Capitulo 9: Boliche
Edward POV
Regrese a mi casa cerca de las cuatro de la madrugada, la casa estaba en completo silencio, las risas de Alice ya no se escuchaban, seguramente había caído rendida por tanto alcohol, el auto de Rosalie ya no estaba, ella y su hermano se habían marchado ya. Desee dormir en el sofá, no quería subir y encontrarme con Tanya dormida en mi cama, a pesar, que durante meses desee que regresara, hoy, deseaba que se fuera.
Subí pesadamente por las escaleras hasta llegar a la puerta del cuarto de mi hermana, la abrí despacio y ahí sobre la cama se encontraba ese pequeño demonio al que yo tanto quería y la que tantas veces me había pedido que no me casara. Si tan solo le hubiera hecho un poco de caso, en estos momentos yo no estaría con Tanya y seria libre para amar a Bella, para decirles a su padre y a su hermano que ella era la mujer con quien quería estar toda mi vida. Pero claro, como buen hermano mayor, ignore a Alice todo el tiempo, hoy sabía que su frase era cierta: Nunca apuestes contra Alice.
Le di un suave beso en la mejilla y salí del cuarto, subí las escaleras y entre a mi cuarto, Tanya no estaba, solo se escuchaba el ruido de la ducha abierta, estaba cansado así que me quite la camisa y el pantalón y entre en la cama. Me perdí en mis sueños hasta que sentí algo de peso sobre mí y unos húmedos labios contra los míos. Abrí los ojos y ahí estaba Tanya envuelta en una toalla, con el cabello despeinado y húmedo. Una vez más no quise hacer comparaciones, pero definitivamente era imposible no pensar en Bella aquella vez que se quedo en mi casa y la vi casi de la misma forma.
—Tanya ¿Qué haces?
—Quería un poco de intimidad con mi marido —me susurro en el oído— después de más de un mes… te extrañe ¿tu no?
—Tanya son casi las cuatro de la mañana —no respondí su ultima pregunta— quiero dormir.
— ¿Por qué no pensaste que era muy tarde antes de ir por esa niña? —se quito de encima mío y empezó a vestirse.
—Por eso lo hice, por que era muy tarde para que anduviera sola.
—Si claro —el sarcasmo era evidente— y me dejaste a mi sola, parece que no te dio gusto que regresara, me dejaste con tu hermana borracha la cual no me bajo de bruja y golfa.
Reí en silencio, no me gustaba que Alice la insultara, toda mujer a mi parecer merecía respeto, pero debió ser muy divertido ver a mi hermana ebria diciéndole todo lo que pensaba a Tanya.
—Lo siento, ya sabes como es Alice —se acostó en la cama y recostó su cabeza en mi pecho, con delicadeza la aparte y me puse de costado, dándole la espalda— que duermas bien Tanya.
La escuche resoplar con disgusto pero no le puse mucha atención, rápidamente me quede dormido.
Bella POV
— ¿Cómo pudiste? —grito Alice— tengo que preparar un funeral.
—Alice… es solo un vestido —tome el la tela desgarrada y la tire al suelo.
— ¡No! —salto de mi cama y tomo el vestido antes de que cayera al piso— tendrá su despedida como se debe.
—Eres una exagerada —rodé los ojos.
—No, es único, no hay otro igual y tu… momento ¿tu lo rompiste? —alzo una ceja.
—Si —mentí— no podía correr a gusto con ese vestido tan entallado, así que lo rompí.
—Claro —sentí que no me creyó— bueno, le llamare a Rosalie, para irnos de compras.
—Alice no, no puede ser que por un vestido tú me lleves de compras todo el día.
— Lo siento, tienes que aprender a no romper mi ropa —saco su celular y marco el numero de Rose— ¡Rosalie! Arréglate, pasamos por ti en media hora, nos vamos de compras… si… no lo se… yo le pregunto… adiós.
Colgó y me dedico una mirada llena de preguntas, sin decir nada se dirigió a mi armario y entonces noto la chaqueta de su hermano sobre mi mecedora.
— ¿Y esto? —alzo la chaqueta con un dedo— me dijo Rose que Edward salio a buscarte ayer luego de que salieras corriendo… ¿Qué paso? ¿Por qué te fuiste así cuando llego la bruja de cuento barato?
—No lo se, estaba borracha y…
— ¡Mentira! ¿Pero qué crees que soy tonta? —se sentó en la cama y me hizo mirarla a los ojos— a ti te gusta mi hermano, se que te beso en la playa, y este mes en el que el muy tonto te ignoro estabas triste, y hoy, después de lo que paso ayer te brillan los ojitos como nunca antes. ¿Qué paso?
—Creí que tu lo sabias todo —me burle.
—Si, pero a veces el alcohol interfiere en mis visiones.
— ¿Visiones?
— Bella… —me miro seriamente, pero aun así sus ojos tenían ese toque de chantaje para hacerte sentir mal y que le contaras todo.
—Esta bien, te cuento cuando estemos en el auto, mi hermano no puede saber y además aprovecho que este Rose también para no tenerle que repetir todo a ella.
Alice busco la ropa adecuada para ir de compras. Solo a ella se le ocurría. Me bañe, me vestí y bajamos a la cocina donde ya estaban Emmett y Charlie.
—Buenos días familia.
—Mi amor, ¿Cómo te la pasaste ayer? —Charlie se dio la vuelta y me abrazo— supe que alguien te secuestro.
—Esa fui yo —salto Alice— y Charlie lo siento pero tu hija masacro un vestido único, y tiene que pagármelo yendo de compras todo el día.
—No lo masacre, es injusto que por una rasgada tenga que pasar todo el día con una compradora compulsiva.
La risa de Emmett inundo la cocina.
—Recuerdo haber visto un trailer sobre una película… —Emmett puso una mano en su barbilla simulando recordar— ah si 'Loca por las compras' ¿no la protagonizas tu Alice?
Todos nos reímos, excepto Alice quien miraba a mi hermano como si lo quisiera asesinar.
—Ya duende —Emmett borro su tonta sonrisa— era broma.
—Bien, será mejor que nos vayamos antes que tu hermano termine peor que mi pobre vestido —rodé los ojos, definitivamente nunca olvidaría lo de su vestido.
—Diviértanse —nos deseo Charlie.
—Claro —Alice dio saltitos
—Imposible —me queje una vez que Alice me arrastro hacia un coche BMW negro.
Llegamos en cinco minutos por Rosalie y fuimos directo a Port Angeles a un divertido día de compras –nótese el sarcasmo-. Al llegar al centro comercial, lo primero que hicimos fue ir a desayunar puesto que Alice no nos había dado tiempo. En cuanto me senté me bombardearon con preguntas.
— ¿Y entonces? —la mirada de Alice brillaba.
— ¿De que hablas? —fingí inocencia.
—Oh vamos Bella, ¿Qué paso ayer después de que llegara la esposa de Edward? —esa era Rosalie, no se andaba con rodeos.
—Si les digo, ¿prometen que nos iremos más temprano de aquí?
—Prometido —aunque en el rostro de Alice veía una doble intención.
Suspire resignada y conté todo lo que había pasado la noche anterior, sin omitir ni un solo detalle ya que Alice parecía saber cuando me saltaba algunas cosas algo personales, y como no, si cada que recordaba los besos de Edward me ponía roja.
— ¡Si! Lo sabia —grito Alice y comenzó a reírse— me da mucho gusto saber que tu y Edward por fin aceptaron lo que sienten el uno por el otro, claro, también me da gusto que Tanya tenga unos cuernos enormes.
Rodé los ojos y mire a Rosalie quien estaba seria y miraba hacia otra parte.
— ¿Pasa algo Rose? —pregunte.
—Estaba pensando —me dirigió la mirada— hay una frase: 'no hagas lo que no te gustaría que te hicieran' y no me malinterpretes, me da gusto que estés enamorada pero, nunca había visto que tu mirada brillara así pero…
—Rose, yo se —interrumpí— que esto esta mal en el sentido de que el esta casado, pero ¿Qué hago entonces?
—Ámalo y disfrútalo —Rose me sonrió— tu sabes la historia de mis papás, Alice… mi papá dejo a mi mamá por su secretaria, por eso estoy algo traumada.
Rió sin ganas y suspiro.
—Rose, yo se lo que pasaste, y créeme que si Tanya fuera la mitad de lo buena mujer que es tu madre, y si hubiera hijos de por medio, yo no lo haría.
—Disculpa mi mal humor —se disculpo sinceramente— solo fue la impresión, pero debes tener cuidado con Emmett.
—Lo se, por eso esto no debe salir de aquí… y se que cuento con ustedes.
—Obvio —grito Alice— cuñada… cuanta conmigo para todo incluso para sus encuentros a escondidas, es más, estaba pensando que podemos salir esta noche, es sábado y necesitamos divertirnos, llamare a Jasper para que vaya por Emmett y Edward con el pretexto de una tarde de chicos, obvio para que Tanya no venga y casualmente nos encontramos con ellos.
Alice daba saltitos desde su asiento y por primera vez quería saltar junto con ella, más feliz no podía estar.
Edward POV
Estaba sentado frente al piano, mis dedos se movían suavemente sobre las teclas en una melodía que hacia poco más de un mes había empezado. En aquel momento no sabia que me había llevado a componerla, pero hoy sabia que las notas salían con ternura y amor cada que pensaba en Bella. Le di unos arreglos y la toque por última vez para comprobar que estuviera lista. Justo en la última nota escuche la voz de Tanya.
—Amor —sentí su aliento contra mi cuello y sus brazos rodeando mi cintura— estaba pensando que quiero que me lleves a dar un paseo, quiero comprar ropa… tengo pura ropa de verano y la de invierno ya la use.
Estaba a punto de responder cuando mi celular sonó.
— ¿Diga?
—Edward, habla Jasper, prepárate por que voy por ti.
— ¿Y como para que? —pregunte, ya que no teníamos planes.
—No lo se, son ordenes de tu hermana, me pidió que no hicieras planes con Tanya, bueno se refirió a ella con otras palabras —rió entre dientes— pero bueno, la idea es que en 20 minutos Emmett y yo pasamos por ti, adiós.
Colgué complacido y me gire para ver a Tanya.
—Lo siento, Alice me acaba de llamar, el auto de mi padre se descompuso y necesito ir por ella.
—Perfecto entonces vamos por ella y de ahí nos vamos de compras, a ella le encanta, quizás así me la gane.
—Me gustaría más ir solo —su cara de disgusto me avisaba una serie de gritos y berrinches— quiero hablar con ella respecto a su actitud contigo, a solas y ya después la invitas para ir de compras.
La idea pareció gustarle ya que me sonrió y asintió.
—Entonces me quedare aquí, te preparare una cena deliciosa y por la noche…
Dejo la frase inconclusa y una sonrisa picara apareció en sus labios, me beso en los labios y me deje llevar por un segundo, después, gentilmente me separe, aunque parecía absurdo sentía que traicionaba a Bella, y a mi mismo.
Subí a mi cuarto y tome un rápido baño. Cuando salí me encontré con un mensaje de Alice en mi celular donde me decía que ropa ponerme y que por ningún motivo dejara mi auto. Le hice caso, como siempre, y me vestí rápidamente.
Al bajar encontré a mi madre conversando con Tanya en la sala.
—Wow, estas guapísimo —sonrió Tanya.
—El mismo retrato de su padre —halago Esme.
—Definitivamente —dijo Carlisle quien bajaba las escaleras— no cabe duda que somos guapos.
Reí junto con el mientras pasaba uno de sus brazos sobre mis hombros.
— ¿A dónde vas hijo? —pregunto mamá
—Iré por Alice, parece que el coche la dejo tirada en medio de Port Angeles
—Oh no —suspiro Carlisle aun a mi lado— ¿Qué le hizo ese pequeño monstruo a mi auto? Más bien… ¿Quién se lo presto?
—Ella no necesita pedirlo prestado amor —dijo Esme— ya sabes que ella toma las cosas y tu no puedes decirle nada.
—Puedes liberarte de los nervios que te atacan cada que toma tu auto, o liberarme a mí cuando se lleva mi Volvo, quiere un Porshe para su cumpleaños.
—Lo pensare —murmuro mi padre.
Escuche un auto estacionarse frente a la casa y vi el jeep de Emmett, tome las llaves de mi Volvo y me despedí. Al salir les explique que mi hermana me exigía llevar mi auto y salimos los tres rumbo a Por Angeles.
Bella POV
— ¡Ya por favor! —rogué después de salir de la quinta tienda con 4 bolsas en cada mano.
—Esta bien —dijo Alice, para después comenzar a dar saltitos— solo por que necesitas guardar fuerzas para el boliche.
— ¿Boliche? —me sorprendí, parece que Alice aun no notaba mi poca coordinación y que combinada con una superficie plana y resbaladiza podría ser mortal— no creo que sea buena idea.
—No es buena, es excelente —los saltitos de Alice no cesaban, me gustaría saber donde guarda las pilas para quitárselas un rato.
—Vamos Bells, no será tan malo —Rose me abrazo mientras caminábamos al estacionamiento— nosotras te enseñaremos, además ahí estará Edward, el no dejara que caigas.
Me guiño un ojo y me soltó, caminando frente a mi con una elegancia digna de envidiar. Llegamos al auto y guardamos las bolsas, y partimos rumbo al boliche, en todo el camino mi corazón palpitaba con fuerza pidiendo a gritos salir de mi pecho. Y es que no solo eran los nervios de poder caerme frente a decenas de personas y ponerme en ridículo como siempre, es más, debería estar acostumbrada. Era también volver a ver a Edward después de anoche, ¿como tendría que actuar? ¿habíamos quedado como pareja? ¿o estaríamos alejados hasta que el fuera libre?
Una vez que llegamos al boliche y entramos al estacionamiento visualice el jeep de mi hermano y junto a el estaba el Volvo. Mi corazón se acelero mucho más y sentía que dentro del silencio del auto, Rose y Alice podían escucharlo. Antes de bajar del auto, Alice me miro por el espejo retrovisor y me sonrió con complicidad. Rose y ella bajaron con elegancia y yo, para no variar, me tropecé el salir, pero unos fuertes brazos rodearon mi cintura y evitaron mi cita con el suelo.
—Gracias —susurre al levantar la vista y encontrarme con sus ojos verdes que brillaban por algún motivo, además claro, de un dejo de burla.
—Es un placer —puso esa sonrisa que tanto me gustaba y me puso derecha sobre mis pies.
—Esto será divertido —rió Emmett— Jasper te apuesto a que mi hermana se cae hoy por lo menos 10 veces.
Abrí mi boca para reclamar que me usara a mí y a mi poca habilidad para ganar dinero. Pero la respuesta de Jasper me dejo sin palabras.
—Acepto, pero yo opino que serán más de diez
—Echo —sonrió mi hermano y entraron al establecimiento detrás de las chicas.
Escuche a Edward reírse entre dientes y quise dirigirle una mirada envenenada, la cual se desvaneció en cuanto vi su rostro. Mientras reía mantenía sus ojos fijos en la puerta y antes de que pudiera notarlo, sentí sus dulces labios sobre los míos. Se movían lentamente contra los míos, fue un beso tierno, dulce y rápido, ya que corríamos el riesgo de ser vistos por mi hermano o por cualquier otra persona de Forks que casualmente se encontrara por aquí.
Entramos sin ningún tipo de contacto físico pero si lo más cerca que se podía uno del otro. Nos sentamos en la mesa que Alice y Rose ya habían elegido y Edward se fue con los chicos para ayudarlos con las bebidas y botanas.
Comenzamos a jugar en dos equipos, Jasper, Alice y Rose contra Edward, Em y yo. Obviamente Edward y Emmett lo hicieron todo, las pocas veces que me toco tirar, o se iban por el canal o tiraban uno o dos pinos solamente. Aun así ganamos.
Para la segunda ronda decidimos ponernos las mujeres contra los hombres. A pesar de que la bola parecía pesar más que Alice, esta se desplazaba con una elegancia y además jugaba como profesional. Rosalie por su parte no se quedaba atrás, para nuestra mala suerte, el último tiro, el cual decidía si ganábamos o perdíamos, me tocaba a mí.
—Hagamos una cosa —sonrió Emmett luego de hacer una chuza— si ustedes ganan, lo cual dudo, tendrán que irse en el auto de Bella a la escuela por una semana.
Iba a replicar por usar mi auto y burlarse de su lentitud pero Alice fue más rápida.
—Aceptamos, pero si ganamos ustedes tres se iran en su auto dos semanas y nosotras en el Volvo de Edward
—No metas a mi auto en esto
—Vamos Edward, ¿de verdad crees que ganaran? Bella es quien va a tirar, con suerte y no se cae —se burlo Emmett y Edward escondió una sonrisa.
—Me gustaría ver a Alice llegando en el auto de los picapiedra —se burlo Edward— esta bien.
Alice sonrió con malicia y se giro para verme.
—Lo harás, lo se —se apunto la cabeza con un dedo mientras me entregaba la bola. La tome con más desconfianza que nunca, tenía en mi cinco pares de ojos pendientes de lo que iba a hacer. Esto era más por el orgullo de mi señor auto que nada, me gustaría ver a Edward manejando mi pickup mientras yo iba alegremente en su Volvo. Camine con decisión y arroje la bola como Rose me lo había explicado. El camino hasta el final fue lento, pero esta vez no se desvió hacia los canales, si no que llego de lleno al centro haciendo una chuza, lo cual nos dio la victoria.
Grite y brinque mientras sentí a Rose y Alice abrazarme y brincar conmigo. Cuando los vi, los tres estaban sorprendidos y sus estúpidas sonrisas habían desaparecido.
—Esto es tú culpa Emmett —gruño Edward— tu y tus estúpidas ideas.
—No puede ser, ¿Cómo el sexy profesor Emmett va a llegar en esa chatarra?
—Em, no me subestimes, por cierto, tampoco me he caído ni una vez, el dinero que apostaron los dos me lo deberían de dar a mi —sonreí disfrutando la derrota de mi hermano, la vergüenza de Jasper y el enojo de Edward.
—Oh Edward, luego me dices que se siente llegar en el auto de los picapiedra —se burlo Alice y reí con ella, sin importar como llamara a mi auto.
Las bromas no cesaron el resto de la tarde hasta que oscureció y la hora de regresar a Forks llego. Obviamente Alice me mando en el auto de Edward, ella se fue con Jasper en el coche de Carlisle y Emmett con Rosalie en su jeep.
Llegamos rápidamente a mi casa gracias a la loca manera de manejar de Edward, se estaciono frente a mi casa la cual estaba en penumbras. Charlie había ido a la Push a visitar a Billy y aun no había llegado, Emmett tampoco llegaba aun, había llevado a Rosalie a su casa.
—Veo que te gusto mi regalo —dijo Edward tomando mi mano y jugando con el brazalete.
—Me encanto —sus ojos se encontraron con los míos— gracias por pasar la tarde con nosotros.
—Es un placer —me sonrió
—Yo pensé que la llegada de…
—Shhh —puso uno de sus dedos sobre mis labios con suavidad y después lo sustituyo con su boca, esta vez el beso fue más intenso y profundo que el que nos habíamos dado fuera del boliche, sus manos tomaron mis mejillas y me acerco más a el, yo pase las manos por su cuello y jugué con su cabello.
Entonces escuche un golpe en la ventanilla del lado del conductor, me sobresalte y vi una figura masculina de pie afuera. Edward suspiro y bajo la ventanilla.
—No espere encontrarme con esto —su voz sonó molesta y desilusionada.
1 comentarios:
Tienes regalos en mi blog,espero q te gustan..besos
http://checktheseblueskiesout.blogspot.com/2010/10/regalitos-para-el-fin-de-semana-para.html
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