Dark Chat

martes, 24 de abril de 2012

Rebelde


CAPÍTULO VI.- ODIO, IRA Y ALGO MÁS
BELLA POV
¡Oh no!, que no me viniera con ese discursito de mierda, yo sabía lo que había visto, había pensado que estaría feliz cuando le dijera que había encontrado la solución a su problema, era una buena solución para ambos, él bebería y a mi no me marcaría más, el lazo no se fortalecería más aún, era una buena idea.
Cuando Edward salió le pedí ayuda a Jasper y a regañadientes me instruyó como sacarme sangre y la cantidad exacta para que Edward quedara satisfecho y yo no me secara.
Del estudio de Carlisle sacamos las cosas necesarias y nos pusimos manos a la obra, la cara que puso Jasper al oler mi sangre me dio un poquito de miedo, pero luego se carcajeó diciendo que no me preocupara, no deseaba mi sangre aunque admitía que era muy apetecible, me explicó con calma que cuando se encuentra a tu cantante sólo deseas la sangre de tu pareja, eso ya me lo habían dicho, pero me gustó la forma en que me lo explicó, además ahondó en su historia de amor con Alice, era muy linda, a pesar de que detesto la cursilería.
Una vez terminada la tarea, Jasper me dijo el tiempo que la sangre duraba apetecible en la bolsa, así que me dirigí hacia la discotheque donde había ido Edward, la verdad es que estaba muy cabreada cuando me enteré de que Edward andaba de cacería, no lo quería ver enrollado con ninguna guarra, esperaba llegar a tiempo, además no creo que él hiciera algo así, decía que me amaba y la verdad es que le creía, así que seguramente había salido para apretarme las tuercas y me rindiera a él y su deseo.
Rabia, dolor, incredulidad, odio, fueron algunos de los sentimientos que experimenté cuando vi a Edward enrollándose con esa zorra, estaba bebiendo de ella mientras la fajaba ¿amor por mi?, una putada, maldito vampiro le había descubierto el jueguito, mientras me juraba amor eterno y deseo descarnado él se follaba a otras, claro, quería hacerme lo mismo que le hizo a Tanya, pero conmigo no podía, no sabía aún quién mierda era Bella Swan.
La discusión en casa fue explosiva, dijimos muchas cosas, nos reprochamos otras cuantas, pero mi mente y mi corazón estaban completamente enfurecidos, no entendía razones, no quería entender nada, sólo quería golpear y golpear, la violencia corría a raudales en mi interior y una furia ciega me consumía, había tratado de confiar en él y me defraudó, nuevamente me defraudó.
Él hablaba y hablaba y sólo era consciente de este hecho por que veía cómo su boca se movía, me cerré a escuchar los últimos minutos, sólo golpeaba y golpeaba mi saco, los nudillos ardían y las lágrimas apelotonadas en mis ojos pujaban por salir.
De un momento a otro Edward atravesó la distancia que nos separaba, me empujó contra una pared y sin pedir permiso y sin sentir el más mínimo respeto por mi me alzó hasta quedar a su altura, se metió entre mis piernas acomodando su majestuosa erección contra mi centro y sin cortarse un pelo hundió los colmillos en mi cuello.
- No – grité, no quería esto así, no quería, de verdad que no, no estaba preparada, no así, con rabia y dolor. Sin proponérmelo jadee al sentir la pasión, la sangre corría revolucionada por mis venas dándole el mejor manjar al hombre que gemía como animal mientras bebía de mi.
- No, así no, por favor - volví a gritar mientras las lágrimas que trataba de contener se deslizaban por mis mejillas.
- Si, eres mía y es hora de que te des cuenta que conmigo no se juega niña, serás mía quieras o no – solté un sollozo mientras una de sus manos se coló bajo mi falda y sin tapujos arrancó mis bragas accediendo a mi centro, dos dedos me bombeaban mientras sentía poco a poco el nudo en mi bajo vientre, éste crecía y crecía y sabía que mis gemidos calientes acompañaban a los de Edward, mi resistencia claudicó y me entregué al placer viniéndome en sus dedos, al ocurrir esto se apretó más a mi, pero no paró de mover los dedos, nuevamente sentí mi orgasmo crecer, sus gemidos eran cada vez más fuertes y sus dedos se movían con precisión en mi. Seguía llorando ahora más fuerte que antes, es cierto que lo amaba, lo deseaba y ahora mismo me estaba llevando al cielo, pero lo odiaba al mismo tiempo, no se detuvo cuando le pedí que no lo hiciera, no le importó que estuviera llorando y asustada, a pesar que a veces lo ponía duro a propósito sólo era una niña y no es no.
Al alcanzar mi segundo orgasmo selló la herida y me soltó, sus ojos relucían de un carmesí impresionante y su pecho subía y bajaba con energía.
Me sentía cansada, era mucha la sangre que me faltaba en el cuerpo, sin darme casi cuenta caí al suelo desmadejada, mientras me hacía bolita y lloraba sin control. Edward parpadeó rápidamente y sin dar ninguna explicación salió del dormitorio dejándome enfadada y confundida.
Como pude llegué a mi cama y me dormí llorando en silencio, no podía creer que me había tratado de esa manera, como si fuera una puta, como si tuviera el derecho de tomar de mi cuanto quisiera y sin remordimientos, me usaba como a una zorra y bebía de mi como si fuera una maldita nevera.
Al día siguiente el ambiente era tenso, bajé sólo para desayunar, no tenía ganas de nada y aún estaba muy débil. Edward trató de hablar conmigo, pero esta vez sentí miedo y me refugié en Emmett quien al mirar a Edward le dio una mirada me muerte, me sentía avergonzada por la manera en que Edward me había tratado, sabía que todos se habían enterado, Jasper se encontraba en la casa anoche y había escuchado todo, nadie habló, después de tomar mi desayuno que fue abundante le dije a Carlisle que no iría al colegio, que quería dormir solamente, él asintió con pena y vergüenza.
Así fue mi rutina durante una semana, no hablaba con nadie, el primer día bajé a tomar mis alimentos, pero después de eso bajaba y ponía lo que comería en una bandeja y me iba nuevamente a mi habitación, allí pasaba todo el día recostada divagando, nadie me decía nada, ni siquiera me pasaban las llamadas y mi celular estaba apagado, pasaba todo el día en pijama, estaba melancólica y a veces tocaba mi guitarra canciones tristes y apagadas mientras lloraba.
Después de esa primera semana de autocompasión decidí que ya era suficiente, no le daría el gusto al vampiro de seguir así, de sentirme como la mierda, ya me habían pasado suficientes cosas malas en mi corta vida y me levantaría de nuevo, no dejaría que la pena me consumiera, dejé de llorar y después de una exhausta sesión con mi saco de boxeo y de destrozar la guitarra y casi toda mi habitación salí.
Era de noche y necesitaba salir urgentemente, me valía huevo a quién le molestara mi salida, nadie me detendría, era mi puto derecho salir a reventar el mundo.
Antes de alcanzar la puerta de salida me interceptó Edward, se veía fatal si un jodido Dios del olimpo pudiera verse así. Sus ojos nuevamente se camuflaban bajo las lentillas dándole un color marrón confuso. Me miró con tanta pena, pero ya no me conmovía, ya no me inspiraba más que asco y odio, si antes lo deseaba como una enferma ahora sólo sentía dolor al mirarlo, dolor y rabia.
Trató de decirme algo y acercarse, pero no lo permití, estiré mi brazo con la palma de mi mano extendida dejándole claro que no quería que se acercara y que no me hablara, suspiró y se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Pasé por su lado sin mirarlo y salí como un torbellino de la casa.
No fui al bar, en cambio e fui a una discotheque, no a la misma que fue Edward, pero igual de buena.
Quería….quería, no se qué mierda quería hacer, pero quería descargar la rabia que llevaba, así que me dirigí al bar, pedí una botella de tequila y poco a poco me la fui bebiendo. Muchos chicos pasaban y me miraban con cara de estúpidos, pero no existían para mi…..hasta…..que lo vi.
Era un muchacho bien guay, estaba en la pista bailando con una rubia de bote y plástica, el tipo estaba como camión, nunca antes lo había visto, era rubio, cuerpo bien formado, alto, no tanto como….. bueno, era alto y lucía unos músculos de muerte, su ropa estaba bien, un poco pijo para mi gusto, pero era lo mejorcito que había visto hasta ahora.
Seguí bebiendo mientras lo miraba moverse con gracia y sensualidad en la pista, de pronto me miró y sonrió mientras me evaluaba, me sentí bien al leer su apreciación, si, era linda y sexy y el chico lo apreciaba. Le sonreí y la rubia al darse cuenta me fulminó con la mirada, bah, rubia tonta, no era competencia para mi, si quisiera ese tipo ya sería mío, no estaba mal en pensar así, al fin y al cabo a parte de James nunca había tenido otro tipo de relación cercana al noviazgo, James y Jacob eran los únicos con los que me había besado a parte del vampiro.
Después que terminó la última canción el chico se acercó a mi, sonreí internamente, hoy me quería sentir linda, apreciada, quería borrar el sabor amargo de sentirme la zorra de un vampiro.
La conversación con Seth fue muy divertida, el chico era graciosísimo, tenía mi edad y era nuevo, así que compartiríamos clases, además de vivir cerca, muy cerca.
Después de una breve conversación me sacó a bailar y gustosa accedí, el baile se nos dio bien y entre baile y baile terminamos besándonos, sus besos eran tranquilos, suaves, pero me venían bien, no tenían esa pasión arrebatadora y desbocada de Edward, Seth besaba con ternura, con delicadeza y me encantó, sus manos se quedaron quietas en mi cintura y se anotó otro punto al no tratar de fajarme, Seth era todo un caballero.
Salimos de la disco y nos dedicamos a recorrer la ciudad caminando, entre risas y anécdotas nos conocimos un poco más, cada tanto nos besábamos y paseamos tomados de la mano, eso jamás lo había hecho, pero con él me sentía bien, me sentía normal y al mismo tiempo me sentía distinta.
Quizás el hecho de estar con alguien de mi edad por primera vez cambiaba todo, nunca antes permití que James me tomara de la mano como noviecita de pre escolar, pero con Seth era distinto, por el momento.
Me contó que venía desde Chicago con sus padres y una prima que vivía con ellos ya que sus padres habían muerto hace dos años, estaban aburridos de la vida en esa gran cuidad, así que decidieron venirse a Forks buscando estabilidad y paz, llevaban una semana viviendo acá y el próximo lunes se integraban a las clases. Su padre era abogado y su madre dueña de casa.
Le hice un resumen corto de mi vida en el internado y de los Cullen, claro que obvié su naturaleza y a Edward no lo nombré para nada. Las horas fueron pasando y llegamos a un pub, entramos y bebimos un poco más, la verdad es que ya estaba bastante pasadita de copas, pero a la mierda me dije, la estaba pasando como nunca antes.
Entre copas Seth me pasó una pastilla y le sonreí con agradecimiento, sabía perfectamente que tipo de pastilla era, hace tiempo que no las tomaba y me venía bien, así que sin reflexionar mucho la tomé.
Al poco raro nos reíamos solos y escandalosamente, a puros botes llegamos a mi casa, no podíamos parar de reír y es que Seth salía con unas cosas muy cómicas, él también había consumido, así que estábamos en igualdad de condiciones, bueno, yo un poquito más, ya que había bebido mucho más que él.
Me contaba de sus aventuras en Chicago y de sus amigos. Cuando llegamos a la puerta de mi casa nos tropezamos y caímos al suelo estrepitosamente quedando yo encima de él. Era tan lindo y tenía la mente tan enturbiada que no me aguanté y lo besé como si la vida se me fuera en ese beso, por supuesto él me correspondió abrazándome con fuerza.
De pronto la puerta se abrió de golpe y con Seth alzamos la vista, Edward nos miraba con cara de odio y apretaba los puños con fuerza, mierda, nos estábamos besando en la puerta de la casa del vampiro que me reclamaba como suya, mierda, mierda, mierda, pero de nuevo mi mente se perdió y me puse a reír como histérica. Me paré como pude y ayudé a Seth a que hiciera lo mismo, Edward no decía nada, sólo nos miraba de hito en hito.
Ignorando al personaje de cuentos de terror me giré hacia Seth para despedirme, le di mi número de celular y del teléfono fijo, nos dimos otro beso, pero cortito y Seth se despidió guiñándome un ojo y gritando a todo pulmón que había conocido a la chica más hermosa del mundo.
Riéndome de la tontería que acababa de pasar entré a la casa todavía ignorando a Edward que apretaba el borde de la puerta con rabia.
Al entrar a la sala sentí los pasos del vampiro tras de mi y me apresuré a mi dormitorio, no alcancé a llegar cuando Edward me tomó de la muñeca y me acercó a él, como pude traté de alejarlo, pero fue en vano, me acercó más a él y me olió sin dejar de mirarme con rabia mezclada con pena, ja, que se metiera la pena en el culo.
- Suéltame idiota – le grité, me tenía cabreada
- Por lo menos me hablas, además ¿qué mierda consumiste?, estás evidentemente borracha y drogada y ese tipo ¿quién mierda es?
- No te importa quién sea, a la única que debe importarle es a mi, déjame de una maldita vez en paz
- No, no entiendes, debemos hablar de lo que pasó
- No, no tenemos nada de que hablar, no quiero que me hables, no quiero que me mires, no quiero tenerte cerca.
- Eres mi cantante – gritó enojado
- Y me tratas como a una puta nevera – sus ojos se entristecieron y abría y cerraba la boca en busca de palabras que yo no quería escuchar – nunca te perdonaré que me trataras como a una zorra, me das asco, te odio, te odio – grité mientras le golpeaba el pecho llorando de rabia y cayendo al suelo arrodillada
- Lo siento tanto Bella, ese día no estaba en mis cabales y lament…
- Nooooo – grité – no quiero escucharte, me dañaste, me utilizaste, me ultrajaste.
En seguida llegaron los Cullen en masa y me rodearon, las chicas me abrazaron y los chicos miraban desafiantes a Edward.
- te odio Edward, así que no intentes tratarme nuevamente como tu zorra personal, para eso anda y búscate a otra – dije entrando al dormitorio seguida de Alice y Rose. Pude escuchar claramente que Carlisle reprendía duramente a Edward y le decían que ya estaba advertido.
Apenas puse la cabeza en la almohada caí rendida en un sueño que empezó lindo, pero de a poco la cara que me miraba con amor y devoción se transformó en la de un demonio aterrador que me mataba inflingiendo un dolor tremendo, yo sólo gritaba que dejara de hacerme sufrir, que me matara de una vez, pero el demonio se regocijaba de mi dolor y seguía torturándome, estaba al borde de la muerte, sentía como mi fuerza se perdía en la bruma de la inconsciencia y con un último grito caí en un abismo negro.
Desperté gritando y completamente sudada, mi respiración era tan agitada que apenas podía hacer entrar aire a mis pulmones, mis mejillas estaban mojadas producto del llanto.
No alcancé a pararme para ir al baño cuando mi puerta se abrió y entró Jasper. Me abrazó fuertemente a su cuerpo mientras yo sólo temblaba de miedo, así nos quedamos un buen tiempo, pero a medida que me calmaba emocionalmente la parte física se sentía como la mierda, las nauseas se apoderaron de mi sistema y a trompicones me deshice del abrazo de Jasper para correr al baño.
Mi cuerpo no daba más, me sentía cansada y la garganta me ardía de lo mucho que había vomitado, la espalda me dolía horrorosamente por contorsionarse, el sudor bañaba todo mi cuerpo, el que sentía muy caliente.
Jasper delicadamente me sobaba la espalda y me ayudó a levantarme, a lavarme para llevarme nuevamente a la cama, una vez acostada llamó a Carlisle, al parecer estaba con mucha fiebre.
Carlisle me inyectó y me dejó descansar diciendo que no iría al colegio hasta que me recuperara, creo que no alcancé a contestarle porque ya estaba dormida.
EDWARD POV
Maldición, estaba total y completamente jodido, lo que le había echo a Bella no tenía nombre, bueno más bien si, la había violentado sexualmente, la forcé mientras bebía de ella. No se qué mierda fue lo que pasó, sólo que mi mente se nubló y no puede racionalizar de lo que estaba haciendo, fui un maldito animal, merecía morir por lo que le hice, ahora si la había perdido para siempre, es más deseaba que nunca me perdonara, no la merecía.
A pesar de todo la amaba, la amaba tanto y me dolía ver como día a día sus ojos se apagaban cada vez más, ya no sonreía y cuando lo hacía eran sonrisas falsas que no le llegaban a los ojos, estaba más delgada y pasaba todo el día en su habitación llorando.
Cada lágrima que derramaba era como una cuchillada en mi muerto corazón, lloraba sin lágrimas con ella, quería acercarme y tratar de pedirle disculpas, pero cada vez que intentaba acercarme ella se ponía tensa y en sus ojos reflejaba el miedo que sentía hacia mi, me dolía como la mierda esas reacciones suyas, pero me lo tenía bien merecido, nada de lo que hiciera me haría sentir mejor, yo mismo jamás me podría perdonar.
Con mi familia las relaciones eran más que tensas e incluso Emmet y Jasper me habían golpeado por tratar a Bella de esa manera, por supuesto no me defendí, las chicas no me hablaban y mis padres dijeron que estaban muy decepcionados con mi proceder, que nunca pensaron que fuera a actuar de esa manera, menos con Bella. Me dolieron cada una de sus palabras y sollocé como niño pequeño cuando Carlisle me dijo que dejara en paz a Bella o la mandaría lejos donde nunca la podría encontrar.
Le prometí que la dejaría en paz, cualquier cosa con tal de tenerla cerca, aunque me odie me conformaba con verla de lejos.
Cuando la vi con intención de salir después de haber escuchado como destrozaba su habitación la intercepté, no tenía ningún derecho de hacerlo, pero me preocupaba que saliera en ese estado, pero no dejó que dijera nada y salió, iba a seguirla para asegurarme que estuviera bien, pero mi familia, especialmente Rose me insultó diciendo que no tenía ningún derecho de estar cerca de ella, que la dejara en paz.
A regañadientes y con la culpa que cargaba me quedé en casa destrozando mi cabeza pensando en ella y en que estuviera bien.
Lo que nunca imaginé fue verla llegar en ese estado y con ese idiota de mierda, venía borracha y drogada, más encima se estaban besando cuando abrí la puerta, quería desesperadamente destrozar al chico que se atrevía a tocarla y besarla de esa manera, pero me contuve, yo había ocasionado todo este embrollo, me lo merecía, el dolor era tanto que pensé que me partiría en dos.
Cuando la alcancé y traté de hablar con ella me dejó estupefacto con las palabras que me dirigía, me las merecía todas y más, pero eso no dejaba de doler como la mierda, sus ojos relampagueaban con tanto odio hacia mi que me quedé quieto mientras ella se descargaba contra mi pecho, quería besarla y consolarla, pero yo era el causante de esa pena y rabia que cargaba.
Cuando entró en su habitación nuevamente Carlisle que amenazó con llevarse lejos a Bella.
Esa noche fue terrible, la escucha llorar en sueños y cuando empezaron los gritos y el llanto pensé que moriría, quería correr y acunarla en mis brazos, pero sabía que esa pesadilla yo la había ocasionado, cuando gritó que la matara, que no aguantaba el dolor jalé mi cabello y sollocé sin control.
No pude aguantar más y corrí al bosque como un demonio, a gritar mi frustración y mi pena, ella sufría y sentía ese sufrimiento en cada partícula de mi ser.
Las horas pasaron y cuando llegué a casa me encontré con que Bella estaba enferma, tenía fiebre muy alta y Carlisle la había inyectado, ahora dormía.
Las miradas de mis hermanos y padres se clavaron en mi cuerpo como filosas cuchilladas, podía leer sus mentes y me regalaban insultos del más alto calibre.
Bella estaba profundamente dormida, pero a los pocos minutos empezó a delirar mientras con cada susurro suyo yo me hundía más en el dolor, en la desesperación.
Ella rogaba que la dejara en paz, lloraba pidiendo que no la lastimara, que ahora era una puta, una zorra más. No, ella no era así, nunca quise tratarla de esa manera, me equivoqué, perdí mi norte y las consecuencias de mis actos las estábamos pagando todos.
Los días pasaron lentamente y Bella por fin estaba mejor, ahora ya salía nuevamente de la habitación, pero pasaba casi todo el día fuera. Se que se estaba relacionando cada vez más con ese chico, podía olerlo en su ropa y los celos me roían poco a poco cada vez de manera más fuerte. No podía reprocharle nada, ella estaba en todo su derecho, yo la había defraudado, traicioné lo que pudo ser el amor más bonito del mundo.
Pero no me daba por vencido, poco a poco empecé a tratar de ganarme nuevamente su atención, en un principio no me daba bola, pero de a poco al parecer notó que no trataba de controlarla, aunque ganas no me faltaban, mi especie era dominante y egoísta por naturaleza, sobretodo si se trataba de tu cantante, pero controlando mi furia y deseo me fui acercando de a poquito nuevamente.
En un principio me miraba con terror, después con desconfianza y ahora me miraba como se mira a un pariente que le es indiferente totalmente, pero algo es algo ¿no?, por lo menos ya no me mira con odio, aunque el odio es un sentimiento apasionado y la indiferencia no es nada, ¡mierda!.
Empecé a espiarla otra vez, cada día llegaba con alcohol y drogas en el cuerpo, no en exceso, pero era alarmante su estado, ese maldito chico le proporcionaba una vía de escape, pero era la vía equivocada.
Mi familia estaba loca de remate, se que me porté como la mierda y no me dejaban interferir, pero ellos tampoco lo hacían, y tenía un miedo atroz que un día se le pasara la mano y muriera por sobredosis.
Ante tanta preocupación casi no sentía sed de su sangre, me conformaba con la de los animales, pero se que pronto tendría que consumir de algún humano y Bella estaba totalmente fuera de mi dieta.
BELLA POV
Las cosas estaban un poco mejor, si bien es cierto en casa las relaciones ya no estaban tan tensas, no era lo mismo de antes y en cierta medida me sentía culpable, antes ellos eran tan felices y llegué a cagar todo.
Seth, era un chico estupendo, aunque se que no era el mejor amigo por el momento era lo que necesitaba, pasábamos casi todo el día juntos, en el colegio y después en su casa, su prima Alizze era una chica un tanto rara, pero muy simpática, a veces salía con unas cosas que hacían que el vello de mi nuca se erizara. Seth decía que no le hiciera caso, que era una bruja frustrada y después reía, pero si existían los vampiros, no era de extrañarse que lo hicieran las brujas.
A veces salía con comentarios como: "Bella, tu destino es incierto, pero será muy doloroso", "dentro de poco te rendirás al amor y empezará tu infierno", "tu carne se desprenderá de tu cuerpo, tus lágrimas inundarán los cielos y tu sangre derramada bañará la antigua tierra", "todo por traición, el amor te traicionará, te matará cuando menos lo esperes".
Esas frases se arremolinaban en mi mente, pero decidí que la chica estaba medio loca y no le prestaba atención. Al menos por el momento.
De todas maneras los tres hicimos un equipo genial, con Seth decidimos que nada de romance ni besos, pero cuando teníamos la mente embotada igual nos dábamos unos que otros besos, pero no nos enrollábamos demasiado, además él se había dado cuenta y había escuchado los rumores de mi extraña relación con Edward, así que le conté lo que había pasado, claro que dejando el vampirismo de lado.
Edward fue otra sorpresa, se que se moría por reclamarme la relación que mantenía con Seth, además de las drogas y todo el descontrol que tenía ahora en mi vida, pero se controlaba y se mordía la lengua, se que trataba de ganarse mi confianza nuevamente y aunque las cosas nunca fueran a ser como el deseaba estaba empezando a respetar un poquito su control.
Salía casi todas las noches de fiesta y si bien es cierto que estaba un poco mejor la relación con Edward, a veces sentía que no había expresado toda mi rabia, a veces quería destruir todo a mi alrededor, sentía una ira que sabía no era normal, una fuerza en mi interior que me pedía violencia, destrucción y me asustaba de muerte.
Hoy era uno de esos días, desde que desperté temprano en la mañana sentía esa violencia interna a punto de explotar de la peor manera, tomé dos pastillas, pero no me calmaron, pasé dos horas dándole al saco y nada, la ira y un sentimiento de excitación unido a esta ira me tenían en el límite.
Necesitaba salir, necesitaba hacer algo, el saco no era suficiente, las drogas no me calmaban, sentía mi respiración agitada y deseaba pelear…..deseaba sangre, deseaba violencia.
Salí a quemar llantas en la moto de Edward, no me importó que trataran de hacerme desistir, los Cullen al parecer sabían de mi estado desequilibrado, pero les dije que volvía pronto.
Por horas corrí como loca en la moto, pero no me podía calmar, necesitaba más, algo más duro, necesitaba adrenalina de verdad.
Me fui al bar después de llamar a Seth y Alizze. Cuando llegaron ya llevaba varias copas encima, faltaban dos horas para abrir al público y los chicos de la banda ya estaban preparando los instrumentos.
Me subí al escenario, probé la guitarra y dejamos todo listo para la actuación.
Al abrir las puertas ya habían muchas personas esperando a entrar, así que en poco tiempo las mesas estaban llenas.
Una vez en el escenario hice mi magia, la música fluía y la gente coreaba las canciones, pero no estaba satisfecha, por el rabillo del ojo vi a Edward apostado en un rincón, me miraba con tanto amor y remordimientos, pero no iba a ceder, no, no, no.
Seguí cantando y tocando la guitarra, canción tras canción. Ya estaba por terminar y dejé la guitarra colgando, ahora sólo cantaría, necesitaba mis manos libres para la canción con la que iba a cerrar.
La canción comenzó y la gente se volvió loca, fuck authority, era mi cierre y mientras cantaba levantaba mis dedos medios mientras saltaba cantando con toda mi alma y mi furia, los ojos de Edward estaban como platos abiertos y mis dos amigos no estaban en mejor situación, mi cuerpo se movía con fluidez y mi voz sonaba fuerte, con desprecio y asco.
Cuando terminé de cantar estaba cansada y mi respiración era dificultosa. Estaba bajándome del escenario cuando unos tipos que estaban entre las primeras mesas me quedaron mirando de arriba abajo, uno de ellos dijo bien alto "ahora veo porque Cullen anda como perrito faldero vuelto loco, la chiquilla debe ser excelente montándolo" y soltaron las carcajadas.
Ese fue mi punto de quiebre, era lo que necesitaba para desahogarme, casi sin darme cuenta me arrojé encima del tipo, la adrenalina corría por mis venas, no se cuanto tiempo estuve golpeando, pero creo que fue mucho, los amigos del tipo no se inmiscuyeron, no se el motivo, fácilmente me hubieran reducido, eran seis, pero golpe tras golpe iba descargando mi furia, me sentía exultante, poderosa.
Cuando dejé al tipo tirado en un charco de sangre reí mientras veía mis manos manchada de sangre, inhalé aire fuertemente y miré alrededor, el local estaba casi vacío, digo casi, porque Edward estaba al lado mío y me miraba de manera rara, veía asombro y ¿temor?, se empezó a acercar lentamente con las manos en alto, tratando de calmarme, miré hacia donde estaban mis amigos, ellos se veían bien, relajados, como si lo que acababa de hacer fuera normal, no habían más personas que ellos.
- Bella, princesa todo va a estar bien, no te haré daño, deja que me acerque – Edward hablaba pausadamente, como si yo fuera el enemigo, un peligro para él.
- Nena, escúchame por favor ven conmigo, vamos a casa, todo va a estar bien – seguía hablando
- ¿por qué me hablas como si yo fuera retardada?, te entendí la primera vez y no estoy sorda para que repitas como loro.
Pero no quería estar con él, no quería su compañía, estaba confundida, no se que había pasado, pero era como si otra persona me poseyera, como otra yo.
Empecé a temblar y las lágrimas se desbordaron, me abracé y caí al piso sollozando. Inmediatamente sentí los brazos de Edward rodearme mientras me levantaba en vilo y salía del bar.
Mis amigos se quedaron a un costado, me sonrieron y se fueron sin decir nada. Al llegar a casa subimos inmediatamente a mi dormitorio, los Cullen nos miraron, pero Edward negó con la cabeza y nadie interfirió.
Me aferraba a él con fuerza, estaba mal, pero lo necesitaba, estaba confundida, pero me sentía confortada en sus brazos, él me contenía mientras me susurraba palabras cariñosas, nadie nunca me había dicho cosas bonitas, ya no sentía que fueran palabras cursis, eran hermosas.
Se sentó en la cama y me abrazó con fuerza mientras besaba mi pelo, mis mejillas, mi frente y finalmente mis labios, el beso fue tierno, delicado, Edward nunca me había besado así y supe que ya no podía negar más el amor que nos unía, el lazo era indestructible y con mi renuencia sólo nos estaba dañando a los dos, a todos.
Me rendí en sus brazos y lentamente nos acostamos disfrutando de más besos dulces, casi castos.
-xxxx 0 xxxx-
En el bosque bajo un árbol dos jóvenes hablaban nerviosos, lo que habían presenciado confirmaban lo que era casi seguro, la chica era a la que buscaban, Renne había fallado en protegerla y ahora ellos habían fallado también, el lazo con el vampiro era demasiado fuerte, lo habían comprobado, sus destinos estaban ahora más que nunca trazados y marcados por el dolor, por el sufrimiento. Nunca habían tenido oportunidad, pero no querían perder las esperanzas hasta encontrarla y protegerla, pero ya era tarde, fuerzas antiguas, violencia, fortaleza, determinación, ira corrían por las venas de la pequeña Bella.
Esa noche habían visto con fascinación y con temor al mismo tiempo la verdadera naturaleza de Bella, porque cuando desató la furia de su interior la marca imperceptible para los demás ojos tanto humanos como los demás seres inmortales fue clara para ellos, la marca duró aproximadamente dos segundos en su piel antes de desaparecer, pero fue suficiente para poner una carta más de la baraja en el intrincado destino de la pobre muchacha.
Ahora sólo debían esperar a que el caos llegara, el mundo sobrenatural empezaba a desmoronarse, la muchacha había aceptado al vampiro en su vida, se iba a entregar a él, sería su mujer y por ello sufriría lo indecible arrastrando a todos los clanes por su decisión.
Ellos no debían juzgarla, su deber era protegerla lo que más pudieran, pero sin intervenir en su futuro, lo que era una completa mierda, ya que si por ellos fuera se la llevarían lejos, donde no le hicieran daño.
Seth y Alizze tomaron sus medallones de luz y comunicaron las noticias recibiendo al mismo tiempo las instrucciones a seguir.

jueves, 19 de abril de 2012

REBELDE

Hello mis angeles hermosos aqui les dejo un cap mas , perdon por no actualizar seguido pero he tenido mucho trabajo , les mando mil besitos a todas y por fiss comenten.....
Angel of the dark
******************************

CAPÍTULO V.- REBELDÍA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓNBELLA POV
Había pasado un mes desde aquel caótico despertar, me dejé llevar por el dolor que sentía por la grave discusión entre James y yo, me dijo tantas cosas terribles, juro que nunca lo había visto así de furioso, lo que le conté a Edward ese día no fue nada en comparación a las cosas que me dijo James, me llamó de todo, utilizó las palabras más repugnantes para referirse a mi persona y todo porque había visto y escuchado a Edward cuando había gritado que yo era de él, claro que ese rencor por Edward venía desde hace tiempo y sin conocerlo lo odiaba, siempre pensé que era porque él sabía como Edward y Tanya me trataban, pero ese día dijo que desde que me vine a vivir con los Cullen él se dio cuenta del cambio operado en mi, dijo que cada vez que yo despotricaba en contra de Edward él se daba cuenta de que algo más pasaba allí y que ese día en el bar le quedó claro todo.
Traté de negar sus acusaciones de mi supuesto romance con Edward, pero él insistió en que yo lo engañaba, me llamó zorra, y dijo que era estúpida al haberme enamorado de un tipo como él. Hasta ahí me llegó la paciencia y lo neutralicé con mi mejor vocabulario, lo mandé a la mierda y le dije que no quería verlo nunca más en mi vida, que esperaba que se pudriera en el maldito infierno y que cuando eso pasara yo bailaría desnuda en su tumba cantando de felicidad.
Si soy una maldita perra cuando me provocan, él mejor que nadie me conocía y no podía creer que él pensara que yo le era infiel, aunque la palabra infiel no debería caer en nuestra "relación", ya que éramos sólo amigos, además qué mierda se creía él para criticarme si ese fuera el caso, él siempre ha tenido una muy activa vida sexual sin importarle en ocultar sus aventuras de mi, es más se vanagloriaba en mi presencia de sus conquistas, a mi nunca me molestó, total no éramos una pareja normal de enamorados, pero tratarme así, eso no, quedó de una pieza cuando le grité todo lo que se merecía y después de decirle que no quería verlo nunca más me largué hacia la casa.
Estaba furiosa, pero sobretodo triste, a pesar de todo éramos amigos y me había hecho daño con sus palabras.
Después de conversar con Edward me sentí algo mejor y descubrí que no era tan pesado como pensaba, pero cuando me llevó al dormitorio quedó la cagada, perdí mi norte y terminé experimentando lo mejor de mi vida en sus manos, sus caricias me volvieron loca, nunca había sentido tanta pasión, tanta lujuria, es más, si soy sincera si Edward hubiera querido follarme lo hubiera permitido, estaba tan fuera de este mundo.
Pero al despertar pensé que lo vivido la noche anterior había sido un sueño, pero pronto comprobé que no era un sueño sino una realidad a la que había jurado nunca permitir.
La discusión con Edward fue épica, se que soy una perra, podía ver el dolor que mis palabras le causaban, pero todo lo que dije fue verdad, no quería ese futuro que él pintaba para mi, yo quería ser libre y él nunca permitiría eso, él siempre querría dominarme y yo no servía para el papel de mujercita resignada.
Cuando se marchó rompiendo la puerta me apresuré temblorosa a bañarme, al salir de la ducha ya un poco más calmada me encontré con las tres mujeres Cullen en mi habitación. Me miraban con pena.
La conversación con ellas fue un tanto vergonzosa, ya sabían lo que había ocurrido la noche anterior entre nosotros y también sobre nuestra discusión, no me reprocharon nada, pero sabía que ellas y toda la familia encontraban muy normal que Edward me reclamara como una posesión.
Me mimaron e incluso hicieron bromas de que habían tenido que salir casi volando para no ser testigos de nuestro arrebato de pasión. Sonrojada les conté que yo nunca había hecho nada así antes a lo que ellas respondieron que sabían, que hace tiempo se habían dado cuenta que entre James y yo no existía ese tipo de relación.
Dónde estuviera, hiciera lo que hiciera, me encontrara con quien me encontrara siempre lo sentí cerca de mí, se que me seguía, que me espiaba, que entraba en mi habitación cuando dormía. Seguía todos mis pasos, me molestaba sobremanera que no me dejara en paz, pero fingía no darme cuenta de nada, así evitaba la discusión, porque ni para eso quería dirigirle la palabra, en estos momentos nuestra comunicación era totalmente nula.
Siempre me buscaba, trataba de entablar conversación conmigo, preguntarme algo, pero lo cortaba antes de decir nada, se que cada vez estaba más frustrado, más enojado con mi actitud y eso me encantaba, me gustaba verlo enojado por mi desprecio, yo viví harto tiempo sintiéndome así.
Con James tampoco hablaba y aunque me llamaba a diario, nunca le contestaba las llamadas, me dejaba también varios mensajes de texto y sólo leí el primero que decía que estaba arrepentido de haberme insultado, que le diera otra oportunidad, que no la cagaría más, que confiaría en mi, etc, puras mierdas, lo borré inmediatamente y nunca más leí los mensajes a diario que me dejaba, simplemente los borraba, creo que necesito otro móvil.
Jacob y los chicos del internado me llamaban y a mi amigo le conté todo lo que pasó con James, estaba furioso con él, dijo que cuando lo viera le partiría la cara por haberme tratado de esa manera, le respondí que no valía la pena, pero se que Jacob no se quedaría con los brazos cruzados.
Ahora estaba en clases y definitivamente matemáticas no era mi fuerte, además para qué mierda estudiaba si yo sólo quería recorrer el mundo con mi guitarra.
A la salida de clases en el parking nos juntamos con mis amigos planeando una salida de copas, muchas copas, ellos ya sabían de mi actividad favorita y querían oírme cantar y tocar guitarra, así que nos juntaríamos en el bar. Sentí la presencia de Edward y se que había escuchado mis planes y se también que eso le reventaba, pero nada me podía importar menos.
Es cierto que no he podido olvidar lo que esa noche me hizo sentir y que a diario sueño con esa experiencia, pero no iba a sucumbir nuevamente, ese era un tema cerrado para mi y aunque me muriera por volver a sentir su labios, sus colmillos y su cuerpo enredado con el mío no permitiría que volviera a ocurrir.
Él se estaba portando muy bien, nunca más trajo a mujeres a la casa y se por las bromas de Emmett que tampoco las veía fuera de ella, el vampiro caliente y ávido de sexo que había conocido ahora era célibe y en el fondo no puedo negar que eso me produce satisfacción, a veces creo que estoy loca por los pensamientos tan encontrados que tengo hacia él. Además ahora se vestía como tanto me gustaba, cada día era una tortura silenciosa verlo tan jodidamente sexy con la ropa que usaba, además las miradas que me daba me producía corrientazos de electricidad por todo el cuerpo y alojándose en mi centro, se que él sabía lo que producía porque podía oler mi excitación y porque casi babeaba cuando lo miraba, pero de ahí no pasaba.
Cuando estaba en casa prácticamente me la pasaba encerrada en mi habitación, escuchaba música a todo volumen, practicaba por horas con mi saco de boxear para aligerar el estrés y tocaba mi guitarra de forma furiosa para sacarme la necesidad que sentía por él. Me habían llamado la atención en casa porque estaba fumando mucho y es que eso me relajaba enormemente cuando mis otras actividades no mermaban mis pensamientos lujuriosos.
La noche de copas llegó y la pasé de maravilla con los chicos, al principio estaban un tanto asustados por el ambiente del bar, ellos son muy pijos y este ambiente para ellos era desconocido, pero los alenté de que nada les pasaría.
Mientras bebíamos nuevamente sentí a Edward cerca, ¿acaso no tenía nada más importante que hacer que estar espiándome?.
Lo ignoré como siempre. La hora llegó y subí al escenario, canté fenomenal, como siempre, el público estaba enardecido y mis amigos me miraban con cara de bobos, no podían creer que esta enana lo hiciera tan bien, de refilón vi a mi vampiro, me miraba atentamente y a ratos miraba con cara de asesino serial a algunos hombres del público.
Mi actuación continuó, al final canté I love rock and roll, love is paint de Joan Jett, Smell like teen spirit, where did you sleep last night y lithium de nirvana y rematé con kosmic blues de Janis Joplin.
Cuando me estaba bajando del escenario un tipo trató de agarrarme el culo, pero no alcanzó, ya que el vampiro celópata llegó antes y le quebró la mano antes de ponerme un dedo encima, lo miré con incredulidad, yo podía defenderme sola, nadie le pidió ayuda, menos mal que nadie se dio cuenta de lo que había pasado, al menos la parte en que el tipo terminó con la mano destruida.
Edward me miró con rabia, él no aprobaba que estuviera en este lugar, pero me importaba mierda, él no era nadie para prohibirme algo.
Seguí caminando hacia donde estaban mis amigos, las chicas miraban a lo lejos a Edward con cara de tontas, claro, el vampiro era espectacular.
- Bella dime que conoces a ese bombón – dijo Melissa, ella no conocía a mucha gente del pueblo, así que no conocía a "mi familia"
- Meli, ese bombón vive con Bella – le contestó Jessica – ¿no es genial?, el tipo está que se cae de bueno, además supe que está soltero, dejó a la odiosa de su novia ¿sabes por qué fue Bella? – Dios, esa chica era muy simpática, pero era una cotilla de primera
- Sólo se que se largó, esa zorra me caía muy mal, menos mal que se fue – dije con desprecio
- ¿lo has visto desnudo o en ropa interior?, describe ese momento, debe ser alucinante verlo así, con ese cuerpo que se gasta – a lo lejos escuché la carcajada de Edward, estaba pendiente de la conversación, yo me estaba poniendo de muy mal humor con las preguntas impertinentes de Jess.
- No quiero hablar de Edward Jess
- Por favor Bella, contesta lo que te pregunté, después te dejo tranquila, por favor, por favor.
- Segura que no preguntarás nunca nada más de Edward si respondo
- Si, si
- Ok, si lo he visto con ropa interior y desnudo también, tiene un cuerpo glorioso, pero lo mejor es que besa como los dioses, sus dedos son mágicos cuando se introducen en tu coño y su lengua te da los mejores orgasmos del mundo ¿contenta? – dije como si hablara del tiempo, todos me miraban con cara de estupefacción, incluso Edward se giró y me quedó mirando como idiota, sonreí tiernamente, Jessica quería saber más, pero la paré.
- Eres mi ídola - dijeron las chicas al unísono y los chicos bufaron, Edward en cambio tenía una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Son novios o algo así? – carajo, Jessica no entendía que no quería hablar más del tema.
- ¿Me ves con cara de tener novio?, no, no somos novios ni nada por el estilo, nunca lo he tenido y nunca lo tendré.
Me di cuenta en qué momento Edward se iba acercando, ya que las chicas miraban en su dirección con cara de estúpidas, quería partirles la cara de bobas que tenían.
Edward llegó a la mesa y lentamente inclinó la cabeza y pasó la lengua desde mi cuello hasta mi mejilla de manera muy, muy caliente y sin despegar los ojos de las chicas que ya babeaban e híper ventilaban. Me quedé estática, no pensé que Edward fuera a hacer algo así en público, mi respiración se agitó y la humedad en mi centro se hizo presente mientras Edward se incorporaba mientras acariciaba mis brazos muy lentamente. Me sonrió como niño pillado en travesura.
- Mmmmm, deliciosa, siempre deliciosa y mía. Adiós chicas – les dijo sonriendo torcidamente, me miró con picardía – Bella nos vemos en casa cariño – me guiñó y se fue riéndose a carcajadas.
Maldito cabrón, me tomó desprevenida, además dejó claro que lo que había dicho de que no éramos nada era una mentira, joder, ahora no me dejarán tranquila con el asuntito. Miré a las chicas y suspiraban en dirección por donde se había ido Edward.
- ¿Segura que no son nada? – preguntó Jessica sonriendo
- No, ese maldito cabrón me va a escuchar en casa
- Bella, por Dios, tienes al chico más caliente en tus manos y no lo quieres aprovechar, espabila, ese hombre es un verdadero bombón, aprovecha
- No – les di mi mirada de púdrete para que pararan con el temita.
Después de ese incidente empezó a hacer más público su atención hacia mi, me iba a buscar al colegio y llevaba flores, chocolates y todas esas mierdas de noviecitos de pre escolar, todos en el colegio me miraban, ya que Edward era considerado algo así como un Dios, si antes las chicas me odiaban, ahora lo hacían más, yo por mi parte no le daba ni la hora a Cullen, odiaba todas esas mierdas románticas y un buen día se lo dije bien clarito. Él me miró sonriendo alegando que las odiaba porque nadie me había tratado de conquistar como correspondía, que yo era una princesa y a las princesas se les conquistaba con amor y dedicación, uf, aparte de vampiro me salió poeta el maldito cursi, no pude aguantar y me reí en su cara de tarado, si pensaba que me derretiría con su discursito, por la cara que puso tengo que reconocer que fui un poquito cruel, pero que se joda, él sabía que no me iban esas mierdas.
De todas maneras no se dio por vencido y todos los putos días me esperaba a la salida, nunca le hacía caso, no me iba con él, mis amigas me decían de todo menos que era bonita y todo por ignorar al Dios griego.
Por petición de Jasper Esme había remodelado una habitación bastante grande en la parte posterior de la casa y había montado un magnífico gimnasio, pobre Jasper no daba más con la lujuria y el estrés que recibía tanto de mi como de Edward y eso le traía problemas con Alice que aunque no se quejaba a veces le daba un poco de pudor que Jasper motivado por nuestra calentura la tomara en cualquier parte de la casa. Ella me había dicho que estaba fascinada por el hecho de que Jasper ahora era más creativo a la hora de amarla, mucho más que antes, pero en un par de ocasiones había sido muy incómodo cuando al correrse había gritado mi nombre ya que en ese momento captaba toda la lujuria de Edward.
Ese día me había levantado temprano y estaba limpiando la moto y por supuesto mi atuendo no dejaba nada a la imaginación, un short de jeans bastante corto y deshilachado, una polera negra estampada con la familia Adams y como era larga la había anudado dejando libre mi cintura. Todo había comenzado muy inocente.
Mientras limpiaba la moto conecté mi ipod y escuchaba a muse, Dios, el vocalista me ponía caliente, esa voz rasgada y erótica hicieron efecto en mi cuerpo y empecé a mover las caderas mientras mi cabeza fantaseaba con follar con Edward con la música de muse de fondo, Dios, eso sería magistral.
De reojo vi a Edward como siempre observándome a escondidas, lo ignoré como siempre, pero casi me corro cuando vi lo que estaba haciendo, él pensaba que no lo había visto y se masajeaba su polla dura por encima del pantalón, esa visión y la música me volvieron loca, acentué mis movimientos, me agachaba levantando el culo, movía las caderas y al igual que en las películas de adolescentes calientes mojé la polera y aunque por el color no se transparentaba si marcada mis duros pezones al no llevar sujetador, además que con su visión para él era más que claro la forma en que se marcaban mis senos, miré de reojo y por primera vez vi una polla, Dios, él se había abierto la bragueta del pantalón y su polla erecta la frotada rápidamente en una de sus manos, era tan grande, gruesa, deliciosa y podía apostar a que estaba húmeda, se me secó la garganta y las bragas las tenía más mojada que mi polera, en un arrebato de lujuria metí la mano en mi short y acaricié mi clítoris húmedo e hinchado gimiendo de satisfacción y ahí fue cuando oí el gruñido de Edward, se había corrido mirándome.
En ese momento me di cuenta de la mierda que había hecho y traté de entrar a la casa, pero justo cuando estaba por entrar vi a los Cullen salir pitando de allí, Emmett me lanzó una mirada divertida mientras me guiñaba el ojo.
- ¡Joder Bella!, entre tú y Edward van a dejar a la pobre Alice postrada en cama para la eternidad, no te aconsejo entrar si no quieres presenciar sexo vampírico desenfrenado jajajajaja.
Me morí de vergüenza y me iba a marchar hacia el bosque que lindaba con la casa, pero Rose me gritó que no fuera por allí, que Edward se encontraba cerca y no era recomendable que estuviéramos a poca distancia, a no ser que quisiera quitarle la calentura que aún tenía su hermano.
Después de eso no dejan de molestarnos en casa, especialmente Emmett que sacaba a colación el acto de Edward dejándonos a los dos avergonzados y a Alice cabreada por la culminación del acto entre ella y Jasper gritando mi nombre, claro él lo hizo porque sentía la necesidad de Edward y absorbía los sentimientos de mi vampiro caliente, ¡mierda, olviden que lo nombre mi vampiro!.
Pasaron dos meses y la verdad es que cada día me costaba más no caer en la tentativa de Edward, seguía acosándome, seguía mis pasos, sentía su mirada penetrante día y noche.
Casi nunca decía nada, pero con sólo verlo a los ojos se exactamente qué sentía, me deseaba, me quería, me amaba, lo se, lo siento en cada partícula de mi cuerpo, porque yo sentía lo mismo, ya no podía negar por más tiempo el lazo que nos unía, cada vez era más difícil no arrojarme a sus brazos y suplicarle que me tomara, que me hiciera suya, que me transformara.
Mis sueños estaban poblados de escenas sexuales entre Edward y yo, distintos escenarios, distintas poses. Despertaba a media noche jadeando y a punto de alcanzar un orgasmo, estaba viviendo un infierno.
Edward parecía que estaba peor que yo, su semblante no era bueno, estaba demacrado y muy ojeroso, al parecer al no beber sangre humana lo estaba debilitando.
Casi sentí lástima de él, casi me desmorono a sus pies y le ruego que beba de mi cuando oí la conversación que tuvo con Carlisle, su padre le reprochaba que no se estuviera alimentando como correspondía, Edward respondía que ya no podía, que toda sangre le asqueaba, que las humanas no eran apetecibles, que sólo deseaba la mía, que no tomaría una sola gota de sangre humana nunca más si no era la mía.
La sangre animal no era suficiente para mantenerlo con fuerzas, ahora me enteraba de eso, siempre pensé que beber sangre humana era más como capricho, como rendirse a los deseos más básicos, pero Edward enfermaría y hasta podría morir si no bebía de mi sangre, eso me molestó, porque echaba abajo mis planes, no quería que él bebiera nunca más de mi, pero tampoco quería que muriera, pero si le daba mi sangre se que lo lamentaría, era una lujuria animal que me consumía cuando bebía de mi, se que culminaríamos follando y no estaba preparada para eso, creo que nunca lo estaría, aunque no puedo negar que sólo imaginar el acto, con el único que me lo he imaginado es con Edward, sólo a él lo deseo.
EDWARD POV
Maldita sea, ya no aguantaba más, necesitaba follar a Bella, lo necesitaba tanto, su sangre, su cuerpo, maldita niña que me desquicia a cada momento, su rebeldía me saca de las casillas, a veces deseo tomarla por la fuerza y hacerle entender de una buena vez que ella me pertenece, que es mía, pero la voz de la razón me pudre la mente diciendo que no es la manera, que tengo que esperar, pero el tiempo se estaba agotando, necesitaba sangre humana, pero no quería consumir cualquier sangre, quería la sangre de mi cantante, antes no era ningún problema beber de cualquier humana, pero una vez probada la sangre de tu cantante la cosa se ponía difícil, ya que no se deseaba ninguna más, pero no quería presionar a Bella, pero Dios, cómo necesitaba de esa muchachita caprichosa.
Había acordado con mi padre que haría el intento de beber de alguna otra mujer, aunque los dos sabíamos que eso no mejoraría nada.
De todas maneras esta noche saldría de cacería humana, Bella no tendría que enterarse de mis planes, no quería hacerle daño, porque aunque ella negara del lazo que nos unía se que ella sentía lo mismo por mi, le haría daño saber que voy a intentar beber de otra persona, aunque mi intención es sólo beber, no pienso follar a ninguna que no sea ella, pero con lo testaruda que es capaz que utilice eso para seguir negando nuestro amor, nuestra unión.
Mi familia salió, sólo quedaba Jasper quien era el encargado de cuidar a Bella en nuestra ausencia. Mi familia había ido a cazar al bosque y yo lo haría a la ciudad. Jasper por supuesto no estaba de acuerdo con mis planes, pero traté de decirle que intentaría fortalecerme y aunque no le gustaba la idea de que traicionara en cierta medida a Bella terminó por comprenderme.
Esa noche fui a la discotheque que estaba a la salida de la cuidad, era muy popular e iban las mujeres más bellas, no hace mucho tiempo iba con mucha frecuencia y era muy popular entre las mujeres.
Hoy iba por necesidad, me molestaba tener que recurrir a viejas tácticas para beber sangre cuando la única sangre que quería o necesitaba estaba tan cerca y a la vez tan lejos, Bella no me daba tregua, pero había jurado respetarla, había jurado esperarla hasta que estuviera completamente decidida a entregarse a mi.
Apenas llegué ojos lujuriosos me seguían, sonrisas coquetas, movimientos sensuales, las mujeres me enviaban un mensaje claro, todas ellas querían ser las elegidas para follármelas, pero eso no ocurriría, el único coño que quería estaba en casa durmiendo.
Me senté en la barra y después de dos tragos la primera humana se acercó, no me apetecía en nada su sangre, es más me molestaba, ella no causaba nada en mi, a pesar de ser jodidamente hermosa no me calentaba como mi rebelde.
Se llamaba Allison y era una morena escultural, era divertida, creo, si le hubiera prestado más atención, pero mi mente como siempre vagaba pensando en la niña que había volteado mi mundo por completo.
La llevé a la pista de baile, lo más cercano que estaría de tocarla sexualmente sería con un baile y unos cuantos toqueteos, la pista estaba a oscuras y la música era cadenciosa, nuestros cuerpos se movían sensualmente, ella trataba de apretarse más a mi, provocarme, estaba excitada, podía olerla, pero su sangre no me llamaba, no me cantaba, no me producía ese picor en la nariz, ese sabor adictivo en mi paladar y definitivamente no me provocaba ni una mierda de placer, mi verga estaba muerta.
Con algo de rabia por sentirme tan inútil la apegué a mi cuerpo mientras sus manos vagaban por mi cuerpo, me acerqué lentamente a su cuello pasando mi nariz por éste, rozándola, excitándola, no sentía nada, así que sin perder más tiempo hundí mis dientes en su cuello, ella gimió de placer mientras mis manos acariciaban su culo.
La sangre corría por mi garganta dejándome un sinsabor tremendo, era otra sangre la que me apetecía, era otro cuerpo el que deseaba tocar, era otro aroma el que me volvía loco.
De pronto sentí el aroma que tanto deseaba, mi cuerpo se tensó y rápidamente sellé la herida de la chica para después borrarle la memoria. Me voltee en busca de Bella y la encontré parada a pocos metros de mi, me miraba de una manera que sentí como se rompía mi corazón o lo que queda de él, una lágrima se deslizó por su mejilla y la limpió con furia mientras salía corriendo hacia el exterior, ¡mierda!, la había vuelto a cagar, ahora jamás me perdonaría.
Salí a buscarla, pero ya no estaba, me subí al auto y fui rápidamente hacia la casa, evocaba una y otra vez su cara de tristeza, me quería patear yo mismo el culo, pero a la vez la rabia iba posicionándose en mi interior, ella era la que no quería nada conmigo, ella fue la que dijo que nunca tendría su sangre, ella me despreciaba cada vez que se le daba la puta gana, yo necesitaba sangre para sobrevivir, no me podía reclamar nada, no tenía un puto derecho de enfadarse.
Al llegar a casa Jasper me miraba con rabia, él adoraba a Bella y sabía perfectamente lo que había pasado, subí rápidamente al dormitorio de ella, a pesar de la rabia que sentía debía explicarle lo que había pasado, a pesar de que dije que no podía reclamarme nada esa niña hacía lo que quería con mi voluntad.
El aroma de Bella llegaba a raudales a mis fosas nasales y la ponzoña inundaba mi boca, para qué hablar de la erección que se apretaba en mis pantalones.
Su puerta estaba con llave y me importó una mierda romper la cerradura, así que entré como un vendaval. Ella se encontraba dándole fuertemente al saco de boxeo sin protección en sus manos, éstas estaban enrojecidas por la fuerza con que golpeaba, su respiración era agitada y lágrimas se agolpaban en sus ojos sin que cayeran por sus mejillas.
- Bella lo que viste no es lo que estás pensando, yo sólo estaba bebiendo, no me la iba a follar
- No me des explicaciones vampiro, lo que hagas con tu puta vida me tiene sin cuidado – gritó sin dejar de golpear el saco.
- Eso es mentira, si no te importara no hubieras ido a buscarme, no te hubieras sacado el puto collar para que te oliera
- Eso fue una estupidez, un maldito error, todo contigo es un maldito error
- Tú lías todo maldita sea, no quieres nada de mi y me prohíbes que me alimente, estoy perdiendo las fuerzas, necesito sangre y tú no me quieres ayudar, ponte en mi lugar, te he dicho hasta el cansancio que te amo, que te necesito y no me das ni la hora y cuando trato de retomar mi vida en algo que sea te enfureces conmigo, no es justo
- ¿Y tú crees que es justo sentirme cómo me siento?, me tientas, socavas mi control, me calientas me conquistas y después te largas con la primera zorra que te encuentras cuando había decidido darte mi sangre para que te recuperaras, ¡tonta de mi!, sentirme como la mierda por ti y tú divirtiéndote de lo lindo con esa guarra, nunca cambiarás, siempre serás el ser despreciable que conocí cuando llegué
- Ya basta, eres tú la del problema, no me quieres aceptar, me siento como un maldito enfermo tras una niña que cada vez que se le antoja me lastima y me desprecia, yo no soy como el pendejo de James al que te cansaste de basurear por años, todo tiene un límite – se que no debería estar enojado con ella, pero me sacaba de las casillas – y por un demonio deja de golpear ese maldito saco, te lastimarás las manos ¿qué mierda pretendías al ir a buscarme?
- Ya te dije, había decidido darte mi sangre, que no te quiera aceptar como pareja no quiere decir que te quiera ver muerto, no quiero que me muerdas, pero había encontrado la solución para que bebieras mi sangre – dijo mientras se levantaba la maga de la chaqueta que llevaba, el vendaje alrededor de su brazo me volvía loco, la sangre estaba fresca bajo éste.
- ¿Qué mierda? – ella fue hacia su mochila y sacó una bolsa con sangre, mi garganta ardía como el demonio y mis fosas nasales se agrandaban olisqueando la bolsa, era su aroma, era su sangre,¡mierda!, ella se había sacado sangre para dármela sin que la mordiera, no sabía si besarla o mandarla a la mierda, por un lado me daba su sangre y le agradecía por eso, pero por otro lado prefirió dármela de esa manera para no tener contacto conmigo, para no dejar que el lazo nos uniera más.
- Tómala, aunque no creo que ya la necesites, por lo que vi deberías estar satisfecho en ese aspecto, aunque con lo otro no puedo ayudarte y tendrás que ir a buscar a la guarra y terminar lo que empezaste
- ¿mmmm?
- No te hagas el idiota conmigo, bebiste de ella, pero te interrumpí y no alcanzaste a follarla, te doy mi sangre en esta oportunidad, pero para bajarte el calentón y la erección ve a buscar a tu amiguita y ahora lárgate de mi habitación
- Con un carajo, te dije que no me la quería tirar, sólo necesitaba sangre, a la única que me quiero follar toda la puta eternidad es a ti.
- Lástima que con lo que vi hoy o confíe en ti
- Nunca has confiado en mi Bella, desde antes de llegar te pusiste la coraza y me aborreciste, nunca me diste la más mínima oportunidad y creo que nunca me la darás
- No te equivocas, eres un monstruo y nunca me rendiré
- Puta madre y dices que yo soy un monstruo, eres cruel, se que no me comporté como era debido, se que te lastimé y no me lo perdonaré nunca, pero tú también me lastimas, andas todo el puto día escupiendo tu asco hacia mi, hacia la mayoría de las cosas, me detestas porque sabes que me amas, me lastimas, pero al mismo tiempo te lastimas a ti misma, me deseas tanto que en las noches me tengo que masturbar por los sueños calientes que tienes conmigo, puedo oler tu maldita excitación ahora mismo, me vuelves loco, ¿tienes puta idea de lo que me haces?, de todo lo que trastornas, de lo mucho que deseo poseerte, de lo malditamente caliente que me tienes y de mi puta consciencia de que me dice que tengo que esperar por ti, que tengo que respetarte, que debo controlarme.
No aguanté más y me abalancé contra ella, lo aceptara o no esta noche iba a obtener lo que tanto anhelaba, a la mierda la falsa moral por la que me estaba rigiendo, ella era mi cantante e iba a ser mía, aunque fuera a la fuerza, ya no aguantaba más.

martes, 10 de abril de 2012

REBELDE

CAPÍTULO IV.- LOS SWAN

Reene Swan, 27 años, casada con Charlie Swan de igual edad se habían conocido en la universidad a la edad de 21 años, estudiaban la misma carrera de administración empresarial, fue amor a primera vista y desde la primera vez que salieron se volvieron inseparables, el amor revoloteaba por su alrededor, era una pareja digna de ver.
A los pocos meses Reene quedó embarazada y el amor se afianzó aún más entre los jóvenes, se casaron inmediatamente y alquilaron una modesta casita la cual amaban por ser suya.
Reene dejó de estudiar y se dedicó a la casa, Charlie en cambio aparte de estudiar trabajaba para darle todo a su esposa y al bebé que venía en camino.
Cuando la bebé nació fue el día más feliz de los esposos Swan, la nena era tan hermosa que apenas Charlie la vio se enamoró de su princesita Bella.
Todo seguía bien, Charlie terminó de estudiar y entró a trabajar a una empresa muy importante donde era considerado el mejor en su área.
Cuando Bella tenía 4 añitos de edad su mundo dejó de ser feliz, ella amaba a sus padres, pero especialmente amaba a Charlie, él era su príncipe y le había jurado que nunca se casaría con alguien que no fuera él.
Pero ahí empezó la tragedia, Charlie y Reene fueron a la primera fiesta en la empresa, estaban muy emocionados y dejaron a Bella con una niñera.
Había mucha gente importante y entre ellos tuvieron el placer de conocer a los Cullen, eran una familia divertida y encajaron inmediatamente, nunca sospecharon que ellos eran de naturaleza distinta, al igual que la mayoría de los presentes.
Se sentaron y conversaron casi toda la noche con los Cullen y en eso estaban cuando el dueño de la empresa se acercó a su empleado favorito para por fin conocer a su esposa.
Los Cullen se dieron cuenta inmediatamente de lo que pasaba y se llevaron a Aro lo más disimuladamente posible, aquella chica hermosa llamada Reene era la cantante de Aro y él en su condición de vampiro y posesivo, en su mente ya era suya, pero con lo que no contaba es que la mujer no sintió nada al conocerlo, ella sólo amaba a su esposo, Aro estaba desesperado y los Cullen sabían que esto terminaría en tragedia y lamentaban enormemente toda la situación, si bien es cierto que Aro es poco lo que podía hacer, ellos comprendían la necesidad que sentía al reconocer a la mujer que estaba destinada para él y que ésta no pudiera formar el lazo por amar a su esposo.
Los Cullen aún así le dieron una tarjeta donde indicaba teléfono y la dirección de ellos, sabía que la mujer iba a necesitar ayuda y en ese momento ellos se la prestarían, no podían hacer nada más por el momento ya que estaba estrictamente prohibido inmiscuirse en los asuntos de otros vampiros.
Al pasar los días Reene empezó a recibir visitas en casa del jefe de su esposo, eso la alarmó, ya que el hombre era muy raro y no le daba confianza, le pidió que se fuera y que no volviera más, pero él no lo hizo, la seguía a escondidas deleitándose con su aroma tan especial, deseaba lo que Charlie tenía, lo envidiaba con toda su alma.
Con ese odio fue que un día no aguantó más e irrumpió en la casa mientras la mujer estaba a solas con su hija y bebió de ella, él esperaba ansioso que se formara esa conexión, él la amaba, la deseaba con cada partícula de su cuerpo, pero Reene era muy testaruda y no formó la conexión, lo despreció, él le explicó lo que pasaba, le dijo que ese era su destino, que él era su hombre, pero ella se cerró a todas esas posibilidades argumentando con lo que más deseaba Aro para él, el amor de Reene, amor que ella sentía por su esposo.
Enfurecido la chantajeó, Charlie moriría, la niña moriría si ella no se iba al día siguiente con él, ella aceptó, no quería a sus amados muertos, prefería dejarlos libres y vivos y ella sufrir la agonía de ser tomada por un hombre o cosa despreciable, pero sus planes no se llevaron a cabo, ya que Aro no dejaba cabos sueltos y enseguida de dar el ultimátum a la mujer fue y mató a Charlie Swan, él no aceptaba adversarios y la niña sería la próxima.
Reene se enteró enseguida de la muerte de su amado esposo, pero ya no podía hacer nada más por él, casi sin llorar y sin demorar tomó a la niña en brazos y huyó, no dejaría que ese sucio vampiro tomara la vida de su pequeño tesoro, en su huída se acordó de los Cullen y fue en su busca, si a ella le pasaba algo quería pedirles que cuidaran de su pequeña, ya que ella tendría que dejarla ahí y escapar. Si Aro la encontraba la encontraría sola.
Después de contarles a los Cullen su desgracia para horror de ella le confesaron su naturaleza, pero le aseguraron que todo estaba bien, que ellos eran diferentes y que Aro se había extralimitado con su accionar.
Lo que más le extrañó a Reene fue su pequeña hija, ella por lo general era muy tímida y casi no hablaba, pero al conocer a Edward el hijo menor de los Cullen crearon una amistad bastante extraña por decirlo de alguna manera, la niña acababa de cumplir cinco años y Edward aparentaba 20, pero sabiendo su condición sabía que eran muchos más.
Era entre tierno y perturbador verlos interactuar y todos estaban sorprendidos por su comportamiento, se buscaban, se necesitaban, pasaban todo el día juntos y por las noches la pequeña se levantaba de la cama y se colaba en la habitación del hermoso vampiro que la esperaba con ansias para leerle cuentos y cantarle.
Los días fueron pasando y Reene sabía que debía partir, escribió una larga carta a su nena pidiendo disculpas y asegurándole que la amaba con todo su corazón, pero la carta no alcanzó a entregarla ya que para horror de todos la niña cayó por las escalera haciéndose daño y al segundo vieron con terror cómo el joven Edward besaba a la niña como si fuera una mujer adulta para posteriormente beber de ella.
Reene lloró por haberle heredado la maldita sangre a su pequeña condenándola a vivir su mismo infierno, pero se reconfortó cuando le explicaron bien sobre la conexión y se dio cuenta que a pesar de lo retorcido que era toda la situación su hija y el vampiro se amaban, pero ella era muy pequeña, ella debía crecer y eso sería un martirio para el joven, podría incluso enloquecer esperando a que su niña madurara.
Carlisle le dio a beber una infusión a los dos enamorados y Edward fue sacado de la casa por meses, mientras Reene se alistaba para irse, nuevamente escribió una carta, ésta era mucho más larga donde le explicaba todo a su niña, su destino marcado y que si ella no sentía ese amor por el joven que buscara la manera de alejarse de él, dejó la carta a la niña a la que le pidió que no la abriera hasta ser mayor, pero antes de los 18 años y que no le dijera a nadie de la existencia de la misma.
Al día siguiente Reene a hurtadillas huyó dejando a su pequeña sabiendo que los Cullen la protegerían ya que la enviarían a un internado hasta que cumpliera la mayoría de edad.
Pero con lo que no contaba Reene, al menos no tan pronto es que Aro la encontró al tercer día de su escapada y al negarse a ser suya y enloquecido cuando ella le gritaba que siempre amaría a Charlie la mató, drenó su sangre por completo dejándola muerta una vez terminada su labor. Desde ese día nunca se supo nada más de Aro, pero los pronósticos no eran buenos, ya que era muy terrible matar a tu cantante, es volverse loco de agonía, es morir cada día, muchos no han sobrevivido a una experiencia así.
Los Cullen tomaron la noticia de la muerte de Reene con mucha tristeza, le explicaron a la niña que su mamá había sufrido un accidente, que ellos eran sus tutores y la cuidarían.
A los pocos días fue llevaba al internado a pesar de las protestas de la niña que llevaba un dolor tan inmenso en su pecho y que no le había dicho a nadie, los Cullen antes de darle a probar esa fea bebida le dijeron que con eso olvidaría lo malo que le había pasado con Edward, ella no entendía a qué se referían, lo que le había hecho Edward había sido hermoso, pero no lo fue cuando lo separaron de ella a la fuerza y mientras forcejeaba con sus hermanos para volver a tomarla en brazos, él gritó enfurecido NO SOPORTO SU PRESENCIA.
Ahí el mundo hermoso dejó de existir para la pequeña Bella, la dejaron en ese feo lugar donde era maltratada y dónde de a poco fue cambiando, endureciéndose y despreciando todo y a todos.
Tomó clases de guitarra, clases de boxeo y así recuperó algo de felicidad, pero nunca olvidó lo que pasó, quizás su cerebro estaba enfermo, por que no olvidó la forma en que Edward la había besado y la manera en que se había sentido cuando él hundió sus dientes en su cuello para beber de ella, en un principio Bella pensó que eso no era más que un sueño de niña, claro, eso debía ser, se convenció de ello, aunque a veces la verdad rasguñaba la superficie, pero ella lo enterraba en lo más hondo de su corazón y de su mente.
Cuando cumplió los trece años decidió que era lo suficientemente grande para leer la carta de su madre que aún llevaba escondida, al leerla lloró como nunca lo hizo, ella era ahora diferente, odiaba a los Cullen y al saber todos lo que les pasó a sus padres por culpa de un vampiro los odió más y sobretodo odió enormemente a Edward, él quería hacerle lo mismo que ese vampiro había intentado hacerle a su madre, encerrarla, convertirla en comida, pero ella ahora estaba en conocimiento y no aceptaría ese destino para ella, odiaba a los vampiros, odiaba a los hombres, odiaba a Edward Cullen por robarle su corazón y después despreciarla.
Ese día salió del internado de la misma manera que lo hacía siempre, escapando, se encontró en la noche fría y húmeda sentada en una banca en una plaza, estaba sola, no quería a nadie a su alrededor, pero como Dios la odiaba no le concedió su deseo, una vieja anciana con largas faldas de colores se sentó a su lado y la miró atentamente, la anciana no se amedrentó cuando la pequeña niña le gritó enfurecida que se largara que quería estar sola y la siguió mirando en silencio, era tan desesperante que la mirara así hasta que la anciana gritó de horror al ver el cuello marcado de la niña.
Bella tocó su marca, esa que le recordaba a diario su desgracia, la medialuna fría y brillante de su cuello se burlaba de ella siempre.
La anciana la tomó de las manos y empezó a farfullar diciendo que estaba marcada por el demonio, que estaba perdida, que estaba condenada, al escuchar esas palabras que ella misma se repetía en su consciencia rompió a llorar diciendo que no quería eso, que no quería ese destino para ella.
La anciana le dijo que era una gitana y que su gente odiaba a los fríos o vampiros cómo se les llamaba actualmente, que ella había perdido una hija a manos de unos de ellos, que no la había podido ayudar, pero desde ese día había jurado que si encontraba a alguien como ella que no quisiera el destino que estaba forjado la ayudaría, así que de un bolsillo extrajo un hermoso collar gitano con una extraña piedra que en su interior contenía un líquido ambamarino, le dijo que nunca se sacara ese collar, que él la protegería, que el líquido al interior de la piedra era una extraña mezcla de distintas plantas medicinales de distintas partes del mundo y que eso haría su aroma distinto para su vampiro, que él no reconocería su olor, es más esa mezcla de aromas imperceptibles para un humano desagradaría al vampiro que estaba destinado a ella.
Bella sin saber por qué le creyó y lo tomó, desde ese día nunca se había desprendido de él y pudo comprobar que la anciana gitana Zafrina tenía razón, cuando se reencontró con Edward, el odio que nació en él fue inmediato, él aborrecía su aroma sin saber que éste estaba disfrazado escondiendo su tesoro más preciado.
Al perderlo en casa de los Cullen fue suficiente para que él la oliera de verdad y se desatara la locura.
Cuando Bella terminó de contar todo lo que sabía y lo que había pasado alzó la mirada y todos la miraban con asombro, ella sabía más de ellos que ellos de ella, no estaban acostumbrados a algo así y se sentían un tanto decepcionados por los sentimientos de ella hacia ellos, por eso fue que le explicaron con calma su versión de los hechos.
Ellos no podían dejarla en casa, el lazo con Edward era muy intenso, pero ella era muy pequeña y temían que Edward no resistiera la tentación y eso si sería un desastre, no podían permitir que Edward la tomara como su mujer siendo una niña.
Edward por su lado le explicó que él no recordaba nada hasta la noche anterior cuando volvió a beber de ella, y le explicó con tanto amor que él había gritado que no la soportaba, pero que era a su aroma que lo enloquecía era a lo que se refería, le contó avergonzado de sus ganas de hacerla su mujer, de hacerle el amor y eso le horrorizó, ella tenía cinco años, eso era repugnante, pero él la deseaba y la amaba tanto y le dolía enormemente haberla olvidado.
Le explicó también sobre los años que pasó después que se la llevaron, de su soledad, de su dolor, algo le faltaba y no sabía qué era, algo buscaba y no lo podía encontrar, ahora sabía que siempre la había buscado a ella.
EDWARD POV
Dios, ahora comprendía todo, ella había pasado por tanto en tan pocos años, pero nuevamente me enorgullecí de que ella fuera tan fuerte, sólo ella podría haber aguantado tanto y sola, la adoraba, la veneraba, si ella me pedía la cosa más mortífera o absurda, lo haría, por ella haría cualquier cosa, cualquiera, pero por favor que me perdonara, que me amara como yo la amaba a ella.
Ella me miró cuando le conté todo lo que había sentido desde que la había perdido, se veía que me quería creer, pero también estaba desconfiada, no la culpaba, yo mismo me había encargado de cagarla a lo grande, me faltarían vidas para pagar por todo lo que le he hecho.
La familia salió, sabían que debíamos conversar a solas, yo lo deseaba.
- Bella, no sabes lo avergonzado que me encuentro, yo no tengo palabras para enmendar mi error, no fui justo contigo, me dejé llevar por las apariencias y te ofendí de todas las maneras posibles
- No quiero hablar más de eso, ahora lo único que quiero es salir a despejarme, necesito además encontrarme con James, anoche lo traté muy mal y él no lo merece, además mis amigos vinieron especialmente a visitarme y yo los dejé solos – dijo demasiado seria para mi gusto
- No puedes verlo, eres mía – sisee con tono de amenaza – no vas a verlo más, una cosa es que te pida perdón y otra es que deje que andes con cualquiera, eres mía, sólo mía.
- Eso no es cierto, no me amas Edward, ni siquiera me conoces, sólo recuerdas a una niña boba que te seguía a todas partes y se deslumbraba contigo y deja de repetir que soy tuya, no lo soy y no puedes impedir que haga lo que me da la gana – en parte tenía razón, pero si la amaba, lo sentía en cada partícula de mi cuerpo, lo sentía en mi corazón seco que gracias a ella casi sentía que latía rápidamente y al mismo tiempo los celos me carcomían.
- Déjame conocerte Bella, empecemos de nuevo, deja que me gane tu confianza y tu amor, deja que sea al menos tu amigo, cualquier cosa, pero no me apartes de ti.
- Lo siento, pero no puedo Edward, no podemos ser amigos, ya que desde el primer momento que llegué esa posibilidad desapareció y no soy de esas personas que olvidan y perdonan con facilidad, no soy una santa, tengo un montón de defectos y la verdad es que te detesto – cerré mis ojos, se que si pudiera llorar en este momento lo estaría haciendo.
- Me voy a ganar tu amistad Bella, verás que si, pero quiero que te quede claro una cosa, soy difícil y aunque te moleste eres mía y no comparto mis cosas, lo mío es mío
- ¿cosa?, ¿ahora soy una cosa?, sigue hablando Edward imbécil Cullen , cada vez pierdes más
- Carajo, cada maldita palabra que digo la tomas a mal, ya te he dicho que eres lo más importante para mi ahora y me rechazas, digo que quiero que seas mía y te ofendes, no te entiendo – grité ya furioso y frustrado, esa niña era una bruja
- No quiero que me entiendas Edward, sólo déjame en paz, ah y quiero mi collar inmediatamente
- Ya no lo necesitas, ya he percibido tu aroma
- No importa, lo quiero ahora
- Bien – grité y se lo devolví a regañadientes, se lo puso e inmediatamente su aroma desapareció, pero ya había degustado su sangre y ya no sentía esa repulsión hacia ella.
- Ahora me voy y que quede claro que no quiero que me sigas por ningún motivo – ella creía que le iba a hacer caso, una cosa es que la ame y la quiera conquistar y otra es que me convierta en su pelele, jugaré mis cartas con audacia y ella no se dará ni cuenta cuando la tenga en mi cama gritando mi nombre.
- dime Bella ¿cómo te sentiste cuando estuviste entre mis brazos? – me estaba lanzando al vacío, se que ella sintió deseo, pero puedo estar equivocado, ella siempre es tan rara
- Estaba terriblemente caliente, lo único que quería es que me follaras hasta dejarme muerta, nunca me había sentido así ¿contento? – dijo totalmente sonrojada y saliendo de la sala riendo y dejándome con la boca abierta por su sinceridad y con la polla embravecida por el deseo.
- Brutalmente honesta ¿no? – dijo Emmett riendo mientras se sentaba a mi lado
- Wow – fue lo único que pude decir, ella me desconcertaba, me prendía, me irritaba, un montón se sensaciones que hacían sentirme vivo.
- Jajajajaja, eso fue lo primero que pensamos con Jasper cuando la fuimos a ver y la reconocimos
- Cuéntame de eso, nunca lo hice antes y ahora quiero saber todo de ella y aunque hasta hace poco no llevaba su collar, no he podido leer su mente
- Si, ella es muy extraña, pero especial ¿a que si?
- Mmmm, cuéntame
- A ver, la primera vez que la vimos se estaba para variar escapando del internado, ella saltó por el muro, mientras James la esperaba más adelante en su moto, al vernos nos regaló su típica sonrisa de niña linda, mordiéndose el labio y pestañando, en serio, esa niña es terrible y sin saber que era ella, no pudimos dejar de sentir simpatía y la encontré tan genial. – James de nuevo, maldito humano, de verdad lo odiaba con todo mi ser.
- Después de saber que ella no se encontraba en las instalaciones, que se había escapado y de escuchar furtivamente dónde podría encontrarse nos dimos cuenta de que la chica fugitiva era Bella, fuimos al bar donde estaba y la vimos casi igual a como la viste anoche, bebiendo, fumando, bailando y después cantando como una diosa y dominando el escenario y a las personas que la escuchaban, nos reconoció y salió huyendo, la seguimos, queríamos ver qué hacía y la chica es una salvaje Edward, golpeo a un tipo enorme que estaba afuera del bar, le robó la moto y salió pitando al internado, cuando llegamos, la puta de la directora había ordenado a unos guardias que la apresaran y la tenían maniatada, ella se rebatía e insultaba a la directora con una variopinta de insultos que ni siquiera a Rose le he escuchado, cuando le ordenamos a la zorra que soltara a Bella porque nos la llevábamos mi "hermanita" le dio un golpe seco en la cara tirándola al piso, la pateó, la insultó y la escupió ¿divina no?
Casi veía la imagen mental de lo que me contaba Emmett, eso encaja perfectamente con la personalidad que estaba conociendo de ella, pero me molestó enormemente que esa mujer a la que se le pagaba para cuidarla la maltratara, después preguntaría más de eso.
- a nosotros nos hizo el viaje un verdadero infierno, si no fuera por que somos vampiros te juro que nos hubiera noqueado, esa niña tiene una fuerza y una rabia enorme. La llevamos a comprar ropa y el cambio fue drástico, fue así como la has visto desde que la conociste, ella nos aclaró después que casi siempre vestía así, pero ahora también sabemos que lo hizo para pasar desapercibida para ti y lo logró, de verdad es que te pasabas de maldito con ella.
- Lo se
- Incluso esa pequeña bruja amenazó con decirle a las chicas que nosotros nos habíamos follado a unas zorras en el bar si no callábamos de su apariencia – no pude evitar reír, mi pequeña bruja valiente – nosotros aceptamos más por jugar que por otra cosa, queríamos ver qué se proponía la chica terrible y valió la pena en cierto sentido, ver tú cara de asco e incredulidad cuando la viste por primera vez, siempre estábamos a la expectativa de cuando ella rompiera y te mandara a la mierda, sólo tuvimos que esperar para verla actuar, fue tremendo cuando te arrojó el gorro y te mandó a la mierda. Luego cuando te fuiste de viaje las cosas empezaron a cambiar, ella se empezó a abrir más a nosotros y nos aceptó, un día se presentó con su ropa sexy luciendo sus tatuajes y las chicas enloquecieron especialmente mi Rose, ella la adora, todos lo hacemos, es una patada en el culo, pero es muy leal, divertida, hasta Carlisle hace lo que sea para complacerla. Si hasta amenazó con demandar el colegio por bulling
- ¿Qué?
- Si, a Bella la molestaban bastante y un día reventó y dejó buena para nada a la chica en cuestión, Carlisle se puso sus guantes y salió a defender a su hija.
- Wow, debe quererla mucho
- Si, pronto te darás cuenta de la manera en que se relaciona con cada uno y todo lo hace porque le nace hacerlo no porque quiera agradar, ella es única hermano, por favor haz las cosas bien con ella, es perfecta para ti, ambos son perfectos el uno para el otro.
- Ahora lo se
- Si, pero no olvides que está James
- Ella no lo ama
- No, ella nunca lo ha negado, pero están juntos hace años
- ¿Cuántos? – quería saber hace cuanto tiempo él está en su vida
- Por lo que ella a contado se conocieron cuando ella tenía 10 y él 15, desde ahí fueron amigos y unos besos locos de vez en cuando, pero a los trece se hicieron más formales, aunque no son novios y él se folla cualquier mierda con tetas él la ama
- ¿Qué?, ¿ese maldito la engaña?
- Más o menos, ella lo sabe y lo acepta, es más es feliz de ese hecho
- No puede creer algo así, si ella acepta eso es por que lo ama, lo ama – dije ya perdiendo la paciencia y caminando de un lado para otro como animal enjaulado
- Más bien es al revés Edward, ella nunca lo a amado y nunca lo hará, es cierto que se besan y se toquetean, pero de ahí nada más ¿entiendes?, ella deja que él busque en otras mujeres lo que ella no está dispuesta a darle – ella aún es virgen, ella aún es pura, el hombre de las cavernas quería salir hacia el centro de la cuidad y darse golpes en el pecho mientras gritaba "ella me pertenece, es mía"
- Carajo – fue lo único que mis labios dijeron
- Si carajo – dijo Emmett carcajeándose a mi costilla
- Cállate
- Jajajajajaja, nunca te había visto así, bueno en realidad desde hace años no te veía así, ella siempre logró ese efecto
- Mmmm voy a salir
- No vayas Edward, dale tiempo, espacio, deja que ella resuelva sus problemas, no la agobies o vas a perder más que ganar.
- Me vale mierda, ella ahora se está juntando con ese pendejo y no la perderé de vista.
- Vale, pero se cuidadoso.
- ¿Emmett?
- Mmmm
- Gracias por cuidarla y quererla
- Que eso no se te olvide hermano, porque si le haces algo como volver a golpearla o lastimarla de alguna manera la elegiré a ella y a ti te destruiré, yo y toda la familia adoramos a la chica salvaje, no la cagues más
- Gracias, no lo haré.
Salí, pero no tuve suerte, no la encontré, estaba frustrado, enojado por no saber dónde se había metido con el tipejo ese, maldito humano que tenía la fortuna de besar y tocar a mi mujer, claro que no sería por mucho tiempo, ella tendría que aceptar que era mía, sólo mía, si no lo hacía la obligaría, la encadenaría a mi para siempre, si no me amaba yo amaría hasta su odio hacia mi.
Llegué nuevamente a la casa, las horas pasaban y no sabía nada de Bella, la ira corroía mi cuerpo y mi mente, ya debería haber regresado, ya debería estar conmigo.
A las cinco horas de haber salido de casa Bella regresó, su semblante no era bueno, se veía nerviosa y apesumbrada, se notaba que había estado llorando y ya quería matar al maldito humano por hacerla llorar y a ella por permitir que él le hiciera daño. No sabía qué es lo que había pasado entre ellos, pero lo iba a averiguar ahora mismo.
Nos sentamos a conversar y aunque en un principio no quiso soltar prenda le insistí y me contó parcialmente sobre la conversación con James, al parecer el idiota se había dado cuenta de que algo ocurría entre nosotros, ya que me había visto mirar a Bella con desesperación y me había escuchado nombrarla mía, dijo que James estaba furioso y la había acusado de serle infiel, ella le había explicado que entre nosotros no había nada y bufé molesto al no reconocer lo nuestro.
Él le había gritado zorra y juro que si lo volvía a ver por estos lados era hombre muerto, nadie, nadie llamada de esa manera a Bella, ella era lo más puro que yo había conocido, de todas las mujeres que habían pasado por mi vida ella era la única que había captado mi completa atención, ya no era capaz de ver a ninguna mujer con deseo, eso lo comprobé cuando salí a buscarla y me encontré con muchas humanas viéndome con deseo, para mi eran manchas borrosas, mi mente sólo estaba clarificada para ver a la preciosa niña que ahora lloraba por otro hombre.
Los celos me retorcían las entrañas, pero ella aclaró que no era por un tema romántico, sólo que estaban juntos hace tantos años y de verdad lo quería, era su mejor amigo, su confidente, su todo hasta el momento, él le había enseñado tantas cosas, siempre la había cuidado y la había apoyado en todas sus locuras, la ira corría veloz por mis venas, pero todo era culpa mía. En primer lugar por no ser más fuerte y aunque era imposible abstenerse al encontrar a tu cantante, pude haber evitado asustarla tanto que llevaba años detestándome.
Le dediqué palabras de aliento, primera vez que consolaba a alguien y se sentía tan correcto, a medida que pasaban los minutos la comunicación se volvió más relajada y casi sin darnos cuenta ya no hablábamos de James sino que ella me contaba sus aventuras en el internado, las maldades que le hacía a la detestable directora, reí como nunca lo había hecho cuando me contó que por culpa de ella la directora tuvo una larga temporada usando peluca, ya que Bella le había hecho una maldad y había quedado pelada. Me contó de sus amigos del alma y fruncí el ceño cuando me habló de Jacob, el muchachito también había probado sus labios, aunque ella aseguraba que no había ninguna intención romántica entre ellos.
A regañadientes le pedí que me contara su historia con James y fue aplastante el dolor que sentí al descubrir todo lo que habían vivido juntos, era obvio que él la amaba, pero no tendría piedad con él, ella era mía, siempre lo había sido y ahora yo reclamaba lo mío, él nunca más se acercaría a ella, de eso me aseguraba yo.
Cuando bostezó rendida, a la fuerza la llevé en brazos a su cama, estaba indignada por mi actitud, pero no me importó, estaba cansada y yo la atendería como corresponde.
Una vez en su cama juro que traté de comportarme, juro que traté de no hacer ningún avance, pero me fue imposible, desde que nos sentamos a conversar la cercanía de ella me tenía al borde del orgasmo, así que sin consideración hacia la chica capturé su boca entre mis labios y la besé. El beso comenzó lento, siempre tratando de contenerme, de no abrumarla, de no hacerle daño, pero debido a mi excitación mis colmillos se hicieron notar y ella les pasó la lengua, Dios, ella no sabía que eso me volvía loco, era una zona muy erógena para los vampiros, es por eso que aunque antes disfrutaba del sexo desenfrenado nunca, repito nunca besé a ninguna otra mujer que a Bella, nunca dejé que ninguna mujer o vampira disfrutara de la pasión desenfrenada que sin saber por qué ocultaba como un tesoro, ahora lo sabía, Bella desde la primera vez que la besé la marqué, pero ella también me había marcado y mis besos eran sólo para ella, así que cuando ella los lamió me volví loco de lujuria, apreté más nuestros labios y un gruñido animal salió de mi boca, Bella se tensó por un momento, pero posteriormente alzó las manos hacia mi cabello y lo tironeaba sensualmente por la nuca, mis manos empezaron a vagar por su cuerpo llegando a sus tentadoras tetas, noté que sus pezones estaban tensos y deseaba tanto lamerlos, morderlos, llenarme de ellos, llenarme de toda ella.
En un arrebato de lujuria le arranqué la polerita que llevaba arrastrando de paso su sujetador, Dios, era más hermosa de lo que había imaginado, sus pezones rosados y duros me embobaron e hice exactamente lo que deseaba con ellos, los mordí, los lamí, los tironee y después los metí en mi boca hambrienta, Bella lloriqueaba de placer y se arqueaba logrando que mi monumental erección creciera todavía más, el roce era exquisito y el aroma de su sexo danzaba volviendo loco mi cuerpo.
Sin previo aviso ella se separó de mi quedando arrodillada en la cama, la miré sin entender lo que se proponía y jadee al ver cómo Bella se sacaba el collar y lo arrojaba lejos. Se abalanzó hacia mi boca y sentí sus duros pezones en mi pecho, pero ella no estaba conforme, ella quería más y yo le daría todo lo que ella quisiera, así fue que llevó sus manitos al comienzo de mi camisa y la abrió logrando que los botones salieran disparados en todas direcciones, la miré incrédulo, ella definitivamente era la mujer más caliente que había tenido la fortuna de conocer y era mía, se estaba entregando a mi.
- lo siento, pero no me gusta la forma en que vistes, me gustaba el estilo punky de años atrás, rebelde, hermoso, un pecado andante – dios ella me va a matar.
Pasó su suave lengua por mi torso desnudo mientras sus manos recorrían avariciosa mi espalda. Me recostó en la cama de un empujón y se subió a horcajadas encima mío
- Bella amor, me vuelves loco, te deseo tanto, tanto, eres tan hermosa, sexy, deseo hacerte el amor y después cogerte duramente toda la maldita noche, todo el puto día, he esperado por años para tenerte en mis brazos – decía mientras le arrancaba los pantalones y rompía sus pequeñas bragas. La giré y ahora ella estaba en la cama y yo encima.
Rocé su centro y ¡mierda! ella estaba muy húmeda y ahora sin el maldito collar el aroma de su sangre se arremolinaba haciéndome jadear como nunca lo hice antes, toqué su clítoris hinchado y ella dio un respingo a la vez que gemía. Adentré dos dedos y la embestí, ella movía sus caderas buscando más fricción, me tenía loco. No soporté más y repté por su cuerpo hacia abajo y vi su vagina, cielos, era hermosa y delicada como su dueña, aspiré su aroma para después deleitar mi lengua con tan anhelado manjar, mi verga pulsaba enloquecida, su sabor era de otro mundo, nada era tan delicioso como el sabor de su excitación, a excepción de su sangre claro, era dulce, embriagante, adictiva. Mi lengua y mis dedos tenían una fiesta en su sexo y ella me recompensaba dándome los mejores gemidos que he oído hasta el momento, incluso un par de maldiciones dijo, era tan única, perfecta, nunca me cansaré de decirlo.
De pronto sentí su mirada fija en mi y alcé la vista aún con mi boca en su vagina, ella me miraba con curiosidad y por supuesto con deseo.
- ¿Habías sentido algo así antes?, James te lo hacía más rico que yo – lo se, soy un jodido cabrón de mierda, pero sólo de pensar en ese idiota en esta misma posición disfrutando de mi nueva droga me mataba de rabia.
Bella se tensó, trató de deshacerse de mi, pero no la dejé, presioné más fuerte su clítoris y el movimiento de mis dedos más rápido, ella se volvió a rendir y recostó su cabeza en la almohada, cerró los ojos, pero yo no quería eso.
- abre tus ojos Bella, quiero que mires como te doy placer, quiero que veas la manera en que te adoro, que te deleites cuando acabes en mi boca, cuando derrames tu elixir en mi.
- Dios, eres tan, tan alucinante y nunca, nunca he llegado tan lejos con James, es la primera vez que alguien me toca de esta manera vampiro idiota – nadie la había tocado así, pura para mi, el mejor regalo de todos, este pequeño y riquísimo coño era territorio virgen en todo el sentido de la palabra. Bella apretada cada vez más su coño apresando mis dedos, era alucinante sentir como se contraía.
- Córrete Bella, córrete para mi nena, sólo para mi.
Con un grito, mi nombre salió de sus labios y expulsó sus jugos en mi boca, mmmm, deliciosa, alucinante. Bebí todos sus jugos mientras ella se retorcía y boqueaba por hacer entrar aire a su sistema, se veía putamente deliciosa.
La besé para que sintiera su sabor y ella captó la idea enseguida y gimiendo pasó su lengua por mi boca recogiendo los residuos que habían quedado.
La incorporé y la abracé fuerte, pero sin hacerle daño, besé su cabello que aún no me gustaba, pero la amaba tanto que sabía que terminaría por adorarlo también, quería tanto beber de ella, pero no quería llevarla más lejos, quería follarla como el animal que era, pero sabía que ella no estaba lista aún para dar un paso más, ya habíamos avanzado bastante considerando que ayer recién había descubierto que era mi cantante y que la amaba.
Sentí como su cuerpo se volvió laxo en mis brazos y su respiración se acompasó de tal manera que se durmió. La acosté y la tapé con las cobijas, era un pecado cubrir ese cuerpo tan tentador, pero por ese mismo motivo lo hice, yo estaba tan duro y enloquecido que si la seguía mirando terminaría por violarla, carajo, deseaba tanto hundirme en su conchita apretada, romper su barrera y poder gritar a los cuatro vientos que sólo yo había estado allí, pero nuevamente me contuve.
Me dirigía al baño de mi recámara, me saqué el resto de ropa y me masturbe como un púber, evocaba los gestos de Bella, sus gemidos, sus jadeos, sus palabras confesando que nadie la había tocado así, con ese último pensamiento me vine tan duro que rugí de satisfacción, aunque se que cuando la tome por fin, será mejor, mucho mejor.
Me bañé apresuradamente y me dirigí nuevamente a la habitación de mi mujer y me recosté a su lado e hice lo que nunca había hecho con nadie, la abracé acurrucándola en mis brazos, inmediatamente ella con un suspiro me abrazó y entrelazó sus piernas con las mías, mierda, me estaba poniendo duro nuevamente.
No pude resistir el impulso de saborearla y pasé incansablemente la lengua por su cuello, allí donde su pulso latía llamándome, gemí, su olor, su sabor era devastador, con precaución pasé lentamente y sin dañar su piel mis colmillos por toda la extensión de su cuello, el deseo vibraba con indolencia por mi cuerpo y el deseo por poseerla era más acuciante que nunca, la necesitaba, la deseaba con cada vibra de mi ser.
Resistí, no se como pude, pero lo hice, me tragué la amarga ponzoña y guardé el deseo para más adelante, me tenía que conformar con lo que esta noche me había entregado y era mucho dado nuestro historial.
Toda la noche la miré y admiré con devoción, ella hablaba dormida y me nombró varias veces y ya no era con el desprecio que anoche había escuchado, suspiraba mi nombre y no podía ser más feliz que en este momento.
En plena madrugada regresó mi familia y la verdad es que ni cuenta me había dado de que no estaban en casa, seguramente para darnos unas horas de privacidad, jajajaja, al leer sus pensamientos vi claramente que pensaban que ya habíamos consumado, pero Alice sabía que no era verdad, claro, Bella se había sacado su odioso collar y sin él mi familia podía acceder a su mente, por supuesto eso funcionaba con ellos, porque lo que es yo, con collar o sin él su mente era una pared de concreto muy bien edificado y reforzado, eso me frustraba, quería tener acceso a sus pensamientos, me volvía loco que me ocultara cosas, quería saberlo todo de ella, poseerla por completo.
Bella se empezó a remover en la cama apenas amaneció, suspiró largamente y aún medio dormida y con los ojos cerrados curvó su boca en una sensual sonrisa. Se estiró completamente o eso intentó, pero le fue imposible, ya que nuestras extremidades seguían unidas. Hace pocas horas la había acomodado y en vez de estar dándome la espalda como antes ahora ella estaba de frente a mi, su carita enterrada en mi pecho y me abrazaba al igual que yo a ella, por la cintura.
- Buenos días dormilona – le susurré bajito y sentí que dejó de respirar – abrió sus ojos precipitadamente y su boquita formó una perfecta o
- Respira preciosa – apenas dije eso, ella parpadeó varias veces y volvió a respirar agitadamente
- Dime que esto es un mal sueño, dime que nada de lo que pasó anoche fue real – dijo ella mientras tapaba su rostro con sus manos, aún así pude ver que estaba sonrosada.
- Amor no tienes nada de que avergonzarte, lo que pasó entre nosotros anoche es algo normal en cualquier pareja que se ama
- No, no entiendes, yo no se qué me pasó, yo no quiero ninguna relación contigo, lo que pasó fue un error, debemos olvidarlo, sólo fue un momento de calentura nada más – ¿qué mierda estaba diciendo?, ella no podía negar lo que pasó, no podía repudiar nuestra pasión, esa conexión no era un error.
- ¿De qué mierda hablas?, nada de lo que pasó anoche fue un error, fue magnífico, fue lo mejor que me ha pasado nunca, no te atrevas a convertirlo en algo sucio porque no lo fue
- Tú no entiendes, no quiero ser tuya, no deseo que me reclames como si fuera una cosa, no quiero tener una relación contigo ni con nadie, no sirvo para el amor, detesto todo lo relacionado con el romance y lo empalagoso, nunca podré enamorarme y así lo prefiero
- Eres tú la que no entiende – grité enojado, ella había convertido una noche especial en algo sucio, en algo equivocado – nunca digas que reniegas del amor, siempre nos hemos amado, desde la primera vez que te vi te amé y tú también lo hiciste
- Pero ahora no, ya no, no después de todo lo que a pasado, hasta hace pocas horas me detestabas y ahora me juras amor eterno, por favor no me hagas reír, eso no funciona así, además no eres humano, tú corazón no late, no tienes sentimientos, al igual que yo no sabes qué es el amor. – sus palabras me hacían daño
- Nos amamos Bella, métetelo bien en esa cabecita tuya, eres mi mujer y te quiero a mi lado siempre, no esperaré mucho para convertirte en lo que soy
- ¿quéeeeee? ¿está completamente loco?, por ningún motivo quiero ser como tú, no deseo ser una sanguijuela, quiero ser una chica normal, estudiar, mandarme cagadas, salir con mis amigos, beber, montar en moto, escaparme con algún novio idiota por unos días, ser irresponsable, tocar mi música favorita, dejar al chico anterior y buscarme otro y luego otro, viajar mucho, mejor si es sólo con mi mochila, ir a la universidad y alucinarme con los chicos universitarios, salir de rumba, envejecer, tener un trabajo que me haga feliz, quizás cuando me canse de rumbear me quede embarazada de algún idiota que no quiero y críe a mi hijo como madre soltera, porque eso si, nunca me enamoraré y cuando mi hijo o hija sea mayor, morir, mejor si es con un cigarrillo en la boca, mi guitarra y un trago en la mano.
No podía dar crédito a lo que estaba escuchando, ella definitivamente no me quería para nada en su vida, ya tenía todo planificado, hasta había pensado en tener varios amantes, cosa que me reventó de rabia ¿por qué mierda dejó que le hiciera todo lo que le hice si no siente nada por mi? ¿quería acaso empezar ya a adquirir experiencia para sus futuros amantes?.
- cállate la boca de una puta vez Bella, no quiero escuchar tus malditos planes que por cierto nunca se llevarán a cabo, ya te dejé bien claro anoche que eres mía y de mi lado no te separarás nunca, grábate bien en tu cabecita retorcida y rebelde, eres mía y no permitiré que te alejes de mi, me perteneces, tú sangre es mía, tu cuerpo es para mi placer, tus orgasmos sólo te los proporcionaré yo.
- Estás loco si piensas que permitiré que trates de subyugarme, soy libre y ya escogí ser libre sin ti vampiro – dijo con convicción alzando insolentemente la barbilla y dando a sus ojos ese matiz de rebeldía que ya estaba aprendiendo a conocer.
- Es una putada lo que dices – grité fuera de mi dando un puño en la cabecera de la cama destrozándola y haciendo que mi rebelde amor diera un respingo asustada.
- Lárgate de mi habitación, no quiero verte nunca más acá, es mi espacio, mi lugar y tú no entras en mi vida, mi futuro no es a tu lado
- No te engañes y no trates de involucrarte con nadie, los mataré antes de que te toquen un solo cabello, no estoy jugando niña, los mataría sólo por mirarte – grité colérico parándome de la cama y saliendo de la habitación dando un portazo que dejó la puerta destruida.