Dark Chat

sábado, 26 de febrero de 2011

Vida : Dulce Inmortalidad

Capítulo Segundo: Reencuentros

Carlisle hizo una pausa y se contuvo

- Perdón ¿Cuál es su nombre? – pregunto como sí nada, sus ojos color ocre se clavaron en los míos, podía sentir sus preguntas en mi mente como si le estuviera leyendo la suya.

- Susan Howard. respondió

Unas risitas se escucharon por lo bajo, seguro creían que Carlisle se había quedado mirándola a ella, hubiera dado todo lo que tenía en ese momento porque hubiera sido así.

- Profesor, ¿quería consultar si su estadía aquí será para el resto del semestre o volverá el profesor Hemingway?

Al escuchar su pregunta, esta cautivo mi atención, eso era exactamente lo que yo quería saber, ¿cuánto tiempo estaría él ahí en mi hogar?, era difícil encontrar un hogar y no quería irme, me agradaba ahí.

- Bueno - Comenzó a responder Carlisle, tosió para que su voz fuera más firme, y luego continúo, - estaré aquí hasta que el profesor Hemingway se reponga de su enfermedad, y eso Srta. Howard no lo tengo claro aún.

Nadie más dijo nada, Nuestros ojos se encontraron por segunda vez, nos quedamos mirando fijo por una fracción de segundo y luego su rostro cambio esbozó una pequeña sonrisa.

- Bueno eso es todo por hoy, nos vemos la próxima semana.

Concluyó mientras todos se paraban de sus asientos, quería correr, sí eso era justo lo que iba a hacer cuando sentí que Susan me sujetaba por el chaleco impidiendo mi huida.

- Demonios - mascullé por lo bajo.

- Bella ¿estudiaremos juntas hoy? - Me preguntó, di una mirada de reojo a Carlisle quien me devolvió la mirada mientras tomaba sus libros.

- No lo sé Susan, tengo que hacer un par de cosas, y en realidad no creo que sea buena idea - argüí pero lo cierto era que no tenia una excusa convincente en ese momento, apenas podía articular palabra alguna.

Susan suspiro y me miro de mala gana, pero luego me dejo ir, baje las escaleras con la vista enterrada en mis pies, pude sentir sus ojos fulminando mi cuerpo con su mirada, pero hice caso omiso estaba a punto de poner un pie afuera de la habitación cuando sentí su voz

- ¿Srta. Swan, puedo hablar con usted un momento? me dijo Carlisle.

Estaba ahí parada en el marco de la puerta, sin darme vuelta, sin articular palabra alguna

– es realmente necesario y sólo será un momento – insistió ante la expectativa de todos, este sonrío diplomáticamente al resto de los alumnos espectadores de nuestra conversación, me di vuelta dando una sonrisa forzada, estaba visiblemente nerviosa, levante los hombros y asentí.

Carlisle espero a que todos los demás alumnos salieran del aula, cerro la puerta detrás del último, quería escapar y mis pensamiento usualmente eran difícil de controlar para no hacerlos realidad, sin darme cuenta me encontraba al final del salón justo a punto de abrir la puerta trasera del aula cuando frente a mi estaba el cuerpo de Carlisle impidiéndome el paso como una gran muralla.

- Eres… una de… nosotros. exclamó atónito y acerco su mano hacia mi rostro, sin dudarlo me aleje de él nuevamente – Bella… no voy a lastimarte – me dijo suavemente.

- ¿Qué haces aquí? pregunte arrogante, firme y decidida, acaso él no veía que por primera vez estaba realmente superando lo de Edwards, justo cuando creí que ya no iba a debatirme entre salir a buscarlo o seguir con mi vida, ellos aparecían nuevamente en ella, acaso no tenían otro lugar donde ir, lo miré enfurecida. En respuesta él me devolvió la mirada más tierna que jamás hubiera podido alguien darme.

- Alice quería venir a esta Universidad - comenzó a explicar pero yo lo interrumpí.

- Espera… Alice esta aquí. pregunte incrédula, entonces ella lo sabía pensé mire al vacío, no podía haber otra explicación para la presencia de Carlisle ahí.

- No, no lo sabía. interrumpió una voz cantarina, levante mi vista y ahí estaba en vivo y en directo, Alice Hale, parada frente a mí con una sonrisa exquisitamente tierna, me abrazo tal y como lo había hecho cuando Edward me presento a su familia, quede con los brazos colgados, no pude apretarla como lo hubiera hecho en otra circunstancia, era la misma reacción que había tenido en su primer abrazo.

- OH Bella... tu siempre tan expresiva. me dijo riéndose y guiñándome el ojo.

Ahí estaba descubierta al fin, nos miramos unos momentos, fue Alice la que interrumpió aquel incomodo silencio.

- Así que después de todo lo conseguiste, al menos no tuve que ver yo con esto.

Carlisle miraba absorto.

- Edward - susurré pero no pude terminar mi pregunta pues me interrumpieron.

- No él no sabe nada, mantuve mis pensamientos muy apartados de él, y aunque debo confesar que trate de decírselo él no quiso escuchar, en cuanto pronuncie tu nombre él simple

Dijo con un hilo de voz, se mordió el labio, cuando se percató de mi expresión, está era sombría, triste, por primera vez en cinco años corroboré de primera fuente que él no quería saber nada de mi, las imágenes del aquel día en el bosque se comenzaron a suceder en cámara lenta, los recuerdos que parecían borrosos, cobraron mayor fuerza… "¿tu… no… me quieres?" le había preguntado, "No" había sido la respuesta que había escuchado de sus perfectos labios.

Cerré mis ojos cayendo de rodillas al suelo, de pronto volví a sentir aquel interminable dolor en mi pecho, puse mi mano en mi corazón, si no supiera que no podía derramar lagrimas, habría jurado que estas estaban rodando incesantemente por mis frías mejillas. Fue entonces cuando sentí las tibias manos de Carlisle entre mis brazos como dándome consuelo, lo cual me sorprendió.

- Yo no quise. murmuro Alice avergonzada mirando a Carlisle.

- No importa Alice… dije mirando al vacio.

La condición para dejarme ir fue que permanecería en la ciudad, y que no huiría, mi condición fue que no le comentarían nada a Edward. Alice me mostró sus dedos como un niño explorador y declaró solemne

- Ni un pensamiento, Nos reuniremos al anochecer, en la biblioteca. -

Se hacia tarde - en realidad jamás dijimos una hora en especifico - me repetía una y otra vez mientras miraba el reloj, eran las dos y media de la madrugada, seguía caminando en círculos por mi habitación, de pronto mi celular sonó, lo mire de reojo y no tenia que leer el futuro o el pensamiento para saber de quien se trataba, lo tome entre mis manos

- Voy en camino - fue todo lo que dije cortando apresuradamente, tome mi chaqueta, como si ella pudiera protegerme de lo que sucedería a continuación.

Vacilé un momento al ver la luz de la puerta de entrada de la biblioteca, no había nadie, malditas bibliotecas, porque justamente hoy no tenían que estar cerradas. Camine ridículamente despacio para mi habilidad, fue entonces cuando algo me detuvo justo cuando iba a entrar, era una mano sorprendentemente calida

- ¿Bella? Inquirió mientras me miraba, por un segundo pensé que se trataba de él y de pronto fue como si toda la sangre se hubiera detenido en mi cuerpo, pero no, no era él, era Carlisle, miré sobre su hombro y ahí estaba Alice un paso más atrás, suspire y supe que había llegado la hora de decir mi verdad.