Dark Chat

martes, 27 de octubre de 2009

mas fotos de rob












NO me canso de verlo es tan sexy!!!!!

NUEVOS STILL DE BELLA AND EDWARD EN HQ






se ven tan hermosos !!!!! ya quiero ver la peli
gracias a robward and krisella

GHOTIKA

Para toda clase de males hay dos remedios:

el tiempo y el silencio."
Alejandro Dumas

CAPITULO 9: LA VISITA

“¡No!” – exclamó Edward mientras iba y venía de un lado a otro por todo el castillo


“¿Por qué no, Edward?” – retó Jasper – “Después de todo, tu mismo lo dijiste: ellas ya están condenadas, nada se podrá hacer para cambiar sus destinos”

“Todavía no es tiempo, aún falta alrededor de dos meses…”

“Sabes perfectamente que eso es solamente un pretexto” – interrumpió el otro muchacho – “los poderes de ambas ya están demasiado desarrollados, aún siendo humanas…”

“No perdemos nada con esperar un poco más” – tajó Edward, mirando fijamente a su hermano, el cual, durante toda la platica, no había perdido la calma ni un solo segundo – “¿Por qué tanta urgencia?” – preguntó

Jasper desvió sus pupilas lejos de la mirada de Edward. ¿Por qué tanta urgencia? La respuesta era simple: el dibujo que había visto tenía pocos días en el cuaderno de Alice, en el cual se mostraba claramente la casa en la que actualmente se encontraban, le aterraba… Tenía miedo de que una tragedia sucediera justamente en el lugar que sus pies pisaban en ese instante, de perder aquel juego en el cual Edward y él estaban probando qué tan capaces eran de controlar su sed. Simplemente, quería asegurarse de que ningún peligro (principalmente él y su sed) amenazara con la vida de aquella pequeña humana que tanta fascinación le causaba.

“¿Por qué tanta obstinación?” – respondió, volviendo a levantar la mirada. Esperó por la respuesta de su hermano, pudiendo sentir que en el silencio de éste, se levantaba una enorme oleada de aflicción – “No quieres que la conviertan ” – dedujo, al fin – “No quieres que esa muchachita tenga el mismo destino que tu y que yo”

El otro vampiro no afirmó ni negó lo antes dicho. Confiaba en que su silencio bastaría para dar una respuesta a su hermano.

“Sabes perfectamente que no tienen opción” – continuó Jasper – “en cuanto lleguemos a Volterra, Aro leerá nuestras mentes y sabrá lo que nosotros presenciamos con ellas dos… y las querrá para él, y mandará a otros por ellas”

Edward crispó sus manos y tensó su quijada. Si. Lo sabía. Sabía que todo lo que Jasper había dicho era cierto… y cuánto odio sintió hacia su propia persona ante la impotencia que tal hecho le causaba

“Alice ha visto esta casa” – informó el rubio vampiro – “me preguntaste minutos antes cuál era el motivo de mi urgencia” – recordó – “el motivo se trata de que me aterra el hecho de pensar que este lugar podría convertirse en un teatro de desventura para todos”

“Desventura” – repitió su compañero, mirando fijamente al velo de la noche que danzaba frente a la ventana

“Sabes que no puedes mentirme, al igual que yo no puedo mentirte a ti” – añadió Jasper – “Yo puedo sentir claramente tus emociones y tú, no es necesario el que me leas la mente, para darte cuenta que siento por Alice la misma fascinación que tu sientes por Bella”

“Al igual del miedo que ambos sentimos al pensar que podríamos dañarles” – agregó Edward muy a su pesar. Al menos, se sintió consolado al saber que su hermano estaba en la misma contradictoria situación que él – “Tus palabras son ciertas” – admitió – “sin embargo, yo no estoy listo para llevarlas a Volterra mañana”

“Tampoco estarás listo el día después de mañana y mucho menos lo estarás después de ese día y tampoco el día siguiente” – señaló Jasper

“¿Me mentirás diciéndome que tu si estas preparado?” – incitó Edward – “¿Soportarás el ver como alguno de nuestros maestros penetra con sus colmillos su suave y calida piel y, segundos después, ésta se empieza a contraer por el dolor, al mismo tiempo que, con cada segundo dado, se endurece y se enfría? ¿Soportarás estar presente justamente en el momento en el que aquella sangre que te canta, al rimo del ritmo extinguido de su corazón, se congela en sus venas?” – el silenció de su compañero le dio la razón – “¿Lo ves? Tu tampoco estas preparado” – concluyó con una sonrisa melancólica.

************************

Bella caminó en los pasillos de la escuela mirando de un lado hacia otro, esperando encontrar entre toda esa masa de gente, a aquella figura alta y delgada de color negro. Suspiró al darse cuenta que él aún no había llegado.

¿Qué me pasa?, se preguntó mientras fruncía el ceño, ¿Por qué esta aflicción de verlo?, insistió.

“Bella” – escuchó que llamaba la voz de Alice. Giró su cuerpo para encontrarse con su amiga, la cual llevaba entre brazos su inseparable cuaderno de dibujos – “Hola” – saludó en cuanto estuvo frente a ella – “¿Era mi imaginación o vienes muy distraída el día de hoy?” – quiso saber.

Bella sonrió, un poco apenada al pensar que su actitud había resultado muy obvia.

“Un poco” – admitió mientras bajaba la mirada hacia el suelo – “¿Cómo te fue el fin de semana?” – preguntó para cambiar el tema de conversación

“Supongo que bien” – le respondió la pequeña, mientras se encogía levemente de hombros – “ya te he contado cómo es mi madre, así que… ya te imaginaras”

La muchacha dedujo que tampoco ese tema no era el mejor, así que se limitó a sonreír de forma excusante mientras reanudaba su marcha hacia el salón.

“Tengo algo para ti” – informó Alice cuando ya estuvieron sentadas, hasta el fondo del salón. Bella esperó en silencio, viendo con curiosidad como su amiga pasaba las paginas de su libreta una a una, hasta llegar a la que le interesaba – “Mira” – indicó mientras ponía frente a ella la imagen de una chica en el cementerio, acompañada de un vampiro.


¿Y esto?” – inquirió la muchacha, sin poder ocultar su asombro

“Lo dibujé el sábado, mientras mi mamá hacía sus compras…”

Bella seguía perdida en aquel dibujo.

“Soy yo” – murmuró, mientras paseaba lentamente las yemas de sus dedos por el papel – “¿Quién es él?” – preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

El muchacho era idéntico a Edward, solamente que, en la imagen, Alice le había agregado un par de colmillos que se asomaban casi imperceptiblemente en los extremos de sus labios.…

“¿Pasa algo?” – preguntó Alice, ante el pasmo de su amiga

“Es que yo… estuve el sábado con Edward, en el cementerio” – confesó Bella, provocando que los ojos de su amiga se dilataran ante tal noticia – “fue algo que no me lo esperaba” – se apresuró a añadir – “supongo que es bueno el saber que, aparte de ti, alguien más comparte mis aficiones”

“Yo también supongo que es bueno” – acordó Alice con una sonrisa picara en sus negros labios – “Demasiado bueno, diría yo”

Bella bajó la mirada, realmente apenada al sentir el doble sentido de las palabras de su amiga. Agradeció el hecho de que el profesor llegará justamente en ese momento, aunque no pudo evitar sentirse decepcionada al percatarse que Edward no había hecho acto de presencia.

Alice también no pudo parar de buscar a Jasper durante todo el día. Sintiéndose muy molesta consigo misma por su actitud. ¿Por qué tanta aflicción? Se preguntó y, cuando salieron del desgastado edificio, su humor empeoró.

“Genial” – refunfuñó, al mismo tiempo que Bella emitía un suspiro de exasperación.

Y es que, a ambas, les desagradaba el Sol en una medida casi enfermiza. No exageraban al decir que lo detestaban… Aborrecían cada rayo de luz calorífica que éste astro les otorgaba. A diferencia de la mayoría de las personas, ellas amaban a Forks precisamente por sus constantes días nublados. Tras resignarse ante la insulsa idea de que nada podían hacer con el “poder de la naturaleza”, se dispusieron a salir de las sombras, para dirigirse hacia su casa.

******************************************

Edward y Jasper esperaron la hora del crepúsculo con ansias. Nunca antes un día soleado se les había hecho tan interminable, si solamente sus pieles no adquieran aquel brillo tan cegador bajo la luz del sol, otra cosa sería… desgraciadamente, el día había pasado y nada podían hacer con tal suceso. Ambos no querían admitir que la causa de aquella ansia, tan insoportable, se debía al distanciamiento que con aquellas chicas debían mantener hasta el día de mañana.

Los dos vampiros se dispusieron a ir de caza. A ninguno le hacía mucha gracia el tener que beber sangre de venados, más no había mucha variedad por las cercanías y, para degustar de un buen puma, tenían que esperar hasta el siguiente fin de semana. Durante la cacería, Jasper aceptó finalmente el esperar un poco más y no discutir sobre el asunto. Ciertamente, su hermano tenía razón: él no estaba aún preparado para ver como la muerte inmortal invadía cada poro de aquella frágil muchachita…

De regreso al pequeño castillo, Edward frenó su carrera de manera brusca, obligando a Jasper a hacer lo mismo.

“¿Qué pasa?” – preguntó el rubio vampiro, desconcertado por la repentina actitud recelosa de su hermano.

Edward giró su cabeza de un lado a otro de manera lenta y casi imperceptible. ¿Habría sido su imaginación o…?

“Sentí la presencia de alguien” – murmuró – “creo que esta en la casa, ¿Acaso tu no lo sientes?” – Jasper negó con la cabeza y, al segundo después, se concentró para agudizar sus sentidos.

Fue hasta entonces cuando pudo comprender a lo que Edward se refería.

“¿Quién podrá ser…?” – cuestionó Jasper, mientras reanudaba la marcha. El otro inmortal muchacho le siguió y, conformé cada paso que daban, más seguros estaban de que no se trataba de ninguna equivocación.

Es más, cuando estaban solamente a veinte metros de aquel lugar en donde residían, ambos supieron de quién se trataba. Lo supieron al escuchar la pequeña risita, intencionada, proveniente de la parte más alta de la casa, una alcoba la cual simulaba tener la forma de una torre. Ninguno de los dos muchachos se tomó la molestia de abrir la puerta y subir hacia donde su visita les esperaba (ya que ésta también sabía que ellos estaban cerca y se habían percatado de su presencia), les resultó más fácil escalar por los muros que daban directamente hacia la alcoba, a la cual llegaron en menos de dos segundos.

Entraron por la ventana de un salto, teniendo al instante, frente a ellos, a aquella criatura que había supuesto.

“Darío” – dijeron los dos al unísono, en forma de saludo.

El pequeño niño de rostro increíblemente pálido, despeinado cabello y ojos grises, vestido, al igual que ellos, completamente de negro, les sonrió y, aunque el gesto quería denotar inocencia y amabilidad, la inmortalidad le confería, a aquel chiquillo, rasgos un tanto macabros.

“Jasper, Edward, hermanos, que gusto me da el verlos” – articuló.

GHOTIKA

Una confesión equivoca,

Solo encuentra una equivoca absolución
W. Shakespeare - Romeo y Julieta


CAPITULO 8: MENTIRAS

Escuchas a Lacrimosa” – señaló Edward ya que la música que resonaba de las pequeñas bocinas llegaba claramente a sus oídos – “Crucifixio es una de sus mejores canciones” – agregó, viendo como Bella asentía, con un brillo de emoción contenida en sus pupilas



“¿Sabes?” – le preguntó la muchacha – “me sorprende que no hayas salido con algún comentario tipo: no deberías de estar en este lugar, es peligroso y te podría pasar algo”


“Para mí este lugar no significa peligro…” – el vampiro se detuvo a mitad de frase. No. Aquel sitio no había sido peligroso… hasta que él había puesto un pie sobre aquellas tierras. - “al menos si a ataques de humanos se refiere” – puntualizó – “Ellos huyen de la muerte y les aterra y evitan cualquier contacto que pueda haber con ésta”


“¿Ellos? Sería mejor decir nosotros, ¿no crees?” – rectificó Bella. Edward sonrió hacia sus adentros con humor negro, Ellos repitió en su mente. Siempre son ellos, siempre son ustedes…


“No creo que haya seres más despiadados que los de nuestra raza” – continuó hablando Bella y él asintió, completamente de acuerdo.


No había ser más despiadado que los de su raza… no había verdad más grande. Pero él no quería seguir platicando de eso, absurdamente, quería olvidarse por un momento del monstruo que era, después de todo, aunque la garganta le ardía, creía que podía controlar ese instinto de su naturaleza para no dañar a Bella.


“¿Y qué pensabas leer?” – preguntó para cambiar la conversación. Quería conocer mejor a esa humana que tanta curiosidad e incertidumbre le causaba. Bella cogió el libro que tenía a su costado y vio la portada, como si no supiera el título de memoria


“Narraciones Extraordinarias” – dijo mientras levantaba la vista de la portada y le tendía el ejemplar al muchacho


“Edgar Allan Poe. Un buen escritor” – agregó Edward


“Me gustan más sus poemas, aunque son pocos”


“Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido; inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, oyese de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran a la puerta de mi cuarto…” –


“Te lo sabes de memoria” – dijo Bella con fascinación. No podía creer que aquel poema se le pudiera hacer más majestuoso de lo que ya le resultaba pero, al ser recitado y envuelto en aquella voz suave y abisal, aquellas palabras hasta adquirían forma y vida – “Yo solamente recuerdo algunos pedazos, no tengo tan buena memoria”


Edward volvió a sonreír, esta vez de manera un poco más perceptible… “Por que no has vagado sola por más de cien años” pensó


Una brisa fresca sopló, agitando los cabellos de la muchacha y llevando su perfume hacia él, quien empuñó sus manos y se envaró rígidamente mientras la ponzoña se acumulaba en la boca.


“¿Te pasa algo?” – le preguntó su compañera al ver la expresión de dolor que crispaba su rostro – “¿Te sientes bien?” – Edward no se atrevía a contestar. Sentía que con el más mínimo movimiento que éste hiciera, su instinto de vampiro le dominaría, llevándolo a beber la sangre de aquella frágil humana.


No. No quiero hacerlo… le decía una y otra vez al monstruo que le incitaba a probar aquella dulce sangre que prometía ser la más deliciosa y calida en el mundo.


“Edward” - llamó Bella mientras se ponía frente a él y se percataba de que su piel lucía mucho más pálida de lo habitual, tanto, que le confería el aspecto de una hermosa estatua tallada en mármol blanco – “¿Qué pasa?” – volvió a preguntar, ahora con más preocupación, levantó la mirada para buscar los ojos del joven, y, al hacerlo, automáticamente dio un paso hacia atrás.


Cerró sus ojos y los volvió a abrir, pensando que lo que acaba de presenciar había sido una ilusión, más no fue así.


Sus ojos… pensó mientras otra vez volvía a centrar su atención en aquel par de lúgubres pupilas Estoy segura que eran… dorados…


El vampiro tragó saliva, sintiendo un ardor torturante por la garganta que se convirtió en dolor en cuanto llegó hasta el estomago al ingerir su propia ponzoña. Giró su rostro hacia otro lado, lejos de aquel aroma, y respiró un par de veces aire fresco y limpio. Sus manos se fueron desempuñando poco a poco, conforme el adquiría más autocontrol… hasta que estuvo seguro que el peligro ya había pasado


“Lo siento” – articuló en cuanto tuvo aliento para hablar. Miró a la muchacha que tenía en frente y vio su reflejó en el lago marrón de sus ojos y sintió vergüenza al ver aquel monstruo amenazante y endemoniado, de ojos completamente negros, en el – “me suelen dar este tipo de ataques” – explicó – “no fue mi intención asustarte”


“¿Ataques?” – repitió Bella, aún sin poder recobrarse de la impresión – “Se te han puesto los ojos negros” – señaló


“Sufro de una extraña enfermedad, Bella” – mintió el vampiro – “son dolores muy fuertes que me tensan el cuerpo…”


“Deberías ir a casa” – recomendó ella, viendo como el muchacho negaba lentamente con la cabeza




“Ya pasó, ya no hay peligro” – aseguró más para él, que para ella.



“Al menos, cúbrete” – indicó mientras se desabrochaba su capa de terciopelo – “¿Acaso no sientes frío?” – preguntó al darse cuenta que Edward solamente llevaba una camisa negra, a juego con su pantalón


“No” – se apresuró a decirle vampiro. Él no sentía el frío de la misma manera que los humanos y, aunque su actitud ya había sido lo suficientemente extraña, no quería que por su farsa aquel calido cuerpo se congelara. Prefería mil veces levantar alguna sospecha que permitir aquello – “No es necesario, estoy bien”


Bella ignoró el comentario, mientras desabrochaba el último botón de presión y jalaba la prenda hacia un lado para quitársela


“De verdad, no es necesario” – volvió a repetir Edward y, sin poder evitarlo, capturó las manos de la chica con las suyas. Los ojos de ambos jóvenes se dilataron y una corriente eléctrica atravesó ambos cuerpos con la misma intensidad – “lo siento” – musitó ¿Cuántos errores más tendría con aquella muchachita?


“Estas helado” – señaló Bella, poniendo al vampiro en alerta – “Toma la capa” – insistió otra vez.


Él se volvió a negar. Carcomiéndose por la infamia que le había dicho a la muchacha. ¿Qué más daba si le decía la verdad? Al fin de cuentas, dentro de poco, ella sería como él… ¿Por qué entonces, se había empeñando tanto en ocultar su verdadera identidad? No. Todavía no, se repitió varias veces, engañándose, confundiéndose… si quería salir de su mentira, debía admitir que no quería convertirla, no quería condenarla a la misma forma de vida que él tenía… pero, ese era su deber... tenía que hacerlo… las excusas acabarían pronto y…


“Creo que lo mejor es que vayamos a casa” – dijo, para desterrar los pensamientos de su mente, Bella miró el reloj de su celular, el cual marcaba ya casi la media noche


“Tienes razón” – murmuró, desistiendo de su petición. Se colgó su mochila otra vez sobre sus hombros y comenzó a caminar en dirección hacia el sendero que la llevaría de vuelta a su hogar, percatándose de que Edward le seguía – “¿Por dónde vives?” – preguntó


“Hacia el este” – contestó y al ver la consternación reflejada en la expresión de Bella, quien sabía que hacia donde estaban caminando era hacia el norte, preguntó – “¿Te importa si te acompañó hasta tu casa?” – ella negó con la cabeza, mientras bajaba la mirada hacia sus pies...


El caminó resultó ser, para Bella, mucho más corto. Sabía que el motivo se debía al joven que le acompañaba en silencio. Seguramente, otra persona se hubiera sentido nerviosa o incomoda de caminar alrededor de veinte minutos en medio de aquel completo mutismo. Si no fuera por la sombra que se levantaba a su costado, hubiera jurado que venía sola. Edward no hacia ni el más mínimo ruido, y, por mucho que agudizó su oído, no alcanzó a escuchar ni si quiera sus pisadas sobre la tierra.


“Gracias” – murmuró mientras se daba media vuelta para despedirse, riendo, en sus adentros, al percatarse que se había sentido decepcionada al visualizar su casa


“Hasta luego” – dijo el vampiro, despidiéndose con un ligero asentimiento de cabeza.


Bella se adentró en su casa, en donde caminó hacia su recamara con una extensa sonrisa en sus labios y sintiendo sus botas mucho más ligeras. Después de quitarse el maquillaje y cambiar su ropa por una más cómoda, se acostó en su cama, por la cual estuvo varias horas recordando lo que aquella noche había pasado…


“Sufro de una extraña enfermedad, Bella”


“¿Qué enfermedad podrá ser?” – se preguntó mientras recordaba la peculiar y pasmosa expresión de aquel muchacho…


Y, mientras dormía, aquel par de negras y sombrías pupilas, estuvieron presentes en sus sueños…

lunes, 26 de octubre de 2009

ropa interior de edward













Yo no se ustedes mis angeles , pero yo quiero los mios = D

 gracias a twilight fans

domingo, 25 de octubre de 2009

Terapia Familiar al Estilo Cullen

Chicas aca les dejo mas del fic de nuestra querida giselita espero los disfruten un besote :) cuidenceee! :)


¡¿ACABA DE DECIR QUE...

Dr. Dover POV

Mientras estaba sentado en la cafetería almorzando, miré la hoja de papel que tenía frente a mí, observando el horario de mis citas de la tarde. Un nombre en particular estaba frente a mí; la familia Cullen.

Al estar en un nuevo hospital, no conocía muy bien al Dr. Cullen, pero en mi primera semana me había invitado a acompañarle a la cafetería unas cuantas ocasiones, y parecía bastante amable. Durante nuestros almuerzos, el mencionaba lo que ocurría en su casa y me sentí bastante honrado cuando me pidió de ver a su familia en terapia. Tenia entendido que había adoptado unos cuantos adolescentes, lo cual me impresionaba siendo que era tan joven. Asumí que tendrían todas las mismas edades y no pude imaginar a mi esposa teniendo cinco adolescentes corriendo por la casa. Ya nos era bastante difícil acordarnos de alimentar al perro y al pez dorado regularmente.

Me apresuré con el almuerzo, esperando tener unos minutos para poder responder mis e-mails antes de tener la sesión con los Cullen. Salté dentro del elevador y me dirigí a mi oficina cuando vi al doctor Cullen y a su esposa, asumí, sentados en las sillas de la sala de espera, se veían bastante nerviosos. Podía imaginar que esto era bastante estresante para ellos, pero me sentía seguro de poder ayudarlos a trabajar sus problemas. Entré a la puerta trasera de la oficina y vi a mi secretaria Stephenie fascinada con otro de sus libros nuevamente.

-¿Qué estamos leyendo hoy, Stephenie? ¿Otra novela de romance? ¿Fabio también está en esta?- le bromeé.

Sin levantar la vista de su libro, cambió la página y contestó. -Hoy no hay Fabio alguno, Dr. Dover…esta vez son vampiros.- Dijo con una sonrisa y enterró su nariz en el libro.

-OK, bueno después de que Drácula muerda a su reciente victima, podrías asegurarte de acomodar al Dr. Cullen y a su familia en la sala de conferencia. Estarán aquí en cualquier minuto y en total serán ocho.

-¿Va a venir el Dr. Cullen?- Chillo Stephenie alegremente. Inmediatamente dejó el libro en el suelo y comenzó a aplicar una nueva capa de maquillaje en su rostro. Mientras me aleje, le vi peinándose el pelo rápidamente y arrojándose una goma de mascar en su boca. Supongo que alguien estaba enamorada. Solo esperaba que no se lanzara frente a toda la familia. Eso no seria un buen comienzo para nuestra sesión…

Señora Cullen, lamento que mi secretaria se haya lanzado a su marido cuando entro por la puerta. Espero que sus hijos no queden marcados de por vida...entonces cuénteme sus problemas.

Estaba chequeando la computadora, cuando oí a Stephenie guiarles hacia la sala de conferencias. Estaban bastante tranquilos. Solo podía escuchar a Carlisle cuando entraban a la habitación. Estaba terminando con mi último e-mail cuando escuche risas desde la sala de conferencias. Salí de mi oficina y mire a Stephenie quien se sobresalto al oír que las risas eran con más fuerza.

-Estaban bien cuando me fui...dijo inocentemente y rápidamente volvió a su libro. Escuché un fuerte golpe.

Tomé la tabla de apuntes, una nueva carpeta de la repisa y un block de notas en blanco, y me dirigí a la sala de conferencias donde podía escuchar las risas con más fuerza. ¿Qué diablos es tan gracioso? Pensé para mi mismo, mientras que con cautela abría la puerta.

Carlisle y su esposa estaban sentados formalmente en sus sillas viéndose bastante avergonzados mientras miraban a sus hijos. Una de los chicos, quien parecía un físico culturista, estaba recostado contra la pared, riendo y sacudiéndose violentamente, creí que mis diplomas caerían al suelo. Preguntar a ese por esteroides, pensé para mi mismo.

Otro de los chicos, quien parecía ser el mas joven, estaba recostado en el suelo riendo histéricamente. Asumí que se había caído de la silla que estaba vacía a su lado. Eso explica el fuerte ruido. El tercer chico era un rubio larguirucho que sostenía su estomago mientras señalaba al enorme chico que estaba en la pared. Todas las chicas estaban con sus cabezas enterradas en la mesa, golpeándola mientras se reían.

Debí de haber tenido alguna expresión en particular en mi rostro, por que el Dr. Cullen y su esposa saltaron de sus asientos y se apresuraron hacia mí.

-Dr. Dover muchas gracias por vernos. Esta es mi esposa Esme...y estos son nuestros niños...creo que están un poco nerviosos.- Carlisle tomo mi mano y su esposa hizo igual, dándome una calida sonrisa. Ambos tenían las manos mas frías que jamás sentí. Será mejor que le pida a Stephenie que suba la calefacción. No necesito que los pacientes se mueran congelados. Hice una nota mental.

-Chicos, por favor contrólense para que podamos presentarles con el Dr. Dover.- Dijo Esme con suavidad, estaba seguro de que nadie más que Carlisle y yo podríamos oírle sobre las risas, pero estaba equivocado. Instantáneamente todos volvieron a sus lugares. Una chica de cabello castaño trataba de recobrar el aliento, pero el resto estaba en silencio excepto por la mas pequeña de los Cullen quien tenia su mano sobre su boca para silenciar las risitas.

Impresionante. Pensé. Respetan a su madre, eso es bueno. Un problema menos con el que lidiar.

El chico que había estado en el suelo fue el primero en presentarse. -Hola, Dr. Dover. Mi nombre es Edward Cullen y ella es mi novia Bella Swan.- Extendió su mano hacia mi, y nuevamente me encontré con una mano congelada.

Apretón fuerte, confiado, no deja que su novia se presente a ella misma…obviamente problemas de control.

Note que sus ojos cambiaron de calidos a serios rápidamente. Cambios de humor también...el suspiró y se reclinó contra la silla mientras Bella tomaba mi mano tímidamente. Escondió su rostro tras su cabello como una especie de escudo protector cuando se ruborizo.

Problemas de inseguridad...seguramente a causa de el novio sobre protector.

Otra mueca por parte de Edward. Problemas de enojo también...posiblemente Bi-polar.

La próxima en presentarse fue la pequeña de los Cullen, quien ahora saltaba entusiasmadamente en su asiento. -Mi nombre es Marie Alice Brandon Cullen ¡Pero puede llamarme Alice!- por sus saltitos en el asiento pude ver que era una persona bastante energética.

Déficit de atención, probablemente desorden de Hiperactividad, con algunos problemas de control de impulsos. Me pregunto si ya fue medicada por ello.

-Jasper Hale.- Fue todo lo que el rubio larguirucho dijo, casi haciendo contacto visual conmigo.

Emocionalmente retraído, posible depresión, hombre de pocas palabras.

Volví a mirar a Edward, podía jurar que acababa de contener una risa pero entonces me miró. Estaba perfectamente compuesto pero sus ojos no eran tan hostiles como hacia unos momentos. Sacudí mi cabeza y me volví hacia el enorme chico sentado a mi lado. Se puso de pie y me dio un fuerte abrazo.

-¡He doctor! Emmett Cullen, encantado de conocerle. ¿Tienen salas familiares en el loquero?- Su risa estallo en la habitación. El resto de los Cullen estaban sentados con sus bocas abiertas ante el comentario.

Impulsivo, sin restricciones espaciales ¿Me pregunto que oculta detrás de tanto humor?

La ultima en presentarse fue unan hermosa joven rubia que estaba sentada a un lado de Emmett. -Hola. Rosalie Hale.- Murmuro sin apartar la vista de su reflejo en un pequeño espejo que había sacado de su cartera.

Vanidad, preocupada por si misma, egocentrismo, complejo de ser el centro del universo.

Edward tosió, aunque se parecía mas a una risa, pero cuando me voltea a ver, estaba examinando su mano que estaba entrelazada con la de su novia sobre la mesa.

-Bueno es un placer conocerlos a todos. Gracias por venir. Creo que tengo que presentarme, soy el doctor Benjamin Dover y he estado en prácticas privadas por tres años. Mi esposa y yo nos mudamos aquí desde Pittsburgh, Pennsylvania hace dos meses, y por ahora disfruto bastante de estar aquí en Forks.

Carlisle estaba acomodado en la punta de la mesa, me ubique en el extremo opuesto, así podría tener una buena visión de la familia. Deje la carpeta en la mesa, hice unas notas iniciales sobre quien era quien para no olvidarme. Con mi nuevo anotador listo, hice mi primera pregunta.

-Entonces Carlisle ¿Puedes explicarme por que decidiste probar la terapia familiar?

Carlisle y Esme explicaron su situación tan inusual y ambos esperaban que los chicos se abrieran sobre lo que les molestaba para así poder resolver sus problemas y seguir adelante. Estaba realmente impresionado por el afecto en sus voces cuando hablaban de sus hijos.

Anote rápidamente lo que habían dicho. Cuando terminaron quise resolver el tema de las adopciones.

-Ok, déjenme ver si entendí la dinámica familiar… ¿Rosalie y Jasper son gemelos?- Ambos asintieron con sus cabezas. -¿Y Emmett, Alice y Edward son hermanos?- Edward respondió por todos ellos. Mi atención se dirigió hacia la chica de largo cabello castaño quien tomaba nerviosamente la mano de Edward. -¿Y tu Bella, eres la novia de Edward?- su rostro inmediatamente se volvió rojo y escuche su suave respuesta.

-Si.- Anote la información en el cuaderno de apuntes antes de proseguir. Me pregunté por que la novia de Edward estaba en la visita inicial.

Todos habían permanecido tranquilos, quería lanzar una pregunta que encendiera la conversación o quizás alguna pelea para ver que sucedía. -Entonces ¿Por donde empezamos?-

Nadie dijo una sola palabra, pero inmediatamente cinco dedos señalaban a una misma dirección, directo a Edward. No me sorprende realmente. Me dije a mi mismo.

Edward se volvió hacia Bella, quien obviamente era la única que no le señalaba. -Te dije que esto era una mala idea.- Su rostro tenía una expresión entre furiosa y mortificada.

Tratando de enfocarme en Edward en esos momentos, pregunte; -¿Por qué crees que todos te señalaron cuando hice la pregunta, Edward?- todos parecían mirarle intensamente, esperando que explotara.

-Por que me odian.- Dijo Edward sin expresión alguna en su voz. Genial. Se esta encerrando. Obviamente es un mecanismo de defensa. ¿Realmente sentía que le odiaban? ¿Como si fuera el extraño?

-Edward no te odiamos, es solo que tienes problemas, graves problemas, Edward.- Dijo la tan activa Alice. Bueno esto será interesante…

-¿Y Alice, cuales crees que sean los problemas de Edward?- Edward se siente perseguido por su familia y su hermana esta lista para arrojarle primera bajo el autobús, así que veamos a donde nos lleva esto.

-Bueno, veamos, no soy profesional, pero en el pasado ha tenido tendencias suicidas, suele sobreactuar, es sobre protector, es masoquista y constantemente se refiere a si mismo como un monstruo, solo por mencionar algunas…- relató sin respirar.

¿Suicida? Puedo ver eso, parece estar demasiado atado. Ya había escogido lo de sobre protector y que sobreactúa, se resiste a si mismo…masoquista…quizás por eso es que Bella esta aquí…

-No te olvides de que es un reprimido sexual- Su hermano Emmett se entrometió felizmente. Comencé a escribir rápidamente cuando escuché a Edward levantarse de la silla y dirigirse a la puerta.

-Si querido hermano, puede que sea un reprimido, pero tu, tu y tu compañera sin embargo ¡Son dos pervertidos sexuales!- puso gran énfasis en la palabra compañera. Preguntar a Emmett sobre su novia y su relación sexual. Escribí en mi anotador.

Bella corrió a su lado y puso cariñosamente una mano sobre su hombro. -Emmett ¿Por que siempre tienes que hacerle eso? Sabes que le molesta, y aun así no pierdes la oportunidad de meter tus garras... Bella dijo lo que pensaba. Eso era bueno saberlo. Debe sentirse bastante cómoda con los Cullen para hablarle a Emmett de esa forma.

La rubia, Rosalie, se puso de pie -No te atrevas a hablarle así a mi…hermano, tu, tu…insignificante niñita.- Había una gran odio detrás de las palabras de Rosalie. Era peculiar en énfasis que puso en las palabras hermano y niñita…como si tuvieran un doble significado. Rosalie y Emmett, vinculo cercano. Anoté en la hoja.

-Discúlpate con ella Rose.- Edward gruño. Edward y Rosalie, relación explosiva. Anoté. Creo que nunca había llenado tantas páginas en solo cinco minutos luego de la presentación.

El súper tranquilo Jasper habló más que su nombre. -Vamos chicos, relájense.- Aun no podía averiguar como sucedió, pero cualquier tensión que hubiera en la pelea, se había ido.

Eso fue extraño. Me dije a mi mismo. Estaba completamente distraído cuando repentinamente Bella se arrojó sobre Edward y comenzó a besarlo apasionadamente en medio de la sala. Por la expresión de Edward pude ver que le tomo por sorpresa. El resto de los Cullen la miraban con sus ojos abiertos. -¡Jasper Hale! Detente ahora mismo.- Gritó Carlisle.

¿Es adicta al sexo? Lo anotaré como problemas de control de impulsos hasta que sepa más.

Continué garabateando mis preguntas y sospechas por unos minutos. Bella se había desligado de lo que fuera que la controlaba y se vio avergonzada. Edward había vuelto a la mesa, tratando de reconfortarla pero aun mirando en silencio a Jasper. Jasper causa problemas.

-Ok, eso fue un buen intercambio...Edward, ya que eres el centro del mismo ¿Te molestaría responderme unas cosas de las que tu hermana acaba de decir?- Traté de entrometerme con cuidado, sentí que estaba cerca de salir de la sala en cualquier segundo.

Escuché a Edward respirar profundamente. -¿Que quiere saber?- su voz era apenas un poco mas alta que un susurro. Decidí empezar con lo más importante que Alice dijo.

-¿Es verdad que trataste de suicidarte?- Bella obviamente reacciono mirando al techo con lagrimas en los ojos.

-Si.- Nuevamente su voz sonaba carente de emoción alguna, como si le preguntara cuanto era dos más dos.

-¿Hace cuanto fue?

-Hace más o menos cuatro meses.- ¿Solo cuatro meses? Con razón todos le apuntaron a el cuando pregunte por donde comenzar.

-¿Puedes decirme que te llevo a eso?- mire su reacción cuidadosamente. Sus ojos fueron de Bella a Rosalie y comenzó a mirarla a ella. ¿Qué papel tuvo Rosalie en su intento de suicidio? ¿Acaso su complejo de ‘centro del universo’ le llevo a la depresión? Por la forma en que le miraba tuvo algo que ver…esperen ¿Acaba de sonreír?

-Todo fue un malentendido. Estoy bien y no tengo intenciones de morir, jamás.- Interesante reacción, hacia tiempo que no oía referencias sobre eso como un malentendido, errores si, pero no era común un simple malentendido. ¿Y dice que va a vivir por siempre? Y Peter Pan jamás creció, seguro. Una gran negación creer que esta bien...

-Edward, me resulta difícil creer que estas perfectamente luego de sentir tanto despecho como para considerar quitarte la vida. ¿Qué fue lo que te llevo a querer matarte?- pase a una nueva pagina en mi anotador para su respuesta.

Edward se detuvo mirando a sus hermanas. Ambas se endurecieron en sus asientos. Las hermanas jugaron algún rol en el suicidio de Edward. ¿Participes? ¿Causantes? Investigar más. Escribí en el anotador

Sorprendentemente fue Rosalie quien respondió a la pregunta -¡Fue culpa de Bella! Por ella es que intento matarse.- Conciencia culpable para Rosalie, definitivamente esta envuelta de alguna forma.

La novia de Edward sollozó ante la acusación. Alice escondió su rostro en el hombro de Jasper. Relación cercana entre Alice y Jasper. Emmett se acomodó en la silla y sacudió su cabeza a Edward en señal de algún tipo de advertencia. Aparentemente era tan protector con su hermana, como ella lo era con el. Pude notar que Carlisle y Esme se tensaban en sus asientos ante las palabras de Rosalie. Su suicidio aun es un tema bastante duro…

-Lo siento, fue mi culpa. Por mi culpa trato de matarse y nunca me lo perdonare. Pero fui a salvarlo ¿Recuerdas Rosalie? Fui yo quien lo trajo en una pieza.- ¿Fue a salvarlo? ¿Exactamente a donde fue?

-¿Edward?- pregunté cuando no pude leerlo. No sabía si estaba furioso por que le hubieran detenido, o si culpaba a Bella por todo. Aun no dijo por que trato de matarse. ¿Qué lo llevo a tal extremo? Me pregunté.

-Fue todo un mal entendido como dije. Traté me matarme, pero solo fue por que creí que Bella había muerto y no iba a vivir sin ella.- ¿Creyó que Bella estaba muerta? ¿Ella también tiene tendencias suicidas? Suicidio asesino quizás… sentí mi mano escribir cada palabra que decía.

-¿De que va ese malentendido al que te refieres?- probé.

-Mis hermanas me mintieron y me dijeron que Bella estaba muerta, así que creo que es su culpa que haya tratado de matarme.- ¿Sus hermanas le dijeron que Bella estaba muerta? Realmente deben odiarle.

La habitación estallo luego de la acusación de Edward. Sus hermanos estaban de pie gritándole. Bella parecía que estuviera viendo un monstruo de tres cabezas y Esme y Carlisle tenían sus cabezas juntas, conversando. Edward, por el contrario, estaba sentado con una sonrisa.

Esta familia necesita ayuda. Solo mírenlos...Pensé. Mis manos volaban por las hojas, anotando todas sus reacciones. Pagina tras pagina, anote quien defendía a quien, y quien acusaba al otro. La pequeña Alice, se puso de pie sobre la silla y llamó mi atención. Estaba sacudiendo su dedo hacia Edward y gritaba.

-¿Te olvidas que fue tu culpa que Bella saltara de el acantilado en primer lugar? Tu eres el que la abandono, le partiste el corazón.- ¿Bella estaba en un acantilado? ¿De ahí salvo a Edward? ¿Y por que la dejo con el corazón roto? A mi parecer se veían bastante bien ahora, demasiado juntos.

Veía el dolor y la angustia en los rostros de Bella y de Edward cuando les recordaron aquella parte. Se veían enfermos ante el recuerdo. ¡Co-dependientes! Pensé victorioso en mi mente. Eso era, ellos eran demasiado Co-dependientes.

De todas formas, Edward se recupero rápidamente, -Bueno, no olvidemos la razón por la cual yo la deje en primer lugar, por que Jasper trato de matarla en su cumpleaños ¿Recuerdas eso? ¡Trataba de mantenerla a salvo!- ¿Acaba de decir que...JASPER TRATÓ DE MATARLA? Grité en mi cabeza. ¿Estoy mirando a la cara de un asesino? ¿Por que están tan tranquilos ante eso? ¿Cuantos asesinos conocen como para no hacer de ello un gran problema? Me quedé helado con mi bolígrafo tocando el papel que tenía delante de mi. Si las palabras que Edward había dicho no eran lo suficientemente extrañas, lo que sucedió luego fue demasiado shockeante.

-Sabes que te he perdonado ¿Verdad?- Bella se cruzó por la mesa para tomar la mano de Jasper. El le dio una suave sonrisa y asintió con su cabeza. ¿Le perdona que haya tratado de matarle? ¿Le perdonó? ¿Es la persona más compasiva del mundo o es una completa idiota? ¿Quién es el masoquista ahora?

Mi mano comenzó a acalambrarse luego de haber tomado tantas notas. Seguramente había anotado algo mal, esperaba que fuera así, por que si no esta era con facilidad la familia más disfuncional que atendí en mis limitados años de práctica. Quizás necesite un ala familiar, como Emmett dijo...Me compuse antes de hablar.

-Entonces, solo quiero asegurarme de que tengo bien las cosas. Hace cuatro meses, Edward trato de matarse porque pensó que Bella había muerto. Esto fue una malinterpretada información que sus hermanas le dieron, pero ellas creían que era correcta ¿Verdad?- Todos murmuraron un rápido si. Ok, puedo vivir con esa parte…podemos trabajar esas cosas. Respiré profundamente.

-De alguna forma Bella le salvo y ahora son felices. Y la razón por la cual Edward y Bella no fueron felices antes y Edward la dejo, para mantenerla a salvo, fue después de que Jasper tratara de matarla en su cumpleaños. Pero Bella le perdono por eso. ¿Eso es bastante acertado?- Escaneé la sala, esperando que alguien me contestara. Espere, espere, espere. Casi vomito cuando las ocho cabezas asintieron, confirmándome lo que había preguntado.

Tomé el teléfono. -Stephenie, cancele mis próximas tres citas, esto me tomara un tiempo.

Terapia Familiar al Estilo Cullen

Charla de chicas

Bella POV

Todos estábamos ansiosamente sentados en la sala de espera, mientras Esme y Carlisle estaban con el doctor. El doctor sintió que necesitaba una conversación privada con ellos, después de que la reunión inicial resultara un fiasco.

Edward y yo estábamos sentados juntos en unas sillas contiguas al escritorio de la recepcionista. Emmett y Rosalie estaban abrazados cerca de la puerta. Edward tuvo que lanzarles unas miradas un par de veces por que comenzaban a verse demasiado cariñosos. Alice y Jasper estaban ojeando unas Cosmopolitan y se hacían un test de compatibilidad cuando se cruzaban con uno.

Mientras estábamos allí sentados, tratando de matar el tiempo, me di cuenta de que la recepcionista, quien había estado ocupada leyendo un libro, nos miraba a Edward y a mi en mas de una ocasión. No podía soportarlo más.

“¿Acaso quiero saber que es lo que esta pensando?” Pregunté a Edward, quien comenzó a reírse, lo cual nunca era una buena señal.

“Solo esta interesada en nosotros.”

“Esta interesada en nosotros¿No solo en ti?” Pregunté alzando mis cejas.

“Oh, no, definitivamente esta interesada en nosotros.” Nuevamente, se rió.

“Eso es asqueroso...” murmuré. Una de tres recepcionistas por las que no debía preocuparme.

“No de esa forma, Bella.” Rodó sus ojos y reprimió una risa.

“Aparentemente, le recuerdo al personaje principal de su libro, su nombre es Tim. Tiene pelo oscuro y ojos color miel, ha estado fantaseando con el durante diez minutos ahora…y cree que hacemos una hermosa pareja…y que te miro a ti, de la misma forma que Tim mira a Shay, su único y verdadero amor.” Se inclinó y me dio un beso en la mejilla. Tendría que ver ese libro que estaba leyendo para saber si Tim de verdad se parecía tanto a Edward. ¡Si se parecía, Shay era una chica con suerte! Ahora no sentía tantas ganas de matar a Stephenie, pero sus miradas comenzaban a ser un tanto molestas.

“¿Que puede tomarles tanto tiempo allí?” preguntó Emmett, comenzando a impacientarse con la espera. Por lejos prefería los gritos de la sesión previa a que sentarse escuchando la música funcional por veinte minutos seguidos.

“Oh, veamos, el suicidio de Edward, el intento de homicidio de Jasper, y nosotros somos dos pervertidos sexuales…no imagino de que querrá hablar el doctor con Carlisle y con Esme…” lanzó Rosalie en voz baja mientras miraba en la dirección de la recepcionista, asegurándose de que no estaba escuchando.

“¿Qué están pensando allí?” le preguntó Alice a Edward nerviosamente.

Edward se encogió de hombros. “No tengo idea, estoy bloqueando cada pensamiento de allí. Carlisle insistió en algo como ‘para que la terapia función, la gente necesita hablar libremente’ y necesitaba respetar eso…”

“Amenazo al Volvo¿Verdad?” Preguntó Jasper astutamente.

“Obviamente. Eso, y un extenso viaje de compras con Alice si no le hacia caso.” Sonrió Edward.

La puerta de la oficina del Dr. Dover se abrió, y todos nos tensamos en nuestros asientos. Los rostros de Carlisle y Esme era ilegibles, el doctor, a decir verdad, se veía un poco aturdido. Esme se acercó y se sentó en la silla contigua a mí, sonriéndome nerviosamente.

“Chicas, Al Dr. Dover le gustaría que ustedes estén en una sesión privada para discutir algunas cosas.” Edward pasó sus brazos protectora mente a mi alrededor y yo me rehusé a levantar la vista de mis zapatos.

Al ver la postura de Edward, Carlisle continuo “Chicos, ustedes irán después, aunque Edward, me gustaría que bajes a la cafetería con Esme y conmigo para comer algo hasta que terminen. Jasper, puedes quedarte, mientras te comportes o si decides que será mejor acompañarnos, por favor hazlo.” Genial, él estaba pidiéndole a Edward que se fuera para no escuchar, esto iba ponerse feo. Y Jasper…asumí que correría a la cafetería en cuestión de segundos.

“Bueno, yo me quedo aquí. Quiero oír si rompen algo mientras se pelean allí dentro.” Emmett sonrió señalando la oficina del doctor. Esme le lanzó una mirada horrorizada y el se disculpo. “Lo siento mama, eso fue descortés.”

“¿Señoritas, podrían entrar a mi oficina?” El Dr. Dover sostuvo un brazo hacia la puerta por la que Esme y Carlisle acababan de salir.

Me volví hacia Edward, quien tenia una mirada sombría. “¿Edward?”

“¿Si, Bella?” Preguntó ansioso, probablemente esperando que escapara de todo esto.

“Recuerda siempre que te amo, y si no salgo viva de esto, por favor dile a Charlie que lo quiero.” Me agaché para que no pudiera ver mi rostro, que tenia una enorme sonrisa y le bese la mejilla. Le sentí endurecerse, y sabia que estaba debatiéndose por agarrarme y salir corriendo de la oficina.

“Solo bromeo Edward. Sonríe por favor...” susurré.

“Bella, puedes irte cuando quieras. No olvides eso...” Miró a Alice y a Rosalie mientras se paraban para entrar a la oficina.

“Relájate Edward, no derramaremos sangre de tu preciosa Bella.” Dijo Rosalie sarcásticamente.

Para no quedar atrás por Rosalie lacé “Y si lo necesito, se como descuartizar a tus hermanas.” Lancé a Rosalie para demostrarle a Edward que realmente no les temía. El me dio una orgullosa sonrisa cuando Rosalie se metió en la oficina.

“¡OHHH pido el sofá!” Escuché a Alice regodearse de alegría y luego escuché un fuerte golpe cuando se dejo caer en él.

“Ve a comer Edward.” Dije sarcásticamente cuando entre a la oficina del doctor. Carlisle puso una mano en el hombro de Edward y le guió fuera de la sala de espera.

La oficina del Dr. Dover era mucho más pequeña y acogedora que la sala de conferencias. Las paredes estaban pintadas con un hermoso color arena con drapeado de tonalidades amarronadas. Había un oscuro sillón de cuero en el que Alice estaba recostada y dos sillas en las que Rosalie y yo nos sentamos. El Dr. Dover se sentó detrás de un largo escritorio de ébano y comenzó a revolver unos papeles, examinando el expediente de la familia Cullen.

Miraba a Alice observar la sala, sin duda haciéndose un shopping mental sobre lo que la oficina necesitaba cuando finalmente el doctor habló.

“Entonces señoritas, quiero agradecerles por venir aquí a trabajar sus problemas. Estoy seguro que es un gran y asustadizo paso, pero creo que podemos trabajar algunas cosas que ayudaran con la situación de la familia.” Rosalie rodó sus ojos, pero el doctor no dejo que es lo detuviera, y continuó “Hablando con Carlisle, el y Esme me han dado algunas cosillas sobre sus relaciones. ¿Les importaría que empezara con algunas preguntas?”

“¡Dispare Doc!” rió Alice desde el sofá.

Rosale le dio una mirada de ‘le reto a que se atreva a hacerme una pregunta’ y yo dije tranquilamente “Ok.” ¿Qué mas podía hacer? Mientras más rápido terminábamos con esto, seria mejor para todos.

“Bien, Alice, ya que estas tan entusiasmada¿Por qué no comenzamos contigo¿Por qué no me cuentas un poco sobre ti misma?” El Dr. Dover tomó su bolígrafo, listo para tomar apuntes.

Alice dejó escapar un dramático suspiro y comenzó. “Mi nombre es Alice Cullen fui adoptada por los Cullen hace unos cinco años.” Casualmente nos guiño su ojo a Rosalie y a mí. Cinco años, más unas cuantas décadas para ser mas exactos, como sea…pensé para mi misma.

“Ya habían adoptado al resto de ellos, así que yo soy la bebe de la familia en ese sentido. Mis intereses incluyen salir de compras y el arte de la belleza.”

“¿El arte de la belleza?” preguntó el Dr. Dover inseguro.

“Si, ya sabe…makeovers y esas cosas. La moda es mi pasión, solo pregúntele a Bella. Se vestiría como una anciana si no fuera por mi¿Verdad Bella?” Rosalie se sonrió ante su comentario, yo estaba furiosa.

“¡Puedo vestirme yo sola, gracias Alice!” Lancé.

“De verdad Bella, si no fuera por Alice, te vestirías al menos tres años atrás de la moda.” Señalo Rosalie.

“Tengo un don y trato de compartir mi conocimiento con Bella, pero esa una estudiante un tanto testaruda…” ofreció Alice.

“¿Como es testaruda, Alice?” preguntó el Dr. Dover.

“Bueno, a veces se rehúsa a ponerse las perfectas y hermosas prendas que elegí para ella.” Dijo Alice con un puchero, sacaba todo lo de las compras para ganarle al doctor.

“Ella se roba mi ropa.” Dije lisa y llanamente.

“Alice¿Alguna vez has robado ropa de la habitación de Bella?” preguntó el doctor.

“¡Si, pero siempre las reemplazo con prendas nuevas que compro, y escojo con cariño para ella!” exclamó Alice poniéndose a la defensiva.

“¿Con cuanta frecuencia robas las prendas de Bella?”

“Um- Bueno, nunca pensé en ello antes…creo que a diario.”

“¿Todos los días robas alguna de sus prendas¿Que haces con ellas?”

Buena pregunta, me gustaría saber lo mismo. Pensé.

A Alice, la pregunta le tomó con la guardia baja. “Se la doy a un grupo de personas sin hogar que viven río abajo.” Murmuró Alice tranquilamente.

“¿Le das la ropa a la gente del río¿Estas demente¿Entonces dices que, el sweater que mi abuela me regalo para uno de mis cumpleaños que ‘hacia ver grandes mis caderas’ lo esta usando un vagabundo llamado Buzzy?” grité.

“No, Bella, no seas absurda. Buzzy no se pone tu ropa, las quema en el fuego para darse calor. Tu guardarropa esta abrigando a los desamparados.” Aun no sabia como lo dijo sin reírse. Rosalie reía como una histérica. Aparentemente, Rosalie no sabia sobre la relación de Alice con la comunidad de desamparados pero realmente se estaba divirtiendo.

Ahora estaba furiosa. “¡Alice es adicta al shopping¡Es una compulsión¡Compra todos los días cosas que en realidad ni necesita y tiene montañas de ropa con las etiquetas aun puestas que jamás ha usado¡La conocen en Bloomingdale's (N/t símil e-bay, pero de ropa y accesorios) por su nombre por Diosa santo!”

Me volví hacia la puerta aunque sabia que no estaba allí…pero podría escucharme. “Edward Cullen ¡Voy a matar a tu hermana ahora mismo!” grité.

“¡Atrápala, Bella!” Escuché a Emmett gritar desde la sala de espera.

El Dr. Dover alzó su cabeza de la hoja en la que estaba escribiendo lo que parecían miles de notas en los últimos dos minutos. Su rostro estaba pálido, y por un instante creyó que hablaba en serio.

“Bella, por favor, siéntate.” Dijo el doctor tranquilamente. Respiré profundamente y me obligue a no a mirar a Alice quien estaba colgando su cabeza de la esquina del sofá, tratando de hacerme reír. Le escuche murmurar un ‘humph’ cuando me rehusé a sonreír.

“Entonces Alice¿Dirías que tienes una adicción por las compras?” preguntó el doctor.

“Adicción es una palabra muy fuerte doc...yo diría un extremo amor por las compras o creo que podría considerarse mi trabajo…sip¡Ir de compras es mi trabajo!” de alguna manera se lo había justificado en su cabeza.

“¿Con cuanta frecuencia compras?” preguntó.

“Um, a diario, creo.”

“¿Y que pasa si no compras algo todos los días?”

“Nada.” Respondió Alice.

“¿Nada¿Estas loca¿Recuerdas la ultima vez que no fuste de compras¡Yo si! Fue un día soleado…pero…um, los autos estaban todos averiados…y corriste al ordenador para hacer shopping online pero no había Internet por que los chicos estaban ayudando a Esme con su jardín y cortaron el cable. ¿Recuerdas que sucedió después?” Rosalie le hecho humo a Alice.

“Si.”

“¿Qué sucedió, Alice?” Preguntó el Dr. Dover extremadamente curioso.

“Me lancé sobre Esme.” Abr mi boca horrorizada, mientras que Rosalie tenia una complacida expresión en su rostro.

“¿Por qué tackleaste a tu madre, Alice?”

“Por que ella tenia el control remoto de la TV y estaba tan desesperada…necesitaba comprar…iba…iba a…” Su cuerpo estaba encima del sillón, temblando con los sollozos sin lágrimas.

“Iba a comprar algo de…oh Dios ayúdame… QVC-la compañía de compre desde su casa!” Grito. “Era un horno para barbacoa y rosticería que venia con un inyector de condimento gratis. Solo costaba $149.99 por un tiempo limitado...es tan vergonzante…”

“¿Por que te resulta avergonzarte, Alice?” preguntó el doctor.

“Por que casi lo compro cuando mi familia ni le daría uso. Ni siquiera podemos usar en rostizador para lo que comemos…tan solo seria un desastre…ni siquiera comemos.”

“Carne. Los Cullen no comen carne Dr. Dover… ¡Son estrictamente vegetarianos!” Grité antes de que Alice lanzara cualquier otra cosa.

El doctor anotó algo en sus hojas, las cuales comenzaban a apilarse.

“Doctor Dover, mi nombre es Alice Cullen y soy adicta a las compras.” Alice colgó su cabeza avergonzada.

“Alice, creo que has dado un gran paso hoy. Estoy orgulloso de tu honestidad. Podremos volver con tu adicción a las compras en otra sesión. Entonces, Rosalie¿Puedo hacerte algunas preguntas?” vaciló al preguntar, probablemente recordando la mirada que Rosalie le había dado antes.

“Bien. ¿Que quiere saber?” trataba de mantenerse calmada, pero podía ver que no se contentaba con ser ella ahora el blanco.

“Tu padre menciono que tu y Bella tienen una relación un tanto tensa¿Es eso así?”

Rosalie se quedó callada y bajó su cabeza cuando dijo “Si.”

“¿Puedes decirme por que es?” el doctor había preguntado la única pregunta que yo trate de averiguar durante un año. Me incline en mi silla expectante.

“Hay muchas razones.” Dijo Rosalie con más fuerza.

“¿Muchas razones?” debí de haberlo dicho en voz alta, por que la cabeza de Rosalie se volteó hacia mi. “Lo siento.” Murmuré y mire a mis manos que descansaban sobre mi regazo.

“¿Puedes darnos alguna de las razones?” presionó el doctor.

“Bueno, creo que esta tomando una mala decisión.”

“¿Y cual es esa mala decisión?”

“Quiere ser uno de nosotros.”

“¿Quiere ser uno de ustedes...un Cullen?” preguntó el doctor un tanto confundido.

“Si, un Cullen...ser un Cullen no es fácil y creo que si vida seria mas feliz si no fuera uno.” Rose cruzó sus brazos sobre su pecho mientras se recostaba en la silla.

“Entonces serias feliz si Bella no se casa con Edward.”

“Oh, no, puede casarse con Edward, eso esta bien. Edward la ama mucho. Seria una estúpida si no se casa con el.” El doctor dejó caer su bolígrafo sorprendido.

“Estoy perdido...puede casarse con Edward, convirtiéndola en Bella Cullen¿Pero no puede ser una Cullen¿Es eso lo que estas diciendo?” Su voz comenzaba a sonar exasperada. Obviamente yo sabía exactamente lo que Rosalie quería decir, pero la cabeza del Dr. Dover parecía a punto de estallar.

“Si se casa con Edward, ella será una Cullen solo por nombre…no seria en realidad uno de nosotros…” Rosalie comenzaba a ponerse impaciente con el doctor por perderse la distinción.

“Mire doc esta vida…la vida que llevamos, no es la que yo hubiera elegido para mi misma si hubiera tenido una oportunidad de hacerlo… ¡Hubiera optado por algo diferente, pero nunca tuve opción y solo quiero que Bella piense en todo lo que perdería por ser una de nosotros!”

El doctor se sentó en silencio por unos minutos, masajeando sus sienes y procesando lo que acababa de oír. Repentinamente una bombilla debió de encenderse en su cabeza.

“OOHH creo que ya lo entiendo. ¿Todo esto es sobre ser vegetarianos¿Quieres que Bella piense que perderá si se convierte en vegetariana?” El doctor se veía como si hubiera podido encajar las palabras de Rosalie para que tuvieran sentido.

Impresionante. Pensé para mi misma. ¡Nunca había visto a alguien tan equivocado y tan acertado a la vez!

Rosalie y Alice comenzaron a reírse, debieron de haberlo encontrado tan gracioso como yo cuando todas soltamos risitas. El doctor estaba completamente confundidlo ante nuestro cambio de humor. “Si, doctor, tiene que ver con nuestra diera.”

“Buen, no parecer ser un problema tan dramático. ¿Hay algo mas sobre Bella que te moleste?” estaba segura de que se revolvía los sesos tratando de averiguar por que convertirse en vegetariana era tan espantoso para Rosalie.

“Bueno, ahora que lo menciona, hay algo mas que me molesta de Bella…”

Respire profundamente y cerré mis ojos esperando su próximo golpe.

“¡Se rehúsa a casarse con mi hermano¡El la ama y le ha pedido en reiteradas ocasiones que se case con el, y ella sigue diciéndole que no! Le parte el corazón cada vez que ella le rechaza.” Vi un maligno brillo en sus ojos cuando me miro.

Las dos podemos jugar a este juego Rose...pensé.

El doctor abrió su boca para hablar, pero yo alce mi mano y le detuve. “¿Qué es esto en mi dedo, Rose¿Huh? Es un anillo de compromiso, el anillo de su madre. Acepté su propuesta, y nos vamos a casar. ¡Tus razones no tienen sentido!” estaba de pie sacudiendo mi anillo en su rostro.

“¿Cuántas veces tubo que pedírtelo Bella¿Cuantas veces? Si le amaras la mitad de lo que dices amarlo, habrías saltado cuando se presentó la chance de casarte con el y nadie se hubiera entrometido en tu camino.” Rose estaba furiosa mientras hablaba. “¡Solo te casas con el por el sexo!” largó en medio de su rabia.

“ Que?!” Alice, el Dr. Dover y yo gritamos al mismo tiempo. Escuché a Emmett dar un grito de alegría desde la sala de espera.

“Solo te casas con el para que finalmente pueda tener sexo contigo.” Dijo claramente, para que pudiéramos entender cada palabra. El Dr. Dover nos miraba mientras Rosalie me lanzaba una mirada victoriosa.

Trata de avergonzarme hasta la muerte. Nada inteligente Rosalie…nada inteligente

“¿Bella, te casas con Edward por el sexo? Por favor, se honesta.” Preguntó el doctor, conteniendo su aliento mientras esperaba mi respuesta.

“¡NO!” grité.

“¿Edward y tu ya tuvieron sexo?”

“No.”

“¿Tu quieres?”

“Si.”

“¿Y él?”

“Si...pero es algo anticuado.”

“¿Entonces quiere esperar a que estén casados?”

“Si.”

“¿Y eso como te hace sentir?”

“Frustrada.” Murmuré.

“¡Edward también esta frustrado¡Es como le dije doc!” escuché la voz de Emmett demasiado cerca de la puerta. “¡Ouch¡Ma! Basta...lo siento.” Esme al rescate.

“¿Entonces hay alguna chance de que Rosalie tenga razón?”

“No.”

“¿Por que no?”

“Por que no esta pensando con claridad.”

“¿Y por que no esta pensando con claridad?”

“Por que...es un secreto. No puedo decírselo.” Ahora era mi turno de vengarme por el comentario del sexo. Rose se veía confundida, aunque Alice estaba mordiéndose el labio, tratando de no reírse.

“Bella, puedes decirme lo que sea. Lo mantendré en privado. Si ayuda a arreglar tu relación con Rosalie¿No vale la pena?”

“No creo que arregle nada, pero he guardado su secreto por mucho tiempo. Con la esperanza de que pueda ayudarla doctor…Rosalie…ella…¡tiene desorden alimentario!” lancé.

Alice no pudo más y se cayó del sofá riéndose. Rosalie se puso de pie y volteo su silla furiosa. “¿Qué dijiste?”

“Te quiero Rosalie, pero dije que tienes un desorden alimentario. En más de un año, jamás te vi comer ¡Jamás! Dile que estoy mintiendo...en todas las salidas de compras, nada. Nunca vi un bocado de comida entrar a su boca y tengo miedo de que eso sea lo que la hace tan hostil y furiosa todo el tiempo… ¡Solo tiene hambre!”

Ahora podía oír las risotadas de Edward en la sala de espera…todos estaban allí para el gran final.

“Rosalie¿Bella esta diciendo la verdad?” le preguntó con sus cejas alzadas. ¿Alguna vez te vio comer?”

“No.”

“Dime la verdad, por favor, Rose. ¿Tienes hambre ahora?”

“No tiene idea.” Gruñó en mi dirección. Sus ojos estaban negros como el carbón.

“Stephenie, venga un segundo.” Dijo el Dr. Dover por el teléfono. Un segundo después, Stephenie entro por la puerta. “¿Si doctor?”

“Tráigame una manzana, por favor.”

A este punto, Alice reía como histérica, parecía que iba a sufrir un colapso y el doctor parecía considerar severamente encerrarla aquí y ahora. Antes de que pudiera preguntar que era lo que le causaba tanta gracia, en lugar de comportarse como el momento seria que era al haber contado el problema de su hermana, Stephenie apareció con una jugosa manzana roja en sus manos.

“Aquí tiene doctor.” Se dio vuelta sobre sus talones y se fue.

“Toma Rosalie, dijiste que tenias hambre. ¿Quieres una mordida?” el doctor sostuvo la manzana roja hacia Rosalie quien la miro como si fuera una mortífera esfera roja

Se volteó hacia mí y me lanzo una mirada asesina antes de tomar la manzana. La tomó, sin romper el contacto visual conmigo y le dio una enorme mordía. El crujido de sus dientes penetrando la piel hizo eco en la habitación. Un poco del jugo de la fruta se escapo por la comisura de sus labios. Se limpió con la manga de su blusa, mastico unos segundos y luego trago. Caminó hacia mí y se detuvo a centímetros de mi rostro.

Una endiablada sonrisa se formo en su rostro mientras abría su boca lentamente y levanto su lengua para mostrarme que se había tragado el bocado entero.

“¿Contenta Bella? Si tenías tantas ganas de verme comer, te hubiera dejado. Quizás la próxima vez que coma, puedas venir conmigo y ver mientras tomo un gran bocado de comida…si realmente estoy hambrienta será mejor que tengas cuidado¡Puede que te coma a ti!” y con ello rompió en la mas espantosa y falsa risa que jamás escuché. “¿No seria divertido que si tuviera tanta hambre te mordiera a ti por error?” se rió para sus adentros.

Estoy muerta, ahora va a matarme… ¿En que diablos estaba pensando? Nota para recordar: es una mala idea bromear a costas de Rosalie.

Rosalie estaba tan enfurecida que comenzó a estrujar la manzana en su mano, el jugo corría libremente por sus brazos. Comenzó a abrir su boca para decir algo cuando una campanilla sonó cerca del escritorio del doctor. “Se termino el tiempo, señoritas.” Se puso de pie y camino hacia el frente del escritorio.

¿Eso es todo¿El tiempo se termino así que nos vamos odiándonos¡Wow! Pensé que eso solo ocurría en las películas…

“Hay algo con lo que me gusta terminar todas mis sesiones grupales, para comenzar a sanar cualquier herida abierto por hablar nuestros sentimientos. ¡Terminemos la sesión con un abrazo grupal!”

¡Pudo habernos pedido que bailemos desnudas bajo la luz de la luna con el que no iba a shockearnos más que eso! Yo me sorprendí, Alice gritó y Rosalie tiro los restos de la manzana contra la puerta.

“Vamos señoritas, ustedes se quieren, en el fondo...bueno quizás muy, muy en el fondo, pero esta ahí…lo pude ver por un segundo o dos. Abrazarse a el les hará bien señoritas.” Se sentó esperando que nos acercáramos hasta que sentí una fría mano golpear mi espalda y me envió volando a los brazos del doctor Dover.

El doctor se vio bastante incomodo, “Se supone que yo no formo parte del abrazo grupal, es contra las leyes pero…ven, Bella esta lista para abrazar…vamos¿Quién sigue?” Otro golpe, y Alice me dio un pequeño abrazo. El doctor comenzó lentamente a alejarse del abrazo grupal, temiendo perder su licencia.

“Vamos Rosalie, únete al grupo, abraza y después nos podemos ir.” El doctor era un hombre muy paciente. Rose se puso en testaruda por un minuto entero antes de caminar lentamente y pasar sus brazos alrededor de nosotras. Sentí su mano en mi nuca cuando nos abrazábamos.

“Lo siento Bella, lo siento Alice, las quiero chicas.” Dijo Rosalie en un tono musical y cariñoso. Realmente sonaba feliz, lo cual me asustaba demasiado. Miré a Alice, quien también parecía extrañada.

“Oh vamos¡Son tan tontas!” Se regodeó mientras pasaba sus manos rudamente por nuestros cabellos unas cuantas veces. “Por supuesto que las quiero¿Sin rencores?”

Entonces la olí. Manzana. Había pasado el jugo de la manzana con sus manos por nuestro pelo. Alice se dio cuenta al mismo tiempo que yo.

“¡Besame el trasero, Rose!” dije mientras salía de la habitación.

Abrí la puerta y vi a un ansioso Edward dando vueltas por la habitación, “¡Bella!” gritó, “¿Estas bien¿Cómo fue¿Por qué te lanzaste al doctor¿Y que rayos le sucedió a tu cabello?”

Le lancé una mirada. “¡Eso habrá sido el episodio del programa de Jerry Springer con el mayor rating de la historia¡Y por el cabello, pregúntale a tu hermana!”

“Señores¿Están listos para su sesión?”