Capítulo 10 Resentimientos
Los meses no habían sido mejores, y transcurrían dolorosamente lentos. Ya tenía ocho meses y medio, y aún nuestra relación era un desastre, uno demasiado grande para aparentar felicidad.
- Ya no soporto esto Ángela, no es justo
Le dije desesperada a mi hermana dejando a un lado la caja con ropa que me había traído mi madre el día anterior, era sorprendente lo que había cambiado de actitud que hasta me hacía sospechar de sus buenas intenciones.
- No hay mal que dure cien años ni tonto que lo aguante
Me respondió ella sentándose en la mecedora que había comprado Edward y que me causo extrañeza que lo hiciera, era lo único que él había comprado para nuestro hijo por iniciativa propia.
- Yo lo amo
- Pero parece que él no, y ojo lo digo solo por como se comporta, es decir, si te amará no andaría dando espectáculos por otros lados
Me contestó furiosa mientras tomaba una de las tantas revistas que tenía y que coleccionaba sin sentido. Seguía guardando distraía la ropa cuando llegó mi madre, entró sin que la sintiera y me asusto.
- Buenos días a mis dos reinas
Nos dijo y tanto yo como Ángela nos miramos, a que se debía tanta felicidad. Me pregunté para mis adentros pero claro, nadie aparte de Ángela sabía que mi vida se había transformado en un infierno.
- Y claro al heredero de la familia también
Agrego poniendo su mano en mi vientre, sus ojos brillaban como nunca antes y me asusto la palabra heredero. Usualmente mi madre no daba puntada sin hilo.
- ¿qué quieres decir con eso?
Le pregunté temerosa y mi madre me miró
- Esto
Me respondió entregándome una carpeta llena de papeles, iba a leerlos pero ella se adelanto quitándomelo de entre las manos.
- Ahh estos abogados, tan lateros, pero no te preocupes yo te explico sin que tengas que leer todas estas cláusulas. Anoche estuve pensando en que ese niño que esta creciendo en tu vientre es sangre de mi sangre, y me acorde de lo que tu padre un día me dijo respecto al primer nieto que tuviéramos. Entonces lo hice
Contestó resuelta y Ángela interrumpió
- ¿Hiciste qué?
- Cederle la mitad de mis bienes, bueno… a tu hermana como su tutora claro esta.
- ¡Tu hiciste qué!
Le pregunté asombrada e incomoda, no era que no quisiera su cariño o su buena intensión pero cederle la mitad de sus bienes era demasiado. Mire a Ángela y esta me miró de vuelta también sorprendida por la actitud de nuestra madre.
- No te preocupes por tu hermana, la otra mitad será de ella
Agregó poniendo la carpeta en la mesita que había cerca de la ventana, saco los floreros que la adornaba y me llamo con la mano.
- Ven necesito tu firma aquí, luego cuando se legalice te doy las copias y debes guardarlas muy bien.
Me indico pasándome un lápiz, miré el papel y mi nombre estaba en todas las hojas que firme, que habían sido demasiadas. Cuando obtuvo mi firma guardo la carpeta y nos miró.
- Bueno tenemos que celebrarlo, las invito a almorzar.
Nos dijo sonriéndose. Y ambas nos miramos extrañadas.
- Yo que tu leería bien esos papeles seguro hay una cláusula por ahí que te va a impedir casarte con Edward, eso puedo apostártelo.
Me sugirió mi hermana subiéndose al auto de mi madre.
- Edward, por favor contéstame, es urgente
Era el tercer mensaje que le dejaba y las contracciones seguían haciéndose más y más intensas y menos lejanas entre sí. Qué hago pensé mirando el celular, estaba por llamar a mi madre cuando finalmente él devolvió la llamada.
- ¿Qué sucede ahora Bella?
Me preguntó irritado mientras yo sentía una voz femenina cerca. Apreté los ojos y quise cortarle pero necesitaba que viniera por mí.
- Tu hijo va a nacer en la mitad de la sala de esta casa si no llegas luego para que me puedas llevarme a un hospital
Le grite colgándole el celular. Y tenía tanta rabia de solo pensarlo con otra mujer más. Traté de respirar lento y como me había enseñado Emmett en un par de ocasiones para hacer que las contracciones fueran menos dolorosas pero era imposible, estas se hacían cada vez más intentas hasta el punto que jadeaba del dolor, apoyada contra la cama enterré mis manos mientras sentía que estaba literalmente partiéndome en dos.
- ¿Bella?
Lo sentí gritar y respiré aliviada porque esta vez si estuviera cerca y no se demorara horas en volver. Pero no tenía fuerza suficiente para gritar así que camine hasta la entrada de la habitación y nos encontramos allí.
- No creo que alcance a llegar
Le comenté apretando mis labios y en ese minuto rompí fuente, él me sujeto contra su cuerpo y me ayudo a bajar las escaleras. Me subió al auto y me condujo hasta el hospital, una vez más llamó a Emmett quien era una suerte de salvador a esta altura.
- Bien Bella, a pesar que rompiste fuente aún faltan unos centímetros de dilatación
Me dijo Emmett examinándome, me sonrió y era la primera persona que lo hacía de esa manera, como quise que esa misma sonrisa estuviera en los labios de Edward.
- Ese niño va a nacer hoy
Confirmó guiñándome el ojo, le dio una indicación a la enfermera y luego habló algo con Edward que no alcance a entender. – Extienda el brazo por favor – me pidió la enfermera mientras inyectaba una sustancia a la vena. De pronto el celular de Edward sonó y supe que era mi madre porque me lo pasó.
- ¿ya nació?
Preguntó toda ansiosa y yo no supe que contestarle.
- No aún no
- Voy en camino
Me contestó y luego colgó sin decirme nada más.
- ¡No puedo!
Grité mientras trataba de pujar para traer al mundo a mi hijo, Edward estaba detrás de mí y por primera vez durante estos largos meses estaba siendo condescendiente conmigo.
- Si puedes… estas diseñada para esto. Solo tienes que concentrarte
Me susurró al oído y jamás pensé que él quisiera estar en el parto, pensé que se quedaría afuera dejándome sola pero no fue así. Estaba detrás de mí ayudándome a pujar como lo hubiera hecho un padre feliz y ansioso por la llegada de su hijo. Emmett levanto su vista hasta encontrarse con mis ojos.
- Una vez más Bella, ya veo la cabeza
Pidió y eso era realmente fácil decirlo pero no tenía fuerzas suficientes, sentía entumecido casi todo mi cuerpo, mis brazos estaban pesados y si no fuera porque mis manos estaban entrelazadas con las manos de Edward estaría tendida exhausta sin poder siquiera estar en la posición semisentada en la que estaba.
- Vamos mi amor, por favor, una vez más
Me susurró Edward y fue como todo el aliciente que necesite – mi amor – sonaba demasiado bonito de sus labios, pensé que al final estaba despertando de una gran pesadilla. Puje por última vez y lo más largo y contenido que pude y sentí como salía de mi cuerpo, el llanto profuso que dio fue como la comprobación que después de todo mi hijo estaba vivo.
- ¿Qué es?
Pregunté ansiosa y nerviosa con un hilo de voz y era increíble que me hubiera aguantado todos estos meses sin saber el sexo del bebe, así lo había querido y aunque Edward no había estado muy de acuerdo Emmett había accedido a no decir nada, ni siquiera a Ángela. Yo quería que fuera una sorpresa.
- Un niño
Me confirmó Emmett poniendo a mi pequeño milagro sobre el regazo, aquellos labios cerezas y la piel toda colorada me sobrecogieron. ¿Cómo pensé siquiera en no tenerlo? Me pregunté con el corazón hinchado de amor, uno que jamás pensé tener, ni siquiera el amor que tenía por Edward era comparable o cuantificable con este. Era inmenso de una manera tan grande que no podía describirlo.
- Anthony
Susurré mirando a Edward que parecía perdido en nuestro hijo, sus ojos brincaban y brillaban, no le quitaba la vista de encima y por primera vez pensé que seríamos una familia feliz.
Era increíble lo poco que se dormía cuando se tiene un bebe de un mes de vida, y estaba exhausta. Miré el reloj y la vista estaba nublaba por el sueño, me quede traspuesta y logré conciliar el sueño por escasos veinte minutos hasta que el llanto de Anthony me despertó. Camine a tientas hasta su pieza y aunque eran cerca de las doce del día para mi la sensación era como si fuera la última hora de la noche. Estaba atontada aún por la falta de sueño cuando noté que Edward trataba de hacer callar a nuestro hijo, me sonreí y lo observe un rato hasta que entendí que nuestro hijo reclamaba a su madre. Tenía hambre.
- Deja yo lo hago callar
Le susurré y el giró a mirarme, se alejo un poco con el niño en los brazos y en ese minuto me percaté que estaba guardado cosas en un bolso.
- No es necesario, sólo tiene sueño
Me contestó y su mirada volvía a ser de odio. Me traté de acercar, casi como si mi yo interior estuviera gritándome que debía quitarle al niño de los brazos.
- ¿Vas a algún lugar?
Le pregunté tratando de guardar la calma y la ansiedad. Algo en mi interior estaba diciéndome que no era buena señal verlo con ese bolso.
- No, dónde podría ir.
Me respondió seco y definitivamente era mal actor. Estaba mintiéndome descaradamente. Me acerque pero él volvió a alejarse de mí esta vez en dirección de la puerta.
- Porque no te recuestas, necesitas dormir, al menos una hora. Yo me encargo del niño mientras tanto
Me sugirió besando a nuestro hijo en la frente mientras se acercaba aún más a la puerta de la habitación.
- No me hagas esto, Edward no lo merezco
Exclame ya angustiada mientras unía los cabos sueltos del bolso y su atuendo.
- ¡Tu te lo buscaste!
Me grito devuelta tomando el bolso y saliendo de la habitación sin más. Salí detrás de él pero un dolor en el vientre me cruzo y quede sin aire y sin poder caminar.
- Por favor, no lo hagas, es mi hijo
Suplique desde la escalera y él se detuvo a unos pasos de mí
- ¡Un hijo que no querías!
Chillo a modo de justificación. Tomé aire y baje los pocos peldaños que nos separaban, iba a arrebatarle al niño cuando él se alejo, sentí un liquido tibio correr de entre mis piernas y caí al suelo a escasos centímetros de sus pies.
- ¡Te lo suplico, por lo que más quieras no hagas esto.!
Grité tratando de pararme pero el dolor era demasiado intenso. Me miró y abrió la puerta de la calle, en ese minuto mi corazón se congelo.
- Adiós Isabella
Susurró saliendo de la casa, dejándome tirada en la mitad sin voltear a mirar mi suerte.
1 comentarios:
o por dios!! como pudo hacerle eso a bella ste cap sta muytriste ... no lo creo me niego a enterder que edward le haga esto a ella ..spero con ansias el cap sig. bueno les mando saludos chicas .anna
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