Dark Chat

miércoles, 18 de agosto de 2010

Lagrimas De Amor

Buen dia mis angeles hermosos!! aqui les traigo una adaptacion muy buena , ami en lo personal me gusto mucho la trama y esta bueno es diferente a lo q estamos acostumbradas a leer , esta adaptacion le pertenece a Aerin Masen Cullen , MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TU HERMOSO TRABAJO CON NOSOTRAS. dicho esto aclaro q la historia no me pertenece yo solo la publico. asi qmis angeles a leer q aqui hay mas vicio les mando mil besitos a todas y por fiss dejen sus comentarios al final
Angel of The Dark
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Summary: El duque Edward Masen era un despiadado millonario español que había aprendido que era mejor no enamorarse jamás. Ahora necesitaba una esposa si quería heredar el negocio familiar.

Capitulo 1:

Supongo que esto es una broma ¿verdad? 

El duque Edward Masen se apartó de la ventana del castillo, desde el cual se divisaba el precioso paisaje andaluz, para mirar al anciano que tenía delante.

Te aseguro que no bromearía sobre algo tan importante contestó Carlisle Cullen fríamente- Las condiciones del testamento de tu abuelo son muy claras; si no te casa antes de cumplir los treinta y seis años, será tu primo Emmett el que pase a tener el control del Banco de Masen.

Edward maldijo de manera sucinta, frunciendo el ceño.

¡Dios! –espetó- Como frecuentemente comentaba mi abuelo. Emmett es como un niño pequeño. No tiene una meta en la vida, no tiene ambiciones. Dime ¿qué tiene el para que Aro creyera que seria un sucesor mas creíble que yo como presidente del banco? –dijo mientras la incredulidad estaba dando paso al enfado.

El está casado –murmuro el señor Cullen

Edward, que había estado andando por la habitación como un tigre encerrado, se detuvo repentinamente. Miró al desafortunado abogado que había sido el hombre de confianza de Aro Masen.

Desde que tenia diez años mi abuelo me estuvo preparando para que ocupara su puesto como cabeza de la familia Masen y, más importante aún como directos del banco de Masen –dijo entre dientes, tratando de controlar su enfado= ¿Por qué iría a cambiar de opinión de repente?

El hijo de Aro Masen, el padre de Edward, había muerto de una sobredosis tiempo después de haber sido expulsado de la familia. Edward había pasado entonces a ser el duque de Masen cuando su abuelo había muerto, pero lo que más le importaba, el control del banco, la mina de oro, todavía se le escapaba de las manos.

¿Estás queriendo decir que se me niega a tener lo que es mío porque mi primo está casado y yo no? ¿Es la única razón? –exigió saber. Sus ojos color verde esmeralda echaban chispas.

El último deseo de tu abuelo fue dejar el banco en manos de un hombre en el que pudiera confiar y que garantizara la continuidad de su éxito.

Yo soy ese hombre –mascullo Edward, impaciente.

Durante los últimos meses ha habido muchas cosas que preocuparon e impresionaron, a tu abuelo –dijo el abogado.

Entonces saco unas fotografías de su escritorio, fotografías en donde se veía a Edward en compañía de diferentes mujeres, pero todas rubias y con un protuberante escote.

Edward miró las fotografías y se encogió de hombros para mostrar indiferencia; ni siquiera podía recordar el nombre de muchas de aquellas mujeres.

No me había dado cuenta que mi abuelo esperaba que yo hiciera un voto de celibato –espetó.

No esperaba eso. Los términos de su testamento establecen que debes encontrar una esposa. Y creo que te quedan dos meses para hacerlo… o perderás el control del banco. El banco de Masen es un banco tradicional.

Que yo pretendo arrastrar al siglo XXI –terminó de decir Edward misteriosamente.

Aro apoyaba tus innovadoras ideas, y es cierto que el banco necesita ser modernizado. Hay que inyectar ideas frescas, pero no podrás hacerlo sin el apoyo de tu equipo –advirtió Carlisle- Los directivos son precavidos y no les gustan los cambios. Quieren a un presidente que comparta los valores de decencia y moralidad… que tenga una familia. No les gusta ver las fotografías de ti y tus últimas conquistas en la prensa sensacionalista.

Carlisle hizo una pausa, pero continúo hablando.

A Aro le preocupaba que tu… abundante vida social estuviera teniendo efecto sobre tu capacidad decisoria. Tengo entendido que ha habido problemas con la filial británica del banco. El encargado que nombraste, Charles Swan, ha resultado ser una mala elección.

Edward sabía que había cometido un error con Charlie, que le había traicionado. No necesitaba que se lo recordaran.

Tengo la situación controlada. Me estoy ocupando del problema y puedes estar tranquilo: le pediré cuentas a Swan –gruño furioso.

Se acercó para mirar de nuevo por la ventana la enorme propiedad de los Masen. El era el dueño de todo aquello, pero se sentía como un rey destronado. El banco de Masen era suyo. Había pasado los últimos veinticinco años esperando aquel momento y darse cuenta de que su abuelo no sólo había dudado de su capacidad, sino que también había expresado aquellas dudas a otras personas, era duro de digerir.

Soy la persona ideal para este trabajo –señalo fríamente- ¿Cómo podía dudarlo mi abuelo por unas pocas fotografías que me hicieron los malditos paparazzi? ¡Y eso del matrimonio! Madre de Dios ¿en que benefició a mi padre haberse casado? Mi madre era una bailadora de flamenco y una mujerzuela que le destrozó el corazón a mi padre con sus aventuras amorosas. Créeme; nunca permitiré que ninguna mujer goce de tal poder sobre mí. ¿Qué demonios le hizo a mi abuelo pensar que yo querría casarme?

Tu abuelo esperaba que eligieses a una mujer de tu misma clase social, una mujer que entienda las responsabilidades de ser la esposa de un duque –murmuró el abogado- de hecho antes de morir, Aro me confió que esperaba que te casaras con Tanya Denali.

Yo le dejé claro que no tengo ninguna intención de casarme con una niña de diecisiete años. Dios, tanya todavía esta en el colegio –exploto Edward.

Ella es joven, eso es cierto, pero sería una excelente duquesa. Y, claro está, el matrimonio tendría el beneficio añadido de fusionar a dos grandes familias dedicadas a la banca. Piénsalo.

La última conversación que Edward había tenido con su abuelo había sido parecida, y reconoció, como había hecho en aquel momento, el atractivo de la unión de dos de los bancos españoles más poderosos. Pero no era tonto y se había dado cuenta de que era la manera que había tenido su abuelo de seguir controlándole… incluso desde la tumba. Eleazar Denali, viejo amigo de Aro, quedaría muy satisfecho, y el terminaría atado a una niña mimada que no había ocultado su encaprichamiento por el.

Su abuelo, que había sido muy astuto, se había salido con la suya por el momento, pero Edward estaba decidido a ganar aquella batalla y nada, ni incluso el inconveniente de tener que encontrar una esposa, le detendría.

Así que tengo dos meses para encontrar una duquesa –preguntó, sonriendo abiertamente, evidenciando la confianza que tenía en sí mismo.

Sinceramente eso espero –contesto Carlisle- Si hablas en serio cuando dices que quieres ser el próximo presidente del banco.

Eso es lo que siempre he deseado, y no hay nada que no hiciera para conseguirlo –dijo Edward, a quien se le borró la sonrisa de la cara.

Carlisle pudo ver en el la dureza, implacabilidad y la inexorabilidad de su abuelo. Sintió lastima por quien fuese a llegar a ser su esposa, ya que durante años todos los matrimonios Masen habían sido un infierno.

Edward le tendió la mano al abogado de su abuelo.

Nos veremos en dos meses y te presentaré a mi novia –dijo, repasando mentalmente la lista de varias de sus novias, preguntándose cuál accedería a un matrimonio como aquél. Tendría que ofrecer un buen incentivo económico que se pagaría el día de su divorcio. No quería malentendidos.

Eso espero. Y, en tu primer aniversario de bodas, me encantará firmar el traspaso de todo el poder del Banco de Masen a tu nombre. Hasta entonces, suponiendo que encuentres una esposa entes de tu cumpleaños, continuaras con el papel de presidente del banco, pero todas las decisiones que se tengan que tomar deberán ser aceptadas por mi equipo legal y por mí.

¡Un año! –exclamó Edward, agarrando el testamento de su abuelo.

Tu abuelo creía que actuaba en beneficio del Banco de Masen –comenzó a explicar Carlisle, pero dejó de hablar al observar la heladora mirada de Edward.

No te equivoques Carlisle –gruño- Tendré lo que por derecho me pertenece y ni siquiera los mandatos de un fantasma, me detendrán.


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