Dark Chat

miércoles, 11 de enero de 2012

Nunca Imagine

Hello mis angeles hermosos !!hoy es  día de estreno, y les traigo este fic escrito por una muy querida amiga , Rizpa Cullen, muchas gracias nena hermosa por compartir tu hermoso trabajo con nosotras , en fin chicas a leer y a dejar sus comentarios para nuestra querida autora. 
Mil besitos a todas 
Angel of the dark
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Cap 1

Nací con la vena del mundo cinematográfico en mi piel. Todo lo que tuviera que ver con ese mundo de luces, cámaras y actuación me fascinaban. Cuando apenas era una niña soñaba con ser actriz cuando fuese adulta. Siempre fantaseaba con el actor de momento y que yo era la actriz protagonista. En mis recurrentes sueños me imaginaba ser una gran actriz besándome con el galán de momento y me trasladaba a un mundo de fantasías
Mi nombre es Isabella Swan, tengo 17 años y vivo en un pequeño pueblo llamado Forks. Mis padres están divorciados desde que tenía seis años. Mi padre es policía y mi madre maestra. Siempre fui muy apegada a mí papá. Cuando mi madre dejó la casa decidí quedarme con él. Amaba a mí mamá, pero los lazos con mi padre, eran más profundos. Un mes en el verano iba a visitarla a Seattle. Y a decir verdad la pasaba muy bien con ella. Mi madre era una adolecente atrapada en el cuerpo de una mujer. Muchas veces me afligía su soledad, pero ella decía que se sentía bien así. Mi madre no ha tenido una relación después de mi padre. Al parecer era feliz con su libertad.
 Con el pasar del tiempo mis sueños han cambiado. He dejado de tener la fantasía de ser actriz. ¿Por qué?, Bueno en mi adolecencia sufrí muchos cambios físicos los cuales me hicieron ser insegura y darme cuenta que nunca podría ser actriz; ya que no era perfecta como esas chicas que suelen estar en la pantalla grande. Ellas eran: hermosas, esbeltas y tenían una piel de envidia, sin embargo, yo era un desastre. Comencé a engordar y mi cuerpo cambió abruptamente. No era que fuese super gorda pero si era rellenita, y por tal razón, mi piel se estiro un poco; me salieron algunas estrías en el abdomen y pecho lo cual me acomplejaba mucho.

Mi adolecencia fue un rechazo de mi misma. Tenía autoestima baja y no me solía relacionar. Solo tenía una amiga, Rosalie. Ella era como una hermana para mí y la quería muchísimo. A pesar de mis inseguridades y mis defectos uno que otro chico se interesaban por mí en el instituto, pero era tan introvertida que me daba pavor el tener una cita con alguien. Durante esa etapa de transición me comenzó a gustar: la edición de películas, producción y todo lo que tuviese que ver con el backstage. A estas alturas ya me he convencido que no puedo estar frente a las cámaras con el físico que me cargo.

Desde pequeña estaba enamorada de Jacob Black; el hijo del mejor amigo de mi padre, Billy Black. Jacob y yo nos conociamos de pequeños. Cuando su madre murió apenas siendo un niño, su hermana Irina decidió llevárselo a Washington  con ella. Creyó que estaría mejor conviviendo en su compañia. Irina deseaba darle las antenciones y el calor de una madre; lo cual su padre no podía ofrecerle. Pensaba en él constantemente y en el verano que pasamos juntos hace dos años.


Me encontraba sentada en uno de los sofás de la estancia. Mi padre y yo veíamos una película de Bruce Lee. Le encantaban y yo lo complacía con mi compañía. El teléfono sonó y mi padre se levantó a contestar mientras yo veía la televisor. Luego de unos minutos lo vi venir de nuevo a la estancia con una sonrisa en sus labios.
 ¿Y esa sonrisa? pregunté curiosa.
 ¿Adivina quién vuelve a Forks? dijo emocionado.
 Mmmm…bueno, no sé.
 Billy acaba de llamarme para decirme que Jacob vuelve a Forks a terminar sus estudios acá.
 ¿En serio? ¡Oh por Dios! dije toda emocionada. La verdad era que siempre me había gustado Jacob. Cuando venía de vacaciones con su papá me derretía al verlo. Jacob era un chico apuesto. Su piel bronceada y sus ojos hechizantes me volvían loca. Hace 2 años que no venía de vacaciones a Fork y me sentía jubilosa al saber que volvería para quedarse.
Llegará mañana dijo mi padre al ver que me quedé pensativa.
 ¿Tan pronto?
 Era una sorpresa, pero a Irina se le aflojo la lengua y acabó con ella.
―Ohhhh.
 Vendrán mañana, cuando regresen del aeropuerto―dijo Charlie mirándome con una sonrisa.
―Me alegró que regrese.―fue lo único que atine a decir. La verdad no deseaba que mi padre se diera cuenta que me derretía por Jacob pues me avergonzaba yo misma hasta de pensarlo. Un chico como Jacob jamás se fijaría en una chica como yo.

Luego de la gran noticia que me dio mi padre me fui a mi habitación. Me acosté en la cama sosteniendo en mi mano las fotos que había tomado hace 2 años. En ellas estábamos Rosalie, Jacob y yo en la playa de la push. Ella sabía de mi enamoramiento secreto con Jacob. Se la pasaba animándome aquel verano para que me le declarase; como si yo tuvieses las hagallas para ello ¡por Dios!. Si hubiese cometido esa estupidez hubiese perdido a Jacob como amigo. Además que se hubiese reído en mi cara por tan vil atrevimiento. Un chico como él jamás se fijaría en mí.
 Luego de estar un rato tirada en la cama rememorando buenos recuerdos fui a darme una ducha. Estuve un buen rato bajo el agua caliente tratando de relajarme para poder dormir bien. Dudaba que conciliara el sueño pues tenía los nervios de punta al saber que lo vería mañana. Esa noche no dormí mucho. Cada vez que me removía mis pensamientos volaban a pensar en Jacob.

En la mañana me levanté y me di una ducha. Me puse unos jeans y una camisa de manguillas y bajé a desayunar. Charlie ya había preparado algo de desayuno. Preparó unos hot cakes de durazno que tanto me encantaban.
―Mmm ¡que rico huele!
―Son para ti preciosa. Como se que te gustan te los preparé―dijo besando mi frente.
―Gracias.

Desayunamos amenamente. Charlie me ayudó a lavar los utensilios y a guardarlos. Papá salió afuera para checar un desperfecto en la patrulla; mientras, me dirigí a mi cuarto y me conecté a internet para despejarme. Media hora después escuché el inconfundible claxon de la camioneta de Billy. Mi corazón comenzó a palpitar frenéticamente y sentí nauseas. Me acerqué por la rendija de la ventana y allí lo vi.

¡Dios! Esto no podía ser real. ¿Acaso era Jacob?. ¡Madre mía sí que se había convertido en todo un hombre! Estaba mucho más alto que dos veranos atrás. Su piel tan bronceada como siempre y unos grandes músculos, adornaban sus brazos.

En un movimiento rápido, él miró hacia mi ventana. Como una ladrona me retiré de la ventana y me escondí. Mi corazón latía ferozmente. Me senté en la cama para aminorar los nervios, pero Charlie, no me dio oportunidad.
―Bella, cariño―gritó mi padre desde la planta baja.
―En un momento voy―grité.
 La verdad es que me sentía a punto de un colapso cardiaco, “¡Ay Diosito ayudame”!Escuchaba a Charlie charlando con Billy y Jacob. Respiré unas cuantas veces tratando de apaciguar mis nervios, pero estos, se acrecentaban. Salí de mi habitación y me dirigí a la planta baja.

Estaba bajando las escaleras mirando cada escalón que pisaban mis pies. Alcé mi vista y allí estaba él. Estaba parado al final de las escaleras con una hermosa sonrisa. Por un momento pensé en arrojarme y rodar por estas para estar segura que no era un sueño. Sentí mi cara echar llamas de fuego. “¡Dios porque me haces esto!” “¡Mierda, Mierda!” Me repetía una y otra vez. Pensará que soy una boba rarita y que no se disimular el que me gusta. Terminé de bajar los escalones y le dediqué una sonrisa mezclada con nervios.
―Hola.―dije tímidamente.
―Hola Bella.―dijo dándome un beso en la mejilla. Se apartó un poco de mi cuerpo y me miro de abajo hacia arriba. Si antes estaba a punto de incendiarme ahora me calcinaría. “Claro, debe pensar lo horripilante que soy”.
―Has cambiado mucho.―dijo mirándome a los ojos. “Si claro debe pensar que estoy más gorda y fea que hace dos veranos” pensaba.
―Tú también.―dije apartando mí vista de su mirada.
―Estas hermosa.―dijo en un susurro. “¡Santo Diosito! ¿Acababa de escuchar bien? ¿Jacob me piropeó?”
―Gracias.―atiné a decir cuando Billy y mi papá se acercaban a nosotros.

Billy trajo unos pescados para la cena. A Jacob le encantan así que me ofrecí a prepararlos. Mientras Charlie y Billy se fueron a la estancia a ver un partido de football. Jacob se ofreció a ayudarme y yo como una niña obediente acepté su ayuda. Hablamos amenamente mientras preparábamos la cena. Me contó de su vida en Washington en estos últimos dos años. Luego me preguntó sobre mí. Mi quijada quiso caer al suelo cuando lo escuché preguntar. “¡Me preguntó si tenía novio!”…. “¡Santa cachucha!”…. “¿Será que le gusto?”…. “Oh no, no , no, creo que malinterpretas la pregunta, Bella”. “No seas ilusa boba”―me dije.


Luego de preparar la cena nos sentamos todos en la mesa. No volvimos a hablar mientras cenamos, pero nuestras miradas se encontraban. Terminamos de cenar y Charlie se ofreció a lavar la vajilla junto con Billy. Iba a protestar cuando mi padre habló.
―Bella, ¿podrías llevar a Jacob al centro del pueblo?
―Mmmm..
―Es que quiero ver cómo ha cambiado. Papá me ha dicho que han hecho muchos cambios.―dijo Jacob con una sonrisa de esas que Rosalie le llama “mega hot”
―Oh, claro. Voy a buscar mi abrigo y bajo rápido―dije nerviosa, definitivamente Jacob me mataría.
Jacob asintió y me dirigí a mi recámara a buscar el abrigo. Bajé como una flecha veloz sin perder un solo segundo.
Jacob me esperaba al pie de la puerta la cual abrió para mí. Salí y me dirigí a mi camioneta.
 ¿Es tuya? ―preguntó incrédulo.
―Sí, es mía. No es moderna, pero no me ha dejado varada.―dije sonriendo.
 ¡Es una reliquia! Me gusta.―dijo sincero.
―Billy se la consiguió a papá.
 ¿En serio?
―Sí.
― ¿Puedes dejarme manejar?
―Claro.―dije tendiéndole las llaves.

Nos dirigimos al centro de Forks donde hace un año habían remodelado los alrededores. Habían hecho una plaza con varias fuentes muy hermosas. Hicieron un parque en el cual los niños jugaban. Habían muchas áreas verdes para hacer picnics.
―¡Waooo! Ha quedado todo muy bonito.―dijo Jacob al aparcarse frente a la plaza.
―Sí. Los fines de semana se llena mucho de chicos y chicas.
―Pues me gustaría venir. ¿Puedes traerme?
―Oh claro.―dije torpemente. “¡Truenos y relámpagos!” “¿El quiere salir conmigo?” “No te hagas castillos en tu mente Bella, Jacob solo quiere socializar y tú serás su guía tonta”―me decía mi conciencia.

Bajamos de la camioneta y nos dispusimos a caminar por todo el parque. Nos sentamos en una de las bancas a conversar.
―Y ¿Cómo está Rosalie?
―Está bien. Bueno ya sabes terrible como siempre.―dije rodando los ojos.
 ¿Aún no cambia? ¡Dios es un peligro!
―Sí que lo es.―dije riendo.
 ¿Sigue de incordia tratando de buscarte novio? ―dijo mirándome a los ojos.
―Mmmm… sí, pero no le hago caso.
―Pues creo, que tu solita te puedes conseguir uno. Eres una chica inteligente, madura, independiente y hermosa.
―Gracias.―contesté apenada.
 ¿Por qué te apena? Si es la pura verdad.
―Quizás para ti porque eres mi amigo, pero no me considero bonita.
―Pues eso quiere decir que estas ciega y que hay que comprarte un espejo nuevo.―dijo sonriendo.
―Gracias.

Terminamos de pasear por el parque y nos dirigimos de vuelta a casa. En todo el trayecto estuvimos callados, aunque mutuamente nuestras miradas viajaban del uno al otro. “¡Dios! No deseaba ilusionarme, pero sus palabras se repetían en mi mente como un mantra” no dejaba de pensar. Llegamos a la casa. Billy y papá estaban terminando de ver el partido de football cuando nos vieron entrar, se dirigieron fuera de la casa. Jacob y yo estábamos parados al lado de la puerta.
―Bueno Bella, me encanto haber dado un paseo contigo. Recuerda que me debes otro para el fin de semana.
―Por supuesto.―dije mirándolo a los ojos. “Creo que esos deseos de que volviese a salir con él no durarían mucho, pues cuando vea a todas las chicas guapas y populares en el instituto se olvidaría de mí”
―Bueno, entonces nos vemos en dos días en la escuela.―dijo con una sonrisa candente.
―Desde luego.―dije mirando al suelo. “¡Madre mía que sonrisa tan sexy! Me estaba matando de deseo” “ ¡Dios santo mis pensamientos acaban de cambiar, de la ingenuidad a la ¿lujuría? ¡ayyyy santos cielos soy una pervertida!” Sacudí mi cabeza para alejar toda la sarta de locuras que venían a mi mente. Jacob se acercó y dejó un beso en mi mejilla. Estaba aguantando el aire y cuando él se fue exhalé fuertemente. Definitivamente el tiempo lo había hecho ser irresistible. Y yo como una tonta creyendo que él puediera fijarse en mí. Definitivamente cuando llegue al instituto las abejas caerán sobre la miel, tendrá de donde elegir. En el instituto hay chicas tan bellas que caerá ante el encanto de una de ellas. Yo soy tan insignificante que nunca se fijará en mí.
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Dos días después nos encontrábamos en el instituto junto con Rosalie. Como era de esperarse el primer día de su aparición, Jacob ha sido la sensación del instituto. Las chicas son como abejas sobre un panal de miel, pero para mi sorpresa, él no les hace caso.

Jacob suele buscarme en su flamante mustang rojo, el cuál le regaló su abuela Ángela. Doña Ángela siempre se ha hecho cargo económicamente de Irina, Jacob y Billy el cual es su hijo. Ella es dueña de una empresa exportadora, la cual se ha expandido en varios estados y países. Jacob desea estudiar administración de empresas para manejar la empresa de su abuela. Billy no se ha hecho cargo porque tiene su propio negocio de piezas para automóviles que atender. Por ello Jacob es la esperanza para la empresa familiar. Luego de terminar la preparatoria estudiara administración de empresas para encargarse de la empresa familiar.
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Ha pasado ya un mes desde que Jacob está en Forks. No hemos podido salir a dar el paseo al parque ya que hemos tenido muchos deberes escolares. Decidimos que hoy viernes por fin iríamos. Me puse unos jeans, una camisa ajustada con corte v color cereza y unos tennis negros. Recogí mi cabello en una coleta y me senté a esperar a que llegara. Escuché el claxon de su auto y bajé rápidamente. Me despedí de papá y salí hacia donde se encontraba el auto. El estaba parado junto a la puerta la cual abrió para que entrara. Le sonreí al igual él a mí. Me subí al auto y nos dirigimos hacia la plaza. Ibamos platicando por todo el camino sobre el instituto. Llegamos al parque el cual estaba concurrido. Nos bajamos y caminamos por todo el lugar. Jacob me compró un algodón y decidimos sentarnos en una banca. Un silencio nervioso se tornó a nuestro alrededor. Sentí a Jacob nervioso por primera vez. Algo lo incomodaba, lo podía intuir. Decidí preguntarle que le sucedía.
― ¿Te sucede algo? ―pregunté.
―Mmm… no…..bueno…..si.―dijo confuso.
― ¿Qué sucede?
―Bella, yo…..
― ¿Qué? ―pregunté nerviosa.
―Bella, me gustas mucho.―dijo mirándome a los ojos. ― Quiero saber si quieres ser mi novia.―dijo todo rápidamente.

Me quedé helada. Mi mente se torno en blanco. Creía que mi mente me traicionaba y escuchaba palabras inexistentes. No contesté por miedo a que hubiese escuchado erróneamente.
― ¿Y qué dices? ―preguntó nerviosamente.
―Mmmm.. ¿De qué?
―Si quieres ser mi novia. ―dijo sonriendo.
―Sí.―dije curvando mis labios en una sonrisa de felicidad.

Se acercó a mí tomando mi rostro en sus manos y me atrajo a su boca. Era mi primer beso y me encontraba muy nerviosa. Él lo notó y me tranquilizó.
No te asuste déjate llevar.dijo juntando sus labios nuevamente con los míos.
Y así lo hice. Fue un beso dulce el cual fue subiendo de tono llenándome de sensaciones que nunca jamás había experimentado. Me sentí volar hacia otro mundo. Desde esa noche ya éramos novios. Todavía no me explicaba como él se había enamorado de mí. A decir verdad en el instituto habían chicas que estaban super guapas y que se morían por él. Al contrario yo tenía un cuerpo redondeado y con marcas que el aún no había visto. No quería imaginarme ese momento llegar. Cuando viera lo imperfecto de mí cuerpo creo que iba a arrepentirse. Decidí no pensar más en ello ya que aún no habíamos llegado a esa etapa en nuestra relación.

Un mes después
En este último mes nuestra relación se ha acrecentado. Nos llevamos muy bien. Jacob es muy romántico y me tiene loquita por él. Su abuela Ángela es una mujer muy dulce y le tengo mucho cariño. Solemos ir los domingos a pasar un tiempo con ella.

La próxima semana nos graduaremos. Aún no sabemos que pasará con nuestra relación. No deseamos separarnos, así que hemos  decidido, tomarnos seis meses para pensar donde iremos a estudiar para no tener que separarnos.