Capitulo 19: El juicio I
Bella POV
El lunes por la mañana desperté con unas ganas inmensas de no levantarme de la cama. Hoy oficialmente comenzaba el principio del fin, quería llegar a ese juicio, pero a la vez tenía miedo, tenía ganas de desaparecer un instante del mundo o ¿Por qué no? Ser capaz de ver el futuro, pero ninguna de esas cosas me era posible, solo estaba aquí muerta de nervios, sin haber visto aun a Edward y con unas ganas inmensas de vomitar. Pero eso podía esperar. Desde nuestra llegada el viernes por la noche se me había prohibido aunque fuera un mensaje de texto a Edward, y a pesar de estar con mi hermano, Alice y Esme, me sentía sola, por que solo había una persona con quien quería estar y no podía, por eso cuando un par de golpes se escucharon en mi puerta y detrás escuché su voz, mi corazón casi se me sale del pecho.
— ¿Bella? —tan rápido me levante que quedé mareada pero lo ignoré y abrí la puerta, y ahí estaba con esos intensos ojos viéndome como si temiera que fuera a desparecer, me abalancé sobre él, me sostuvo entre sus brazos y me besó con fuerza, los labios, después la frente, las mejillas y de nuevo los labios. Me sentí completamente en las nubes cuando sentí después de tantos días sus labios junto a los míos, era indescriptible la sensación de estar con él, entre sus brazos, no pensé en nada más, pero claro mi burbuja se reventó cuando Alice y Emmett se aclararon la garganta de forma bastante audible y molesta.
—Creí que no nos podíamos ver —le dije apenas separando un poco mis labios de los suyos, mi cuerpo aun estaba herméticamente aferrado al suyo.
—Ese era nuestro plan, pero las cosas han cambiado —contestó con voz grave, pero con un toque de dulzura mientras se dirigía a mí.
— ¿Pasó algo? —preguntó Esme, Edward tomó mi mano y me guió al sofá donde nos sentamos lo mas cerca posible.
—Tanya, perdió al bebé, bueno… lo abortó —un hueco se me hizo en el estomago, sentí aunque era imposible como si mi propio bebé me hubiera pateado alzando la voz ante tal bajeza, despacio lleve mi mano hasta mi vientre y lo acaricié despacio.
— ¿Cómo… fue capaz? —pregunté, sabia que era ambiciosa, pero de ahí a hacer algo tan cruel, había mucha diferencia.
—Parece que es mas lista de lo que pensamos, así que abortó al bebé y piensa negar relación alguna con Félix, pero gracias a mi hermanita —le sonrió a Alice y ella le devolvió la sonrisa— él esta dispuesto a declarar el amorío que tuvieron, tengo los cargos a las tarjetas de crédito por la compra de los pasajes pero…
Su silencio nos hizo poner mas atención, pero también me hizo sentir mas nerviosa, algo no andaba bien, de hecho debía ser algo muy malo.
—Pero… —lo incité a que continuara.
—Tanya tiene un testigo, Bella —me miró y tomó mi otra mano entre las suyas— ese testigo es Charlie.
Mi boca formó una enorme O y los ojos se me llenaron de lágrimas, sabía lo que eso significaba, la última vez que intenté hablar con Charlie seguía con esa mirada indiferente y cargada de decepción, así que aunque hablara con él antes del juicio estaba muy segura de que no nos ayudaría.
—Entonces, ¿Tanya va a ganar? —Preguntó molesta Alice— eso es injusto, es verdad que ustedes dos son amantes, pero ella… ella es una zorra que se metió contigo por dinero y con Félix por placer debería haber una ley que castigue a las zorras como ella.
—Tranquila Alice, nuestro abogado nos ha dado un mejor plan, pero solo lo haremos si Bella está de cuerdo.
—Haré lo que sea para que esto se terminé de una vez —dije segura y confiada en el plan de abogado.
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Bien, quizás no estaba tan dispuesta después de todo, o era que tenia miedo de que las cosas se le complicaran a Edward y probablemente a toda la familia Cullen, pero era nuestra ultima salida y estaba dispuesta a todo por que esto ya terminara. De camino hacia el juzgado, en al auto con mi hermano, mi cuñada y Esme sentía que me faltaba el aire, y que sudaba a pesar del clima frio que la ciudad de Nueva York nos regalaba, los copos de nieve se estrellaban contra el parabrisas y los latidos de mi corazón llenaban el silencio en el interior del auto, aunque probablemente yo era la única que los escuchaba.
Al llegar al juzgado vi el cabello de Tanya perderse al cerrarse la puerta principal, era inconfundible el color rubio rojizo de su larga melena, o quizás es que yo ya alucinaba con esa mujer, que, aunque yo era la otra era ella quien se empeñaba en hacernos la vida imposible a Edward y a mí. Esme y Alice se adelantaron para avisarle a Edward y al abogado que ya estábamos aquí, Emmett me acompañó en todo momento asegurándose de que no fuera a correr.
Después de caminar con la mayor lentitud posible, llegamos a la sala donde se llevaría a cabo el juicio, y ahí estaba Tanya acompañada de su abogado, un hombre de cabellos rubios, su cara demostraba que era un gran abogado, o al menos uno prepotente seguro por sus numerosos casos ganado y mi corazón se disparó de nuevo en un frenético latido. Intente ignorarlo al ver del otro lado a Edward, tan calmado, como si todo fuera a salir bien, habría querido estar tan segura como él, pero no podía, algo me decía que esto estaba mal, pero ya no había marcha atrás, si me había metido en un amor tan complicado, tenia que complicarme la vida para salir de el. Tomamos asiento en las enormes bancas de madera, esto era como en la televisión, pero era la vida real, aquí nadie me aseguraba que los buenos fueran a ganar, es mas no estaba ni siquiera segura de ser "los buenos".
El juez llegó y se hizo la presentación del caso y yo estaba cada vez mas nerviosa, quizás si me desmayaba esto se podría posponer, pero en realidad no era eso lo que quería, por que igual tendría que volver otro día, inhalé aire antes de que Tanya fuera llamada a declarar, su abogado se levanto después del juramento de la rubia de solo decir la verdad, del cual casi me rió.
—Señora Cullen ¿puede decirme por que demanda a su marido por infidelidad?
—Hace un par de meses me fui de viaje sola, por que mi marido tenia que empezar a dar clases en la universidad, así que me tomé unas vacaciones muy merecidas, pero al volver mi prima Lauren quien comparte clases con la amante de mi marido me informó sobre la relación de mi marido con esta niña.
— ¿Y que hizo? —preguntó el abogado.
—Lo enfrenté —sus ojos se inundaron de lagrimas y yo bufé molesta, pero debía admitirlo, era buena actriz— y él me dijo que era verdad, que durante mi ausencia se haba acostado con esa zorra pero que me amaba a mi, me convenció de venir a vivir a Nueva York y empezar de nuevo, pero… no puedo, no puedo perdonarlo.
—Así que entonces, ¿su marido confesó haberle sido infiel con una de sus alumnas?
—Si, no tuvo el descaró de ocultarlo, creo que como él sabe que lo amo con toda el alma pensó que lo perdonaría, pero no es así.
— ¿Así que le he hecho un daño moral y sentimental? —continuó el abogado.
—Además de la vergüenza ante todo el pueblo de Forks de ser una tonta.
—No mas preguntas —el abogado rubio se sentó y el juez le dio la palabra al abogado de Edward.
—Señora Cullen, ¿Cuántas veces antes de ese último viaje, usted abandono la ciudad de Forks?
—Un par de veces, por motivos de trabajo Edward no podía acompañarme.
— ¿Así que decidió irse de luna de miel usted sola?
—Si, Edward me incitó a que lo hiciera, ahora sé por que.
—Y la segunda vez que se fue ¿Por qué lo hizo?
—Por que una amiga cumplió años, y la fiesta fue en Cancún.
— ¿Y cuanto duró la fiesta?
—Objeción señor juez —se levantó el abogado de Tanya— eso es irrelevante.
—A lugar —contestó el juez.
—Bien, entonces dígame señora Cullen, ¿Cuánto tiempo duró ese viaje?
—No lo se, ¿una semana? Tal vez más, tal vez menos.
—Yo le diré cuanto —el abogado se acercó a su escritorio y tomó un par de papeles— duró un mes, fue una fiesta bastante larga, su luna de miel duro otro mes, mes y medio de nuevo en Cancún y dos meses en Ibiza, España, lo que nos da un total de cinco meses y medio de ocho que usted y el señor Cullen llevan casados, para ser exactos los cinco primeros meses.
—Eso no es motivo para que Edward me engañará —protestó Tanya.
—Claro que no, eso no es lo que quise decir, pero ¿usted señora Cullen? ¿Qué hizo los últimos dos meses en Ibiza?
—Fui con unas amigas.
— ¿Y quien pago los gastos del viaje?
—Cada una pagó sus gastos, ¿Qué clase de preguntas idiotas son esas?
—Es que en los gastos de su tarjeta de crédito solo aparase el boleto de avión, usted parece no haber gastado mas que un par de noches en un hotel, y eso me hace preguntarme ¿Dónde pasó todas las noches restantes?
Tanya miró a su abogado como suplicándole que interviniera de nuevo, pero yo moría de ganas de que contestara.
—Lo que mi clienta haya echo es irrelevante señor juez —intervino el abogado de Tanya.
—No lo es —continuó el abogado Jenks— por que la señora Cullen paso esos dos meses con el señor Félix Vulturi y no precisamente como compañía amistosa, sino romántica.
—Eso es mentira —se defendió Tanya.
—Entonces ¿Quién pagó sus cuentas en Ibiza? —Preguntó el abogado, pero Tanya no contestó— eso es todo señor juez.
J. Jenks se sentó y Tanya se levantó del asiento de los testigos para ser ocupado por Edward, o al menos eso creí, ya que el siguiente a testiguar fue Félix.
—No se que demonios tiene que ver ese hombre en todo esto, ¿acaso es algo de la zorra con la que se acuesta mi marido? —me miró alzando una ceja, yo la miré pero no respondí a su ataque, volví mi mirada hacia el frente, donde Félix ya estaba tomando asiento, el juez mando callar a Tanya, y nuevamente J. Jenks tomó la palabra.
—Señor Vulturi, dígame ¿conoce a la señora Cullen?
—Si, la conocí en Ibiza hace unos meses.
— ¿Y que tipo de relación tienen?
—En este momento ninguna, pero cuando Tanya estuvo en Europa fuimos amantes.
— ¡Mentiroso! —gritó Tanya, su abogado la hizo callar al igual que el juez.
— ¿Sabia que la señora Cullen era casada? —pregunto J.J.
—No, la conocí como Tanya Denali, pasamos dos meses juntos y después me dijo que tenia que regresar a su país, no se si para mi mala fortuna, me enamoré de ella y vine a buscarla, fue cuando supe que estaba casada.
—No tengo mas preguntas —J.J tomó asiento y el rubio se puso de pie.
—Señor Volturi, dice que conoció a mi cliente en Ibiza ¿Cómo fue?
—Fue una tarde en playa, platicamos y la invité a cenar.
— ¿Y que mas?
—La invite a bailar pero me dijo no estar interesada.
— ¿Así que mi clienta le dejo claro que no estaba interesada en salir con usted?
—Esa noche si, pero al día siguiente ella misma me buscó y pasamos todo el día juntos, al igual que la noche.
—Eres un maldito mentiroso, esto lo haces solo por que te rechacé —Tanya gritaba como loca.
—Señora Cullen haga el favor de guardar silencio.
—No tengo mas preguntas señor juez —Tanya se calmó un poco después de que su abogado le dijera algo, ella me miró y sonrió con arrogancia, después J.J se puso de pie y Edward me miró suplicante y entonces entendí todo.
—Llamo a la señorita Isabella Swan como nuestro siguiente testigo —Tanya se rió cuando el abogado dijo "señorita" pero poco me importaba, el que ríe al último, ríe mejor.
Me puse de pie y caminé hacia el banquillo de los testigos, aunque para mi parecía ser la guillotina, pero gustosa pondría mi cabeza con tal de borrarle esa sonrisa a Tanya. Hice mi juramento sin dejar de ver a Edward, sus ojos me mostraban paz y confianza, así que tomé asiento-
—Señorita Swan, la señora Cullen acusa a su marido de sostener una relación romántica con usted, desde que ambos se conocieron en la universidad ¿es cierto?
—No, no es verdad —contesté.
—Zorra mentirosa —intervino Tanya.
—Señora Cullen es la ultima vez que le pido que guarde silencio, la próxima vez haré que espera afuera su sentencia —el juez parecía ya cansado con las interrupciones de Tanya.
—Es la verdad, Edward y yo no empezamos una relación al conocernos, fue después, como un mes y medio después, que él y yo nos hicimos amantes.
Para mi sorpresa mi voz no se quebró, no tartamudeé, los que parecían bastante sorprendidos eran Tanya y su abogado quienes seguramente estaban confiados en que lo negaríamos todo, pero esto quitaba de en medio a su prima Lauren, a Jessica y sobre todo a Charlie.
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