Dark Chat

miércoles, 10 de marzo de 2010

Adelanto del Trailer de Eclipse




Edward: Se las consecuencias de las decisiones que estas tomando.



Jacob: Pelearé por ti, hasta que tu corazón deje de latir.



Nuestra Nueva Familia

Hola mis angeles hermosos como estan, aqui les dejo los cap del fic , anita les manda una disculpa por el atrazo pero la uni la trae super ocupada . asi q no se diga mas y a leer
Mil besitos
Angel of the dark
*************************************************************************************************************

CAPITULO 7: MUDANZA


ALICE POV


No lo podía creer, aquel lugar era hermoso. Pude ver con alegría que Bella tenía sus ojos demasiado abiertos por la emoción y una sonrisa enorme se le dibujaba en su pálido rostro, era extraño, pero Edward tenía exactamente la misma expresión, tal parecía que, al fin, estos dos tenían algo en común. Rose, como era de esperarse, no admitiría que el lugar no estaba tan mal para ella, sin embargo, había dejado de refunfuñar y pude notar que, por un segundo, había quedado muda ante tanta belleza. Emmet bajó dos balones, uno de futbol y otro de voleo, con la sonrisa desdibujadle de su rostro. Jasper bajaba sus utensilios para pintar y nuestros padres bajaban las cosas para el picnic, me dirigí para ayudarles, pero mi ayuda era innecesaria, ya que solo se trataba de dos canastas y algunas mantas, las cuales, Carlisle cargaba sin dificultad.


Nos instalamos en un lado de aquella reserva, desplegando las mantas y sentándonos en ellas. Fue muy interesante ver que Rose y Emmet jamás se separaban (se mantenían peleando, siempre JUNTOS) y que Bella y Edward parecían dos almas gemelas, ya que en movimientos perfecta e inconcientemente sincronizados, habían dejado caer sus cuerpos en las mantas y acto seguido abierto un libro, el cual, para ironía de la vida, tenía la misma portada. Reí.


"¿Pasa algo?" – preguntó Jasper


"¿No se te hace extraña todas estas actitudes?" – pregunté señalando a nuestros hermanos.


Le tomo menos de un segundo el comprender a lo que me refería, tal parecía, yo no era la única que estaba atenta a estas parejitas


"Demasiado extraña" – acordó dedicándome su tierna sonrisa – "son algo complicados, ¿No crees?"


Asentí con la cabeza, riéndole, no podía dejar de sonreír ante aquellos ojos color miel. Jasper no era tan efusivo como Emmet, ni tan reservado como Edward, y su personalidad tierna y pacifica me hacía sentir más que cómoda, como nunca me había sentido antes con alguien.


Me comencé a perder en sus ojos e instintivamente giré mi rostro antes de sentir aquella sensación de hacía días, la cual me espantaba. Una sensación en la cual mi corazón se había acelerado como si hubiese corrido durante media hora sin parar, al permitirme mirarle a los ojos por más de un minuto…


"Es sorprendente como nuestros padres soportan las peleas de Emmet y Rose" – comenté riendo y mirando a Esme y Carlisle quienes platicaban, a unos cuantos metros de nosotros, tomados de las manos – "no creo que todavía sigan pasando desapercibidas para ellos"


"A Carlisle le causa mucha gracia" –


"A Esme también" – reímos para después quedarnos una vez más en silencio.


Jasper observaba a su alrededor, supuse que estaba intentando buscar, en todo este paisaje, algo que pintar


"¿Vas a pintar?" – pregunté


Él negó con la cabeza, clavo sus ojos de nueva cuenta en mí y después los desvió para ver el paisaje que se levantaba frente a nosotros


"No es esto" – respondió aun mirando a los enormes pinos – "lo que quiero pintar"


"Es hermoso" – dije para animarle ya que su voz tenía un tono de pesadumbre


"Lo es" – acordó – "pero he visto algo más hermoso que esto… y es lo único que deseo pintar ahora"


Mi sonrisa desapareció cuando la tristeza invadió a su rostro y a sus ojos, no me gustaba verlo así, lo volví a tomar de las manos, sintiendo de nuevo aquel cosquilleo en ellas como en la primera vez.


"No estés triste" – intenté animar – "lo importante es que ya sabes lo que quieres pintar, solo tienes que hacerlo… ¿Qué es?" – quise saber


Jasper calló varios minutos. Me entristecí al pensar que aun no me había ganado su confianza


"Si no quieres decírmelo, no hay…" – dije, forzándome por mantener mi sonrisa


"¡No!" – interrumpió – "No es que no quiera decírtelo, es solo que… - esperé – es solo que…"


"¡Alice!" – el repentino grito molesto de Rose nos hizo saltar a todos, menos a Emmet – "¡vamos a dar un paseo!"


Tenía deseos de negarme para poder seguir al lado de Jasper, pero tampoco quería presionarlo con mi presencia, le sonreí a mi hermana


"Te veo al rato" – dije despidiéndome de Jasper, el asintió


"No tarden" – dijo mamá – "dentro de poco estará listo el refrigerio"


Rose estaba tan molesta que no contestó


"No te preocupes mamá" – aseguré mientras me alejaba al lado de mi hermana y veía por el rabillo del ojo a Jasper


BELLA POV


El lugar, simplemente no tenía descripción. Era tan maravilloso, esplendido, único, el lugar perfecto. Inhalé profundamente en cuanto bajé de la camioneta para llenar mis pulmones de aquella fragancia de aire húmedo combinado con la frescura de los pinos alzándose a metros de nosotros.


Nos instalamos rápidamente y me apresure a marcar mi territorio, lejos de los demás, para poder terminar de leer mi libro: "Dracula" de Bram Stoker.


Me faltaban solo quince páginas para terminarlo, dejé caer mi cuerpo sobre la manta y extraje el libro de mi inseparable morral de tela. Antes de comenzar con la lectura, observé que hacían los demás: Jasper y Alice se habían sentado juntos y platicaban, sonreí; se veían tan cómodos juntos, cualquiera diría que fueran más que amigos o… hermanastros


Mamá y Carlisle platicaban con sus manos entrelazadas mientras Rose y Emmet se agredían arrancando el pasto con sus manos y aventándoselo mutuamente, reí sin poder evitarlo, la escena era graciosa.


Giré mi rostro y lo lamenté, Edward también reía al ver a nuestros hermanos peleando como niños de preescolar y había volteado a verme, justo en el mismo momento que yo lo hacía, como era de esperarse, sus ojos se posaron en los míos, congelándome. La sonrisa desapareció de nuestros rostros al mismo tiempo, por lo que me apresuré a tomar mi libro y empezar a leer, busqué la pagina 487 y me dispuse a concentrarme en las letras impresas. Imposible. Aun sentía sus ojos posados en mí.


Estaba dispuesta a enfrentarlo con la mirada, pero mi intento se vio desvanecido al darme cuenta que, en sus manos, se encontraba el mismo ejemplar que había en las mías, traté de no tomar importancia ante aquel hecho, pero no pude reprimir una sonrisa, "así que el chico engreído sabía de buenos libros"… al menos no era tan idiota como había pensado.


Levanté de nuevo la vista en su dirección y me asombré al ver que él tenía la misma sonrisa irónica pintada en sus labios… aquella expresión lo hacía verse realmente guapo. Me deshice de aquel pensamiento rápidamente.


Tal vez Edward Cullen era un chico de muy buen ver, pero eso no le restaba lo mal que se había portado los primeros días con mi madre y lo mal que se seguía portando conmigo. Lo guapo no le quitaba lo engreído, grosero, altanero, vanidoso, pedante, amargado e infantil que era…


¡Agh! ¡Cuánto lo aborrecía!


Me acosté en un intento fallido de no darle importancia, comencé a leer sin leer, las letras no adquirían significado, terminé el libro sin comprender el desarrollo del final… ¿Qué había pasado con Mina?... ¿Quién había muerto en la batalla?... ¡Maldición!, exasperada aventé el libro a un lado, otro sonido igual me hizo girar el rostro, Edward había hecho exactamente lo mismo… Estupendo.


Nuestras miradas se volvieron a unir, (¿Abría alguna ocasión en la cual no tuviéramos que hacer siempre lo mismo?) esta vez, con un odio infinito, sabía que era absurdo que nos miráramos de aquella manera, nosotros no estábamos peleando, ni siquiera habíamos cruzado palabra desde que habíamos salido de la cocina, simplemente Edward Cullen no me había agredido (explícitamente) ni yo a él (explícitamente), y aún así, si tuviéramos láser en las pupilas, nos habríamos matado en ese preciso momento. Estábamos peor que Emmet y Rose, nuestra actitud, fuera de ser infantil, era patética.


Yo me estaba trazando las diversas posibilidades de agredir (físicamente) a Edward Cullen, la mirada no bastaba en aquel momento, ÉL había sobrepasado mi paciencia (que era demasiado grande) y mi imaginación había volado complacida por las diferentes imágenes que proponía: Aventarle el libro directamente a su cara (aunque la puntería no estaba en mis principales cualidades), Coger alguno de los balones de Emmet (tal vez los dos) y hacer lo mismo y terminar con una enorme puñetazo en su tan perfecta mejilla… eso no lo mataría… para mi desgracia


Instintivamente tome el libro entre mis manos, una vocecilla me decía, muy a lo lejos, que no lo hiciera. Pero era muy, muy a lo lejos, así que me hice la sorda


"¡Alice!" –


Edward tenía suerte, el grito de Rose me había desconcentrado, haciéndome saltar por lo inesperado que este era.


Decidí tranquilizarme e intentar leer de nuevo el final del libro, me volví a acostar sobre la manta y comencé a leer de nuevo


ROSE POV


"¡Este lugar es mío!" – dije, arrancando pasto con mi mano y aventándoselo a Emmet Cullen, quien había dejado caer sus balones y estos habían rodado hacia mi territorio ¿Era necesario que él hubiera escogido sentarse casi a mi lado?


"¿Así?" – preguntó burlonamente, alzando una de sus cejas y devolviéndome la agresión de la misma manera – "¿Desde cuando lo compraste?"


La guerra de pasto se desató por prolongados segundos, a lo lejos, escuchaba las risitas de los demás, pero eso no me desconcentró en la tarea de ahogar a Emmet con aquella hierva. Claro, era más probable que la ahogada fuera yo, ya que su manota arrancaba más hierba, dándole ventaja. Le gruñí, "si eso es lo que quieres", pensé "a ver quien se va de este lugar primero". Logré controlarme para poder sonreírle mi enemigo


- "Esta bien, Emmy" – dije con tono dulce, pensando que la bestia no tenía la suficiente materia gris para saber que era la más clara advertencia de que algo malo le esperaba – "me sentare contigo, si eso es lo que quieres"


Me desplace con un movimiento lento y sensual, mirándolo a los ojos, hacia donde él se encontraba. Sabía que en cualquier otra chica esto se vería fatal y ridículo, pero YO no era cualquier chica. YO era ROSALIE SWAN.


Sonreí complacida al ver que Emmet no despegaba su mirada de mí por un par de segundos, después, él hizo un gesto con el cual me preguntaba a qué me refería y yo luché por no trabar los ojos y decirle lo imbecil que era


"Vamos, Emmy, no te haré daño" – mentí con voz dulce, la advertencia seguía y tal parecía que él no la había captado.


"¿Y este cambio?" – preguntó regalándome, por primera vez, una de sus sonrisas tan grandes y agradables, que, por un momento, me hizo olvidar mi objetivo


"He decidido ya no hacerte sufrir" – dije, olvidándome del tono dulce y optando el acento engreído, tan fácil de manejar para mí – "tal parece que te sientes gravemente atraído por mí…"


Una sonora carcajada me interrumpió… ¿Emmet se estaba riendo de mí?


"¿Se puede saber que es lo gracioso?" – pregunté ofendida


"¡Ay Rose!" – contestó en medio de sus carcajadas – "eres… eres… tan graciosa… ¡Ja, ja!... eres tan graciosa cuando quieres… ¡Ja, ja, ja!"


Esto era el colmo: ahora yo era graciosa…


"¡¿Graciosa?!" -


"¡Claro! ¡Ja, ja, ja!" – Emmet no paraba de reír – "pensar que tu… que tu… que yo… ¡Ja, ja! ¡Que tú me interesas! ¡Ja, ja, ja! ¡Eres tan… ocurrente, Rose!"


Aquello dolió. Jamás, ¡Jamás! Me habían negado que yo fuera atractiva para alguien… sentí que mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas, pero no le daría el gusto a Emmet Cullen de verme derrotada, rasgué el pasto con mis uñas, deseando que fuera su cara.


Emmet había dado en el blanco: mi vanidad y orgullo. Esto no se iba a quedar así, pero, por el momento, necesitaba alejarme de su lado ya que las lágrimas amenazaban con salir


"¡Alice!" – grité. Sabía que mi hermana no tenía culpa alguna pero la voz no me salió de otra forma – "¡Vamos a dar un paseo!"


Tuve suerte de que ella no se negara, sabía que cuando Bella leía no le gustaba que nada ni nadie la interrumpiera. No dijo palabra alguna mientras la tomaba de la mano y nos alejábamos a grandes zancadas del estupido de Emmet quien se seguía riendo.


Cuando estuvimos lo suficientemente lejos para que nadie de nuestros acompañantes nos vieran, me detuve y ya no pude retener las lagrimas que empezaron a caer de forma violenta


"Rose… ¿Qué te pasa?" – preguntó preocupada mi hermana


No podía contestarle, me limite a jalarla para abrazarla, sus delgados bracitos enrollaron mi cuello


"Rose… dime que te pasa, ¿Por qué lloras?"


Cuando estuve más tranquila le conté a Alice lo que había pasado. Ella se limitó a escucharme y no comentar, sabía que le tenía mucho afecto a Emmet y no podía ponerse del lado de uno o de otro. Regresamos con los demás en cuanto mis ojos ya no estaban tan hinchados y le hice prometer a Alice que no diría nada al respecto. Encontramos a todos comiendo juntos, cuando vi a Emmet de espaldas, me dieron una ganas enormes de patearle y pegarle un zape… y después escupirle… pero Esme y Carlisle estaban presentes, tal vez (No. Tal vez no. SEGURAMENTE) en otra ocasión tendría oportunidad para desquitarme.


EMMET POV


En cuanto la rubiecita se fue, cesó mi fingida carcajada, tal parecía, el teatro no se me daba mal y bendito el cielo por eso. Su ego y vanidad necesitaba una buena dosis de humildad y sencillez, y yo me encargaría de administrarle aquella dosis cada vez que me fuera posible. Esme y Carlisle nos llamaron para empezar a comer


"¿Saben a donde fueron Alice y Rose?" – preguntó Esme


"Me imagino que algo le molestó y quiso despejar su mente" – respondió Bella, vaya que entre ellas se conocían muy bien


"¿Las necesitas para algo?" – preguntó Edward, me alegraba el ver que mi hermano ya aceptaba a la doctora y era sinceramente amable con ella – si gustas, las puedo ir a buscar


"No, Edward" – respondió dulcemente, ¿Quién no se podría encariñar con una mujer tan tierna y buena? – "Esperaremos a que regresen, si quieren, pueden empezar a comer, espero les guste"


Agradecimos y comenzamos a comer entre pláticas y risas. Minutos después aparecieron las dos hermanas Swan y se incorporaron al circulo, Rose no me dirigió la mirada ni una sola vez


"Pues bien" – llamó papá – "ahora que estamos todos juntos, Esme y yo tenemos algo que decirles…"


Todos aguardamos curiosos, ¿Qué tendrían que decirnos esta vez?


"Verán" – continuó nuestro padre – "sus cuartos estarán listos en unos cuantos días… estuve platicando con su madre al respecto y queríamos preguntarles si están de acuerdo el que se muden a vivir con nosotros antes de la boda y no después de esta"


Hubo un silencio largo que fue interrumpido por Esme


"Hijas" – dijo – "sé que es extraño para ustedes… era solo una propuesta, si ustedes quieren mudarse hasta después de la boda, no hay problema"


"Es lo mismo si nos cambiamos ahora o después" – dijo Rose para mi asombro – "además, si nos mudamos después de la boda será más estorboso para todos"


"Rose tiene razón" – acordó Alice – "no queremos que su primer día de casados se la pasen cargando cosas de un lado a otro"


Esme y Carlisle rieron junto con nosotros, me sentí aliviado que Edward estaba tranquilo y sonreía también


"¡Pues bien!" – dije – "¡¿Cuándo empezamos con la mudanza?!"


"Tranquilo, hijo" – dijo mi papá con una sonrisa enorme en el rostro, era genial verlo así de feliz – "la mudanza no nos tomará más que dos o tres días y será hasta que los cuartos estén pintados, es lo único que falta."


La plática continuó en base a la mudanza, acordamos que empezaría en una semana y las chicas irían mañana a elegir cual de los cuartos iban a ocupar respectivamente.


Los días transcurrieron rápidamente, claro, ¿Cómo no? Rose se había puesto más insoportable conmigo desde aquel día del picnic y se la pasaba agrediéndome. Me alegraba y emocionaba la idea de tener a Alice y a Bella en la misma casa, pero me atormentaba y, sinceramente, me daba pavor, el tener a Rose, quien, para colmo de males, había elegido justamente la habitación frontal a la mía (con la excusa de que era la más espaciosa)


Las cosas de las chicas estaban ya acomodadas en sus respectivas recamaras, solamente faltaban ellas y Esme, quien dormiría, hasta el día de la boda, en la habitación de Bella, idea que se me hizo absurda.


Las chicas llegaron en la tarde, la incomodidad se hizo presente en cuanto llegó la noche y con ella, la hora de dormir. Resultaba extraño el pensar que ahora ya no éramos cuatro, si no ocho en aquella casa…


***********************************************************************************************


CAPITULO 8: CHONITA Y PANCHO


BELLA POV


El dormir y despertar en aquella casa fue una experiencia totalmente extraña y no solamente para mí, mamá también se veía felizmente desorientada.


"Buenos días hija" – saludó con un beso en mi frente – "levántate, es hora de ir a la escuela"


La escuela. Ese día sería terrible, las invitaciones habían sido repartidas el fin de semana y con ello, la noticia estaba divulgada y confirmada: la doctora Swan se casaría con el codiciado doctor Cullen. Me dirigí a una de los dos regaderas asignadas especialmente para nosotros "los hermanastros", (agradecí el no toparme a ninguno de los chicos), pensando en lo mismo. Mi nerviosismo se debía a que, si de algo nos habíamos fijado mis hermanas y yo, era que no éramos del agrado para la mayoría de las chicas del colegio (por no decir todas) gracias a la popularidad que tenían los Cullen en dicha institución…


El hecho de ser nuevas y que, repentinamente mantuviéramos una relación tan cercana, parecía ser la causa principal de las miradas fortuitas hacia nosotras. Era fácil deducir que, el saber que ahora nos encontrábamos compartiendo el mismo techo, las cosas empeorarían


Por la expresión que tenían mis hermanas supe que pensaban lo mismo. El desayuno transcurrió en una situación cómicamente incomoda. Las peleas constantes entre Emmet y Rose no habían hecho acto de presencia; Jasper y Alice no habían platicado más que pequeñas palabras y Emmet no se había empeñado en hacer bromas a ninguno de nosotros…


La cohibida situación se sostuvo hasta llegar a la escuela. Fue mucho peor de lo que imagine al sentir las miradas clavadas en nosotros, quienes bajábamos, todos juntos, de la camioneta manejada por Emmet. Por primera vez, nos fuimos todos a nuestras clases en silencio y casi pegados a nuestros respectivos acompañantes, en un intento de proteger nuestros cuerpos de las indiscretas miradas. Grave error.


Por un momento pensé que sería salvajemente atacada por Jessica cuando entré junto con Edward al salón (cosa que jamás había ocurrido). La hora de la comida fue peor, más de alguna persona se acercó a pedir detalles sobre el casamiento, y muchas otras más, sobre NUESTRAS relaciones…


Todos dimos un profundo respiro de alivio en cuanto nos encontramos en la camioneta, saliendo a la carretera que nos conduciría a la casa.


"Espero solo haya sido por hoy" – dijo Alice, sin necesidad de aclarar a qué se refería


"Solo en un pueblo tan pequeño pasa esto" – se quejó Rose


Los muchachos rieron nerviosos.


En cuanto llegamos a la casa nos invadió de nuevo la incomodidad, ¿Ahora qué se suponía que íbamos a hacer? Nuestros padres no estaban y no llegarían hasta en la noche. Nadie dijo palabra alguna y fue patético el ver que todos, sin ponernos de acuerdo, nos dirigimos hacia el mismo lugar: la sala.


Un largo silencio nos invadió. A alguien se le ocurrió prender la televisión, pero nadie puso atención a ello. El reloj giró su manecilla hasta completar una hora desde nuestra llegada y yo… tenía hambre.


Nuestras miradas iban y venían del uno al otro…


"Y bien…" - me atreví a decir – "¿Estaremos así todo la tarde?"


"No. Claro que no" – respondió Emmet – "podemos hacer algo…"


Otro largo silencio


"¿Cómo qué?" – quiso saber Alice


"N… no se" – admitió Emmet, Rose puso los ojos en blanco


Otro incomodo y más prolongado silencio… interrumpido por un celular


"¿Si?" – contestó Alice – "¡Oh, doña Chonita!" – exclamó feliz. Rose y yo ensanchamos una enorme sonrisa – "¿Có…Cómo?... ¿De veras?... ¡Eso es magnifico! ¡La hemos extrañado tanto!... si… si… ¡Hasta mañana doña Choni!" – mi hermana colgó y comenzó a dar brinquitos en la sala, los hermanos Cullen la veían preocupados.


"¿Es lo que yo estoy imaginando?" – pregunté


"¡Alice, di que si, por favor!" – suplicó Rose. Nuestra hermana asintió y ahora, éramos las tres las que brincábamos en la sala


"¡Va a venir Chonita! ¡Va a venir Chonita!" – canturreábamos las tres, olvidándonos de los Cullen


"Ehh… chicas, ¿Quién es Chonita?" – preguntó Jasper


"¡Nuestra nana!" – contestamos las tres al unísono


"Nos cuidaba cuando vivíamos en Phoenix" – comencé a explicar – "no pudo venir con nosotras por que tenía asuntos que arreglar allá…"


"Pero hoy en la mañana le habló a mamá para informarle que esta dispuesta en venir a trabajar, ahora que todo por allá esta arreglado" – continuó Alice – "¡Y por supuesto! Mamá lo consultó con Carlisle y ambos accedieron encantados de que ella se encargará de la casa, ¡así que mañana la tendremos aquí!"


Los hermanos Cullen se quedaron petrificados


"No se preocupen" – dijo Rose tratando de calmarlos – "es una mujer muy buena y consentidora, ¡Les va a caer muy bien!"


"Es que…" - comenzó a decir Jasper con su típica timidez – "bueno… mis hermanos y yo no contábamos con eso y…"


"¿Y…?" – insito a continuar Alice


"¡No pueden traer a ninguna Chonita aquí!" – soltaron Emmet y Edward al mismo tiempo


"¿Por qué no?" – pregunté ofendida


"Carlisle esta completamente de acuerdo" – me apoyó Rose


"¡Chicos tranquilos!" – intentó calmar Jasper – "Alice, Rose, Bella… nosotros no contábamos con que alguien vendría a trabajar a esta casa y…"


"¡Y nosotros hemos recontratado ha don Pancho!" – terminó Emmet


"¡¿Pancho?!" -


"Trabajaba con nosotros hasta hace un año" – explicó Edward – "decidió tomarse unas vacaciones yéndose a vivir un tiempo con su hija, quien vive en Ohio, pero ahora ha vuelto… y nosotros le dijimos que mañana podría venir a trabajar. No sé si nuestros padres querrán el tener a dos personas trabajando aquí y ademas…"


"No veo cual sea el problema" – interrumpió Rose – "nuestros padres tienen el dinero suficiente para pagar a Doña Chonita y a su Don Pancho… y si en todo caso no lo tuvieran, ¡Es obvio quien se quedaría en el lugar de quien!: Chonita por supuesto" – su voz sonó realmente segura – "dudo que Don Pancho realice de la misma manera las tareas domesticas que una mujer. No habría discusión" – terminó, reprimí las ganas de aplaudir a mi hermana.


"¡Te equivocas!" – discutió Emmet, por primera vez me sentí molesta con él – "¡Estas muy equivocada rubia feminista! ¡Don Pancho sabe cocinar mucho mejor que cualquier mujer que haya conocido en toda mi vida!"


"Seguro" El pedigrí ha de tener un sabor maravilloso ¿Verdad?" – desafió con todo el sarcasmo fluyendo de los labios de mi rubia hermana. Emmet le gruñó


"¡Tranquilos! ¡Rose, Emmet!" – ordené – "¡Basta de ofensas! ¡Nos estamos adelantando a discusiones tal vez innecesarias! Lo más probable es que Carlisle y Esme decidan contratar a los dos."


"Estoy seguro que así será, el problema es que…" - Jasper no siguió


"¡Don Pancho odia la compañía que le ayude en las tareas domesticas!" – exclamó Edward – "¡Hizo que se fueran tres muchachas en menos de un año!"


Cielo santo. Ese era un detalle que estábamos olvidando mis hermanas y yo: Doña Chonita tenía el mismo defecto


"¡Nadie va a correr a Doña Choni!" – dije en tono desafiante a Edward. Por primera vez le gritaba de esa manera, y dado que desde hacía semanas quería hacer tal acción, me sentí bien, muy bien.


"¡Pues ve y hazle entender eso mañana a Don Pancho!" – gritó de vuelta. Nuestras miradas relampaguearon


Una batalla se desató entre nosotras y los hermanos Cullen, todos discutíamos entre todos, ellos: defendiendo y estando a favor del mentado Don Pancho y, nosotras: fieles a Doña Chonita… todo esto estaba subiendo de tono, tanto que hasta Alice y Jasper discutieron (no tan fuertemente como Rose y Emmet y yo con Edward).


Nos calmamos hasta que Carlisle y mamá llegaron, aunque las discusiones volvieron en cuanto el tema se retomó. Tras varias largas horas llegamos a la misma conclusión que el principio: Don Pancho y Doña Chonita trabajarían en la casa. Era cuestión de explicárselos y esperar sus reacciones.


Mis hermanas y yo subimos somatando los pies en las escaleras de la casa, la incomodidad había sido suplantada por una furia contra los hermanos Cullen.


El día llegó y el enojo y distanciamiento con los muchachos seguía igual. La escuela transcurrió con la misma pesadez que el día anterior, tal parecía esto no se acabaría pronto…


JASPER POV


Me sentía fatal. Lo único que me faltaba: que Alice estuviera enojada conmigo. Me sentía desesperado, la indiferencia de ella era la que más me dolía, tenía que pedirle perdón, después de todo, yo me había puesto en su contra…


El día en la escuela transcurrió sin que pudiera decirle mis disculpas, María notó nuestro distanciamiento y lo aprovechó al máximo no despegándose de mí, la hora del almuerzo era mala idea, mis hermanos me tomarían como traidor si me mostraba del lado de Alice, y no estaba dispuesto a decirles que haría todo lo que a ella la hiciera feliz. Sería entonces, cuando llegáramos a casa. Estuve practicando mi dialogo para ese entonces, ideé alrededor de veinte disculpas y ninguna terminaban por convencerme… tal vez una carta sería mejor, pero no, con una carta no la había ofendido y una carta no era la solución adecuada, la disculpa tenía que salir de mis labios.


En cuanto llegamos a la casa fuimos sorprendidos por Esme y Carlisle quienes se encontraban con Don Pancho y una mujer de baja estatura y levemente robusta, su rostro era gentil y las pocas canas se empezaban a notar sobre su negro cabello. Esme nos la presentó mientras Carlisle hacía lo mismo con Don Pancho y las muchachas.


Fue inesperado que Don Pancho no protestara, ni hiciera mueca alguna, por saber que tendría ayuda en la casa, para sorpresa mía y de mis hermanos, el hombre sonreía…


Nuestra pelea había sido en vano. Los señores se adentraron con nuestros padres, quienes les empezaban a dar instrucciones. Mis hermanos se dirigieron hacia sus recamaras y vi que las Swan hacían lo mismo.


"Alice" – llamé. Ella giró rápidamente hacia mi dirección


"¿Si?" – preguntó, dirigí mis ojos hacia mis pies, sus hermosos ojos color carbón me impedían hablar con claridad


"Alice…" - comencé. Tuve que carraspear ya que mi voz no había salido con claridad – "bueno yo…" - sentí mis orejas calientes – "te quería pedir… te quería pedir disculpas por lo de ayer…"


"Jasper… discúlpame tu" – dijo tan bajito, solo para mí, que tuve que levantar mi vista para cerciorarme si en realidad estaba ella ahí, o se había ido y aquella voz había sido mi imaginación. Y ahí estaba, con su rostro levemente inclinado y sus mejillas sonrojadas. Estaba completamente embelezado con lo que estaba viendo que, aquel movimiento me había llegado por sorpresa, mi corazón se detuvo en cuanto fui conciente de que Alice me abrazaba


"Prométeme que jamás volveremos a pelear" – pidió mientras sus bracitos se apretaban en mi cintura – "promételo, Jazz"


Mis brazos también se enrollaron, instintiva y naturalmente alrededor de su cintura, tan pequeña y tan frágil. Definitivamente, yo haría lo que ella me dijera.


"Te lo prometo" – susurré


EDWARD POV


El día de la boda había llegado al fin.


Mi padre se paseaba de un lado a otro en su recamara, mis hermanos estábamos ahí para darle nuestros mejores deseos y ayudarle con su traje de novio. El corazón me saltaba de felicidad al verlo tan radiante, tan lleno de vida.


El problema con las chicas había mejorado. Alice y Jasper eran los que había olvidado completamente el suceso, mientras que yo, había retomado mis platicas con Rose, de más esta decir que, con la única con quien no había retomado nada, (por que nunca había habido nada) era con Bella.


Don Pancho se adelantaría, llevando a Jasper, a Doña Chonita (quien por cierto, se había ganado el cariño de todos en cuestión de días) y a Alice a la iglesia, ya que, la pequeña duendecilla había rogado llegar primero que todos, le faltaban algunas orquídeas a dos floreros y eso era una fatalidad, según ella.


Emmet llevaría a Esme y a Rose por ultimo, ya que Alice no le había confiado a Bella el retoque de su madre al bajar del carro


Y yo llevaría a Carlisle y a Bella, para mi desgracia. ¿Motivo? Simple: no quería llegar al último ya que la niñita tenía un severo problema de miedo escénico y Don Pancho ya se había ido junto con sus respectivos pasajeros.


Rose tocó la puerta de nuestra habitación, se veía realmente hermosa con aquel extravagante y sensual vestido blanco.


"Carlisle puede salir" – me dijo. Todo el día habíamos luchado por que ninguno de nuestros padres se miraran, otra instrucción severamente señalada por Alice.


Asentí y ella se fue, regalándome una sonrisa.


"Es hora" – dije a mi padre, quien se puso de pie inmediatamente al escuchar aquellas palabras y tomaba la foto de mi madre entre sus manos


"Hijo, ¿Me das un minuto a solas con tu madre?" – pidió con voz dulce. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Sabía que mamá estaba muy contenta en estos momentos por que Esme era la mujer perfecta para mi papá.


Salí en silencio de la recamara y bajé hacia la sala, una lagrima se derramó de mi ojo derecho, sin poderlo evitar.


***********************************************************************************************


CAPITULO 9: LA BODA


EDWARD POV


Otra lágrima se derramó. Era absurdo el estar llorando. Realmente me sentía feliz de que papá se casara (algo que jamás imaginé pensar justo hacía un mes)…


… Me dejé caer en el sillón, viendo el cuadro de la foto de mi mamá que se encontraba colgado en la pared, sabía que ella siempre estaría con nosotros y que, probablemente, ella había mandado a Esme para que mi padre recuperara aquella plena felicidad.


Algo calido y suave rozo mi mejilla, secándome las pequeñas lagrimas que caían. Aquel roce fue tan ligero y breve que, por un momento, pensé que mi madre, desde donde quiera que estaba, me lo había dado


- "¿Tan triste es que Carlisle se halla enamorado de Esme?" – preguntó tiernamente una voz familiar. Giré mi rostro y me quedé sin aliento en cuanto la vi sentada a mi lado ¿Cómo podía verla increíblemente hermosa, cuando su sola presencia me irritaba? ¿Cómo me atrevía a comparar a Bella con los mismos ángeles, y no parecerme basta tal comparación para describir su hermosura?


El vestido y las joyas que portaba no era ostentosos como lo que usaba Rose, si no todo lo contrario: la prenda era sencilla, y sin más adorno que unas olas de tela en corte de cascada que tenía la falda y una rosa adornando el corsette, en la parte media superior. Su cabello lo llevaba suelto, una cascada color caoba más voluminosa de lo habitual, que adornaba su pálido rostro; unos finos y largos aretes de brillantes plateados, en juego con una gargantilla y un brazalete. Nada más, pero lo suficiente para convertirla en una diosa.


"¿No me vas a responder?" – había olvidado que la razón para que la viera, había sido por que me había hecho una pregunta. ¿Había sido su mano la que rozo mi mejilla o había sido mi imaginación?


Sus ojos me miraban extrañados, sabía que debía girar mi rostro, dejar de verla y responderle, más no pude. Sabía que era un error, Bella me aborrecía, tanto ó más, como yo a ella, y cuando algo ó alguien no te agrada, es obvio que no vas a mirar a ese objeto de tu odio con adoración… sin embargo, en este momento no sentía ni una pizca de ira contra suya, ¿Se debía a qué, por primera vez, su voz y rostro se mostraban amables conmigo?


"No te preocupes, Esme es muy buena para ganarse el cariño más sincero de toda persona" – respondí – "no concibo a otra mujer, aparte de mi madre, que sea capaz de hacer dichoso a mi padre. Tienes a una mamá espectacular, Bella."


Clavé mis ojos en la imagen de la mujer que me había concebido, la mujer que en aquellos momentos, me aseguraba, desde algún lugar, que mis palabras eran completamente ciertas. Sonreí.


"Tu madre estará siempre con ustedes" – aquella actitud de Bella era extraña, pero debo admitir que me gustaba


"Lo sé" – admití uniendo mi mirada con la suya.


"Gracias por aceptar a mi mamá" – dijo mientras giraba su rostro hacia otro lado


Carlisle apareció justo en aquel momento, sus ojos estaban levemente hinchados, pero brillaban con una paz profunda e infinita. Sonreímos mutuamente al vernos y, en cuanto llegó a mi lado, me abrazó fuertemente


"¡Bella, te ves hermosa!" – Exclamó en cuanto sus brazos me soltaron


"Gracias por el cumplido" – volví sonreír. A Bella no le gustaban los halagos


Nos dirigimos hacia mi auto, agradecí el que Alice no se hubiera empeñado en arreglarlo como carro alegórico. Mis ojos no se lograban despegar de la imagen de Bella. Jamás me había fijado en lo tan hermosamente irreal que eran su gracia y sencillez. No, no podía permitirme seguir mirándola de aquella manera. Jamás había estado en mis planes el ser amable con aquella muchachita, aun si tuviera la oportunidad… Tuve suerte de que Carlisle se adelantara y le ayudara a entrar al carro, ahorrándome el compromiso de hacerlo yo…


JASPER POV


"Vamos niña Alice, dese prisa" – gritaba doña Choni desde la sala


"¡Jasper, si estas ahí, no quiero que mires!" – pidió una vocecilla desde el segundo piso. Miré extrañado a doña Choni, ¿Por qué Alice no quería que la mirara?


"Jasper esta en el jardín, esperándonos junto con don Pancho" – mintió la señora, guiñándome un ojo


Mi mandíbula se aflojó en cuanto la vi, ¿Podría haber en este mundo algo más lindo y frágil que mi Alice?


Me quedé mudo y mi corazón se aceleró con cada paso que ella daba, bajando las escaleras, e ignorando mi presencia. Cuánto agradecí el que Doña Choni no me hubiera corrido en realidad. Ver a Alice con aquel vestido de ensueño, bajando las escaleras con esa gracia, propia de una bailarina, era lo más cautivador que mis ojos habían logrado ver hasta aquel momento.


Sus ojos me miraron con apenado asombro en cuanto supo que doña Choni le había mentido


"¡Me engañaron!" – acusó y su rostro se veía adorable con sus mejillas encendidas y su ceño levemente fruncido


"¡Oh mi niña!" – exclamó doña Choni – "¡Pero que linda te ves! ¿Verdad Jasper?"


Sentí que la sangre subía hasta mi rostro


"Muy… muy linda" – acordé en un susurro y bajando la mirada


"¡Permítanme tomarles una foto!" – pidió doña Choni.


Alice se acercó a mi lado, por la forma en que me miró y sonrió, supe que había olvidado lo del engaño. No me atreví a tocarla. Alice era tan divina para mí, que ni siquiera me sentía digno de posar mis manos en sus desnudos hombros. Esperamos el flash de la cámara, juntos, pero sin ningún contacto


"¡No, no, no!" – exclamó doña Choni – "¡Así no! ¡Pero que simples son los jóvenes de ahora!" – se acercó hacia nosotros, movió nuestros cuerpos y manos, de tal forma que Alice y yo quedábamos de frente, con su cabeza recostada en mi pecho y sus manos enrolladas en mi cintura. Por mí parte, me encontraba petrificado, y muy, muy apenado. Seguramente, Alice, escuchaba los frenéticos latidos de mi corazón, que parecía estar a punto de estallar por tenerla tan cerca.


"Eso esta mucho mejor" – la voz de doña Choni sonaba complacida y un flashazo se disparó de la cámara – "Bien… ya pueden separarse" – recordó cuando notó que, tras varios segundos después, Alice y yo seguíamos en la misma posición.


Retiré mis manos de su cintura y me alejé de ella con el rostro totalmente enrojecido


"Iré por las flores a la cocina" – anunció mi adorado tomento. Me ofrecí a ayudarla. En el camino mi rostro había recuperado ya su color natural, antes de que Alice cogiera los ramos de orquídeas, se sentó en la silla del desayunador, sacó un papel de su bolsa y comenzó a escribir algo en el.


"¿Qué haces?" – quise saber. Ella me dedicó una enorme e inocente sonrisa traviesa


"¿Te importaría si bailo contigo, en lugar de Bella?" - soltó


EMMET POV


Me encontraba como gato enjaulado, yendo de un lado a otro en la sala, ¿Por qué tenía que ser yo, el más impaciente de mis hermanos, quien tuviera que esperar para llevar a la novia? Tenía casi media hora desde que la casa había quedado vacía, solamente con Esme y Rose encerradas en la recamara y yo, aquí en la sala. Decidí salir al jardín para tranquilizarme un poco, supongo que era normal estar nervioso en la boda de mi padre…


"¡Emmet!" – Gritó la rubiecita – "¡Emmet! ¡¿Dónde estas?!"


Puse los ojos en blanco, en aquel momento no estaba para soportar a esa amargada. La puerta para ingresar al jardín se abrió con un brusco movimiento


"¡Te estoy hablando y no contestas! ¡¿Es que no puedes servir de algo por primera vez en toda tu vida?! …"


A penas y era conciente de las palabras que destilaban aquellos labios. Mi atención, mi mente y mis sentidos, estaban completamente puestos en la mujer más preciosa que iba a ver en toda una vida.


"¿Qué?" – dijo con aquel tono de gran suficiencia en su voz – "¿No habías visto jamás a una chica con vestido?"


¡Cielo santo! ¿Cómo despegar la vista de tan gloriosa imagen? Parecía una diosa, la más hermosa de todas, con aquel vestido blanco de seda, que se pegaba a su perfectamente curveado cuerpo. Una sensual abertura del lado izquierdo dejaba ver su pierna blanca, su rubia cabellera iba levantada en un elegante y juvenil peinado… mi boca no se podía cerrar, aunque sabía que debía, por mi propio bien, cerrarla.


Luché por controlar mi expresión, seguramente, llegando al salón de fiestas, la rubiecita… la hermosa y sensual rubiecita, tendría una sobre dosis de levantamiento de su ego y soberbia. No hacía falta que se empezara alimentar su vanidad justo en la casa y, mucho menos, justo conmigo


"Claro que había visto a una chica con vestido" – respondí con el tono más indiferente que pude, mientras giraba mi vista, pareciendo desinteresando, hacia otro lado – "lo que no había visto jamás, es a una rubia salvaje con vestido."


Hubo un silencio, en el cual yo espere todo: un manotazo en mi espalda, un empujón, una ola de insultos hacia mi persona… Pero no aquello


"Emmet…" - susurró Rose cerca de mi oreja, dejándome petrificado – "¿No me vas a preguntar para que te estaba buscando?"


"¿Para qué?" - ¡Maldición! Mi voz se quebró sin poder evitarlo. Su mano se poso en mi hombro e hizo que girara mi cuerpo para quedar frente a ella, ante mis ojos y para asombro mío, Rose sonreía y me tendía una lujosa gargantilla


"Esme tiene la pintura fresca de las uñas" – explicó sin que yo se lo pidiera, con lo nervioso que estaba, ni la pregunta se me hubiera ocurrido – "¿Podrías tú hacerme favor?"


No esperó mi respuesta, después de todo, ella sabía perfectamente que nadie, ningún hombre, incluso yo, podría habérsele negado, se dio media vuelta, dándome la espalda y…


… ¡Cielo santo! ¡Que escote!...


Una gran abertura, se abría paso en la parte trasera de su vestido, dejando ver su blanca y fina espalda, hasta llegar a la altura de su cadera, en donde un enorme y elegante moño, adornaba el final. No pude moverme por varios segundos. Retiró algunos mechones de cabello que caían intencionalmente de su cabello y dejo su cuello totalmente despejado.


¿Qué me pasaba? De mis tres hermanos, yo era el que jamás había tenido problema alguno para tratar con mujeres, ¿Qué tenía esta engreída muchachita que hacía a mis manos temblar? No le iba a dar el gusto de verme embelezado, (como todos los hombres que la miraban), con su belleza. En ese momento me apresuré a desabrochar la gargantilla y luché por ponérsela con las manos más firmes que pude


"Ya esta" – anuncié. Rose me encaró y sus azules y profundos ojos se clavaron en los míos, mi mandíbula de nueva cuenta se aflojó sin que yo pudiera evitarlo, mi mente solo podía pensar en una cosa: el sabor de aquellos labios rellenos que se aproximaban a los míos


"Cierra la boca, Emmet Cullen" – dijo con su rostro a centímetros de mí – "la baba seca en un traje, no luce nada bien"


No tuve palabras en aquel momento para negar lo que ella había dicho, ¿Cómo negar la completa y pura verdad? Para humillación mía, solo pude ver su silueta desapareciendo por la puerta…


CARLISLE POV


Cuando Esme apareció, pensé que, por un breve momento, todo esto era un maravilloso sueño y que en el, me había topado con una reina. Me resultaba aun muy difícil el pensar que aquella grandiosa mujer correspondía el gran amor que yo sentía por ella, pero era la pura realidad. Me lo decían sus ojos, brillantes como estrellas; me lo decían sus pasos firmes, con los cuales se aproximaba hacia mí; me lo decía la sonrisa tímida de sus labios, me lo decía todo de ella.


El escuchar de sus dulces labios la palabra "Si, acepto" hizo que, por poco, me hincara y gritara al cielo "gracias por mandarme tan precioso y único regalo". Desde el primer día en que la había visto, supe que Esme, ahora esposa mía, sería quien había llegado justamente para tocar las puertas de mi corazón. Con esa delicada y dulce personalidad, con aquella mente inteligente y bondadosa, con aquellas hijas extraordinarias y tan particulares como ella, Esme se había convertido, desde hacía mucho, gran parte de mi vida.


"Los declaro, marido y mujer" anunció el sacerdote y yo sostuve su cintura entre mis manos y la besé con adoración, mientras sentía sus manos calidas enrollarse en mi cuello. Los aplausos hicieron acto de presencia y nos dirigimos hacia el carro en el que iríamos al salón de fiestas.


BELLA POV


La boda había sido conmovedora, las palabras habían sido las tradicionales, pero el amor que mi madre y Carlisle sentían, era tan inmenso, que las hacía hermosas, por que eran completamente sinceras.


Pero como todo en este mundo no puede ser perfecto, (al menos en mi caso), en pocos minutos venía lo que, (hablando exclusivamente por mi persona), destruiría mi felicidad: el baile. Por más que intenté, no logré convencer a Alice que no me tomara en cuenta en tan "grandiosa" idea (nótese el sarcasmo)


"Somos tres hermanas y son tres hermanos, Bella, no puedes dejar a ninguno de los Cullen sin pareja, además es la boda de MAMÁ", aquellas habían sido sus palabras y la sentencia de mi muerte.


La gente ya había llenado el pequeño, pero lujoso y muy bonito salón. Mamá y Carlisle ya habían entrado, en medio de aplausos y arroz. Nosotros, los ahora oficialmente "hermanos", nos encontrábamos parados junto a la mesa principal, esperando el llamado a la pista del baile. Mis manos estaban sudadas, y es que el baile no era una de mis cualidades. Aun en medio de mi nerviosismo, no podía dejar de mirar de reojo a Edward, estaba feliz, sonreía y sus ojos brillaban cariñosos mientras miraba a mi madre y a su padre juntos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando sentí su atención fija en mí


"Jasper" – llamé en un intento de poder tranquilizar mi nerviosismo, ahora duplicado. Maldito Edward Cullen ¿Qué tanto me ves?, pensé


"¿Qué pasa, Bella?" – preguntó mi futura pareja de baile


"Prométeme que no me harás girar a la hora de bailar" – supliqué. Los ojos color miel de Jasper se desviaron hacia otro lugar


"Te lo prometo" – respondió casi inaudiblemente. Supuse que él también se encontraba nervioso


El baile de la novia y el novio dio inicio y mi respiración se fue agitando con cada segundo que pasaba. Después inició aquella hermosa melodía de Malice Mizer, llamada "Regret" que, para mí, se había convertido en el anuncio del inicio de un infierno personal.


"Ahora pedimos a los hijos e hijas de los recién casados que pasen para regalarnos un baile" – comenzó a decir la animadora, quien sostenía una lista que le había sido proporcionada por Alice, en la cual estaban nuestros nombres y el de nuestra respectiva pareja, para ingresar a la pista de baile. Yo era la ultima en entrar, tenía la esperanza de desvanecerme antes de ese momento – "Les presento primeramente a la señorita Alice Swan, acompañada del joven Jasper Cullen" – anunció.


Alice y Jasper entraron en la pista y tras un momento de pequeña vacilación para posicionar sus manos en hombros y cintura, tal como correspondía, comenzaron a danzar, suspiré conmovida, realmente mi pequeña hermana lucía hermosa, como un hada que se había escapado de un maravilloso cuento y Jasper tenía el rostro tiernamente enrojecido… ¡¿Jasper?!... ¡¿Jasper?!... ¿Qué hacía Jasper, MI pareja de baile, con mi hermana?


Giré mi rostro para ver a Emmet, quien también se veía levemente extrañado, pero reía. Al menos mi pareja tendría mas fuerza para evitar que me cayera a mitad del vals, así que me tranquilicé un poco.


"Ahora, pedimos la presencia de la señorita Rosalie Swan y el joven, Emmet Cullen"


El aire salió disparado de mi pecho, ¿Rose y Emmet?, vi el rostro de mi hermana, quien estaba igual de pasmada y confundida que yo, después vi a Alice, y después de analizar su expresión, la fulminé. Pero para mi sorpresa y muy, muy, muy mala suerte mía, Rose y Emmet se dirigían a la pista de baile. Me sentí mareada en el instante que fijé mi mirada en Edward Cullen, su rostro denotaba la misma sorpresa y penosa incomodidad que el mío.


"Y por ultimo" – Oh no. Por favor, no lo digas, por favor, supliqué vanamente en mi mente – "Pedimos a la señorita Isabellea Swan y al joven Edward Cullen"


Me quedé fija en el lugar que estaba, mirándolo, esperando a que se diera media vuelta y saliera de aquel lugar, pero no fue así. Cuando menos lo esperé, me encontraba en medio de aquella pista, frente a él. Sabía que debía hacer algo, que debía de acomodar mis manos en alguna parte de su hombro, pero no sabía en que parte exactamente. Con Jasper hubiera sido más sencillo, puesto que le había advertido que no sabía bailar y habíamos acordado en que él me guiaría, pero Edward, ¿Cómo decirle a mi peor enemigo que no sabía ni siquiera como acomodar mi cuerpo para un vals? Aun así era necesario


"No se bailar" – le dije en un susurró, inclinando mi cabeza hacia el suelo. La respiración se me fue cuando sentí su mano apretar mi cintura y la otra, tomar mi brazo para dirigirlo hacia su hombro y después posarse en mi espalda superior. Cada roce que había recibido mi cuerpo, había dejado aquella sensación de electricidad, tan familiar de sus manos. Sentí que la sangre subía hasta mis mejillas


Sus pies comenzaron a moverse mientras, delicadamente, me guiaba para poder seguirle los pasos. En poco tiempo, logramos obtener un movimiento perfectamente sincronizado con la música. Bailábamos en completo silencio y tras varios segundos, no me pude contener en mirar sus ojos.


Sus verdes esmeraldas atravesaron mis pupilas con un brillo que no pude descifrar y me hizo perder la concentración del baile en pleno giro (detalle que se me había olvidado mencionar a Edward), lo cual provocó que le pisara el pie izquierdo. Su mano se aferró fuertemente a mi cintura, atrayendo mi cuerpo hacia el suyo, más de lo debido, para evitar que me cayera. Nuestras miradas se volvieron a unir y un ligero fuego bajó y subió por mi estomago


"Lo siento" – susurré sin poder dejar de mirarme en sus ojos


"No lo hagas" – respondió de la misma forma. El brillo de su mirada se intensificó de tal manera que me volví presa de él por el resto del baile…


ALICE POV


Me sentía segura y feliz bailando al lado de Jasper. Su mano se posaba ligeramente en mi cintura y sus pasos, de vez en cuando dudaban que dirección tomar, pero todo era perfecto. Mi corazón saltaba de felicidad, mi idea había resultado como lo había planeado y, aunque sabía que en cuanto el baile terminara y estuviera sola con mis hermanas tendría que dar explicaciones, por el momento no me importaba. Me encontraba bailado con mi príncipe, en la boda de mamá, y sumergida en la miel de sus ojos.


Me alejé y guié su mano para poder dar uno de los giros de la coreografía, lo dí sin complicaciones, el baile se me facilitaba demasiado y con Jasper, sosteniendo y vigilando mis movimientos, nada podía salir mal. Volví a posicionar mi cuerpo para seguir con los aleatorios movimientos.


"¿Ahora si me puedes decir por qué cambiaste el orden de la lista?" – preguntó con su suave voz. Me hubiera gustado decirle la principal verdad, "Quería que tú y nadie más, fuera mi pareja", pero obviamente no lo haría. Así que le respondí con la otra verdad


"No me he dado por vencida en mi misión para logar que nuestros hermanos se lleven bien" –


¿Imagine la desilusión en su mirada?


Por un momento ideé una romántica escena con este baile, sus labios rozando los míos y murmurando que le gustaba, que me quería…


"Tonta, Alice" dije mentalmente. Aún así, el soñar no me iba a quitar nada, recosté mi cabeza en su pecho y cerré mis ojos, dejándome llevar por sus pasos, mientras inhalaba el rico aroma de su perfume


ROSE POV


Mis ojos se encontraban carcomiendo a Emmet; (y no precisamente por lo espectacularmente guapo y varonil que se veía aquella noche, ¿Verdad?)…


Ah, si, como decía: mis ojos se encontraban carcomiendo a Emmet Cullen. El muy idiota tenía en su rostro una pequeña picara sonrisa de suficiencia… se veía muy guapo y sexy… pero aquel no era momento para pensar eso…


"Rose, luces… nerviosa" – dijo con un grave tono de complacencia en su voz


"No eres muy bueno para descifrar las emociones de los demás" – respondí


Aunque en realidad, si estaba nerviosa, ¿Cómo no? Si sentía en toda la parte media de mi espalda el roce de sus dedos que subían y bajaban maliciosamente


"¿Podrías dejar de hacer eso?" – pregunté en tono amenazante y frunciendo el ceño.


"¿Hacer qué?" – dijo poniendo el rostro más hipócritamente inocente que en toda mi vida había visto


"¡Dejar de manosearme!" – solté furiosa. Su pequeña picara sonrisa de suficiencia, se engrandeció. Mis mejillas se encendieron, sabía que la palabra "manosear" había resultado exagerada y él se agarraría de ello para seguir fastidiando


"Vaya" – susurró mientras acercaba sus labios a mis oídos – "y si tanto te molesta esto" – volvió a pasear las yemas de sus dedos por mi espalda, provocando que mi piel se erizara – "¿Por qué no haces algo por detenerme?"


Ese argumento no me lo espera, así que tarde en contestar


"¿Supones que me gusta el que me estés tocando?"


"¿Te gusta?" – sus dedos no cesaban de subir y bajar y su roce comenzaba a quemar


"¡Claro que no!" – exclamé furiosa. Y la furia no era precisamente para Emmet, si no por mí, ya que, por mucho que lo quisiera negar, realmente el roce de sus dedos si me gustaba.


Emmet ya no discutió, lo peor fue que aquella sonrisa de suficiencia no se le borró de su maldito (y lindo) rostro en todo lo que duró del baile y la fiesta…


Estaba furiosa, tenía la boca seca por el coraje, así que fui a donde estaban sirviendo las bebidas y agarré lo primero que vi: una copa de tequila


El líquido ardió al bajar por mi garganta. Solo una vez, en toda mi vida, había probado alcohol y la experiencia no había sido muy buena que digamos. Sin embargo, estaba tan enojada e indignada que me serví otra copa, y otra y otra más…


(Cuatro horas después)


Emmet Cullen era un insolente… y un pedante…


¡Eso era!... ¡Insolente y pedante!


¡Maldito Emmet Cullen!...