Dark Chat

viernes, 23 de septiembre de 2011

Cuidando tu Corazón

Capitulo 8:

Meses de Tranquilidad

― ¿está embarazada?— Una tercera voz se hizo presente en el momento— venia a saludar a mis hijos y me encuentro con esta pequeña sorpresa— el hombre que estaba frente a nosotros era Carlisle Cullen, el padre de Edward

― No es asunto tuyo— respondió Edward con sus labios apretados, rápidamente me paso hacia su espalda para protegerme, esta vez no cedí, al momento de ponerse entre nosotros me volví a situar a su lado

― ¿no lo es?, creo que estaríamos hablando de mi nieto querido hijo, creo que al llevar mi apellido pasa a ser directamente asunto mío

― Basta papa, vete ya por favor— pidió Alice quien estaba completamente tensa, Jasper se había puesto de pie y estaba parado a unos cuantos pasos de Alice esperando a que una batalla campal se desatara ¿hasta qué punto podría llegar Carlisle Cullen?

― No me des ordenes, Alice— la reprendió en un frio y duro tono

― Carlisle ya basta, no montes un escándalo— pidió Edward con una voz que sobrepasaba todos los niveles de tranquilidad, a pesar de sentir su evidente tensión estaba guardando la calma, el tono amenazador que acompañaba a aquellas palabras me hizo estremecer.

― ¿tan fácil dejaste que una casa fortunas te atara?— dijo mirando directamente a Edward e ignorando mi presencia— eres un estúpido Edward, ahora tendrás que cargar con un bastardo—

― Vuelve a decir eso y juro que te parto la cara— las manos de Edward se fueron a la chaqueta de Carlisle, sus pies dejaron de tocar el suelo por un momento, todo fue tan rápido que ninguno midió las consecuencias de lo que sucedía debido al altercado los músicos pararon de tocar y toda la gente se puso de pie para ver lo que sucedía.

― Suéltame maldito imbécil, eres tu el que se ha buscado esto, juro que no te daré ni un peso de mi dinero, mi fortuna no se irá con una enfermera de cuarta

― ¡basta!— grito la voz femenina de Esme Cullen— Carlisle, ya basta, estas montando un espectáculo— Edward soltó a su padre y este retrocedió unos cuantos pasos.

― Esme, mi amor apuesto a que no sabías que volverás a ser abuela— se giro hacia la mujer, Esme soltó una bendición y se llevo las manos a la boca, demonios — esto es algo que hay que celebrar— alzo su voz haciendo que se escuchara en todo el salón— ¡compartan todos la alegría de mi familia! ¡escuchen! ¡la novia de mi querido hijo está embarazada!— el sarcasmo y veneno en sus palabras me hicieron palidecer, toda la gente nos quedo viendo e intento disimular la vergüenza ajena que daba el momento, Carlisle estaba haciendo de mi embarazo una mofa. Los susurros no se hicieron esperar, todos comenzaron a cuchichear sobre lo que sucedía en un extremo del salón.

― ¡detente Carlisle!— dijo Esme tomándolo del brazo para jalarlo— no hagas esto, empeoraras todo con Edward

― Ya nada tiene solución entre nosotros Esme, tu hijo se ha cagado la vida para siempre, ahora aparte de tener a una americana como esposa será padre de un pequeño bastardo, ojala pudiera impedir que lleve mi apellido, no me gusta compartir con mestizos— el cuerpo de Edward rugió y en zancadas avanzo lo poco que nos separaba, nuevamente, intente retenerlo pero mis brazos no eran lo suficientemente fuertes como para poder parar la fuerza de su caminar, los brazos de Jasper fueron mas rápidos y alcanzaron a detener la pelea.

― ¡Edward cálmate!— le pidió mientras ambos forcejeaban

― Maldito infeliz, eres un desgraciado— decía incesantemente, Carlisle solo mostraba la sonrisa de malvada satisfacción, el disfrutaba con vernos indispuestos.

― ¡ya fue suficiente!— alce mi voz de repente, ya daba igual, Tanya venia acercándose rápidamente hacia nosotros, el escándalo ya estaba hecho— no permitiré que ose manchar el momento que estamos viviendo, mucho cuidado con ocupar el nombre de mi hijo o hija para llenarse la boca con él. Quiero que sepa desde ya y en frente de toda esta gente que además no tiene porque escuchar esto que jamás— avance delante de Edward— jamás permitiré que dañe a mi familia y no empezará ahora con la noticia de mi embarazo, usted tendrá todo el dinero del mundo pero le falta algo muy importante Carlisle Cullen, sentimientos, el dinero no puede comprarlos y algún día lamentara no haber mantenido esa palabra dentro de su vocabulario.

― Bella discúlpalo por favor— comenzó nuevamente Esme

― No Esme, si el va a agriar todos nuestros momentos desde ya le digo que a mí no me interesa lo que diga, el día que usted se dirija a nosotros como debe ser, escuchare sus palabras

― Antes muerto— susurro con desprecio

― Entonces vivirá todos los años que hacen falta Carlisle, recuerde que la vida da muchas vueltas y casi siempre nos hace pagar por nuestros errores aquí en la tierra— Tanya llego a nuestro lado en compañía de Math

― ¿Qué sucede?— pregunto— no quiero que se peleen, es suficiente

― No te preocupes Tanya, aquí no pasa nada— la tranquilice— ya hemos hablado todo lo que debíamos

Carlisle Cullen nos dio una última mirada y salió sin decir nada más del salón, Esme tomo sus cosas y se despidió de nosotros para seguirlo, la compadecía totalmente, tener a un hombre como Carlisle a tu lado era toda una tarea. Mis nervios colapsaron y me hicieron tambalearme en mi lugar, cerré mis ojos rápidamente para aplacar el maldito mareo que amenazaba con tumbarme en el suelo. Alice quien estaba más próxima a mi me agarro firmemente de los brazos y ayudo a que no cayera.

― Tranquila, ya todo paso— una pequeña sonrisa sin alegría se dibujo en su rostro, una de la misma calidad apareció en mis labios— eres fuerte Bella— concedió en susurros— creo que eres aun más fuerte de espíritu que Edward, me alegra que sea así, tu llevaras muy lejos a mi hermano

― Gracias Alice— susurre cerrando nuevamente los ojos, el mareo no pasaba, sentía mis piernas temblar y ser acompañado por todo mi cuerpo. Edward estaba temblando de ira, su cuerpo que estaba tenso parecía esculpido en mármol, sus ojos brillaban con asesina intensidad, conocía perfectamente esa mirada y sabía que lo más sano era marcharnos de aquí.

― ¡maldito Carlisle!— bramo Tanya con resentimiento— es un idiota, siempre arruina todo.

― Perdónanos Tanya— dijo Edward por primera vez, su voz aun sonaba ronca y rabiosa— es mejor que nos vamos Bella— dijo dirigiéndose a mí, yo asentí lentamente y camine hacia su lado, en el trayecto el malestar se hizo más fuerte y me tambalee, Edward no demoro en agarrarme entre sus brazos

― Lo lamento… no me siento bien— me pegue a su pecho

― ¿vez? Debemos irnos, debes descansar, el embarazo de Bella es de riesgo por lo que no puede pasar por estas situaciones— sus ojos me miraban brillantes pero su expresión era de culpa

― Maldita sea— gimió Alice— entonces váyanse pero por lo menos espera a que se le pase el mareo, te lo digo por experiencia propia que no es bueno caminar con mareos.

― Está bien— dije mirando a Tanya— perdónanos por lo que sucedió.

― No hay nada que perdonar, seria yo en ese caso la que debería pedir perdón, tal vez ni siquiera debí invitar a Carlisle, nunca espere que el hiciera esto.

― No es tu culpa Tanya esto sucedería en cualquier parte, solo que había demorado un poco en suceder

― Bueno ¿Por qué no vamos a cortar el pastel Tanya?— musito Math para aligerar el ambiente

― Si… vamos—respondió ella un tanto acongojada— ¿estarán bien?— pregunto mirándome directamente

― Si, estaremos bien, te avisaremos cuando nos vayamos

― Está bien, nos vemos después—

Los novios se tomaron de las manos y caminaron lentamente por el salón, sujete a Edward del brazo y lo lleve hacia la mesa, el no decía nada, sus labios estaban dibujados en una sola línea en sus rostro sabia de sobra que estaba batallando con sus demonios internos. Se sentó a mi lado y no supe que hacer, mi cuerpo se estremeció al ver la mirada vacía que había en ellos, ¿estaba sufriendo? Podría asegurar con mi vida que sí, yo sabía que a él le dolían estos enfrentamientos con Carlisle solo que aun no entendía como el mismo Carlisle no se daba cuenta.

― Edward— susurre casi en su oído, su cuerpo dio un respingo y se giro para verme

― ¿te sientes mal?— pregunto con pena en sus palabras

― No te preocupes ya está pasando pero prefiero no pararme, no quiero abusar de mi suerte

― Está bien, nos quedaremos cuanto tú quieras— termino y fue la última vez que escuche su voz en la tarde.

Todo el resto de la velada la pasamos en silencio, a pesar de lo terrible que había sido la exposición de la noticia muchas personas se acercaron para darnos las felicitaciones, la noticia de nuestro matrimonio también se desplego por el salón, estaba segura que mañana todos los medios de noticia ingleses sabrían del acontecimiento, solo me preguntaba ¿Cuánto demorarían en llegar a Chicago? Esperaba que mucho más de lo rápido que sería aquí. Edward pasó todo el tiempo pensativo y no compartió palabra con nadie más, mire de reojo muchas veces y su expresión siempre era la misma, fría, tan fría como lo era hace algunos meses más. Con cada encuentro que teníamos con Carlisle, Edward iba cerrando su corazón hacia él y eso me asustaba, el era su padre y por lo tanto estaría ligado toda la vida a él, mi miedo era que no lograran establecer un punto medio en su relación y perdieran el tímido y delgado lazo que los unía. Sabía que él no se merecía nada pero yo no estaba pensando en Carlisle solo pensaba en el hombre que tenía en frente a mí y que sabía de sobra que sufría.

Dilate lo mas que pude el momento de nuestra partida, compartí con Alice, Jasper, Níkolas y toda la familia Cullen que había en el salón, no quería malos entendidos con nadie ni tampoco que pensaran mal de Edward por enfrentar a su padre, el cada vez que reía o exclama fuerte me miraba, en sus ojos siempre se reflejaba esa tristeza que le comía el corazón, cada vez temía que eso fuera aun más grave de lo que pensaba.

Cuando el reloj marco las cinco de la tarde Tanya lanzo el ramo a todas las solteras, por más que intento apuntar hacia mi lado yo no corrí hacia él, no tenía ganas realmente no podría mentir diciendo que me sentía bien, si Edward estaba sufriendo yo lo hacia el doble. Una de las primas de Edward fue quien lo agarro, estaba feliz y radiante al igual que su novio, ambos se besaron con dulcera al momento de encontrarse. Una hora más tarde abandono el salón junto a su esposo pétalos de flores y cientos de personas fueron quienes los despidieron. Avanzaron en el auto por el hermoso sendero lleno de arboles y se perdieron de la vista de todos.

― Bella— susurro Edward a mi lado, me gire y estaba parado justo atrás mío con la misma expresión de toda la tarde— vámonos— me dijo y comenzó a caminar hacia los aparcamientos. Se fue bajo la atenta mirada de todos los presentes, ni siquiera se despidió de Alice, Jasper y Níkolas

― Demonios— susurre exasperada— Alice lo siento mucho

― No te preocupes Bella, conozco perfectamente las reacciones de Edward, he vivido toda la vida con ellas— rio suavemente— dale amor Bella, eso es lo que necesita solamente Amor.

― No te preocupes, el no pasara por lo mismo otra vez Alice, eso puedo jurártelo. Nos vemos

― Adiós Bella, nos veremos pronto— sonrió

― Adiós Bella, cuida a ese bebe— dijo Jasper con su hijo en las manos

― Lo hare, espero verlos en Chicago— les dije mientras avanzaba

― Ahí estaremos

― Adiós— levante mi mano y rápidamente me encamine hacia donde iba caminando Edward.

El viaje de regreso a la casa fue en silencio, a penas llegamos a las puertas el subió las escaleras casi dando zancadas, llego a la habitación y se giro para esperarme

― ¿estás muy cansada para viajar de vuelta en este momento?— me pregunto a penas entre en la habitación.

― No— mentí, estaba cansada— vámonos Edward— respondí con una sonrisa

― Vámonos— susurro y se giro para abalanzarse contra el ropero, saco nuestras maletas y las puso encima de la cama.

― Edward yo…— intente decir

― No digas nada Bella por favor, ya bastante avergonzado me siento como para mirarte a los ojos— sus palabras hicieron una herida en mi corazón, sentí tanto dolor por lo que el sucedía, ahora sabia de sobra que a él le afectaban más que nunca las palabras de Carlisle.

― Solo quiero decir una cosa más, mírame Edward— le pedí, el dejo el movimiento frenético de sus manos y se enderezo para mirarme

― Te amo Edward Cullen, tu y nuestro hijo son lo único que necesito para vivir tranquila

Edward me dio una mirada mas y asintió levemente, intente que el dolor que se produjo en mi pecho no se demostrara en mi cara, con lentitud comencé a empacar todo lo que habíamos traído, yo era la que más quería volver a Chicago, mi familia se pondría eufórica con la llegada del bebe y sabia de sobra que Will también, solo esperaba que mi padre se tomara bien la noticia de mi cambio de residencia, lo mejor de todo es que estaría lo bastante cerca para acudir a la casa si sucedía algo. Edward salió de la habitación con las maletas en la mano, unos segundos después sonó mi celular. Rosalie

― Necesito que hablemos— le dije antes de que saludara

― ¿Qué sucede?— pregunto con preocupación— ¿Estás bien?

― No, no lo estoy. Regreso hoy a Chicago, ve a verme a mi casa esta noche.

― Está bien pero ¿segura que estas bien?

― En la casa te cuento

― No te preocupes ahí estaré— me dijo con tono de incertidumbre. Colgamos la llamada justo en el momento que Edward volvía a la habitación.

― ¿estás lista?— pregunto

― Si, ya lo estoy— tome mi bolso de mano y camine hacia la puerta, Edward me detuvo antes de que pudiera salir, fue solo una mirada que me basto para ver todo lo que pasaba en su interior, solté rápidamente le bolso y lo abrace, su cara se escondió en mi cuello y me abrazo fuertemente a su cuerpo.

― Necesitaba esto— susurro contra mi piel

― Qué bueno porque yo moría por abrazarte.

― Perdóname— dijo en un tono aun más bajo

― No tengo nada que perdonarte Edward, tú no eres el culpable de lo que sucedió— sus ojos me decían que pensaba exactamente lo contrario.

― Vámonos pronto ¿sí?, quiero llegar cuanto antes a mi casa.

― Igual que yo, vámonos de aquí.

Recogió mi bolso del suelo y entrelazo nuestros dedos, el solo gesto me hizo ver que las cosas mejorarían con el paso de las horas, nos despedimos del servicio y de todos en la casa, Tanya no volvería hasta dentro de un mes, tenía una larga luna de miel por lo que no nos veríamos en unas buenas semanas. Arribamos al aeropuerto internacional de Chicago cuando eran casi las nueve de la mañana, por los cambios de hora teníamos los sueños cambiados. La figura del rubio conductor de Edward nos estaba esperando la sala desembarques.

― Buenos días Sr. Cullen, Srta. Swan, es un agrado verlos nuevamente

― Lo mismo decimos James— le dijo Edward, por el tono alegre de su saludo pensé que ya todo estaba volviendo a la normalidad, claramente salir de Londres le ayudo a dejar toda la pena atrás. Edward entrelazo nuestros brazos y nos condujo hacia el estacionamiento donde el impecable mercedes negro nos estaba esperando.

Volver a ver la ciudad era genial, sé que no pasamos más de una semana en Londres pero parecía haber sido una eternidad. El auto como pensaba se dirigió a mi casa directamente, mire a Edward y el brillo de sus ojos me confirmo lo que estaba pensando, iríamos directamente a contarle a mi padre la noticia de nuestro matrimonio. Nos estacionamos en frente de la casa y James se encamino rápidamente para abrirnos la puerta, Edward salió y como siempre me ayudo a bajar, James se metió rápidamente al auto y nos espero.

― ¿estás lista para esto?— pregunto mirándome directamente a los ojos

― Sí, creo que lo estoy, en todo cae…— un movimiento inesperado me hizo detenerme por completo, mi cuerpo se helo al instante.

― ¿Bella? ¿Bella que sucede?— pregunto Edward sujetando mi cintura, creo que temiendo que fuera a caer. Un nuevo movimiento inesperado me hizo sobresaltarme y rápidamente mi mano fue hacia mi vientre para sostenerlo— Bella me asustas ¿Qué sucede?— pregunto Edward con ansiedad en sus ojos

― El bebe— susurre lentamente— el bebe se está…

― ¿Qué sucede? Estas bien, ¿el bebe está bien?— sus palabras salían completamente atropelladas de su boca, su labio inferior temblaba con fuerza— ¡Demonios Bella! Te llevare al hospital— antes de que pudiera tomarme en sus brazos susurre lo que mi corazón ya sabia

― Se está moviendo— al momento de decir esas palabras Edward se congelo en el lugar y me miro con sus enormes orbes de color verde.

― ¿Qué?— pregunto

― Se está moviendo Edward, nuestro hijo se ha movido ¡y dos veces!— el tono de alegría en mi voz lo hizo reaccionar— ¡mira!— tome su mano para que sintiera la alegría que yo tenía en mi alma, el bebe nuevamente se movió dentro de mi vientre, Edward no pude contener la emoción y sonrió con sus ojos brillando.

― ¡dios mío! ¡se está moviendo! Es verdad, ¡mi hijo se está moviendo!— apretó aun mas su mano contra mi piel y un escalofrió me recorrió por completo, el vestido que traía puesto me había costado mucho para ponérmelo en el avión, no pasaría mas de unas cuantas semanas en que no se comenzara a notar mi embarazo, este bebe ya tenía ganas de crecer y yo no seré la que se lo impida.

― Es maravilloso— susurre con emoción contenida— Edward nuestro hijo…

― Si Bella, es maravilloso, creo que este pequeño muere porque su familia sepa de su existencia, vamos Bella, vamos a contarles a todos.

― ¡si vamos!— exclame feliz

Edward beso mis labios con felicidad, entramos a mi casa tomados de la mano y envueltos en una burbuja de magia y de emoción.

― ¡hola! ¡papa! ¡Kathe! ¿Dónde están? ¡Sue!— llame a todos, los pasos rápidos desde el comedor me hicieron girarme

― ¡Bella!— grito Kathe abalanzándose contra mis brazos— ¡Bella! ¡Bella! ¡ya volviste!

― ¡Kathe! ¿Cómo estas pequeña?— pregunte girando sobre mis pies con ella en mis brazos, sentí los ojos de Edward clavados en mi espalda, se había molestado por el esfuerzo de levantar a mi hermana, presentía que mi futuro esposo seria implacable a la hora de cuidar de mi embarazo

― ¡bien! Te hemos extrañado mucho— por arriba de los hombros de Kathe vi a mi padre en compañía de Sue

― Y yo a ustedes— le dije y bese su frente— hola papa— salude con un beso y abrazo para él y Sue— Hola Sue ¿Cómo están?

― Bien cariño— respondió de inmediato Charly— ¡estoy feliz de verte hija! Ya te estábamos extrañando muchísimo.

― Y yo a ustedes.

― Buenos días— saludo Edward desde una orilla

― ¡Edward hijo! ¿Cómo estás?— a mi padre le gustaba Edward, lo sabía.

― Muy bien Sr. Swan, gracias

― Charly, sabes que debes llamarme por mi nombre— el solo sonrió, saludo a Kathe y se fue a reunir conmigo

― Papa, Edward y yo tenemos que hablar— la cara que puso mi padre me indicaba lo peor, el temía lo que pudiera decirle.

Nos fuimos a sentar al living, mi padre venia con una extraña expresión en sus ojos que denotaba lo preocupante que podía llegar a ser esta situación, de pronto el aire estaba tenso, ¿Qué estaría pensando mi papa?, Edward como siempre entrelazo nuestros dedos y comenzó a hablar.

― Charly, tenemos algunas noticias que contarte, primero que todo…—

― Edward— lo interrumpí— yo le contare

― Bella me estas asustando, ¿Qué pasa?— me pare del lado de Edward y me arrodille frente a mi padre

― Papa, Edward me ha pedido matrimonio y yo acepte— la expresión de mi padre por un momento se congelo, ambos nos miramos a los ojos y no supimos que decir, un momento de silencio que se prolongo más de lo esperado invadió la sala

― Eso… eso significa que ya no vivirás aquí ¿verdad?— pregunto Kathe

― No, pero puedes venir a visitarme cuantas veces quieras recuerda que vivimos a solo unas calles— los ojos de tristeza que habían aparecido en mi hermana fueron reemplazados por una alegre sonrisa

― Bella— susurro mi padre— mi pequeña Bella…— sus ojos brillaron y por un momento pensé que lloraría sobre mis brazos

― Espera papa, hay mas… la segunda noticia es…

― Esa es la diré yo Bella— Edward se puso de pie y tomo la misma posición que yo— Charly… me es inmensamente grato decirte que Bella está embarazada, ella espera un hijo nuestro.

― ¿Qué?— exclamaron Sue y Kathe al mismo tiempo— ¡dios mío!— soltó Sue caminando hacia donde estábamos, las risas de Kathe inundaron el lugar

― Dios mío… ¡Bella!— exclamo papa saliendo de su aletargamiento— ¡seré abuelo!— grito derramando lagrimas por la emoción, mi padre extendió ambos brazos y nos cobijó a ambos, a Edward le hacían bien estos recibimientos, era lo que tendría que haber pasado en Londres con su familia.

― Si papa, serás abuelo

― ¡dios mío! Me van a matar de un infarto ¡ya decía yo que estabas embarazada

― Y tienes un ojo clínico impresionante Charly— comento Edward— cuando tu le dijiste a Bella que estaba embarazada en efecto, ya lo estaba

― ¡ven! Mi intuición nunca falla, ya tenias cara de embarazada hija, yo lo sentía ¡qué alegría!— grito elevando sus brazos

― ¡seré tía!— exclamo Kathe abrazándonos a ambos también, todos nos felicitaron y se emocionaron con la noticia, era perfecto, la mejor escena de todas.

Mi padre no dejo irse a Edward, Sue cocino un enorme almuerzo que comimos en el jardín, estaba tan feliz y emocionado por la noticia que ni siquiera puso problemas cuando le dije que me iría a vivir junto a Edward solo mencionó "los hijos deben volar algún día y tu estas haciéndolo de muy buena manera, con un excelente hombre a tu lado, tienes mi bendición Bella, los dos la tienen" sus palabras me emocionaron y al mismo tiempo me pusieron feliz. Mi padre estaba bien, mientras tuvieran esa casa y a Sue todo marcharía sin problemas. Esa noche decidí pasarla en casa, Edward me dijo que ya mañana le contaríamos a Will lo del matrimonio y el bebe, cuando ya eran casi las seis mi novio se encamino hacia la puerta para marcharse.

― Espero duermas bien mi amor— dijo sujetando mi cintura

― Lo hare, debo aprovechar mi última noche de soltera— le respondí acercándome a besar sus labios. James quien se había retirado y estaba volviendo en este instante aparco frente a mi casa y espero pacientemente a su jefe.

― Soñare contigo esta noche, dormir a tu lado ya es una costumbre que no quiero dejar

― Lo mismo digo, mañana a penas deje todo listo aquí te llamo para que James venga por mi

― Está bien, llegare a casa para almorzar contigo, debo ver qué cosa ha hecho Aro en la oficina

― No te preocupes, te entiendo— apego su cabeza a la mía y beso mi nariz

― Será mejor que te entres no quiero que te enfermes ¡ah! Y hablando de eso tenemos que buscar un doctor para planificar lo de la clínica y donde tendrás al bebe.

― Podríamos consultarle a Emmett ¿no crees?

― Si es una buena idea, mañana en el almuerzo planeamos todo.

― Está bien, te amo— me acerque a él para despedirme

― Y yo a ti, nos vemos mañana, será una tortura aguantarme.

― No te preocupes, de mañana en adelante ya no nos separaremos más.

― Nunca más— asentí.

Edward beso mis labios y se fue, estuve en el mismo lugar hasta que el coche se perdió en las calles de Nothing Hill. Esa noche tenía algo más que hacer, Rosalie estaba por llegar y debía contarle todo lo que había pasado, además necesitaba urgente uno de sus consejos. Cuando el reloj marco la hora que habíamos acordado solo unos cuantos segundos después Rose aparco fuera de la casa, venia casi corriendo cuando toco el timbre de la puerta.

― Puntual como siempre— le dije mientras nos abrazábamos

― Sabes que si se trata de ti siempre seré puntual ¿Cómo estás?— pregunto avanzando hacia el living.

― Bien pero vamos a mi habitación, ahí podremos hablar mejor.

― Vamos.

Nos encaminamos hacia mi cuarto, por ahora era un desastre, tenía mis maletas de viaje y las que me llevaría a la casa de Edward esparcidas por todas partes. Rosalie hizo una burla de todo el desorden y se sentó en un pequeño sillón que había al lado de la ventana, acerque una silla a ella y comencé a contarle todo.

― Bueno Rose antes de contarte todo tengo tres cosas que decirte.

¿Estás embarazada?— pregunto de repente haciéndome comer mis palabras

― ¿Qué?— mi boca parpadeo y no salió ninguna palabra de ella— ¿Cómo lo supiste?— pregunte de inmediato ¿la noticia de Londres ya habría llegado a Chicago?

― No lo sabía tontita, solo lo supuse— ella rio— ¡demonios Bella! ¡me harás tía!

― Si serás tía— ella no pudo contener su alegría y me abrazo de inmediato, le conté lo que nos había dicho el doctor y todos los detalles del embarazo, se sorprendió como todos cuando le dije lo avanzado que ya estaba— la segunda noticia es que me iré a vivir con Edward

― Wow, eso sí que me lo esperaba, me imagine que sucedería así

― Y ahí no acaba, lo mejor de todo es que Edward me propuso matrimonio y yo le dije que sí.

― ¡Bella! ¡es genial! Todo ha mejorado muchísimo, estoy tan feliz por ti amiga.

― Si…— comente un dejo de tristeza— pero no todo va como quisiera, la relación de Carlisle y Edward ha empeorado muchísimo. Es terrible verlos enfrentarse Rose, vieras las cosas que se han dicho, es horrible

― Demonios— susurro— y ¿Qué dice Edward?

― Nada— respondí en el mismo tono— se enfrentan pero después de la tormenta viene la "calma", Edward sufre en silencio por los constantes desprecios de su padre, no sé cómo ayudarlos Rose, no tengo idea, quiero que ellos tengan una buena relación pero no encuentro la manera de hacerlo.

― Esta complicado— concedió mientras se cruzaba de brazos— la relación que ya está muy desgastada es casi imposible volverla a reponer, ¿ellos algunas veces se llevaron bien?

― Si por lo que la prima de Tanya me conto un día, ellos antes de las tragedias que ocurrieron eran como cualquier padre e hijo, no tenían diferencias entre los dos pero todo cambio cuando el hermano de Edward murió

― ¿tenía otro hermano?— asentí— demonios, es grave Bella… ¿y si dejaras las cosas así como están?

― Tarde o temprano terminaría todo mal y creo que hasta peor de lo que esta

― Es una lástima, justo ahora que tendrán un hijo y mas encima se casaran

― Eso es lo peor, me refiero al punto de vista de Carlisle, si vieras el escándalo que se armo cuando ayer supo que estaba embarazada y eso que aun no sabe que nos casaremos, creo que podrá el grito en el cielo solo de escucharlo.

― Es un viejo maldito ese, espero no les cause muchos problemas cuando sea su boda.

― Espero que sea él quien este parado junto a Edward el día de nuestra boda

― ¿de verdad piensas así?— pregunto con asombro

― Claro yo sea mejor que Edward lo que es no tener una madre o un padre en este caso, el no puede negar a Carlisle por más que quiera, deben intentar recomponer lo que tenían, sé que es difícil pero no imposible. Algún día se arrepentirán de no arreglar sus diferencias, estoy segura de que Carlisle en el fondo de su corazón siente algo por Edward, y el también estoy segura siente algo por su padre, el problema es que se han herido tanto que ya ninguno de los dos da su brazo a torcer.

― Creo que te van a inmacular por tanto que haces por esa familia— comento y yo solté una risita.

― No Rose, solo le devuelvo a Edward lo bueno que ha sido conmigo, te aseguro que si mi vida mejoro desde que comencé a trabajar con él es porque el tubo mucho que ver y no lo digo porque comenzamos a estar juntos

― ¿Por qué es?— enarco una ceja con duda

― ¿sabías que Edward me contrato un escuadrón de guardaespaldas para protegerme desde de mi primer encuentro con Carmen?

― ¿Qué?— exclamo con asombro— no, no tenía idea— yo asentí con mis ojos entrecerrados

― Esos pequeños detalles que yo no sabía pienso que no son los únicos, he dudado muchas veces de la veracidad de las palabras de Edward en el sentido de que sé que aunque diga que me dijo toda la verdad no es así, pienso que el esconde algunas cosas sobre mi pero no me importa, el ha cambiado mi vida por lo que me da igual averiguar que mas hizo por mi si ya lo mas grande está enfrente a mis ojos y la otra parte crece dentro de mis entrañas

― Tienes razón, en todo caso te puedo decir que cuando Carmen te golpeo para matarte el jamás se separo de ti, en ningún momento Bella, Edward te ama desde mucho antes que tú te dieras cuenta

― Eso lo sé, me hace feliz saber que el siempre me tubo entre sus pensamientos porque era lo mismo que pasaba conmigo, nunca podía dejar de pensar en el.

Cambie mi vista hacia las ventanas, respire pesadamente e intente disipar un mareo leve que me estaba invadiendo, mi pequeña o pequeño estaba haciéndose presente en la conversación. Cuando el malestar paso seguí conversando con Rosalie, le conté todo con lujo de detalles por lo que habíamos pasado en Londres, los altercados con Carlisle y el apoyo que me habían dado Alice, Jasper, Esme, Tanya y Math, ella estaba encantada. Unas horas después mientras nos tomábamos un té en la cocina le pregunte sobre Emmett.

― ¿y cómo vas con el oso de Emmett?

― ¿con Emmett?— suspiro soñadoramente— me trae de un ala ¿sabes? Es genial Bella, Emm es el hombre de mis sueños— solté una risotada que casi me hizo atragantarme con el

― Por la boca muere el pez Rose ¿te acuerdas? Tu lo rechazaste desde el primer momento y ahora mueres por el

― Estamos viviendo juntos

― ¿enserio?

― Bueno así como juntos juntos, aun no pero Emmett pasa tanto tiempo en mi departamento que se queda casi todo el tiempo conmigo, aparte le queda muy cerca del hospital por lo que sale mucho mas cómodo que el venga a vivir conmigo

― Que increíble, la vida nos cambio dramáticamente en este año

― Si— susurro mientras un pequeño silencio invadió la estancia— pero no es momento para ponerse a pensar, tenemos mucho que hacer

― ¿a qué te refieres?

― ¿Cómo que ha qué? ¡al bebe! Hay mucho que rediseñar y comprar, debes acondicionarle la habitación al bebe Bella, debes hacer un cambio en esa oscura y fría casa.

― Veré lo que puedo hacer, primero hablare con Edward y te llamo para ponernos de acuerdo

― ¡genial!—

Hablamos otro rato mas y cuando ya era entrada la noche Rosalie se fue, me dijo que debía preparar la cena ya que ella y Emmett cumplían meses de romance, se fue feliz y llena de ideas para la habitación del bebe. Esa noche intente conciliar el sueño pero no podía parar de pensar en la nueva vida que comenzábamos, pronto seria la señora Cullen y Edward viviría a nuestro lado por siempre…

Ya no podía esperar para vivir nuestra nueva vida.

El tiempo es caprichoso a la hora de pasar, los días, las semanas y los meses se van casi por entremedio de nuestros dedos. A pesar de que quería disfrutar al máximo mí tiempo con Edward, los meses parecían pasar más rápido de lo que todos esperábamos.

Cuando llegue por fin a la casa de Edward, Will casi moría de la felicidad, ese hombre es mi mejor aliado a la hora de hablar sobre mi futuro esposo, se sentía casi como el abuelo emocionado cuando le contamos sobre el embarazo. Todo marchaba muy bien, Edward era un amante espectacular y me daba todo lo que necesitaba, amor, compresión y confianza. Cuando le conté a él sobre los planes de la habitación del bebe se puso feliz, en contra de mi voluntad abrió una cuenta a mi nombre y dispuso de cupo ilimitado para poder gastar, me sentí completamente cohibida por dejar que hiciera eso, era la primera vez que alguien me mantenía por lo que aun tenia vergüenza de ocupar sus recursos.

Los meses fueron caminando al igual que mi embarazo, cuando cumplí los seis meses supimos que sería una niña, Edward estaba que no cavia en su alegría, comenzó a llenar la habitación del bebe de muñecas y peluches, no había día que no llegara de la empresa con algo en sus manos. Rosalie nos diseño y acondicionó una de las habitaciones que estaba al lado de la nuestra, esa sería la habitación de la pequeña. Cuando nos preguntaron como la llamaríamos ambos nos miramos y movimos nuestros hombros ¿Qué nombre tendía la pequeña que habíamos engendrado?, con el paso de las semanas el pensamiento se fue haciendo cada vez más presente, al momento de cumplir los siete meses lo decidimos, ambos teníamos a dos mujeres importantes en nuestras vidas y porque no darle a nuestra hija dos nombres que conllevaban todo el amor que un ser puede dar, Reneesme, los nombres de nuestras madres. Al principio a todos les extraño pero con el pasar de los días y la razón por la cual se lo habíamos escogido muchos pensaron que era adorable y ni se hable de Esme y Charly que estaban felices.

Mi embarazo ha sido un tiempo feliz, en estos meses he podido disfrutar de la compañía de mi familia y la de Edward, Tanya y Math al igual que Alice, Jasper y Esme han venido a visitarnos constantemente y siempre han estado presentes en los meses de gestación de Reneesme. A pesar de estar en constante contacto con Londres no había sabido nada mas de Aro y Carlisle, el primero había desaparecido de la empresa como por arte de magia y solo sabíamos que estaba bien porque salía constantemente en portadas de revistas y noticias de la televisión, ninguna aparición era por sus logros solo por su recientes conquistas y excesivas fiestas. El segundo ni siquiera había hecho alguna aparición ni una llamada por teléfono, parecía estar dándole espacio a Edward para poder desarrollarse, en estos meses y sin las intromisiones de nadie había logrado avanzar mucho, Cullen Enterprise estaba dando los mejores dividendos desde su apertura y mi novio no podía sentirse más orgulloso de su equipo de trabajo, yo estaba orgullosa de él, era mi súper hombre.

Hoy es día de mi última ecografía, exactamente cumplo ocho meses de gestación y Nessie, como la llamo Kathe, está casi lista para nacer. Para este evento me acompañan Papa, Will y Kathe, Edward está de viaje y no ha podido acompañarme. Si bien había pasado todos estos meses a mi lado sin despegarse este viaje no pudo ser pospuesto, estaba en Vancouver, cerrando un trato con algunos accionistas. Mientras mis pies iban de un lado para otro en la oficina de mi ginecóloga mi papa y Kathe me observaban atentamente mientras que Will esperaba pacientemente.

― Harás un oyó en el suelo de tanto que te paseas— susurro Charly mientras se acomodaba en su silla.

― No me interesa, me duele un poco la espalda y caminar es lo único que me relaja, si me siento duele mas

― Nessie te está haciendo imposible el último mes ¿no?

― Si papa, creo que esta niña ya quiere nacer pero por nada del mundo da más señales de querer salir, cada vez que pienso que va ser el momento no es así por lo que mejor decidí no pensar en su nacimiento.

― ¿es muy testaruda esta mujer Will?— pregunto mirando la mayordomo y amigo que miraba desde una esquina

― La señora Bella es una mujer muy valiente, estoy seguro de que ella podrá salir bien de todo esto y traer a la pequeña a este mundo.

― ¡bien Will!— exclame con algo de dolor— el es mi apoyo incondicional dentro de la mansión— comente con diversión— además de las chicas, son geniales conmigo

― Somos así porque usted siempre ha sido una excelente persona con nosotros Sra. Bella— respondió haciendo alusión al nombre que me había puesto el mismo día que pise la casa de Edward para irme a vivir con él, desde ese día todos comenzaron a llamarme Sra. Bella o Sra. Cullen

― Gracias Will— e dije con mis ojos brillando por el tono de sus palabras, adoraba a todos los que vivían en nuestra casa— oye papa ¿Dónde está Sue?

― En casa, dijo que prefería ir a verte otro día, esta como loca organizando la despedida de curso de Kathe

― ¡sí! Será una fiesta inolvidable—exclamo elevando sus brazos

― Sue se parece a Kathe— comente con diversión— a ella le encantan las fiestas y celebraciones familiares— unos segundos pasaron y la puerta se abrió

― Hola Bella— saludo Mariane Silverston, mi ginecóloga

― Hola Mariane ¿Cómo estás?

― Mejor que tu al parecer, ¿tienes molestias?— pregunto dirigiéndose directamente hacia mí para tocar mi vientre.

― Algo— mentí.

― Vamos Bella no me mientas, se que el último mes de embarazo es el más complicado, esa chiquita debe pesar una tonelada.

― No tanto— volví a mentir e intente darle un tono de despreocupación a lo que sucedía. Todos nos sentamos y escuchamos atentamente a la doctora.

― Bueno como ya sabes estas entrando en la última fase de la gestación, puedo decir que de ahora en adelante debes tener cuidado, la bebe podría nacer en cualquier momento y lugar.

― Lo se

― Es bueno que no te expongas a viajes ni a periodos largos en autos o buses, ni tampoco a emociones fuertes o malos ratos, debes estar tranquila, tu embarazo aun es de cuidado por lo que no podemos arriesgarnos a que algo salga mal.

― Si, no te preocupes

― Y ¿Dónde está Edward?— pregunto mirando a todas las personas que estaban a nuestro alrededor

― Que lastima, tenía la información sobre el curso de partos que me pidió la vez pasada.

Edward había mostrado un interés monstruoso por este embarazo, el quiso saber todo con relación al proceso, lleno la casa con libros e instructivos, tomamos juntos cursos de respiración en el parto y de padres primerizos, estaba completamente insertó en el tema y agradecía enormemente que fuera así, me sentía acompañada y completamente apoyada por el, me hacía sentir especial y sin duda como la mujer más importante para él.

― Llega mañana por lo que le diré que ya la tienes, tal vez alcancemos a tomar el curso antes de que Nessie nazca.

― Ojala, lo mandare a guardar para ustedes.

― Gracias.

― Bueno ¿tienes alguna duda sobre lo que viene?

― No muchas ¿me harás una Eco ahora?

― No, creo que ya fue suficiente con lo que hemos visto la vez pasada, tu embarazo está muy bien pero si sientes cualquier malestar desconocido o vez que algo no anda bien llámame de inmediato que iré a tu casa para checarte, lo mismo con el parto, solo debes llamarme y estaré en media hora en la clínica que hemos acordado.

― Está bien.

Con Edward ya teníamos todo listo, estábamos completamente preparados para recibir a Nessie, solo nos faltaba ella. Terminamos la consulta media hora después, fuimos a dejar a mi padre y Kathe a la casa para después marcharnos a la misión, mientras miraba por la ventana el hermoso paisaje que me rodeaba mi celular comenzó a sonar.

― ¿diga?— conteste

― Bella, soy Esme

― ¡Esme! Hola ¿Cómo estás?

― Muy bien, estamos esperándote

― ¿esperándome? ¿Dónde?

― Aquí en tu casa, hemos llegado hoy a visitarte Bella ¡estamos en la ciudad!

La sola noticia me puso feliz, Esme era muy importante en mi embarazo y me alegraba de tenerla cerca, lo que no pensé jamás fue que este día seria el comienzo del final, una bomba de tiempo estaba a punto de explotar.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Muñequita

CAPÍTULO XV.-

EDWARD POV

Habían pasado dos meses desde que volvimos del juicio y cada día que pasaba sufría más, Bella estaba cada día mejor, pero dolía verla tan bien, no me malinterpreten me da gusto que se sienta cada vez con más confianza en si misma, pero reviento de rabia porque el imbécil de Benjamín está cada vez más cerca de Bella, cada vez que puede viene a verla y hasta a comprado una casa en el pueblo, ahora mismo está descansando de la última película que filmó y lleva dos semanas acá, pasan casi todo el día juntos y con un carajo los celos me revientan. Ellos son casi novios, en más de una oportunidad los he visto besarse y he tenido que correr a mi dormitorio y descargar allí la rabia rompiendo y aventando todo a mi alrededor. Bella no tiene la culpa, ella merece ser feliz, pero Benjamín no es el adecuado, estoy cada vez más convencido de que ella nació para estar a mi lado, para completarnos, yo sin ella no soy nada. Me esfuerzo día a día para ser mejor para ella y ella no se da cuenta de mis esfuerzos, es como si yo no existiera, apenas nos saludamos cuando nos vemos, ya no me mira como lo hacía antes y tengo tanto miedo de que se esté enamorando de Benjamín, no es justo, yo la amo, la amo tanto y lloro por su indiferencia.

Todos en la casa saben mi situación y eso es algo que no soporto, porque me miran con cara de pena, claro el pobre estúpido Edward Cullen, el follador número uno de Forks llora por la freaki, Dios mi freaki, la extraño tanto, extraño besarla, reír con ella, perderme en sus hermosos ojos, recorrer con mis dedos y mi lengua la exquisita piel de su cuerpo y por Dios extraño tanto hacer el amor con ella, pero no, tenía que ser el pendejo más grande de la historia y cagar para siempre la relación que teníamos. Por que ahora estoy seguro que la perdí para siempre. Nunca la merecí, ella es demasiado buena para mi.

Bella pasaba viajando por los asuntos de la empresa que le heredó su padre, además se estaba haciendo cargo de pequeñas tareas en la empresa y aunque podía hacerlo perfectamente desde casa por Internet ella prefería viajar, así también visitaba a su familia en el cementerio y por supuesto a James.

Bella también ha estado tocando, Carlisle acomodó una habitación para que ella pudiera practicar su música y a veces me escabullo para escucharla cantar y tocar, es realmente maravillosa y me deleito con cada nota emitida por esa hermosa voz.

Ha recibido varias ofertas para unirse a giras con algunas bandas de amigos, pero ella dice que aún no está preparada para volver a los escenarios de forma profesional y que quizás no lo haga de nuevo, dice que ahora sólo toca por diversión, por placer, pero ya no quiere estar en boca de todos.

Ahora estamos de vacaciones por dos semanas y me siento como mierda, hoy vino temprano Benjamín y se fue con Bella, no se donde, pero se fueron juntos mientras yo los miraba alejarse desde la ventana, al parecer ella notó mi presencia porque se volteó y me miró fijamente, me sonrió y se fue.

- ya basta, ¿vas a seguir en ese estado o vas a hacer algo por reconquistarla? – no sentí llegar a Alice a mi lado

- no hay nada que hacer, la perdí para siempre

- no digas burradas, ustedes están hecho el uno para el otro, eso nada lo va a cambiar

- yo lo cambié, lo arruiné por completo, ella ya no me quiere

- no es así, se que ella aún te ama, pero tú no has hecho nada para demostrarlo en este tiempo

- ella me pidió que me alejara

- nosotras siempre decimos eso para que nos cortejen, para hacernos de rogar un poquito

- ella no es así, ella es transparente, es pura, no anda con jueguitos como las demás chicas

- todas deseamos que nos conquisten, no sólo con palabras bonitas, lo que le hiciste fue muy, pero muy feo y no has hecho nada importante para que ella te perdone además de andar llorando por los rincones como un estúpido

- basta, ella está con Benjamín ahora y yo simplemente perdí

- no seas tonto Edward, ella te ama, lo se, sólo tienes que jugártela un poquito, quizás sacar el jodido puto que llevas dentro, ella es tu mujer, juégatela por ella, antes te quiso a pesar de tu reputación ¿por qué ahora no te querría?

Después que Alice se fue me quedé pensando y la verdad es que tenía razón, le pedí perdón miles de veces pero nunca hice nada más, nada para conquistarla, si, Edward Cullen volvería al juego, no como era antes, pero algo bueno tenía ser Edward follador Cullen, y lo iba a utilizar, Bella sería mía nuevamente y esta vez la quería para siempre, la iba a bombardear con ese encanto que estaba tan perdido últimamente.

BELLA POV

Era tan extraño, Edward en todo este tiempo está tan extraño, es cierto que le pedí tiempo y espacio, pero, me molesta que no se opusiera y lo tomara como si nada, o sea, él me juraba amor un día y al otro es como si no nos conociéramos, es verdad que yo lo trato de evitar porque aún me duele lo que me hizo, pero joder él es Edward Cullen, un tipo deslumbrante, cínico, acosador, sensual y tremendamente carnal, no es que quiera que se comporte conmigo como lo hacía con las zorras del colegio, pero una dosis pequeña de esa personalidad no estaría mal, después de todo me enamoré de él con ese cinismo, con esa calentura que transmitía y…y lo extraño tanto, ya no puedo fingir indiferencia, lo extraño.

Benjamín es un gran amigo, es buena persona y es cierto que nos hemos besado algunas veces, pero no siento nada, al parecer mis hormonas sólo reaccionan con Edward, porque a pesar del distanciamiento con sólo mirarlo siento un cosquilleo delicioso en todo mi cuerpo.

Lucha por mi Edward, lucha y serás el vencedor, lucha y me tendrás adorándote irrevocablemente, tumba mis miedos, mis fantasmas, vuelve a remecer mi mundo, exorciza mi oscuridad, lléname de luz, lléname de alegría, reclámame nuevamente tuya y me tendrás, hazlo, ven a mi, ven a mi.

Estaba saliendo de la ducha cuando sentí que me jalaban, al voltear veo el rostro de mi amor, me miraba serio mientras me arrastraba a su dormitorio, al entrar cerró la puerta y me acorraló contra la pared, mi cuerpo temblaba, el aire se hacía más espeso y mi respiración más agitada, sabía que estaba sonrojada, sentía la excitación de mi cuerpo reclamarme por dar bienvenida a ese placer que sólo Edward era capaz de hacerlo emerger desde mis profundidades.

Él acercó su cara a centímetros de la mía, sentía su respiración en mi boca, esa que anhelaba ser besada con la voracidad que sólo él era capaz de emitir, su respiración lo delataba, él también estaba excitado, acercó su cuerpo más al mío, como si eso fuera posible y sentí en mi vientre la prueba de su deseo, allí se erguía toda su masculinidad, esa que anhelaba como una loca, esa que por las noches deseaba nuevamente en mi, esa por la que soñaba y despertaba a media noche sudada, excitada y caliente.

- Bella – soltó un suspiro al decir mi nombre y mis piernas temblaron, él lo notó y su agarre se hizo más fuerte

– ya no aguanto más nena, me vuelves loco, me tienes jodido de deseo, de amor, de necesidad – dejé escapar un gemido cuando empezó a frotar su virilidad en mi cuerpo.

- Oh nena ¿me sientes? Soy todo tuyo amor, todo esto es por ti, sólo por ti – susurraba en mi oído mandando miles de aguijonazos de corriente por todo mi cuerpo, te conquistaré nuevamente, serás mía otra vez y no te dejaré escapar, eres mía, siempre lo serás, quiero saborear toda tu magnífica piel, hundirme en tu cuerpo y que ambos gritemos de placer cuando toquemos el cielo con nuestras manos.

- Edward….

- Shhhh amor, no digas nada, no ahora, déjame conquistarte, déjame entrar en tu vida nuevamente, quiero borrar tus miedos, borrar tus fantasmas, te quiero sólo para mi, mi musa, mi luz, mi diosa, quiero sentir nuevamente paz, sentirme lleno de ti, dame tiempo amor, dame tiempo para ganarte, para ser el hombre que sueñas, el hombre que deseas – me alzó y su miembro duro y potente se estrelló en mi centro palpitante, jadee, me estaba volviendo loca, una persona completamente sexual, completamente deseosa de su cuerpo caliente y duro.

- Conquístame Edward, conquístame con tus palabras y me tendrás, sigue hablando amor, sigue diciéndome que soy tuya – el movimiento de pelvis se hizo más frenético y estaba a punto de explotar en un maravilloso orgasmo, pero Edward se detuvo y me bajó de su cuerpo y me soltó de la prisión de sus brazos.

- Lo haré cielo, te conquistaré, serás mía nuevamente mi freaki, te tendré nuevamente desnuda entre mis brazos, nadie te amará como yo lo hago, nadie te hará tocar el cielo como lo haré yo, gritarás mi nombre cuando te penetre y te lleve al orgasmo desagarrando tu garganta.

Me besó, me besó con pasión, con amor, con necesidad, como si fuera un hambriento, un sediento que encuentra un manantial de pura y fresca agua cristalina. Un beso fogoso que devolví gustosa, nadie se comparaba a Edward Cullen, nadie despertaba esa pasión, ese fuego en mi interior.

Me miró y sonrió como niño pillado en travesura, abrió la puerta y con mucho tacto me sacó de su habitación y posteriormente la cerró con él adentro, yo estaba como estatua, mis pensamientos no los podía hilvanar, Edward Cullen me había dejado excitada, mojada y deseosa de más, mierda.

No se cómo llegué a mi habitación, mi cuerpo temblaba y mi mente se confundía en el recuerdo de sus palabras, niño malo, niño sucio con lengua sagaz, con palabras sucias susurradas y su miembro duro y grande presionando mi sexo me volvió loca, volcó patas arriba mi mundo, nunca antes lo vi así, tan caliente, tan hombre, tan putamente sensual, oh si Edward Cullen, háblame nuevamente así y me tendrás suplicando por más.

Una risita histérica salió de mis labios y me arrojé a la cama feliz, renovada, una nueva Bella, una nueva mujer, ya basta de ropa insulsa, ya basta de fajas, ya basta de lamentarme de mi pasado, ese lo borró, empiezo de cero, una nueva Bella, no la glamorosa cantante, no la freaki con ropa fea y fajada, no, simplemente Bella, feliz, enamorada, abriendo los brazos al perdón, al amor, a la vida, a la felicidad.

Así que al día siguiente empezó el cambio, dejé la faja y me puse ropa normal, nada extravagante, solamente ropa de una chica normal. Cuando hice aparición en la cocina Esme me quedó mirando como si fuera la primera vez que me veía, pero no dijo nada, en cambio Alice bailoteaba diciendo lo hermosa que era, ella me había visto antes en algún concierto y por la tele, pero nunca me había visto en persona así, Edward, él sonreía y me comía con la mirada, una sonrisa juguetona bailaba en su rostro y sus ojos ardían como fuego.

La conquista de Edward no se hizo esperar, al día siguiente de acorralarme en su dormitorio empezó a bombardearme con flores, chocolates, canciones, cartas románticas y a la vez indecentes que hacía que me sonrosara como adorno de navidad. Una semana, una semana en la que el lenguaje era sólo de nosotros, nadie sabía de las miradas cómplices, nadie notaba de los toques sutiles en el desayuno, de esa sonrisa de lado que me mataba, tan sensual, cómo me guiñaba el ojo cuando hacía de una conversación normal algo totalmente sexual, nadie se daba cuenta del lenguaje encriptado de sus comentarios y mis sonrojos. Eso era lo que ellos pensaban, porque todos los Cullen se daban cuenta.

Había algo que tenía que hacer y la verdad es que me dolía, todos estos días me estaba escabullendo de Benjamín, si, soy una maldita, pero es que no podía jugar con él, es cierto que nunca dije nada para que él se ilusionara, pero nos habíamos besado y él me había confesado que yo le gustaba y mucho, él es una persona maravillosa, atento, caballero, me hace reír, pero él no es Edward, a Edward lo llevo tatuado en mi piel y no puedo negar que estoy muy feliz de que se esté esforzando por decirlo de alguna manera en reconquistarme. Oh Benjamín, espero no me odies después de poner punto final.

- ¿Lo sigues amando cierto? – hacía diez minutos que nos habíamos juntado en un parque a conversar, pero mis palabras no salían.

- Benjamín yo…

- No digas nada Bella, lo sabía, siempre lo supe, pero me conformaba co lo que pudieras darme, no te culpo de nada porque repito yo lo sabía, pero duele, duele saber que tu corazón ya tiene dueño, duele ver la manera en que ustedes se pierden en sus ojos cuando se miran furtivamente, siempre me he dado cuenta ese amor que se les sale por los poros, yo he sido el egoísta que te quería para mi cuando tu corazón y tu cuerpo clama por otro.

- Soy una persona horrible Benjamín, te juro que no fue mi intención hacerte daño, ni a ti ni a Edward, es sólo que estaba tan confundida, él me dañó, me engañó, pero aún así….

- Aún así lo amas, lo se, créeme que lo se, todos lo saben, él te ama Bella, lo debes perdonar, todos cometen errores no cometas tú el error de no saber perdonar y perder el amor, él es tu amor. Adiós niña hermosa, espero algún día volver a verte en el escenario.

- Adiós Benjamín, siempre te recordaré y si alguna vez te veo por allí te pediré un autógrafo

- Jajajajaja y tú los tendrás todos preciosa, todos para ti.

Así se fue Benjamín de mi vida, al día siguiente la casa que había adquirido se alquiló.

Las pequeñas vacaciones terminaron y volvimos a clases, me daba lata, todos me miraban, claro mi nuevo atuendo, pf, desearía ser nuevamente la freaki a la que nadie miraba y hablaba, oh ¿a quién engaño?, me encanta la manera en que me mira Edward, por esa mirada aguanto la de los demás.

Desde esa primera noche Edward no me ha vuelto a acorralar ni me ha hablado mucho, pero los regalos siguen llegando y las cartas son cada vez más subida de tono, Dios ese hombre me quiere matar con tanta pasión.

Iba por el pasillo y veo a Rosalie, no me mira, no me habla, nada. Desde el último incidente ella se había alejado de casi todos, le quedaban pocas amigas, nadie la soportaba, pero había algo en ella, algo oculto detrás de su mirada y su cólera que me hacía tenerle algo de lástima. Lo dejé pasar, no era mi problema, harto daño me hizo, nunca fuimos amigas así que sus problemas que los resolviera sola, si es que los tenía.

Emmett era cuento aparte, casi no me hablaba desde que empecé a salir con Benjamín y eso me daba mucha rabia, nunca lo ilusioné, siempre le dejé las cosas claras, así que no tenía nada por que estar molesto conmigo.

Al llegar a casa encuentro una nota de Esme donde decía que había tenido que viajar urgentemente y no había alcanzado a avisar, que no nos preocupáramos iba a acompañar a Carlisle a un asunto del hospital, llegarían en tres días más, que confiaba en nosotros y que llamaría en la noche.

Estaba sola por el momento, Alice me llamó para decir que iba a almorzar con Jasper, mmmm, esa duende había conquistado al inalcanzable Jasper, eso me hacía feliz, él era tan serio, tan frío y Alice era como un huracán que arrasaba todo y por lo visto a él lo alcanzó esa fuerza de la naturaleza.

Me había quedado dormida cuando siento en sueños caricias enloquecedoras, caricias que iban dejando un rastro de fuego en mi piel, en mi alma.

- mmmm, despierta hermosa, despierta Bella – esa voz,

- mmmm Edward

- si nena, Edward – carajo, no estaba soñando era él, él me acariciaba, había llegado la hora, no había vuelta atrás, llegaba el perdón, llegaba el placer

- Edward yo…

- Shhh, lo se amor, lo se, yo quería ser más fuerte amor, conquistarte mejor, esperar más tiempo, pero soy un jodido egoísta y te necesito tanto, me muero por ti nena, te necesito, no aguanto más estar lejos de ti, de tu piel, de tus besos.

- Yo tampoco amor, yo tampoco, bésame, tócame, tómame Edward, soy tuya, siempre lo he sido, siempre lo seré, hazme el amor Edward, me quemo – Edward se empezó a desvestir lentamente y después me desvistió entre caricias y besos.

JACOB POV

Mierda, contesta Bella, por favor contesta el puto teléfono, por favor niña atiende mi llamado.

- jefe ya está todo listo, tenemos la información, ese desgraciado se dirigió a Forks, en este momento debe estar allá

- carajo, van a rodar cabezas, como que me llamo Jacob Black van a rodar cabezas por no avisar antes del escape de Alex – Bella, niña ¿dónde estás que no contestas mi llamada?, por favor aguanta, ya voy para protegerte, por favor cuídate

- vamos, tenemos que llegar lo antes posible, tenemos que proteger a Bella – seguí llamando pero nadie contestaba ni en la casa ni el celular, carajo Bella, estás en peligro, ese desgraciado va por ti niña, va por ti nuevamente.

Nos subimos al avión que nos llevaría a Forks, sólo espero llegar antes de que ese desgraciado le haga más daño a esa pobre criatura.

Hello mis angeles hermosos !!
yo se q las tengo muy abandonadas , pero no es por gusto sino por necesidad entre la esc y  esto de ser mama no me queda tiempo de nada , sufro sin mi vicio y sin ustedes las extraño mucho a todas , asi q no me odien espero pronto poder subirles mas vicio y estar aqui dia con dia .  Les mando mil besitos a todas y las extraño.
siss hermosa te quiero mucho y gracias por actualizar , tqmm cdte.

Angel of the dark

viernes, 16 de septiembre de 2011

Cuidando tu Corazón

Capítulo 7:

Mentiras Piadosas

― Creo que tu cara me da todas las respuestas que ando buscando— murmure cuando el silencio ya era molesto, Carlisle aun seguía parado mirándome con expresión pálida.

― Cierra la puerta

― ¿no quieres que mamá escuche tu confesión de paternidad?— Carlisle por primera vez no discutió solo giro su cabeza hacia la ventana y suspiro, camine hacia la puerta y la cerré con cuidado no quería que mamá se enterara de esta maldita verdad— ¿Dónde está mi madre?

― Salió con Alice, fue a comprar regalos para Níkolas.

― Qué bueno así no tendrá que escuchar esta conversación

― ¿Quién te conto lo de Aro?

― El, fue hasta la casa de Tanya para hablarme de su presunta vinculación con nuestra familia— apreté mis labios en señal de visible molestia— ¿Cómo pudiste Carlisle? A mi poco me importa que me hagas daño ¿pero a mi mamá? ¡ella no se merece esto!

― ¡lo sé! ¡lo sé maldita sea! Créeme que este peso lo he tenido encima desde hace mucho tiempo, jamás pensé que Aro era mi hijo— se lamentó, eran pocas las veces que había visto algún ápice de debilidad en Carlisle pero hoy parecía estar destrozado, en ningún momento pude sentir compasión, el se merecía todo este sufrimiento y mucho mas.

― ¿entonces es tu hijo? Demonios— gruñí apretando los puños

― No lo sé Edward, no sé si ese es mi hijo— su ceño se frunció y cambio su mirada hacia donde estaba la mía— y tampoco quiero saberlo

― Créeme que el maldito está esperando la oportunidad para contárselo a mi madre y eso jamás se lo permitiré no dejare que la dañe para toda la vida ¡eres un maldito! ¡ella jamás te perdonara lo que hiciste!

― No sirve de nada que me acuses, se perfectamente el error que cometí y tampoco me pondré a discutirlo contigo

― Aro me dio hasta el sábado para que me hiciera unos exámenes de ADN con él, quiere saber a toda costa si es un Cullen— Carlisle cambio su expresión, el desconcierto era claramente el que regia su mirada.

― Te prohíbo que te los hagas

― Tú no puedes prohibirme nada Carlisle, te recuerdo que yo no vivo bajo tu yugo

― ¡no te los harás Edward!— gruño enfadado—yo hablare con él, no te entrometas en esto— nuevamente desvió sus ojos hacia el enorme ventanal.

― Eres un desgraciado, un mal nacido, ojala mi madre jamás te perdone por esto— apreté mis puños dejando mis nudillos en blanco por la presión, era un maldito egoísta que solo pensaba en su seguridad pero poco le importaba la de mi madre.

― No me importa lo que pienses

― ¿te importa algo Carlisle?— comencé a enfurecerme— ¿te importa alguien en este mundo? ¡eres un maldito egoísta! Reconoce que te equivocaste ese estúpido te chupara hasta la última gota de aire antes de saber si es o no tu hijo, eres un imbécil pero escúchame…— me acerque hacia el escritorio, la enorme superficie de madera era lo único que nos separaba— espero nunca le hagas daño a mi mamá porque si ella se entera por vulturi juro que te degollare vivo Carlisle, ella no se merece esta traición, es tu deber el contarle pero al parecer no eres tan hombre como le haces ver al mundo

― ¡ya basta! ¡lárgate de aquí!— su expresión se torno sombría y sus ojos destilaban odio hacia mí, cuando estaba por contrarrestar mi celular comenzó a sonar nuevamente.

― Anda pequeño hijo que tu mujer te está llamando— comento con burla

― Ya lo sabes— susurre apagando el teléfono— mamá sufre y juro que te hare pagar por todas las lagrimas que derrame.

Carlisle no dijo nada, sus ojos denotaban todos los insultos y blasfemias que quería decir pero poco me importo lo que el pensara, me gire sobre mis talones y Salí del despacho, cuando ya iba manejando de vuelta a la casa de Tanya una nueva puntada de dolor se hizo presente en mi cabeza, el latente dolor no se detuvo nunca, cuando entre en la casa de Tanya era atacado por incesantes puntadas, gemí casi en silencio y temí porque una nueva crisis se avecinara intente reprimir esos pensamientos y concentrarme en lo que realmente importaba la boda estaba encima y luego de eso volvería a Chicago con mi mujer y mi hijo, no tenía tiempo para ocuparme de los problemas de Carlisle aunque vigilaría de cerca que aquellos problemas no llegaran a mi madre.

― ¡Edward!— grito Bella dando un ágil salto del sillón, Tanya y Math se levantaron rápidamente junto a ella— ¿Dónde estabas? ¿Qué ha pasado?

― Nada Bella, no te preocupes todo está bien— le mentí, tome su cara entre mis manos y bese sus labios dulcemente, sin duda ella era lo único que calmaba esta maldita rabia que me estaba consumiendo por dentro, sabia por la duda que se reflejaba en sus ojos que no había creído en mis palabras pero tendría que hacer acopio de mis destrezas para borrar la incertidumbre que pesaba en su rostro

― Primo ¿estás bien?— pregunto Tanya dulcemente, en sus ojos también había duda

― Me duele la cabeza, eso es todo, Salí a dar una vuelta para respirar un poco, no te preocupes mi amor, estoy bien.

― Entonces vamos, debes descasar.

― Pediré que les suban la cena a su habitación

― Gracias— le dijo Bella tomándome por la cintura y encaminándonos hacia el segundo piso.

Fue un recorrido en silencio, pase mi mano por los hombros de Bella y la apreté contra mi pecho ¿Qué haría yo sin ella?, nada. Respondí en mi mente, nada, Bella era mucho más que mi mujer y la madre de mi hijo, era todo. Cuando ya estábamos dentro de la habitación y por la expresión en su rostro supe que no se había creído ninguna palabra de lo que había dicho, cruzo sus brazos por debajo de sus pechos y comenzó a puntear el suelo con su zapato.

― ¿enserio pensaste que creería todo lo que me dijiste?— pregunto mirándome directamente

― No, sabía que no me creerías, me conoces demasiado bien

― Entonces háblame Edward, porque la cara que tienes me dice que hay problemas ¿Qué sucede?

― Aro puede ser hijo de Carlisle— le dije ahorrándome todo lo demás, Bella llevo una mano a su boca y otra a su vientre

― Dios ¿pero cómo has sabido? ¿eso fue lo que te vino a decir?— asentí sentándome en el sofá de nuestra recamara— ¡es un desgraciado!

― Lo es y lo peor de todo es que si no me hago los exámenes de ADN con él le dirá a mi madre y eso no lo puedo permitir.

― Claro que no, a pesar de conocer poco a tu madre creo que sería un golpe para ella y sobre todo para ustedes.

― Si— reconocí con mi vista perdida— ahora vengo de la casa de mis padres, fui a ver a Carlisle

― ¿y qué te dijo? ¿lo negó?

― No podía, era inevitable, en todo caso el no quiere que me haga los exámenes con Aro, me dijo que no debía entrometerme en sus asuntos.

― ¿y le harás caso?

― Solo si todo sigue igual, sé que no debería mentirle a mi madre pero no puedo hacer nada mas, estoy atado de manos, es Carlisle quien tiene que solucionar este embrollo.

― Es verdad, haces bien.

― Pero si el desgraciado de Aro llega a decirle algo a mi madre juro que lo mato al muy mal nacido.

― ¡Edward!— me reprendió la mujer que me miraba con expresión de horror en sus ojos.

― Lo siento Bella, ahora cambiemos de tema ¿Cómo te sientes?

― De maravilla, no he tenido nauseas y he podido comer pastel de chocolate sin vomitarlo— sonrió encantada

― Qué bien, yo aparte de este dolor que por suerte ya está pasando no he sentido nada mas, nuestro hijo o hija ya no quiere hacer sentir mal a papá— sonreí, me acerque hacia donde estaba sentada Bella, sin poder evitarlo recargue mi cabeza en su regazo mientras ella acariciaba mi cabello. Mis ojos se cerraron involuntariamente para disfrutar de aquella caricia.

― Estoy feliz Edward, no doy hora de que volvamos a Chicago, mi padre se pondrá eufórico

― Lo sé, yo también quiero volver, imagina como estará Will

― ¡explotara de alegría!— dijo Bella sonriendo más abiertamente

― Enseguida después de la boda regresaremos a Chicago, no quiero permanecer más tiempo aquí.

― Lamento que pienses así pero comprendo tu reacción, después de la boda nos iremos, hay tanto que hacer en Chicago.

― Bella— le pregunte cuando la duda asalto mi mente— supongo que cuando volvamos a Chicago vas a mudarte conmigo ¿cierto?— la expresión de Bella me dijo que ella aun no lo había pensado— ¿no habías pensado en eso cierto?— pregunte enarcando una ceja

― Creo que no pero me parece que es lo más lógico ¿no crees?, tendremos que convivir eso si porque no me casare contigo embarazada

― ¿a no?— pregunte sorprendido

― Claro que no, para cuando este todo listo pareceré una pelota de playa, no quiero que te cases con una ballena albina— una carcajada se soltó de mi pecho, se sentía tan bien reír a su lado— ¡no te rías! No es gracioso, amo más que nada a mi bebe pero también amo mi idea de un matrimonio perfecto, no me interesa tener un cuerpo de hada pero si quiero ponerme un vestido lindo

― Bien Bella, no te presionare con eso, ya soy feliz con que te vayas a vivir conmigo— sonreí nuevamente y me recosté en su regazo.

― Tendremos que comprar las cosas para el bebe— pensó Bella pasando sus dedos por mi cabello— Edward… lo he estado pensado y creo que dejare de trabajar

― ¿ha si?— me separe de su caricia y la mire atento, sabia el esfuerzo que estaba haciendo y se lo agradecía infinitamente

― Si, debido a que mi embarazo es complicado creo que es mejor que descansé estos meses, ya habrá tiempo para trabajar después, así que si aun estas en condiciones de mantenerme aceptare tu oferta

― No te preocupes nada te faltara ni a ti ni a tu familia, te aseguro que todos estarán muy bien.— poco me importaba mantener a su familia que ahora también seria la mía, con tal de tenerla a mi lado era capaz de comprar un país con mi dinero.

― Gracias, es vergonzoso tener que pedírtelo pero…

― Es por nuestro hijo Bella, no soportaría la idea de que perdiéramos esta oportunidad

― Ni yo tampoco así que en cuanto volvamos dejare de lado todo lo que estaba haciendo, es tiempo de preocuparse por la maternidad.

La respuesta de Bella me hacia completamente feliz, sin duda agradecía infinitamente su gesto. Un golpe en la puerta nos saco de nuestro estado, concedí la entrada y vi a Tanya en la puerta junto a un carrito con nuestra cena.

― Buenas noches, perdón por interrumpir— dijo al ver en la posición en la que estábamos, no me interesaba que alguien me viera sucumbiendo a mis debilidades con Bella.

― No te preocupes, solo estábamos planeando nuestro futuro

― Entonces con mayor razón, disculpen— ella sonrió— les he traído la cena y vine a preguntar si ya estabas mejor, me preocupas.

― Si ya lo estoy— Bella me movió y la mire de inmediato en sus ojos había cierto brillo que comprendí de inmediato, ella quería hacer partícipe a Tanya de nuestra alegría— ¿quieres que le contemos?— ella asintió feliz

― ¿contarme qué?

― Dos cosas y van en este orden— le dije— no sé si te has fijado que Bella lleva en su mano el anillo de la abuela, eso quiere decir que desde hace algunos días nos hemos comprometido

― ¡DIOS MIO!— exclamo corriendo hacia nosotros— es la mejor noticia que me han dado, ya decía yo que se estaban demorando mucho

― Es verdad pero por suerte hemos remediado el asunto

― ¿y cuál es la otra? ¿no me digan que se vienen a vivir a Londres porque ahí sí que caigo muerta del encanto?

― No, eso creo que es difícil. Bella…— llame su atención— díselo tu— por un momento nos embargo un silencio que Tanya parecía odiar, movía sus dedos de manera histérica

― Estoy embarazada— susurro Bella, Tanya dejo caer su boca completamente sorprendida, sus ojos se llenaron de lagrimas que dejo caer sin control

― Esto… esto es mas… de lo que esperaba— camino hacia Bella y la abrazo— no sabes lo feliz que me siento, doy gracias a Dios porque apareciste en su vida, eres un ángel Bella— beso ambas mejillas de Bella y se dirigió hacia mi

― ¡eres un maldito! ¡te lo tenias bien guardado!, felicidades Edward, espero que sean muy felices, ¡yo ya soy feliz!— grito levantando sus manos, ambos reímos audiblemente por la reacción de mi prima— y dime ¿Cuántas semanas tienes?

― Eso es lo más sorprendente— mencione abrazando a mi mujer— Bella tiene casi cuatro meses

― ¿cuatro meses?— silbó— ósea que te embarazaste…

― Pronto— dijo Bella— no pase mucho tiempo con Edward y yo ya estaba embarazada.

― ¡wow! Esa sí que es una sorpresa ¿pero no tuviste síntomas?

― No— Bella rio— el que ha estado sufriendo es Edward. El ha sentido todos mis malestares

― ¿es eso posible?— pregunto asombrada

― Si lo es y yo te digo que es así, tengo una rara afección por el té de canela y los Martini

― ¡pero si a ti no te gustaban los Martini!— grito alarmada

― Si, lo sé pero ahora me encantan—mis ojos miraban a las dos mujeres que tenía en frente, era tan granDioso estar así, en paz.

― ¡wow! Esto sí que me ha dejado atónita— comento Tanya secando las lagrimas que aun caían por su rostro— lloro de felicidad, es que me estoy volviendo una vieja sentimental

― ¡por Dios mujer!— la reprendió Edward abrazándola— gracias por tu apoyo eres granDiosa

― Espero que seas una de mis damas de honor cuando nos casemos— dijo Bella en el momento preciso. Tanya la miro y sus ojos nuevamente rebalsaron de lagrimas

― ¡demonios! Tu sí que sabes hacerme llorar— se abrazaron.

Tanya se quedo unos momentos más hablando con nosotros y luego se retiro, era tarde y mañana seria su ultimo día de soltera por lo que había mucho que hacer. Con Bella esa noche nos dedicamos a amarnos lentamente, no sé cuantas veces bese con adoración su vientre y sentí las sensaciones que eso producía, mío hijo o hija pronto mostraría su cara al mundo y sin duda alguna seria el más amado en toda esta tierra. La mujer que se estremecía entre mis brazos paso de ser mi enfermera a la persona con mas injerencia dentro de mi vida, creo que no había nada en el mundo en lo que Bella no tuviera relación y ahora sería totalmente completo. A penas llegáramos a Chicago la arrastraría si era necesario a mi casa, quería pasar todo el tiempo del mundo con ella y con el bebe.

El día viernes nos dedicamos a recorrer la ciudad, Tanya no estuvo muy contenta de que nos fuéramos después de la boda pero cuando le explicamos lo mucho que había que hacer en Chicago ella comprendió al instante, paseamos por los lugares más hermosos de toda Inglaterra, le mostré a Bella todos los lugares en donde yo jugaba de niño, ella estaba encantada escuchando las historias que tenia con Níkolas y Alice en diferentes partes de la ciudad. Ese mismo día Math se tenía que ir a quedar a la casa de sus padres aunque todos sabían de sobra que ellos convivían juntos la madre de Tanya y de Math querían seguir las tradiciones por lo que la novia y el novio no se verían hasta la misma ceremonia.

― Te prohíbo que adoptes esa costumbre cuando nos cacemos— le dije a Bella mientras mirábamos como Tanya se colgaba al cuello de Math para despedirse, ya eran alrededor de las nueve y ella aun no quería despedirse

― No te preocupes creo que con un hijo nuestras costumbres podrían cambiar un poquito— me miro desde la posición en la que estaba, su espalda se apoyaba en mi pecho, ambos estábamos parados en la terraza del primer piso— hace frio— comento Bella estremeciéndose entre mis brazos— y tengo un sueño horrible, este día a sido agotador.

― Entonces vámonos a dormir cariño que esta noche te concentire una vez más— susurre en su oído

― ¡Dios mío!, mañana tendré ojeras para la boda

― No hay nada que un buen corrector no cubra, te comprare el mejor

― ¡eres insaciable Edward!— rio apretando su espalda y trasero contra mi ya revolucionado sexo.

― Solo de ti Bella, solo de ti— bese su mejilla y cerré mis ojos, no hay nada mejor que esto.

El gran día había llegado, era mediodía y estábamos estacionando el auto en el aparcadero de la iglesia, le entregue las llaves al bale y ayude a mi mujer a salir.

― Estas hermosa— susurre mientras miraba con atención el vestido

― Gracias pero tengo un pequeño problema— dijo en el mismo tono

― ¿Cuál?

― El vestido me aprieta— su rostro mostro una pequeña mueca y en el mío apareció una enorme sonrisa

― ¿de verdad?

― Si— nuevamente su boca se curvo— creo que tendré que visitar la tienda de mamás muy pronto

― ¡ansió ese día!—respondí en un tono más alto.

La tome del brazo y caminamos por el camino de gravilla, al llegar vimos a casi toda mi familia, estábamos padres de Tanya y sus hermanas, Irina y Kate además de los padres de Math junto a su hijo. Lleve a Bella a conocer a la familia de mi prima, todos estuvieron encantados con ella, sin duda ella encajaría perfectamente en mi familia, era la mujer que había logrado lo que ninguna otra pensó jamás, era un hecho que en un momento de mi vida había pensado en quedarme soltero y disfrutar del sexo casual pero ahora que lo pienso doy gracias a la vida por haberme enviado al ángel que sería mi mujer. A las doce treinta en punto arribo la enorme limusina blanca con la novia, al presenciar el arribo caminamos hacia el interior de la entrada, mis ojos rápidamente hicieron un recorrió de las personas que estaban allí, demás está decir que aquella enorme iglesia estaba repleta, en los asuntos delanteros se encontraba mi familia, mi madre vestía impecable un hermoso vestido acompañada por Carlisle, un revoltijo se produjo en mi estomago al ver a la madre de Vulturi situada justo al lado de mi madre. Alice estaba unas bancas más atrás junto a Níkolas y Jasper, camine guiando a Bella hacia donde estaba mi hermana, al momento de llegar Carlisle nos observo y cambio de inmediato su mirada.

― Alice— salude

― ¡Edward! ¡Bella!— contesto con ese ánimo que la caracterizaba— hermoso día para una boda ¿no creen?

― Claro que si, ¿Cómo estas Alice?— pregunto Bella acercándose, ambas se besaron las mejillas

― Muy bien, preocupada aun por Edward pero veo que ya estás bien hermanito

― Si, lo estoy.

― ¡Bella! Mira quiero presentarte a Níkolas Alexander Withlock Cullen, mi hijo— Alice dio paso a la figura del pequeño más hermoso que había visto hasta entonces, Níkos como yo lo llamaba era la combinación perfecta de sus padres, sus brillantes ojos observaron a Bella y una pequeña curvatura en sus labios me indico que ella le agradaba

― Hola pequeño— dijo mi mujer con un tono de ternura en su voz, extendió su mano para tomar la de él pero antes de hacerlo Nikos ya le había tomado un dedo— hola— volvió a decir con ternura y alegría— es un placer conocerte pequeño

― Le gustas— agrego Alice— Nikos no se da con cualquiera, en eso un Cullen por donde lo miren, se parece a su tío— Alice le dio una mirada a Edward y ambos sonreímos, era verdad.

― Eso es bueno a veces Alice

― Lo que tu digas hermanito, doy gracias de que ya no continúes con esta tradición— mire nuevamente a Bella y Nikos le sonreía abiertamente ella parecía encantada con los balbuceos y caricias que estaba dando.

― Es una belleza— decía mientras le hacía caras y gestos

― Se parece a mí— dijo Alice con suficiencia

― ¡baja tu ego Alice Cullen!— mi pequeña hermana me dio una mirada de odio fingido, no pude evitar al recordar nuestro apellido lo que pasaba en la familia sin que nadie lo supiera, Aro podría seguir siendo un Vulturi o enterarse de pronto que es un Cullen, creo que sería el fin de lo poco que queda de mi familia, estoy seguro de que mi madre jamás podría perdonarlo. Mire a Alice y ella me dio una cálida sonrisa, no era momento para contarle, tal vez con el pasar de los días o los meses pudiera decirle lo que sucedía en realidad.

― ¡no molestes Thony!

― ¿Thony?— pregunto Bella saliendo del estado de ensimismamiento con el bebe— ¿te decían así?— un pequeño rubor que muy pocas veces sucedía se extendió por mi cara

― Cuando éramos pequeños Alice me decía así para molestarme es a casusa de mi segundo nombre, Anthony.

― Me encanta tu segundo nombre— agrego con una sensual sonrisa que solo yo podía interpretar

― Bueno tortolitos después hablamos de eso, ahora vamos a sentarnos que la novia ya está por entrar— la música comenzó a sonar y rápidamente nos sentamos, Jasper y yo quedamos ambos en las orillas mientras nuestras mujeres quedaron en el medio de la banca en donde se pusieron a conversar trivialidades.

Todos los concurrentes al matrimonio se pusieron de pie, pude ver a Math junto a sus padres llegar al altar y girarse para esperar a mi prima, ella hizo su entrada con toda la gracia y distinción que siempre la habían acompañado, a pesar de ser una mujer ruda y franca ella siempre se había caracterizado por ser una persona extremadamente femenina y artista en cuanto a la sociedad se trataba. Su vestido era simple pero muy hermoso, pude ver el brillo de sus ojos a través del velo que cubría su rostro, cuando paso por nuestro lado nos dedico una dulce sonrisa y un guiño de su ojo, ella estaba feliz, radiante y no había nadie que cambiara eso.

La ceremonia fue muy emotiva, vi a Bella y Alice secar sus ojos en reiteradas ocasiones, Nikos estaba muy entretenido jugando con los dedos de Bella, y Jasper al igual que yo consolando a las chicas, Tanya dijo el sí y su matrimonio quedo sellado para la eternidad. Luego de la iglesia nos trasladamos al enorme salón en el centro de la ciudad en donde se realizaría la recepción y la fiesta de celebración. A media que iban llegando los invitados pude ver cada vez más caras conocidas, por más que intente encontrar la de Aro entre la gente no pude verla creo que el desgraciado se arrepintió de amargar la fiesta. De solo pensar en las repercusiones de sus palabras mi cuerpo comenzaba a temblar, no me importa lo que pase con Carlisle es mi madre por la que no quiero que esta verdad salga a la luz.

― Edward— me llamo Alice mientras estábamos tomando un aperitivo, se acerco sigilosamente, por la cara que traía tenía algo importante que decirme

― ¿Qué sucede?— pregunte acercando mi oído para escuchar sus palabras

― Llego el primer ministro y su hija— mis ojos se desviaron hacia donde Alice tenía su mirada y pude ver al hombre con la mujer que había causado un pequeño tormento algunos meses atrás

― Demonios— susurre mientras veía como se acercaba lentamente hacia nosotros— ¿Dónde esta Bella?— pregunte al no verla.

― Está un poco más allá conversando con Irina y Kate, ahí viene esa chica— solo pasaron unos segundos antes de que aquella mujer llegara hacia donde estábamos nosotros, Alice tenía sus dedos entrelazados y nos miraba atentamente.

― Buenas noches— saludo con tono elegante— es un placer volver a vernos Edward

― Sí, claro— mentí— ¿Cómo has estado Sussan?— pregunte por cortesía

― Bien gracias, me he enterado de las buenas noticias— dijo con malicia en su voz— tengo entendido que tu novia está presente en este mismo salón.

― Así es, mira aquí viene— dije con una enorme sonrisa en mis labios— Bella cariño— dije extendiendo mi mano para tomar la de mi mujer, ella con la misma dulce sonrisa de siempre se acerco a nosotros y saludo

― Buenas noches—

― Hola— contesto Sussan en un tono reacio.

― Sussan tengo el honor de presentarte a mi mujer y prometida, la señorita IsaBella Swan— en un solo movimiento pase mi mano por su cintura pegándola a mi cuerpo, el tono posesivo me hizo sentir demasiado bien cosa que a Sussan pareció no agradarle

― Mucho…— intento decir

― ¿prometida?— pregunto interrumpiendo el saludo de Bella— ¿es ella tu prometida?— una despectiva mirada recorrió el cuerpo de Bella ¿Quién demonios se creía?

― Si, lo soy— contesto mi hermosa Bella con voz fuerte— es un placer conocerte…

― Sussan Chadwick— extendieron sus manos y se saludaron

― Ella es la mujer que amo y la que por fortuna acepto ser mi esposa— ella era la primera persona externa que sabía, fui imprudente al decirlo así pero no puedo permitir que alguien ose pasar a llevar a Bella

― Oh— el monosílabo se soltó de su boca— ya veo, deseo que sean muy felices— la evidente envidia y maldad en sus palabras me hicieron molestar aun mas

― Lo seremos— contesto Bella con una enorme sonrisa— te aseguro que lo seremos— mire su rostro y sus ojos brillaban intensamente, bese su coronilla en señal de aprobación.

― Bueno, que pasen buenas noches, adiós—

― Adiós— contestamos al unisonó— la mujer nos dio una última mirada de desprecio y se alejo rápidamente

― ¡wow! Bella eres lo máximo— alabo Alice mientras le besaba una mejilla.

― No es para tanto Alice

― Lo es— afirme— ella es la…

― Chica con la que fuiste a la fiesta verdad, ¿con la que saliste en televisión?— enarco una ceja y asentí— ya la había reconocido, me extrañaba que no se hubiera acercado antes a hablarte

― Lo hizo en el momento justo, les aseguro que debe estar echando humo por las narices— Alice se rio contagiándonos a todos.

Una música comenzó a sonar, nos giramos y por la entrada principal venia avanzando Tanya junto a Math, la concurrencia estalló en aplausos y se dio por comenzado el festejo. Mientras nos acercábamos a los salones en donde se serviría la comida la figura de mi madre se cruzo frente a nosotros.

― Mamá— la llame y me acerque a saludarla

― ¡hijo! Qué alegría, no había tenido tiempo de saludarte, perdóname ¿Cómo estás?

― Bien mamá— Bella llego a mi lado

― Buenas noches Sra. Cullen— saludo

― ¡Bella! Querida te dije que sin formalidades— el tono jovial y atento de mi madre me hizo ver que la opinión sobre nuestra relación había cambiado.

― Lo siento Esme, aun no me acostumbro— un leve sonrojo se extendió por sus mejillas. Ambas se acercaron y besaron las mejillas de la otra

― ¿Cómo han estado?— pregunto

― Bien, gracias, hemos tenido días ajetreados pero todo ha ido muy bien, esta ciudad es maravillosa.

― Lo sé querida, es una lástima no poder invitarte a conocer, esta semana ha sido muy ajetreada para mi

― No se preocupe— contesto Bella con una sonrisa— ya habrá tiempo

― Claro que sí pero díganme ¿Cuándo se van?

― Mañana— respondí rápidamente, no daba la hora de salir de Londres

― ¿mañana? Es muy pronto hijo— una mueca salió de los labios de mi madre

― Si mamá, es verdad pero sabes de sobra lo mucho que hay que hacer en Chicago.

― Si cariño, te entiendo, espero poder viajar en estos meses para ir a visitarte, hace mucho que no veo a Will

― El estará encantado, tu sabes lo mucho que le gustan tus visitas— sonreí complacido

― Si, pronto te visitaremos— mi cuerpo se tenso, eso significaba también una visita de mi padre. Bella se paso una de sus manos por el cabello presintiendo la tensión que había en las palabras de mi madre

― ¡oh por Dios!— exclamo Esme de repente llevándose una mano a la boca. Sus ojos siguieron el recorrido de la mano de Bella— Edward…— susurro con brillo en sus ojos, había visto el anillo de compromiso.

― Mamá— le dije anteponiéndome a sus especulaciones— se que no es el mejor lugar, había pensado decírtelo en otra parte y en otra situación pero le pedí a Bella que se casara conmigo y ella me dijo que sí.

― ¡Edward! ¡es maravilloso!— exclamo de repente sorprendiéndome— no me lo esperaba pero ha sido una noticia estupenda— sus brazos se extendieron y nos abrazo a ambos— ¡Dios mío! Mi hijo se casa, es una noticia magnifica— se separo y miro a Bella por unos momentos

― Gracias— susurro mientras sus ojos brillaban— reconozco que había perdido la esperanza de que Edward me diera una noticia como esta y que fuera por su voluntad, gracias por aceptarlo Bella

― Soy yo quien debería dar las gracias por él, ha sido el mejor regalo que me podría haber dado la vida

Nos miramos por algunos segundos, una atmosfera de tranquilidad nos rodeo a los tres, jamás pensé que mi madre reaccionaria así, por lo visto la vida siempre me daba sorpresas y esta ha sido una muy grata. Mi madre se despidió de nosotros con una enorme sonrisa en sus labios y se fue a su mesa.

― Wow, juro que eso no me lo esperaba— comente mientras nos sentábamos.

― Lo sé, yo tampoco pero ha sido muy agradable.

Nos sentamos y se dio por comienzo al banquete. Como en toda fiesta hablaron los padres de la boda, Tanya me miraba con complicidad yo solo podía darle una sonrisa de felicidad, se alzaron las copas y supe que era mi turno de hablar, me puse de pie junto a mi copa

― Amigos, familia e invitados— todo el salón guardo silencio y escucho mis palabras— quiero decirle a esta hermosa pareja lo mucho que los aprecio y desearles toda la felicidad del mundo, la vida recién comienza para ustedes y es momento de que se construyan ese mundo especial que los albergara por el resto de sus vidas, espero que esta unión perdure por toda la eternidad, por Tanya y Math… salud—

― Salud— todo el mundo asintió con sus copas, sentí una penetrante mirada, dirigí mis ojos y vi a Carlisle que estaba sentado a unas cuantas mesas de nosotros, ni siquiera hice el ademan de demostrarle mi desprecio con mis ojos, solo me senté y bese a la hermosa mujer que tenia a mi lado.

Mientras estábamos cenando, Alice comenzó a conversar con Bella sobre Níkolas y de sus proyectos con la casa de modas, estaba feliz porque ha comenzado una nueva línea de ropa y accesorios para bebes, el pequeño Níkos dormía en su carriola que estaba ubicada justo al lado de nuestra mesa, los bebes jamás aguantaban los festejos por suerte era de día y el podría disfrutar en la tarde de todo lo demás. Mire a mi alrededor y pude ver que en la misma mesa que mis padres estaban el primer ministro, su hija y la madre de Aro, una mesa llena de serpientes, unas pocas ganas de arrancar a mi madre de aquella mesa surgieron en mi pero no podía hacer escándalo y desenmascarar a Carlisle en frente de todos, tenía que guardar este secreto seria una maldita mentira piadosa, solo esperaba que un futuro mi madre no me odiara por ocultarle la verdad. Los mozos se paseaban por todas partes llenando las copas de la gente, las risas y la alegría era lo que más se podía apreciar desde el punto en donde estábamos. Cuando el joven llego al lado de Bella comenzó a llenar su copa con vino.

― ¡no!— exclamo Bella dando un salto— no gracias, no bebo.

― Discúlpeme señora— dijo el muchacho mientras recogía la copa y dejaba otra

― Vamos Bella si una copa no le hace mal a nadie— exclamo Alice de repente

― No es que…— dijo con voz nerviosa— no bebo

― Pero si es solo una copa, yo las únicas veces que deje de beber una copa de vino fue cuando…— la voz de Alice se silencio

― ¿Por qué no vamos a bailar?— sugerí de repente sabiendo hacia donde iban las palabras de Alice

― ¡OH POR DIOS!— exclamo de repente— ella… ella— Bella se tenso rápidamente y no pudo esconder el nerviosismo que la sacudió— ella esta, ella esta, Edward— alzo su voz de repente haciendo que varias personas se giraran a vernos.

― ¡Alice!— la reprendí— ¡cállate!

― Ella está embarazada— dijo casi en un susurro, por su boca se desplego la sonrisa más grande que le había visto en mucho tiempo. Bella me miro algo asustada, intente aplacar sus nervios, era normal que Alice se enterara pero no quería hacerlo tan público, si la prensa sabia no dejarían a Bella en paz hasta saber la verdad

― Si Alice, Bella está embarazada— concedí mientras Bella me miraba aterrada, Jasper sonrió abiertamente y Alice comenzó a chillar como una niña pequeña— ¡no puedo creerlo! ¡no puedo creerlo!— decía mientras se paraba a abrazar a Bella— ¡esto es maravilloso!— decía rápidamente— ¡Dios mío! ¡Dios mío!— la abrazo fuertemente— ¡Edward! ¡Bella! Serán padres— mis ojos las observaban atentamente, solté un bufido e intente calmar las ganas de apretarle el cuello a mi hermana, el aire se hizo espeso de pronto y un escalofrió recorrió mi cuerpo.

― ¿está embarazada?— pregunto una tercera voz a mis espaldas, me gire rápidamente y Carlisle estaba parado justo atrás de nosotros— venia a saludar a mis hijos y me encuentro con esta pequeña sorpresa—

Un tono amargo baño sus palabras y todo el momento, mi padre ya lo sabía y de él no esperaba una buena reacción. Maldita sea lo único que rogaba era que dejara a Bella afuera envuelta su odio.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Muñequita

CAPÍTULO XIV

BELLA POV

El juicio tenía mis nervios destrozados y casi no podía pensar con claridad, ver el video de James me partió el alma, él sabía desde el principio que moriría por mi y eso me hizo sentirme más culpable aún, lo había amado tanto y lo había perdido por culpa de Alex, lo perdí a él, a mi familia, mi libertad, mi identidad, perdí todo por su culpa, pero la vida quita y da, ahora la vida me daba amigos como nunca antes los tuve, eran leales y me querían bien, estaban a mi lado apoyándome, en cierto sentido me daba una familia, ya que la familia de Carlisle también me estaba apoyando y por último la vida me daba a Edward, lo amaba, me estaba dando un apoyo increíble, estaba a mi lado demostrándome con hechos lo mucho que le importaba, pero a pesar de todo aún me dolía mucho lo que me hizo y ya no le tenía la confianza de antes, quizás con el tiempo, pero ni de eso estoy segura.

Ahora mi vida debía concentrarse en que el juicio saliera como debía salir, o sea con Alex tras las rejas pagando todo el daño y los asesinatos que cometió, después de eso debía ver exclusivamente por mi, por mejorar, por verme nuevamente bien, con confianza en las personas.

Hoy se dictaba la sentencia, quedaban sólo minutos para recibir el veredicto y los Cullen y mis amigos estaban a mi lado esperando. Los miré uno a uno y me llenó de calidez verlos a mi lado apoyándome, entregándome las herramientas para sanar, para confiar nuevamente, miré a Edward y no pude evitar sentirme rara, es cierto que ha estado conmigo en este proceso, lo he necesitado y él ha estado para mi, estoico, firme, demostrándome cariño, amor, pero a pesar de necesitarlo tanto y de sentirme algo egoísta por tenerlo a mi lado no dejo de sentir la desconfianza, a veces pienso que ya he olvidado lo que me hizo, pero otras veces todo vuelve y me hiere cada vez más, se que está arrepentido sería una tonta si no lo percibiera, pero es tan difícil olvidar la humillación, el dolor de sentirte nuevamente un juguete, un propósito, tan poca cosa que cualquiera se siente con el derecho de pasarte a llevar, de maltratar tus emociones y sentimientos. La confianza estaba perdida al igual que yo, a veces no sabía qué pensar, qué sentir, realmente estoy muy, muy confundida.

Dieron el veredicto y todos estaban muy contentos, lo condenaron en todas las instancias.

Secuestro : 7 años

Tortura : 10 años

Asesinato (a mi familia) : 15 años

Asesinato en primer grado (James y Victoria) : 20 años

Chantaje y soborno : 5 años

Pedofilia : 15 años

Con esa condena no saldría vivo de la cárcel, además se le negó el derecho a fianza o de acortar la condena por buen comportamiento. Estaba hecho, se había hecho justicia, se había cerrado un proceso doloroso de mi vida, pero me dejaba un regusto amargo, haber perdido a tantas personas importantes en mi vida por esa maldita obsesión, haber perdido años aterrorizada, menguada por ese hombre que ahora me miraba como si yo fuera la luz de sus ojos, era un maldito enfermo que me había arruinado la vida y ni siquiera era capaz de entender el enorme daño que me había causado. Antes de que lo sacaran de la sala se había atrevido a querer hablar conmigo, imposible, nunca más podría volver a verlo, nunca más querría volver a saber de él, que se pudriera en el infierno.

Cuando lo estaban sacando tuve el tupé de gritar que siempre me amaría y que volveríamos a estar juntos, que nadie nos separaría. Edward me abrazó, me besó y se acercó a él, no se qué le dijo, pero Alex empezó a gritar y a tratar de soltarse de la custodia, me llamaba, me suplicaba que no lo olvidara.

No soporté más y le pedí a Carlisle que me sacara de allí inmediatamente y así lo hizo.

Ahora iba de regreso a Forks, el juez dictaminó que tendría que vivir con los Cullen hasta que cumpliera la mayoría de edad. No me quedaba de otra y la verdad es que no me gustaba nada, llevaba demasiado tiempo sola, mucho tiempo independiente como para adaptarme a una familia, es cierto que ellos se habían portado fenomenal conmigo, pero vivir con ellos, vivir con Edward era más de lo que podría soportar.

Cerré los ojos y traté de dormir y relajarme, pero me resultaba tan difícil, además Edward iba a mi lado y ya pasado todo el juicio me estaba incomodando su cercanía, cada vez estábamos más cerca del pueblo donde Edward me destrozó y a cada minuto que pasaba me costaba más dejar de lado lo que nos pasó y recordaba con total nitidez las burlas, las risas, lo que me hacían, después recordé a Edward cortejándome, siendo amigos, después novios y finalmente descubrir la verdad, me había utilizado, las burlas de Rosalie, la lástima de las personas pensaba eran mis amigos y me habían traicionado, mierda, ¿alguna vez podría olvidar lo que me hizo?, abrí un ojo y lo miré, estaba dormido a mi lado, con nuestras manos entrelazadas y no pude evitar sentir rabia, de ser tan débil y aceptarlo nuevamente en mi vida como ni nada hubiera pasado, me solté de su mano, era tan hermoso, pecadoramente hermoso, pero como el pecado debía huir de él, ese hombre no era para mi, no le tenía confianza y sin eso nada era real, lo amaba, pero no confiaba en él y apenas lleguemos tendría que poner distancia entre los dos, iba a ser muy difícil, ya que tendríamos que vivir juntos, pero de alguna manera lo alejaría de mi lado, lo haría por mi, necesitaba estar bien, reconstruirme y tratar de ser lo más normal que pudiera y Edward no sería más una fuente de dolor en mi vida.

A pesar de todo lo que estaba en mi cabeza dándome vuelta me quedé dormida y en ese estado me dejé llevar por los sueños y en ellos aparecía James tal y como lo recordaba, tal leal, tan fuerte, tan hermoso, tan….tan…lejos ¿por qué estaba tan lejos?. Caminaba por un bosque, pero siempre a la distancia, no lo podía alcanzar, lo llamaba, lo trataba de tocar y no podía, llegamos a un acantilado y allí lo pude alcanzar.

- James – dije con la respiración entrecortada

- mi niña, por fin puedo descansar

- ¿qué?, no, no puedes dejarme ahora que te encontré

- preciosa estás soñando, mi tiempo ya se acabó, sólo vine a despedirme y a decirte que siempre te cuidaré, siempre te amaré

- no James, no me dejes, te necesito, te necesito tanto, tú eres el único que no me hace daño, el único que me entiende, por favor no me dejes de nuevo

- mi niña no puedo, mi destino es este y el tuyo es vivir, ser feliz, brillar, reír

- No quiero, no quiero nada de eso, te quiero a ti James

- Bella debes olvidarme, debes ser feliz, darle una oportunidad al amor

- pero nadie me quiere, nadie me querrá como tú lo hiciste, ya ni se quién soy, estoy perdida, necesito tu ayuda, te necesito, te quiero tanto, no me pidas que te olvide porque eso nunca lo haré siempre serás importante en mi vida.

- te amo Bella, siempre te amé y siempre lo haré

- también te amo James, siempre lo haré

- se que siempre me amaste como amigo y siempre lo harás, pero ahora por fin sabes lo que es el verdadero amor, por fin descubriste ese sentimiento hermoso, lucha por él, lucha por salir adelante, siempre fuiste fuerte y saldrás victoriosa en todo lo que te propongas, ahora debo irme amor, se feliz, perdona y serás feliz

- No me dejes James, no estoy lista para dejarte, no me dejes. JAMES…JAMES, NO, NO ME DEJES

- Bella, despierta, por favor despierta – sentí a ¿Edward?, si Edward me abrazaba, había sido un sueño, lo había visto en sueños y no pude evitar seguir llorando abrazada a Edward, extrañaba tanto a James, siempre lo extrañaría, siempre lo querría.

- No sufras más Bella, por favor no llores más

- es que lo extraño tanto Edward, extraño tanto a James, después de mis padres era todo lo que tenía y ahora y ahora…

- ahora me tienes a mi, tienes a los chicos de la Push, tienes a mi familia, todos te queremos, todos te protegeremos de lo que sea necesario

- no es lo mismo, James murió por mi culpa, él debería estar vivo, ser feliz, yo debería estar muerta no él, no él

- shhhh, calla Bella, su destino era ese. El tuyo debe ser todavía escrito, por favor no sufras y recuerda a James como el hombre importante que fue en tu vida, el hombre al que amaste y al que amas más que a nada.

No podía decirle que a él lo amaba mucho más de lo que amé a James, la pena me embargaba, era verdad que extrañaba mucho a James, siempre sería mi mejor amigo, mi protector, mi amor, fue poco tiempo, pero si lo llegué a amar, no como amo a Edward pero si me enamoré de él.

No se cuanto tiempo estuve sollozando en los brazos de Edward y me lastimaba causarle dolor, por que lo estaba haciendo, se que Edward estaba sufriendo viéndome llorar por James, pero no lo podía evitar.

EDWARD POV

Me estaba muriendo, de verdad me estaba muriendo por dentro, escuchar a Bella llamar a James en sueños diciéndole que no la dejara, que lo extrañaba, que lo necesitaba, que lo amaba, fue como una puñalada en el corazón, yo sabía que ella aún lo amaba, pero escucharlo de sus labios era terriblemente doloroso. Cuando la desperté la abracé y la consolé y cada sollozo suyo me rompía más por dentro, nunca sería digno de la mujer en mis brazos, nunca sería lo suficientemente bueno como James para mi Bella.

Nuevamente se había quedado dormida y traté de pensar con claridad, ahora Bella viviría en mi casa, iba a ser difícil, Carlisle había hablado largo y tendido conmigo al respecto y me había dejado bien claro que tenía que darle espacio a Bella, él decía que Bella estaba muy vulnerable en estos momentos y por eso había aceptado mi cercanía, pero que seguramente cuando pasara el shock del juicio me alejaría y yo debía respetar su decisión, la había hecho sufrir y ella debía sanar las heridas, pero era tan difícil tratar de alejarme de ella, lo único que quería era besarla y que pudiera olvidar lo maldito que fui con ella, quizás era lo mejor para los dos, darnos tiempo, espacio, volver a conocernos y de a poco ganarme nuevamente su confianza y su amor, quizás nunca lo logre, quizás nunca me ame como lo hizo, pero yo nunca dejaría de amarla, nunca dejaría de esforzarme por ganarla nuevamente, nunca me daría por vencido, ella era mi felicidad, ella era mi todo.

Al llegar a casa Alice le mostró a Bella la que sería su habitación, habitación que estaría frente a la mía, la tentación tan cerca y tan lejos, por que a penas bajamos del avión Bella se alejó de mi lado y ahora ni me miraba, me dolía como un demonio, pero Carlisle ya me había advertido que eso podría pasar y a pesar de todo me hacía daño.

Bella se encerró en su habitación y yo fui a la mía, me recosté en la cama y recordé el juicio, lo enfermo que estaba ese hombre, lo obsesionado que estaba con Bella y lo salvaje que se volvió cuando antes de que se lo llevaran le dije que Bella viviría conmigo, que era mi mujer, que yo obtenía de ella lo que él tanto ambicionaba y nunca tendría, por supuesto no es cierto, pero me volví loco cuando el desgraciado empezó a gritar que la amaba, que estarían nuevamente juntos y nadie los separaría, maldito enfermo, ella era mía o lo sería cuando me perdonara y si lo hacía nunca más le haría daño, nunca cometería el mismo error, ella era mi luz y hasta que me perdonara estaría a ciegas esperando por ella.

Se había hecho de noche cuando sentí que suavemente golpeaba a la puerta y posteriormente abrieron. Era ella, mi Bella

- Edward debemos hablar

- Pasa Bella

- Edward lo que pasó en el juicio no cambia nada, me engañaste, me utilizaste y no te puedo perdonar, por lo menos no por el momento y me siento muy mal por necesitarte tanto mientras duró el juicio, pero…

- Lo se Bella y no te sientas mal, yo estuve a tu lado y siempre lo estaré cuando me necesites, no te sientas egoísta por eso, eres maravillosa y yo arruiné todo lo que teníamos, te amo, pero te entiendo, se que necesitas tiempo y espacio y yo no te molestaré, seré para ti lo que tú quieras, un amigo, un confidente, un completo extraño, lo que quieras

- Gracias Edward, no te odio y no te trataré como a un extraño, pero no somos amigos, nunca lo fuimos, así que cada uno por su lado como siempre debió ser

Bella me dio una leve sonrisa y salió de la habitación dejándome hundido en la miseria.

BELLA POV

Me sentía mal, muy mal, pero era necesario aclarar la situación con Edward y me mataba ser tan franca con él, podía ver el dolor en sus ojos al decirle que pondría distancia entre los dos, pero era necesario, era lo justo, debía cobrar fuerzas para todo lo que se me venía encima, ahora los medios de comunicación sabían mi ubicación y Carlisle ya me había avisado que varios periodistas estaban afuera de la casa esperando a entrevistarme con respecto al fallo del juicio, ya que al salir del juicio no di ninguna declaración, ahora tendría que quedarme encerrada en la casa hasta que se aburrieran y se marcharan, además la próxima semana debía viajar a encontrarme con el albacea de la fortuna que me heredó mi padre, además debía encontrarse con el director de la empresa, ya que él se estaba haciendo cargo de la empresa de su padre hasta que ella tuviera la mayoría de edad, pero de todas maneras debía rendirle cuentas ya que ella llevaba bastante tiempo sin verle, muchas cosas debía hacer y la verdad es que gustosa dejaba todo como estaba, todo en manos de otras personas, total el dinero no le faltaba y sabía que la empresa estaba bien dirigida, pero no podía zafarse de esa responsabilidad, por que cuando llegara a la mayoría de edad era ella la que debía manejar el negocio y para eso debía también empezar a prepararse.

Habían pasado tres días desde que llegó de nuevo a Forks y la relación con Edward era casi nula, se veían a diario en la casa y el colegio, se saludaban cordialmente, pero de ahí no pasaban aunque cada vez que lo veía no podía evitar desear besarlo hasta cansarse, pero no podía, ya no podía.

En el colegio las cosas fueron un poco más difíciles, ahora todos sabían quien era ella y ahora todos querían ser sus amigos, manada de superficiales, sus amigos seguían siendo los mismos, los periodistas por otro lado aún rondaban por la ciudad y cada vez que se acercaban ella les daba esquinazos, era realmente agotador ser ella en este momento, pero era el precio a pagar por ser ella.

Acababa de llegar a casa y estaban todos en el comedor cuando sonó el teléfono celular y me disculpé para contestar, no conocía el número.

- hola

- ¿Quién habla?

-¿ya te olvidaste de mi?

- Benjamín…