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sábado, 24 de abril de 2010

Nuestra Nueva Familia

Holaa niñaas!

Ya volvi y con el ultimo cap de este hermosoo fic, solo quedará pendiete el epilogo pero para subirlo prontoo quiero pedirles un favorsotee...dejen sus comentarios mis niñaas, recuerden que es nuestra motivacion paraa seguir actualizando prontoo..no sean malitaas dejen su firmitaa nada les cuestaa salee :)

las kieroo

besitooss

anita cullen

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Cap.31.-Nuestra Nueva Familia.

EDWARD POV

"Mamá…" – Bella fue la primera en romper el silencio, soltando mi mano y caminando hacia donde nuestros padres se encontraban – "Carlisle…"

"Sentimos todo esto… no fue nuestra intención" – agregué, poniéndome detrás de ella y sosteniéndole los hombros con mis manos – "… estoy enamorado de Bella, ella se ha vuelto mi todo" – dije con orgullo y olvidándome del miedo al instante. El amor hacia ella me volvía fuerte e indestructible.

"Y yo amo a Rose" – confesó Emmett, igualmente con voz firme mientras enrollaba sus brazos en la cintura de su novia

"Alice es mi vida" – agregó también Jasper en voz baja, pero no por eso menos sólida.

Esme nos miraba con los ojos casi desorbitados por la impresión, su mano parecía estar totalmente aferrada a la de Carlisle, quien a pesar de su expresión tranquila, en sus pupilas se podía distinguir cierta consternación

"En ningún momento quisimos faltar a su confianza" – continué diciendo, tras adquirir el valor para hablar – "discúlpennos, por favor…"

"Fue algo inevitable…" – murmuró Alice mientras escondía su rostro en el pecho de Jasper – "No se enojen" - suplicó

Las Delani, al igual que doña Choni y don Pancho, permanecieron todo ese instante en completo silencio, el cual se prolongó de una manera realmente insoportable, creando una pesada atmósfera entre todos. Debo confesar que tuve miedo…

… una fuerte y ligeramente histérica carcajada resonó de los labios de nuestros padres al mismo tiempo.

"¡No lo puedo creer!" – exclamó Esme, con los ojos llorosos – "¿en realidad es todo esto cierto?" – no nos atrevimos a hablar, solamente nos limitamos a asentir con la cabeza, sin dejar de mirar a los adultos que se encontraban de pie frente a nosotros – "Esto es… imposible"

"¿Desde… desde cuándo ustedes…?" – quiso saber Carlisle

"No tiene mucho, fue días antes de que ustedes regresaran de su luna de miel" – contesté – "en realidad lo sentimos, pero les pedimos que intenten comprender…" –

Todos bajamos la mirada hacia el suelo. Sentí como el cuerpo de Bella se estremecía bajó mis manos. Me acerqué más a ella, en un movimiento reflejo, para brindarle seguridad.

No sabía qué esperar. Era difícil predecir la reacción de nuestros padres. Después de todo, nuestra situación era algo imposible de imaginar y creer: los hermanastros que se enamoran… Sin embargo, el núcleo del problema no radicaba especialmente en ese tema. Probablemente, si se hablara de solamente una relación amorosa, el asunto fuera algo mucho más entendible y digerible, pero no. No solamente se habían formado una, ni dos románticas parejitas… Habían sido tres. Habíamos sido todos con todos… Si me hubieran contado algo similar, estoy seguro que jamás lo hubiese creído.

¡Hasta nuestros niñeros habían caído en las redes del amor justamente al entrar en la casa en la cual todos viviríamos!

Me pregunté mentalmente: de haber tenido Esme otra hija y Carlisle otro hijo, ¿también éstos se hubieran enamorado?... Quién sabe, pero podía apostar a que si. Aquel lugar había dejado de ser una casa para convertirse en un nido de amor. Pensándolo bien, si Carlisle y Esme se llegaran a sentir ofendidos, estaban en todo su derecho… Pero yo no estaba dispuesto a dejar a Bella bajo ninguna circunstancia.

Esperar, eso era lo único que nos quedaba. Tenía mis dedos apretados en la cintura de mi novia, que respiraba profundamente para calmar sus nervios… podía estar casi seguro que el resto de mis hermanos hacían lo mismo, ya que el rostro de Rose y Alice estaban igual de pálidos que los de su hermana.

La tensión incrementó. Me obligué a morderme fuertemente la lengua para no insistir, con palabras, a que alguno de los dos, fuera Esme o Carlisle, dijera algo al respecto… solamente pedía una señal, un gesto, una palabra, ¡lo que fuera para que ese maldito silencio y esa maldita presión desaparecieran de una vez por todas!

Agradecí cuando Esme pareció descongelarse y movió sus parpados para que su mirada recobrara la vida. Sus castaños ojos, tan similares a los de Bella, se pasearon por cada uno de nuestros rostros… no supe interpretar el brillo de sus pupilas, al igual que no pude descodificar lo que el semblante de mi padre quería decir. Tal vez fui solo yo, no lo sé, pero los demás desaparecieron a mi alrededor, quedando solamente tres personas, aparte de mí, dentro de mi burbuja personal: Bella, Carlisle y Esme.

Estos dos últimos, desviaron sus miradas de nosotros, para unir las suyas por un momento, en el cual, fue fácil deducir que hablaron en silencio, con esa manera tan intima y mágica, como solo los enamorados suelen hacerlo. Lo sabía, por que ya lo había experimentando antes con mi Bella.

"¿Desde cuando el amor es una materia la cual se pueda explicar?" – preguntó Esme, aún mirando a mi padre.

"Creo que ni leyendo todos los libros que hayan en el mundo, el ser humano logrará definir este sentimiento" – respondió Carlisle. Mi burbuja se reventó. Giré mi rostro para ver a mis hermanos, que también me miraban, teniendo en sus rostros la misma expresión de perplejidad que aquellas palabras nos habían causado

"¿No están enojados?" – pregunté con temor…

"Estamos… confundidos" – apuntó mi papá – "más no enojados, ¿Por qué deberíamos de estarlo? Ustedes mismos lo han dicho: fue algo inevitable… y ¿Quién mejor que yo para entender lo impredecible que el amor puede llegar a ser?" – agregó mientras acariciaba suavemente la mejilla de su esposa.

No lo podía creer… ¿Acaso estaba soñando?

"Pero, ¿Por qué ponen esa cara?" – preguntó Esme

"Lo que pasa es que… no… no esperábamos esto" – dijo Rose y se aclaró la garganta para poder continuar – "no imaginábamos que se lo fueran a tomar tan… bien"

"¿Y qué pensaban entonces que íbamos a hacer?" – volvió a cuestionar la esposa de papá, quien esperó por una respuesta pero, ciertamente, ninguno supo que contestar. ¿Qué esperábamos? Supongo que, al igual que yo, nadie esperaba algo en específico. Solamente pensábamos que las cosas iban a resultar más difíciles. – "¿Acaso creían que nos íbamos a negar?" – adivinó – "¿Qué íbamos a querer separarlos?" – el mutismo siguió presente entre nosotros.

Papá tomó de la mano a su esposa y, juntos, caminaron hacia nosotros, acortando la poca distancia que nos separaba. Al estar frente a todos nosotros, ambos volvieron a sonreírnos de manera amable y afectiva. Sentí como la mano de Esme se estiraba para posicionarla en mi mejilla. Me atreví a verle a los ojos y no encontré en ellos otro sentimiento que no fuera amor, mientras me miraba de la misma manera que lo hacía con Jasper y Emmett.

"Cuiden mucho a mis hijas" – fue lo que dijo en voz alta y, al instante, Bella se lanzó a sus brazos, al igual que sus hermanas.

Por mi parte, me limité a ver a Carlisle que, sin necesidad de hablar, nos dijo, a mis hermanos y a mí, "Todo esta bien"

"Gracias" – murmuré mientras le abrazaba y sentí como su pecho temblaba a causa de la risa

"No tienen por que agradecer" – dijo – "no han cometido un asesinato" …


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"Cuídense mucho" – deseamos a las Denali cuando la última llamada de vuelo resonaba por la sala de espera

"¡Claro que lo haremos!" – contestó Tanya mientras veía, con una sonrisa, como mis brazos envolvían el cuerpo de Bella.

"Gracias por ayudarnos" – agregó Jasper

"Cuando gusten, fue divertido" – dijo Kate guiñándole un ojo

"Sentimos mucho el no haber sido amables con ustedes" – se disculpó Bella, hablando también por Rose y Alice

"No tengan cuidado, es comprensible. Estoy segura que, si tuviéramos a unos novios como los suyos, seríamos igual de cuidadosas" – calmó Irina mientras pellizcaba la mejilla de Emmett, quien tenía a Rose tomada de la mano – "aunque, si bajan la guardia, nosotras aprovecharemos la oportunidad" – agregó en son de broma

"Mejor ni te ilusiones, hermana" – dijo Kate con un fingido suspiro – "ya viste con tus propios ojos lo mucho que se quieren"

"Lo sé" - afirmó la aludida – "lo más probable es que nos inviten a su boda… lastima" – murmuró con un teatral puchero, provocando la risa de todos.

"Ya es hora de irnos" – anunció Irina, acercándose a todos para despedirse, siendo imitada por sus hermanas – "que la pasen muy bien" – deseó y todos levantamos la mano para decirles "adiós"

"Creo que las extrañaré" – murmuró Bella mientras inclinaba su rostro sobre mi pecho, dejando al alcance de mis labios su frente

"¿Ya no te desagradan?" – pregunté con humor

"Ya no tanto" – confesó con una sonrisa. Apreté mis manos alrededor de su cintura y la cargué para poder tener su boca a la altura de la mía y así besarla.

"¡Ey!" – exclamó Jasper al ver que también Rose y Emett tomaban nuestro ejemplo – "¿Acaso se les olvida que estamos en un lugar publico?"

"Creo que, a este paso, tardaremos en llegar a la casa" – escuché que dijo Alice con voz divertida…


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Dos meses después…

"¿Acaso no fueron a trabajar nuestros padres?" – pregunté, en cuanto llegamos de la escuela, al ver el auto de Carlisle en el estacionamiento.

"Seguramente se les ha olvidado algo" – contestó Emmett con una gran sonrisa en los labios. Preferí dejarlo pasar y continué mi marcha, con Bella a mi lado, la cual tropezó al subir el ultimo pequeño escalón que había para llegar a la puerta principal – "¡¿Te encuentras bien?!" – le pregunté mientras la sujetaba fuertemente

"Creo que me doblé el tobillo" – se quejó e inmediatamente la tomé entre mis brazos. Me molesté al escuchar unas pequeñas risitas detrás de mí. No me gustaba que se burlaran de Bella, volví mi rostro para verles y así, con mi expresión, manifestar mi disconformidad.

Pareció no importarles mucho, así que decidí no darles importancia y adentrarme de una vez por todas a la casa, para llevar a mi novia a algún lugar más cómodo. Ni bien había puesto un pie adentro cuando un fuerte bullicio invadió toda la estancia.

"¡FELIZ CUMPLEAÑOS!" – recitaron todos a coro. Sentí como Bella sonreía entre mis brazos, sin rasgo alguno del dolor que dijo antes sentir y cuando bajé mi mirada para verla, lo primero que recibí fue un pequeño y amoroso beso de sus labios.

"Feliz cumpleaños, mi amor" – murmuró – "ya puedes bajarme, solo estaba fingiendo" – traté de dedicarle una mirada reprobatoria por haberme engañado, pero solo logré sonreírle con la inmensa adoración que sentía por ella.

Cuando mis extremidades estuvieron libres de su cuerpo, recibí las diferentes felicitaciones por parte de mi familia. El cariñoso y maternal mimo de Esme; el orgulloso y caluroso abrazo de mi padre; el fuerte, casi estrangulador, apretón de Emett; el delicado abrazo de Alice y Rose; el elegante y gentil estrujón de Jasper… así mismo el imperioso gesto de don Pancho y el sentimental estrechón de doña Choni.

La celebración fue intima y la disfruté en gran medida. ¿Qué más podía pedir a la vida? Tenía a Bella a mi lado y, todos los que me rodeaban y a quienes amaban, se veían radiantes de tanta felicidad.

Tenía a la mejor familia que pudiera haber soñado antes… tenía a mi Nueva Familia.

Recibí mis regalos: Una camisa por parte de Rose; un disco para mi colección por parte de Emmett; un cuadro de Bella por parte de Jasper y Alice; un reloj por parte de doña Choni y don Pancho y…

"Te tenemos una sorpresa" – anunció Bella, tomándome de la mano y llevándome hacia la parte trasera de la sala, la cual, hasta ese momento, me habían prohibido el paso. Mi mandíbula se aflojó en cuanto lo vi y me tomó mucho tiempo el retomar la compostura.

"Espero te guste" – dijo mi papá, poniendo una mano sobre mi hombro

"¿Cómo no va a gustarme?" – articulé aún sin aliento – "¡Es maravilloso!" – exclamé mientras caminaba hacia mi nuevo y personal piano.

"Gracias" – les dije a todos

"¿Por qué no lo estrenas y tocas algo para nosotros?" – ofreció Esme mientras se acercaba y me acariciaba el rostro con ternura. Asentí, con la garganta cerrada por la emoción que me embargaba y me llenaba de dicha.

Jalé a Bella a mi lado y, como antes lo había hecho en la academia de arte, la senté a mi lado, mientras comenzaba a tocar la melodía que para ella había compuesto.

"Si me toca ser honesto, te confieso que me inquieta un poco amarte

Cuesta mucho desligarme de tus besos, Es difícil no extrañarte…

Y cuando no estas junto a mí, todo me transporta a ti

Y ya no puedo seguir siendo el mismo de antes

Si me toca ser sincero, te comento que mis tardes son amargas

Cuesta mucho desligarte de mis sesos

Y las horas son más largas

Y cuando no estas junto a mí, todo me recuerda a ti,

Ya no me puedo sentir como pez en el agua, hasta el aire me falta

Si me toca ser honesto te confieso que me inquieta un poco amarte

Cuesta mucho desligarme de tus besos, Es difícil no extrañarte… "

Cuando terminé de cantar, me percaté que ya nadie, más que Bella, estaba a mi lado. La miré fijamente y me hundí en sus brillantes y amorosos ojos castaños. Me regaló una pequeña sonrisa mientras sus mejillas se ruborizaban, una visión completamente hermosa, gloriosa… única.

Comenzó a rebuscar en su mochila, (a la cual no había dejado ni un solo instante durante toda la tarde), y, cuando encontró lo que quería encontrar, me miró fijamente y me tendió un sobre amarillo

"Mi regalo" – informó con una sonrisa.

Lo tomé entre mis manos y lo abrí con cuidado. Dentro de el, me percaté que habían dos hojas tapizadas con letras de aspecto formal. Comencé a leerlas y... apenas pude creerlo

"¿Esto es una broma?" – pregunté

"No" – aseguró mi novia – "Bienvenido a la Academia de Arte en Londres" – anunció – "el profesor Vulturi me pidió que te lo hiciera saber tiene más de quince días, pero le comenté que prefería decírtelo el día de tu cumpleaños" –

La miré fijamente. Ella sonreía, realmente feliz de que me hubieran dado una beca para estudiar música durante un año, sin embargo…

"No puedo aceptarla" – dije, haciendo a un lado los papeles

"¡¿Qué?!" – inquirió – "¡¿Qué has dicho?!"

"No puedo ir a ese lugar" – repetí

"¿Se puede saber por qué no?" – retó, mirándome con el ceño fruncido.

Sonreí abiertamente al verla con esa expresión, Bella nunca cambiaría, siempre sería aquella muchachita terca y obstinada, de la cual me había enamorado y daba gracias por ello.

"Por que no puedo estar sin ti" – le respondí mientras llevaba mi mano hacia su mejilla

"Pero, Edward…" – susurró – "Te encanta la música y seguramente tu quieres…"

"Lo que quiero es estar contigo, siempre" – interrumpí – "además, te recuerdo que, dentro de otro año, seremos aceptados en Stanford, así como Rose y Emmett"

Si. Eso haríamos en cuanto nos graduáramos de la preparatoria, ya antes lo habíamos platicado ¿Se le habría olvidado? Seguiríamos juntos: yo, estudiando Medicina, como nuestros padres, y ella, Literatura Comparativa... ¡Ni loco iba a abandonar todo eso por una simple beca en una lujosa y comercial academia!

"Pero la música…"

"La música me apasiona" – aclaré suavemente – "pero claro esta que no es con lo que pretendo continuar mi vida laboral…puedo seguir estudiándola en mis tiempos libres y en lugares más cercanos a ti…" - Bella cayó, y tras pasar varios segundos, se lanzó a mis brazos y empezó a sollozar.

"Bella, ¿Por qué lloras?" – le pregunté, angustiado por su comportamiento

"No quiero privarte de lo que te gusta, Edward" – me dijo – "sé cuánto significaría para ti ir allá, no quiero que por mí renuncies…"

Tomé su rostro entre mis manos y uní mis labios con los suyos, moviéndolos de manera suave y profunda, saboreando cada suave parte de éstos hasta que la respiración nos hizo falta. Acaricié una vez más sus mejillas, ahora húmedas y más sonrojadas por el llanto…

"Eres realmente tonta" – le dije mientras pegaba mi frente a la suya – "Eres lo mejor que la vida me pudo ofrecer. No necesito nada más..." – le aseguré – "No sé cuánto crees tú que significaría para mí ir a un lugar lejos de ti, solamente para estudiar algo que puedo aprender a tu lado…

solamente sé cuánto dolor me causaría tu ausencia, solamente sé cuánto te amo y te necesito, y solamente sé que mi vida esta ligada a ti, hasta el fin del mundo, y que nada, mucho menos lo que una lujosa academia de arte me pueda ofrecer, bastaría para convencerme de irme de tu lado, Bella"

Le limpié las lágrimas con la yema de mis dedos, y no fue hasta que ella hizo lo mismo, cuando me di cuenta que yo también estaba llorando…

"Te amo" – musitó mientras llevaba ambas manos hacia mis mejillas y me jalaba de vuelta hacia sus labios…

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