Capítulo Noveno: Celos
¿Quién demonios era esa tal Tanya? pensé mientras sentía como mi cuerpo se contraía preparándose para el ataque, comencé a respirar agitadamente haciendo sonar estrepitosamente el aire al exhalar, arrugue mi nariz mientras examinaba la situación, así que ella era el asunto que requería su atención.
Mis ojos parecían salirse de sus orbitas mirándola, examinando cada movimiento que ella realizaba, cada detalle de su cuerpo, era irremediable y aunque tratará de controlarlo la reacción ya estaba gatillada, hasta ahora no había estado conciente de mis recién adquiridos instintos animales y claramente ver a esa mujer cerca de mi Edward había despertado el más básico de todos: los celos.
Poco importaba que hubiera una explicación lógica para su presencia, no me detendría en pedir explicaciones, había solo un objetivo en mi mente: Su muerte.
Mis instintos era más poderosos que mi sentido de la cordura en ese momento, absorta contemplaba la escena. Hasta ahora había perdido todos mis sentidos menos uno: la vista y a juzgar por los movimientos que ella profería estaba claro que no era precisamente su amiga, lo que me hizo enfurecer y comenzar con la locura.
De pronto el deseo de aplastarla era más interesante para mí que cualquier explicación que pudiera darme Edward, era como si estuviera en otra realidad. Mi paciencia estaba a punto de terminarse cuando la vi acercarse a él y convenientemente rosar su mano, pero mi reacción no se dejo esperar y perdí la razón completamente cuando la vi acercarse peligrosamente hasta esos labios que eran míos… rápidamente había llegado a una conclusión: la mandaría directo al infierno y no me importaba que pasara con mi alma por aquel homicidio que estaba a punto de realizar.
Sentí como un calor sofocante invadió mi cuerpo, de pronto perdí la perspectiva de la situación, la ponzoña comenzó a inundar mi garganta, avidamente abrí la mandíbula mostrando mis dientes mientras los observaba a lo lejos, inconcientemente tome aire y me precipite a su encuentro.
Ninguno de los dos se percato de mi asecho y posterior entrada en escena, de hecho Edward solo estuvo conciente de mi presencia por la voz estrepitosa de Alice, quien había entrado abruptamente gritándole a su hermano lo evidente.
- ¡Edward cuidado!.
Grito ésta pero él no comprendió de inmediato, todo se hizo más elocuente cuando sintió mi grito de ataque y vio estupefacto como me abalanzaba contra el cuerpo de la mujer próxima a él.
Nadie pudo evitar que la derrumbara contra el suelo, evidentemente yo era más rápida y fuerte que todos los presentes, de reojo vi como el rostro de Edward se desfiguraba mientras nuestros cuerpos luchaban: yo por someterla y ella por liberarse de mis garras. Pero su pelea era inútil, mi fuerza estaba incrementada a causa del cólera por lo que logre mi objetivo sin mucho esfuerzo, la tenia justo donde quería. Sin pensarlo siquiera aferre mis manos a su garganta y comencé a apretar, no me interesa quien era, yo tenía un objetivo muy claro: matarla.
- Bella... suéltala… por favor.
Suplicó Edward tratando de separarnos, forcejeaba en intentos vanos por lograr que mis manos dejarán su presa.
- Pero ¡qué… sucede aquí!
Grito Emmett mientras salía, cuando me vio sobre la chica, ahogo un grito y se apresuró para ayudarlo, pues esté no lograba separarnos.
- Sácamela de encima, esta lastimándome.
Exclamo dificultosamente la chica mientras comenzaba a brotar sangre de su cuello, enterré mis uñas aún más, estaba poseída.
- Bella… ¡suéltala!… escúchame por favor…
Insistía Edward pero era inútil, estaba fuera de mí, aunque hubiera querido parar, ese sentimiento que tiño mi corazón y mente era más poderoso que cualquier razón.
Emmett trataba de ayudarlo pero lo cierto era que no estaban logrando ningún avance, a esa altura toda la familia Cullen, salvo por Carlisle que no se encontraba estaba mirando incrédulo la escena. Jasper entro en acción arrodillándose a mi lado y me puso su mano sobre mi hombro en un intento de calmar mi irá descontrolada.
- ¡No te metas!
Gruñí mostrándole mis dientes, perdió el equilibrio por un instante, pero luego lo divise junto a mi nuevamente, darme cuenta de eso me distrajo un segundo, el segundo exacto para que finalmente Edward lograra quitar mi cuerpo de encima del cuerpo de Tanya y Emmett la alejará de mí.
Pero no me rendía, luchaba esta vez por zafarme de los brazos de Edward. Jasper trataba de ayudarlo tratando de calmar la situación, y quitarme ese sentimiento enfermizo que había logrado aflorar gracias a la escenita de la que había sido testigo.
Respiraba frenética forcejeando, esperando un descuido para ir tras ella y acabar mi cometido. Vi como Esme junto con Rosalie ayudaron a Tanya a entrar en la casa, seguramente en un intento de terminar con la pelea y de seguro disculparse por mi actitud. Yo estaba en shock de pronto miré mis manos y estas estaban temblando.
- No se supone que ibas a mantenerla fuera de aquí hermanita.
Reclamó sarcástico Emmett ordenado las sillas que yo había tirado producto del impacto. Alice le dio una mirada fulminante.
- No pude hacer nada, se escapo, tú sabes lo persistente que es ella.
Acotó mirando a Edward en tono de disculpa.
- Si lo sé, probablemente fue mi culpa.
Agrego mientras peleaba conmigo para mantenerme quieta y a distancia prudente de la casa. Jasper aún permanecía a mi lado tratando de dominar mis emociones sin decir ni media palabra.
- Será mejor que te la lleves de aquí.
Concluyo Emmett dando una mirada de reproche a Alice, esta lo ignoró.
Sin duda Jasper tenía talento en esto de calmar las emociones, mejor dicho pasiones, porque al cabo de algunos minutos había conseguido que al menos la cordura volviera a mi mente. La rabia iracunda que me había embargado hace unos momentos se disipaba, deje de forcejear con Edward y miré a Alice.
- Lo siento.
Murmuré al darme cuenta de lo sucedido. Jasper me medio sonrío alejando el contacto físico de su mano pero era indudable que aún permanecía tratando de quitarme los sentimientos de odio que aún permanecían en mi mente. Sentí como las manos de Edward se hicieron menos firmes dejándome finalmente libre de su opresión.
- Dejemos que hablen solos.
Sugirió Jasper mirando a Alice y a Emmett, ambos asintieron y entraron a la casa, pude ver que Emmett miró un instante a Edward enarcando sus cejas sugeridamente, le estaba indicando que estaría del otro lado atento por si necesitaba su ayuda.
- Ya estoy calmada no será necesario.
Le dije seria, el chico bajo la vista avergonzado.
Yo estaba de espaldas a Edward, ahora era a él al que quería estrangular con todas mis fuerzas, que no le había bastado con lo que me había hecho hace cinco años que ahora estaba jugando a dos bandos, me giré tratando de mantener la perspectiva, no quería que Jasper nuevamente tuviera que venir a nuestro encuentro y lo observe por unos largos minutos. Al final el fue él quien rompió el hielo.
- Se que estas molesta pero…
No alcanzo a terminar la frase, pues le propine una de mis mejores cachetadas, probablemente si lo hubiera hecho cuando yo aún hubiera sido humana me habría roto la mano, pero ahora disfrute ver como, ante la fuerza, su cara giraba evidenciado que había cumplido mi propósito, él había sentido el golpe.