Dark Chat

domingo, 2 de mayo de 2010

Noches de Italia

Capitulo 5. Inesperado
-¿Y bien?


Cuando llegué a la casa me planté en frente de Emmett, estaba sentado en el sofá viendo la tele, con mi cuerpo cubrí todo el monitor.


-¿Qué pasa? –tuvo el descaro de parecer confundido.


-¡Lo sabes perfectamente! –grité fulminándolo con la mirada.


-Sólo quería conocer a mi cuñado –contestó con una sonrisa burlona en los labios.


-Emmett –lo regañó Rosalie-. Estas haciendo enfadar a Bella.


Ella estaba equivocada, yo ya estaba enfadada.


-¡El y yo no somos nada! –exploté-. ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?


-¿Por qué no? –Emmett arqueó las cejas-. A mi me cae bien.


-Por que apenas lo conozco, porque no estoy interesada en él, ni él lo está de mi…


Emmett puso los ojos en blanco.


-¿Siempre has sido así de despistada o sólo ahora?


Iba a abrir la boca para contestar, pero Alice llegó en ese momento.


-Siempre ha sido así –dijo.


-Lo imaginaba –asintió Emmett.


Miré de uno a otro confundida y cuando mi vista llegó a Rosalie la vi apretando los labios, parecía esforzarse por no reír.


Fruncí el ceño. Era imposible mantener una conversación seria con ellos. Me di media vuelta.


-¿A dónde vas? –escuché la voz de Rosalie.


-Está enojada va a desahogarse intentando practicar su escudo –contestó Alice-. Sólo recuerda Bella, no vayas a excederse eso agota mucho tus energías.


Resoplé, a veces era un poco molesto ese don de ella.


Llegué al bosque, me interné hasta el corazón del mismo, no quería ser molestada. Me quedé inmóvil, me concentré utilizando mi enojo como impulso, una esfera de energía se comenzó a formar a mi alrededor. No era muy grande, apenas alcanzaba a cubrirme todo el cuerpo, pero era mejor comenzar con poco.


¿Por qué no me dejaban en paz? Ninguno de ellos entendía que yo no necesitaba una pareja… yo tenía a mi familia, a mis amigos… Una imagen de Edward se introdujo en mi mente. ¿Cómo sería que él se convirtiera en mi pareja? ¿El podría enamorarse de mí? ¿Y yo? Tal vez…


Sacudí mi cabeza, mi concentración se perdió y el escudo desapareció. Hice una mueca, eso me pasaba por desviar mi atención.


Sabía que debía descansar un poco, pero no me importó, volví a formarlo, pero justo antes de que se cerrara por completo mis piernas temblaron y estuve a punto de caer al suelo.


Reuní toda la energía que me quedaba para mantener la protección, tenía que lograr mantenerla tan sólo unos minutos…


El viento sacudió las copas de los árboles, y como si tuviera vida propia, descendió con violencia hasta el lugar donde me encontraba. Ese ligero golpe bastó para que mi escudo se desvaneciera y yo cayera al suelo.


Escuché que alguien se acercaba a mí, era Alice, podría reconocerla fácilmente.


-¡Te lo advertí! –se agachó y me ayudó a ponerme de pie-. ¿Por qué nunca me escuchas?


-Claro que lo hago –repliqué.


-Sí, me escuchas, pero eso no sirve de nada si no haces ningún caso de lo que te digo –me regañó.


-¡Ya entendí! –exclamé-. La señorita Alice siempre tiene la razón –añadí entre dientes.


-Mucho mejor –sonrió.


Caminamos lentamente de regreso a la casa, estaba cansada y no podía correr mucho.


-¿Por qué viniste? –pregunté.


-Porque sabía que no me harías caso y quería asegurarme de que no te destruyeras sola –contestó.


-Muy graciosa –dije con sarcasmo en mi voz.


-Además creo que Edward y Jasper llegarán pronto –dijo, una arruga se formó en su entrecejo.


-¿Crees?


-Sí –contestó-. No puedo verlos con claridad –admitió, con algo de frustración en su voz.


-¿No te parece extraño? –cuestioné.


Alice me fulminó con la mirada.


-No empieces Bella –me acusó-. Yo confío en ellos, deberías hacer lo mismo.


-¡Yo sólo pregunté algo! –me defendí-. ¡Jamás dije que tuviera que ver con ellos!


-Pero lo pensaste


Arqueé una ceja.


-¿Ahora lees la mente? –pregunté.


-No –contestó-. Es sólo que te conozco demasiado.


Hice una mueca, esa era otra de las cosas molestas de Alice.


Ella me vio un momento, parecía estar a punto de decir algo, lo que no sería nada agradable para mí, se notaba en su rostro.


-Creo que no deberías acercarte tanto a los humanos –soltó de pronto.


-Oh no –fruncí el ceño-. ¿Tú también? ¿Por qué Alice creí que te caían bien al igual que a mí…


-No es por eso Bella –me interrumpió-. Ninguno de nosotros te dice eso porque menospreciemos a los humanos, es sólo que nos preocupamos por ti…


-¿Pero de que se pueden preocupar? -cuestioné-. Los humanos no son ningún peligro para mí, es todo lo contrario…


-Bella –dijo Alice para llamar mi atención-. Hay una razón por la cual ninguno de nosotros convivimos tanto con los humanos…


-Por la sangre


-No sólo es por eso –Alice hizo una mueca-. No debemos tener mucho cariño hacia un humano, porque ellos viven un tiempo muy corto, mientras que nosotros somos eternos –ella dudó, parecía insegura de decir el resto-. ¿Qué pasará cuando Mike deje de existir? ¿O cuando tengas que alejarte de él, porque comenzará a notar que no envejeces?


Me petrifiqué. Nunca había pensado en eso. ¿Qué pasaría? Simple, sufriría mucho.


-Ni Carlisle, Esme, Rosalie, Emmett o yo queremos verte sufrir –continuó Alice.


-Lo sé –musité-. Aunque ya es un poco tarde para olvidar a Mike, lo quiero como a un hermano.


-Sólo tienes que tener en mente que dentro de unos años nos mudaremos y tú tendrás que decirle adiós.


Asentí levemente.


Cuando llegamos hasta la casa, vi un volvo plateado estacionarse en frente de la puerta, tal como Alice había dicho había llegado la compañía.


Jasper y Edward, salieron del auto. Una sonrisa radiante se dibujó en el rostro de Alice y se reunió a toda prisa con ellos.


-Hay algo importante que venimos a decirles –anunció Jasper-. Sobre nuestra alimentación.


Hice una mueca. Sólo esperaba que no nos invitaran de cacería, por mucho que a Alice le gustara Jasper, jamás aceptaría ver como atacan a las personas.


Edward volteó hacia Alice, como si ella hubiera llamado su atención, siendo que estaba tan callada como yo. El vampiro de cabello cobrizo sonrió, no entendí el motivo de ese gesto.


-No nos alimentamos de humanos –completó Edward-. Sólo lo hacemos de animales, no queremos hacerles daño a las personas…


Parpadeé. Siempre habría creído que nuestra familia era la única con ese "hábito". No pude evitar sonreír, por fin había encontrado vampiros que se asemejaban a nosotros. Sin darme cuenta me acerque a Edward y lo abracé, él se sorprendió pero no tardó en envolver mi cintura con sus brazos. Con esto él y Jasper habían ganado mi confianza.


-Nosotras también somos "vegetarianas" –dijo Alice entre risas-. Nunca creímos que hubiera alguien más así, creo que a Bella le ganó la emoción.


Ese comentario me hizo volver a la realidad y darme cuenta de lo que estaba haciendo, me comencé a apartar de Edward, pero no logré moverme sus brazos seguían aprisionándome.


Sin previo aviso sus labios se reunieron con los míos, me dejé llevar y rodeé su cuellos con mis brazos, la verdad era que besaba bien.




***********************************************************************************************





Capitulo 6 . Roto


-La que quería permanecer sola, fue la primera que consiguió novio


-Alice si no te callas ahora –fruncí el ceño-. Te va a ir mal.


Ella se rió.


-Vamos tienes que admitir que es gracioso.


La fulminé con la mirada.


-Bien, solo a mi se me hace gracioso –rectificó-. Pero deja de poner esa cara Bella, tienes que admitir que ahora eres más feliz, creo que Edward puede ser tu pareja eterna.


-Tranquila Alice, apenas empezamos a salir –repliqué-. No hay ningún amor entre nosotros, sólo es… atracción –añadí. El beso regresó a mi memoria y me alegré ser incapaz de ruborizarme, porque sino, seguramente mis mejillas estarían teñidas de rojo.


Alice arqueó las cejas.


-¿Atracción? –no me agradó el tono en que lo dijo-. Bella creo que el está…


-Alice –le advertí-. No empieces


-Bien –se cruzó de brazos e hizo una mueca, a ella nunca le gustaba que la callaran. Se puso de pie y me observó por un momento-. Tengo clase y no quiero llegar tarde…


-Y como en esa clase está Jasper también –agregué sonriendo, Alice no tenía remedio.


-Si –ella me devolvió la sonrisa y dio media vuelta-. Nos vemos.


Yo en cambio tenía una hora libre, me recosté en el árbol y saqué un libro de mi mochila, así podría pasar el tiempo.


-¿Cómo estas Bella?


Reconocí la voz al momento de escucharla y a regañadientes aparté el libro de mi cara para ver a Julian de pie en frente de mí.


-¿No tienes algo mejor que hacer? –le pregunté. No me importó sonar grosera cuando lo dije.


Mi brusquedad no sirvió de nada. Julian sonrió y se sentó junto a mí. ¿En que momento le había dicho que podía hacerlo?


-¿Algo mejor que estar contigo? –arqueó las cejas-. No lo creo.


Fruncí el ceño, tenía tantas ganas de hacer mi escudo o de agarrarlo por el brazo y aventarlo lejos de mí, pero no podía, había muchos humanos presentes. ¡Que mala suerte!


-Vete


-¿En verdad te molesta tanto mi presencia? –preguntó Julian.


-Demasiado –contesté.


Hizo una mueca, no me sorprendió, para alguien tan engreído como el debía ser muy duro un rechazo.


-Iré al GOA esta noche –dijo-. ¿No quieres acompañarme?


-No


¿Qué no le bastaba con saber que no me agradaba?


-Que tal si…


-Tengo novio –lo interrumpí-. Así que deja de perder el tiempo conmigo y vete con otra que si quiera estar a tu lado, estoy segura que más de una estaría encantada.


-No quiero estar con nadie más.


Puse los ojos en blanco. Si claro, como si pudiera creerle, todo lo que quería era pasar una noche conmigo y añadirme a su lista de conquistas. ¡Eso nunca! Suspire, sólo tenía que esperar, él terminaría por cansarse y continuaría con su "cacería" con otra chica, sólo tenía que ser paciente.


Abrí mi libro y leí en la parte que me había quedado, tal vez si lo ignoraba se iría. Todo estaba mejorando hasta que Julian pasó una mano por mi cabello, di un salto y me puse de pie quedando a varios pasos lejos de él.


-¡No me vuelvas a tocar! –exclamé, ya estaba harta de ese vampiro. Como deseaba poder usar mi escudo.


El vampiro rubio se levantó sin decir una palabra, tenía una expresión en su rostro que no logré descifrar, pero no me importó, porque sólo minutos después se fue. ¡Por fin podía relajarme!


-¡Emmett si te vas a quedar entonces compórtate como un humano! –me acerqué a el-. Mike va a llegar en cualquier momento…


-Tu humano se tiene que enterar algún día que su amiga es un vampiro –contestó Emmett haciendo malabares con el televisor.


Lo fulminé con la mirada.


-Si no me haces caso, tu auto no volverá a ser el mismo –le advertí.


Emmett hizo una mueca, como a un niño pequeño que le acaban de quitar un juguete. Puso la tele en su lugar y se sentó en el sofá.


-¿Contenta? –preguntó mientras agarraba el control y encendía la tele.


-Si


Tocaron la puerta. Adiviné inmediatamente que se trataba de mi amigo, estaba bastante familiarizada con los latidos de su corazón.


Pasaron unas cuantas horas en las que estudié con Mike, era una costumbre entre nosotros, estudiar juntos para los exámenes, así nos ayudábamos mutuamente.


-¡Acabamos! –exclamé con una sonrisa.


-Si –concedió devolviéndome el gesto, luego frunció el ceño como si acabara de percatarse de algo-. ¿Y tú hermana?


-Con Jasper –mentí, fue lo primero que se me ocurrió, no podía decirle que salió a alimentarse.


-Parece que ellos van bien –comentó


-Si, pero lo bueno es que ella se ve feliz –dije y eso sí era verdad. Alice se veía contenta al estar con él y para mi eso era suficiente.


-Pero… ¿No desconfiabas de ellos? –preguntó mi amigo.


-Ya no –admití-. Además ahora estoy saliendo con Edward y creo que es… creo que puedo confiar en él –no pude evitar sonreír como tonta al recordar a mi novio, me sentía tan segura estando con él, era una sensación agradable.


-¿Qué? –Mike frunció el ceño-. ¿Estas saliendo con él?


-Si


-No es buena idea Bella –dijo inmediatamente, pero aún con esa expresión molesta en su rostro-. No lo conoces bien.


-Creí que de los dos, yo era la desconfiada –contesté sonriendo-. Y tu habías dicho que ellos te caían bien.


-No, dije que Jasper me caía bien, nunca mencioné al otro –replicó Mike.


-¿Al otro? –ahora a mi me tocaba fruncir el ceño-. Se llama Edward.


-Eso no importa –el humor de mi amigo iba de mal en peor-. ¿Por qué lo hiciste?


-¿Por qué hice que? –solté con brusquedad-. Que yo sepa tener novio no es pecado…


-No es gracioso Bella


-¿Qué te ocurre Mike? –le cuestioné, estaba comenzando a preocuparme.


-No importa –contestó y salió de mi habitación.


-¡Espera Mike! –exclamé, bajando la escalera a una velocidad humana, por más que quisiera alcanzarlo no podía dejar que me descubriera.


-Adiós Bella –se despidió entre dientes antes de cerrar la puerta.


Me quedé de pie observando por donde se había ido mi furioso amigo, sin tener la menor idea del porque de su comportamiento.