Dark Chat

viernes, 10 de septiembre de 2010

Te Presento A Mi Amante

Hello mis angeles hermosos!!! mil perdones por el atrazo de los fics , ando medio enferma traigo una infeccion muy fuerte asi q tratare de ponerme al corriente lo mas pronto posible, les mando mil besitos a todas
y dejen sus comentarios al final por fiss
Angel of the Dark
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Capitulo 4: De compras


Bella POV

Por fin era viernes. Habían pasado ya cuatro días desde aquel vergonzoso lunes. Desde ese día nos sentábamos Alice, Rose, Angela, Jasper y yo a comer diariamente. Claro Jasper se sentía un poco incomodo, necesitaba un poco de testosterona, pero no podía correr a la sala de maestros para comer con Emmett y Edward. Aun así prefería sentarse con nosotras que con cualquier otro estudiante. La razón: Alice.

Desde que se habían conocido se lanzaban miradas cargadas de alegría cada que se encontraban. Además que caminaban siempre de la mano antes y después de clase de español, la cual compartíamos los tres. Angela estaba encantada con Rose y Alice, esta ultima había prometido llevarnos de compras a Port Angeles al terminar la escuela, cosa que a diferencia mi, a Angela le entusiasmaba, por otro lado Rose se había convertido en su hada madrina. El mismo día que la conoció le hizo una transformación con el maquilla y le soltó el pelo, algo que Ben agradeció con la mirada en cuanto sus ojos se posaron en su novia.

Angela era bonita sin duda, pero con maquillaje se miraba aun más y no paso desapercibido para su novio. Así que hoy iríamos a que las locas de Alice y Rose cambiaran por completo el guardarropa de Angela y también el maquillaje. La idea a mi no me agradaba bastante. Sabia lo que era ir de compras con Rosalie, y si la agregábamos el pequeño detalle de que Alice compraba todo lo que tuviera oportunidad de comprar, seguro estaríamos hasta tarde de tienda en tienda.

Tome las llaves de mi pickup, ya que Emmett se había ido más temprano de lo habitual, y lo agradecía. Subirme sola a su enorme auto me dejaba uno que otro raspón, y he de decir que la caballerosidad no es una virtud de mi gran hermano.

Menaje despacio hasta la universidad, caía una suave brisa sobre Forks, pero por muy suave, si le uníamos mi torpeza y mi mala suerte podía ocasionar un daño que seguro terminaría incendiando Forks para después convertirse en pueblo fantasma. Después de treinta cinco minutos llegue sana y salva al estacionamiento de la escuela. No era una chica popular, pero si sabia que todos se darían cuenta que Bella Swan venia a bordo del enorme pickup.

Faltaban menos de quince minutos para que la clase con Edward comenzara. Me ponía nerviosa nada más de pensar en la clase. El era… ¿Cómo describirlo? Deslumbrante dando clase, se paseaba con su paso firme pero elegante por todo el salón, mientras hablaba con su voz aterciopelada, el cual obviamente no me cautivaba a mí, sino a todo el alumnado femenino del salón. Para el no debía ser nuevo, seguramente desde la universidad y por que no, desde la prepa, escuchaba suspiros cuando el pasaba. Incluso inconscientemente yo lo hacia cuando me encontraba perdida en su atrapante voz, o cuando estaba en casa haciendo algún trabajo o simplemente leyendo, esas pequeñas cosas me recordaban a mi profesor.

Trate de alejar esos pensamientos y recordar que Edward era eso… mi profesor y además era un hombre casado. Algo que lo hacia doblemente imposible para mi, o triplemente si agregábamos el hecho de que un hombre así, jamás se fijaría en alguien como yo. Abrí la puerta de mi auto y baje con mi mochila, entonces un auto plateado se estaciono junto al mío.

Del Volvo bajo Alice con su inigualable sonrisa, del lado del conductor bajo Edward, trate de evitar mirarlo y sonrojarme como era mi costumbre.

—Buenos días Bella —saludo Alice— ¿lista para el día de compras y noche de chicas?

— ¿Noche de chicas? —pregunte confundida— no sabia que…

—No, pero cambie de planes, Rosalie ya acepto y se que Angela también, será en mi casa.

—Pero Alice, no traje ropa y además…

—Por eso vamos a ir de compras, no te apures, la gran Alice piensa en todo, te veo en español, adiós.

Se fue danzando hacia donde se había estacionado el convertible de Rosalie, obviamente a saludar a Jasper.

—Buenos señorita Swan —escuche esa voz aterciopelada, pensé que Edward se había ido hacia el edificio pero no fue así, ahí estaba recargado en su auto— ¿es tuyo?

—S… si —conteste por la forma en que miraba mi pickup— lo siento profesor Cullen, pero no todos tenemos la posibilidad de tener un Volvo.

—No estoy diciendo eso, solo que es un poco… —se detuvo buscando la palabra correcta para describir mi camioneta— vieja. ¿Haz visto alguna vez los Picapiedra?

Rodé los ojos, mientras en sus labios se formaba una sonrisa torcida capaz de robarme la respiración.

—No cabe duda que es amigo del profesor Swan —dije con sarcasmo.

Fuera de la universidad no había problemas con dirigirme a Edward por su nombre y tutearlo, pero en cuanto nos encontrábamos dentro del campus, éramos la "señorita Swan" y el "profesor Cullen", era una especie de juego que ambos disfrutábamos.

La sonrisa aun no se había borrado de su maravilloso rostro y me miraba fijamente. Tuve que poner de toda mi fuerza de voluntad para no perderme en sus ojos verdes.

—Será mejor que vaya a clases, mi maestro de literatura es algo puntual y no quisiera ganarme un castigo por llegar tarde.

—Suena como si fuera un ogro —se burlo.

—Si, algo así, pero que no sepa que se lo dije, ya tuvo bastantes insultos de mi parte esta semana —me reí y no pude evitar sonrojarme.

—Seguro se los merecía, entonces ve a tus clases Swan y pórtate bien —me regalo una vez mas esa sonrisa que cada día me gustaba mas, y empecé a caminar hacia el campus y me dirigí rápidamente a mi salón.

Al entrar me encontré con Mike sentado junto a Angela en mi lugar. Suspire pesadamente y fui a tomar mi lugar.

—Hola Bella —me saludo Mike con demasiado entusiasmo.

— ¿Qué hay Mike? ¿Te dijo Alice sobre la 'noche de chicas'? —le pregunte a Angela tratando de que Mike se sintiera desplazado y se fuera. No me gustaba ser grosera con el, pero a veces no había otra forma de quitármelo de encima.

—Si, acabo de hablar con ella —contesto Angela— me parece genial, Ben me invito mañana al cine así que según Alice esta noche pondremos manos a la obra para que mañana deslumbre a Ben.

—Seguro que ya lo haces Angela, pero con todo lo que Rose y Alice te harán lo dejaras sin respiración —conteste contagiada un poco por el entusiasmo de mi amiga.

—No tienes una idea de las ganas que tengo de... —se detuvo y miro a Mike, el cual seguía en mi asiento— Mike, nos podrías dar un poco de espacio vital, ya sabes, cosas de chicas.

—Ah, claro… uhm Bella… yo —tartamudeo un poco y no era buena señal— bueno Angela ira mañana al cine con Ben y pensaba si… ¿quisieras ir conmigo? podría ser una cita doble.

—No —conteste sin pensarlo un segundo, el rostro de Mike se volvió triste y lamente ser tan cruel— Mike, Angela y Ben querrán estar solos ¿no es así Ang? —Angela me miro pero no dijo nada— ¿ves? No quiero arruinar sus planes.

—Entonces, podemos ir otro día, el domingo…

—Tengo mucha tarea…

—Puedo ayudarte con ella y después nos vamos al cine —acaso Mike no entendía que no quería salir con el.

—Es bastante, demasiada y no creo que…

—Bien, podemos ir otro día, resérvame el próximo sábado ¿si?

Antes de que pudiera contestar una voz ya demasiado familiar me salvo.

—Señor Newton parece que usted no entiende las negativas —dijo mi profesor favorito con un tono algo ¿celoso? ¿O fue mi imaginación? —espero que entienda las ordenes y se vaya a sentar y le deje su lugar a la señorita Swan.

Sonreí sin voltear, Mike se levanto de mi asiento y creí escuchar un "luego hablamos" de su parte. Genial. Ahora tendría que llegar junto con el profesor para evitar hablar con Mike. Eso más bien me sonó a pretexto para caminar con Edward desde el estacionamiento hasta el salón.

En fin. Las clases transcurrieron con normalidad y el final del día de clases llego. Angela y yo nos encontrábamos en el estacionamiento esperando a Alice y Rosalie.

— ¡Bella! —grito Alice junto a mi y yo salte del susto. Alice, Rose y Angela empezaron a reírse. ¿Cómo había llegado hasta nosotras sin que yo lo hubiera notado? —lo siento Bella, es que eres muy distraída.

—Dime algo que no sepa —me burle.

— ¿Ya nos vamos? —pregunto Angela

—No, esperaremos a Edward, nos iremos en el Volvo

— ¿Edward ira con nosotras? —pregunte con demasiado entusiasmo para mi gusto

—No Bella —Rosalie me sonrió maliciosamente— solo que la cajuela del Volvo es mas amplia que la de mi auto.

—Ni lo pienses pequeño demonio —escuche gritar a Edward, parecía que me había perdido de algo pues no escuche que Alice le dijera nada.

—Hermanito, no me has dejado decir nada —Alice contesto poniendo una cara de inocente.

—No necesitas decir nada, te conozco desde que naciste y puedo decir que se lo que piensas, no te llevaras mi auto —el tono de Edward era decidido.

—Edward tienes dos opciones —para ser tan pequeña, parecía realmente aterradora— o me lo llevo por las buenas, o por las malas, y la segunda opción incluye regresártelo con uno o dos rayones, sin contar con que lo podemos estrellar contra algún árbol. Decide y rápido.

Suspiro derrotado. — ¿En que me iré yo a casa? —pregunto dándole las llaves de su Volvo a Alice.

—Te vas a llevar el auto de Bella, ella pasara la noche en la casa, así que mañana lo necesitara —la sonrisa de Alice brillaba, realmente lo tenia todo bien planeado.

—Bien —Edward extendió su mano hacia mí—. Señorita Swan las llaves…

Las saque de mi bolsa y se las extendí. Abrió la puerta del conductor y empezó a mirarlo detenidamente, como si estuviera buscando algo.

— ¿Por donde se supone que sacare los pies para empujarlo? —me miro con una sonrisa divertida, mis tres amigas se empezaron a reír de algo que yo no encontré gracioso.

Estúpido propietario de un flamante Volvo

—Cuidado profesor, viejo y todo lo que usted quiera, pero puede hacer puré a su Volvo el día que menos se lo espere.

— ¿Es una amenaza? —arqueo una ceja.

—Advertencia —conteste manteniéndole la mirada a esos penetrantes ojos verdes.

—Bueno luego hacen pedazos sus autos, ¿nos podemos ir ya? Mi paciencia se acaba —nos grito Rosalie subiendo al lado del copiloto, Alice ya había encendido el motor y yo me subí a la parte trasera con Angela.

El viaje hasta Port Angeles fue bastante rápido gracias a que Alice maneja como desquiciada, el velocímetro marco los 145 k/h. Salimos de la primer tienda con 3 bolsas cada una. Por mas que me opuse a que Alice gastara en mi no pude resistirme a la carita que me puso, con los ojitos ligeramente llorosos y el labio inferior temblando.

—Pruébate este, este, este y este —me dijo Alice mientras me daba cuatro pantalones.

— ¿Cómo me queda? —dijo Rosalie al salir de un probador con un pantalón negro ajustado y con corte a la cadera.

—Oh por Dios, acabas de bajarle diez puntos a mi autoestima —bromee, en parte era broma y en parte era verdad.

—Te queda grandioso —dijo Angela.

— ¿Por qué yo no puedo tener un trasero así? —dijo Alice con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido y una sonrisa divertida en sus labios.

—Creo que me lo llevo —dijo Rose y entro de nuevo al vestidor.

—Estoy esperando que te pruebes eso Bella —Alice golpeaba el suelo con uno de sus pies.

Bufe y me metí al vestidor con los cuatro pantalones, me puse el primero, era azul deslavado con corte a la cadera y muy ajustado. Me mire al espejo, no estaba mal, me puse de perfil y note que mi trasero estaba realmente levantado, casi como el de Rosalie. Mi boca formo una perfecta O y salí del vestidor.

—Estos pantalones… ¿tienen esponja o algo así? —me puse de perfil para que me dieran su punto de vista.

—Yo no pensaba comprar aquí —dijo Alice cuando me vio— pero voy por un par, yo quiero un trasero así.

—Te acompaño —grito Angela mientras salía corriendo tras Alice.

Rose y yo empezamos a reír y entre para probarme los demás pantalones. Salimos con un total de cuatro diferentes pantalones cada una. De ahí fuimos por zapatos, accesorios, Rose estuvo cerca de hora y media eligiendo bolsos. De ahí nos fuimos a comer algo, ya que necesitaba fuerzas para seguirles el ritmo a Alice y Rose.

—Estoy cansada —me queje una vez que terminamos de comer— ¿nos podemos ir ya?

—Nos falta una tienda mas —dijo Rosalie.

—En esta pondremos todo nuestro empeño.

—Realmente están locas —me dirigí a Angela— diles algo Ang, salva a tu amiga de este par.

—Pero si fue Angela quien pidió ir a esa tienda —dijo Rose quien se levanto de la silla— y será mejor que nos apuremos, aun nos queda una larga noche de confesiones de chicas.

Nos levantamos y seguimos a Rosalie por todo el centro comercial, afortunadamente ya habíamos dejado las bolsas en el auto. Yo venia rezagada con Angela conversando, cuando mire a Alice y Rose ambas estaban entrando a Victoria Secret.

—Angela… ¿tú pediste ir a esa tienda? —le pregunte muy sorprendida.

—Bueno Bella es que —bajo la mirada y se sonrojo un poco— creo que la relación con Ben dará el siguiente paso.

—Y para eso no hay como una lencería elegante y sexy —nos dijo Alice desde la puerta.

Bien. Al menos aquí no tendría que pasar horas en el probador. ¡Error!

— ¡No Alice! ¡Eh dicho que no! —dije por décima vez.

—Por favor Bella, míralo es precioso —en sus manos había un conjunto azul de encaje.

—No necesito algo así —negué con la cabeza— ni si quiera tengo novio.

—Bella no necesitas tener novio para lucir bonita —dijo Rosalie— ponte sexy para ti misma, vamos no seas aguafiestas y llévatelo.

—Ándale Bella —esta vez Angela con algunos conjuntos en sus manos me arrastro a la caja— no quiero comprar yo sola.

—Pero si Alice lleva como cinco conjuntos y Rosalie otros diez —mire a mis tres amigas, Angela me miraba con suplica, Alice había puesto esa carita de gato de Shrek de nuevo y Rosalie me fulminaba con la mirada presionándome—. Esta bien, pero solo este.

Edward POV

Estaba sentado en la sala viendo la televisión sin mirarla. Era viernes por la noche y yo estaba en la sala de mi casa sin absolutamente nada que hacer. Mi padre había invitado a mi mamá a cenar así que me encontraba solo. Escuche mi auto estacionarse frente a la casa el claxon sonó desesperadamente, lo ignore. Sonó de nuevo, el sonido era más desesperado y decidí salir antes que ese pequeño monstruo acabara con mis tímpanos.

— ¿Qué quieres? —pregunte.

— ¡Hermanito! Saliste a recibirnos —rodé los ojos— ya que estas aquí ayúdanos con las bolsas.

Se abrió la cajuela y ahí había más de cincuenta bolsas. Hice una nota mental: Nunca ir con mi hermana y tres adictas más a las compras a ningún centro comercial. Ayude con la mayoría de las bolsas y las deje en el segundo piso.

—Eres un encanto Edward —me beso en la mejilla.

—Lo se —le di una sonrisa torcida y baje las escaleras. En la sala Rosalie ya se había apoderado de la televisión.

— ¿Te importa si vemos unas películas? —pregunto más por cortesía que por si le importaba lo que yo pensaba.

—En absoluto —conteste y fui hacia la cocina, ahí estaban Bella y Angela preparando palomitas y refrescos.

—Perdón profesor Cullen —se disculpo Angela sacando la cabeza del refrigerador y mordía una salchicha— es que Alice…

— No te disculpes…

—Angela —contesto

—Angela, ustedes están en su casa y no me digas profesor Cullen, llámame Edward.

—Bien… Edward —me sonrió tímidamente y entonces el grito escandaloso de Alice sonó en toda la casa.

— ¡Angela Weber trae tu trasero a mi recamara inmediatamente!

—Es algo intimidante —dijo Bella.

—Y no la has visto tensa o desesperada, para ser tan pequeña es bastante necia, atemorizante y loca.

— ¡Te escuche Edward Cullen! —el grito de Alice aun provenía del segundo piso.

—Y con buen sentido del oído —Bella se rió y me encanto su sonrisa. Me dio la espalda para sacar las palomitas del microondas.

— ¿Tienes algún tazón?

Me limite a sacar un tazón de una de las puertas de la alacena, Bella vació el contenido del paquete.

—Te ayudo con los refrescos —me ofrecí llevando los cuatro vasos a la sala.

—Bien hermanito, es hora de irse a dormir —Alice venia bajando las escaleras con Angela detrás de ella.

— ¿Qué? —acaso esta enana me estaba ordenando que me fuera a dormir.

—Esta es una noche de chicas, si quieres estar en mi cuarto hay maquillaje y vestidos, el azul te sienta bien y…

—Alice que… demonios piensas…

Las risas de las chicas no se hicieron esperar.

—Me iré a mi cuarto, si ocupan algo me avisan, mis papás llegaran tarde.

—Si es que llegan, escuche a papá hacer una reservación el hotel…

— ¡Alice! Sin detalles —mi hermana era indiscreta hasta con mis padres— buenas noches y hasta mañana.

Subí a mi cuarto y me acosté en mi sofá negro. Pensando. En muchas cosas y ala vez en nada. Pensé en Tanya, en el día que la conocí y como me gusto al instante. No fue amor a primera vista. Había sido atracción, solo eso. Pero la conocí y con el tiempo llegue a quererla hasta que nos casamos. Y hoy, a unos meses de la boda ella se encontraba en algún lugar del mundo sola y yo aquí en mi casa con una pijamada de de mi hermana celebrándose en la sala.

Desee estar con Tanya, en donde quiera que ella estuviera, besarla, hacerla mía una y otra vez. Intente borrar esos pensamientos, me levante y encendí mi aparato de música. Claro de luna de Debussy empezó a sonar y me recosté de nuevo. Esta vez mis pensamientos fueron inconscientemente hacia Bella. Apenas la había conocido esta semana y ya estaba pensando en ella.

Me gustaba, de eso no había duda. Ella también me había gustado desde el primer momento en que la vi. Aunque claro no de la mismo forma. No físicamente. Claro Bella era hermosa, tal vez no tenia el cuerpo de Tanya, Bella era más natural, sus curvas eran menos voluptuosas pero no por eso era menos atractiva. Pero no era eso lo que me gustaba de ella. Había algo en esos ojos cafés que me llamaba demasiado la atención. Y me hacia sentir cosas que no había sentido. Como esta mañana cuando ese chico Newton la invito a salir. Pero no podían ser celos.

Sacudí la cabeza no queriendo seguir pensando en eso tampoco. No podía seguir así. Bella era mi alumna, hermana de mi mejor amigo y además yo amo a Tanya. Me levante y me quite la camisa para tomar una ducha.

Entre al baño y termine de desnudarme, entre a la regadera y deje que el agua caliente golpeara mi cuerpo y se llevara los pensamientos. No quería pensar en nada, ni en mis padres en quienes quería reflejarme y tener un matrimonio igual, aunque sonara cursi, ni en Tanya, y mucho menos en Bella.

Estuve una hora en la ducha, salí y tome una toalla que envolví en mi cintura. Salí a mi cuarto y busque ropa interior un pantalón para dormir. Puse la ropa sobre mi cama para secarme. Pero justo en el momento en que saque la toalla de mi cintura la puerta de mi cuarto se abrió.



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