Dark Chat

martes, 10 de abril de 2012

REBELDE

CAPÍTULO IV.- LOS SWAN

Reene Swan, 27 años, casada con Charlie Swan de igual edad se habían conocido en la universidad a la edad de 21 años, estudiaban la misma carrera de administración empresarial, fue amor a primera vista y desde la primera vez que salieron se volvieron inseparables, el amor revoloteaba por su alrededor, era una pareja digna de ver.
A los pocos meses Reene quedó embarazada y el amor se afianzó aún más entre los jóvenes, se casaron inmediatamente y alquilaron una modesta casita la cual amaban por ser suya.
Reene dejó de estudiar y se dedicó a la casa, Charlie en cambio aparte de estudiar trabajaba para darle todo a su esposa y al bebé que venía en camino.
Cuando la bebé nació fue el día más feliz de los esposos Swan, la nena era tan hermosa que apenas Charlie la vio se enamoró de su princesita Bella.
Todo seguía bien, Charlie terminó de estudiar y entró a trabajar a una empresa muy importante donde era considerado el mejor en su área.
Cuando Bella tenía 4 añitos de edad su mundo dejó de ser feliz, ella amaba a sus padres, pero especialmente amaba a Charlie, él era su príncipe y le había jurado que nunca se casaría con alguien que no fuera él.
Pero ahí empezó la tragedia, Charlie y Reene fueron a la primera fiesta en la empresa, estaban muy emocionados y dejaron a Bella con una niñera.
Había mucha gente importante y entre ellos tuvieron el placer de conocer a los Cullen, eran una familia divertida y encajaron inmediatamente, nunca sospecharon que ellos eran de naturaleza distinta, al igual que la mayoría de los presentes.
Se sentaron y conversaron casi toda la noche con los Cullen y en eso estaban cuando el dueño de la empresa se acercó a su empleado favorito para por fin conocer a su esposa.
Los Cullen se dieron cuenta inmediatamente de lo que pasaba y se llevaron a Aro lo más disimuladamente posible, aquella chica hermosa llamada Reene era la cantante de Aro y él en su condición de vampiro y posesivo, en su mente ya era suya, pero con lo que no contaba es que la mujer no sintió nada al conocerlo, ella sólo amaba a su esposo, Aro estaba desesperado y los Cullen sabían que esto terminaría en tragedia y lamentaban enormemente toda la situación, si bien es cierto que Aro es poco lo que podía hacer, ellos comprendían la necesidad que sentía al reconocer a la mujer que estaba destinada para él y que ésta no pudiera formar el lazo por amar a su esposo.
Los Cullen aún así le dieron una tarjeta donde indicaba teléfono y la dirección de ellos, sabía que la mujer iba a necesitar ayuda y en ese momento ellos se la prestarían, no podían hacer nada más por el momento ya que estaba estrictamente prohibido inmiscuirse en los asuntos de otros vampiros.
Al pasar los días Reene empezó a recibir visitas en casa del jefe de su esposo, eso la alarmó, ya que el hombre era muy raro y no le daba confianza, le pidió que se fuera y que no volviera más, pero él no lo hizo, la seguía a escondidas deleitándose con su aroma tan especial, deseaba lo que Charlie tenía, lo envidiaba con toda su alma.
Con ese odio fue que un día no aguantó más e irrumpió en la casa mientras la mujer estaba a solas con su hija y bebió de ella, él esperaba ansioso que se formara esa conexión, él la amaba, la deseaba con cada partícula de su cuerpo, pero Reene era muy testaruda y no formó la conexión, lo despreció, él le explicó lo que pasaba, le dijo que ese era su destino, que él era su hombre, pero ella se cerró a todas esas posibilidades argumentando con lo que más deseaba Aro para él, el amor de Reene, amor que ella sentía por su esposo.
Enfurecido la chantajeó, Charlie moriría, la niña moriría si ella no se iba al día siguiente con él, ella aceptó, no quería a sus amados muertos, prefería dejarlos libres y vivos y ella sufrir la agonía de ser tomada por un hombre o cosa despreciable, pero sus planes no se llevaron a cabo, ya que Aro no dejaba cabos sueltos y enseguida de dar el ultimátum a la mujer fue y mató a Charlie Swan, él no aceptaba adversarios y la niña sería la próxima.
Reene se enteró enseguida de la muerte de su amado esposo, pero ya no podía hacer nada más por él, casi sin llorar y sin demorar tomó a la niña en brazos y huyó, no dejaría que ese sucio vampiro tomara la vida de su pequeño tesoro, en su huída se acordó de los Cullen y fue en su busca, si a ella le pasaba algo quería pedirles que cuidaran de su pequeña, ya que ella tendría que dejarla ahí y escapar. Si Aro la encontraba la encontraría sola.
Después de contarles a los Cullen su desgracia para horror de ella le confesaron su naturaleza, pero le aseguraron que todo estaba bien, que ellos eran diferentes y que Aro se había extralimitado con su accionar.
Lo que más le extrañó a Reene fue su pequeña hija, ella por lo general era muy tímida y casi no hablaba, pero al conocer a Edward el hijo menor de los Cullen crearon una amistad bastante extraña por decirlo de alguna manera, la niña acababa de cumplir cinco años y Edward aparentaba 20, pero sabiendo su condición sabía que eran muchos más.
Era entre tierno y perturbador verlos interactuar y todos estaban sorprendidos por su comportamiento, se buscaban, se necesitaban, pasaban todo el día juntos y por las noches la pequeña se levantaba de la cama y se colaba en la habitación del hermoso vampiro que la esperaba con ansias para leerle cuentos y cantarle.
Los días fueron pasando y Reene sabía que debía partir, escribió una larga carta a su nena pidiendo disculpas y asegurándole que la amaba con todo su corazón, pero la carta no alcanzó a entregarla ya que para horror de todos la niña cayó por las escalera haciéndose daño y al segundo vieron con terror cómo el joven Edward besaba a la niña como si fuera una mujer adulta para posteriormente beber de ella.
Reene lloró por haberle heredado la maldita sangre a su pequeña condenándola a vivir su mismo infierno, pero se reconfortó cuando le explicaron bien sobre la conexión y se dio cuenta que a pesar de lo retorcido que era toda la situación su hija y el vampiro se amaban, pero ella era muy pequeña, ella debía crecer y eso sería un martirio para el joven, podría incluso enloquecer esperando a que su niña madurara.
Carlisle le dio a beber una infusión a los dos enamorados y Edward fue sacado de la casa por meses, mientras Reene se alistaba para irse, nuevamente escribió una carta, ésta era mucho más larga donde le explicaba todo a su niña, su destino marcado y que si ella no sentía ese amor por el joven que buscara la manera de alejarse de él, dejó la carta a la niña a la que le pidió que no la abriera hasta ser mayor, pero antes de los 18 años y que no le dijera a nadie de la existencia de la misma.
Al día siguiente Reene a hurtadillas huyó dejando a su pequeña sabiendo que los Cullen la protegerían ya que la enviarían a un internado hasta que cumpliera la mayoría de edad.
Pero con lo que no contaba Reene, al menos no tan pronto es que Aro la encontró al tercer día de su escapada y al negarse a ser suya y enloquecido cuando ella le gritaba que siempre amaría a Charlie la mató, drenó su sangre por completo dejándola muerta una vez terminada su labor. Desde ese día nunca se supo nada más de Aro, pero los pronósticos no eran buenos, ya que era muy terrible matar a tu cantante, es volverse loco de agonía, es morir cada día, muchos no han sobrevivido a una experiencia así.
Los Cullen tomaron la noticia de la muerte de Reene con mucha tristeza, le explicaron a la niña que su mamá había sufrido un accidente, que ellos eran sus tutores y la cuidarían.
A los pocos días fue llevaba al internado a pesar de las protestas de la niña que llevaba un dolor tan inmenso en su pecho y que no le había dicho a nadie, los Cullen antes de darle a probar esa fea bebida le dijeron que con eso olvidaría lo malo que le había pasado con Edward, ella no entendía a qué se referían, lo que le había hecho Edward había sido hermoso, pero no lo fue cuando lo separaron de ella a la fuerza y mientras forcejeaba con sus hermanos para volver a tomarla en brazos, él gritó enfurecido NO SOPORTO SU PRESENCIA.
Ahí el mundo hermoso dejó de existir para la pequeña Bella, la dejaron en ese feo lugar donde era maltratada y dónde de a poco fue cambiando, endureciéndose y despreciando todo y a todos.
Tomó clases de guitarra, clases de boxeo y así recuperó algo de felicidad, pero nunca olvidó lo que pasó, quizás su cerebro estaba enfermo, por que no olvidó la forma en que Edward la había besado y la manera en que se había sentido cuando él hundió sus dientes en su cuello para beber de ella, en un principio Bella pensó que eso no era más que un sueño de niña, claro, eso debía ser, se convenció de ello, aunque a veces la verdad rasguñaba la superficie, pero ella lo enterraba en lo más hondo de su corazón y de su mente.
Cuando cumplió los trece años decidió que era lo suficientemente grande para leer la carta de su madre que aún llevaba escondida, al leerla lloró como nunca lo hizo, ella era ahora diferente, odiaba a los Cullen y al saber todos lo que les pasó a sus padres por culpa de un vampiro los odió más y sobretodo odió enormemente a Edward, él quería hacerle lo mismo que ese vampiro había intentado hacerle a su madre, encerrarla, convertirla en comida, pero ella ahora estaba en conocimiento y no aceptaría ese destino para ella, odiaba a los vampiros, odiaba a los hombres, odiaba a Edward Cullen por robarle su corazón y después despreciarla.
Ese día salió del internado de la misma manera que lo hacía siempre, escapando, se encontró en la noche fría y húmeda sentada en una banca en una plaza, estaba sola, no quería a nadie a su alrededor, pero como Dios la odiaba no le concedió su deseo, una vieja anciana con largas faldas de colores se sentó a su lado y la miró atentamente, la anciana no se amedrentó cuando la pequeña niña le gritó enfurecida que se largara que quería estar sola y la siguió mirando en silencio, era tan desesperante que la mirara así hasta que la anciana gritó de horror al ver el cuello marcado de la niña.
Bella tocó su marca, esa que le recordaba a diario su desgracia, la medialuna fría y brillante de su cuello se burlaba de ella siempre.
La anciana la tomó de las manos y empezó a farfullar diciendo que estaba marcada por el demonio, que estaba perdida, que estaba condenada, al escuchar esas palabras que ella misma se repetía en su consciencia rompió a llorar diciendo que no quería eso, que no quería ese destino para ella.
La anciana le dijo que era una gitana y que su gente odiaba a los fríos o vampiros cómo se les llamaba actualmente, que ella había perdido una hija a manos de unos de ellos, que no la había podido ayudar, pero desde ese día había jurado que si encontraba a alguien como ella que no quisiera el destino que estaba forjado la ayudaría, así que de un bolsillo extrajo un hermoso collar gitano con una extraña piedra que en su interior contenía un líquido ambamarino, le dijo que nunca se sacara ese collar, que él la protegería, que el líquido al interior de la piedra era una extraña mezcla de distintas plantas medicinales de distintas partes del mundo y que eso haría su aroma distinto para su vampiro, que él no reconocería su olor, es más esa mezcla de aromas imperceptibles para un humano desagradaría al vampiro que estaba destinado a ella.
Bella sin saber por qué le creyó y lo tomó, desde ese día nunca se había desprendido de él y pudo comprobar que la anciana gitana Zafrina tenía razón, cuando se reencontró con Edward, el odio que nació en él fue inmediato, él aborrecía su aroma sin saber que éste estaba disfrazado escondiendo su tesoro más preciado.
Al perderlo en casa de los Cullen fue suficiente para que él la oliera de verdad y se desatara la locura.
Cuando Bella terminó de contar todo lo que sabía y lo que había pasado alzó la mirada y todos la miraban con asombro, ella sabía más de ellos que ellos de ella, no estaban acostumbrados a algo así y se sentían un tanto decepcionados por los sentimientos de ella hacia ellos, por eso fue que le explicaron con calma su versión de los hechos.
Ellos no podían dejarla en casa, el lazo con Edward era muy intenso, pero ella era muy pequeña y temían que Edward no resistiera la tentación y eso si sería un desastre, no podían permitir que Edward la tomara como su mujer siendo una niña.
Edward por su lado le explicó que él no recordaba nada hasta la noche anterior cuando volvió a beber de ella, y le explicó con tanto amor que él había gritado que no la soportaba, pero que era a su aroma que lo enloquecía era a lo que se refería, le contó avergonzado de sus ganas de hacerla su mujer, de hacerle el amor y eso le horrorizó, ella tenía cinco años, eso era repugnante, pero él la deseaba y la amaba tanto y le dolía enormemente haberla olvidado.
Le explicó también sobre los años que pasó después que se la llevaron, de su soledad, de su dolor, algo le faltaba y no sabía qué era, algo buscaba y no lo podía encontrar, ahora sabía que siempre la había buscado a ella.
EDWARD POV
Dios, ahora comprendía todo, ella había pasado por tanto en tan pocos años, pero nuevamente me enorgullecí de que ella fuera tan fuerte, sólo ella podría haber aguantado tanto y sola, la adoraba, la veneraba, si ella me pedía la cosa más mortífera o absurda, lo haría, por ella haría cualquier cosa, cualquiera, pero por favor que me perdonara, que me amara como yo la amaba a ella.
Ella me miró cuando le conté todo lo que había sentido desde que la había perdido, se veía que me quería creer, pero también estaba desconfiada, no la culpaba, yo mismo me había encargado de cagarla a lo grande, me faltarían vidas para pagar por todo lo que le he hecho.
La familia salió, sabían que debíamos conversar a solas, yo lo deseaba.
- Bella, no sabes lo avergonzado que me encuentro, yo no tengo palabras para enmendar mi error, no fui justo contigo, me dejé llevar por las apariencias y te ofendí de todas las maneras posibles
- No quiero hablar más de eso, ahora lo único que quiero es salir a despejarme, necesito además encontrarme con James, anoche lo traté muy mal y él no lo merece, además mis amigos vinieron especialmente a visitarme y yo los dejé solos – dijo demasiado seria para mi gusto
- No puedes verlo, eres mía – sisee con tono de amenaza – no vas a verlo más, una cosa es que te pida perdón y otra es que deje que andes con cualquiera, eres mía, sólo mía.
- Eso no es cierto, no me amas Edward, ni siquiera me conoces, sólo recuerdas a una niña boba que te seguía a todas partes y se deslumbraba contigo y deja de repetir que soy tuya, no lo soy y no puedes impedir que haga lo que me da la gana – en parte tenía razón, pero si la amaba, lo sentía en cada partícula de mi cuerpo, lo sentía en mi corazón seco que gracias a ella casi sentía que latía rápidamente y al mismo tiempo los celos me carcomían.
- Déjame conocerte Bella, empecemos de nuevo, deja que me gane tu confianza y tu amor, deja que sea al menos tu amigo, cualquier cosa, pero no me apartes de ti.
- Lo siento, pero no puedo Edward, no podemos ser amigos, ya que desde el primer momento que llegué esa posibilidad desapareció y no soy de esas personas que olvidan y perdonan con facilidad, no soy una santa, tengo un montón de defectos y la verdad es que te detesto – cerré mis ojos, se que si pudiera llorar en este momento lo estaría haciendo.
- Me voy a ganar tu amistad Bella, verás que si, pero quiero que te quede claro una cosa, soy difícil y aunque te moleste eres mía y no comparto mis cosas, lo mío es mío
- ¿cosa?, ¿ahora soy una cosa?, sigue hablando Edward imbécil Cullen , cada vez pierdes más
- Carajo, cada maldita palabra que digo la tomas a mal, ya te he dicho que eres lo más importante para mi ahora y me rechazas, digo que quiero que seas mía y te ofendes, no te entiendo – grité ya furioso y frustrado, esa niña era una bruja
- No quiero que me entiendas Edward, sólo déjame en paz, ah y quiero mi collar inmediatamente
- Ya no lo necesitas, ya he percibido tu aroma
- No importa, lo quiero ahora
- Bien – grité y se lo devolví a regañadientes, se lo puso e inmediatamente su aroma desapareció, pero ya había degustado su sangre y ya no sentía esa repulsión hacia ella.
- Ahora me voy y que quede claro que no quiero que me sigas por ningún motivo – ella creía que le iba a hacer caso, una cosa es que la ame y la quiera conquistar y otra es que me convierta en su pelele, jugaré mis cartas con audacia y ella no se dará ni cuenta cuando la tenga en mi cama gritando mi nombre.
- dime Bella ¿cómo te sentiste cuando estuviste entre mis brazos? – me estaba lanzando al vacío, se que ella sintió deseo, pero puedo estar equivocado, ella siempre es tan rara
- Estaba terriblemente caliente, lo único que quería es que me follaras hasta dejarme muerta, nunca me había sentido así ¿contento? – dijo totalmente sonrojada y saliendo de la sala riendo y dejándome con la boca abierta por su sinceridad y con la polla embravecida por el deseo.
- Brutalmente honesta ¿no? – dijo Emmett riendo mientras se sentaba a mi lado
- Wow – fue lo único que pude decir, ella me desconcertaba, me prendía, me irritaba, un montón se sensaciones que hacían sentirme vivo.
- Jajajajaja, eso fue lo primero que pensamos con Jasper cuando la fuimos a ver y la reconocimos
- Cuéntame de eso, nunca lo hice antes y ahora quiero saber todo de ella y aunque hasta hace poco no llevaba su collar, no he podido leer su mente
- Si, ella es muy extraña, pero especial ¿a que si?
- Mmmm, cuéntame
- A ver, la primera vez que la vimos se estaba para variar escapando del internado, ella saltó por el muro, mientras James la esperaba más adelante en su moto, al vernos nos regaló su típica sonrisa de niña linda, mordiéndose el labio y pestañando, en serio, esa niña es terrible y sin saber que era ella, no pudimos dejar de sentir simpatía y la encontré tan genial. – James de nuevo, maldito humano, de verdad lo odiaba con todo mi ser.
- Después de saber que ella no se encontraba en las instalaciones, que se había escapado y de escuchar furtivamente dónde podría encontrarse nos dimos cuenta de que la chica fugitiva era Bella, fuimos al bar donde estaba y la vimos casi igual a como la viste anoche, bebiendo, fumando, bailando y después cantando como una diosa y dominando el escenario y a las personas que la escuchaban, nos reconoció y salió huyendo, la seguimos, queríamos ver qué hacía y la chica es una salvaje Edward, golpeo a un tipo enorme que estaba afuera del bar, le robó la moto y salió pitando al internado, cuando llegamos, la puta de la directora había ordenado a unos guardias que la apresaran y la tenían maniatada, ella se rebatía e insultaba a la directora con una variopinta de insultos que ni siquiera a Rose le he escuchado, cuando le ordenamos a la zorra que soltara a Bella porque nos la llevábamos mi "hermanita" le dio un golpe seco en la cara tirándola al piso, la pateó, la insultó y la escupió ¿divina no?
Casi veía la imagen mental de lo que me contaba Emmett, eso encaja perfectamente con la personalidad que estaba conociendo de ella, pero me molestó enormemente que esa mujer a la que se le pagaba para cuidarla la maltratara, después preguntaría más de eso.
- a nosotros nos hizo el viaje un verdadero infierno, si no fuera por que somos vampiros te juro que nos hubiera noqueado, esa niña tiene una fuerza y una rabia enorme. La llevamos a comprar ropa y el cambio fue drástico, fue así como la has visto desde que la conociste, ella nos aclaró después que casi siempre vestía así, pero ahora también sabemos que lo hizo para pasar desapercibida para ti y lo logró, de verdad es que te pasabas de maldito con ella.
- Lo se
- Incluso esa pequeña bruja amenazó con decirle a las chicas que nosotros nos habíamos follado a unas zorras en el bar si no callábamos de su apariencia – no pude evitar reír, mi pequeña bruja valiente – nosotros aceptamos más por jugar que por otra cosa, queríamos ver qué se proponía la chica terrible y valió la pena en cierto sentido, ver tú cara de asco e incredulidad cuando la viste por primera vez, siempre estábamos a la expectativa de cuando ella rompiera y te mandara a la mierda, sólo tuvimos que esperar para verla actuar, fue tremendo cuando te arrojó el gorro y te mandó a la mierda. Luego cuando te fuiste de viaje las cosas empezaron a cambiar, ella se empezó a abrir más a nosotros y nos aceptó, un día se presentó con su ropa sexy luciendo sus tatuajes y las chicas enloquecieron especialmente mi Rose, ella la adora, todos lo hacemos, es una patada en el culo, pero es muy leal, divertida, hasta Carlisle hace lo que sea para complacerla. Si hasta amenazó con demandar el colegio por bulling
- ¿Qué?
- Si, a Bella la molestaban bastante y un día reventó y dejó buena para nada a la chica en cuestión, Carlisle se puso sus guantes y salió a defender a su hija.
- Wow, debe quererla mucho
- Si, pronto te darás cuenta de la manera en que se relaciona con cada uno y todo lo hace porque le nace hacerlo no porque quiera agradar, ella es única hermano, por favor haz las cosas bien con ella, es perfecta para ti, ambos son perfectos el uno para el otro.
- Ahora lo se
- Si, pero no olvides que está James
- Ella no lo ama
- No, ella nunca lo ha negado, pero están juntos hace años
- ¿Cuántos? – quería saber hace cuanto tiempo él está en su vida
- Por lo que ella a contado se conocieron cuando ella tenía 10 y él 15, desde ahí fueron amigos y unos besos locos de vez en cuando, pero a los trece se hicieron más formales, aunque no son novios y él se folla cualquier mierda con tetas él la ama
- ¿Qué?, ¿ese maldito la engaña?
- Más o menos, ella lo sabe y lo acepta, es más es feliz de ese hecho
- No puede creer algo así, si ella acepta eso es por que lo ama, lo ama – dije ya perdiendo la paciencia y caminando de un lado para otro como animal enjaulado
- Más bien es al revés Edward, ella nunca lo a amado y nunca lo hará, es cierto que se besan y se toquetean, pero de ahí nada más ¿entiendes?, ella deja que él busque en otras mujeres lo que ella no está dispuesta a darle – ella aún es virgen, ella aún es pura, el hombre de las cavernas quería salir hacia el centro de la cuidad y darse golpes en el pecho mientras gritaba "ella me pertenece, es mía"
- Carajo – fue lo único que mis labios dijeron
- Si carajo – dijo Emmett carcajeándose a mi costilla
- Cállate
- Jajajajajaja, nunca te había visto así, bueno en realidad desde hace años no te veía así, ella siempre logró ese efecto
- Mmmm voy a salir
- No vayas Edward, dale tiempo, espacio, deja que ella resuelva sus problemas, no la agobies o vas a perder más que ganar.
- Me vale mierda, ella ahora se está juntando con ese pendejo y no la perderé de vista.
- Vale, pero se cuidadoso.
- ¿Emmett?
- Mmmm
- Gracias por cuidarla y quererla
- Que eso no se te olvide hermano, porque si le haces algo como volver a golpearla o lastimarla de alguna manera la elegiré a ella y a ti te destruiré, yo y toda la familia adoramos a la chica salvaje, no la cagues más
- Gracias, no lo haré.
Salí, pero no tuve suerte, no la encontré, estaba frustrado, enojado por no saber dónde se había metido con el tipejo ese, maldito humano que tenía la fortuna de besar y tocar a mi mujer, claro que no sería por mucho tiempo, ella tendría que aceptar que era mía, sólo mía, si no lo hacía la obligaría, la encadenaría a mi para siempre, si no me amaba yo amaría hasta su odio hacia mi.
Llegué nuevamente a la casa, las horas pasaban y no sabía nada de Bella, la ira corroía mi cuerpo y mi mente, ya debería haber regresado, ya debería estar conmigo.
A las cinco horas de haber salido de casa Bella regresó, su semblante no era bueno, se veía nerviosa y apesumbrada, se notaba que había estado llorando y ya quería matar al maldito humano por hacerla llorar y a ella por permitir que él le hiciera daño. No sabía qué es lo que había pasado entre ellos, pero lo iba a averiguar ahora mismo.
Nos sentamos a conversar y aunque en un principio no quiso soltar prenda le insistí y me contó parcialmente sobre la conversación con James, al parecer el idiota se había dado cuenta de que algo ocurría entre nosotros, ya que me había visto mirar a Bella con desesperación y me había escuchado nombrarla mía, dijo que James estaba furioso y la había acusado de serle infiel, ella le había explicado que entre nosotros no había nada y bufé molesto al no reconocer lo nuestro.
Él le había gritado zorra y juro que si lo volvía a ver por estos lados era hombre muerto, nadie, nadie llamada de esa manera a Bella, ella era lo más puro que yo había conocido, de todas las mujeres que habían pasado por mi vida ella era la única que había captado mi completa atención, ya no era capaz de ver a ninguna mujer con deseo, eso lo comprobé cuando salí a buscarla y me encontré con muchas humanas viéndome con deseo, para mi eran manchas borrosas, mi mente sólo estaba clarificada para ver a la preciosa niña que ahora lloraba por otro hombre.
Los celos me retorcían las entrañas, pero ella aclaró que no era por un tema romántico, sólo que estaban juntos hace tantos años y de verdad lo quería, era su mejor amigo, su confidente, su todo hasta el momento, él le había enseñado tantas cosas, siempre la había cuidado y la había apoyado en todas sus locuras, la ira corría veloz por mis venas, pero todo era culpa mía. En primer lugar por no ser más fuerte y aunque era imposible abstenerse al encontrar a tu cantante, pude haber evitado asustarla tanto que llevaba años detestándome.
Le dediqué palabras de aliento, primera vez que consolaba a alguien y se sentía tan correcto, a medida que pasaban los minutos la comunicación se volvió más relajada y casi sin darnos cuenta ya no hablábamos de James sino que ella me contaba sus aventuras en el internado, las maldades que le hacía a la detestable directora, reí como nunca lo había hecho cuando me contó que por culpa de ella la directora tuvo una larga temporada usando peluca, ya que Bella le había hecho una maldad y había quedado pelada. Me contó de sus amigos del alma y fruncí el ceño cuando me habló de Jacob, el muchachito también había probado sus labios, aunque ella aseguraba que no había ninguna intención romántica entre ellos.
A regañadientes le pedí que me contara su historia con James y fue aplastante el dolor que sentí al descubrir todo lo que habían vivido juntos, era obvio que él la amaba, pero no tendría piedad con él, ella era mía, siempre lo había sido y ahora yo reclamaba lo mío, él nunca más se acercaría a ella, de eso me aseguraba yo.
Cuando bostezó rendida, a la fuerza la llevé en brazos a su cama, estaba indignada por mi actitud, pero no me importó, estaba cansada y yo la atendería como corresponde.
Una vez en su cama juro que traté de comportarme, juro que traté de no hacer ningún avance, pero me fue imposible, desde que nos sentamos a conversar la cercanía de ella me tenía al borde del orgasmo, así que sin consideración hacia la chica capturé su boca entre mis labios y la besé. El beso comenzó lento, siempre tratando de contenerme, de no abrumarla, de no hacerle daño, pero debido a mi excitación mis colmillos se hicieron notar y ella les pasó la lengua, Dios, ella no sabía que eso me volvía loco, era una zona muy erógena para los vampiros, es por eso que aunque antes disfrutaba del sexo desenfrenado nunca, repito nunca besé a ninguna otra mujer que a Bella, nunca dejé que ninguna mujer o vampira disfrutara de la pasión desenfrenada que sin saber por qué ocultaba como un tesoro, ahora lo sabía, Bella desde la primera vez que la besé la marqué, pero ella también me había marcado y mis besos eran sólo para ella, así que cuando ella los lamió me volví loco de lujuria, apreté más nuestros labios y un gruñido animal salió de mi boca, Bella se tensó por un momento, pero posteriormente alzó las manos hacia mi cabello y lo tironeaba sensualmente por la nuca, mis manos empezaron a vagar por su cuerpo llegando a sus tentadoras tetas, noté que sus pezones estaban tensos y deseaba tanto lamerlos, morderlos, llenarme de ellos, llenarme de toda ella.
En un arrebato de lujuria le arranqué la polerita que llevaba arrastrando de paso su sujetador, Dios, era más hermosa de lo que había imaginado, sus pezones rosados y duros me embobaron e hice exactamente lo que deseaba con ellos, los mordí, los lamí, los tironee y después los metí en mi boca hambrienta, Bella lloriqueaba de placer y se arqueaba logrando que mi monumental erección creciera todavía más, el roce era exquisito y el aroma de su sexo danzaba volviendo loco mi cuerpo.
Sin previo aviso ella se separó de mi quedando arrodillada en la cama, la miré sin entender lo que se proponía y jadee al ver cómo Bella se sacaba el collar y lo arrojaba lejos. Se abalanzó hacia mi boca y sentí sus duros pezones en mi pecho, pero ella no estaba conforme, ella quería más y yo le daría todo lo que ella quisiera, así fue que llevó sus manitos al comienzo de mi camisa y la abrió logrando que los botones salieran disparados en todas direcciones, la miré incrédulo, ella definitivamente era la mujer más caliente que había tenido la fortuna de conocer y era mía, se estaba entregando a mi.
- lo siento, pero no me gusta la forma en que vistes, me gustaba el estilo punky de años atrás, rebelde, hermoso, un pecado andante – dios ella me va a matar.
Pasó su suave lengua por mi torso desnudo mientras sus manos recorrían avariciosa mi espalda. Me recostó en la cama de un empujón y se subió a horcajadas encima mío
- Bella amor, me vuelves loco, te deseo tanto, tanto, eres tan hermosa, sexy, deseo hacerte el amor y después cogerte duramente toda la maldita noche, todo el puto día, he esperado por años para tenerte en mis brazos – decía mientras le arrancaba los pantalones y rompía sus pequeñas bragas. La giré y ahora ella estaba en la cama y yo encima.
Rocé su centro y ¡mierda! ella estaba muy húmeda y ahora sin el maldito collar el aroma de su sangre se arremolinaba haciéndome jadear como nunca lo hice antes, toqué su clítoris hinchado y ella dio un respingo a la vez que gemía. Adentré dos dedos y la embestí, ella movía sus caderas buscando más fricción, me tenía loco. No soporté más y repté por su cuerpo hacia abajo y vi su vagina, cielos, era hermosa y delicada como su dueña, aspiré su aroma para después deleitar mi lengua con tan anhelado manjar, mi verga pulsaba enloquecida, su sabor era de otro mundo, nada era tan delicioso como el sabor de su excitación, a excepción de su sangre claro, era dulce, embriagante, adictiva. Mi lengua y mis dedos tenían una fiesta en su sexo y ella me recompensaba dándome los mejores gemidos que he oído hasta el momento, incluso un par de maldiciones dijo, era tan única, perfecta, nunca me cansaré de decirlo.
De pronto sentí su mirada fija en mi y alcé la vista aún con mi boca en su vagina, ella me miraba con curiosidad y por supuesto con deseo.
- ¿Habías sentido algo así antes?, James te lo hacía más rico que yo – lo se, soy un jodido cabrón de mierda, pero sólo de pensar en ese idiota en esta misma posición disfrutando de mi nueva droga me mataba de rabia.
Bella se tensó, trató de deshacerse de mi, pero no la dejé, presioné más fuerte su clítoris y el movimiento de mis dedos más rápido, ella se volvió a rendir y recostó su cabeza en la almohada, cerró los ojos, pero yo no quería eso.
- abre tus ojos Bella, quiero que mires como te doy placer, quiero que veas la manera en que te adoro, que te deleites cuando acabes en mi boca, cuando derrames tu elixir en mi.
- Dios, eres tan, tan alucinante y nunca, nunca he llegado tan lejos con James, es la primera vez que alguien me toca de esta manera vampiro idiota – nadie la había tocado así, pura para mi, el mejor regalo de todos, este pequeño y riquísimo coño era territorio virgen en todo el sentido de la palabra. Bella apretada cada vez más su coño apresando mis dedos, era alucinante sentir como se contraía.
- Córrete Bella, córrete para mi nena, sólo para mi.
Con un grito, mi nombre salió de sus labios y expulsó sus jugos en mi boca, mmmm, deliciosa, alucinante. Bebí todos sus jugos mientras ella se retorcía y boqueaba por hacer entrar aire a su sistema, se veía putamente deliciosa.
La besé para que sintiera su sabor y ella captó la idea enseguida y gimiendo pasó su lengua por mi boca recogiendo los residuos que habían quedado.
La incorporé y la abracé fuerte, pero sin hacerle daño, besé su cabello que aún no me gustaba, pero la amaba tanto que sabía que terminaría por adorarlo también, quería tanto beber de ella, pero no quería llevarla más lejos, quería follarla como el animal que era, pero sabía que ella no estaba lista aún para dar un paso más, ya habíamos avanzado bastante considerando que ayer recién había descubierto que era mi cantante y que la amaba.
Sentí como su cuerpo se volvió laxo en mis brazos y su respiración se acompasó de tal manera que se durmió. La acosté y la tapé con las cobijas, era un pecado cubrir ese cuerpo tan tentador, pero por ese mismo motivo lo hice, yo estaba tan duro y enloquecido que si la seguía mirando terminaría por violarla, carajo, deseaba tanto hundirme en su conchita apretada, romper su barrera y poder gritar a los cuatro vientos que sólo yo había estado allí, pero nuevamente me contuve.
Me dirigía al baño de mi recámara, me saqué el resto de ropa y me masturbe como un púber, evocaba los gestos de Bella, sus gemidos, sus jadeos, sus palabras confesando que nadie la había tocado así, con ese último pensamiento me vine tan duro que rugí de satisfacción, aunque se que cuando la tome por fin, será mejor, mucho mejor.
Me bañé apresuradamente y me dirigí nuevamente a la habitación de mi mujer y me recosté a su lado e hice lo que nunca había hecho con nadie, la abracé acurrucándola en mis brazos, inmediatamente ella con un suspiro me abrazó y entrelazó sus piernas con las mías, mierda, me estaba poniendo duro nuevamente.
No pude resistir el impulso de saborearla y pasé incansablemente la lengua por su cuello, allí donde su pulso latía llamándome, gemí, su olor, su sabor era devastador, con precaución pasé lentamente y sin dañar su piel mis colmillos por toda la extensión de su cuello, el deseo vibraba con indolencia por mi cuerpo y el deseo por poseerla era más acuciante que nunca, la necesitaba, la deseaba con cada vibra de mi ser.
Resistí, no se como pude, pero lo hice, me tragué la amarga ponzoña y guardé el deseo para más adelante, me tenía que conformar con lo que esta noche me había entregado y era mucho dado nuestro historial.
Toda la noche la miré y admiré con devoción, ella hablaba dormida y me nombró varias veces y ya no era con el desprecio que anoche había escuchado, suspiraba mi nombre y no podía ser más feliz que en este momento.
En plena madrugada regresó mi familia y la verdad es que ni cuenta me había dado de que no estaban en casa, seguramente para darnos unas horas de privacidad, jajajaja, al leer sus pensamientos vi claramente que pensaban que ya habíamos consumado, pero Alice sabía que no era verdad, claro, Bella se había sacado su odioso collar y sin él mi familia podía acceder a su mente, por supuesto eso funcionaba con ellos, porque lo que es yo, con collar o sin él su mente era una pared de concreto muy bien edificado y reforzado, eso me frustraba, quería tener acceso a sus pensamientos, me volvía loco que me ocultara cosas, quería saberlo todo de ella, poseerla por completo.
Bella se empezó a remover en la cama apenas amaneció, suspiró largamente y aún medio dormida y con los ojos cerrados curvó su boca en una sensual sonrisa. Se estiró completamente o eso intentó, pero le fue imposible, ya que nuestras extremidades seguían unidas. Hace pocas horas la había acomodado y en vez de estar dándome la espalda como antes ahora ella estaba de frente a mi, su carita enterrada en mi pecho y me abrazaba al igual que yo a ella, por la cintura.
- Buenos días dormilona – le susurré bajito y sentí que dejó de respirar – abrió sus ojos precipitadamente y su boquita formó una perfecta o
- Respira preciosa – apenas dije eso, ella parpadeó varias veces y volvió a respirar agitadamente
- Dime que esto es un mal sueño, dime que nada de lo que pasó anoche fue real – dijo ella mientras tapaba su rostro con sus manos, aún así pude ver que estaba sonrosada.
- Amor no tienes nada de que avergonzarte, lo que pasó entre nosotros anoche es algo normal en cualquier pareja que se ama
- No, no entiendes, yo no se qué me pasó, yo no quiero ninguna relación contigo, lo que pasó fue un error, debemos olvidarlo, sólo fue un momento de calentura nada más – ¿qué mierda estaba diciendo?, ella no podía negar lo que pasó, no podía repudiar nuestra pasión, esa conexión no era un error.
- ¿De qué mierda hablas?, nada de lo que pasó anoche fue un error, fue magnífico, fue lo mejor que me ha pasado nunca, no te atrevas a convertirlo en algo sucio porque no lo fue
- Tú no entiendes, no quiero ser tuya, no deseo que me reclames como si fuera una cosa, no quiero tener una relación contigo ni con nadie, no sirvo para el amor, detesto todo lo relacionado con el romance y lo empalagoso, nunca podré enamorarme y así lo prefiero
- Eres tú la que no entiende – grité enojado, ella había convertido una noche especial en algo sucio, en algo equivocado – nunca digas que reniegas del amor, siempre nos hemos amado, desde la primera vez que te vi te amé y tú también lo hiciste
- Pero ahora no, ya no, no después de todo lo que a pasado, hasta hace pocas horas me detestabas y ahora me juras amor eterno, por favor no me hagas reír, eso no funciona así, además no eres humano, tú corazón no late, no tienes sentimientos, al igual que yo no sabes qué es el amor. – sus palabras me hacían daño
- Nos amamos Bella, métetelo bien en esa cabecita tuya, eres mi mujer y te quiero a mi lado siempre, no esperaré mucho para convertirte en lo que soy
- ¿quéeeeee? ¿está completamente loco?, por ningún motivo quiero ser como tú, no deseo ser una sanguijuela, quiero ser una chica normal, estudiar, mandarme cagadas, salir con mis amigos, beber, montar en moto, escaparme con algún novio idiota por unos días, ser irresponsable, tocar mi música favorita, dejar al chico anterior y buscarme otro y luego otro, viajar mucho, mejor si es sólo con mi mochila, ir a la universidad y alucinarme con los chicos universitarios, salir de rumba, envejecer, tener un trabajo que me haga feliz, quizás cuando me canse de rumbear me quede embarazada de algún idiota que no quiero y críe a mi hijo como madre soltera, porque eso si, nunca me enamoraré y cuando mi hijo o hija sea mayor, morir, mejor si es con un cigarrillo en la boca, mi guitarra y un trago en la mano.
No podía dar crédito a lo que estaba escuchando, ella definitivamente no me quería para nada en su vida, ya tenía todo planificado, hasta había pensado en tener varios amantes, cosa que me reventó de rabia ¿por qué mierda dejó que le hiciera todo lo que le hice si no siente nada por mi? ¿quería acaso empezar ya a adquirir experiencia para sus futuros amantes?.
- cállate la boca de una puta vez Bella, no quiero escuchar tus malditos planes que por cierto nunca se llevarán a cabo, ya te dejé bien claro anoche que eres mía y de mi lado no te separarás nunca, grábate bien en tu cabecita retorcida y rebelde, eres mía y no permitiré que te alejes de mi, me perteneces, tú sangre es mía, tu cuerpo es para mi placer, tus orgasmos sólo te los proporcionaré yo.
- Estás loco si piensas que permitiré que trates de subyugarme, soy libre y ya escogí ser libre sin ti vampiro – dijo con convicción alzando insolentemente la barbilla y dando a sus ojos ese matiz de rebeldía que ya estaba aprendiendo a conocer.
- Es una putada lo que dices – grité fuera de mi dando un puño en la cabecera de la cama destrozándola y haciendo que mi rebelde amor diera un respingo asustada.
- Lárgate de mi habitación, no quiero verte nunca más acá, es mi espacio, mi lugar y tú no entras en mi vida, mi futuro no es a tu lado
- No te engañes y no trates de involucrarte con nadie, los mataré antes de que te toquen un solo cabello, no estoy jugando niña, los mataría sólo por mirarte – grité colérico parándome de la cama y saliendo de la habitación dando un portazo que dejó la puerta destruida.