Hello mis angeles hermosos!1
Aquí les traigo un nuevo cap , ya la cosa como q se va calentando muy pronto tendremos lemmon , también aprovecho la ocasión para felicitar a una personita muy importante para mi Siss ANA KAREN muchas felicidades , ya eres toda un profesional , te deseo todo lo mejor en este nuevo camino q vas tomar q tengas mucho trabajo y q dios te bendiga , te quiero mucho siss hermosa
asi q chicas dejen sus comentarios para nuestro querido ángel ,q recien ha terminado su carrera y se ha convertido en toda una profesional
Mil besitos a todas
Angel of the dark
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CAPÍTULO 08
El corazón de Bella dio un vuelco ante el rápido golpe. Presionando el libro abierto contra su pecho, miraba sin pestañear la gruesa puerta con paneles de roble.
Por un momento fugaz, se pregunto si el conde había decidido seguirla hasta su habitación. Su corazón le dio una voltereta completa ante la posibilidad.
Entonces la razón se impuso. Un caballero declarado totalmente contrario al matrimonio no se arriesgaría a visitar la habitación de una dama en medio de la noche. No con su abuela al acecho, decidida a verlos casados.
―Adelante ―dijo, cerrando el libro y colocándolo junto a ella.
Lady Alice entro a la habitación.
―Vi luz por debajo de su puerta. .Se siente bien?
―Estoy bien. Solo estoy leyendo.
Sin esperar una invitación, Alice se acerco mas, su única trenza oscura rebotando sobre su
hombro mientras ella saltaba sobre la cama. Hubo mas rebote y zangoloteo hasta que se
acomodo al otro lado de Bella.
―Entonces no le importara que me quede un rato. No hemos tenido mucho tiempo para
hablar. Tal vez usted pueda contarme acerca de la vida en la ciudad. Sobre todo la temporada.
Bella ahogo un suspiro. Las abismales series de acontecimientos y eventos que involucraban una temporada no eran algo que le encantaba relatar.
―Una temporada empieza a parecerse a otra después de un tiempo. No hay nada
Extraordinario en la vida de la ciudad. Me parece mucho más preferible vivir en el campo.
―No diria eso si nunca hubiera estado a más de quince kilómetros de aqui ―Alice llevo las rodillas hasta su pecho. ―Tal vez no me importaría tanto si Edward me dejara asistir a algunas de las reuniones locales ―bajo la barbilla hasta las rodillas y miro fijamente los dedos de sus pies que se asomaban bajo el borde. ―Podria tener al menos una pequeña muestra de la sociedad, aunque no sea con el brillo y el bullicio de la ciudad.
Bella estudio el perfil de alice por un largo momento, dándose cuenta de que no eran tan diferentes. Ambas estaban luchando contra las restricciones impuestas sobre ellas, en busca de su propia felicidad, su propia clase de libertad.
Sintiendo una repentina afinidad con la chica, Bella tomo su mano y le dio un apreton
alentador.
―Tal vez pueda convencer a su abuela de invitar a algunos vecinos a tomar el te mientras yo estoy aquí.
Alice negó con la cabeza.
―Oh, Edward no permitiría…
―Soy una huésped aquí, .no? Lady Massen solo estaría complaciendo las peticiones de su
Huésped.
―Usted no conoce a mi hermano ―se quejo Alice, su labio inferior proyectándose hacia
Adelante. ―Si llega a enterarse…
―Entonces, simplemente veremos que él no escuche hablar de ello hasta que sea demasiado tarde ―la interrumpió Bella suavemente. ―Confié en mi. Lo sé todo sobre sortear la autoridad
―.Como mas podría haber evitado el matrimonio todos estos años?
Los ojos de Alice brillaron.
―Desde el momento en que llego, supe que las cosas cambiarían.
―.De verdad? ―pregunto Bella, sonriendo con ironía. Caer desmayada no era el mas
auspicioso de los comienzos. ―Si mi llegada le pareció emocionante, entonces usted tiene toda la razón. Su vida es muy aburrida. Tenemos que ver que podemos hacer para añadir algo de excitación.
Alice se irguió sobre sus rodillas y dio unas palmadas.
―Oh, brillante criatura. Mis oraciones fueron contestadas en el momento en que llego.
Bella sonrió. .Que estaba pensando el conde, aislando a su hermana del mundo a tal punto, que ella demostrara tal histrionismo por un simple te? Era un tirano. Claro y sencillo. No era mejor que su propio padre. Su madre había sido incapaz de ponerse un vestido si no cumplía con la aprobación de su padre. Todo, desde la ropa a la gente que la acompañaba, había caído bajo su ámbito inflexible.
―Bella ―Alice alargo su nombre, echando una mirada socarrona bajo sus pestanas.
―.Alguna vez… ha besado a un caballero?
Bella parpadeo, sorprendida y admirada ante la inesperada pregunta.
Como si presintiera su desconcierto, Alice se apresuro a explicar, su expresión solemne y tensa.
―Yo solo pregunto porque usted ha mencionado la excitación..Excitación? .Besos? Alice equiparaba los dos?
Bella se echo hacia atrás, exasperada. Era lo mismo en todas partes. El campo o la ciudad
―nada era diferente. Las mujeres miraban a los hombres para suministrar la excitación a sus vidas. Los caballeros elegibles nunca despertaron ni algo remotamente cerca a la excitación en su interior. Bella hizo una mueca al darse cuenta que ya no podía hacer tal afirmación. No desde que su camino se cruzo con el conde. Pero entonces, a él no se le podía considerar elegible, .verdad?
Ni un caballero, para el caso.
Bella abrió la boca, lista para reprender suavemente a alice por sus preguntas indebidas, pero luego cerro de golpe la mandíbula. A alice se le había negado más que suficiente en la vida.
Castigado. Corregido. Maltratado. Se merecía una conversación franca, por lo menos.
―Si ―comenzó Bella, sabiendo que ella estaba a punto de frustrar las nociones románticas de Alice. ―O para ser más exactos, yo era la destinataria de un beso.
Mina se inclino, con el rostro brillando.
―.Era guapo?
―Su nombre era Roger Cleary. El tenía dieciséis años. Era el hijo del vicario, y decidido a no cumplir con los altos estándares de su padre ―Bella rio brevemente, recordando ese día de invierno después del oficio en Nottinghamshire. ―Yo tenía quince años y no lo vi venir.
―.Que se siente?
―Fue ―hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas para describir ser arrastrada detrás del refectorio y sometida a un beso con una lengua gruesa que sabia vagamente a sardinas
―sucio.
El rostro de Alice se cayó.
―Oh. .Y no ha habido ningún otro desde entonces?
Bella meneo la cabeza, sin molestarse en explicar que ella se encargo de que ningún hombre se tomara tales libertades de nuevo. Cuando los caballeros la miraban, no veían a una mujer que quería ser arrastrada a algún rincón oscuro y ser besada. Había hecho todo lo posible para ver que nunca ocurriera. El riesgo de verse encadenada a un matrimonio representaba una amenaza demasiado grande. Edward había sido el único que la había mirado con interés ―el único hombre
que la hacía curvar los dedos de sus pies y que su cuerpo hormigueara y ardiera en los lugares más desconcertantes e íntimos.
―Con el hombre adecuado ―evito contestar, ―estoy segura que besar es una experiencia encantadora.
Alice hizo una mueca.
―Nunca voy a conocer al hombre adecuado. No enterrada aquí. Edward y Rosalie se
Encargaran de eso.
―Alice ―empezó, sin saber si debía decir lo que se sentía obligada a hacer, lo que el fuego en su alma demandaba. ―Esta es su vida. Usted tiene opciones. Nadie puede obligarla a hacer algo que no desea. Ni siquiera su hermano y su hermana.
Alice inclino la cabeza y la observo con curiosidad.
―Usted realmente lo cree, .no?
―Tengo veintidós anos y soltera ―Bella vacilo un momento antes de confiar:. ―Eso no es una coincidencia, se lo aseguro. Mis planes de vida no tienen que ver con el matrimonio.
Alice negó con la cabeza.
―Yo no soy tan fuerte como usted.
Bella sonrió.
―Usted tiene temple, Alice. .Porque no le dice a su hermano lo que realmente quiere?
Alice soltó un bufido.
―El sabe…
―Debe seguir diciéndole hasta que la escuche. Practique de ser necesario ―ella agito una
Mano ante Alice. ―Imagine que soy Edward. Continúe.
Alice exhalo, enderezándose.
―Quiero ir a fiestas ―anuncio, como si estuviera lanzando un ultimátum al mismo Edward.
―Conocer gente de mi edad. Bailar ―ante un guiño alentador de Bella, continuo, su voz ganando volumen, color floreciendo en sus mejillas sonrosadas. ―Quiero romance ―y un marido ―ella
Empuño sus manos a los costados y sus ojos cerrados con fuerza en una profunda angustia. ―Y por un momento, quiero vivir mi vida sin una maldición estúpida, fingir que mi padre no era un loco, que mi hermano no es... que yo no soy.
Bella se encogió al ver el dolor en la voz de la muchacha y le pregunto solemnemente:
―.Puede decirle todo eso?
Sacudiendo la cabeza como si de repente se cansara, Alice abrió los ojos y miro
inquisitivamente a Bella.
―.Soy egoísta al desear cosas que no tengo derecho a desear?
―No ―contesto Bella, su voz suave. ―Yo diría que la hace bastante normal. Quiere lo que
toda mujer quiere.
Excepto tu, susurro una voz. Bella deseaba libertad. Pura y simple. Autonomía. Las mismas cosas que una mujer nunca encontraría dentro de los límites del matrimonio.
―Bueno, si es tan natural, .porque no pueden entender que desee estas cosas?
Bella suspiro, incapaz de responder. Ella no podía decir si los Massen deberían abstenerse del matrimonio ―de procrear. .Estaba garantizado que su descendencia heredaría esta enfermedad?
.Podría ser tan grande el riesgo?
―No se ―dijo ella, haciendo una mueca ante una respuesta tan ineficaz.
―Quiero amor, un marido, hijos ―Alice hecho sus delgados hombros hacia atrás. ―Tiene razón, Bella. Mi hermano no me gobierna, ni el temor de una enfermedad que puede o no puede aparecer. Le demostrare ―dicho esto, se levanto, dio un beso rápido en las mejillas de Bella y se dirigió a la puerta, diciendo por encima del hombro:. ―Gracias por el consejo. Bella se incorporo, se acerco y cogió aire.
―Alice, espere. Simplemente le dije que debería hablar...con su hermano...
Pero ella se había ido, la puerta cerrándose detrás de ella.
Bella se recostó sobre la almohada, formándose un nudo incomodo en su pecho. Tal vez se había excedido esta vez en dar un consejo.