Capitulo 6:
Nueva vida, Nuevo Cullen
(Edward POV)
― ¿de verdad no sabían que ella estaba embarazada?— pregunto el doctor pero su voz se escuchaba lejos, muy lejos, mi mente de pronto se desconecto del mundo.
Estaba consciente, parado ahí en la consulta del doctor pero mi cuerpo y sobre todo mi corazón se habían elevado hacia un punto en donde lo único que existía era la palabra Bebé. Mire hacia mi lado y los ojos de Bella estaban aun más abiertos que los míos, de pronto mi corazón ilumino con fuego mis ojos, ella estaba embarazada, en su vientre se gestaba un niño, mi niño. Los segundos se hicieron eternos pero no hice nada por salir de mi estado de letargo, era tan impresionante el sentimiento que se arremolinaba en mi pecho que mis intenciones eran disfrutarlo por todo el tiempo posible. El doctor nos miraba atónito, sus ojos y sus manos se movían de manera nerviosa, a mi poco me importaba de lo único que era plenamente consciente es que tenía en frente a la mujer más importante en mi mundo, mis manos buscaron su contacto pero al sostenerla por ellas su cuerpo colisiono desmayándose entre mis brazos.
― Bella— exclamé escapando de mi estado, el doctor rápidamente rodeo el escritorio para alcanzarnos. Sujete con fuerza el cuerpo inerte de mi mujer, mis manos se extendieron para darle cobijo, caímos uno encima del otro, mi prioridad era protegerla a ella y al bebe, poco me importaba caer en el medio de la oficina con tal de cumplir mi acción.
― ¡dios mío! Pero no entiendo Edward ¿Cómo no sabían del embarazo?
― Créanos que esto nos toma por sorpresa, creo que a nosotros mas que ha usted, es casi imposible que Bella no se haya dado cuenta, no sé como sucedió esto.
― Levántala, pongámosla en la camilla— pase mis brazos por alrededor de su cuerpo para elevarla, camine con mi mujer en brazos hacia donde el hombre me indicaba. La deposité suavemente no sin antes deslizar mis ansiosos ojos hacia su vientre plano
― No creo que esto esté pasando ¿está seguro de que ella está embarazada?
― ¡claro! Tan seguro como que soy médico, ella está completamente embarazada Edward, no cabe la menor duda pero ¿Por qué dices que es imposible que no se hayan dado cuenta antes?
― Bella tuvo un accidente muy grave hace algunos meses, ella casi perdió la vida, ¿no se supone que siempre te hacen exámenes de ese tipo cuando caes en un hospital?
― Claro, deberían— acepto con algo de duda— creo que tendremos que esperar a que ella despierte, por ahora me atrevo a decir que todos los síntomas que has sentido son producto de su embarazo
― ¿Qué?— me gire hacia el hombre completamente asombrado— ¿dice que yo he sentido todo este tiempo los síntomas de su embarazo?
― Creo que sí, de un cien estoy un noventa por ciento seguro, eso no quita otro tipo de afecciones que puedas tener, estoy casi seguro que todos los malestares que has sentido en estas últimas cuatro semanas han sido por el embarazo.
― Eso… eso quiere decir que…
― Bueno la medicina es una ciencia bastante exacta pero en mi opinión y experiencia personal he tenido casos de padres que sienten los síntomas de embarazo de su mujeres, es algo poco común pero tampoco imposible de suceder, he tenido en este último tiempo bastante de este tipo, creo que se debe a la conexión emocional de los padres, ustedes deben tener una excelente conexión porque has sentido todo lo que Bella ha omitido. Tu bebe te escogió a ti para sufrir
― Dios...—susurre aun incrédulo
― Aparte de los mareos ¿has tenido antojos?
― No— respondí casi mecánicamente pero al paso de los segundos y de ver la ceja enarcada del doctor recordé que si, suspire pesadamente y cerré mis ojos— te de canela y Martini
― ¿vez?, Bella está completamente embarazada Edward— mientras el doctor seguía hablando mi vista se fue hacia Bella quien comenzaba a moverse nuevamente. Me acerque raudo hacia ella, tome su mano que estaba completamente fría, parpadeo unas cuantas veces antes de sentarse en la camilla.
― ¿Qué ha pasado?— pregunto llevándose una mano a la cabeza— demonios, todo me da vueltas— al nombrar esas palabras sus ojos se abrieron de par en par, de pronto su respiración se agito al igual que su cuerpo— ¡Edward!— grito y me miro aterrada— ¿Qué ha pasado?
― Bella, creo que tenemos que hablar, ven aquí cariño, doctor— le dije al hombre que estaba en frente— ¿podrías dejarnos a solas unos momentos?—
― Claro que si, iré por la ginecóloga de inmediato así podrán hablar con ella.
― Gracias— agradecí infinitamente el tiempo que me iba a dar con ella, mire nuevamente a Bella mientras el médico salía de su consulta, su expresión estaba completamente aterrorizada, sus ojos mostraban miedo e incertidumbre, me asustaba su reacción ¿no quería a nuestro bebé? En el mismo momento que el cerro la puerta Bella comenzó a hablar
― Edward lo siento yo yo, yo no sabía del embarazo perdóname, Dios mío, de verdad no tenía idea juro que no mentí, demonios— su cuerpo estaba temblando completamente, pase mis manos por su cintura e intente calmarla pero estaba claro que ella tenía pánico a mi reacción, creo que mi expresión no fue la mejor en un primer momento.
― Bella ¿quieres a este bebe?— pregunte directamente, tenía que sacar esta duda de mi corazón, sus ojos se llenaron de lagrimas, sus mejillas levemente sonrosadas tomaron un intenso color, su labio inferior temblaba completamente.
― Claro que lo quiero pero tengo pánico de que tú no lo veas así— su respuesta helo hasta el más mínimo de mis cabellos, ¿ella aun me creía frio? Estaba claro que sí, porque su manera de reaccionar me decía que temía con terror a lo que yo pudiera decirle.
― Bella, creo que estas confundida, si te calmas y vez realmente lo que hay aquí te darás cuenta que no eres tú solamente la que quiere a ese niño— ella levanto la cabeza rápidamente buscando mis ojos, mi corazón latió aun mas fuerte al verla así tan débil y buscando apoyo, ella era todo para mí, no había nada el mundo más importante que Bella y ahora aun mas era mi corazón completo, sin duda nuestro hijo era la coronación de un amor sin barreras.
― Edward… eso quiere decir…— tartamudeo, solté una pequeña risa para desviar los nervios que sentía.
― Si Bella, yo quiero a este hijo tanto o más que tu, tranquila mi amor todo está bien. Este bebe es nuestro hijo y lo he deseado desde hace mucho tiempo— me acerque lentamente a sus labios y la bese con ternura, ¡Dios mío! Íbamos a tener un hijo, no podía creerlo esto cada vez se ponía aun mejor, sabía que me había precipitado con la propuesta de matrimonio pero ahora me daba cuenta que fue hecha en el momento preciso, no quería que un futuro Bella pensara que me caso con ella solo por el bebe porque sería la peor de todas las mentiras.
Su cuerpo dejo de tiritar y su pecho de sollozar, me senté a su lado en la camilla y la abrace con delicadeza, ese frágil cuerpo contenía el fruto de nuestro amor, de nuestra pasión, una nueva vida. Sin duda de aquí en adelante el mundo seria de una manera muy diferente a lo que es ahora, ya no tenía que vivir solo para mi, tenía a dos personas más importantes que cualquier otra cosa en el mundo, mi familia. De mis labios comenzó a salir una melodía, tarareé una nana para ella, Bella cerro sus ojos y se apoyo en mi hombro, quería que se calmara y disfrutara de esta enorme emoción que sentía seriamos padres, tendríamos un hijo. Los minutos pasaron sin ser sentidos, nuestros cuerpos se mecían en un vaivén que iba acorde a la melodía que estaba entonando para ella, poco a poco su alma se tranquilizo y dio paso a esa mirada que tanto esperaba, sus ojos relucían como dos diamantes a la luz del sol, su cara de inmediato cambio y se volvió aun más hermosa de lo que jamás imagine, ahora ya no la veía solamente como mi mujer, era mucho más que eso, su rostro tenia los ápices de maternidad asomándose por todas partes. Antes de poder volver a hablar el doctor golpeo suavemente en la puerta, bese una vez más sus labios y le susurre lo que mi corazón gritaba.
― Te amo mi amor, todo está bien— el hombre paso y tomados de la mano nos volvimos a sentar en las sillas, esta vez no venia solo una mujer de cabellos castaños y rizados se asomo por la puerta a los pocos segundos.
― Buenas tardes— saludó con cortesía, se adentro en la oficina y se posiciono cerca del doctor— mi nombre es Diana Oriccia, soy Ginecóloga y el doctor me ha pedido que venga a darles orientación sobre el embarazo de la señora.
― Muchas gracias— respondimos al unísono, mi mano apretó suavemente la de Bella.
― ¿hay algo que quieran saber?— pregunto
― Muchas cosas— contesto Bella— de verdad que este embarazo nos pilla completamente de sorpresa, no es que no queramos pero realmente no tenía idea de todo esto, creo aun que es imposible
― ¿Por qué lo dice?— pregunto la mujer enarcando una ceja pero con una sonrisa en sus labios.
― Bueno yo…—Bella soltó mi mano y comenzó a juguetear con sus dedos— yo…
― ¿Qué sucede?— pregunte notando los nervios que comenzaban a dominarla.
― Esto nunca se lo he dicho a nadie pero… — ella desvió sus ojos hacia la madera de la mesa, se veía nerviosa y un poco acomplejada por lo que estaba por decir, fui preso de la curiosidad ¿Qué era eso tan grande que ella no le ha dicho a nadie?— cuando era más pequeña… descubrieron que tenía una malformación en mi útero y en mis trompas de Falopio.
― ¿malformación?— pregunte tomando nuevamente sus manos, parecía ser un tema difícil.
― Si, cuando tenía alrededor de los doce años comencé a tener problemas en mis periodos mi padre se preocupo y pidió que mi madrastra me llevara a ver un doctor, después de muchos exámenes descubrieron que yo tenía una malformación en mi aparato reproductor, fue tanto el caos que se armo que el doctor cuando nos dio los resultados de los exámenes dijo que mis probabilidades para concebir se habían reducido a mínimas, con el paso del tiempo esa idea se fue alojando en mi mente y creo que nunca cuestione los resultados de ese examen hasta entonces
― ¿pero nunca te viste con otros médicos? ¿Cuándo estabas en el hospital no…?
― Sí, claro que hable con mas médicos pero por lo que decían que era igual o peor a lo que yo ya sabía no quise seguir indagando mas, cuando estuve en ginecología vi muchos casos de mujeres que nunca pasaron el segundo mes de embarazo, es por eso que…
― ¿tienes miedo verdad?— pregunte acercándome para estrecharla entre mis brazos, los jadeos de Bella se hicieron cada vez más profundos, sus lagrimas se derramaban sin control por sus mejillas.
― Señora Cullen— se acerco la doctora— permítame hablar con usted por favor— el tono de la mujer había cambiado, creo que ahora sentía un poco de pena por lo que Bella nos había relatado— creo que el doctor que la atendió no estaba en todo lo cierto, ¿usted trabaja en un hospital?
― Sí, soy enfermera— respondió ella apoyada en mi hombro, la mujer sonrió levemente.
― Entonces entiendo perfectamente su miedo pero como también debe saber si usted ya está en la decima sexta semana de gestación es porque el peligro ha pasado, su embarazo me imagino debe estar en buen estado.
― ¿está segura de lo que dice?— pregunte de repente preocupado por lo que podría suceder, de un momento a otro mi mente comenzó a maquinar diferentes opciones, si el embarazo de Bella no llegaba a termino ¿Cómo quedaría ella?, sin lugar a dudas seria un golpe muy duro de superar.
― Sr. Cullen tengo bastante experiencia en estos casos y creo que con un simple examen podríamos salir de dudas inmediatamente.
― ¿una ecografía?— pregunto Bella levantándose súbitamente de mi hombro.
― Sí, creo que es lo primero que tenemos que hacer para ver si todo marcha bien ¿estás dispuesta?— los ojos de Bella brillaron por segunda vez, su mirada busco la mía como pidiendo mi apoyo, asentí levemente y mostré una sonrisa de apoyo.
― Si, hagámosla
― Bien, entonces síganme.
La mujer se puso de pie y nos condujo por los pasillos de la clínica, de pronto mientras íbamos caminando mi celular comenzó a sonar, el visor me indicaba que era Tanya.
― ¿Dónde demonios están?— pregunto algo enfadada— estoy preocupada
― No te pongas así, créeme que estamos haciendo algo muy importante, cuando lleguemos a la casa te contaremos.
― ¿están bien?— pregunto con incertidumbre
― Mejor que nunca— le dije mirando a la mujer que llevaba abrazada— créeme que es el mejor día de mi nueva vida— comente con orgullo
― Bien, entonces aquí los espero.
― Nos vemos
― Adiós— dijo mi prima y colgó.
Entramos en la nueva oficina, creo que era la consulta de la doctora, todo el entorno estaba decorado en agradables colores pastel, había una camilla y un equipo de ecografía. Bella comenzó a temblar de repente y se apego hacia mí.
― Tranquila— susurre besando su cabello— todo estará bien, se que ese bebe si existe, lo siento
― Yo también, pero tengo miedo Edward, tengo miedo
― No te preocupes, yo cuidare de ti mi amor, siempre—
― Bien, Sra. Cullen acércate a la camilla— la Dra. Oriccia extendió su mano y la invito a subir, Bella se recostó sobre la enorme camilla y suspiro pesadamente, un detalle ha sido que ella la ha llamado Sra. Cullen todo el tiempo, creo que ninguno de los dos se ha preocupado por eso, por mi parte me parece excelente, a Bella le va que la llamen así, a mí en lo personal me encanta.
― Tranquila— le dije desde un rincón.
― Sr. Cullen si quiere puede sentarse a su lado— dijo la mujer con una sonrisa, como si hubiera esperado por eso rápidamente acerque una silla hacia la cabecera de la camilla y me senté junto a ella, su cabeza quedo a la misma altura que la mía, tome una de sus manos y apoye mi cabeza en la otra, su perfil se notaba tenso y nervioso.
― Creo que nunca se te quitara lo nerviosa— susurre mientras la doctora preparaba todo.
― Creo que no, es algo nato en mí, no sabes lo importante que es este preciso momento, poco me importa haber descubierto de esta forma que estoy embaraza ahora lo único que me importa es que ese bebe este bien, es lo único que deseo.
― Yo igual, creo que nuestra relación ha sido así ¿no crees? Una sorpresa tras de otra, es lo mejor de todo esto, creo que jamás me aburriré
― Eso espero ya que no quiero un divorcio en unos años mas
― En mi familia los divorcios no existen, los Cullen nos casamos para siempre
― Eso espero Cullen, eso espero— sonrió, bese su fría nariz al mismo tiempo que un escalofrió se extendió por su piel. La doctora tenía una pequeña sonrisa cómplice en sus labios, si había escuchado toda la conversación poco me importaba, en este momento podría caerse mi empresa frente a mis ojos y creo que ni siquiera me inmutaría, había tanto de que preocuparse pero no había nada más importante que la mujer que tenía en frente y lo que llevaba en su vientre.
― Bien, ya estamos listos— lentamente el estomago de Bella fue descubierto, la mujer aplico un gel transparente sobre su abdomen y acerco la maquina— bueno ya es hora, ¿están listos?— ambos asentimos— aquí vamos.
La maquina fue posada sobre la piel de Bella y una imagen enseguida se proyecto en el monitor, nuestros ojos ansiosos devoraron todo lo que se veía pero a pesar de mis intentos mis ojos no lograban distinguir nada, en un momento un rápido sonido se hizo presente en la habitación, era un latido, era el primer latido de mi hijo. Mis ojos instantáneamente buscaron los de Bella quien estaba derramando millones de lagrimas, su mano se sujetaba firmemente a la mía su agarre decía todo lo que ya podía imaginar, ahí estaba ese era nuestro hijo esos eran sus latidos. Una emoción incontrolable se apodero de mi cuerpo, un sentimiento increíblemente poderosos se alojo en mi corazón, mi mente y mi alma por primera vez experimentaron lo avasalladora de la sensación por primera vez en mi vida sentí que todo tenía sentido, sentí que mi alma había tocado el cielo y había regresado a mi cuerpo sin poder evitarlo mis ojos se hicieron participé en la emoción, mis lagrimas producidas por el sentimiento que experimentaba se dejaron caer ante la vista de todo el mundo no importaba estar en un lugar publico, era mi hijo el que veía, estaba vivo, vivo y dentro del cuerpo de la mujer que amaba.
― Sres. Cullen les presento a su hijo, por lo que veo el bebe esta en excelente posición, tiene casi dieciséis semanas y está en perfecto estado de gestación, su desarrollo va acorde con las semanas que tiene y creo que pronto podremos saber el sexo de este pequeñín.
― Dios mío— susurre aun emocionado, no podía ver nada, me desesperaba no poder ver su imagen claramente pero ya sentir sus latidos me hacia deshacerme en lugar que estaba.
― Es maravilloso— dijo Bella— es tan pequeño pero su corazón es muy fuerte, jamás había escuchado algo así, siempre he vivido estos momentos en el hospital pero cuando te sucede a ti es totalmente diferente.
― Así es, creo que comparto tu opinión— dijo la silenciosa doctora— ¿Quieren que les grave en un video?
― ¿se puede?— pregunte aun absorto con la imagen
― Claro que si, iré por un DVD— la mujer congelo la imagen en el monitor y dejo el instrumento en una mesilla de al lado. Cuando estuvimos solos un momento de profunda intimidad se hizo presente entre nosotros.
― Está bien Edward— susurro Bella conteniendo un llanto desesperado— nuestro bebe está bien
― Bella, Bella, Bella— me pare de inmediato y la abrace, seque los resto de lagrimas que habían en mis mejillas y me contuve de no dejarme vencer por las emociones, tenía que darle apoyo, sin duda lo que ella había pensado era un peso enorme sobre su espalda— si mi amor, todo está bien ¡te lo dije!, nuestro hijo es fuerte y de seguro nacerá en excelentes condiciones.
― O nuestra hija— susurro sobre mis hombros, la sola idea hizo que una sonrisa aun más grande que cualquier otra se extendiera en mis labios, me separe de ella solo para besarla.
― Mi pequeña Bella, creo que eso sería el mejor regalo de todos, me da igual lo que sea lo único que quiero es tenerlo entre mis brazos, nada más.
― No puedo creer todo lo que nos ha pasado ¡tengo casi cuatro meses de embarazo! Y tú has sentido todos mis malestares.
― Mientras perdiste la conciencia el doctor me dijo que eso podría ser por la conexión que tenemos, hay muchos padres que sienten los malestares del embarazo antes que las madres.
― ¡pero tu pasaste todo el periodo de malestares!— gimió enterrando su cabeza en mi hombro
― ¿aun piensas que somos una pareja convencional?— pregunte entre risas— ¡dios! Creo que no podría ser más feliz— comente cerrando mis ojos y dando unas silenciosas gracias por todo lo que ha sucedido, tendría que agradecer aun mas todo lo que él ha hecho por mi vida en este último tiempo.
― ¡mi padre!— exclamo de repente— ¡tengo que avisarle!, demonios— susurro tapándose la boca— ¡el tenia razón! ¿no recuerdas? La vez que fuimos a la casa, cuando tu le dijiste que éramos novios el me pregunto si estaba embarazada y yo le dije que no, ¡dios mío! ¡si lo estaba, en ese tiempo ya estaba embarazada!
― Si creo que así era, tu padre tiene un hijo clínico para los bebes, creo que le hare el alcance cuando le contemos, no te preocupes a penas volvamos a Chicago le diremos, es día jueves, el sábado después de la boda volaremos hacia nuestra ciudad de inmediato
― Si, por favor, muero por contarle— por unos momentos ella se quedo en silencio— Edward tu…— vi en sus ojos lo que estaba pensando.
― No lo sé Bella, no sé si mi familia se merece saber una noticia que me hace tan feliz, además no quiero que mi padre ose maltratarte, porque ahora sí que no respondo de mi, no me interesa que sea mi padre.
En el tiempo correcto la doctora volvió a entrar en la habitación, grabo todo el video en un DVD el cual nos entrego, luego pasamos hacia su oficina nuevamente en donde le receto a Bella algunas vitaminas y hierro para su embarazo.
― ¿es un embarazo de riesgo?— pregunté asustado al escuchar lo que ella decía.
― Creo que sí, debido a los antecedentes de la Sra. Cullen su embarazo es tomado como de riesgo pero debemos estar tranquilos el bebe está en buena forma, hasta el momento nada podría suceder, cuando lleguen a su ciudad vayan de inmediato a donde su ginecólogo y programen las citas con él, ella no puede estar sin supervisión medica.
― Está bien— le dije pensando de inmediato en contratar a un medico que estuviera disponible las veinticuatro horas al día para ella, no quería que a nuestro hijo le faltara nada, si de mi dependía ese embarazo llegaría con éxito a término.
― Creo que con ustedes no habrá problemas, se ve que serán unos excelentes padres y sin duda aunque no era esperado desde el momento que supieron ya lo aman.
― De eso no le quepa duda— comento Bella pasando sus manos por su vientre— tengo una pregunta, como ya sabemos el embarazo comienza su etapa de vislumbra miento entre el tercer y cuarto mes, como yo ya voy entrando en el cuarto y aun no se nota ¿cree usted que la barriga salga de un día para otro?
― Depende Sra. Cullen, todas las gestaciones son diferentes pero creo que no pasara mucho tiempo antes de que su bebe se manifieste, su embarazo esta en el punto pick y de un momento a otro se hará notar.
― Qué bueno, no puedo esperar a tener la barriga— los ojos de mi mujer brillaron cuando se posaron sobre su vientre, mi mano sin poder evitarlo se fue hacia el mismo lado, aun no creía que ahí se estuviera gestando a mi primer pequeño, la emoción que había en aquel momento no se podría comprar con nada en este mundo.
Hablamos alrededor de una hora más, ambos teníamos toda clase de preguntas las cuales fueron respondidas atentamente por la doctora. De camino a casa Bella comenzó a sentir nuevamente algunas molestias, mareos y otras cosas se hicieron presentes mientras recorríamos las calles de Londres, por mi parte me sentía de maravilla, al parecer cuando supimos las noticias nuestro bebe cambio el objeto de sus deseos y se centro en su madre, la cara de Bella llego pálida a los estacionamientos de la mansión, esperamos unos momentos antes de bajar pero lamentablemente lo que vimos no fue de mi completo agrado.
― ¿ese no es el auto de tus padres?— comento Bella mientras la ayudaba a salir del auto.
― Si, al parecer, siempre tienen que escoger los peores momentos para aparecer.
― A mí no me interesa que sepan de mi embarazo, aunque a tu papa estoy segura que le dará otro pre infarto, no le hará mucha gracia que yo esté esperando un hijo tuyo y lo sé porque ya me lo ha hecho saber.
― Poco me importa lo que piense, vamos terminemos con esto—
Tome de la mano a Bella y la conduje hacia el interior de la casa, caminamos por el enorme pasillo hasta llegar a la sala de estar, en su interior se encontraba la persona que menos esperaba ver en este momento.
― Aro ¿Qué demonios haces aquí?— pregunte poniéndome de inmediato en frente de Bella
― He venido a hablar contigo Edward, tenemos mucho de que conversar.
― Yo no tengo nada que hablar contigo, lárgate de esta casa, ahora mismo— solté la mano de Bella y camine unos pasos para echarlo a patadas del lugar pero las manos de mi mujer me sostuvieron, rápidamente recordé que ella no podía pasar por situaciones tensas.
― Pero yo sí, hay mucho que debes saber— una maldita sonrisa se extendió por sus labios y una curiosidad se desato en mí, me gire hacia donde estaba Bella y le hable en susurros.
― Vete a la habitación y espérame ahí hasta que vaya por ti, no bajes Bella, vete a descansar
― No quiero, me quedare contigo
― No puedes, sabes que debes descansar, hazlo por el bebe— dije casi en su oído
― Demonios, odio tus chantajes emocionales— pensó unos momentos y sonrió— júrame por este bebe que no harás ninguna locura— me dijo mientras ponía una nota mental: jamás nunca vuelvas a chantajearla emocionalmente porque te puede salir todo al revés
― No te preocupes— le dije obviando el juramento
― ¡júramelo!— alzo el tono de voz y frunció su ceño
― Está bien, te lo juro, ahora vete de aquí— Bella se giro no sin antes darme un beso y una mirada llena de odio al maldito que tenía en frente, este respondió con una lasciva sonrisa ¿Qué haría este mal nacido cuando supiera que mi mujer estaba embarazada?, pagaría por verle la cara de imbécil— dime ¿Qué demonios quieres?
― Bueno ahora que tú… mujer no está aquí creo que podre hablar con toda confianza.
― Dilo ya ¡qué demonios quieres!
― Hable con mi madre hace algunos meses atrás, cuando estaba hurgueteando en sus cosas encontré un pequeño diario y algunas cartas entre sus pertenencias, me pareció extraño que muchas de ellas eran dirigidas hacia Carlisle Cullen
― ¿Qué te traes entre manos Vulturi?
― Por una extraña razón mis padres se separaron y jamás contaron el porqué, cuando leí aquellas cartas caí en cuenta de la razón— un silencio se esparció en la habitación
― ¿Y que tiene que ver eso conmigo?
― Edward Cullen ¿tu padre nunca te ha dicho que tu y yo podríamos ser hermanos?— por un momento analice la frase y mi mente comenzó rápidamente a desconectarse de la realidad, ¿mi hermano? ¿este imbécil podría ser mi hermano?
― Estas demente, creo que ahora si eres un maldito loco, eso jamás podría ser, estas alucinando
― Tus padres y los míos se conocen desde mucho antes que tu o tu hermano mayor nacieran, por lo que leí en las cartas mi madre y tu padre tuvieron líos amorosos mientras estaban casados de los cuales al parecer fui el fruto de aquellos encuentros
― ¡eres un maldito!— grite con furia— eso es mentira, Carlisle podrá ser muchas cosas pero jamás le haría eso a mi madre, eres un infeliz
― Créelo, porque lo hizo y la prueba son esas cartas que mi madre jamás le mando, ella me conto que había tenido miedo de tu madre y que había sentido que mi vida podría ser amenazada, mal que mal ambos estaban casados y Carlisle podría haber sugerido que ella terminara con el embarazo
― Eres un desgraciado…— susurre apretando mis puños y recordando la imagen de mi hijo, tenía que controlar la rabia.
― No Cullen, solo quiero saber la verdad, quiero saber quién demonios es mi padre y nadie podrá impedírmelo.
― ¿y porque me dices esto a mi ahora?
― Porque cuando le dije a Carlisle él lo rechazo de plano, tu padre o nuestro padre es un maldito hijo de puta, el no quiere que tu madre se entere del engaño por eso que no quiere que hagamos publico nuestro posible parentesco, ósea que tampoco accederá a hacerse los exámenes de ADN
― ¿es eso solamente lo que quieres? Porque no creo que la fortuna que tiene Carlisle no te llame la atención— el maldito sopesó lo que había dicho, acaricio su barbilla y siguió hablando
― Si, sabes que si me interesa, no lo había pesado aún, la fortuna de mi posible padre biológico es aun mas suculenta que la de mi padre, creo que si podría estar interesado,
― Eres un maldito codicioso, pero juro que pagaras por esto.
― Antes de que tu venganza se desate quiero que te hagas los análisis conmigo, quiero saber de dónde demonios provengo.
― ¿me estas pidiendo un favor?— mi expresión mostro una fría y helada mirada de esas que hace mucho tiempo no salían de mi cuerpo
― Tómalo como quieras, quiero esos exámenes Cullen y aunque tenga que decirle a Esme para realizarlos los hare de igual manera, tú decides, se lo digo a Esme o tú te los practicas conmigo.
― ¡eres un maldito hijo de puta! ¡que mas exámenes quieres! Eres idéntico a Carlisle— grite en el medio del salón, estaba conmocionado por lo que escuchaba pero a la vez el sentimiento se me hacia conocido, creo que mi mente ya preveía algo así, de hecho que Carlisle tuviera tantas condescendías con este cretino no era normal, ahora ya sabía que todo tenía una explicación, en esta vida no existen las cosas sin explicación, todo tiene un porqué y esto no era la excepción.
― Intenta controlar tu vocabulario, hermanito — mi cuerpo se erizo por completo, no podía evitar el pensar siquiera en que este maldito se hiciera llamar mi hermano— bueno creo que nuestra conversación llego a un punto sin retorno, mi pregunta es la siguiente ¿te tomas los exámenes conmigo o debo decirle a mamá Cullen que intervenga por mi?
― No te atrevas a meter a mi madre en esto— avance lo que nos separaba y lo tome de sus solapas, el maldito era un poco más bajo que yo por lo que sus pies dejaron de tocar el suelo
― Suéltame imbécil, creo que no accederás por las buenas pero te daré unos días para pensarlo, tienes hasta el sábado, en la boda podrás decirme que piensas al respecto, hermanito.— lo solté con toda la rabia que tenia contenida, aterrizo sobre su espalda pero rápidamente se puso de pie y acomodo su ropa
― Lárgate de aquí antes de que te mate, juro por dios que lo único que te salvara de una muerte lenta es ese maldito papel, lárgate ¡ahora!
― Nos vemos pronto— susurro al pasar por mi lado.
Apreté mis puños y contuve el grito de angustia que amenazaba con salir, el maldito de mi padre además de hacernos la vida pedazos había engañado a mi madre mientras estaban casados, era un maldito infeliz pero tenía que saber la verdad y solo había alguien que podría decirme que sucedía aquí. Tome las llaves del auto y salí de la casa sin avisar, rápidamente me subí y arranque para no ser seguido por nadie, pronto mi celular comenzó a sonar como un loco en el visor aparecía el nombre de mi mujer pero no podía contestar, mi mente estaba demasiado segada para poder razonar, maneje por el camino que conocía bastante bien, cuando estuve en frente de aquella casa miles de recuerdos se agolparon en mi mente, maldita sea ¿Por qué tenía que pasar esto en un día como hoy? Debería estar celebrando por mi hijo no intentando dilucidar un misterio de un hermano perdido, me encamine hacia la puerta que se abrió al solo contacto.
― Edward, hola— me saludo Anna, el ama de llaves
― Dime ¿Dónde está mi padre?— pregunte con voz dura y fría
― El…el— tartamudeo, creo que era la primera vez que le hablaba así— el señor Cullen está con sus abogados en su despacho pero pidió no ser molestado.
Pase por su lado sin esperar su alguna reacción, camine por los enormes y largos pasillos de aquella mansión, mi mente se comenzó a llenar de recuerdos Níkolas aparecía en casi todos, las risas, los llantos, los gritos, las alegrías, todo se acumulaba en mi memoria. Cuando estuve en frente de aquellas enormes puertas entre sin pensarlo dos veces.
― Debemos revisar los balances de…— decía mi padre al momento de irrumpir, su vista se poso sobre mis ojos y de inmediato el tinte de sus ojos cambio, el odio se percibía a kilómetros de distancia— ¿nunca aprendiste a tocar?
― Necesito hablar contigo a solas y ahora— susurre con voz cortante
― Estoy ocu…
― ¡Ahora Carlisle!— grite enardecido— ¡todos fuera!— mis puños estaban cerrados y apretados mis nudillos ardían por golpear su rostro pero primero debía controlarme ¡tenía que saber la verdad! Los hombres que estaban dentro rápidamente tomaron sus cosas y salieron cerrando la puerta, Carlisle se saco sus gafas y metió sus manos a los bolsillos mirándome atentamente
― A que debo el honor de esta honorable irrupción ¿estás en problemas otra vez querido hijo?— el tono de su voz denotaba el maldito sarcasmo.
― Preguntare solo una vez y espero que por una alguna vez en tu vida seas sincero, ¿te acostaste o no con la madre de Aro Vulturi? ¿ese maldito también es hijo tuyo?
El silencio se apodero de la estancia de pronto el rostro de Carlisle palideció, en un día así de importante estaba aquí parado dilucidando el secreto mejor guardado de mi padre, al parecer el tenia otro hijo eso significaba que hoy celebrábamos una nueva vida pero lamentábamos la aparición de un nuevo Cullen que nadie esperaba.
Nueva vida, Nuevo Cullen
(Edward POV)
― ¿de verdad no sabían que ella estaba embarazada?— pregunto el doctor pero su voz se escuchaba lejos, muy lejos, mi mente de pronto se desconecto del mundo.
Estaba consciente, parado ahí en la consulta del doctor pero mi cuerpo y sobre todo mi corazón se habían elevado hacia un punto en donde lo único que existía era la palabra Bebé. Mire hacia mi lado y los ojos de Bella estaban aun más abiertos que los míos, de pronto mi corazón ilumino con fuego mis ojos, ella estaba embarazada, en su vientre se gestaba un niño, mi niño. Los segundos se hicieron eternos pero no hice nada por salir de mi estado de letargo, era tan impresionante el sentimiento que se arremolinaba en mi pecho que mis intenciones eran disfrutarlo por todo el tiempo posible. El doctor nos miraba atónito, sus ojos y sus manos se movían de manera nerviosa, a mi poco me importaba de lo único que era plenamente consciente es que tenía en frente a la mujer más importante en mi mundo, mis manos buscaron su contacto pero al sostenerla por ellas su cuerpo colisiono desmayándose entre mis brazos.
― Bella— exclamé escapando de mi estado, el doctor rápidamente rodeo el escritorio para alcanzarnos. Sujete con fuerza el cuerpo inerte de mi mujer, mis manos se extendieron para darle cobijo, caímos uno encima del otro, mi prioridad era protegerla a ella y al bebe, poco me importaba caer en el medio de la oficina con tal de cumplir mi acción.
― ¡dios mío! Pero no entiendo Edward ¿Cómo no sabían del embarazo?
― Créanos que esto nos toma por sorpresa, creo que a nosotros mas que ha usted, es casi imposible que Bella no se haya dado cuenta, no sé como sucedió esto.
― Levántala, pongámosla en la camilla— pase mis brazos por alrededor de su cuerpo para elevarla, camine con mi mujer en brazos hacia donde el hombre me indicaba. La deposité suavemente no sin antes deslizar mis ansiosos ojos hacia su vientre plano
― No creo que esto esté pasando ¿está seguro de que ella está embarazada?
― ¡claro! Tan seguro como que soy médico, ella está completamente embarazada Edward, no cabe la menor duda pero ¿Por qué dices que es imposible que no se hayan dado cuenta antes?
― Bella tuvo un accidente muy grave hace algunos meses, ella casi perdió la vida, ¿no se supone que siempre te hacen exámenes de ese tipo cuando caes en un hospital?
― Claro, deberían— acepto con algo de duda— creo que tendremos que esperar a que ella despierte, por ahora me atrevo a decir que todos los síntomas que has sentido son producto de su embarazo
― ¿Qué?— me gire hacia el hombre completamente asombrado— ¿dice que yo he sentido todo este tiempo los síntomas de su embarazo?
― Creo que sí, de un cien estoy un noventa por ciento seguro, eso no quita otro tipo de afecciones que puedas tener, estoy casi seguro que todos los malestares que has sentido en estas últimas cuatro semanas han sido por el embarazo.
― Eso… eso quiere decir que…
― Bueno la medicina es una ciencia bastante exacta pero en mi opinión y experiencia personal he tenido casos de padres que sienten los síntomas de embarazo de su mujeres, es algo poco común pero tampoco imposible de suceder, he tenido en este último tiempo bastante de este tipo, creo que se debe a la conexión emocional de los padres, ustedes deben tener una excelente conexión porque has sentido todo lo que Bella ha omitido. Tu bebe te escogió a ti para sufrir
― Dios...—susurre aun incrédulo
― Aparte de los mareos ¿has tenido antojos?
― No— respondí casi mecánicamente pero al paso de los segundos y de ver la ceja enarcada del doctor recordé que si, suspire pesadamente y cerré mis ojos— te de canela y Martini
― ¿vez?, Bella está completamente embarazada Edward— mientras el doctor seguía hablando mi vista se fue hacia Bella quien comenzaba a moverse nuevamente. Me acerque raudo hacia ella, tome su mano que estaba completamente fría, parpadeo unas cuantas veces antes de sentarse en la camilla.
― ¿Qué ha pasado?— pregunto llevándose una mano a la cabeza— demonios, todo me da vueltas— al nombrar esas palabras sus ojos se abrieron de par en par, de pronto su respiración se agito al igual que su cuerpo— ¡Edward!— grito y me miro aterrada— ¿Qué ha pasado?
― Bella, creo que tenemos que hablar, ven aquí cariño, doctor— le dije al hombre que estaba en frente— ¿podrías dejarnos a solas unos momentos?—
― Claro que si, iré por la ginecóloga de inmediato así podrán hablar con ella.
― Gracias— agradecí infinitamente el tiempo que me iba a dar con ella, mire nuevamente a Bella mientras el médico salía de su consulta, su expresión estaba completamente aterrorizada, sus ojos mostraban miedo e incertidumbre, me asustaba su reacción ¿no quería a nuestro bebé? En el mismo momento que el cerro la puerta Bella comenzó a hablar
― Edward lo siento yo yo, yo no sabía del embarazo perdóname, Dios mío, de verdad no tenía idea juro que no mentí, demonios— su cuerpo estaba temblando completamente, pase mis manos por su cintura e intente calmarla pero estaba claro que ella tenía pánico a mi reacción, creo que mi expresión no fue la mejor en un primer momento.
― Bella ¿quieres a este bebe?— pregunte directamente, tenía que sacar esta duda de mi corazón, sus ojos se llenaron de lagrimas, sus mejillas levemente sonrosadas tomaron un intenso color, su labio inferior temblaba completamente.
― Claro que lo quiero pero tengo pánico de que tú no lo veas así— su respuesta helo hasta el más mínimo de mis cabellos, ¿ella aun me creía frio? Estaba claro que sí, porque su manera de reaccionar me decía que temía con terror a lo que yo pudiera decirle.
― Bella, creo que estas confundida, si te calmas y vez realmente lo que hay aquí te darás cuenta que no eres tú solamente la que quiere a ese niño— ella levanto la cabeza rápidamente buscando mis ojos, mi corazón latió aun mas fuerte al verla así tan débil y buscando apoyo, ella era todo para mí, no había nada el mundo más importante que Bella y ahora aun mas era mi corazón completo, sin duda nuestro hijo era la coronación de un amor sin barreras.
― Edward… eso quiere decir…— tartamudeo, solté una pequeña risa para desviar los nervios que sentía.
― Si Bella, yo quiero a este hijo tanto o más que tu, tranquila mi amor todo está bien. Este bebe es nuestro hijo y lo he deseado desde hace mucho tiempo— me acerque lentamente a sus labios y la bese con ternura, ¡Dios mío! Íbamos a tener un hijo, no podía creerlo esto cada vez se ponía aun mejor, sabía que me había precipitado con la propuesta de matrimonio pero ahora me daba cuenta que fue hecha en el momento preciso, no quería que un futuro Bella pensara que me caso con ella solo por el bebe porque sería la peor de todas las mentiras.
Su cuerpo dejo de tiritar y su pecho de sollozar, me senté a su lado en la camilla y la abrace con delicadeza, ese frágil cuerpo contenía el fruto de nuestro amor, de nuestra pasión, una nueva vida. Sin duda de aquí en adelante el mundo seria de una manera muy diferente a lo que es ahora, ya no tenía que vivir solo para mi, tenía a dos personas más importantes que cualquier otra cosa en el mundo, mi familia. De mis labios comenzó a salir una melodía, tarareé una nana para ella, Bella cerro sus ojos y se apoyo en mi hombro, quería que se calmara y disfrutara de esta enorme emoción que sentía seriamos padres, tendríamos un hijo. Los minutos pasaron sin ser sentidos, nuestros cuerpos se mecían en un vaivén que iba acorde a la melodía que estaba entonando para ella, poco a poco su alma se tranquilizo y dio paso a esa mirada que tanto esperaba, sus ojos relucían como dos diamantes a la luz del sol, su cara de inmediato cambio y se volvió aun más hermosa de lo que jamás imagine, ahora ya no la veía solamente como mi mujer, era mucho más que eso, su rostro tenia los ápices de maternidad asomándose por todas partes. Antes de poder volver a hablar el doctor golpeo suavemente en la puerta, bese una vez más sus labios y le susurre lo que mi corazón gritaba.
― Te amo mi amor, todo está bien— el hombre paso y tomados de la mano nos volvimos a sentar en las sillas, esta vez no venia solo una mujer de cabellos castaños y rizados se asomo por la puerta a los pocos segundos.
― Buenas tardes— saludó con cortesía, se adentro en la oficina y se posiciono cerca del doctor— mi nombre es Diana Oriccia, soy Ginecóloga y el doctor me ha pedido que venga a darles orientación sobre el embarazo de la señora.
― Muchas gracias— respondimos al unísono, mi mano apretó suavemente la de Bella.
― ¿hay algo que quieran saber?— pregunto
― Muchas cosas— contesto Bella— de verdad que este embarazo nos pilla completamente de sorpresa, no es que no queramos pero realmente no tenía idea de todo esto, creo aun que es imposible
― ¿Por qué lo dice?— pregunto la mujer enarcando una ceja pero con una sonrisa en sus labios.
― Bueno yo…—Bella soltó mi mano y comenzó a juguetear con sus dedos— yo…
― ¿Qué sucede?— pregunte notando los nervios que comenzaban a dominarla.
― Esto nunca se lo he dicho a nadie pero… — ella desvió sus ojos hacia la madera de la mesa, se veía nerviosa y un poco acomplejada por lo que estaba por decir, fui preso de la curiosidad ¿Qué era eso tan grande que ella no le ha dicho a nadie?— cuando era más pequeña… descubrieron que tenía una malformación en mi útero y en mis trompas de Falopio.
― ¿malformación?— pregunte tomando nuevamente sus manos, parecía ser un tema difícil.
― Si, cuando tenía alrededor de los doce años comencé a tener problemas en mis periodos mi padre se preocupo y pidió que mi madrastra me llevara a ver un doctor, después de muchos exámenes descubrieron que yo tenía una malformación en mi aparato reproductor, fue tanto el caos que se armo que el doctor cuando nos dio los resultados de los exámenes dijo que mis probabilidades para concebir se habían reducido a mínimas, con el paso del tiempo esa idea se fue alojando en mi mente y creo que nunca cuestione los resultados de ese examen hasta entonces
― ¿pero nunca te viste con otros médicos? ¿Cuándo estabas en el hospital no…?
― Sí, claro que hable con mas médicos pero por lo que decían que era igual o peor a lo que yo ya sabía no quise seguir indagando mas, cuando estuve en ginecología vi muchos casos de mujeres que nunca pasaron el segundo mes de embarazo, es por eso que…
― ¿tienes miedo verdad?— pregunte acercándome para estrecharla entre mis brazos, los jadeos de Bella se hicieron cada vez más profundos, sus lagrimas se derramaban sin control por sus mejillas.
― Señora Cullen— se acerco la doctora— permítame hablar con usted por favor— el tono de la mujer había cambiado, creo que ahora sentía un poco de pena por lo que Bella nos había relatado— creo que el doctor que la atendió no estaba en todo lo cierto, ¿usted trabaja en un hospital?
― Sí, soy enfermera— respondió ella apoyada en mi hombro, la mujer sonrió levemente.
― Entonces entiendo perfectamente su miedo pero como también debe saber si usted ya está en la decima sexta semana de gestación es porque el peligro ha pasado, su embarazo me imagino debe estar en buen estado.
― ¿está segura de lo que dice?— pregunte de repente preocupado por lo que podría suceder, de un momento a otro mi mente comenzó a maquinar diferentes opciones, si el embarazo de Bella no llegaba a termino ¿Cómo quedaría ella?, sin lugar a dudas seria un golpe muy duro de superar.
― Sr. Cullen tengo bastante experiencia en estos casos y creo que con un simple examen podríamos salir de dudas inmediatamente.
― ¿una ecografía?— pregunto Bella levantándose súbitamente de mi hombro.
― Sí, creo que es lo primero que tenemos que hacer para ver si todo marcha bien ¿estás dispuesta?— los ojos de Bella brillaron por segunda vez, su mirada busco la mía como pidiendo mi apoyo, asentí levemente y mostré una sonrisa de apoyo.
― Si, hagámosla
― Bien, entonces síganme.
La mujer se puso de pie y nos condujo por los pasillos de la clínica, de pronto mientras íbamos caminando mi celular comenzó a sonar, el visor me indicaba que era Tanya.
― ¿Dónde demonios están?— pregunto algo enfadada— estoy preocupada
― No te pongas así, créeme que estamos haciendo algo muy importante, cuando lleguemos a la casa te contaremos.
― ¿están bien?— pregunto con incertidumbre
― Mejor que nunca— le dije mirando a la mujer que llevaba abrazada— créeme que es el mejor día de mi nueva vida— comente con orgullo
― Bien, entonces aquí los espero.
― Nos vemos
― Adiós— dijo mi prima y colgó.
Entramos en la nueva oficina, creo que era la consulta de la doctora, todo el entorno estaba decorado en agradables colores pastel, había una camilla y un equipo de ecografía. Bella comenzó a temblar de repente y se apego hacia mí.
― Tranquila— susurre besando su cabello— todo estará bien, se que ese bebe si existe, lo siento
― Yo también, pero tengo miedo Edward, tengo miedo
― No te preocupes, yo cuidare de ti mi amor, siempre—
― Bien, Sra. Cullen acércate a la camilla— la Dra. Oriccia extendió su mano y la invito a subir, Bella se recostó sobre la enorme camilla y suspiro pesadamente, un detalle ha sido que ella la ha llamado Sra. Cullen todo el tiempo, creo que ninguno de los dos se ha preocupado por eso, por mi parte me parece excelente, a Bella le va que la llamen así, a mí en lo personal me encanta.
― Tranquila— le dije desde un rincón.
― Sr. Cullen si quiere puede sentarse a su lado— dijo la mujer con una sonrisa, como si hubiera esperado por eso rápidamente acerque una silla hacia la cabecera de la camilla y me senté junto a ella, su cabeza quedo a la misma altura que la mía, tome una de sus manos y apoye mi cabeza en la otra, su perfil se notaba tenso y nervioso.
― Creo que nunca se te quitara lo nerviosa— susurre mientras la doctora preparaba todo.
― Creo que no, es algo nato en mí, no sabes lo importante que es este preciso momento, poco me importa haber descubierto de esta forma que estoy embaraza ahora lo único que me importa es que ese bebe este bien, es lo único que deseo.
― Yo igual, creo que nuestra relación ha sido así ¿no crees? Una sorpresa tras de otra, es lo mejor de todo esto, creo que jamás me aburriré
― Eso espero ya que no quiero un divorcio en unos años mas
― En mi familia los divorcios no existen, los Cullen nos casamos para siempre
― Eso espero Cullen, eso espero— sonrió, bese su fría nariz al mismo tiempo que un escalofrió se extendió por su piel. La doctora tenía una pequeña sonrisa cómplice en sus labios, si había escuchado toda la conversación poco me importaba, en este momento podría caerse mi empresa frente a mis ojos y creo que ni siquiera me inmutaría, había tanto de que preocuparse pero no había nada más importante que la mujer que tenía en frente y lo que llevaba en su vientre.
― Bien, ya estamos listos— lentamente el estomago de Bella fue descubierto, la mujer aplico un gel transparente sobre su abdomen y acerco la maquina— bueno ya es hora, ¿están listos?— ambos asentimos— aquí vamos.
La maquina fue posada sobre la piel de Bella y una imagen enseguida se proyecto en el monitor, nuestros ojos ansiosos devoraron todo lo que se veía pero a pesar de mis intentos mis ojos no lograban distinguir nada, en un momento un rápido sonido se hizo presente en la habitación, era un latido, era el primer latido de mi hijo. Mis ojos instantáneamente buscaron los de Bella quien estaba derramando millones de lagrimas, su mano se sujetaba firmemente a la mía su agarre decía todo lo que ya podía imaginar, ahí estaba ese era nuestro hijo esos eran sus latidos. Una emoción incontrolable se apodero de mi cuerpo, un sentimiento increíblemente poderosos se alojo en mi corazón, mi mente y mi alma por primera vez experimentaron lo avasalladora de la sensación por primera vez en mi vida sentí que todo tenía sentido, sentí que mi alma había tocado el cielo y había regresado a mi cuerpo sin poder evitarlo mis ojos se hicieron participé en la emoción, mis lagrimas producidas por el sentimiento que experimentaba se dejaron caer ante la vista de todo el mundo no importaba estar en un lugar publico, era mi hijo el que veía, estaba vivo, vivo y dentro del cuerpo de la mujer que amaba.
― Sres. Cullen les presento a su hijo, por lo que veo el bebe esta en excelente posición, tiene casi dieciséis semanas y está en perfecto estado de gestación, su desarrollo va acorde con las semanas que tiene y creo que pronto podremos saber el sexo de este pequeñín.
― Dios mío— susurre aun emocionado, no podía ver nada, me desesperaba no poder ver su imagen claramente pero ya sentir sus latidos me hacia deshacerme en lugar que estaba.
― Es maravilloso— dijo Bella— es tan pequeño pero su corazón es muy fuerte, jamás había escuchado algo así, siempre he vivido estos momentos en el hospital pero cuando te sucede a ti es totalmente diferente.
― Así es, creo que comparto tu opinión— dijo la silenciosa doctora— ¿Quieren que les grave en un video?
― ¿se puede?— pregunte aun absorto con la imagen
― Claro que si, iré por un DVD— la mujer congelo la imagen en el monitor y dejo el instrumento en una mesilla de al lado. Cuando estuvimos solos un momento de profunda intimidad se hizo presente entre nosotros.
― Está bien Edward— susurro Bella conteniendo un llanto desesperado— nuestro bebe está bien
― Bella, Bella, Bella— me pare de inmediato y la abrace, seque los resto de lagrimas que habían en mis mejillas y me contuve de no dejarme vencer por las emociones, tenía que darle apoyo, sin duda lo que ella había pensado era un peso enorme sobre su espalda— si mi amor, todo está bien ¡te lo dije!, nuestro hijo es fuerte y de seguro nacerá en excelentes condiciones.
― O nuestra hija— susurro sobre mis hombros, la sola idea hizo que una sonrisa aun más grande que cualquier otra se extendiera en mis labios, me separe de ella solo para besarla.
― Mi pequeña Bella, creo que eso sería el mejor regalo de todos, me da igual lo que sea lo único que quiero es tenerlo entre mis brazos, nada más.
― No puedo creer todo lo que nos ha pasado ¡tengo casi cuatro meses de embarazo! Y tú has sentido todos mis malestares.
― Mientras perdiste la conciencia el doctor me dijo que eso podría ser por la conexión que tenemos, hay muchos padres que sienten los malestares del embarazo antes que las madres.
― ¡pero tu pasaste todo el periodo de malestares!— gimió enterrando su cabeza en mi hombro
― ¿aun piensas que somos una pareja convencional?— pregunte entre risas— ¡dios! Creo que no podría ser más feliz— comente cerrando mis ojos y dando unas silenciosas gracias por todo lo que ha sucedido, tendría que agradecer aun mas todo lo que él ha hecho por mi vida en este último tiempo.
― ¡mi padre!— exclamo de repente— ¡tengo que avisarle!, demonios— susurro tapándose la boca— ¡el tenia razón! ¿no recuerdas? La vez que fuimos a la casa, cuando tu le dijiste que éramos novios el me pregunto si estaba embarazada y yo le dije que no, ¡dios mío! ¡si lo estaba, en ese tiempo ya estaba embarazada!
― Si creo que así era, tu padre tiene un hijo clínico para los bebes, creo que le hare el alcance cuando le contemos, no te preocupes a penas volvamos a Chicago le diremos, es día jueves, el sábado después de la boda volaremos hacia nuestra ciudad de inmediato
― Si, por favor, muero por contarle— por unos momentos ella se quedo en silencio— Edward tu…— vi en sus ojos lo que estaba pensando.
― No lo sé Bella, no sé si mi familia se merece saber una noticia que me hace tan feliz, además no quiero que mi padre ose maltratarte, porque ahora sí que no respondo de mi, no me interesa que sea mi padre.
En el tiempo correcto la doctora volvió a entrar en la habitación, grabo todo el video en un DVD el cual nos entrego, luego pasamos hacia su oficina nuevamente en donde le receto a Bella algunas vitaminas y hierro para su embarazo.
― ¿es un embarazo de riesgo?— pregunté asustado al escuchar lo que ella decía.
― Creo que sí, debido a los antecedentes de la Sra. Cullen su embarazo es tomado como de riesgo pero debemos estar tranquilos el bebe está en buena forma, hasta el momento nada podría suceder, cuando lleguen a su ciudad vayan de inmediato a donde su ginecólogo y programen las citas con él, ella no puede estar sin supervisión medica.
― Está bien— le dije pensando de inmediato en contratar a un medico que estuviera disponible las veinticuatro horas al día para ella, no quería que a nuestro hijo le faltara nada, si de mi dependía ese embarazo llegaría con éxito a término.
― Creo que con ustedes no habrá problemas, se ve que serán unos excelentes padres y sin duda aunque no era esperado desde el momento que supieron ya lo aman.
― De eso no le quepa duda— comento Bella pasando sus manos por su vientre— tengo una pregunta, como ya sabemos el embarazo comienza su etapa de vislumbra miento entre el tercer y cuarto mes, como yo ya voy entrando en el cuarto y aun no se nota ¿cree usted que la barriga salga de un día para otro?
― Depende Sra. Cullen, todas las gestaciones son diferentes pero creo que no pasara mucho tiempo antes de que su bebe se manifieste, su embarazo esta en el punto pick y de un momento a otro se hará notar.
― Qué bueno, no puedo esperar a tener la barriga— los ojos de mi mujer brillaron cuando se posaron sobre su vientre, mi mano sin poder evitarlo se fue hacia el mismo lado, aun no creía que ahí se estuviera gestando a mi primer pequeño, la emoción que había en aquel momento no se podría comprar con nada en este mundo.
Hablamos alrededor de una hora más, ambos teníamos toda clase de preguntas las cuales fueron respondidas atentamente por la doctora. De camino a casa Bella comenzó a sentir nuevamente algunas molestias, mareos y otras cosas se hicieron presentes mientras recorríamos las calles de Londres, por mi parte me sentía de maravilla, al parecer cuando supimos las noticias nuestro bebe cambio el objeto de sus deseos y se centro en su madre, la cara de Bella llego pálida a los estacionamientos de la mansión, esperamos unos momentos antes de bajar pero lamentablemente lo que vimos no fue de mi completo agrado.
― ¿ese no es el auto de tus padres?— comento Bella mientras la ayudaba a salir del auto.
― Si, al parecer, siempre tienen que escoger los peores momentos para aparecer.
― A mí no me interesa que sepan de mi embarazo, aunque a tu papa estoy segura que le dará otro pre infarto, no le hará mucha gracia que yo esté esperando un hijo tuyo y lo sé porque ya me lo ha hecho saber.
― Poco me importa lo que piense, vamos terminemos con esto—
Tome de la mano a Bella y la conduje hacia el interior de la casa, caminamos por el enorme pasillo hasta llegar a la sala de estar, en su interior se encontraba la persona que menos esperaba ver en este momento.
― Aro ¿Qué demonios haces aquí?— pregunte poniéndome de inmediato en frente de Bella
― He venido a hablar contigo Edward, tenemos mucho de que conversar.
― Yo no tengo nada que hablar contigo, lárgate de esta casa, ahora mismo— solté la mano de Bella y camine unos pasos para echarlo a patadas del lugar pero las manos de mi mujer me sostuvieron, rápidamente recordé que ella no podía pasar por situaciones tensas.
― Pero yo sí, hay mucho que debes saber— una maldita sonrisa se extendió por sus labios y una curiosidad se desato en mí, me gire hacia donde estaba Bella y le hable en susurros.
― Vete a la habitación y espérame ahí hasta que vaya por ti, no bajes Bella, vete a descansar
― No quiero, me quedare contigo
― No puedes, sabes que debes descansar, hazlo por el bebe— dije casi en su oído
― Demonios, odio tus chantajes emocionales— pensó unos momentos y sonrió— júrame por este bebe que no harás ninguna locura— me dijo mientras ponía una nota mental: jamás nunca vuelvas a chantajearla emocionalmente porque te puede salir todo al revés
― No te preocupes— le dije obviando el juramento
― ¡júramelo!— alzo el tono de voz y frunció su ceño
― Está bien, te lo juro, ahora vete de aquí— Bella se giro no sin antes darme un beso y una mirada llena de odio al maldito que tenía en frente, este respondió con una lasciva sonrisa ¿Qué haría este mal nacido cuando supiera que mi mujer estaba embarazada?, pagaría por verle la cara de imbécil— dime ¿Qué demonios quieres?
― Bueno ahora que tú… mujer no está aquí creo que podre hablar con toda confianza.
― Dilo ya ¡qué demonios quieres!
― Hable con mi madre hace algunos meses atrás, cuando estaba hurgueteando en sus cosas encontré un pequeño diario y algunas cartas entre sus pertenencias, me pareció extraño que muchas de ellas eran dirigidas hacia Carlisle Cullen
― ¿Qué te traes entre manos Vulturi?
― Por una extraña razón mis padres se separaron y jamás contaron el porqué, cuando leí aquellas cartas caí en cuenta de la razón— un silencio se esparció en la habitación
― ¿Y que tiene que ver eso conmigo?
― Edward Cullen ¿tu padre nunca te ha dicho que tu y yo podríamos ser hermanos?— por un momento analice la frase y mi mente comenzó rápidamente a desconectarse de la realidad, ¿mi hermano? ¿este imbécil podría ser mi hermano?
― Estas demente, creo que ahora si eres un maldito loco, eso jamás podría ser, estas alucinando
― Tus padres y los míos se conocen desde mucho antes que tu o tu hermano mayor nacieran, por lo que leí en las cartas mi madre y tu padre tuvieron líos amorosos mientras estaban casados de los cuales al parecer fui el fruto de aquellos encuentros
― ¡eres un maldito!— grite con furia— eso es mentira, Carlisle podrá ser muchas cosas pero jamás le haría eso a mi madre, eres un infeliz
― Créelo, porque lo hizo y la prueba son esas cartas que mi madre jamás le mando, ella me conto que había tenido miedo de tu madre y que había sentido que mi vida podría ser amenazada, mal que mal ambos estaban casados y Carlisle podría haber sugerido que ella terminara con el embarazo
― Eres un desgraciado…— susurre apretando mis puños y recordando la imagen de mi hijo, tenía que controlar la rabia.
― No Cullen, solo quiero saber la verdad, quiero saber quién demonios es mi padre y nadie podrá impedírmelo.
― ¿y porque me dices esto a mi ahora?
― Porque cuando le dije a Carlisle él lo rechazo de plano, tu padre o nuestro padre es un maldito hijo de puta, el no quiere que tu madre se entere del engaño por eso que no quiere que hagamos publico nuestro posible parentesco, ósea que tampoco accederá a hacerse los exámenes de ADN
― ¿es eso solamente lo que quieres? Porque no creo que la fortuna que tiene Carlisle no te llame la atención— el maldito sopesó lo que había dicho, acaricio su barbilla y siguió hablando
― Si, sabes que si me interesa, no lo había pesado aún, la fortuna de mi posible padre biológico es aun mas suculenta que la de mi padre, creo que si podría estar interesado,
― Eres un maldito codicioso, pero juro que pagaras por esto.
― Antes de que tu venganza se desate quiero que te hagas los análisis conmigo, quiero saber de dónde demonios provengo.
― ¿me estas pidiendo un favor?— mi expresión mostro una fría y helada mirada de esas que hace mucho tiempo no salían de mi cuerpo
― Tómalo como quieras, quiero esos exámenes Cullen y aunque tenga que decirle a Esme para realizarlos los hare de igual manera, tú decides, se lo digo a Esme o tú te los practicas conmigo.
― ¡eres un maldito hijo de puta! ¡que mas exámenes quieres! Eres idéntico a Carlisle— grite en el medio del salón, estaba conmocionado por lo que escuchaba pero a la vez el sentimiento se me hacia conocido, creo que mi mente ya preveía algo así, de hecho que Carlisle tuviera tantas condescendías con este cretino no era normal, ahora ya sabía que todo tenía una explicación, en esta vida no existen las cosas sin explicación, todo tiene un porqué y esto no era la excepción.
― Intenta controlar tu vocabulario, hermanito — mi cuerpo se erizo por completo, no podía evitar el pensar siquiera en que este maldito se hiciera llamar mi hermano— bueno creo que nuestra conversación llego a un punto sin retorno, mi pregunta es la siguiente ¿te tomas los exámenes conmigo o debo decirle a mamá Cullen que intervenga por mi?
― No te atrevas a meter a mi madre en esto— avance lo que nos separaba y lo tome de sus solapas, el maldito era un poco más bajo que yo por lo que sus pies dejaron de tocar el suelo
― Suéltame imbécil, creo que no accederás por las buenas pero te daré unos días para pensarlo, tienes hasta el sábado, en la boda podrás decirme que piensas al respecto, hermanito.— lo solté con toda la rabia que tenia contenida, aterrizo sobre su espalda pero rápidamente se puso de pie y acomodo su ropa
― Lárgate de aquí antes de que te mate, juro por dios que lo único que te salvara de una muerte lenta es ese maldito papel, lárgate ¡ahora!
― Nos vemos pronto— susurro al pasar por mi lado.
Apreté mis puños y contuve el grito de angustia que amenazaba con salir, el maldito de mi padre además de hacernos la vida pedazos había engañado a mi madre mientras estaban casados, era un maldito infeliz pero tenía que saber la verdad y solo había alguien que podría decirme que sucedía aquí. Tome las llaves del auto y salí de la casa sin avisar, rápidamente me subí y arranque para no ser seguido por nadie, pronto mi celular comenzó a sonar como un loco en el visor aparecía el nombre de mi mujer pero no podía contestar, mi mente estaba demasiado segada para poder razonar, maneje por el camino que conocía bastante bien, cuando estuve en frente de aquella casa miles de recuerdos se agolparon en mi mente, maldita sea ¿Por qué tenía que pasar esto en un día como hoy? Debería estar celebrando por mi hijo no intentando dilucidar un misterio de un hermano perdido, me encamine hacia la puerta que se abrió al solo contacto.
― Edward, hola— me saludo Anna, el ama de llaves
― Dime ¿Dónde está mi padre?— pregunte con voz dura y fría
― El…el— tartamudeo, creo que era la primera vez que le hablaba así— el señor Cullen está con sus abogados en su despacho pero pidió no ser molestado.
Pase por su lado sin esperar su alguna reacción, camine por los enormes y largos pasillos de aquella mansión, mi mente se comenzó a llenar de recuerdos Níkolas aparecía en casi todos, las risas, los llantos, los gritos, las alegrías, todo se acumulaba en mi memoria. Cuando estuve en frente de aquellas enormes puertas entre sin pensarlo dos veces.
― Debemos revisar los balances de…— decía mi padre al momento de irrumpir, su vista se poso sobre mis ojos y de inmediato el tinte de sus ojos cambio, el odio se percibía a kilómetros de distancia— ¿nunca aprendiste a tocar?
― Necesito hablar contigo a solas y ahora— susurre con voz cortante
― Estoy ocu…
― ¡Ahora Carlisle!— grite enardecido— ¡todos fuera!— mis puños estaban cerrados y apretados mis nudillos ardían por golpear su rostro pero primero debía controlarme ¡tenía que saber la verdad! Los hombres que estaban dentro rápidamente tomaron sus cosas y salieron cerrando la puerta, Carlisle se saco sus gafas y metió sus manos a los bolsillos mirándome atentamente
― A que debo el honor de esta honorable irrupción ¿estás en problemas otra vez querido hijo?— el tono de su voz denotaba el maldito sarcasmo.
― Preguntare solo una vez y espero que por una alguna vez en tu vida seas sincero, ¿te acostaste o no con la madre de Aro Vulturi? ¿ese maldito también es hijo tuyo?
El silencio se apodero de la estancia de pronto el rostro de Carlisle palideció, en un día así de importante estaba aquí parado dilucidando el secreto mejor guardado de mi padre, al parecer el tenia otro hijo eso significaba que hoy celebrábamos una nueva vida pero lamentábamos la aparición de un nuevo Cullen que nadie esperaba.
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