Dark Chat

lunes, 22 de noviembre de 2010

Te Presento A Mi Amante

Capitulo 14: Charlie

Bella POV

Había estado casi todo el día acostada en mi cuarto viendo por la ventana la lluvia caer, era mucho menos intensa que la tormenta del día anterior, pero simple el repiqueteo de las gotas sobre el cristal me hacían recordar mi noche con Edward. Aun me daba pena recordar que fui yo quien con explicitas palabras se lo pedí, pero esa pena era sustituida después por miles de mariposas que se agrupaban en mi estomago y me hacían ver estrellitas. Me reí de mi misma, me reí de felicidad, y me reí de nervios. Todas las emociones se habían dejado venir como un mar de sentimientos, por una parte estaba la obvia razón de tener cuidado con Emmett, era obvio que sospechaba algo y si llegaba a preguntar mi rubor y mi defecto de no saber mentir me descubrirían, no quería una pelea entre Edward y mi hermano. Por otro lado estaba la infinita alegría de haber sido por primera vez de Edward, lo que había provocado en mi la noche anterior, esas sensaciones, estaba segura que jamás, ningún otro hombre podría lograrlo, y claro yo tampoco deseaba estar así con otro hombre que no fuera Edward.

Un suave golpe me saco de mis pensamientos, quien tocaba mi puerta solo podían ser dos personas: Charlie o Emmett, para mi desgracia y vergüenza, era mi hermano.

—¿Se puede?

—Claro, pasa —mi hermano entró a la habitación y se sentó en el borde de la cama— ¿sucede algo?

—Si, tu sabes como soy, voy directo al grano —oh no, esto no pinta nada bien— ¿te acostaste anoche con Edward?

Sentí ganas de desmayarme, no se si por que la sangre abandonó mi cuerpo y se concentró en mis mejillas, o por que era una buena razón para no responderle a mi hermano.

—Pues… hacia frió y… había pocas cobijas, entonces nos acostamos juntos cerca de la chimenea… y… o sea para darnos calor…

—Isabella Marie Swan —me interrumpió pronunciando mi nombre molesto— hablaré mas claro, ¿tuviste sexo con Edward?

Me quede muda, pensando en las infinitas posibilidades de negarlo o en su defecto, de desaparecer. ¿Cómo le decías a tu hermano mayor que si te habías acostado con su mejor amigo? Eso era privado ¿no? Me pregunte si le hubiera dado la misma curiosidad de haberme sabido novia de Mike o de Tyler. No encontré palabras para responderle, deje que mi cuerpo hablara por mi, baje la mirada y me mordí el labio inferior, el sonrojo seguro que seguía ahí, y dudaba que desapareciera rápido.

—Bien, creo que tengo una respuesta a mi pregunta —dijo con una voz apenas audible y luego comenzó a reírse— siempre pensé que Edward era un mojigato, con eso de que quería estar con una sola mujer, y llego virgen al matrimonio, ¿si sabias?

Hizo una pausa para mirarme, en sus ojos no vi mas que diversión y a mi me hizo enojar que solo me hubiera utilizado para burlarse de Edward.

—Algo tuvo que haber hecho mal, tengo la impresión de que no sabe a lo que va, yo intente muchas veces decirle como complacer a una mujer pero…

—¡Emmett! No quiero saber si le enseñaste algo o no y tampoco te diré que hizo ayer, ¿Cómo…?

—¡Tranquila! Oh si lo prefieres puedo darte la clase de sexualidad a ti, para que sepas más o menos lo que pasó ayer.

—¡No! No quiero clases, se perfectamente lo que paso… y cállate ya. Eres increíble, yo creía que me harías una escena de hermano mayor y… vienes a burlarte.

—No tengo por que enojarme, yo sabia que tarde o temprano esto pasaría, con Edward o con otro, tu sabes lo que haces y se que sabrás escoger lo mejor para ti.

—Gracias Em —me acerque y lo abrasé.

—Y si algún día necesitas condones dímelo, tengo de todas las marcas y unos nuevos texturizados que…

—¡Cállate! —le pegue con la mano, pero seguramente me había dolido mas a mi.

—¿Bella? —la voz de Charlie tras la puerta disparo de nuevo mis nervios.

—Si papá.

—Te buscan.

Me solté del agarre de mi hermano y baje rápidamente esperando ver a Edward.

—Iré a comprar algo para cenar —me dijo Charlie mientras se ponía la chamarra— ¿quieres algo especial?

—Lo que sea esta bien —contesté, mi padre salió y yo entre a la sala y me lleve tal sorpresa al ver que no era Edward quien me visitaba, sino Tanya.

—Te lo encargo mucho Lauren —Tanya estaba de espaldas y hablaba por teléfono— y recuerda, tiene que parecer casualidad… adiós.

Me aclaré la garganta y Tanya volteo a verme, temerosa de que se hubiera enterado de lo que había pasado anoche, alcé la vista hasta encontrarme con sus ojos, en los cuales no había ni enojo, ni resentimiento, signo de que no sabía nada… aun.

—Hola Isabella —me sonrió— ¿Cómo estas?

—Bi… bien —no pude evitar el temblor en mi voz— ¿Qué te trae por aquí? ¿Te ofrezco algo?

—No gracias, estoy bien, solo quería saludarte.

¿A mi? ¿Por qué? Si no nos conocíamos, no éramos amigas. Al contrario.

—Te debe parecer algo raro, estaba pensando en que no te conozco ni a ti ni a tu hermano y ambos son amigos de mi esposo, y si no te importa también quisiera que fuéramos amigos, sobre todo tu.

Lo único que hice fue asentir despacio. Quería decirle que no, que simplemente no podía haber una amistad entre ella y yo por que hace apenas unas horas me había acostado con su marido. Una parte de mi me decía que se lo dijera, que lo supiera de una vez y dejara a Edward. Pero la otra parte, la más sensata me decía que me callara, que no tenía derecho a decirle eso, que aunque Alice la pintara como una mala persona, yo no tenía motivos para pensar eso.

—Bien, me fui de compras sola, ya vez como es mi cuñada, no me quiere mucho pero espero que para la próxima puedas acompañarme tú.

Lo dudaba, si el ir de compras con Alice era una tortura, ir con Tanya seria mi muerte. Asentí de nuevo y entonces Tanya me ofreció la bolsa que tenia en sus manos.

—Es para ti, es una blusa bastante sencilla como tu, la vi e inmediatamente pensé en ti, espero que te guste.

—No, no puedo aceptarlo.

—Si vamos a ser amigas no podemos empezar mal, acéptalo —suspiré despacio y tome la bolsa— deberías medírtela y si no te queda voy y la cambio.

Abrí la bolsa y saqué la prenda, pero lo que había en mis manos no era un blusa ni mucho menos, era un suéter para bebe en color amarillo. Lo miré por un momento y después comencé a unir las piezas del rompecabezas. Mis ojos se llenaron de lágrimas, aunque intente por todos los medios que no salieran.

—Ay lo siento —dijo Tanya y despacio me quito la prenda— me equivoque de bolsa, pero ya seguro lo adivinaste, Edward quería mantener el secreto al menos los tres primeros meses, ya sabes por precaución.

—¿Es… estas —el nudo en la garganta me impedía continuar con claridad— embarazada?

—Si —sonrió alegremente— me entere hace unos días.

—Y Edward… ¿ya lo sabe? —mi voz era apenas un susurro, pero Tanya parecía escucharme muy bien.

—Si, lo supo ayer por la mañana, deberías haberlo visto estaba tan feliz. Me dijo que era la mejor noticia que le había dado en toda su vida, que me amaba y también a este bebé que llevo dentro.

No pude contener mas las lagrimas, estas empezaron a correr por mis mejillas, quería decirle que se fuera de mi casa, quería gritarle que me dejara sola, pero la voz no me salía, el enorme nudo en mi garganta me impedía hablar, pero si pensaba. Edward me había prometido no tocarla, me había jurado que me amaba a mí y no solo se había acostado con Tanya, también la había embarazado y sabiéndolo se acostó conmigo. Eso era quizá lo que más me dolía, por que yo sabía que Tanya era su esposa, que eso podía pasar, o quizás había estado con ella antes de prometérmelo, eso era lo de menos. Pero que se hubiera enterado de que iba a ser papá y horas después me hiciera el amor, y que después de amanecer juntos me dijera que me amaba, que se iba a separar de Tanya. Eso, su mentira era sin duda lo más doloroso.

—Isabella ¿estas bien?

—Si —apenas susurre— no quiero ser grosera pero ¿podrías dejarme sola?

—Claro que si, después te traigo tu regalo y lo que te dije es en serio, si necesitas una amiga en quien confiar aquí estoy yo.

No respondí, es que acaso planeaba hacerme sentir más mal con su amabilidad. Entonces me quede sola y subí inmediatamente a mi cuarto. Emmett ya no estaba ahí y agradecí por eso, no quería ver su reacción. Llore no se por cuanto tiempo y aunque me dolía recordaba las palabras de Edward, quería encontrar la manera de olvidarme de él, de sus mentiras y parecía que llorar no era la mejor opción. En lo único que el llanto me ayudo fue a dormir, perdí la conciencia sumergiéndome en un sueño profundo, de esta forma no había tanto dolor, no soñé, no tuve pesadillas. Mi pesadilla comenzó cuando los fuertes golpes en mi puerta me despertaron.

Lauren POV

—Pero ¿Cómo voy a ayudarte? —preguntó.

—Tu solo sígueme la corriente —rodé los ojos— que importa si lo que decimos es verdad o es mentira, la única idea es que el jefe de policía se entere.

Jessica y yo nos encontrábamos comiendo, mientras yo trataba de explicarle el favor que mi prima me acababa de pedir.

—Esta bien —contestó no muy animada— aunque a mi Bella no me cae tan mal como para…

—Cállate —no me interesaba saber sobre su poca o mucha amistad con Bella, además el jefe de policía Swan acababa de cruzar la puerta— ¿así que entonces los viste besándose?

—¿A quien? —pregunto Jessica y con la mirada le señale al jefe, ella suspiro y hablo un poco mas alto— si, y no solo yo, mi madre también los vio besándose, lo peor de todo es que el profesor Cullen esta casado.

—No puedo creer que Edward le haga eso a mi prima, y con ¡Isabella! —grite intencionalmente y vi como el padre de esta volteaba discretamente— es una zorra, mira que meterse con un hombre casado.

— ¿Y donde crees que paso la noche ayer? A mi se me hace mucha casualidad que Edward y Bella se hayan perdido, seguramente tuvieron una de esas muchas noches de placer.

—Bella no tiene vergüenza, se mete con su profesor y además es un hombre casado —escuché el golpe de la puerta y cuando voltee el padre de Bella ya no estaba— buen trabajo.

—Yo aun no estoy segura.

—Te dije que Edward se lo confirmo a mi prima —repetí cansada.

—No lo dudo, pero de eso a decírselo a su padre…

—No le dijimos nada, el escucho y solo verdades, su hija es una zorra es mejor que lo sepa.

Edward POV

Después de mi conversación con Tanya, dormí un poco y cuando desperté ya no se encontraba en la habitación. Baje a desayunar algo y me encontré con Alice, después de 19 años de conocernos obviamente notó que algo me pasaba, así que no me quedó de otra mas que contarle todo lo que había pasado.

—¿Cuándo piensas decirme algo? —hacía unos minutos que le había contado todo a Alice y ella solo me miraba.

—Estoy pensado en la forma menos hiriente de decirte que eres un idiota —contestó suavemente.

—Alice por favor, esto es serio.

—Yo también hablo en serio —y entonces estalló la bomba— ¿Cómo se te ocurre decirle que si a todas las estupideces que Tanya te pidió? Y peor ¡esta embarazada de otro! ¿Qué otra prueba quieres para que te den de una vez el maldito divorcio?

—¿Y crees que no lo pensé? —le contesté molestó de que me dijera algo que yo ya sabia— lo que no quiero es que diga algo de Bella y todo el pueblo la juzgue.

—Como lo harían con ella al saber que tendrá un hijo de otro.

—Ese no es el problema, lo que digan de ella o de mi no me importara, pero eso no detendrá que hablan de Bella, ¿te imaginas como se pondrá Charlie cuando lo sepa?

—Esta bien, no te alteres —Alice se levantó del sofá y vino a abrazarme— solo no te olvides de que no estas solo, tienes que hablar con Bella antes de que Tanya riegue el chisme de que esta embarazada, además cuentas con mis papás y con una hermana súper inteligente que no dejara que la víbora de Tanya arruine tu vida.

—Gracias Alice.

—Te quiero —me sonrió— aunque a veces seas medio idiota, aun así te quiero y de Tanya yo y Rose nos encargamos.

—Alice no quiero que…

—Calla —me interrumpió— tu ve y habla con Bella, yo haré lo mismo con Rosalie y después hablaremos con mis papás.

—Eso no —respondí de inmediato— ¿Cómo voy a decirles a mis papás que Bella y yo…? ¡No!

—Tarde o temprano lo van a saber, haz lo que te digo, no te van a juzgar y tampoco a Bella.

—Confió en ti más que en nadie, te voy a hacer caso.

—¿Cuándo te he fallado? —preguntó fingiendo indignación.

—Uhm… déjame recordar —la vi poner los ojos en blanco.

—Inténtalo, nunca encontraras una sola vez en que te haya quedado mal, ahora vete que tengo que pensar.

Salí de la casa no sin antes darle un abrazo a Alice, sabia que tanto Bella como ella me ayudarían a solucionar este problema.

Bella POV

—¡Isabella abre la maldita puerta! —grito Charlie, abrí los ojos y me sobresalte por los gritos, torpemente me levante de la cama, me dolía la cabeza y sentía los ojos hinchados. Abrí la puerta y vi a mi padre con la cara completamente roja y los puños cerrados a sus costados, detrás de el estaba Emmett igual de sorprendido que yo.

—¿Qué pasa papá? —pregunte en verdad alarmada.

—¿Te acuestas con el profesor Cullen? ¿Pasaste la noche con el? —sus preguntas me dejaron helada— ¡Contéstame!

Mire a Emmett acusándolo con la mirada pero sus ojos mostraban sorpresa y miedo. Entonces yo también lo sentí, era muy mala mintiendo no podía negárselo, las lagrimas inundaron mi visión y no vi la mano de mi padre hasta que choco con mi mejilla. Caí a la cama y entonces sentí unos enormes brazos rodeándome.

—Basta papá —hundí mi rostro en el pecho de Emmett y llore mas fuerte— no tenias por que pegarle.

—¿Y que hago entonces? —gruño Charlie— ¡¿le hago una fiesta por acostarse con hombres casados?

—Pap… papá yo —la voz apenas me salía, quería pedirle perdón por haberle fallado, por haber traicionado su confianza y sus ilusiones puestas en mí, sobre todo por algo que no había valido la pena.

—¡Cállate! No te quiero ver aquí Isabella, quiero que te vayas.

Me separa de mi hermano al escuchar esas palabras, no podía estarme corriendo de la casa. Tenia primero que escucharme, dejarme explicar como pasaron las cosas. Cuando vi la cara decepcionada de Charlie quise desaparecer, nunca lo había visto tan molesto, pero no era eso lo que me hacia sentir fatal, era la decepción en sus ojos, no me veía como su hija, aunque nunca había sido muy cariñoso, yo notaba en su mirada el brillo con el que un padre ve a su hija pequeña, pero ya no lo había, solo había tristeza.

—Papá piensa lo que estas diciendo —intervino mi hermano— no la puedes correr de la casa ¿A dónde va a ir?

—Que le hable a su maestro, quizás su esposa le pueda dar alojamiento. Rápido Isabella junta tus cosas y vete.

Salió de mi cuarto, azotando la puerta tras él. Emmett apretó más sus brazos a mí alrededor y llore todo lo que pude. Deje que todo lo que sentía saliera junto con mis lágrimas, pensé en lo que acababa de pasar y lo asimile. Me di cuenta de que no era una pesadilla, o al menos no estaba dormida, mi padre se había enterado de que yo estaba con un hombre casado, además Edward iba a ser papá, Tanya tendría un hijo por el que Edward estaba feliz. No me quedaba más que tomar mis cosas e irme como Charlie lo había pedido. Desee con toda mi alma que mi madre estuviera conmigo, yo sabia que ella al menos me hubiera escuchado, o habría podido huir a Phoenix con ella. Ahora mi única opción era buscar a Rosalie.

Emmett me ayudo con un poco de ropa ya que según el pronto regresaría. Lo metí todo en una maleta y baje por las escaleras, la planta baja estaba completamente a oscuras, me asome a la sala y ahí estaba Charlie, sentado sobre uno de los sofás, en silencio, sin mover ni un solo músculo.

—Papá… —espere pero nunca llego su respuesta.

—Papá voy a llevarla con Rosalie y cuando regrese tu y yo vamos a hablar —Emmett puso su enorme mano sobre mi espalda y me guió hasta la puerta, diciéndome con ese gesto que no importaba lo mucho que yo le rogara a Charlie para que me escuchara, simplemente no iba a suceder.

Salimos de la casa y mi corazón se detuvo al ver al Volvo de Edward estacionarse frente a la casa, me puse tensa, era la última persona a quien quería ver.

—Pensé que no había nadie —su aterciopelada voz se escucho cuando salió del auto.

—Hermano será mejor que te alejes de aquí —dijo Emmett— mi papá ya lo sabe.

—¿Lo sabe? —sus ojos me miraron y luego vieron la maleta que Emmett traía en sus manos— Bella ¿te corrió?

Me mantuve en silencio, solo viéndolo, mejor dicho asesinándolo con la mirada.

—Vete —susurre, sus ojos se abrieron sorprendidos— ¡que te vayas!

—Bella pero…

—Seguro tu esposa necesita que le cumplas algún antojo —corrí hasta el Jeep y trate de entrar pero las manos de Edward sujetaron mi cintura.

—¿Sabes que esta embarazada? —pregunto Edward, mientras yo intente zafarme de sus brazos. Eran tan poca su vergüenza que me lo preguntaba como si no pasara nada.

—¿La embarazaste? —la voz de Emmett casi gritaba.

—No, yo no —susurro Edward y me gire para verlo, y con mis manos empecé a golpearlo lo más fuerte que pude.

—¿Tu no? ¿Y entonces quien? —intente seguir golpeándolo pero mis pocas fuerzas ya no me lo permitieron y llore de nuevo sobre su pecho.

—Regreso embarazada —dijo después de unos segundos, yo levante la mirada— quiere que yo me encargue del niño.

La estridente voz de Emmett me hizo saltar —solo un idiota aceptaría mantener al hijo de otro.

—Yo lo haré —contesto Edward.

—¿Qué? —pregunté casi gritando.

—Si no lo hago, todo el pueblo se enterara de lo nuestro.

—¿Y?

— Bella piensa, yo no voy a permitir que diga nada malo de ti.

—¿Y que va a decir? ¿Que me acosté contigo mientras ella se acostaba con otro? Lo sabe Charlie a estas alturas me importa poco si lo sabe el maldito pueblo.

—Pero a mí si me importa, no quiero que nadie diga nada de ti.

—Que mas da Edward, soy tu amante, así son las cosas me metí contigo mientras estas casado, ni modo si es el precio que tengo que pagar para que te deje en paz no me importa.

—Será mejor que los deje solos, voy a hablar con Charlie —Emmett dejo la maleta en la suelo— confío en que contigo estará bien ¿verdad?

Edward asintió sin dejar de verme y sentí que Emmett se alejaba de nosotros, después el ruido de la puerta al cerrarse.

—No —dijo después de unos minutos— tú ya me has dado demasiado, déjame hacer esto a mi manera, tiene que haber una forma de que no habrá la boca.

—¿Y no crees que ya lo hizo? ¿Cómo se entero Charlie? —objeté.

—Vámonos —tomo mi maleta y sin soltarme la mano me llevo hasta el Volvo.

—¿A dónde?

—A hablar con mis padres.



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