Dark Chat

miércoles, 18 de mayo de 2011

Vida : Dulce Inmortalidad

Capítulo Séptimo: Humanidad dulce inmortalidad


Me tambaleaba de un lado a otro, sin duda esto era mucho mas excitante que si lo hubiera intentado cuando era humana, "Hip" exclame por lo bajo, mientras Emmett reía entre dientes al verme entrar por la puerta de la enorme mansión

- "caray parece que nuestra dulce Bella esta haciendo berrinche" comento mientras Edwards le daba una mirada fulminante a Alice y Jasper quienes trataban de sostenerme en pie.

- ¿Qué han hecho? Preguntó incrédulo mirándonos a los tres.

- Tranquilízate Edwards, solo fue… como decirlo… trató de explicar Alice pero yo interrumpí

- Un experimento. Agregué, dejando en evidencia que mi voz no era la misma. Jasper soltó una risa pero esta se apago cuando vio la mirada de Edwards.

- ¿Un experimento? Disiento Edwards mientras me observaba - ¿Has perdido la razón? Pregunto ahora dirigiéndose evidentemente a mí.

- Eh ¿yo? Conteste con voz ingenua mientras tomaba aire, apenas podía mantener el equilibrio

- bueno yo… - continúe mientras trabaja de poner en orden mis pensamiento y articular las palabras de forma coherente y con la mejor voz que pudiera darle

- no fuiste tu él que dijiste se humana – le reproché haciendo una mala imitación de su voz, la verdad no se me había ocurrido que más decir.

- Y crees que con emborracharte estas cumpliendo la meta.

Me contesto ofuscado. Emmett volvió a reír y Edwards puso los ojos en blanco. Alice contenía la risa tratando de sujetarme, pero me solté de sus brazos.

- Mira yo sólo…

Intenté decir mientras caminaba unos pasos pero francamente mi sentido del equilibrio estaba indiscutiblemente fuera de servicio por esa noche, lo que hizo que resbalara y si no hubiera sido por Edwards que se abalanzó ágilmente a sujetarme por el brazo hubiera dado de lleno contra el suelo

- Como en los viejos tiempos

Susurre y sin querer se me escapo una risotada, lo que hizo que Edwards perdiera la paciencia y se exasperará, sin decir nada me cogió del brazo y me arrastro hasta las escaleras, sin darme cuenta me tenia en su cuarto junto a una enorme cama

– no que no dormías - argüí mientras el sólo movía su cabeza.

- Te quedarás aquí.

Sentencio mirándome con reproche

- Normalmente esto se hubiera pasado con una buena siesta pero no estamos en una situación normal, ¿verdad?

Me dijo mientras yo le hacia una mueca

– Estarás aquí por lo menos hasta que puedas caminar sin caerte en el intento.

Iba a cerrar la puerta cuando me interpuse.

- Bueno a ti que te pasa, primero estas obsesionado porque yo siga siendo humana, me dejas botada para supuestamente proteger mi alma, y ahora que sabes que soy inmortal me haces un berrinche porque estoy experimentando un poco.

Discrepé frustrada mientras me separaba de la puerta, él se volteo a mirarme.

- Experimentando.

Gruño sorprendido tomo aire y continuo

- ¿crees qué esto es experimentar? Interrogó con voz ronca.

- Sí. Admití moviendo mi cabeza firmemente

- Irresponsabilidad eso es lo que es, podrías morir intoxicada

Grito al borde del pánico

- Que no lo entiendes – vociferó entre dientes frustrado mientras me sostenía el brazo en alto como si estuviera reprendiendo a su hija, lo mire boquiabierta jamás se había portado así conmigo.

- Pero tu comiste tierra – solté de repente

- digo pizza la otra vez, lo recuerdas - el miro en descrédito ante mi observación

- Bella tú crees que porque un humano come tierra no se enferma.

Lo miré confundida no entendía la analogía de lo que me había dicho y que para él parecía evidente.

- ¿Que podría pasarme? Pregunte curiosa

- pensé que éramos inmortales – continué pero él suspiro en frustración

- Inmortal no significa invencible y francamente creo que tendré que explicártelo en otro momento, lo único que tienes que saber es que lo que hiciste hoy es peligroso – finalizo frenético.

No dije nada, solo me senté en el borde de la cama haciendo una mueca. Vi como el apretó los puños, sin duda estaba logrando sacarlo de sus casillas, vacilo un momento y luego camino hacia la puerta de la habitación y la cerro tras él.

El cielo aún estaba oscuro, me había cansado de mirar por el cristal de la ventana, a penas lograba sostenerme en pie sin perder el equilibrio y aún todo me daba vueltas sin duda era una sensación desagradable, hubiera dado todo en ese minuto por poder dormir, miré hacia la cama y fue ahí cuando decidí que era tiempo de hacer mi ritual a la espera que el alcohol ingerido terminará su efecto, me tumbe y apoye mi espalda contra la cama, cerré mis ojos en un afán de tranquilizar mi mente, comencé a respirar lentamente, concentrándome en el sonido de mi respiración, habían pasado largos minutos haciendo eso cuando de pronto sentí su presencia cerca mío, abrí mis ojos abruptamente y vi la silueta de su cuerpo tendido a mi lado, giré sobre mi hombro y me puse en su misma posición.

- ¿Te sientes mejor?

Me pregunto, era evidente que trataba de hacer las pases conmigo luego de la pelea que habíamos tenido hace un par de horas, le sonreí.

- Supongo que podría estar mejor.

Le respondí, al tiempo que sentía su mano acariciar mi rostro, estaba deslizando sus finos dedos por mi mejilla, cerré mis ojos a su contacto, esté era tibio, nada parecido a como había sido antes, la sensación se asemejaba al calor de un sol tímido de primavera, me estremecí ante la conmoción.

La tibieza que ahora ellos emanaban también lo había notado cuando Carlisle me había consolado aquella vez en las afueras de la biblioteca en nuestra primera conversación, pero hasta ahora no había sido del todo conciente de aquello hasta este momento. Me mordí el labio mientras abría lentamente mis ojos, y ahí estaba él, nariz con nariz, escasos centímetros nos separaban, sin duda él era perfecto, mis ojos de humana no habían dado el crédito suficiente ni contemplado la cuarta parte de su belleza, si en aquel entonces me parecía hermoso, ahora verlo tan de cerca hacia que mi vista se desgarrará, sus ojos leonados estaban contemplándome bajo la oscuridad, eran tan profundos que por un segundo me perdí en su mirada.

– Eres tan hermoso –

Apenas pude susurrar mientras el sonreía ante mi comentario, fue entonces que me percate que la proximidad se hacia cada vez más corta, lentamente estaba girando su cabeza como aquella primera vez, buscando un camino hasta mis labios y no pude evitar apresurar el momento apretando los míos contra los suyos.

Era la primera vez, después de aquellos cinco largos años, que volvía a besarlo, y la sensación era exquisitamente adictiva, sin duda el era mi adición, la heroína era poco en consideración a esta sensación de necesidad que estaba descubriendo con cada beso que él me estaba regalando, de pronto volví a sentirme desequilibrada otra vez, pero esta vez la sensación era agradable, podría renunciar en este preciso instante a mi equilibrio con tal de quedarme con aquella sensación.

Sus besos hacían que mi boca ardiera, sentía como sus manos se sumergían en mi pelo y apretaban mi rostro contra el suyo, haciendo su beso mas profundo, con una lujuriosa urgencia, como si quisiera devorarme. Empuje mi cuerpo contra el suyo y sin darme cuenta estaba sobre el besándolo fieramente en respuesta, el rompió el beso y hundió sus labios contra mi cuello, lo que me hizo perder la cabeza completamente, difícilmente podía articular pensamientos coherentes.

Mi mente estaba inundada de nuevas sensaciones, unas que jamás hubiera pensado tener, la palabra pasión se estaba haciendo chica para todos los sentimientos que estaban aflorando en mí en aquel instante, apenas podía estar conciente de lo que sucedía, sentí como sus manos apretaban mi espalda haciendo gentilmente que me tumbara en la cama, estaba él ahora sobre mí, deslizaba su boca por el largo de mi cuello besándome en el hombro.

Por primera vez en mi vida, y sin planearlo siquiera, mis manos estaban avidamente desabotonando su camisa, incluso en una situación así, él era más rápido que mis manos, de pronto sin darme cuenta el peso de su cuerpo había desaparecido, él ya no estaba junto a mí, sentí su jadeo en un rincón de la habitación estaba tumbado contra la pared, mirándome con ojos férvidos trataba de controlar algo más que su respiración.

- Creo que estamos peligrosamente a punto de pasar un punto sin retorno

- ¿Qué?

Exclamé confusa y atontada aún por la situación, estaba hablándome de pudor y buen comportamiento cuando él había sido quien le dio rienda suelta a mi deseo aún no experimentado. Se río entre dientes mientras abrochaba los escasos dos botones que logre desatar antes que él se apartara de mí.

- Creo que es mejor no pasar el limite, estas tentado a tu suerte otra vez.

Me dijo tiernamente mientras volvía a sentarse sobre la cama, me levante y lo abrace por la espalda.

- No puedo creerlo… te preocupa mi pureza a esta altura del partido.

Dije frustrada, pues conocía muy bien el tono de voz que había empleado para alejarse de mí, no lo haría cambiar aunque le rogará de cabezas.

- Creo que es lo único que aún puedo salvar.

Respondió mientras se paraba y sujetaba mi brazo

- Ven creo que es hora de desayunar

Me dijo mientras tironeaba de mi cuerpo para hacerme salir de la cama.

- Pero no tengo hambre.

Reclamé mientras él se volvía a acercar a mí. Me pasó sus dedos por mis ojos y pude ver su preocupación

– ¿están rojos otra vez no?

Pregunte, pero era más una confirmación que pregunta, él asintió con su cabeza, ahogue una sonrisa mientras resignada me levantaba de la cama