CAPÍTULO V.-
No, no, no, esto no puede estar pasando gritaba en su interior Bella, noooooo, él sabía la verdad ¿por qué ahora? ella no lo quería en su vida ni en la de sus hijos, no ahora, ese hombre les había echo mucho daño.
Cogió coraje y se acercó a él que aún mantenía a Sophie en sus brazos, lentamente sacó a la niña de sus brazos y tomándola ella en su regazo se enfrentó a la mirada de Edward reprochándole su accionar. Se dio media vuelta y se acercó al guardia.
- Stefan por favor lleve a los niños adentro, tengo que conversar algo privado con el señor
- Si señorita, le avisaré a María que los lleve a dormir
- Gracias
- Pero mami, yo quiero estar con mi papito
- Sophie no seas tonta ese señor no es nuestro padre, nuestro padre está muerto – Ethan ya había bajado del carro y tenía sus puñitos cerrados con rabia y sus ojos verdes refulgían de ira
- Nuestro papi no está muerto y lo sabes, es él
- Ese señor murió desde el día que lastimó a mamá, la tonta eres tú, no lo quiero, no lo acepto, mi padre murió y punto
- Pues yo si lo quiero
- Y yo quiero a Antonio, él si va a ser nuestro papá, él es bueno, nos cuida y nos quiere y hace feliz a mamá
- A mi no me gusta tanto
- Basta ya, vayan a la casa, después hablamos, este asunto lo trataremos con el señor Cullen, vayan a la cama.
Los niños se fueron molestos, Sophie no entendía porque Ethan no quería a su papi, Dios, era tan lindo como en los sueños, tan alto, parecía un príncipe de cuentos de hadas, ese príncipe era para su mami, ellos debían estar juntos, le daba pena Antonio, ella lo quería, era bueno y todas las cosas que dijo su hermano, pero no era su papi y no era tan guapo.
Ethan estaba furioso, ese hombre aparecía ahora y se atrevía a tomar en brazos a su hermana como si fuera lo más normal del mundo, oh no, ese hombre no era su padre, no quería volver a verlo, que los dejara en paz, ellos eran felices, es cierto que a veces extrañaba tener un papá como todos sus amiguitos, pero no ese hombre, él los había abandonado, no era tonto a pesar que su mami nunca hablaba mal de su padre él sabía que mamá había sufrido mucho por él y definitivamente no lo quería.
Los niños iban ensimismados en sus pensamientos, pero al llegar a casa explotaron, Sophie empezó a llorar por su papi y Ethan le gritó que era una tonta, que ese hombre no era papá, Sophie le pegó una patada en la pierna y corrió hacia su habitación, pero Ethan corría más rápido que ella y la alcanzó antes de que ella cerrara la puerta y la reprendió por pegarle y aferrarse a una ilusión.
- él no es una ilusión y no te pediré disculpas
- él no es nada nuestro y discúlpate o te rompo las muñecas
- él es papá y lo quiero y si me rompes las muñecas le diré a tío Jasper para que te reprenda
- caprichosa
- tonto
- ilusa
- terco
se sacaron mutuamente la lengua y cada uno se encerró en su habitación pensando en qué estaría pasando con mamá y el recién aparecido.
- Quiero que te vayas y no vuelvas a buscarnos nunca más
- Bella por favor tenemos que hablar
- No hay nada que decir, tú decidiste por todos nosotros hace años, así que no te permito que ahora pretendas aparecer a dañar a mis hijos
- Son mis hijos también, por favor te debo tantas explicaciones
- No las necesito, ya no, ya no me interesa nada de ti
- Las cosa no son como parecen, yo me acabo de enterar y todavía estoy en shock, pero podemos remediar el pasado
- No, no, no, no hay nada que remediar, son mis hijos y no tienes ningún derecho de estar acá, no permitiré que les destroces el corazón a mis bebés
- ¿cómo crees que pueda hacer algo así?
- Te conozco, eres dañino, malo de sentimientos y cuando menos esperemos lastimarás a mis hijos y no lo permitiré
- No es así Bella, por favor dame la oportunidad de explicar lo que pasó
- No insistas Cullen, no me convencerás que ahora te ha bajado el amor paternal, no después de cómo los despreciaste y negaste
- Eso es lo que quiero explicar
- VETE A LA MIERDA, no quiero tus explicaciones, no te acerques a mis hijos
- Los quiero reconocer, son mis hijos y quiero que lleven mi apellido, darles todo lo que erróneamente les negué, quiero ganarme su amor
- No necesitan nada de ti, son felices con la vida que les he dado, son inteligentes, más que otros niños y desde pequeños aceptaron que no tenían papá, así que puedes seguir con tu vida y hacer que nosotros no existimos, tal como lo has hecho hasta ahora.
- Lucharé por ellos ¿eso quieres? ¿quieres llevar el asunto a juicio?, no lo creo, no querrás estar expuesta de esa manera, tienes una imagen y debes cuidarla – dijo Edward pensando que ese punto lo tenía ganado
- No me conoces nada, por mis hijos hago cualquier cosa y si tengo que ir a juicio que así sea, no te los entregaré de buenas a primera, no te tengo miedo, ya no soy la chiquilla tonta que hacía tu maldita voluntad, si quieres algo de ellos, lucha, lucha por ellos, porque yo no moveré un dedo a tu favor, todo lo contrario, lucharé contra ti y tu maldita familia, puedes tener poder y dinero, pero yo también y es preferible que todo quede en manos del juzgado de familia
- Bella no es mi intención amedentrarte, pero….
- No te preocupes, no lo haces
- Ir a juicio es duro y podría lastimar a los niños
- Por dios, no te hagas el padre preocupado, ni siquiera sabes cómo se llaman, además siempre dijiste que no eran tuyos porque yo era una zorra ¿no pedirás un examen de paternidad para estar más seguro?
- No lo necesito, ellos son tan parecidos a mi, que nadie dudaría que soy su padre
- Que bueno que lo digas, porque si necesitas uno, tendrás que demandarme, no te daré nada por las buenas
- Lo se y me lo merezco, yo fui un completo idiota al creer todas las mentiras que me dijeron
- Adiós Edward, esta conversación a acabado, si todavía tienes interés en los niños, supongo que nos veremos en juicio
- Podemos arreglar las cosas amigablemente sin exponernos
- Púdrete
Bella no quería escuchar más burradas y se dio media vuelta para irse, aparentaba estar tranquila, pero por dentro temblaba, era una mezcla de sentimientos que no podía manejar, era fuerte, pero no tanto para lidiar con Edward en este momento.
- me engañaron, mi madre años antes de que nos conociéramos me dijo que era estéril, es mi madre y por supuesto le creí sin saber que arruinaría mi vida y la de ustedes.
Bella se volteó a mirar a Edward y vio verdad en sus ojos, maldita familia, le había echo daño a su propio hijo por ella, por no ser de buena familia, por no estar a la altura, malditas mujeres Cullen, pero no le tendría pena, él no la tuvo con ella y sus hijos, además él nunca la amó, así que sin ser mala ese era su castigo por jugar con las personas, todos los Cullen eran iguales, seres despreciables que jugaban con las personas hasta que se aburrían.
- la naturaleza d tu familia no me interesa, no te hagas la víctima, tú eres igual de cruel que ellas, también juegas con las personas a tu antojo – dijo Bella encogiéndose de hombros para mostrarse relajada
- yo te amaba de verdad, siempre te amé, todo lo que te dije lo dije movido por los celos, por el dolor que sentía porque de verdad creía que me habías engañado
- no me vengas con cuentos Cullen, no es necesario que mientas, la verdad es que ya no me duele que me hayas engañado, ya no, sufrí mucho por ti no lo voy a negar ni me da vergüenza, pero no trates de mentir para tratar de recuperar a los niños.
- No miento Bella, te amaba tanto que era verdad que me quería casar contigo, el anillo que te di era de verdad, era una antigüedad de familia y te lo di con la clara intención de cumplir con lo que te pedí el día que te entregaste a mi.
- M…mientes, no es verdad, no trates de embaucarme, ya no te amo, no soy la tontita de pueblo encandilada con el playboy recién llegado al pueblo – Bella temblaba cada vez más, las lágrimas se agolpaban en sus ojos y lo único que quería era no haber visto a Edward de nuevo nunca más.
- Bella, por favor créeme, quizás ya no me ames, pero yo siempre te amé, eres la única mujer que amado en mi vida, siempre te amé y aún lo hago, se que te parecerá una locura, pero nunca me repuse del supuesto engaño y traté de odiarte, creí que te odiaba, pero en el fondo siempre supe que te amaba y….
- Y nada Cullen, nada, los años pasaron tú hiciste tu vida y yo la mía, te dejé de amar, me costó mucho pero lo logré ¿sabes cuántas veces lloré por ti? ¿sabes las veces que pedí al cielo que vinieras a buscarme y dijeras que todo lo que dijiste era mentira o alguna clase de broma?, Dios, te hubiera perdonado por hacerme llorar, pero te hubiera perdonado porque te amaba tanto, pero me di cuenta que no vendrías, que nunca me quisiste, nunca fui lo suficiente mujer para poder estar a tu lado y lo sufrí, lo asumí y me levanté sacando coraje día a día, hasta que un día cualquiera y casi sin darme cuenta te había dejado de amar, pasaron años, pero dejé de amarte.
- Dios Bella, por favor no me mates, no me repitas que no me amas, por favor, por favor dame una oportunidad, te amo tanto, tanto que me cuesta respirar, todos estos años me he mantenido lejos del país porque me dolía tanto estar separado de ti, no soportaba la idea de que me hubieras engañado de esa manera, he tenido muchas mujeres, creo que eso lo sabes, pero ninguna, ninguna a estado ni cerca de despertar todo lo que despiertas en mi – Edward estaba desesperado, ya había abierto su corazón, ya había aceptado que la amaba, se la estaba jugando aunque sabía que era una lucha perdida, le dolía saber que era verdad que ella no lo amaba ya, lo sabía, había presenciado el amor entre ella y Antonio, pero quizás ella se diera cuenta de que en el fondo aún lo amaba, era una ilusión tonta, pero era todo o nada.
- Lo siento Edward, no te creo, y ese es mi culpa, nunca debí creerte que estabas interesado en mi, siempre supe que no tenía nada de especial, siempre mi familia recalcó lo fea e inútil que era, siempre todos se burlaban de mi por mi estatura y mi delgadez, crecí con ese tormento, por eso cuando te conocí y me dijiste que era hermosa no lo creí, pero al mismo tiempo deseaba tanto ser querida, apreciada que me enamoré como una tonta del niñito caprichoso, me entregué a ti en cuerpo y alma, para quedar destrozada y asqueada de mi misma por haber sido tan tonta, tan zorra que me entregué al primero que me habló bonito y me da rabia reconocer que gran parte de lo que pasó fue mi culpa.
- Nada fue culpa tuya yo…
- Mi culpa, es cierto que te mentí, pero es precisamente porque necesitaba tanto ser aceptada y amada, que cuando creíste que era mayor no quise sacarte del error por miedo a que me dejaras por ser tan chica y yo ya estaba colada hasta los huesos por ti, siento haberte mentido, creo que esa mentira originó que no me creyeras cuando dije que estaba embarazada, pero…
- No digas nada más, por favor, no puedo creer que te culpes por algo que no tiene nada que ver, yo me enamoré de ti no de tu edad, así que no te culpes, toda la culpa fue mía y no digas nunca más que no eras hermosa en esa época, cuando te conocí es cierto que te quería para una aventura y nada más, pero cuando te negaste a ser engañada por mi, Dios creí que iba a enloquecer, me tenías como un perro corriendo tras de ti y a medida que te fui conociendo me enamoré como un tonto y a veces creo que me enamoré el día que te conocí, Dios eras tan putamente hermosa, sexy, divertida, honesta, pura, inocente y tú ni siquiera eras consciente de lo que provocabas y eso me enloquecía más.
- Si creyeras lo que dices no me habrías tomado por una zorra capaz de engañarte de la manera en que me acusaste y ya no me importa, adiós Edward
Bella se fue presurosa hacia la casa, no debía haberse quedado a escuchar todos esos disparates, él mentía, ese siempre fue su juego, halagar, mentir, seducir y después destruir, afortunadamente ya estaba fuera del influjo de su atractivo magnetismo.
Al ingresar a la casa fue a los dormitorios de los niños a ver si ya estaba dormidos, Sophie dormía plácidamente, en cambio al ir al dormitorio de Ethan lo encontró despierto esperándola, su carita era tan triste que maldijo en silencio a Edward por perturbar la paz de sus niños.
- cielo descansa por favor
- mami no puedo dormir, ese hombre es mi papi cierto
- si amor
- pero yo no lo quiero, no quiero volver a verlo, me hace daño mami, yo..yo…..
- shhhh amor, no llores mi nene, no llores por favor, las cosas se van a solucionar, ya verás – Bella no hallaba la manera de calmar a su pequeño hijo, él siempre era tan fuerte que no aparentaba la edad que tenía, pero ella sabía muy bien que de sus dos hijos él era el que más sufría por no tener a su papá a su lado
- es que mami, yo deseo tener papá, pero no lo quiero a él, él es malo, es malo, lo detesto
- no cielo, él no es malo, sólo tomó malas decisiones y ahora se da cuenta del error que cometió y quiere redimirse y lo siento tanto cielo, pero lo más probable es que él los reconozca y tendrán que aceptarlo como su padre, él dijo que los quería y que iba a luchar por ustedes y yo no puedo hacer nada para evitar que él ejerza sus derechos.
- Lo odio mami, no dejes que se acerque a nosotros
- Cielo, el tribunal decidirá lo que hay que hacer, pero quiero que sepas que es una batalla perdida, son sus hijos y ustedes ante la ley tiene derecho de interactuar con su padre, como dije él no es malo, sólo cometió un error y al parecer está arrepentido
- Pues yo no lo perdono, además no lo conozco y no quiero conocerlo, es feo y no me gusta como te mira
- Jajajaja, mi nene celoso, sabes que tú eres mi hombrecito más importante del mundo, nadie jamás va a reemplazarte en mi vida
- Ya, pero él te mira como lo hace Antonio y Antonio te ama, ¿entonces él también lo hace, también te ama mamá?, yo no quiero eso, yo quiero a Antonio, él va a ser un buen papá
Bella no sabía que decir al respecto estaba en una encrucijada, no podía mentirles a sus hijos o a si misma, Edward tenía todo el derecho legal de reclamar la paternidad y se la darían, aunque no le gustara debía aceptar que Edward estaría en sus vidas, según él de forma permanente, no le gustaba nada, pero así eran las leyes y no podía evitar que él tuviera acceso a sus hijos, además fueran como fueran las cosas en el fondo sabía que Edward si se esforzaba sería un excelente padre, Dios ¿en qué momento estaba a favor de Edward?, sería quizás desde que le dijo la manera en que le mintió su madre con respecto a su fertilidad, si era verdad que lo habían engañado no podía juzgarlo tanto por no creerle, porque a pesar de que ella era supuestamente su novia y aunque él dijera que la amaba, ellas eran su madre y su hermana, no podía compararse ese tipo de amor, ese lazo era más grande que cualquier otro, además ella estaba segura aunque Edward lo negara de que él nunca la amó, quizás ahora lo decía para acercarse a los niños, pero él nunca la quiso.
Edward llegó a su casa desvastado, el reconocer que la amaba en voz alta y delante de ella había sido abrumador, jamás pensó que reconocería lo que llevaba escondido en su corazón por tanto tiempo y ella no le creyó nada, y lo que es peor no le interesó, no le emocionó saber que todavía la amaba, es más reafirmó una vez más que amaba a su novio, Dios, se iba a casar, él la perdería para siempre, o es que era verdad que la perdió cuando la trató de la peor forma que se puede tratar a una mujer, Dios, sus pensamientos eran un revoltijo sin forma, estaba tan confundido que le costaba pensar de la manera correcta, ya no sabía qué mierda hacer, qué decir, cómo actuar, qué sentir, estaba como hace seis años, perdido, solo, triste, extrañando algo que no era para él. Algo que no merecía, porque él nunca había merecido ese ángel que un día llegó a su vida para llenarla de luz, de vida, no la merecía porque ella era demasiado buena para él, siempre lo fue.
Flashback
Después de que la chica despareció del bar, él quedó embobado, nunca ninguna mujer lo había dejado con la palabra en la boca, esa chiquilla se atrevía a dejar a Edward Cullen caliente, ansioso, duro, pero extrañamente le gustaba el desafío de la niñita de pueblo escurridiza, la siguió fuera del bar y la vio desde lejos cuando se reunía con sus amigos, un chico moreno y grande la abrazó, se acercó un poco más sin que lo vieran y pudo escuchar cómo la felicitaban por haber cumplido con el reto.
- ey, qué quería el niñito rico que te dio el trago
- mmmm, según él me quería conocer ¿puedes creer una cosa así?, o sea el tipo es lindo, el más lindo que he visto y él me dijo hermosa
- ¿y cuál es el problema?, eres hermosa – dijo el moreno que la abrazaba, a Edward no le gustó nada la forma en que ese chico la abrazaba ¿serían novios?
- Jajajajaja, el problema es que es un completo mentiroso al igual que tú, se que no soy hermosa, por Dios, ¿me has visto bien Jacob? Soy un adefesio total
- Basta ya Bella, eres hermosa, siempre lo digo, no debes hacer caso a las personas envidiosas que dicen lo contrario, eres hermosa, inteligente, buena amiga, desinteresada y…
- Ya, ya,lo dices porque me amas, pero dejémoslo así
- Agggg, eres imposible, es cierto que te quiero, pero no soy mentiroso ¿cierto chicos que Bella es hermosa?
- Yeahhhhhh - gritaron todos los chicos y chicas que estaban en el grupo, Bella simplemente rodó los ojos y se sonrojó, Edward nunca había visto a una chica tan linda y se veía tan putamente sexy y al mismo tiempo tan inocente y su polla se endureció mirando a escondidas a esa chica con poco autoestima, pero definitivamente sexy y sería suya, la conquistaría, estaría en su cama y le diría lo hermosa que era, lo sexy y jodidamente sensual que era.
Pasó una semana y la volvió a ver vestida con uniforme de colegio, entonces la chica debía estar estudiando todavía, seguramente tendría unos 17 años y se veía mmmm, JODIDAMENTE CALIENTE, con el uniforme y ese cuerpo esbelto parecía la heroína de los comics japoneses y a Edward le encantaban los comics japoneses, piernas extremadamente largas y torneadas, sus pechos eran pequeños, pero jodidamente firmes y hermosos, el culo redondo y respingón, cintura tan estrecha que la podía abarcar con sus manos, vientre plano, todo su cuerpo estaba hecho a la medida de él, antes le gustaban las mujeres rubias, elegantes, cínicas, con más curvas, pero definitivamente esa chica tenía algo que lo estaba volviendo loco, desde que la conoció las duchas frías eran su mejor amiga, se despertaba a media noche tan duro por haber estado soñando con esa diosa, en el día su mano se tenía que encargar de bajar la erección que le provocaba sólo pensar en ella, mierda, nunca ninguna mujer lo había tenido así de desesperado y caliente.
Ya no aguantaba más, debía hacer contacto de nuevo con ella.
- ey, hola
- ehhhh, hola – Dios ella estaba sonrojada y se veía mmmm….
- Te acompaño a casa
- No gracias, me van a venir a buscar
- ¿un novio?
- Jajajaja, no, un amigo
- Vamos Bella, acompáñame a tomar un helado
- Mmmm, de verdad es que no puedo, ah mira ahí me vienen a buscar, chao Edward
Mierda, allí otra vez estaba el muchacho moreno, venía en moto y, mierda, ella se montó en la moto y la maldita faldita se le subió unos centímetros revelando más piel y la verga de Edward se removió inquieta dentro del pantalón, carajo, tendría que masturbarse pronto o no podría caminar.
Al día siguiente la esperó a la salida del colegio, eran de esos colegios completos, donde se cursaban enseñanza básica y enseñanza media. Cuando la vio salir se apresuró a alcanzarla, todas las chicas que estaban alrededor lo miraban, pero él tenía sólo ojos para la chica alta y delgada con cuerpo de infarto.
- hola otra vez Bella
- oh, hola Edward ¿qué haces acá?
- Mmm, vine a invitarte a dar un paseo y no me digas que no, por favor sólo un paseo pequeño, no me rechaces
- Mmmm, ok, pero no se el motivo de tu insistencia
- ¿de verdad no lo sabes?, por favor debes saber que eres terriblemente hermosa y que estoy clavado de ti
- ¿quéeee?, no, no mientas
- No es mentira, estoy interesado en ti y si te soy sincero eres jodidamente sexy y no puedo dejar de pensar en ti.
Así de a poco Edward convenció a Bella de que se hicieran novios, aunque le costó como nunca le costó nada, la chica en verdad tenía la autoestima muy baja y era muy escurridiza y no le creía que él estuviera interesado de verdad en ella, pero a esta altura Edward ya no sólo quería meterla en la cama, se había enamorado como un tonto de ella, ella era simplemente perfecta, tierna, inocente, divertida, cariñosa, era una chica buena, de esas que son para toda la vida, le escribía poemas, le componía canciones y le tocaba el piano, le compraba flores, chocolates, estaba jodidamente enamorado, perdido en esos ojos chocolates que nada le importaba más que ella.
Fin flashback
Dios, ¿cómo pudo ser tan tonto?, la amaba tanto y a la menor duda la expulsó de su vida sin darle la posibilidad de aclarar las cosas y ahora estaba pagando su error, el más grande que había cometido en su vida.
Después de hablar con su abogado y exponer su problema, él le aconsejó que tratara de arreglar las cosas amigablemente, ya que ambos eran muy conocidos y pasar por un juicio iba a ser muy mediático, además le preguntó si estaba seguro de querer reconocer a los niños después de tanto tiempo, ya que la noticia si o si se infiltraría y sería la comidilla de la prensa, Edward tenía ganas de ahorcar al abogado ¿cómo mierda le preguntaba una cosa así?, a él no le importaba cómo lo catalogaran por no haber reconocido antes a sus hijos, él no importaba, lo único que quería era empezar a enmendar su metedura de patas.
Siguió el consejo del abogado y fue a visitar nuevamente a Bella para tratar de llegar a un acuerdo y ver si así podría ver nuevamente a sus hijos.
Al llegar a la casa de Bella y después de hablar con el guardia lo hicieron pasar, al llegar a los jardines los vio.
Estaban jugando, corrían entre los árboles, estaban los tres descalzos y reían a carcajadas, estaban tal cual él había pensado que jugarían en ese jardín tan hermoso, se veían tan felices, libres, los niños corrían mientras Bella los perseguía con su vestido blanco y su cabello suelto agitándose al viento, parecía un ángel, el más hermoso que Dios pudo crear, ellos no se habían percatado de su presencia, los niños se escondieron tras un árbol y Bella rodeaba el árbol para tratar de atraparlos, era una escena llena de amor, una escena familiar y cómo desearía estar él también estar jugando y riendo feliz con la familia que él tontamente había alejado de su lado, estaba perdido viéndolos jugar cuando el pequeño lo vio y dejó de reír, dejó de tratar de esconderse, apretó su pequeños puños y le dirigió una mirada cargada de desprecio, de a poco se fue acercando a Edward que lo miraba embobado, él de los dos era el que más se parecía a él y al parecer tenía mal genio, hizo una mueca mental, por supuesto que el niño lo odiaba, tenía todo el derecho de despreciarlo.
- lárguese de aquí señor, aquí no se le ha perdido nada
- ¿Ethan? – dijo Bella al percatarse de la situación, es cierto que ella había dado la orden que si él venía lo dejaran entrar, porque tenía que hablar con él, pero no pensó que vendría tan pronto, al parecer se estaba tomando el asunto con seriedad
- No mamá, él debe irse, no lo quiero acá ¿me escuchó señor? LÁRGUESE, usted no tiene hijos acá, nunca lo aceptaré, lo odio, lo odio con todo mi corazón por dejarnos abandonado, lo odio por todas las veces que me llamaron bastardo, por las burlas que nos han dado por no tener padre ¿sabe que hay niños que no quieren jugar con nosotros por que somos bastardos, que se burlan de nosotros porque nuestro padre nunca nos quiso?
Cada palabra que decía el niño retorcía el corazón de Edward, sus niños eran los más perjudicados, se merecía todo lo que su hijo le decía y más, miró a la pequeña Sophie y ella estaba con la cabeza gacha pero él se dio cuenta de que estaba llorando recordando las burlas de las que hablaba Ethan, malditos niños que se atrevían a molestar a sus hijos por su culpa.
- hijo por favor, ya conversamos en la mañana, se que no te agrada la situación, pero no podemos hacer nada, además quedamos en darle una oportunidad a papá para que se enmiende y se gane su confianza, no debes tratarlo como un padre si no quieres, pero pueden empezar por ser amigos.
- Si, además a mi no me importa lo que digan esos niños tontos, porque yo siempre he sabido que papito nos quiere, sólo que él no sabía de nosotros – Sophie ya no lloraba y apoyaba a Edward y eso lo conmovió enormemente, toda esa bondad era heredada de Bella.
- Mamita no me obligues, no lo quiero
- Cielo, no te obligo, sólo digo que no podemos cambiar lo que ya pasó, pero si podemos cambiar el futuro, haz un esfuerzo cielo, ni siquiera debes hablarle si no quieres, pero deja que se relacione un poco con ustedes, que los conozca.
- Ok, pero sigue sin gustarme, es feo, muy alto y grande, parece un gigante y mira ese pelo desordenado
- Jajajaja, amor, tu pelo es igual – dijo Bella revolviendo el pelo de Ethan, a pesar de mostrarse relajada Edward se dio cuenta de que estaba tensa e incómoda.
- Quédense a jugar un ratito más yo iré a la casa a conversar con Edward ¿ok?
- Ok – dijeron los niños a coro, pero Ethan no quitaba la cara de odio hacia Edward.
Al llegar dentro de la casa Edward se sentó en un cómodo sofá y Bella se paseaba por la sala, estaba muy nerviosa, retorcía sus dedos y mordía el labio inferior, Edward la miraba embobado, ella era tan jodidamente hermosa y de sólo verla su miembro se retorcía incódomo.
- mira Edward, la situación no es fácil y me ha tomado toda la noche tomar la decisión de permitirte acercarte a los niños mientras se lleva el proceso, como verás ellos están nerviosos y un tanto disgustados, es decir Ethan está molesto y no puedes culparlo, Sophie es especial y al parecer nunca te ha odiado, ellos lo han pasado mal, lo que dijo Ethan es cierto, se han burlado de ellos, pero mis niños son fuerte y felices, por favor si quieres establecer una relación con ellos, por favor no les hagas daño, son tan pequeños, no merecen que les hagas daño, no lo permitiré
- Bella, por favor, se que no lo merezco, pero dame un voto de confianza aunque sea por ellos, te juro que lo que te dije sobre mi supuesta infertilidad en cierto, incluso mi madre me hizo hacer un examen, examen que por supuesto estaba adulterado y acá te lo traje para que me creas, no cambia que me comporté como un cretino, pero por lo menos es algo a mi favor – le pasó el sobre con el estudio adulterado.
- Mi opinión no ha cambiado, no mereces a mis hijos, pero veo que es inevitable que entres en su vida y después de pensarlo creo que lo mejor hacer este asunto lo más sencillo y de bajo perfil, por lo menos lo que más se pueda, no quiero exponer a los niños a pasar por ese infierno, porque tarde o temprano se filtrará la información y todos estaremos en el ojo del huracán y no quiero que mis niños sufran, no digo que te haré las cosas fáciles, pero no quiero escándalos, se hará todo legal, con prueba de ADN, lo único que no permitiré es que los niños tengan contacto con tu familia, no las quiero cerca de mis hijos, no confío en ellas, así que las visitas se harán acá hasta que demuestres que eres digno de confianza.
- Gracias Bella, oh, gracias, verás que no te defraudaré
- A mi no me prometas nada, tú único interés deben ser los niños, a ellos no los defraudes, nosotros tendremos el menor trato posible, eso no ha cambiado
- Pero yo pensé que quizás nosotros….
- ¿Qué nosotros mágicamente volveríamos? ¿Qué sería tu amante nuevamente?, por Dios Edward, debes estar mal de la cabeza si piensas que voy a volver contigo, ya te he dicho amo a Antonio y me voy a casar con él, si estamos conversando es sólo por los niños nada más.
Edward sabía de antemano que Bella no lo perdonaría, él mismo no lo hacía, pero como masoquista que era no pudo cerrar la boca y callar su corazón ante la posibilidad de que Bella lo perdonara.
- no serías mi amante, serías mi esposa, como siempre debió ser
- no me hagas reír Edward, aquí no hay amor – dijo señalándolos a los dos, seña que le dolió a Edward, pero en el fondo sabía que era muy poco probable de que las cosas entre ellos se arreglaran, pero juró internamente de que Bella sería su esposa, la conquistaría, ya había sido su mujer y lo volvería a ser y Antonio que se fuera la diablo, esa era su familia y se los iba a ganar.
- Ok, gracias por la oportunidad, lucharé por ellos Bella, te juro que ya los quiero y quiero que esté sobre aviso a ti también te conquistaré, te amo Bella, siempre lo he hecho y no descansaré hasta que me ames nuevamente.
- No creo que eso sea posible Cullen, ella es mi mujer y me ama, no te le acerques, a los niños no puedo impedirte que te les acerques, pero ni pienses que te los voy a dejar tan fácilmente, ellos me importan como nunca te importaron a ti, los amo y sobretodo no te dejaré el camino fácil con MI MUJER MALDITO BASTARDO – Antonio había llegado y estaba furioso al escuchar cómo ese idiota se le declaraba a su mujer, Bella era su mujer y no dejaría que ese maldito hombre le quitara su familia, así los consideraba él, su familia, él los amaba y lucharía por ellos.
- Ahora amor vengo a secuestrarlos, vamos, he preparado una sorpresa para los cuatro, adiós Cullen – dijo Antonio despectivamente, odiaba a ese hombre y cuando lo había llamado en la madrugada para contarle la aparición de eso hombre no había pegado ojo, no era para menos, no era tonto y era cierto que Bella lo amaba, pero sabía que su gran amor era ese hombre que al parecer aún amaba a la chica que tanto le costó conquistar.
- Cariño, creo que debemos dejarlo para mañana, verás los niños deben empezar a conocer a su papá, Sophie está impaciente, mientras ellos empiezan a conocerse nosotros podemos ver una película.
- Ok preciosa, además tengo algo importante que contarte.
- Edward, los niños te está esperando afuera, cuando desees irte me avisas, ten cuidado y cualquier cosa me buscas, estaré acá mismo, ten cuidado, son unos diablillos.
- Gracias de nuevo Bella.
Edward salió encabronado por la presencia de Antonio, pero feliz por tener la oportunidad de interactuar con sus hijos.