hello mis angeles hermosos !!! buen fin de semana para todas y aqui les traigo el segundo cap , de este maravilloso fic. chicas tengan a la mano un ventilador o de perdis un vaso con agua helada para bajarse los calores. les mando mil besitos
Angel of the dark
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Cap. 2 : Encuentros Cercanos
Aún no podía creer que ella fuera la chica con la cual había compartido todas esas llamadas telefónicas, era extraño pensar en Bella como la voz detrás de la línea y ahora estaba más convencido que el mundo es un pañuelo. ¿Cómo era posible que de tantas mujeres en el planeta yo tuviera que toparme justo con mi co estrella en ese dichoso chat? reflexioné sentado en la barra de aquel bar.
Había ido a quitarme de la mente su voz y sus palabras, es que no podía verla con esos ojos. Simplemente me negaba a pensar que ella había estado conmigo todas esas largas noches de soledad. Suspiré mirando a mí alrededor y necesitaba desesperadamente cambiar su voz por otra, necesitaba salir con alguien esa noche de ese bar, me giré en el asiento para pedir otra cerveza, mientras esperaba me dedique a observar el lugar. Preste atención alrededor en busca de alguien que pudiera tomar el lugar de mi ya no tan misteriosa "Marie", y no entiendo la razón por cual no busque a alguien real del comienzo, estaba claro que jamás debí siquiera pensar en tener ese tipo de conversaciones con una completa extraña, las cosas jamás son seguras a menos que vea de frente a la persona.
— ¿Quieres bailar?
Me preguntó una muchacha como de mi edad, tenía un cuerpo bastante bien dotado y estaba vestida condenadamente sexy, sus ojos brillaban deseo aún en la oscuridad del lugar. No me importó que supiera quién era yo en realidad, ni siquiera me detuve a pensar en las implicaciones de mis acciones, simplemente deje el vaso en la barra y le tendí la mano.
— Claro —Contesté tratando de acallar los recuerdos y por dios que necesitaba aplacarlos, esas semanas habían sido macabras.
La chica frente a mi sabía perfectamente como moverse, me tenía completamente embelesado en sus movimientos hasta que al girarme por unos breves segundos de la posición en la que estábamos unos ojos demasiados familiares para mí me distrajeron he hicieron que perdiera el compás de la música. Aunque seguí bailando con la muchacha frente a mí, mi atención estaba puesta en la mitad de la pista de baile, la figura pequeña y bien definida de Bella se dejaba entrever por todos los cuerpos que nos separaban, su pelo largo y suelto jugaba a la medida de sus movimientos. Mantuve la posición que tenía para observarla desde lejos, me pregunté con quién estaba y cuando una pareja salio de la pista de baile mi visión mejoro. Enarque una ceja sorprendido cuando noté quién era el compañero de baile de Bella, me sonreí al pensar que lo que estaba presenciando era la fantasía cumplida de varios hombres en el planeta.
A unos cuantos pasos y cuerpos de distancia, estaban ellas: Rosalie y Bella bailaban condenadamente sensuales. ¿De todos los lugares tenía que venir ella aquí? pensé para mí mientras la miraba ensimismado. Y es que el movimiento de sus caderas al ritmo de la música era una escena digna para retrocederla una y otra vez eternamente. Empecé a fantasear como sería tener esas caderas moviéndose en otro lugar de mi anatomía. Para cuando se percató de mi mirada insistente esos movimientos que había estado haciendo, inocentemente minutos atrás, se intensificaron de una manera mucho más sensual y si ya de por sí verla bailar de esa manera era suficiente para quitarme el aliento, verla juntar su cuerpo al de su compañera de baile y rozar provocativamente sus manos por la figura de su amiga era mi fantasía cumplida en toda la expresión de la palabra.
Cómo Rosalie era más alta, Bella estaba delante de ella, recargaba su cuerpo contra el pecho de la primera, reclinándose levemente mientras su compañera la sujetaba por las caderas, que se meneaban al compás frenético de la música, sin quitarme la vista de encima se acercaba cada vez más haciendo la distancia entre ellas inexistente. Bella puso una de sus manos en la cintura de Rosalie y se giró quedando frente a frente, se acerco peligrosamente hasta el cuello de está y mi respiración se congeló en ese preciso momento en que Bella deslizo sus manos por el cuerpo de Rosalie sin tocarla dibujando el contorno de ese cuerpo vanaglorioso. Sin acordarme siquiera como era mi nombre y con la imaginación por el cielo las seguí observando, y tenía claro que para Rosalie era completamente inocente el juego que estaba haciendo pero Bella estaba haciéndolo apropósito, había una diabólica intención detrás de semejante espectáculo.
Ella quería excitarme y lo había logrado, mi cuerpo entero estaba reaccionando, mi respiración se había disparado al igual que mi temperatura corporal, se me había secado la boca y deseaba con todas mis fuerzas tocar ese cuerpo maldito, sentir su tibieza, su humedad. Me quede observando retraído como Bella movía sus manos en el aire y luego las dejaba bajar como si estuviera acariciándolo, se mordía el labio inferior provocativamente y fue entonces cuando no aguante más. ¿Qué esta mujer no entiende que funcionamos distinto? pensé mientras me quedaba completamente estático en mi posición, congelado con los ojos abiertos como platos, por un segundo pensé en ir a hablar con ella ¿Pero que le diría? ¡Estúpido, concéntrate en otra cosa, estas en un lugar público! me dije a mi mismo quitando la vista de ellas pero era imposible mantenerla lejos, o distraerla en algo más.
Danzarinamente mi vista se desviaba a cada medio segundo hacía donde estaban ellas y su espectáculo, no podía evitar observar su anatomía detalladamente, recorría cada rincón de su cuerpo imaginándome cuan sudoroso debía estar producto del baile y las ansias por tenerla entre mis brazos estaban carcomiendo mi alma por dentro, esa mujer tenía que ser mía resolví al borde de perder la razón.
En un momento de distracción la chica frente a mi cruzo sus manos en mi cuello aprisionando su cuerpo contra el mío y volví a la realidad, me giró haciéndome quedar de espaldas a mi fantasía personal, su rostro estaba a escasos centímetros de los míos y en cualquier circunstancia eso hubiera sido perfecto, pero esta noche yo quería otros labios frente a los míos.
— ¿Qué tal si nos vamos?
Me preguntó con un tono lleno de picardía pero la miré desconcertado, la verdad quería irme pero no precisamente con ella. Suspiré y puse mi mejor cara de disculpas. Tomé con mis manos sus brazos y me liberé de su prisión.
— Lo siento pero esta noche no
Le contesté y probablemente rompí su corazón y su orgullo, pero ella lo superaría. Con el corazón literalmente en la boca y con la razón perdida busque con la vista entre la muchedumbre a mis dos coestrellas pero no había rastros de ninguna. A pesar que la música estaba a todo volumen, no podía escuchar otra cosa que los latidos frenéticos de mi corazón de forma ensordecedora, las imágenes que había visto hace segundos atrás se venían a mi mente como la mejor de las películas. Tenía que encontrarla, esta noche no se iba a escapar, mal que mal teníamos una conversación pendiente pensé.
Camine hasta el centro de la pista de baile decidido a jugármela el todo por el todo pero al llegar hasta el lugar donde las había visto bailar, solo me encontré con más gente pero ninguna de ellas estaba allí. En un momento de lucidez aventuré que tal vez estaba con ellas con Emmett, saque mi celular dispuesto a llamarlo y estaba por apretar el botón cuando me percaté que iba a ser demasiado evidente preguntar. Tomé aire y busque con la mirada examinando el resto del territorio solo para darme cuenta que Bella ya no estaba allí.
Un poco decepcionado y justo cuando me iba a dar por vencido, su cabellera castaña larga y sus ojos de un marrón oscurecido se encontraron con los míos. Estaba frente a mí, nos separaban unos cuantos metros, ella estaba parada en una especie de tarima, la sonrisa estaba dibujada en su rostro y tenía entre sus manos un vaso, tal vez un trago, jugaba con una bombilla larga entre sus labios perfectos de un carmesí intenso. Me miró y comenzó a deslizar sus labios provocadoramente por ese pequeño instrumento de succión, me quede contemplándola extasiado hasta que deslizo la punta de su lengua por sus labios y me quede sin aliento al ver la escena. Esa incitación fue la última que necesitaba para que mis piernas comenzaran a moverse en su dirección estaba a punto de llegar donde ella cuando unas personas se cruzaron entre nosotros.
Quise dispararme en ese mismo instante, luche fieramente por deshacerme de esos cuerpos que parecían confabulados por impedir que me acercará pero una vez que pude llegar hasta su posición me percaté que ella había caminado hasta la barra, a un costado había una entrada que daba hacía lo que parecía un corredor y no tenía idea de a donde nos iba a llevar pero caminé hasta allá, no había escapatoria.
La seguí por el pasillo y ella parecía bastante divertida con mi desesperación por encontrarla. Para cuando salí por la puerta de servicio un frío embargo el ambiente, estaba oscuro y era un callejón cerrado, miré a todos lados pero no había señales de Bella iba a entrar cuando sentí su tibio cuerpo detrás del mío y su susurró en mi oído.
– Te debo una conversación donde solo hablaré yo pero que tal si esa conversación es en tiempo real
Trague saliva mientras me giraba lentamente en mi posición y ahí la tenía frente a mí, sus ojos brillaban y se veían de un chocolate intenso. Sus labios se estrellaron contra los míos y sin mucha explicación me empujo contra la muralla que estaba a unos cortos pasos de distancia tras nosotros. Nos besamos desesperados y rodamos unos cuantos metros más allá de la puerta de servicio, adentrándonos en el callejón.
Mis labios lucharon fieramente por separar los suyos y su tibio hálito inundo mi boca, nuestras lenguas se masajearon como un compás perfecto y era increíble que hubiera besado esa boca en varias otras ocasiones pero nunca antes como estábamos haciéndolo ahora. Sus tersos y delicados labios eran como un deseo prohibido, tomé su cuerpo y lo apreté contra la fría pared mientras rompía el beso para respirar, baje lentamente por su cuello trazando con la punta de mi lengua un camino hasta la base de esté. En este punto su respiración era bastante errática tanto como la mía.
— Creí que hablarías
Murmuré contra la base de su cuello, bese presionando mi lengua en el hueco de la clavícula y levanté mi rostro separándome lo necesario para exhalar a una corta distancia de su oído, sentí como su cuerpo se contrajo. No pude evitar sonreírme al pensar como sonaría su voz si tuviera que hablar en este preciso momento y francamente la curiosidad me picaba, quería escucharla hablar, quería escuchar esa voz distorsionada por lo que estaba sucediendo.
— A este punto las palabras sobran
Me respondió de vuelta abriendo sus ojos, sus pequeñas y frágiles manos sujetaron mi camisa a la altura del pecho atrayendo mi rostro de vuelta al suyo, nos volvimos a besar más apasionadamente y mis manos recorrieron su espalda, baje hasta sus caderas y las atraje juntándolas con las mías. En ese momento sentí como ejerció una pequeña presión obligándome a ser yo, esta vez, él que estuviera recargado contra la pared.
Me sorprendió su iniciativa, esa brusquedad empleada me trastornaba pero sin duda lo que me desconectaba de una manera fascinante era su mirada, esa inocencia mezclada con el deseo me hacían darme cuenta que estaba completamente excitada y lo mejor de todo estaba completamente sobria, por lo que no estaba haciendo nada de lo que no se acordaría después.
Tomó entre sus manos mi barbilla y la beso mordiendo levemente la pera para luego bajar hasta mi cuello, deslizo entre sus dedos los botones de mi camisa y sin darme cuenta la tenía completamente desabotonada mientras trazaba un camino con sus labios besando mi dorso desnudo. Bajo hasta mi estomago y en ese minuto sentí sus manos en mi cinturón.
— Espera
Le dije tomando sus manos y tratando de regularizar mi respiración ¿Lo íbamos hacer ahí en el callejón? recapacité preocupado por qué si alguien nos veía eso sería nuestra perdición, debía reconocer que era más para ella que para mí, es decir de los dos ella tenía un novio oficial al cual todo mundo conocía. Además había un punto pendiente, ella me había ignorado por casi tres semanas y de pronto de la nada quería acostarse conmigo, sin duda había algo raro.
— Se que lo deseas tanto o más que yo
Me incitó susurrando en mi oído, acto seguido mordió el lóbulo de mi oreja al sentir el contacto tibio de sus labios húmedos sobre mi piel se me olvido: el decoro y su novio.
Sentí sus manos viajar por mi torso desnudo deteniéndose en el borde del pantalón, deslizo dos de sus dedos por mi cintura dibujando un contorno y su contacto era como choques eléctricos demasiado estimulantes para no dejarse llevar.
— ¿Sin arrepentimientos?
Le pregunté de vuelta con un hilo de voz tomando entre mis manos sus manos, las levante y las puse sobre su cabeza, su cuerpo estaba contra la pared, me separé un poco, la miré serio.
— Esta noche soy completamente tuya
Respondió besando y mordiendo mi labio inferior, deslice una de mis manos por su brazo, dibuje sobre su blusa el contorno de su pecho y llegue hasta la cintura. Con la otra mano aún sostenía sus manos aprisionadas contra la pared y recordé una de las tantas conversaciones que habíamos tenido, esa noche se la haría realidad.
Baje mis manos por sus caderas apretando sobre la ropa sus nalgas, cuando llegue al borde de su falta, metí mi mano bajo la tela y la levanté completamente sobre sus muslos, mis dedos toparon con la tibia y tersa piel de su entrepierna, enrosque mis dedos en su ropa interior y la baje de un tirón hasta las rodillas. Con mi pierna hice que separa las suyas propias y con mi pie tiré la ropa interior hasta el suelo, sacándola.
Cuando alce mi vista del suelo acerco su rostro al mío y me besó, sentí la presión de sus manos luchando por soltarse de mi prisión y la solté, cruzo sus manos en mi cuello y enterró sus dedos en mis cabellos, jugando con ellos mientras me besaba, mordió mis labios, y yo los de ella, succioné el lóbulo de su oreja y en respuesta ella enterró su rostro con mi cuello. Mis manos estaban acariciando sus muslos, una de sus manos saco mi camisa revelando mis hombros y deslizo su lengua por ellos, mis manos viajaron ávidas por debajo de su blusa para tocar lo que tantas noches fantaseé y que ella había descrito de forma imperfecta en sus conversaciones. En persona su piel era mucho más suave de lo que pudiera haber imaginado y su figura era perfectamente delicada, su perfume era sutil pero provocador y su piel estaba completamente empapada de ese aroma, ¿Cómo no había notado tantas cosas si antes habíamos estado cerca? recapacité.
Con cada roce de mis manos su cuerpo temblaba, baje rápidamente mi mano hasta la parte interior de su rodilla y subí lentamente por su entrepierna hasta llegar a su parte más intima. Ella alzo la pierna cruzándola a la altura de mi cintura, lo que me permitió tener mayor espacio para acariciarla, esta vez sí tendría alguien que lo hiciera por ella. Recorrí el largo completo de su pierna acariciándola hasta llegar a sus nalgas, me separé y sólo me faltaba desabotonar la maldita blusa que traía puesta, pero era perder demasiado tiempo así que tomé el género entre mis dedos y la abrí reventando los cinco infames botones, su pecho fundado en un corpiño rojo quedo al descubierto, el conjunto hacía juego con su piel blanca, estos se movían al unísono de su respiración.
En ese minuto sentí como ella metió su mano por la parte posterior mi pantalón atrayendo mi cuerpo hacía el de ella, lo que me excito sobre manera, y de seguro ella ya estaba sintiendo mi cuerpo reaccionar.
Introduje mi lengua en su boca saboreando cada parte de su tibieza. Nuestros labios se acariciaban y al final de beso ella succionaba levemente mi labio inferior antes de separarse. Era realmente hermosa así con el pelo desordenado, sus labios rozados por la fricción del beso, su pecho moviéndose furioso al compás de su respiración y esa mirada de deseo y lujuria que era impagable. Baje mi vista hasta sus pechos y me percaté que su sostén se abría por delante. Me sonreí al pensar que todo su atuendo estaba pensando para una situación así. Ella enarcó una ceja cuando finalmente lo abrí y comprobé que ella lo había planeado, la delató la risita que profirieron sus labios. Deslice mi palma por su piel expuesta acariciándolos y ella cerro sus ojos ante mi contacto.
Me estremecí al sentir sus manos bajar mis pantalones, con ropa interior incluida, dejando al descubierto la necesidad que sentía mi cuerpo de concretar lo que habíamos fantaseado por tantas noches. Sin duda y con una rapidez abismante mis manos viajaron a sus nalgas para alzarla a la altura que ameritaba la situación, en el mismo minuto que sus piernas se enrollaron en mi cintura nuestros cuerpos se fundieron en uno, un gemido exquisito se escapó de sus labios cuando la apreté contra la pared haciéndola mía.
Mis movimientos fueron lentos pero aumentaron a medida que sentía sus manos recorrer mi espalda haciendo dibujos en mi columna vertebral, cuando sus uñas se enterraban producto de los movimientos fuertes y consistentes de nuestros cuerpos mis ganas de hacerla gritar aumentaba, quería que dijera mi nombre, que lo susurrará una y otra vez.
Sentí como apretó sus piernas atrayendo mi cuerpo más profundamente en su interior y la sensación era maravillosa.
Me separé y deslice mi mano por su rostro, abrí mi palma para sujetar su cuello, ella cerro sus ojos ante el contacto, con mi otra mano baje hasta uno de sus pechos y los masaje por unos minutos, baje por su dorso, hasta su estomago dibujando su figura hasta llegar a su caderas y la atraje hacía mí. Los movimiento se hicieron más intensos y ella arqueo su espalda separándose levemente de la pared.
—¡Dilo! – articule casi sin voz - ¡dilo!
Insistí mientras mordía levemente su hombro y mi voz estaba completamente distorsionada por el placer que estaba sintiendo. Para no perder estabilidad puse una de mis mano contra la pared para hacer los movimientos más rápidos y profundos, nuestros cuerpos danzaban al unísono y sentía como su cuerpo se estremecía, iba a terminar le faltaban solo segundos pero antes quería escuchar de sus labios mi nombre.
— Edward —susurró entrecortado mientras su cuerpo se estremecía y colapsaba contra mi cuello.
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