Dark Chat

domingo, 3 de abril de 2011

Guerrero del Desierto

Epílogo

Bella se encontraba en la terraza de la habitación que compartía con Edward, sintiéndose realmente feliz de todo lo que les habías ocurrido desde que Edward la fue a buscar a ese pequeño cuarto en que vivió durante su estadía Grecia. Ya han pasado cinco años y su amor sigue creciendo más y más. Bella por fin, acababa de llegar de una visita al doctor quien le confirmó lo que sospechaba lo estaba embarazada… otra vez. este va a ser estaba su tercer hijo.

Cuando se enteró de su primer embarazo habían solamente pasado 2 meses de su del problema de su separación, así que Rennesme, su hija mayor, fue un regalo a la gran reconciliación. Aunque a Bella se sentía demasiado observada por el revuelo que causó su embarazo, más que mal era el primer hijo del gran jeque, todavía le causaba gracia lo histérico que se ponía Edward con sus embarazos, si prácticamente, no la dejaba hacer nada aunque más de alguna discusión tuvieron por eso, pero nada que no se solucionara rápidamente y terminara con una agradable reconciliación. Ni hablar del momento del parto por suerte no se desmayó pero aunque Edward lo oculte, ella sabe muy bien que él siente tantos nervios que sería capaz de desmayarse, no puede entender como ese hombre tan fuerte que ella ama tanto sea tan débil si el dolor lo siente ella, no le queda más que convencerse que es porque la ama con todo su ser.

Unas manitos la sacaron de sus pensamientos. Era Edward su segundo hijo. El hijo varón que todo su pueblo esperaba y el heredero de toda esa tierra. Aunque él no se daba por enterado por lo que vivía su vida felizmente sin preocupaciones.

Mami- le dijo el pequeño

¿Qué quieres, mi cielo?- le respondió Bella – quiero ir con mi papá y mi hermana a la piscina pero no me dejan porque soy pequeño- le dijo su hijo con cara de enfado. Esto a Bella le causo mucha gracia. es increíble como siendo tan pequeños sus hijos sean tan mandones como su padre.

Bueno, qué te parece si yo me pongo un traje de baño y les hacemos compañía a tu hermana y a tu papá.

La cara del niño cambió totalmente sin dejar rastro del enfado que sentía hace unos momentos.

Espérame un momento aquí me cambio y nos vamos a la piscina.

El niño asintió y ella se dirigió al cuarto de baño.

Bella ya notaba cambios en su cuerpo aunque eran muy leves aun así decidió ponerse un biquini que sabía que a Edward le encantaba.

Cuando salió del baño su hijo la esperaba ansioso. Bajaron por la escalera privada hacia la piscina en la que se encontraban sus otros dos amores.

Al momento en Edward los vio le dedicó una de sus sonrisas característica que a Bella a pesar de haber pasado 6 años de matrimonio y 10 desde que lo conoció aún le hacían estremecerse. Una vez dentro se dedicaron a compartir y jugar con sus hijos. A Edward le encantaba pasar tiempo con su familia. Siempre que podía lo hacía, incluso había reducido sus horas de trabajos y había aprendido a delegar. También disfrutaba como Bella se desenvolvía en sus labores diplomáticas si incluso podía decir que ella era la envidia de muchas esposas de otros mandatarios, además su pueblo la amaba, él sabía que la perfección no existe paro para Edward su mina estaba muy cerca de la perfección.

Cuando salieron de la piscina Bella y Edward se sentaron a tomar unos refrescos mientras sus hijos corrían y jugaban a su alrededor y Edward no se pudo contener de expresarle sus sentimientos.

Mi mina no sabes cuánto te amo- le dijo Edward. Bella lo mira sonriente y le dice que ella si lo sabe porque es tanto como lo ama ella a él.

Ustedes tres me hacen tan feliz- exclamó Edward.

Ahora con una mirada coqueta Bella le responde- bueno yo creo que somos cuatro los que te hacemos feliz-

Edward luego de salir un poco de su impacto le dice- ¿Estás. Estás…?

¡Si!

FiN