Dark Chat

domingo, 15 de enero de 2012

Cuidando Tu Corazon

Hello mis angeles hermosos!!
Aquí les traigo el final , de este fic , para alegrarnos la tarde del domingo , MUCHAS GRACIAS A NUESTRA QUERIDA TIWII, por compartir con nosotras su trabajo , así q chicas dejen sus comentarios al final. para nuestra querida autora.
mañana les subo cap nuevo de muy salvaje estén pendientes , les mando mil besitos a todas.
Angel of the dark
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Cap 11
El final

― Aun no sé porque haces esto— era la quinta vez que me pregunta lo mismo, íbamos caminando por el pasillo del hospital, en realidad el caminaba y yo me deslizaba en la silla de ruedas, podía sentir su cuerpo tenso y no hacía falta adivinar que su rostro estaba completamente desencajado
― Ya te dije Edward, si no quieres hablar con Carlisle no te metas, no te entrometas en esto
― Aun sigo pensando que eres manipuladora— comento con un susurro
― Y me amas— afirme girándome para mirar sus ojos, el soltó una leve sonrisa que difumino la tensión del ambiente.
― Eso nunca lo dudes— agrego en el mismo tono anterior— ya llegamos— anuncio mientras nos acercábamos a la puerta que daba a la habitación de Carlisle— ¿estás segura de esto?
― No te preocupes, nada malo podría pasarme Edward, ambos estuvimos a punto de morir no te preocupes, estaré bien.
― Maldita sea— susurro abatido— no puedo creer que este momento llegara ¿Cuándo me iba a imaginar yo que tendrías que hablar con Carlisle? Juro que habría evitado este momento como fuera.
― Pero no puedes Edward, así que ya— le tome una mano y bese su dorso— espérame aquí.
Me adelante con la silla haciendo uso de la fuerza que tenía en mis brazos y me acerque a la puerta, golpee una vez y una voz grave y pastosa me contesto desde el interior dándome la entrada. Suspire juntando todas mis fuerzas para girar aquella manilla, esta habitación estaba un poco más oscura, solo el brillo de aquellas maquinas iluminaba el rostro de la persona que me esperaba, a la distancia aprecie un brillo diferente en esos intensos ojos.
― Hola— salude con tono jovial
― Hola— me respondió el saludo pero en una voz apagada
― ¿Cómo estás?— acerque la silla hasta una distancia prudente, mis manos temblorosas por el miedo no pudieron seguir avanzando.
― Acércate— pidió cuando planeaba quedarme allí, mis dedos se deslizaron por las ruedas y comenzaron a empujar, en unos segundos estaba al lado de su cama y muy cerca de su cara— así está mejor— susurro cerrando sus ojos— ya no debes estar lejos
― ¿a qué te refieres?
― A que todo ha terminado, yo ya no quiero odiar a nadie
― No entiendo— susurré con la consternación reflejada en mis ojos
― Bella…— dijo mi nombre y la voz sonó como miel para mis oídos, jamás pensé que me iba alegrar tanto escuchar mi nombre de sus labios— estuve a punto de morir, toque las puertas del infierno con mis manos y créeme que no me gusto la sensación de irme hacia el fuego dejando todo lo que tengo en este mundo. Después de pasar por eso créeme que lo único que quiero es vivir y disfrutar lo que perdí por mi irresponsabilidad.
― Eso quiere decir…
― Quiere decir que no voy a odiar mas, mi corazón se debe sanar, Níkolas no va a volver como me dijiste, el ya no pertenece a este mundo y debo ver que mis dos hijos que son tan valiosos como el que perdí aun siguen en este mundo.
Sus palabras parecían sacadas de un cuento, ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco?
― Estoy…
― Te entiendo ¿aun no entiendes como cambie de parecer?— asentí lentamente— yo se que tú me salvaste la vida Bella y te lo agradezco, aunque en ese momento lo único que quería era morir, quería dejar de hacer sufrir a las personas a quien amo— el sonido de los latidos de su corazón se escuchaba fuerte y claro dentro de la habitación. Mi mente solo pensaba en que Edward estaba afuera, tan poco había que hacer para solucionar todo esto— el estar casi muerto me hizo al fin tener el valor para aceptar todos los malditos errores que cometí y además me ayudo a comenzar un camino nuevo Bella, necesito empezar de nuevo
― ¿eso qué significa?
― Me voy— susurro mirando el techo
― ¿Qué?
― Así como lo oyes— su pecho se cerro y comenzó a toser— me voy lejos, donde nadie me conozca y pueda pensar.
― Pero esa no es la solución debes hablar con Edward y con…
― No Bella, ¿Cómo crees que les diría? ¡hijo! Perdóname por lo cagada que deje tu vida, perdóname por hacerte daño y no medir las consecuencias… no creo que él me perdone así nada más.
― Pero, pero— tartamudee con lágrimas en los ojos.
― Te llame aquí para agradecerte de… corazón lo que has hecho por mí y por mi familia Bella, de verdad Esme tenía razón cuando una vez me dijo que tal vez eras un ángel, ella siempre puso sus esperanzas en ti y no se equivoco.
― Pero Carlisle…
― Lo lamento pero no lograras convencerme Bella, déjame partir, debo llevar mis culpas y todos lo pesos que tiene mi alma y enterrarlos en un lugar muy lejos de aquí
― Pero ¿Qué pasara con la empresa?— intente hacerlo razonar, no quería que se fuera y menos ahora que Nessie había nacido, quería al abuelo de mi hija presente en su vida.
― Tú sabes mejor que nadie que esa empresa no es mía, aunque tenga mi nombre y parte de mis fondos le pertenece a Edward y así lo dejare estipulado, es tiempo también de dejar Cullen Enterprise. El es capaz de hacer muchas cosas con aquellos dineros y sé que jamás haría mal manejo de aquella empresa, Edward en su tiempo aprendió la lección ahora es mi turno de comenzar de nuevo.
― No te vayas— le suplique— mi hija ha nacido recién y…
― Y ella me tendrá en su vida Bella, la pequeña tendrá un abuelo que la querrá como nadie en este mundo— sus ojos brillaron— yo amo a esa pequeña desde el día que supe que la ibas a tener, a pesar de que te trate como un maldito canalla te puedo asegurar que sentí una verdadera emoción cuando escuche que estabas embarazada, era la hija de Edward y no podía estar más feliz.
― Dios mío— mis lagrimas cayeron por mis mejillas, Carlisle sonrió y levanto un dedo para secarlas.
― Ya no llores Bella, todo está bien, te prometo que volveré y vendré a ver a Reneesme cada vez que pueda— el tono dulce de su voz hizo que mi corazón temblara
― Yo no quería que esto terminara así— gimotee
― No podía terminar de mejor manera, te lo aseguro. Yo estoy bien y sé que todos estaremos mucho mejor desde ahora, no temas.
― Maldita sea— sorbete y seque mis lagrimas
― Ya, no llores, Edward que está afuera pensara que te estoy haciendo daño— dijo mientras intentaba sacar un pañuelo de una caja que estaba cerca, alce mis manos rápidamente y lo cogí para que no hiciera esfuerzos.
― ¿sabías que Edward estaba afuera?
― Conociendo a mi hijo y sabiendo la opinión que debe tener con justa razón de mi lo que me extraña es que no haya hecho lo imposible por entrar— sonreí
― No lo hizo porque yo se lo pedí
― Me lo imaginaba— sonrió— ahora sécate esas lagrimas Bella, ya no hay porque llorar, ya todo paso.
― Lo sé y a pesar de que te vas estoy feliz de que ahora nos llevemos bien
― Es todo logro tuyo, siempre te agradeceré por ser la persona persistente que eres, gracias a tu perseverancia lograste lo impensado en nuestros corazones, por eso te lo agradecer toda la vida.
― De nada, ha sido un placer— ambos nos miramos con luz en nuestros ojos.
― Ahora vete, mi nieta debe estar clamando por tu atención
― ¿de verdad vendrás a verla?— pregunte mientras me acercaba para tomar una de sus manos
― Claro que sí, no me perdería su crecimiento por nada del mundo, debido a mi lejanía no vi con la atención que se merecía el de mi nieto por lo que con Reneesme intentare redimirme.
― Estaremos esperando para verte— me levante un poco y en un gesto que sabia no esperaba bese su cálida mejilla, ahora podía sentir la sangre correr por sus venas, es increíble lo que un corazón humano puede generar en el mundo.
― Adiós Bella y gracias por todo.
― Gracias a ti Carlisle, nos vemos— empuje mi silla hacia la puerta dejando atrás el sonriente y pacifico rostro de mi suegro quien al fin podía descansar en paz, ahora podría sanar sus heridas y tener la vida que jamás debió perder.
Abrí la puerta y Edward me esperaba de espaldas, se giro lentamente y me dio una sonrisa, no quise mirar sus rostro para que no viera la pena con la que salía de la habitación, lo que menos podía pensar es que Carlisle me ha hecho daño, al contrario, hoy he sido muy feliz gracias a sus palabras.
― ¿Cómo te fue?— me pregunto cuando íbamos avanzando nuevamente hacia mi habitación.
― Bien— respondí con un monosílabo
― ¿solo eso? ¿bien?
― Digamos que maravillosamente pero hubo algo que no esperaba.
― ¿Qué cosa?
― Tu padre va a marcharse— susurre, levante mi cabeza buscando algún sentimiento en la cara de Edward pero no pude ver nada, su vista seguía fija en un punto determinado— ¿no dirás nada?
― Es lo mejor Bella, es mejor que se vaya por un tiempo, cuando las coas se calmen… ya veremos.
― Edward pero…
― No Bella, por primera vez concuerdo con él, es mejor que nos deje en paz por algún tiempo, ya después tendremos tiempo para aclarar las cosas— me cruce de brazos algo enojada, si el supiera todo lo que su padre lo amaba, si tan solo lo hubiera escuchado tal vez tendría las ganas de hablar con él pero no era yo quien debía decírselo por lo que calle. Al llegar nuevamente a la habitación Esme sujetaba a mi pequeña entre sus brazos, Charly conversaba con Sue mientras que Kate le hacía gestos a mi pequeña hija
― No puedo creer que tenga una sobrina— dijo en cuanto me vio entrar
― Lo sé, yo aun no consigo procesarlo muy bien— agrego mi padre— pero estoy feliz, es mi primera nieta.
― Primera de muchos Charly— dijo Edward mientras me ayudaba a volver a la cama.
― Vamos Edward no volverás a Bella un conejo— bromeo Rosalie quien estaba en compañía de nuestro amigo Emmett.
― No pero no rechazaremos a ningún bebe que llegue
― Eso es verdad, si nos mandan cinco… cinco tendremos— sonreí.
― ¡esa es la actitud!— Edward sonrió y beso mis labios con dulzura.
― Bien, bien tortolitos ya nos vamos— todos comenzaron a despedirse, Esme le paso a Nessie a Edward y se acerco a despedirse.
― ¿Cómo te fue?— pregunto en un susurro
― Creo que bien pero por ahora no hablemos de eso, ya te enteraras.
― Está bien— me guiño uno de sus ojos y se alejo— pasare a ver como sigue Carlisle, ¿no sabes cuando le dan de alta?
― No, el doctor dijo que en unos días mas pero que debían evaluar su estado ya que su parto no había sido normal debido a lo que paso antes de él.
― Ya veo, bueno en todo caso nos estaremos viendo, vendré a visitarlos mañana
― Te esperaremos— le dije con una sonrisa.
― Nos vemos hijos míos, que pasen buenas noches
― Tu igual mamá— Edward beso su mejilla al igual que yo.
Edward cerró la puerta cuando todos se fueron, lanzo un enorme suspiro y se apoyo en una de las esquinas. Sus ojos mostraban un fulgor que me hizo recordar a Carlisle, Edward ahora tenía la misma devoción en su mirada, me hizo estremecer completamente, amaba a este hombre y creo que jamás podría dejar de hacerlo.
― Al fin solos— dijo con una sonrisa torcida
― Suena a frase de recién casados— sonreí de la misma manera.
― Sí, bueno la diré nuevamente cuando nos casemos por ahora estoy feliz de tener a mis chicas para mí, no he podido disfrutarlas en todo el día.
― Y nosotras no hemos podido abrazar a papá y darle las gracias por habernos salvado. No sé qué abríamos hecho si tú no llegas.
― No pensemos en eso Bella— se acerco para sentarse a nuestro lado, tenía a mi pequeña durmiendo plácidamente entre mis brazos— ahora tenemos a nuestra hija con nosotros y eso es lo que importa, nada más.
― Ahora podremos ser felices.
― Sí, creo que los tiempos mejoraran ¿no crees?
― Estoy segura.
― En unos meses más tendremos que bautizar a esta pequeñita Reneesme Cullen Swan.
― Reneesme Carlie Cullen Swan, recuerda que ya tiene segundo nombre.
― ¿Carlie? Ah…— pensó unos momentos— es verdad, ¿tanto piensas que Carlisle se merece el segundo nombre de nuestra hija?
― Edward…— comencé con tono de reprimenda
― Ya está bien, no digo nada mas— levanto sus manos en señal de rendición.
― Sé que esto no es fácil para ti y creo que te costara un poco aceptarlo pero quiero a Carlisle Cullen en la vida de nuestra hija, quiero que algún día cuando tú y yo no estemos pueda contar con sus abuelos, sus tíos y toda nuestra familia.
― Si lo sé— suspiro— ya no diré nada mas, dejemos que el tiempo cure todo.
― Es mejor— acomode mi cabeza en su pecho, Edward paso su brazo por detrás de mis hombros y beso mi cabello.
― Que tranquilidad…— susurro mirando la inmensidad.
― ¡Edward!— dije de repente sobresaltándome— ¿le has avisado a Will?
― Claro que si, el viejo Will está preparando la habitación de Nessie para cuando lleguemos, aunque por lo que me dijeron pasaras unos buenos días en el hospital
― Eso no importa, mientras ustedes estén conmigo todo está bien.
― Te amo Bella— levante mi rostro y sus ojos brillaron al hacer contacto con los míos— no sabes lo feliz que me haces mi vida, bendito sea el día que apareciste en la puerta de mi casa para cuidarme, ahora agradezco haber estado enfermo porque tú has hecho milagros en mi, eres un ángel.
― No Edward, solo te ayude a sacar la verdadera persona que eres, desde ahora en adelante Nessie y yo cuidaremos tu corazón, te amo.
Acercamos nuestras bocas y el solo roce me hizo estremecer, mi cuerpo reaccionaba como pólvora ante el fuego cuando él estaba cerca, Nessie se removió inquieta recordándonos que ella aun estaba con nosotros, nos separamos y miramos con devoción el pequeño cuerpo de nuestra hija que descansaba en mis brazos, desde ahora la vida iba a ser mucho mejor de lo que jamás imaginábamos.
Los días pasaron rápidos, Salí del hospital el mismo día que Nessie cumplió una semana de vida, los doctores dijeron que la pequeña estaba en perfecto estado al igual que yo, Carlisle aun seguía internado recuperándose del infarto. Al momento de llegar a la casa la paz que habíamos tenido se transformo en una locura, ser padre primerizos era toda una aventura pero por suerte teníamos a mucha gente que encanta nos ayudaba en todo lo que necesitáramos, Carlisle demoro alrededor de una semana más en salir, a penas puso sus pies fuera del hospital se despidió de todos en especial de Nessie.
― ¿A dónde iras?— pregunte mientras traían su auto a la entrada.
― Aun no lo sé pero no te preocupes que todo estará bien, ya te lo dije Bella ya todo paso— él no le había avisado a nadie que le dieron el alta, yo alcance a verlo justo en el momento que dejaba la habitación, le había traído a Nessie para que la viera. El chico llego con el enorme mercedes de color negro que aguardaba en los estacionamientos, Carlisle deposito su maleta en el asiento trasero y cerró la puerta— mi nieta es hermosa, es la viva imagen de Edward.
― Si es preciosa, tiene mucho de los Cullen.
― Eso es bueno, el corazón de mis hijos es algo digno de heredar, te lo aseguro.
― Cuídate mucho— le pedí, levanto su vista y me sonrió.
― Lo hare, prometo venir a verla seguido— lentamente se acerco y beso la cabecita de la bebe, sus labios siguieron a hacia donde estaba yo y deposito un beso en la misma parte que a mi pequeña— gracias por todo Bella y cuida de mi familia
― Lo hare, vuelve pronto.
― Nos vemos
― Nos vemos.
Subió a su auto y así fue como abandono nuestras vidas por un tiempo, el hombre con el corazón mas frio y más duro se iba hacia su redención con el alma llena de amor y paz hacia su familia, no hay ningún corazón que sea tan duro como para no llevar amor en el, todo el mundo tiene aunque sea un pequeño sentimiento de calor entre sus entrañas así es como Carlisle resurgió y volvió a nacer pero ahora lo hacía del amor, aquel hombre que alguna vez hizo daño a su familia quedaba en el pasado, este nuevo Carlisle Cullen era una persona que deseaba ser aceptada por los demás pero solo el tiempo dirá si su familia lo puede perdonar.
Dos meses después…
― ¿Edward?— susurre en la oscuridad— ¿Edward?— volví a decir pero nadie contestaba.
Levante mi cabeza y la oscuridad de la habitación fue lo único que me recibió, mire hacia las ventanas y la noche estaba cubriendo el cielo de la enorme ciudad de Chicago. La cama estaba desecha en el lado de Edward y no parecía estar en el baño porque la luz estaba apagada, dirigí mi mirada hacia la puerta y estaba abierta, me levante de la cama y tome la bata de seda que siempre dejaba en la orilla. La enorme misión que ahora era nuestra casa estaba cálida por la chimenea que siempre estaba encendida. Camine hacia la puerta y desde el umbral pude ver un hilo de luz que provenía desde la habitación de Nessie, lentamente me fui acercando, desde el umbral de la puerta se escuchaba una suave melodía que provenía de la caja de música. (.com/watch?v=v9RURifrdS0&feature=related)
Edward al momento de llegar a la casa le había regalado a Nessie una caja de música pero no era cualquiera, aquella había sido de él cuando pequeño y era la misma con la que Carlisle los arrullaba, tenía una melodía hermosa y muy dulce, Nessie al igual que Edward se tranquilizaba con esa música y ya era costumbre para mi futuro marido arrullar a nuestra pequeña con aquella canción. Edward estaba de pie sobre la alfombra alumbrado solo con la luz de la lamparita y de la luna que se colaba por entremedio de las ventanas. Su cuerpo se mecía al ritmo de la música, me pare en el umbral a observar la imagen que cada vez me sobrecogía mas, el torso desnudo y blanquecino de Edward se confinaba con la dulzura de la imagen.
― Duérmete mi pequeña— le susurraba al momento de besar su frente, mi pecho se contrajo al punto de hacer salir unas lagrimas de mis ojos— duerme para que no despertemos a mamá, ella está cansada ¿sabes? Debemos dejarla dormir— las ganas locas de abrazarlo y besarlo fieramente se mitigaron por la criatura que llevaba en sus brazos, en vez de eso camine lentamente hacia donde estaban ellos, pase mis manos por su cintura y me pegue a su espalda— ¿bella? Pensé que estabas dormida.
― No podía dormir, creo que necesito un arguyo de papá— sonreí
― Entonces ven aquí— Edward tomo a Nessie y la apoyo en uno de sus hombros, la pequeña dormía plácidamente sobre la piel desnuda de su padre, a pesar de solo tener dos meses mi hija ya mostraba preferencia por estar con él, siempre que quería dormir era en los brazo de Edward en donde se acomodaba mejor. Paso su enorme brazo por mi cintura y me pego a su pecho, con la otra mano sujetaba a la bebe.
― Te amo tanto Edward Cullen— susurre contra su piel
― Y yo a ti Bella, tu y Nessie son lo mejor que podría haberme pasado en la vida.
― Estaremos juntos por siempre mi amor.
― Claro que si, juntos por siempre.
La vida puede ser muy esquiva y no darnos lo que queremos, el dolor, el sufrimiento y cualquier sentimiento terrible que llegue a tu vida se puede esfumar con este momento. Mi vida ha sido así un camino lleno de espinas y sufrimientos que se vio recompensado el día que conocí a Edward, en ese momento mi destino cambio, ese duro y frio corazón que alguna vez tuvo ahora era una antítesis, Edward Cullen y Carlisle Cullen poseían aquellos corazones llenos de dolor y sufrimiento que se recubrían con la capa de hierro casi impenetrable, ahora esos son recuerdos vagos de un pasado que esta sanado y a puertas de un futuro totalmente prometedor.
La historia, la vida y el destino fueron cambiados, lo que resta ahora es quedarme con ellos, a su lado siempre, estar solamente para Cuidar su Corazón.