Dark Chat

martes, 19 de julio de 2011

Muñequita

CAPÍTULO VIII

BELLA POV

Había hablado con Jake, pero las cosas no salieron como las tenía planeada, en primer lugar Jake me rastreó, me prometió que no lo haría, pero lo hizo, según él por mi bien, bueno, en realidad él se ha portado súper bien conmigo, pero de igual manera quería estar protegida, sola y resulta que el maldito pasado me estaba alcanzando y ya no podía huir porque Jake ya había mandado a dos agentes para cuidarme, oh si, habían llegado ayer y si pensaban que no me daría cuenta de la existencia de ellos estaban muy equivocados, trataban de mezclarse y aparentar ser ciudadanos normales, pero James me había enseñado a distinguirlos, a reconocer sus movimientos y sus códigos secretos, apenas los vi supe que Jake los había mandado a estar cerca de mi. Hice como si no supiera de sus existencias y traté de seguir con mi supuesta vida normal. Segundo : el caso muñequita todavía estaba en proceso de investigación, así que no había avanzado nada, tercero: Edward se estaba comportando de manera muy extraña, nunca me preguntó sobre lo que había pasado en su casa con su padre, no sacó nada a colación sobre mi verdadero nombre y la reacción posterior a este acto, es como si nunca hubiese ocurrido, lo que era muy extraño y me tenía muy inquieta, él era muy curioso con lo que respecta mi pasado y ahora no preguntaba nada, se portaba cada vez mejor conmigo, pero había algo en su mirada que me confundía, cada vez que él pensaba que yo no estaba mirando me dirigía miradas que me atemorizaban un poco, sus ojos cada vez estaban más tristes y llenos de desilusión, no entendía muy bien, pero me estaba asustando, cuarto: Carlisle Cullen me había visitado cuando estaba sola para conversar conmigo, en un principio no entendí su visita, pero a medidas que la conversación empezó a fluir entendí por qué él me conocía, me explicó que él había estado cuando me llevaron al hospital, él había intervenido en mis heridas y aunque me costó se lo agradecí, si, me costó, porque siempre había guardado cierto rencor hacia la persona que me había salvado dejándome sola en este puto mundo sin James.

Sentí mucho miedo cuando me contó que sabía todo acerca de mi caso, miedo porque me dijera que no era lo suficientemente buena para Edward, pero me sorprendió cuando dijo que estaba enormemente complacido de que yo hubiera llegado a la vida de su hijo para iluminarla y llenarla de paz, me contó brevemente la historia de Edward y su procedencia y sentí muchísima pena por lo que les ocurrió a sus verdaderos padres, pero de igual manera sentí como una daga se enterraba en mi corazón porque Edward no me contara esa parte de su pasado, pero dejé ir ese sentimiento ya que yo tampoco le había contado mi pasado completo.

Le supliqué a Carlisle que me diera tiempo de explicarle personalmente a Edward mi situación, ya que él quería contarle por qué me conocía, pero aceptó, no era fácil y nunca me había puesto a pensar que debería contarle mi verdad tan pronto, me daba muchísimo miedo de que me repudiara, que sintiera asco por mi y que me culpara de la muerte de mis seres queridos, quizás me dejara para apartarse de la trayectoria de mi mala suerte, si ese era el caso lo dejaría libre, él era muy importante para mi como para amarrarlo a mi y mi desgracia, quizás fuera lo mejor, nunca debí dejar que las cosas llegaran tan lejos, yo no tenía derecho a amar a nadie, todos los que me querían terminaban muertos y no quería por ningún motivo que Edward terminara de la misma manera, pero era tan cobarde y egoísta que no fui capaz de terminar la relación, cada vez dependía más de él, era una necesidad imperiosa como lo era respirar, anhelaba cada minuto que pasaba en su compañía y hacía oídos sordos a los comentarios malintencionados que rondaban el colegio que decían que Edward había vuelto a las andanzas y que yo tenía los cuernos más grandes del país entero, no lo creía, él me amaba, lo decía a diario, me lo demostraba con cada una de sus acciones y esas perras que habían echado a correr ese rumor eran unas zorras despechadas por la falta de atención de Edward hacia ellas.

Me dirigía por los pasillos del colegio hacia el comedor cuando sentí un brazo cogerme con un tanto de brusquedad.

- Jasper, suéltame

- No, tenemos que hablar

- O, no entiendes, no tenemos nada que hablar, además Edward me está esperando

- Jajaja, no me hagas reír, ese perro seguramente está follando con alguna zorra por ahí

- No digas eso, él ya no es así, él nunca me engañaría, nos queremos

- ¿así como quisiste a mi hermano muerto?

- No, no se puede comparar ese tipo de sentimientos, a James siempre lo amaré, siempre lo llevaré en mi corazón

- Mentirosa, eres una perra mentirosa, nunca lo amaste y él murió por tu culpa

- No sabes de mis sentimientos hacia tu hermano, pero es verdad que murió por mi maldita culpa – no podía negarle la verdad, no podía ser tan hipócrita

- Por lo menos lo reconoces y quiero saber toda la verdad, al menos me debes eso, maldita sea me encontraba lejos cuando me enteré de su muerte, apenas alcancé a llegar a su funeral y lo único que me dijeron fue que murió protegiéndote y tú ni siquiera fuiste al funeral, eres una perra sin sentimientos, él siempre te amó, desde que eran niños te amaba, siempre lo supe, la manera en que te miraba, la forma en que te defendía de todos los que te hacían daño, siempre estaba él para ti, maldita sea hasta dio su vida por ti y no se la razón y me está volviendo loco no tener las respuestas, mis padres no me dicen nada, sólo que no tengo que juzgarte

- ¿cómo diste con mi paradero?

- Hace unos meses atrás James me llamó por teléfono, estaba muy preocupado por ti, nunca me dijo el motivo sólo me dijo que en caso de que le pasara algo tenía que encontrarte y protegerte, cuando le pregunté el motivo me dijo que no podía hablar de eso, pero me hizo jurar que te encontraría y me habló de este pueblo, en ese momento no entendí mucho, pensé que estaba ebrio, pero se lo juré, cuando me enteré de su muerte y tu desaparición arreglé algunos asuntos pendientes que tenía y llegué acá y me encuentro con la maravillosa novedad que te encuentras bien y además tienes novio y mi hermano muerto por tu maldita culpa.

- Tú no puedes juzgarme por tratar de reponerme al dolor que pasé, además quiero mucho a Edward, pero siempre amaré a James, como te dije siempre estará en mi corazón

- Perra, debiste morir tú en su lugar – gritó y me abofeteó tan fuerte que sentí mi cara arder

- Ni siquiera fuiste a verlo al funeral, dime ¿por qué no fuiste si tanto dices que lo amabas?

- PORQUE ESTABA EN COMA, CASI DOS MALDITOS MESES ESTUVE POSTRADA EN UN MALDITO HOSPITAL, CUANDO CURARON LAS HERIDAS QUE TENÍA EXIGÍ SABER DE JAMES Y CUANDO ME INFORMARON QUE ESTABA MUERTO TODO PERDIÓ SENTIDO PARA MI, NO QUERÍA VIVIR Y ODIÉ AL MALDITO MÉDICO QUE ME INTERVINO Y ME SALVÓ MI PUTA VIDA, EN ESE MOMENTO TODO SE VOLVIÓ OSCURO Y DESPERTÉ PENSANDO QUE TODO HABÍA SIDO UNA MALDITA PESADILLA Y NUNCA ME HABÍAN DICHO QUE MI JAMES ESTABA MUERTO, PERO NO FUE ASÍ, ÉL ESTABA MUERTO Y YO IGUALMENTE MUERTA EN VIDA Y SE QUE ES MI MALDITA CULPA Y NUNCA LO HE NEGADO.

- Mierda, eso no lo sabía, pero de todas maneras te odio y quiero que me digas todo lo que ocurrió, me lo debes, por James me vas a contar toda la puta verdad del motivo por el que mi hermano está muerto

- Ahora no puedo, no tengo las fuerzas suficientes, yo lo amaba, nos habíamos declarado hacia tan poco que ni siquiera alcanzamos a ser novio, pero hacía meses que había descubierto que ya no lo quería como amigo, sino como hombre, íbamos a vivir juntos en la casa en la que vivo e íbamos a esperar que todo el caos pasara para retomar nuestras vidas lo mejor que pudiéramos, es todo lo que puedo decirte por el momento

- ¿qué mierda fue lo que pasó? – dijo tratando de suavizar su voz y me acarició la mejilla, bajó la capucha de la sudadera y rozó mi cuello, ahí se detuvo y fijó su vista en la cicatriz

- ¿Bella?, eso, eso que tienes, no, no puede ser verdad

- Lo hice yo, cuando la persona que me perseguía mató a James en ese maldito bosque fue por mi, escuché los disparos Jasper, los escuché y supe que James no había sobrevivido, aunque en el hospital me negaba esa verdad siempre supe que él murió en ese bosque, cuando escuché que ese desgraciado me había alcanzado y me tenía acorralada hice lo que me pareció correcto, sin James no quería vivir y nunca permitiría que ese hijo de puta me pusiera otra vez una mano encima y me traté de matar, pero no hundí la navaja lo suficientemente profundo ni en mi cuello, ni en mis muñecas – él bajó la mano de mi cuello y me tomó las manos delineando mis cortes- quité mis manos

- Yo lo lamento tanto, siempre te consideré una buena amiga y te quería mucho, pero te sigo odiando, era mi hermano maldita sea, la persona que más admiraba en el mundo y me lo quitaste

- Lo se y no quiero tu lástima, ódiame es mejor así, no merezco que nadie me quiera, lastimo todo lo que toco y no quiero tu lástima ni tampoco tu comprensión, no quiero nada – le grité y salí corriendo

- Tarde o temprano me dirás el resto de la historia, eso no se queda así, me tendrás que decir quién mató a mi hermano y por qué

Corrí y corrí hasta salir del colegio y me refugié en mi casa, me sentía tan sola, había perdido la cordura, nunca debía contarle nada a Jasper, no quería lástima, no quería que nadie supiera lo que me había pasado, no quería que nadie en este pueblo supiera quien era yo en realidad, por eso desde que empecé a tener amigos había tomado la decisión de irme antes de que el juicio empezara para que nadie a los que conocía me vieran y me reconocieran como la muñequita, pero luego empezó mi relación con Edward y reflexioné el hecho de contarle más adelante y si él decidiera quedarse conmigo a pesar de todo no me importaría lo que pensaran los demás, qué ilusa había sido, ahora estaba más perdida que nunca, salí hacia el garaje y tomé la moto que James me había comprado, hacía tanto tiempo que no manejaba una, pero estaba desesperada por salir y sentir la adrenalina, la encendí y me alejé del pueblo rápidamente, pronto llegué a un pueblo cercano que no había visitado llamado Port Angeles y vagué por las calles.

De tanto vagar me dio hambre y fui a un pequeño restaurant, me senté en la mesa más alejada en un rincón, pedí el almuerzo cuando sentí que alguien se sentaba frente a mi

- no puedo creerlo ¿eres tú Bella? – mierda esa voz la conocía, alcé la vista y ahí estaba tan bella como siempre

- Tanya, ey ¿cómo estás?

- Que ¿cómo estoy?, niña por dios, estuvimos tan preocupados por ti todo este tiempo, desde que te raptaron no supimos más de ti, pensamos que podrías hasta estar muerta, la prensa no dice nada, la policía se reserva el comentario

- Lo se, es algo complicado ¿sabes? Todo está en proceso de investigación

- Por que nunca nos contactaste, somos tus amigos, estábamos muriendo de pena por ti y ahora te encuentro tan fresca en este rincón del mundo

Ella era Tanya Denaly, una muy buena amiga del pasado, nos conocimos cuando me presenté a cantar con una banda amiga y ella era la corista, nos llevamos enseguida bien, era tan atenta y cordial, ella me enseñó a maquillarme y a vestir más provocativa, siempre salíamos juntas cuando nos encontrábamos en la misma cuidad, incluso ella estaba en ese Pub desde el que me secuestraron.

Después que salimos de restaurant, me llevó a un pub gigante al otro lado de la calle, resulta que era de ella, se había casado con su novio de toda la vida Samuel y habían llegado a vivir a esta cuidad que era la cuidad natal de Samuel, él también muy buen amigo y se encontraba en el pub, los tres conversamos y fue inevitable contar la historia, me dieron la confianza y además estaba tan hecha polvo de tanto guardar el secreto, quería descargarme un poco y les conté todo con lujo de detalles, lloraron mucho por lo acontecido, ellos también conocían a James y lloraron más cuando supieron de su muerte, dicen que ellos trataron innumerables veces de informarse, pero siempre encontraban negativas de la policía a dar información, si, era un caso grande y no podían darse el lujo de filtrar nada.

Después de tanto llanto les conté de mi nueva vida, de Edward, de Jasper, en fin de todo, pero Tanya estaba indignada por mi forma de vestir, no le presté atención y me dejó en paz por el momento.

Me contaron que pronto celebrarían el primer año del Pub y por supuesto era la invitada de honor, pero traté de excusarme, les dije la verdad, ya no canto, ya no toco, no soy la persona que ellos conocieron, pero insistieron que por último viniera como espectadora, además iban a estar todos los chicos del grupo, Samuel seguía tocando en la banda, pero ahora estaba descansando d una gira que habían hecho. Además habían invitado a otros grupos musicales y todos habían confirmado ir, iba a ser el desmadre de celebración, todos los grupos invitados los conocía, había tocado con ellos y Tanya estaba extasiada con el reencuentro, pero no asistiría, no estaba preparada para más gente de mi pasado, era insólito como el pasado me estaba alcanzado a pasos agigantados, vine a este lugar tan alejado para mantenerme fuera de mi pasado, pero éste se esforzaba por encontrarme y poniendo a la gente que me había conocido en mi camino.

Era de noche y tras varios tragos, en realidad muchos tragos llegué a casa tarde en la noche, mierda, estaba ebria, ni se cómo carajo pude sostenerme en la moto, Tanya y Samuel me habían pedido que me quedara con ellos, pero no quise, además no había dado ninguna explicación a Edward, en realidad no lo había visto, y me había olvidado un poco de él con mis amigos.

Estaba por llegar a la puerta y las llaves se me cayeron y al tratar de recogerlas me caí yo también al suelo y fue tan cómico y solté las carcajadas, insisto estaba borracha, mierda, todo me daba vuelta.

- ¿Annie? – mierda, era Edward, me estaba esperando y no se veía muy contento que digamos

- Emmm, hola

- ¿dónde mierda te habías metido? Me tenías muy preocupado ¿sabes la hora que es? ¿por qué mierda llegas en ese estado y en moto?

- Wow, para el interrogatorio, me estás mareando, mejor ayúdame a pararme

- Vale, dame tu mano

- Vamos, te llevaré al dormitorio

- Oh, ¿me deseas Edward?

EDWARD POV

- Oh, ¿me deseas Edward?

Mierda, cómo llegué hasta acá, ella me acababa de hacerme la maldita pregunta y la respuesta era si, maldita sea si, la deseaba como un enfermo, sabía que tenía que odiarla, pero carajo la amaba, no podía negarlo y la deseaba más que cualquier cosa en el mundo y cada minuto que pasaba me sentía más enfermo por lo que le estaba haciendo.

Iba saliendo del cuarto del conserje después de follarme a otra zorra del colegio, lo hacía todos los días, todos los días la engañaba y cada vez que lo hacía mi corazón se rompía un poco más, pero se lo tenía merecido, era una mentirosa, una zorra, pero cada vez que me introducía en algún coño sólo podía pensar en el daño que le iba a ocasionar, pero maldita sea el rencor que traía eclipsaba mis sentimientos hacia ella, estaba tan perdido, tan podrido por dentro, atrapado en mi propio juego de venganza.

Llegué al pasillo cuando vi la escena que protagonizaba Jasper y Annie, si, la seguía llamando así, ella no me había dicho nada de lo ocurrido en casa y yo callé para que el golpe fuera más duro para ella, me seguía comportando como el novio perfecto para ella, pero lejos de sus ojos era el hijo de perra más grande del mundo, ya ni me acordaba con cuantas zorras me había metido desde que supe la verdad, ella confiaba ciegamente en mi y no hacía caso a los rumores de mi doble vida, mis amigos sabían que la estaba engañando, hasta mi hermana me había descubierto y me había reprochado lo que le estaba haciendo a Annie, pero la convencí que callara que yo aclararía la situación con ella y debía apurarme, la bomba estaba a punto de estallar, los rumores eran cada vez más grandes y se que pronto Annie me pediría explicaciones.

Me alertó la manera en que Jasper le reprochaba a Annie la muerte de su hermano, tenía razón ellos se conocían, pero cuando seguí escuchando todo lo que tenían que decirse quedé en shock, mi cabeza daba vueltas, se veía tan rota, tan triste y desamparada y su relato me dolió en el alma, por una parte porque era demasiado triste y fuerte lo que ella había revelado y por otra parte su confesión de amor eterno al hermano de Jasper, James. Sentí que dejaba de respirar cuando confesó que se había tratado de matar cuando supo que James estaba muerto y para que no la atraparan, mierda, tenía que saber toda la verdad de lo que le había pasado, ella era una completa desconocida y la quería destruir tanto como salvarla y protegerla, mi cabeza era un caos que cuando ella salió corriendo no fui capaz de seguirla, me sentía como una mierda, ella estaba sufriendo y yo follando como enfermo con cuanta zorra se me pusiera por delante, pero nuevamente mis sentimientos eran contradictorios y me recordaban que ella merecía lo que le estaba haciendo y lo que le iba a hacer pronto.

Cuando recuperé la consciencia traté de alcanzarla en su casa, pero ella no estaba, la esperé por horas, llamé a los chicos de la Push, pero no sabían nada de ella, había desaparecido y yo estaba como loco. Ya era tarde cuando la vi llegar en una moto a velocidad que sobrepasaba los límites establecidos y además estaba ebria.

La llevé a su alcoba y ella trató de seducirme y mierda me tenía tan duro, era la oportunidad que estaba esperando, pero una parte de mi cerebro se negaba a hacerle eso, pero como soy un maldito bastardo mandé todo a la mierda y la acosté en la cama y entre besos y caricias la fui despojando de su ropa, le saqué lentamente la faja y me deleité con su cuerpo expuesto y hermoso

- te amo Edward, hazme el amor

- Annie, yo, no puedo, yo o quiero hacerte daño – mierda no podía, la amaba y sabía que si la hacía mía la destruiría

- Por favor Edward, te deseo tanto y te necesito, necesito que me quieran – carajo, mierda, mierda, mierda.

- Estás borracha, mañana te arrepentirás

- Nunca lo haré, además no estoy tan bebida

No seguimos hablando, no era necesario, ella con dedos temblorosos sacó mi ropa y me quedó mirando como si fuera la primera vez que veía un hombre desnudo y la rabia se apoderó nuevamente de mi, ni estando ebria dejaba de ser una cínica, quizás cuántas veces se la habían follado, quizás cuantas veces se la había cogido Carlisle, pero le seguí el jueguito, si se quería hacer la virgencita que lo hiciera, pero yo me la iba a follar como la zorra que era, duro y salvaje.

Recorrimos nuestros cuerpos y cuando le saqué hasta la última prenda, quedé anonadado con la vista, carajo, ella era más hermosa de lo que había imaginado, ella era perfecta, la mujer más hermosa y con el cuerpo más perfecto que me había follado alguna vez. Besé sus piernas suaves y blancas, besé desaforadamente sus pechos, pasando la lengua en sus rosados pezones, mierda esto era el cielo y cada vez me sentía más erecto, ella suspiraba y se estremecía con cada una de mis caricias, nunca le había dedicado tanta atención a una mujer, pero joder su aroma era espectacular y su piel tan suave y cremosa que era un deleite para mis sentidos, sus manos también recorrían mi cuerpo y a cada rato decía lo mucho que me amaba y deseaba y carajo estaba a punto de creerle. Cuando llegué a su centro estaba tan húmeda y su aroma era el mejor afrodisíaco que existía, no me resistí y la devoré con mi lengua, nunca antes lo había hecho, las mujeres siempre fueron ellas las que me daban placer a mi, no yo a ellas, pero Annie era especial y su coño me fascinó, podría vivir comiendo de él por siempre

- Oh Edward, se siente tan maravilloso, mmmm, no pares amor

- Me encanta tu aroma, me encantas y te amo, carajo te amo tanto

Estaba completamente enloquecido, esa mujer me tenía en sus manos, su clítoris era tan delicioso y mientras le daba la atención que merecía mis manos se fueron a sus pezones, mierda, estaba eufórico y no podría aguantar un minuto más para hacerla mía, dios como la amaba y entonces decidí dejar el pasado atrás, a la mierda su pasado, a la mierda Carlisle, a la mierda todo, esa mujer era mía y la amaba, la venganza que se fuera al carajo, olvidaría todo y pasaría la eternidad pidiéndole perdón por haberla engañado con todas esas zorras, mañana tendría que conversar con ella y dios me ayude para que me perdone, pero en este momento le haría el amor como nunca lo he hecho.

- Edward quiero tocarte – dijo dirigiendo su mano hacia mi verga, la dejé y nunca nadie me había tocado de esa manera, era tan excitante las nuevas sensaciones que sólo ella me hacía sentir, su mano subía y bajaba por mi verga y sentía que en cualquier momento me correría.

- Ahhhh, Annie, deja de torturarme cielo, no quiero correrme en tu mano – me soltó y con mis piernas abrí las suyas, tomé mi verga con la mano y la ubiqué en su entrada, me fui introduciendo lentamente

- Dios, eres tan putamente estrecha – no me pasó desapercibido su tensión y pensé que se debía a mi vocabulario, así que embestí con fuerza y mierda el grito de dolor de ella me alarmó, carajo ella era virgen, la había desflorado de forma brutal, me quedé quieto en su interior y ella se agarró de mis hombros y enterró sus uñas, pero no entendía nada, se supone que era amante de Carlisle, pero ella era virgen y toda la verdad que creía conocer se vino abajo, intenté retirarme, pero ella rodeó mi cintura con sus piernas y me apresó

- Por favor perdona, no sabía, yo pensaba que tú…

- No pares, ya pasó el dolor, por favor sigue – y sintiéndome una mierda lo hice, seguí embistiendo lentamente, sus músculos fueron dilatándose y mi verga era acogida como un guante en su interior

- Dios, ahhhh, más fuerte Edward, más rápido – pedía Annie entre jadeos

- Ahhhh, Annie, eres tan estrecha que duele cielo, eres tan estrecha y caliente, te amo, te adoro, nunca me había sentido tan bien, ahhhh

- Más, más Edward, mmmm, se siente tan bien, tan putamente bien, oh dios, como te amo – sus paredes se contrajeron y cada vez apretaba más mi verga en su interior – ya casi amor, me falta tan poco Edward – carajo a mi también me faltaba poco, pero quería que ella se corriera primero, así que bajé una mano a la unión de nuestros cuerpos y froté su clítoris y mi boca la dirigí a sus pechos gloriosos mordisqueando sus pezones en forma intercalada, aumenté el movimiento de mi mano y el movimiento de las embestidas también, Annie se tensó y gritó mi nombre de manera salvaje, dos embestidas más y también me corrí gritando su nombre a todo pulmón, nunca me había corrido de esa manera. Salí de su interior y la abracé fuertemente, presintiendo que la perdería para siempre ¿por qué nunca aclaré mis dudas con Carlisle?, me dejé llevar por el rencor y ahora estaba a punto de perder al amor de mi vida, a la única mujer que he amado, la única que ha visto algo más allá de mi atractivo físico, quería llorar, quería gritar, pero sólo la abracé y la besé largamente, era mi vida

- Te amo tanto Edward, nunca pensé que volvería a amar a alguien, yo te debo tantas explicaciones y te prometo que mañana después de clases te las daré todas, por ahora sólo te puedo decir que mi verdadero nombre es Isabella Swan, pero me decían Bella las personas que me conocían y yo…

- Shhhhh, amor, no digas nada ahora, mañana hablaremos, yo también tengo mucho que decirte y muchas cosas por las que pedir perdón, pero ahora sólo abrázame cielo, abrázame fuerte y quiero que sepas que pase lo que pase mañana te amo como nunca he amado a nadie, sólo a ti, la única que ha llegado a mi corazón, mi alma es tuya amor, por favor no me la regreses nunca

- Nunca Edward, mi corazón es tuyo, cuídalo por favor, sólo necesito que me ames, que no me alejes de tu vida –

Cerré los ojos y una lágrima corrió por mi mejilla, me sentía una mierda, miré nuevamente a Bella y ella se había quedado dormida, le acaricié la mejilla y lloré amargamente, mañana se descubriría todo y la perdería por mi cobardía, por mi egoísmo, por ser un hijo de perra.

BELLA POV

La mañana había llegado y me sentía tan feliz, había pasado la noche más maravillosa de mi vida, me había entregado a Edward y no me arrepentía, después del dolor inicial todo había sido maravilloso, Edward era tan tierno y me hacía suspirar de sólo pensar en él, estábamos abrazados tal como quedamos cuando nos dormimos, pero teníamos que ir a clases, así que entre besos lo desperté, pero había algo mal, sus ojos estaban tan tristes, se veía tan desolado y traté de consolarlo a pesar de no saber qué le pasaba.

Después de consolarlo y la respectiva sesión de sexo nos fuimos al colegio, después de clases conversaríamos y ya estaba decidida a contarle toda mi verdad, espero me entendiera, él también dijo que tenía que decirme algunas cosas, pero no sabía qué podía ser.

Al llegar a la puerta del colegio nuestros amigos nos esperaban, Jasper me miraba y me sonrió, le devolví la sonrisa y supe que estábamos en paz, quizás más adelante pudiéramos conversar y decirle todo.

Faltaba poco para que sonara el timbre para dar inicio a las clases cuando llegó Rose con Ángela y me miraban de una manera desafiante y maliciosa, Edward se tensó al lado mío y me abrazó con fuerza por la cintura.

- Uy, tienen una cara de recién cogidos, por lo visto conseguiste llevar a cabo tu plan – no entendía lo que decía Rose

- ¿qué plan?

- Cállate Rose, no sabes lo que dices – Edward estaba cada vez más tenso

- ¿cómo que no se de lo que hablo querido?, la otra noche nos emborrachamos después de follar como conejos y me contaste tu fantástico plan para la zorra esta, nunca me creí el cuento de la inocente freaki y cuando me dijiste lo zorra que era al ser la amante de Carlisle y como te la llevarías a la cama para vengarte de los dos he estado esperando por este momento, y ahora que veo que ya lo conseguiste me siento libre de decir todo lo que pienso de ella. – no podía ser cierto, estaba teniendo una pesadilla, claro, no había despertado porque esto no podía estar pasando, me solté del abrazo e Edward para encararlo, porque comprendí que no estaba soñando y recordé sus palabras de anoche cuando dijo que tendría que pedirme perdón por muchas cosas

- Edward que está pasando, dime de una maldita vez que Rosalie está mintiendo, tú no pudiste pensar algo así de mi, dime que lo de anoche fue cierto y no por una venganza sin fundamento

- Annie yo, yo, lo siento tanto, estaba tan equivocado, pero conversemos solos, vámonos ahora – lágrimas empezaron a salir de sus ojos traicioneros y solté la mano que me tenía tomada

- Noooo, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿por qué mierda me dañaste?, tú sabes mejor que nadie que nunca hubiera podido ser amante de Carlisle, tú fuiste el primero, te odio maldito, te odio, no quiero que nunca vuelvas a tocarme

- Annie por favor, déjame explicarte, te juro que te amo, no quería hacerte daño, de verdad te amo

- Jajajaja, ¿la amas?, pero si desde que descubriste sus trapitos sucios te has cogido a toda la población femenina del colegio y en sus propias narices – me quería morir, miré al resto de mis amigos y todos estaban lívidos por lo que estaba pasando, a la distancia vi que Seth venía corriendo en nuestra dirección y que Jasper y Emmett daban un paso adelante para acercarse a mi, pero pude ver la culpa en sus caras

- ¿lo sabían cierto?, sabían que este cerdo me engañaba y no dijeron nada

- Por supuesto que todos lo sabían querida y nos hemos reído bastante de tu ignorancia – seguía diciendo Rose y empecé a ver todo rojo y mi cuerpo temblaba como una maldita hoja

- Los odio, los odio a todos, qué tonta al pensar que eran mis amigos, sólo fue otra de sus malditas crueldades hacia mi ¿cierto?

- Annie, te juro que te considero mi amiga pero es mi hermano y él juró que te diría todo, lo otro de lo que habla Rose de Carlisle no entiendo que es, pero si sabía que mi hermano te engañaba – Alice estaba llorando, pero no les creía nada, todos eran unos falsos.

- No seas tan tonta y aprovecha el minuto de fama, siempre me caíste mal, sólo fingí ser tu amiga porque presentía que algo iba a pasar y quería estar en primera fila, pero esto, definitivamente ha superado mis expectativas, ahora eres oficialmente la zorra más grande del colegio, Cullen te marcó, pero deberías estar agradecida, la polla de Edward es la mejor de toda la cuidad y todas las chicas están de acuerdo en eso, nunca conseguirás una mejor que esa.

No me aguanté la rabia, Seth ya había llegado y trató de sujetarme, pero me escabullí y me lancé sobre Rosalie y le di la paliza de su vida, todos miraban con cara de horror la manera en que la golpeaba, ni siquiera pudo defenderse de mis puños, carajo me dolían las manos de tanto golpe y cuando me paré le di una patada en las costillas

- Eso es para que nunca olvides que la freaki sabe defenderse y la entrenó un agente especial, basura sin corazón que para lo único que sirves es para que cerdos como Cullen las usen como saco masturbatorio

- Annie vámonos princesa – Seth estaba tanto anonadado por lo que le hice a la perra como furioso por lo que ellos me hicieron

- Vamos, no tengo nada que hacer acá

- Bella espera, yo…

- Tú nada Cullen y no vuelvas a mirarme nunca más en tu vida o te juro que te dejo peor que a tu zorra

- Déjame explicarte cielo, yo – no le dejé terminar de hablar, me había tomado la mano y yo le advertí que no me tocara nunca más, la rabia que sentía en ese momento me superó y con las manos adoloridas y todo le di un buen golpe a su linda carita de puto y no pude parar, él no se defendió, sólo trató de detenerme, pero no pudo y le patee el trasero, dejándolo en el suelo sangrando

- Gracias James por enseñarme a defenderme de los idiotas – dije mirando detenidamente a Edward, no miré nadie más y me fui con Seth.



Vida : Dulce Inmortalidad

Capítulo Décimo Quinto: En el momento y en el lugar equivocado

A penas salí del baño constante que Edward no estaba en el cuarto, rápidamente comencé su búsqueda y lo hice en toda la planta superior del castillo, habitación por habitación pero no estaba. No pude evitar desesperarme y baje las escaleras hasta la planta del primer piso, grite su nombre al principio bajo y luego fui subiendo de tono a medida que mi búsqueda era infructuosa, pero no estaba por ninguna parte – donde habrá ido – susurré casi al borde del terror, me faltaba solo el comedor del ala este, e iba camino ahí cuando me tope con la anciana que me había recibido el día anterior, esta me sonrío y se acerco.

- el joven ha salido, le dejo esto.

Dijo mientras me entregaba un papel doblado en dos, era una nota de Edward, lo abrí y comencé a leer

Esposa Mía:

No te preocupes, he ido por nuestro desayuno, no te darás cuenta cuando ya este de regreso.

Tu amado Esposo.

Claro como no lo pensé antes había necesidades que no podían esperar, seguro que el no quería que asesinara a los empleados por no tener a mano alguna otra fuente de alimentación. Guarde la nota en mi bolsillo trasero, la calma había regresado a mi mente, conociendo a Edward, él trataría que su ausencia fuera la minima, pero aún así no pude evitar constatar, cuando di un vistazo a nuestro entorno que el bosque mas cercano estaba a lo menos a 50 kilómetros de distancia.

Mi espera sería más que un par de minutos aventuré que serían un par de horas para que el encontrará un animal y luego para que regresará a casa, me resultaba interesante pensar como iba a traerme mi desayuno, considerando que yo no bebería directamente desde la botella. Me senté en la terraza donde llegaba el sol, eran cerca de las 10 de la mañana y este alumbraba con toda magnificencia.

Estuve ahí contemplando la basta hectárea que era el patio trasero del enorme palacio, estaba entretenida viendo como uno de los empleados se las daba de jardinero, cuando cruzo por mi mente una idea. Corrí hacia nuestra habitación y saque mi bolso y luego baje a toda prisa hasta la puerta principal, no me percate que la anciana estaba ahí limpiando sino hasta que sentí su voz un poco preocupada cuando me vio entrar al auto que nos había traído hasta ahí el día anterior.

Constate que Edward había dejado puestas las llaves en el encendido y di un pequeño grito de satisfacción cuando lo hice encender.

- Señora… el joven dijo que no saliera de la casa… es muy peligroso cuando todavía hay sol.

Me dijo con evidente pánico en su voz desde las escaleras.

- No se preocupe volveré antes que llegue mi marido.

Alcance a gritar mientras aceleraba.

La verdad no sabía bien como llegar a la cuidad así que aposte a seguir el único sendero que había, las murallas y los edificios pintorescos además de la gente me hizo darme cuenta que ya estaba en la ciudad. Llevaba los vidrios cerrados para evitar que el sol entrara y mi piel brillara como diamante, delatando con esto mi diferencia, lo menos que quería era llamar la atención.

Di un par de vueltas por las calles buscando un lugar donde hubiera un poco de sombra, y lo conseguí en una pequeña calle estrecha, donde los edificios parecían murallas impidiendo que los rayos de sol entraran. Estacione y me baje, camine entre la gente, considerando que mi marido había hecho añicos el único pijama decente que Alice me había empacado, la idea de comprarme uno y esperarlo para darle una idea en que quería gastar el tiempo que debíamos esperar hasta que el sol se pusiera para salir a recorrer la cuidad me hacía sonreír como una tonta mientras todos me miraban, de seguro que si hubiera sido humana estaría roja como un tomate de tan solo pensarlo.

Busque entre los locales hasta que de pronto di con mi objetivo. Boutique se leía en las vidrieras y pude constatar que estaba en el lugar correcto, entre y la señora me saludo en un perfecto italiano – el próximo semestre sin falta estudiaré idiomas – pensé. Iba a ser una tarea difícil darme a entender si ella solo hablaba italiano, le di una mirada avergonzada y decidí que lo intentaría otra vez, respiré aliviada cuando ella habló en un perfecto inglés.

- ¿En que puedo ayudarla señora?

- Mmm ando buscando… un pijama.

Dije un poco avergonzada, no quería explicarle a la vendedora que clase de pijama estaba buscando, y tampoco quería que me mostrará unos parecidos a los que la propia Alice se había encargado de comprar. Me mostró uno y negué con mi cabeza, si Edward había roto el anterior, con los modelos que me estaba mostrando era mejor que permaneciera desnuda que objeto tenía ponerse algo que apenas dejaba para la imaginación. Miré otros modelos hasta que encontré el que era perfecto, era un camisón de satén con un pequeño pantaloncito, algo sugerente pero normal. Así que lo compré.

Cuando salí de la tienda recién tuve la noción de que habían pasado demasiadas horas, el sol estaba a punto de llegar hasta donde estaba yo parada y había girado de posición lo que indicaba que eran casi las doce del día. Edward iba a matarme si llegaba y no me encontraba en la casa. Mis alternativas no eran muchas, no podía retroceder por donde había llegado porque el sol bañaba cada ladrillo y lugar dejando un margen inexistente para llegar hasta el auto.

Así que tuve que subir por la calle hasta que dí con una enorme plaza ovalada con una fuente al medio, la mitad de esta estaba son sol y había un lado en sombras. Mi único camino era ese y a poco andar me di cuenta que no volvería en el auto a la casa, tendría que tomar un taxi – se va a enojar – murmuré imaginando la cara que me pondría mi amado esposo cuando me viera entrar al palacio sin el auto.

Suspiré resignada esta idea iba a constarme una pelea en plena luna de miel, bueno al menos cuando me viera vestida con el pijama se le pasaría la rabia. Iba a caminar hasta el otro extremo cuando el sollozo histérico y agudo de alguien me distrajo, mire a todos lados y vi al causante era un pequeño niño, de alrededor de cuatro años de edad quien lloraba en la entrada de un callejón oscuro, mire a todos lados buscando a la madre que seguro estaba a corta distancia pero no encontré nadie, no había nadie cerca y parecía que a nadie le importaba que el pobre estuviera llorando descontroladamente.

Un instinto hasta ahora desconocido en mi salio a flote, de pronto verlo indefenso me causo una aprensión y sin dudarlo corrí ha su encuentro, caí en estado de shock cuando lo vi adentrarse en aquel callejón oscuro pensé que iba a escaparse, pero logre darle alcance y lo tome por la polera. Si estaba perdido lo mejor que podía hacer era mantenerlo en el mismo lugar, seguro la madre estaba buscándolo frenética. Cuando lo giré hacia mí, el olor de su sangre ahogo mi nariz y la ponzoña inundo mi garganta.

Me dí cuenta que necesita urgentemente mi desayuno. Hice un esfuerzo por controlarme y seque sus lágrimas para calmarlo. El niño paro de llorar y me miró asustado pero sereno, lo alce para llevarlo de vuelta a la luz pero el trato de zafarse apuntando con sus manitas un bulto a unos pasos más allá como tratando de agarrarlo. Camine sigilosamente hasta dar con lo que el niño quería y lo baje, él se acerco y comenzó a pasar su mano sobre lo que parecía una pierna, me acerque un poco mas y quede boquiabierta al descubrir de que se trataba, era un cuerpo, mis manos temblaron al ver el rostro de aquella persona tendida frente a mí.

Era una mujer un poco mayor que yo, tal vez de unos veinticinco años, el bolso que estaba tirado a un costado me demostró que ella era la madre del niño que había encontrado. Me acerque lentamente hacia el chico y lo aleje, puse mi cuerpo primero y me acerque a tocarle el cuello a la mujer, con suerte podría estar viva, aunque su tono blanco estaba adelantándome que lo que había encontrado era un cadáver.

Cuando puse mis dedos en su yugular pude comprobar con espanto que la causa de la muerte tenia mucho que ver con los de mi especie. Tenía una marca conocido para mí, era la misma que yo hace un par de años atrás había adquirido en mi muñeca gracias a James. Me levante de golpe y tome al niño en mi brazos, la habían asesinado y no era un asesino cualquiera era un vampiro.

Mis piernas empezaron a temblar, había sido un error haber salido sin Edward, solo yo podría atraer el peligro de esa manera, como era posible que me topara con un vampiro en una ciudad tan grande como esta. Mi esposo tenia razón yo era un imán para las situaciones peligrosas. Iba a comenzar a caminar cuando el niño chillo nuevamente y unos pasos se sintieron detrás de mi, me gire instantemente y puse el cuerpo del niño detrás de mi cuerpo para protegerlo.

Hasta ese minuto no había estado conciente del miedo que podían hacer sentir los ojos de un vampiro hambriento, nunca me había detenido a mirar los míos propios en esa situación pero verlos en otro me causaba un horror inimaginable, de pronto entendí cual era el afán de Edward de volver mi ojos color amarillo, eran mucho mas agradables que el intenso rojo que tenia frente a mí, estos eran horribles, intimidantes, e inhumanos. Con mis recién descubiertos intentos maternales analice la situación, debía sacar al infante de ahí, si quería mantenerlo con vida, su cuerpo estaba temblando.

El vampiro frente a mí no emitía sonido alguno, estaba sonriéndome de una manera macabra, de la comisura de sus labios se veían sus dientes blancos como la nieve y podía apostar que estaban afilados como una navaja esperando poder untarlos en la carne blanda del infante que tenia en mi regazo. Analice las posibilidades, mi única vía de escape era el camino que estaba obstruyendo el vampiro, tendría que pasar sobre él y hacerlo con carga lo que lo hacia mas difícil, como desee que Edward estuviera ahí, pero claro aún tenia una alternativa, una idea cruzo mi mente y me lleve la mano al bolsillo trasero de mi pantalón pero encontré solo desilusión, maldita la hora en que mi teléfono móvil se había quedado en el auto, de pronto comprendí que esa llamada no iba ayudarme, que sacaba con hacerlo, no iba alcanzar a llegar para ayudarme, sin duda el vampiro hambriento me mataría en los próximos cinco minutos y él al menos necesitaría que resistiera unos veinte para llegar.

Inconcientemente en mi mente comencé a desear que Alice estuviera viendo mi futuro, así al menos alguien podría saber donde encontrar mi cuerpo. Iba a arrimarme hacia la pared cuando vi que el cuerpo del vampiro hizo un movimiento poniéndose frente a mí, se había acercado unos pasos más a sus presas, y me pregunte a quien atacaría primero a mí o al inocente niño que trataba de proteger. De pronto sentí un ardor en mi nuca a la altura del cuello, instantáneamente lleve mis manos hasta ahí y pude comprobar que tenia enterrado algo, lo saque y lo miré fue ahí cuando me percaté que no era solo uno sino dos hambrientos vampiros, uno estaba detrás de mí sigiloso.

Lo siguiente que sucedió fue increíble para mi condición de inmortal, sentí mis pies pesados y la realidad comenzó a distorsionarse, no había pasado ni un segundo y ya me sentía como si hubiera bebido un barril entero de alcohol, deje de respirar e incluso de pestañar y caí de rodillas al suelo, involuntariamente apreté contra mi pecho al niño en un intento vano de defenderlo de lo indefendible, no iba a lograr nada, ellos me lo arrebatarían de las manos y lo matarían, yo no era oponente para ellos en esa condición.

Mi cuerpo parecía estar adormecido, me escocia de una manera salvaje. Vi como ambos vampiros se acercaron y mis manos cedieron soltando el cuerpo del niño quien se alejo chillando de forma automática, sin duda era una respuesta al peligro que significaban esas personas para él. Estaba al lado de su madre en la misma posición que ella, de pronto perdí la vista, estaba ciega, a tientas busque al niño pero no había nada más que el áspero suelo. No recuerdo si pasaron segundos o minutos pero sentí a lo lejos los murmullos de los vampiros discutiendo.

- No lo entiendo, ya debería estar muerta.

Dijo una voz masculina

- Tómala, la llevaremos con nosotros.

Ordeno cortante una voz femenina