Dark Chat

jueves, 13 de enero de 2011

Pecados Carnales

Capítulo 17. Nadie Gana

Bella

Exclamó sereno pero tajante y su voz me era desconocida, todo el lugar donde estaba no era familiar para mí.

Bella

Llamó por segunda vez y noté frente a mis ojos una forma borrosa, lo suficientemente borrosa para comprender que mis ojos estaban llenos de lágrimas que me impedían enfocar correctamente la mirada.

Parpadeé y sentí como escurrían estás por la comisura de mis ojos y rodaban por mis mejillas hasta dar finalmente al suelo.

Aquí estoy… ahora todo estará bien

Susurró la voz otra vez y sentí la tibieza de un cuerpo estrechar el mío entre sus brazos. Alce mi vista y me perdí en aquellos ojos negros, tan negros que me absorbieron por completo.

Abrí mis ojos y estaba recostada en una sala de hospital – brillante ironía –pensé recordando el sueño que siempre tenía en momentos de stress. Ese sueño era recurrente y extrañamente había comenzado a tenerlo incluso cuando él solo era mi psiquiatra cuatro veces por semana, era extraña la sensación que proyectaba Jake en aquel sueño, lo sentía como mi protector, y esa sensación no había cambiado incluso ahora. Me quede mirando al vacío pensando en que jamás había hablado con él respecto a ese sueño en particular, ni siquiera cuando finalmente dejo de ser mi psiquiatra, ni siquiera cuando me dio de alta. Me giré para levantarme y el dolor punzante en mi cabeza me hizo patente lo que había pasado hace un rato atrás.

Me enderece cuidadosamente y miré a mi alrededor. Por el silencio reinante conjeturé que la habitación estaba completamente vacía, y lo estuvo hasta que las voces de Emmett y Edward se sintieron junto al sonido de las bisagras de la puerta cuando la abrieron.

- ¡En que estabas pensando!. Mira que agarrarse a golpes en la sala de un hospital. Tienes suerte que solo sea un corte en el labio y que yo haya intervenido para que no los corrieran.

Lo regaño Emmett y sentí como se quejo, me levanté y corrí la cortina para mirarlos. Me quede clavada en sus labios, tenía un golpe en la comisura, su barbilla estaba hinchada y había sangre brotando de sus labios que manchaban sus dientes.

- ¿Qué paso?

Balbucee acercándome mis recuerdos eran un tanto vagos de lo que había pasado en realidad, en ese minuto Edward se paró y me sujeto por el brazo fuertemente.

- Cuidado Edward, no la jales… quieres comportarte como un adulto por favor.

Pidió Emmett acercándose a nosotros. Lo tomó del brazo tratando de que me soltará.

- ¿Qué es lo que te traes, quieres vengarte?

Me preguntó furioso y yo sentí un vacío cuando me jaloneo. Me mareé a tal punto que estuve a punto de vomitarle encima y caerme al suelo frente a sus narices. Perdí el color y mis manos se pusieron frías. Me sentía completamente desorientada, miré su rostro, su entrecejo estaba arrugado y jamás le había visto esa expresión.

- Edward me lastimas

Le susurré mirándolo a los ojos, estaba colérico y fuera de sus cabales, no tenía claro que era lo que lo enfurecía más si haberme visto besándolo, el que se haya enterado que yo también podía tener a alguien más o el hecho de que eso implicará que había estado con alguien aparte de él de manera intima. Me quede mirándolo hasta que él volvió a hablar.

- ¿Vas a responderme o ahora también tengo que esperar?

Insistió sarcástico. Ahí caí en cuenta que su rabia no era por su profuso amor sino porque estaba doliéndole que le hicieran los mismo que él había hecho una vez - te pellizcaron la fruta -pensé mirándolo desafiante.

- ¡Bueno a ti eso que te importa! ¡Si mal no recuerdo tu estas por casarte, que descarado eres! ¡Ya le contaste a tu noviecita que te acostaste ayer conmigo o tendré que darle la noticia yo!

Le grité empujándolo un poco para que me soltará y me a sujete en la camilla que estaba detrás de él. Emmett se acerco y me ayudo a sentarme.

- Bueno ya basta de recriminaciones… dejen eso para después. ¿Te sientes bien?

Me pregunto preocupado sujetándome mientras que yo tomé aire para hablar.

- Estoy mareada eso es todo

Le contesté cerrando mis ojos y respirando para evitar las nauseas. El golpe en la cabeza se acrecentó y el dolor se hizo intenso, escocía. En eso entro una enfermera que nos miró a los tres sorprendida.

- Srta. Swan, necesito que se vuelva a recostarse, tengo que terminar de suturarla.

Me pidió y Edward se apartó para dejarme pasar. Me miró fijo mientras la enfermera terminaba de curarme y mientras hacían lo propio con él.

- Ya estoy bien, gracias

Gruño entre dientes a Emmett quien se sonrió al ver el arrebato de celos que carcomía a su ex mejor amigo.

Para mi suerte yo salí primero que él hacía la sala de espera y se debió principalmente a que Emmett insistió en tomarle una radiografía. Cuando cruce la puerta hasta la sala de espera Ángela fue la primera en acercarse hasta mí tenía en sus brazos a Anthony, que tenía una expresión de susto en el rostro, así que pude imaginarme lo que había sucedido. No alcance a hablar a mi hermana cuando también advertí la presencia de la madre de Edward y la "novia" de Edward. Ambas me sonrieron y yo no pude ocultar un poco de celos respecto de la última. Traté de parecer amable pero aún así ella noto que estaba incomoda. Esme se paró y se acerco a mí

- Siento que Edward haya actuado así, pero tienes que entenderlo

Me pidió y yo asentí. Claro que lo entendía el problema era que me sentía responsable por haber causado la pelea, aunque pensándolo bien él no estaba solo. No dije nada pero ella continuo.

- Me alegro que estés bien y que no haya sido nada.

Me comentó sonriendo aliviada al verme intacta.

- Solo fue un corte pequeño, nada grave.

Respondí restándole importancia a mi estado al tiempo que tomaba en brazos a mi hijo que me estiro sus manos. A pesar que aún estaba media atontada, no pude evitar mirar a todos lados, buscando a Jake. Mi hermana me hizo una seña con los ojos y advertí que también estaban curándolo.

Nos quedamos en un incomodo silencio hasta que la vista de Esme se cristalizo incomoda, cambio su expresión y me giré. Jake venía caminando en dirección de nosotras. Quise decirle algo pero él habló primero su expresión era bastante seria y con un tejo de molestia reflejada en sus facciones.

- Será mejor que nos vayamos, no quiero toparme con él, creo que con una pelea es suficiente por hoy.

Me dijo y yo abrace a Anthony, ahora estaba dividida. Mi hermana y Jacob esperaban que me fuera con ellos, pero por otro lado, estaba Anthony y… él. Me quede pensando y Esme se me acerco.

- Ve con ellos, yo esperaré a Edward –me dijo y luego agrego – tranquila.

Me susurró cómplicemente y yo sentí un alivio por tener al menos a alguien de mi parte en esa familia. Besé a mi hijo en la frente y se lo entregue. Me dolió separarme de él pero si me llevaba al niño sería peor. Esme adivinó mi preocupación y se adelanto.

- Podrás seguir viéndolo, no te preocupes, no permitiré que se comporte como un malcriado. Además pasarás con nosotros Navidad ¿cierto?

Me preguntó y Jacob resopló enojado - ¡Perfecto, la guinda de la torta! -pensé para mis adentros. Sonreí incomoda y asentí lentamente. Oficialmente estaba dividida en dos.

Nos fuimos en el auto de Ángela, Emmett se llevaría el de Jacob cuando saliera del turno. No nos hablamos en todo el trayecto, me ayudo a bajarme porque aún seguía mareada y cuando mi hermana nos dejo solos se vino la tormenta.

- Dormí con Anthony, te lo juro, bien tapada –exclamó imitando mi voz -¿Desde cuándo te volviste mentirosa Bella? O es un efecto Cullen.

Recriminó y yo tomé aire para respirar.

- Está bien, tienes razón en estar furioso conmigo pero solo porque te mentí, yo que sepa lo nuestro no es nada serio ni oficial.

Le contesté nerviosa porque ya de plano mi corazón estaba dividido, cuando lo vi pelear por mí con Edward algo en mi interior se despertó. Me sentí bien en cierta medida mi ego se había alimentado como un gran monstruo.

- Quieres que te proponga matrimonio o te de un anillo para hacerlo oficial, ¿a qué estás jugando?

Volvió a espetar pero esta vez estaba un poco más calmado. Me sonreí y me acerque, traté de ocultar la risa pero era inevitable.

- ¿qué es lo tan cómico? porque yo no le veo la gracia —concluyó

Me acerque pero él rehuyó mi contacto

- Pensé que habías salido peor pero al mirarte veo que el que se llevo la peor parte fue él.

Contesté pensando en que haría esa mandíbula hinchada a la carrera de Edward.

- Siempre le he ganado, no veo porque hoy no

Me contestó orgulloso pero guardando la compostura su expresión aun era de enfado. Me remonté a la preparatoria y me imagine la pelea por la otra chica y lo mal herido que debió quedar Edward también en esa oportunidad.

- Ahora que me acuerdo, ¿cuándo ibas a contarme lo de tu novia?

Le pregunté ahora volteando la situación. Después de todo eso era un punto en su contra.

- Quise hacerlo muchas veces pero no sabía cómo ibas a tomarlo. Me había enterado de toda tu vida y no sabía si confiarías en mi como tu terapeuta si sabías que tu ex era mi amigo que se había metido con mi novia. No por el hecho que me lo hiciera a mí, sino por tema del resentimiento que estabas experimentando. Eso podría haber nublado tu juicio respecto de él.

Me respondió y me sorprendió. Jake no me había contado que Edward era un mujeriego solo para lograr que finalmente lo perdonara, eso no me lo esperaba.

- No me interesa mantener el perfil de buen chico de Edward, sino que me interesaba sacarte a ti de esa depresión y oscuridad en la que te habías metido, eso es todo. Un paso importante era que te reconciliaras con tu pasado, incluso con él.

Agrego sentándose en un sillón. Lo acompañe sentándome a su lado. Puse mi cabeza en su hombro y comencé a jugar con sus dedos.

- ¿Irás a pasar la Navidad con él? –preguntó molesto

- Pasaré la Navidad con mi hijo, no con él –le contesté

- Pero estarás en su casa -protestó

- Puedes ir conmigo si quieres, no creo que Esme diga que no

Le ofrecí y él me miró. Dudo por unos momentos y luego continuó.

- Creo que es suficiente con lo que paso hoy, tu hijo se asusto demasiado al ver a su padre descontrolado. No quiero crear un trauma. Además eso sería ahondar en la herida y tampoco soy cruel –concluyó

- Pero le dejaste creer que tú y yo nos habíamos acostado.

Contraataque y él se rió.

- Cosa que tu no desmentiste

Me hizo ver divertido ahora por mi respuesta. Si era verdad, yo no había desmentido ese hecho ¿Por qué? no lo sabía, tal vez me gusto ver la reacción de macho que había tenido Edward defendiendo lo que él creía suyo y que hasta ahora era suyo, porque él era y había sido el único hombre en mi vida.