Dark Chat

viernes, 4 de junio de 2010

Light in The Darkness

Hello mis angesles hermosos , aqui les dejo este cap ya es casi casi el ultimo jijiji lo se soy muy mala , pero hasta mañana les colgare el final por fiss dejen muchos comentarios sean buenas conmigo.
Mil besitos
Angel of the dark
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Capitulo 13

Sin lágrimas

No podía ver bien, todo era demasiado rápido… sólo podía escuchar, gemidos, rugidos gritos de agonía. ¿Habrían encontrado a Lena? Era lo que deseaba que mi hermana estuviera a salvo.


Las paredes… las ventanas, todo estaba siendo destruido, todos, tanto lobos como los vampiros que veían en plan de rescate, estaban en una batalla, arriesgándose por mi. Quise ponerme de pie, pero otra vez la sed me consumió, me arrodillé del dolor que me invadió, esta vez estaba segura porque, la comida estaba cerca… y yo no podía acercarme lo suficiente como para probarla, podía oler la sangre de Edward y Andrew cerca, aún cuando ninguno estuviera herido.


Apreté los puños e intenté calmarme, esta vez era muy diferente… la sangre de uno de ellos me llamaba con más fuerza, pero no estaba segura… tal vez la sed me estaba volviendo loca.


Un vampiro cayó sobre mí, ni siquiera me pude mover al verlo venir. Empujé y golpeé, pero no logré alejarlo ni un centímetro. Le gruñí y en el momento que el vampiro levantó la cabeza y me mostró sus colmillos se me ocurrió otra idea, comenzamos a rodar sobre el suelo, logré inclinarme lo suficiente… mi boca estaba tan cerca de su cuello, y tenía tanta sed… Pero un lobo alejó al vampiro de mí.


Todo cambió de pronto, los vampiros que estaban bajo órdenes de Talon comenzaban a perder el poder en la batalla, la sangre corría por todos lados… Mi garganta se desgarraba poco a poco, gemí.


Lo sentí, antes de que se acercara a mí, me sostuvo en sus brazos y me puso de pie.


-Bella


-Edward –musité en tono de súplica.


El me ofreció su cuello antes de que yo dijera nada más. Incliné mi cabeza hacia él y mordí, Edward me abrazó y me acercó más a él. No tuve que beber mucho para sentirme saciada, me retiré y lo vi a los ojos, algo había cambiado dentro de mí. Me sentía completa, ya no podía estar mucho tiempo alejada del vampiro que tenía en frente, porque lo amaba… él me sonrió.


-Yo…


-También te amo –me interrumpió.


Tomó mi rostro entre sus manos y me besó… lo que ocurría a mi alrededor dejó de importar.


-Nos haremos compañeros –dijo Edward-. Ahora


Asentí, sin saber bien cómo había de hacerse, pues las instrucciones que me había dado Alice, no las recordaba por completo.


-Ya has bebido de mí –explicó Edward al ver mi confusión-, es mi turno.


Le dejé libre acceso a mi cuello, pero antes de que mi vampiro se inclinara, y había sido arrebatado de mis brazos. Maximilian había hecho su aparición y a Edward lo golpeó con tal fuerza que se estrelló hasta el otro extremo de una de las paredes del lugar.


Le enseñe los colmillos a Maximilian, él me devolvió el gesto.


-Has causado muchos problemas –me dijo.


Le gruñí.


-¡Aléjate de él Bella! –exclamó Edward.


-¡Destrúyela! –vi a Talon acercarse, pero Andrew lo golpeó con fuerza.


-¡Bella! No puedes… -Andrew fue interrumpido por el gruñido de Talon.


-Lástima tener que desperdiciarte –dijo Maximilian con una sonrisa.


Lo odiaba, quería acabar con él. Di un paso hacia el vampiro.


-¡Bella! –Edward quería llegar a mí, pero otro vampiro comenzó a atacarlo.


-Nadie vendrá a salvarte –dijo Maximilian.


-¡Yo misma puedo acabar contigo! –siseé.


Maximilian se agazapó dispuesto a atacar en cualquier momento, fue cuando me di cuenta de lo que guardaba en una de sus manos, un pedazo afilado de hierro. Me encontraba en una gran desventaja.


Di un paso atrás.


-Demasiado tarde –dijo él.


Lo sabía. Cuando lo vi saltar sobre mí, supe que no tendría tiempo de quitarme del camino, esperé a sentir el hierro atravesar mi corazón…


-¡No!


Edward se lanzó sobre mi atacante, los dos cayeron al suelo. Maximilian gritó, un lamento de agonía… Edward había encajado el pedazo en su corazón.


-No moriré solo –dijo el vampiro, arrancó el hierro de su pecho y con un movimiento rápido lo encajó en Edward.


Fue cuando yo grité.


Corrí hacia los dos vampiros heridos y lancé a Maximilian con todas mis fuerzas lejos de Edward… se escuchó un estruendo, no me molesté en ver que había ocurrido no podía apartar la vista de la herida de Edward.


-Bella –dijo al verme, una sonrisa débil se dibujo en su rostro.


-Edward…


Vi el pedazo de hierro atravesado en su pecho, justo donde estaba su corazón. Gemí.


-Lo siento –musité-. Es mi culpa.


Con esas palabras vino a mi mente, la visión que había compartido con Alice, hice una mueca de sufrimiento.


-¡No! –exclamé-. ¡Alice se equivocó! ¡No te vas a morir!


Edward logró tomar una de mis manos, sentí un débil apretón.


-Pase lo que pase, sabes que te amo –dijo. Sus ojos comenzaron a cerrarse.


-¡No! ¡No! ¡No!


No pude más y comencé a llorar… pero era un vampiro, así que las lágrimas nunca bajaron por mis ojos, mi dolor me ahogaba por dentro y me quemaba.


Tenía que hacer algo… no importaba lo que hubiera dicho Alice, ella estaba equivocada, yo podía curarlo…