Dark Chat

domingo, 18 de abril de 2010

Noches de Italia

Hello de nuevo Mis Angeles hermosos hoy estamos estrenando fic . La historia le pertenese a mi querida amiga Jeanette Yunnuen muchas gracias por permitirme de nuevo subir mas de tu fabuloso trabajo te mando mil besitos. bueno chicas dicho esto les dejo aqui los dos primero cap , la historia esta muy buena por fiss dejen sus comentario o les juro q hare huelga de hambre , me hacen sufrir chicas y realmente necesito saber q opinan vale.
Mil besitos
Angel of the dark
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Capitulo 1. Sin Alimento

-¡No puedo creerlo Bella! –exclamó Alice enojada.


Era comprensible su mal humor debido a que estábamos en un callejón oscuro a mitad de la noche y todo gracias a mí.


-Sólo estamos dando un paseo –le respondí alegremente. Llevaba un año en Roma y nunca terminaba de sorprenderme, las calles se volvían más oscuras conforme avanzábamos.


-Sabes que eso es mentira –me acusó-. Estás buscando ha alguien que se alimente ¿verdad?


-Pues sí, pero eso ya lo sabías, porque sino no hubieras insistido en acompañarme


-Tenía una ligera sospecha, ya que no pude verte por una hora –Alice resopló-. Sabes que odio que hagas eso. ¿Por qué tienes que usar tu escudo en contra mía?


-Porque sino irías a contarle todo a Carlisle –contesté sonriendo.


-Bella, se que quieres impedir que se alimenten de los humanos –ella me jaló del brazo para que le prestara atención-. Pero no puedes ir tras todos los vampiros de Roma, nosotros somos los únicos que nos alimentamos de animales, no puedes obligar a todos a que hagan lo mismo.


Fruncí el ceño.


-Me conformo con salvar a alguien esta noche


Alice puso los ojos en blanco. Bueno debía admitir que era un poco terca.


-Carlisle no quiere que provoquemos ningún problema –continuó-. Sabes lo que pasaría si dejamos que los humanos sepan lo que somos.


-Los Vulturis –dije cansinamente. Carlisle y Esme, no paraban de advertirnos de ellos-. Pero no te preocupes, no dejaré que eso pase, he mejorado haciendo mi escudo, puedo hacerlo para proteger a otra persona y no tengo que estar tan cerca.


-Bella piénsalo mejor, aún eres una neófita y todo puede resultar confuso al principio –me recordó.


-¡Tengo un año siendo vampiro! –exclamé. Odiaba cuando me decía que era pequeña. Ella tenía que darme más crédito, no era como cualquier neófito, desde que me convertí no había perdido el control al estar cerca de los humanos.


-Aún así eres como una recién nacida para nosotros –explicó Alice-. Auque para los ojos humanos te veas como de dieciocho.


-Pues si quieres puedes irte, yo seguiré caminando


Alice suspiró.


-Sabes que no te dejaré sola –me dijo, luego sonrió-. Tienes suerte de que te quiera tanto.


Pasamos por un bar, había varios hombres afuera. Intentaron llamar nuestra atención, pero no lo consiguieron. Mucho mejor para ellos, corrían mucho más peligro estando cerca de nosotras.


Entonces lo sentí, un vampiro caminaba varias calles antes que nosotras y seguía a un humano de cerca.


-Vamos Alice –la jalé de la mano y puse el escudo a nuestro alrededor, así el vampiro no sentiría nuestra presencia. Nos escondimos cerca de donde estaban el cazador y su presa.


Una chica pelirroja camina a paso rápido por la calle, ya se había dado cuenta que la seguían de cerca. Cuando se encontró a unos pasos de su coche se sintió más aliviada, pero ni siquiera se imaginaba que a su perseguidor no lo detendría ni un camión.


El vampiro acortó la distancia en un latido, la chica que estaba de espaldas a él, se sobresaltó al verlo a pocos metros de ella. La escuché jadear y su corazón bombeaba sangre tan rápido que creí que se saldría de su pecho, no lo soporté más.


-Espera Bella –me susurró Alice, pero era demasiado tarde, lancé el escudo hacia la chica.


El vampiro retrocedió, un aura de luz transparente cubría a la pelirroja de pies a cabeza, pero lo mejor era que mi escudo no podía ser visto por humanos.


-Llamaré a la policía sino te alejas de mí –musitó la chica con voz entrecortada, al ver que el vampiro retrocedía cada vez más decidió entrar en su auto.


No le quité el escudo hasta que el auto arrancó y asegurarme que el vampiro no tenía intenciones de seguirla. Pero el esfuerzo me dejó muy cansada, tenía que practicar más en ello.


-¿Estas bien? –me preguntó Alice preocupada.


-Sí, sólo un mareo –le contesté, pero eso fue suficiente para desconcentrarme y el escudo que nos protegía desapareció.


Eso fue suficiente para que el vampiro notara nuestra presencia, no tardó mucho en encontrarnos.


-¡Ustedes me quitaron mi comida! –gruñó desnudando sus dientes.


Reuní y concentré la energía para volver a crear un escudo alrededor de nosotras, justo a tiempo para impedir que el vampiro cayera sobre mí. En lugar de eso rebotó contra la esfera de energía.


-¡Si fueron ustedes! –rugió de nuevo.


-No fuimos las dos –contesté enseñándole los dientes-. Sólo yo ¿Cómo ves?


-¡Pagarás por esto! –gritó.


-¡Uy! ¡Que miedo! –le saqué la lengua. Pero lo cierto era que me sentía cada vez más débil, mi escudo no aguantaría por mucho tiempo.


-¡Bella! –me regaño Alice-. ¡Deja de provocarlo!


-Un día lo lamentarás –prometió y poco después desapareció de la vista.


Quité el escudo y casi caigo al suelo, pero Alice me sostuvo justo a tiempo.


Regresamos a casa un poco más despacio, porque yo todavía no me recuperaba del todo. Me recosté en el sillón, pero en ese momento apareció Esme.


-¡Bella! –exclamó y se acercó a mí-. ¿Qué te ocurre?


-Nada –contesté.


Esme se volvió a Alice y se cruzó de brazos. Era su mirada de "Si ella no me dice entonces lo harás tú"


-Bella estaba jugando con su escudo –dijo Alice. Agradecí que no le dijera a Esme lo que en realidad pasó, se preocuparía demasiado-. Y creo que gastó demasiada energía.


Esme puso los ojos en blanco.


-¿Cuántas veces te ha dicho Carlisle que no puedes usar tu poder en exceso? –me reprendió-. El te dijo que se necesita tiempo y paciencia para incrementar tus habilidades.


-Lo se –contesté-. Lo siento –luego cambié de tema-. ¿Dónde están Emmett y Rosalie?


-En una fiesta –contestó Esme.


-Como siempre –dijimos Alice y yo a coro. Eran los más populares en la Universidad, todos querían estar con ellos.


Cuando Esme se fue, Alice me fulminó con la mirada.


-¿Qué haremos con el vampiro? –murmuró Alice. Movía los labios muy aprisa, para sólo yo pudiera entenderla y escucharla.


-¿El admirador que conseguí esta noche? –bromeé.


Ella frunció el ceño.


-No te preocupes, sólo lo dijo para asustarnos –contesté-. Además, tu puedes saber si es peligroso… Puedes ver su futuro.


Alice se quedó con la mirada fija en ningún lugar en específico y luego volvió al presente.


-Sólo lo veo en Provincia de Pisa –me dijo sonriendo-. Parece que se quedará allá.


-Nada de que preocuparnos –le devolví la sonrisa.


-Sí –concedió-. Pero espero que la excursión de esta noche no se repita.


Yo ensanché mi sonrisa, pero no le contesté.




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Capitulo 2. Nuevo aquelarre


Se acercaba el amanecer, era hora de ir a la Universidad, me cambié de ropa en un segundo y esperé a Alice. Cuando la vi bajando las escaleras, mucho más lento de lo que acostumbraba, me sorprendí verla sonreír de oreja a oreja, no era que Alice no fuera alegre, sino que esta vez había algo diferente en su expresión, una radiante llena de felicidad.


-¿Qué pasa? –pregunté curiosa.


-No se –admitió-. Tengo un buen presentimiento sobre este día.


-No juegues conmigo –la acusé-. Tú nunca tienes buenos presentimientos, tú ves las cosas en concreto, así que escúpelo… ¿Qué viste que te puso así de contenta?


-Es verdad Bella, no he visto nada –frunció el ceño ligeramente-. Lo que es extraño, sólo tengo una sensación, como si algo bueno fuera a pasar.


-Bien –dije, un poco sorprendida también-. Si nos espera un día bueno, será mejor que lo comencemos de una vez.


Nos metimos en el auto amarillo de Alice, Emmett y Rosalie irían en la camioneta roja de ella, como siempre hacían su entrada triunfal a la Universidad, así que no nos molestamos en esperarlos.


Ella aparcó el auto en el estacionamiento, cuando bajé vi un volvo plateado no muy lejos de nosotras.


-¡Emmett se va a morir de celos cuando vea esto! –exclamó Alice acercándose al volvo.


No pude evitarlo solté una carcajada.


-Muy probablemente –concedí. Emmett no era capaz de soportar que alguien llamara más la atención que él y Rosalie-. ¿De quien será? Yo no lo había visto antes


-Seguramente es de alguien que ahora debe mucho dinero –comentó Alice, parecía bastante divertida.


-Lo que hace la gente para volverse popular –dije poniendo los ojos en blanco. Nos dirigimos a los grandes terrenos de la Universidad. Observé a los estudiantes caminando hacia el edificio, cada uno dirigiéndose a su primera clase.


-¿No es curioso? –cuestionó Alice mientras caminábamos.


-¿Qué?


-Bueno que una cierta parte de los estudiantes que vienen aquí sean vampiros…


Suspiré con pesar. Era cierto había varios vampiros mezclados entre los humanos, algunos como nosotros lo hacían para adaptarse, pero a mí no me agradaba en lo más mínimo, porque ninguno de ellos había renunciado a la dieta de sangre humana, era cierto que unos pocos intentaban no dejar a su víctima seca, pero aún así les causaban dolor.


-Bella, no todos son tan malos como crees –dijo Alice, adivinando mi pensamiento. Me conocía bastante bien-. Tienes que darles una oportunidad, ellos no pueden cambiar su condición –me vio a los ojos-. No podemos cambiar lo que somos y tienes que entender que a veces la tentación es muy grande, aún con nosotros que sólo nos alimentamos de animales.


-¡Por lo menos nosotros hacemos un esfuerzo! –exclamé.


-Los demás también lo intentan –replicó Alice-. Muchos han disminuido la cantidad de sangre que beben, para no causar mucho daño…


Fruncí el ceño.


-Recuerda lo que dijo Carlisle, sino les das una oportunidad, nunca tendrás una pareja –me regañé ella.


Oh no, odiaba ese discurso. ¿Qué no era suficiente con Carlisle repitiéndolo todo el tiempo? ¿Ahora Alice me traicionaba?


-Mira quien habla –repliqué-. ¡Tú tampoco tienes pareja!


Alice puso los ojos en blanco.


-Sabes perfectamente que eso es porque no he encontrado al vampiro indicado –me recordó-. Cuando lo conozca no lo dudaré y seré su pareja… en cambio tú, creo que evitas a todos los vampiros que han mostrado un interés en ti, temo que si sigues así dejarás escapar a tu amor…


-Entiende Alice, yo nunca tendré una pareja –hablé con firmeza-. Yo prefiero estar sola, no creo que haya ningún vampiro que me llegue a comprender… ¡Y además yo no huyo de nadie!


Alice suspiró, sabía que se había desesperado, pero lo dejó pasar. Nos separamos y cada una se fue a su clase correspondiente. Pero para mi entera frustración la hora de la clase me la pasé pensando en las palabras de Alice.


La forma de enamorarse de un vampiro era muy parecida a la de un humano, era conforme el trato, la comunicación y la convivencia, en pocas palabras el enamoramiento se daba gradualmente, la única diferencia era que cuando dos vampiros del sexo opuesto caían en aquella "trampa" ya no había forma de escapar de ello. Todo se debía a nuestra condición de vida eterna, así que el amor también era eterno. ¿Y que hacía yo pensando en esas tonterías? Yo nunca tendría pareja, tal vez alguien atrajera mi atención, o incluso llegara a gustarme, pero no como para pasar la eternidad con él.


Poco después salí del edificio y me encontré con Mike Newton en el camino. Sonreí, mi mejor amigo, un humano. Rosalie me decía que no estableciera relaciones demasiado cercanas con ellos, porque no eran como nosotros, pero a mí no me importaba, además contaba con la aprobación de Carlisle, a él le encantaba que fuera amable con los humanos, él era muy compasivo con todo el mundo.


-Hola Bella –me saludó sonriendo, se inclinó y me abrazó, yo le correspondí pero teniendo mucho cuidado en no apretar demasiado-. Tú siempre tan fría –comentó riendo.


-Ya sabes que algo no anda bien conmigo –bromeé y me reí con él.


-Bella en ti no puede haber nada que esté mal, todo lo contrario –de pronto se volvió más serio. Parecía que quería decirme algo más, pero después se arrepintió-. Tengo clase, será mejor que me vaya –añadió, se despidió de mi con un gesto de su mano.


-¡Bella! –vi a Alice correr hacia mí, pero sus movimientos eran tan elegantes que parecía una bailarina profesional.


-¿Qué pasa? –le pregunté cuando estuvo a mi lado. Tenía otra vez esa sonrisa resplandeciente que había visto en la mañana.


-Acabo de conocer a un vampiro bastante agradable –dijo-. Es nuevo en Roma, él y su amigo vienen de Provincia de Pisa, creo que de Lorenzana…


-Un nuevo aquelarre en la ciudad –comenté frunciendo el ceño.


-Espera Bella –Alice reconoció mi expresión-. Escucha estuve hablando con Jasper y creo que podemos confiar en él y en su amigo, Edward creo que se llama, todavía no lo conozco pero…


-Alice –la interrumpí-. No puedes juzgar a alguien tan rápido, acabas de conocerlo y parece que –no terminé la frase porque algo se me ocurrió en ese momento-. ¡Te gusta!


Si ella pudiera ruborizarse, lo habría hecho.


-Sí –admitió, puso su mejor mirada de súplica-. Y tú me vas a ayudar para poder salir con él ¿verdad?


Hice una mueca.


-Por favor Bella –Alice me sonrió-. ¿Qué tal si él resulta ser el ideal para ser mi pareja?


Era una batalla perdida, no podía negarme a ayudar a Alice, mi amiga, casi mi hermana, si era algo tan importante para ella, no podía negárselo.


-Esta bien –acepté mi derrota. Además si ese tal Jasper y Edward resultaban ser poco confiables yo podría usar mi escudo para proteger a Alice.


Ella sonrió, me tomó poco para darme cuenta que no era para mí esa sonrisa, me giré y vi a dos vampiros caminando hacia nosotras, los dos eran altos, uno tenía el cabello rubio y unos ojos de un verde claro, un tanto llamativos.


El otro tenía el cabello cobrizo y unos ojos dorados bastante bonitos debía admitir. Sonrió por un momento al descubrirme observándolo, me crucé de brazos y aparté la mirada, no importaba como lucieran yo no confiaría en ninguno de los dos.


-Alice –la saludó el rubio, ese debía ser Jasper.


-Ella es Bella Cullen –me presentó Alice. El rubio hizo un asentimiento hacia mí y se presentó como Jasper Hale, el de cabello cobrizo me dirigió una mirada entre frustración y sorpresa o por lo menos eso me pareció.


-No puedo escucharte –me dijo aún sorprendido.


-Pero si ni siquiera he dicho nada –contesté confundida. Vi que Jasper lo golpeaba en las costillas discretamente, aunque no lo suficiente como para que no me diera cuenta.


-Edward Hale –dijo él, aunque se dirigía a Alice y a mí, sus mirada sólo estaba fija en mi rostro. No me extrañó que utilizara el mismo apellido que Jasper, los integrantes de un aquelarre utilizaban el mismo apellido para pasar como familia ante los ojos humanos.


-¿Qué los trae a Roma? –pregunté.


-Pues estábamos aburridos de Lorenzana –Edward fue quien contestó-. Queríamos conocer la capital.


-¿Qué tal si esta noche los llevamos a conocer alguna discoteca? –sugirió Alice.


Hice una mueca. ¿Los llevamos? ¿Desde cuando estaba incluida en el plan? Ella sabía que yo odiaba esos lugares.


-De acuerdo –concedió Jasper, parecía animado-. ¿Qué dices Edward tú también bienes?


El me observó y al ver mi expresión frustrada, sonrió, parecía bastante divertido por mi sufrimiento, maldito.


-Esta bien –dijo al fin.


-Podemos pasar por ustedes –sugirió Jasper-. ¿A que hora?


Sólo esperaba que Alice se negara a la propuesta, no quería que ellos tuvieran nuestra dirección, aún no confiaba en ellos. Pero para mi mala suerte, ella sacó un pedazo de papel de su bolsa, escribió la dirección y se la entregó.


-A las nueve –dijo sonriente.


-¿Y entonces a que discoteca nos llevarán? –preguntó Edward. Seguía con su sonrisa divertida, yo no entendía que le causaba tanta gracia.


-Al GOA –respondió Alice. Yo sólo había escuchado de ese lugar por Emmett y Rosalie que iban a cada rato.


-Nos vemos en la noche –dijo Jasper a modo de despedida, ambos se dirigieron al interior del edificio.


Cuando estuvieron lo bastante lejos, decidí explotar.


-Alice –la regañé-. ¿Cómo pudiste meterme en esto?


-Prometiste ayudarme con Jasper –me dijo-. Además Bella necesitar salir más, y tus excursiones a salvar personas no cuentan, ya va siendo hora que te diviertas un poco.


-No –dije-. Cuando vengan les dices que tuve que salir o algo, pero yo no voy. Se que prometí ayudar, pero no veo el porque de mi presencia, no es mejor que vayas tú sola, yo sólo estorbaría.


Alice hizo una mueca.


-Pero Edward también quiere venir –replicó-. Se supone que vamos a bailar con ellos.


-Ya entiendo –resoplé-. ¿Quieres que te distraiga a Edward para poder bailar con Jasper todo el rato?


-No tiene nada de malo que bailes con él un rato –dijo Alice-. Además Edward es guapo…


Levanté la mano para que se detuviera.


-Esta bien lo haré sólo en esta ocasión –dije entre dientes-. Pero si descubro que intentas emparejarme con él te arrancaré la cabeza ¿Entendido?


-Yo también te quiero –Alice me sonrió.

Comentarios , necesito comentarios por fisss me muero T_T

1 comentarios:

Anónimo dijo...

comentooo...
me encanto el ficc..
jaaj..
esta buenisimoo!!
quiero saber mas!!!
bueno nos vemos..
bye