despertó y se levantó con cuidado para no despertarme, fingí seguir dormido, algo me decía que siguiera en esta postura, cuando se levantó caminó hacia la primera planta, minutos después me levanté y la seguí sigilosamente, ella tomó el celular que estaba en un bolso y marcó un número

- ¿Jake?, si me rastreas cuelgo en este instante, ok, necesito….. si estoy bien, más bien no, no, no me ha pasado nada físicamente pero mi vida volvió a derrumbarse.

- …

- No voy a decirte donde me encuentro, no viene al caso, tengo que irme de aquí inmediatamente

- …..

- Jasper el hermano de James está en el pueblo donde estoy viviendo, me ha reconocido, no, no he hablado con él, pero me sigue a todos lados, además otra persona me ha llamado por mi nombre, no, no se, pero debo irme inmediatamente

- ….

- Necesito nueva identidad, pero fuera de la ley, sabes que la vez anterior que nos diste identidad a mi y a James la información se filtró y él terminó muerto

- ….

- Lo se, además quiero pedirte que me digas sobre el juicio

- No, no ahora,

- …

- Después te contacto y te digo donde mandar la documentación – ok, cuídate y por favor puedes llevarle flores a James

- ….

- Y a mi familia, por favor

- …..

- Ok, yo también te quiero

Jake, otro hombre estaba vinculado a su puta vida, seguramente otro amante y ¿qué mierda era eso de irse? De necesitar otra identidad, esto se estaba poniendo demasiado raro ¿estaría metida en algo turbio?, hablo de un juicio ¿sería testigo protegido?, mierda me volvería loco con tantas interrogantes, pero lo que más me rondaba la cabeza es que ella se iría, me dejaría, carajo tendría que apurarme en llevarla a la cama antes de que se fuera, pero si se iba ¿qué gracia habría de llevarla a la cama? Todo quedaría en nada porque ella se iría y no podría verla derrumbarse, carajo, mi vida era tan complicada ¿qué debería hacer ahora?