Dark Chat

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Conquistando tu Amor

CAPÍTULO II

EDWARD POV

El tiempo pareciera haberse detenido en ese momento, yo no podía dejar de mirarla mientras ella avanzaba hacia nosotros.

- Mmm, Edward, cierra la boca dice Emmet y suelta una carcajada, al darse cuenta a quien estoy mirando

- ¿Quién es? le pregunto, pero no alcanza a contestar, justo en ese momento la diosa pasa por nuestro lado, sonríe y saluda con un gesto de cabeza y sigue avanzando.

Quedo totalmente plasmado en mi lugar, oh, esa sonrisa, ese olor a fresas que desprendía su cuerpo, quedó rondando en el aire, nunca había visto una mujer más hermosa que ella, de estatura media, más o menos1.62, cuerpo esbelto, pero curvilíneo, una delicia.

Trato de recomponerme, ya que Emmet aún reía de mi cara

- Amigo qué te pasó, nunca habías visto una mujer, jajaja, se reía Emmet

- NO como esa, le respondo sinceramente, mientras sigo la trayectoria de aquella mujer que me tenía embobado, estaba llegando a una mesa donde había un grupo de jóvenes, los saluda y un joven de la mesa la saca a bailar, en ese momento ella se saca la chaqueta de cuero que llevaba puesta y casi se me salen los ojos de las cuencas, ya que queda con un micro top que le cubre apenas los pechos, que por cierto son mmmm, magníficos, no excesivos, pero si contundentes, sigo con mi análisis, cintura bastante pequeña, jeans bastante ajustado a la cadera y botas largas negras con un taco alto, y woww el trasero, simplemente hecho en el olimpo, groseramente irreal, cómo puede una cintura tan angosta sostener ese trasero perfecto, redondo, duro, una delicia, y su espalda¡¡¡¡¡¡OH, ESA ESPALDA!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡ES ELLA!!!!!!! En ese momento llega a la pista y se suelta el cabello. Si, es ella, es la mujer de mis sueños, por fin la vi. Y si apenas la vi entrar en la discotheque la erección en mi pantalón hizo acto de presencia, ahora estaba vuelta loca, cada segundo que la miraba mi pantalón se achicaba más.

- Emmet aún estaba a mi lado y al ver que no le podía quitar los ojos de encima a la diosa, interviene.

- Amigo, jamás la mires detenidamente, no te conviene

- Ah?

- Que no la mires así, te vas a obsesionar y no es recomendable

- ¿Por qué no?, Emmet mírala es la mujer más hermosa, mira ese cuerpo

- Bueno si quieres, mira ese cuerpo todo lo que quieras, al fin de cuentas es lo único que podrás hacer.

- Co..cómo dices?

- Eso mismo, a esa mujer nadie la toca así como muchos quisieran, esa mujer es la fiera y es inalcanzable amigo, además que no se de cuenta de cómo la miras, porque esa mujer es capaz de sacarte los ojos.

- La fiera? Emmet, estás exagerando, cuando nos saludó se veía muy dulce y amigable

- Para, para Edward, se lo que te digo y si no quieres acabar con el corazón roto o recluido en el manicomio, no te le acerques, esa bondad que percibiste es dirigida solamente a los conocidos como yo y a los pocos amigos que tiene, que son muyyyy pocos, esos amigos están conformado por Quil, su mejor amigo de toda la vida, jacob y marco, esos son lo únicos hombres que pueden tocarla sin salir dañados.

- No entiendo Emmet, explícate mejor

- Edward, esos tres hombres que te nombré son los únicos que ella permite que la toquen, tocar en el sentido de hacerle a veces un cariño, saludarla con un beso en la mejilla, tocarle un hombro para hacerle notar algo, cosas así, a los demás apenas los saluda o tolera, aunque………

- Aunque qué?

- Mmmm, nada edward, mejor es verlo por uno mismo, la fiera es un ser complicado de entender, si te das cuenta ella está bailando con ese tipo, ¿pero vez que el tipo la toque o roce de alguna manera?, aunque por la cara de estúpido que tiene se muere por hacerlo.

- No , no lo hace, me doy cuenta. Me quedo pensativo analizando esta nueva información y efectivamente el tipo se moría por tocarla, pero no lo hacía, empiezo a mirar a mi alrededor y todos los tipos la estaban viendo bailar de esa forma tan seductora, pero nadie la había tocado, ni saludado, mmmmm, que raro

- Ves? Dice Emmet, ella es un imán para los hombres , porque créeme no conozco a nadie que no la mire con deseo, pero al mismo tiempo ella los repele, ha creado como un escudo alrededor de ella. AH mira justo ahí vienen sus amigos y ves el cambio con respecto al tipo con el que está bailando.

- En ese momento se acercan dos jóvenes y ella enarca una ceja y el joven con el que está bailando sale de combate inmediatamente, los dos amigos la abrazan y besan sus mejillas y ella les sonríe y baila con ellos, en ese baile si hay roce, aunque debo decir que bastante poco para el tipo de movimientos que ella hacía, era un baile bastante sensual y ella se mueve pecaminosamente, las manos me empiezan a sudar y envidio a los chicos que tienen ese derecho a tocarla.

- Emmet se ríe con mi descubrimiento y me dice te lo dije, pero eso no es nada, espera a que la veas con Quil, su amigo de toda la vida, él tiene más derecho por así decirlo.

En ese momento un joven pasa por nuestro lado y nos saluda, Emmet nos presenta, Edward quiero presentarte a Quil, el joven me extiende la mano y se la doy, en ese momento se escucha una voz melodiosa.

- Quil!

Todo pasó muy rápido, el joven se da media vuelta y extiende los brazos y mi diosa corre hacia él y se funden en un abrazo que me destrozó. El chico la levanta por la cintura y ella rodea sus largas piernas alrededor de la cintura de él, todo en mis narices, se besan en las mejillas y ella ríe como una niña pequeña en la mañana de navidad, su risa es tan hermosa, su voz es como el canto de los ángeles, mientras sus cuerpos giran unidos, el cabello de mi diosa roza mi mejilla, es suave, con esa fragancia a fresas, cierro los ojos ante ese delicioso aroma, escucho como aun ríe emocionada, abro mis ojos para no perderme detalle de mi diosa ahora que está tan cerca de mí, tan cerca que siento su calor corporal atravesando mi cuerpo. Ella mira en mi dirección y abre los ojos como plato y quedamos prendados en una mirada intensa, ella se baja de los brazos de su amigo sin perder contacto conmigo.

- Hola Bella, la saluda Emmet

- Hola Emmet, dice mi ángel de la seducción, pero no aleja la mirada de mi, me encuentro en el momento más excitante de mi vida, sólo con una mirada de ella.

- Hola me dice, me llamo Bella

Yo le sonrío y en contra de lo que me había dicho Emmet, me hago el desentendido y me acerco y deposito un beso en la comisura de sus labios – Edward Cullen, mucho gusto. Una corriente de electricidad recorrió desde mis labios a través de todo mi cuerpo al rozarla. Ella me miró atónita por mi atrevimiento, distingo en sus ojos el desconcierto y un poco de ira, pero no dice nada, asiente con la cabeza y se marcha, avanza unos pasos y se vuelve a mirarme y dice – nos vemos y se aleja. Se dirige nuevamente hacia la pista de baile con su amigo Quil y comienzan a bailar. Esta vez si que hubo roce, la canción era bastante sensual y el chiquillo le tenía agarrada la cintura y pegada a su cuerpo, mientras los movimientos pélvicos que ambos realizaban me tenían al borde, pero lo peor fue cuando la canción se intensificó y el chico empezó a recorrer con sus sucias manos a Bella, soltó una mano de su cintura y empezó a recorrerle el cuello, tocando con dos dedos los huesos en la base de su garganta, para luego bajar hacia su abdomen, su espalda y la apegó más a él, a mi me corroía la rabia y apretaba los puños con fuerza, decidí que era mejor dejar de mirarla porque estaba a punto de sufrir una combustión espontánea, debo reconocer que estaba furioso, los celos me cegaban, pero para ser franco a esa mujer era un placer verla, aunque fuera con otro y con su bailecito caliente el pantalón me molestaba cada vez más.

Pedí un trago en la barra, a los pocos minutos se acerca mi diosa y pide una botella de agua, nos quedamos nuevamente mirándonos y recorre su mirada analizándome completamente, sonríe, al parecer le gusta lo que ve.

- eeeeh, Edward quieres bailar, lo pide sonriendo y mordiendo su labio inferior nerviosamente.

- Claro, vamos le contesto decididamente, aunque estoy nervioso y sobre todo excitado, nos acercamos a un costado de la pista y veo a Emmet a unos metros bailando y me hace señas con las manos y cabeza de que no baile con ella, pero lo ignoro.

- Sabes bailar este ritmo de música, me pregunta – Se que no eres de acá, se te nota a lo lejos. Yo me encojo de hombros, la verdad nunca había bailado estos ritmos.

- Bueno, no te preocupes yo te enseño dijo riendo suavemente.

Tomó mi mano y la situó en su cintura, me apegó a su cuerpo y comenzó a moverse sensualmente, yo estaba en la gloria, su piel era tan suave y no tardé en recorrer su espalda, cintura, me dejé llevar por el deseo que esta mujer despertaba en mi cuerpo, la estrecho aún más a mi y al verla cerrar los ojos de placer me inclino y entierro mi cara en su cabello deleitándome con su aroma, la música continúa, nos seguimos moviendo, rozando nuestras pelvis y me atrevo a besar su cuello, el lóbulo de su oreja, mordisqueándolo levemente, Bella suelta un gemido lleno de pasión y pierdo la compostura, la agarró más fuertemente de su cintura y con la otra mano agarro su nuca y la beso desesperadamente. Ella me devuelve el beso con un erotismo digno de pasar a la historia y empieza a recorrer mi cuerpo de forma pecaminosa, acariciando primero mi espalda, luego recorriendo mis hombros con desesperación. Nos separamos un poco para tomar aire y nuestros pechos se agitaban violentamente, la pasión desenfrenada nos recorría todo el cuerpo, aunque podía atisbar un dejo de duda e incredulidad en los ojos de mi diosa de la pasión. Estaba mordiéndose nuevamente los labios nerviosamente, me tomó de la mano y nos condujo debajo de una escalera que estaba bastante oscuro al otro lado de la pista. Se giró para mirarme, aunque la luz era escasa, podía sentir que estaba sonrojada y nerviosa, pero yo no podía más, quería tocarla, hacerla mía, que siguiera gimiendo sobre mi boca. El deseo pudo más y ella me rodeó el cuello entrelazando sus finos dedos en mi cabello, yo la impulsé a mis brazos y ella rodeó sus piernas en mi cintura, no me di cuenta en que momento Bella estaba contra la pared en ese estrecho lugar, nuevamente mi boca se deslizó por su cuello, mi lengua empezó a bajar por la base de su cuello, llegando al escote de su micro top, donde su respiración era tan agitada que parecían que sus pechos saldrían en cualquier momento liberándose de esa pequeña prenda, esa mujer me tenía loco. Bella arqueó su espalda a sentir mi lengua en el borde de su top y no resistí más, empecé a rozar su entrepierna contra la mía, mi erección era tanta que ella al sentirla empezó a jadear y a mover su pelvis contra la mía, al sentir la deliciosa fricción me aventuré y por encima de la tela empecé a tocar sus senos, me di cuenta de que no llevaba sujetador y eso encendió más mi pasión, sus pezones de pusieron erectos a mi toque y los empecé a pellizcar, mientras devoraba fieramente su boca.

- Ohh, Edward…..te deseo tanto, hazme tuya, dijo Bella con voz cargada de pasión y yo frenético con escuchar mi nombre en sus labios y como si fuera un quinceañero casi exploto en ese momento. Estaba a punto de preguntarle si sabía de algún hotel donde llevarla cuando escucho…

- ¡¡BELLA!!

Nos separamos y vemos a Quil a escasos centímetros de nosotros con cara de espanto

- Llevo buscándote harto rato, le pregunté a Emmet y me indicó que estaban por aquí, pero ¿qué te pasa Bella? Emmet dice que este hombre es nuestro nuevo profesor.

- ¿¿QUÉ?? Preguntamos los dos al mismo tiempo y nos miramos incrédulos.

- Vamos, te sacaré de aquí Bella. La empezó a alejar de mi.

- Espera, dije saliendo un poco de mi estupor

- Noooo, gritó Quil, aléjese de ella

- Yo, yo no sabía dije en mi defensa. Bella estaba como en shock, levantó su cara para mirarme y pude notar que las lágrimas surcaban su rostro.

- Ahora ya lo sabe, volvió a gritar el chico y se llevó a mi diosa y yo quedé como un estúpido, parado, solo y excitado por una mujer, que no era una mujer, era una niña y era, era mi alumna.