Capítulo 7:
Mentiras Piadosas
― Creo que tu cara me da todas las respuestas que ando buscando— murmure cuando el silencio ya era molesto, Carlisle aun seguía parado mirándome con expresión pálida.
― Cierra la puerta
― ¿no quieres que mamá escuche tu confesión de paternidad?— Carlisle por primera vez no discutió solo giro su cabeza hacia la ventana y suspiro, camine hacia la puerta y la cerré con cuidado no quería que mamá se enterara de esta maldita verdad— ¿Dónde está mi madre?
― Salió con Alice, fue a comprar regalos para Níkolas.
― Qué bueno así no tendrá que escuchar esta conversación
― ¿Quién te conto lo de Aro?
― El, fue hasta la casa de Tanya para hablarme de su presunta vinculación con nuestra familia— apreté mis labios en señal de visible molestia— ¿Cómo pudiste Carlisle? A mi poco me importa que me hagas daño ¿pero a mi mamá? ¡ella no se merece esto!
― ¡lo sé! ¡lo sé maldita sea! Créeme que este peso lo he tenido encima desde hace mucho tiempo, jamás pensé que Aro era mi hijo— se lamentó, eran pocas las veces que había visto algún ápice de debilidad en Carlisle pero hoy parecía estar destrozado, en ningún momento pude sentir compasión, el se merecía todo este sufrimiento y mucho mas.
― ¿entonces es tu hijo? Demonios— gruñí apretando los puños
― No lo sé Edward, no sé si ese es mi hijo— su ceño se frunció y cambio su mirada hacia donde estaba la mía— y tampoco quiero saberlo
― Créeme que el maldito está esperando la oportunidad para contárselo a mi madre y eso jamás se lo permitiré no dejare que la dañe para toda la vida ¡eres un maldito! ¡ella jamás te perdonara lo que hiciste!
― No sirve de nada que me acuses, se perfectamente el error que cometí y tampoco me pondré a discutirlo contigo
― Aro me dio hasta el sábado para que me hiciera unos exámenes de ADN con él, quiere saber a toda costa si es un Cullen— Carlisle cambio su expresión, el desconcierto era claramente el que regia su mirada.
― Te prohíbo que te los hagas
― Tú no puedes prohibirme nada Carlisle, te recuerdo que yo no vivo bajo tu yugo
― ¡no te los harás Edward!— gruño enfadado—yo hablare con él, no te entrometas en esto— nuevamente desvió sus ojos hacia el enorme ventanal.
― Eres un desgraciado, un mal nacido, ojala mi madre jamás te perdone por esto— apreté mis puños dejando mis nudillos en blanco por la presión, era un maldito egoísta que solo pensaba en su seguridad pero poco le importaba la de mi madre.
― No me importa lo que pienses
― ¿te importa algo Carlisle?— comencé a enfurecerme— ¿te importa alguien en este mundo? ¡eres un maldito egoísta! Reconoce que te equivocaste ese estúpido te chupara hasta la última gota de aire antes de saber si es o no tu hijo, eres un imbécil pero escúchame…— me acerque hacia el escritorio, la enorme superficie de madera era lo único que nos separaba— espero nunca le hagas daño a mi mamá porque si ella se entera por vulturi juro que te degollare vivo Carlisle, ella no se merece esta traición, es tu deber el contarle pero al parecer no eres tan hombre como le haces ver al mundo
― ¡ya basta! ¡lárgate de aquí!— su expresión se torno sombría y sus ojos destilaban odio hacia mí, cuando estaba por contrarrestar mi celular comenzó a sonar nuevamente.
― Anda pequeño hijo que tu mujer te está llamando— comento con burla
― Ya lo sabes— susurre apagando el teléfono— mamá sufre y juro que te hare pagar por todas las lagrimas que derrame.
Carlisle no dijo nada, sus ojos denotaban todos los insultos y blasfemias que quería decir pero poco me importo lo que el pensara, me gire sobre mis talones y Salí del despacho, cuando ya iba manejando de vuelta a la casa de Tanya una nueva puntada de dolor se hizo presente en mi cabeza, el latente dolor no se detuvo nunca, cuando entre en la casa de Tanya era atacado por incesantes puntadas, gemí casi en silencio y temí porque una nueva crisis se avecinara intente reprimir esos pensamientos y concentrarme en lo que realmente importaba la boda estaba encima y luego de eso volvería a Chicago con mi mujer y mi hijo, no tenía tiempo para ocuparme de los problemas de Carlisle aunque vigilaría de cerca que aquellos problemas no llegaran a mi madre.
― ¡Edward!— grito Bella dando un ágil salto del sillón, Tanya y Math se levantaron rápidamente junto a ella— ¿Dónde estabas? ¿Qué ha pasado?
― Nada Bella, no te preocupes todo está bien— le mentí, tome su cara entre mis manos y bese sus labios dulcemente, sin duda ella era lo único que calmaba esta maldita rabia que me estaba consumiendo por dentro, sabia por la duda que se reflejaba en sus ojos que no había creído en mis palabras pero tendría que hacer acopio de mis destrezas para borrar la incertidumbre que pesaba en su rostro
― Primo ¿estás bien?— pregunto Tanya dulcemente, en sus ojos también había duda
― Me duele la cabeza, eso es todo, Salí a dar una vuelta para respirar un poco, no te preocupes mi amor, estoy bien.
― Entonces vamos, debes descasar.
― Pediré que les suban la cena a su habitación
― Gracias— le dijo Bella tomándome por la cintura y encaminándonos hacia el segundo piso.
Fue un recorrido en silencio, pase mi mano por los hombros de Bella y la apreté contra mi pecho ¿Qué haría yo sin ella?, nada. Respondí en mi mente, nada, Bella era mucho más que mi mujer y la madre de mi hijo, era todo. Cuando ya estábamos dentro de la habitación y por la expresión en su rostro supe que no se había creído ninguna palabra de lo que había dicho, cruzo sus brazos por debajo de sus pechos y comenzó a puntear el suelo con su zapato.
― ¿enserio pensaste que creería todo lo que me dijiste?— pregunto mirándome directamente
― No, sabía que no me creerías, me conoces demasiado bien
― Entonces háblame Edward, porque la cara que tienes me dice que hay problemas ¿Qué sucede?
― Aro puede ser hijo de Carlisle— le dije ahorrándome todo lo demás, Bella llevo una mano a su boca y otra a su vientre
― Dios ¿pero cómo has sabido? ¿eso fue lo que te vino a decir?— asentí sentándome en el sofá de nuestra recamara— ¡es un desgraciado!
― Lo es y lo peor de todo es que si no me hago los exámenes de ADN con él le dirá a mi madre y eso no lo puedo permitir.
― Claro que no, a pesar de conocer poco a tu madre creo que sería un golpe para ella y sobre todo para ustedes.
― Si— reconocí con mi vista perdida— ahora vengo de la casa de mis padres, fui a ver a Carlisle
― ¿y qué te dijo? ¿lo negó?
― No podía, era inevitable, en todo caso el no quiere que me haga los exámenes con Aro, me dijo que no debía entrometerme en sus asuntos.
― ¿y le harás caso?
― Solo si todo sigue igual, sé que no debería mentirle a mi madre pero no puedo hacer nada mas, estoy atado de manos, es Carlisle quien tiene que solucionar este embrollo.
― Es verdad, haces bien.
― Pero si el desgraciado de Aro llega a decirle algo a mi madre juro que lo mato al muy mal nacido.
― ¡Edward!— me reprendió la mujer que me miraba con expresión de horror en sus ojos.
― Lo siento Bella, ahora cambiemos de tema ¿Cómo te sientes?
― De maravilla, no he tenido nauseas y he podido comer pastel de chocolate sin vomitarlo— sonrió encantada
― Qué bien, yo aparte de este dolor que por suerte ya está pasando no he sentido nada mas, nuestro hijo o hija ya no quiere hacer sentir mal a papá— sonreí, me acerque hacia donde estaba sentada Bella, sin poder evitarlo recargue mi cabeza en su regazo mientras ella acariciaba mi cabello. Mis ojos se cerraron involuntariamente para disfrutar de aquella caricia.
― Estoy feliz Edward, no doy hora de que volvamos a Chicago, mi padre se pondrá eufórico
― Lo sé, yo también quiero volver, imagina como estará Will
― ¡explotara de alegría!— dijo Bella sonriendo más abiertamente
― Enseguida después de la boda regresaremos a Chicago, no quiero permanecer más tiempo aquí.
― Lamento que pienses así pero comprendo tu reacción, después de la boda nos iremos, hay tanto que hacer en Chicago.
― Bella— le pregunte cuando la duda asalto mi mente— supongo que cuando volvamos a Chicago vas a mudarte conmigo ¿cierto?— la expresión de Bella me dijo que ella aun no lo había pensado— ¿no habías pensado en eso cierto?— pregunte enarcando una ceja
― Creo que no pero me parece que es lo más lógico ¿no crees?, tendremos que convivir eso si porque no me casare contigo embarazada
― ¿a no?— pregunte sorprendido
― Claro que no, para cuando este todo listo pareceré una pelota de playa, no quiero que te cases con una ballena albina— una carcajada se soltó de mi pecho, se sentía tan bien reír a su lado— ¡no te rías! No es gracioso, amo más que nada a mi bebe pero también amo mi idea de un matrimonio perfecto, no me interesa tener un cuerpo de hada pero si quiero ponerme un vestido lindo
― Bien Bella, no te presionare con eso, ya soy feliz con que te vayas a vivir conmigo— sonreí nuevamente y me recosté en su regazo.
― Tendremos que comprar las cosas para el bebe— pensó Bella pasando sus dedos por mi cabello— Edward… lo he estado pensado y creo que dejare de trabajar
― ¿ha si?— me separe de su caricia y la mire atento, sabia el esfuerzo que estaba haciendo y se lo agradecía infinitamente
― Si, debido a que mi embarazo es complicado creo que es mejor que descansé estos meses, ya habrá tiempo para trabajar después, así que si aun estas en condiciones de mantenerme aceptare tu oferta
― No te preocupes nada te faltara ni a ti ni a tu familia, te aseguro que todos estarán muy bien.— poco me importaba mantener a su familia que ahora también seria la mía, con tal de tenerla a mi lado era capaz de comprar un país con mi dinero.
― Gracias, es vergonzoso tener que pedírtelo pero…
― Es por nuestro hijo Bella, no soportaría la idea de que perdiéramos esta oportunidad
― Ni yo tampoco así que en cuanto volvamos dejare de lado todo lo que estaba haciendo, es tiempo de preocuparse por la maternidad.
La respuesta de Bella me hacia completamente feliz, sin duda agradecía infinitamente su gesto. Un golpe en la puerta nos saco de nuestro estado, concedí la entrada y vi a Tanya en la puerta junto a un carrito con nuestra cena.
― Buenas noches, perdón por interrumpir— dijo al ver en la posición en la que estábamos, no me interesaba que alguien me viera sucumbiendo a mis debilidades con Bella.
― No te preocupes, solo estábamos planeando nuestro futuro
― Entonces con mayor razón, disculpen— ella sonrió— les he traído la cena y vine a preguntar si ya estabas mejor, me preocupas.
― Si ya lo estoy— Bella me movió y la mire de inmediato en sus ojos había cierto brillo que comprendí de inmediato, ella quería hacer partícipe a Tanya de nuestra alegría— ¿quieres que le contemos?— ella asintió feliz
― ¿contarme qué?
― Dos cosas y van en este orden— le dije— no sé si te has fijado que Bella lleva en su mano el anillo de la abuela, eso quiere decir que desde hace algunos días nos hemos comprometido
― ¡DIOS MIO!— exclamo corriendo hacia nosotros— es la mejor noticia que me han dado, ya decía yo que se estaban demorando mucho
― Es verdad pero por suerte hemos remediado el asunto
― ¿y cuál es la otra? ¿no me digan que se vienen a vivir a Londres porque ahí sí que caigo muerta del encanto?
― No, eso creo que es difícil. Bella…— llame su atención— díselo tu— por un momento nos embargo un silencio que Tanya parecía odiar, movía sus dedos de manera histérica
― Estoy embarazada— susurro Bella, Tanya dejo caer su boca completamente sorprendida, sus ojos se llenaron de lagrimas que dejo caer sin control
― Esto… esto es mas… de lo que esperaba— camino hacia Bella y la abrazo— no sabes lo feliz que me siento, doy gracias a Dios porque apareciste en su vida, eres un ángel Bella— beso ambas mejillas de Bella y se dirigió hacia mi
― ¡eres un maldito! ¡te lo tenias bien guardado!, felicidades Edward, espero que sean muy felices, ¡yo ya soy feliz!— grito levantando sus manos, ambos reímos audiblemente por la reacción de mi prima— y dime ¿Cuántas semanas tienes?
― Eso es lo más sorprendente— mencione abrazando a mi mujer— Bella tiene casi cuatro meses
― ¿cuatro meses?— silbó— ósea que te embarazaste…
― Pronto— dijo Bella— no pase mucho tiempo con Edward y yo ya estaba embarazada.
― ¡wow! Esa sí que es una sorpresa ¿pero no tuviste síntomas?
― No— Bella rio— el que ha estado sufriendo es Edward. El ha sentido todos mis malestares
― ¿es eso posible?— pregunto asombrada
― Si lo es y yo te digo que es así, tengo una rara afección por el té de canela y los Martini
― ¡pero si a ti no te gustaban los Martini!— grito alarmada
― Si, lo sé pero ahora me encantan—mis ojos miraban a las dos mujeres que tenía en frente, era tan granDioso estar así, en paz.
― ¡wow! Esto sí que me ha dejado atónita— comento Tanya secando las lagrimas que aun caían por su rostro— lloro de felicidad, es que me estoy volviendo una vieja sentimental
― ¡por Dios mujer!— la reprendió Edward abrazándola— gracias por tu apoyo eres granDiosa
― Espero que seas una de mis damas de honor cuando nos casemos— dijo Bella en el momento preciso. Tanya la miro y sus ojos nuevamente rebalsaron de lagrimas
― ¡demonios! Tu sí que sabes hacerme llorar— se abrazaron.
Tanya se quedo unos momentos más hablando con nosotros y luego se retiro, era tarde y mañana seria su ultimo día de soltera por lo que había mucho que hacer. Con Bella esa noche nos dedicamos a amarnos lentamente, no sé cuantas veces bese con adoración su vientre y sentí las sensaciones que eso producía, mío hijo o hija pronto mostraría su cara al mundo y sin duda alguna seria el más amado en toda esta tierra. La mujer que se estremecía entre mis brazos paso de ser mi enfermera a la persona con mas injerencia dentro de mi vida, creo que no había nada en el mundo en lo que Bella no tuviera relación y ahora sería totalmente completo. A penas llegáramos a Chicago la arrastraría si era necesario a mi casa, quería pasar todo el tiempo del mundo con ella y con el bebe.
El día viernes nos dedicamos a recorrer la ciudad, Tanya no estuvo muy contenta de que nos fuéramos después de la boda pero cuando le explicamos lo mucho que había que hacer en Chicago ella comprendió al instante, paseamos por los lugares más hermosos de toda Inglaterra, le mostré a Bella todos los lugares en donde yo jugaba de niño, ella estaba encantada escuchando las historias que tenia con Níkolas y Alice en diferentes partes de la ciudad. Ese mismo día Math se tenía que ir a quedar a la casa de sus padres aunque todos sabían de sobra que ellos convivían juntos la madre de Tanya y de Math querían seguir las tradiciones por lo que la novia y el novio no se verían hasta la misma ceremonia.
― Te prohíbo que adoptes esa costumbre cuando nos cacemos— le dije a Bella mientras mirábamos como Tanya se colgaba al cuello de Math para despedirse, ya eran alrededor de las nueve y ella aun no quería despedirse
― No te preocupes creo que con un hijo nuestras costumbres podrían cambiar un poquito— me miro desde la posición en la que estaba, su espalda se apoyaba en mi pecho, ambos estábamos parados en la terraza del primer piso— hace frio— comento Bella estremeciéndose entre mis brazos— y tengo un sueño horrible, este día a sido agotador.
― Entonces vámonos a dormir cariño que esta noche te concentire una vez más— susurre en su oído
― ¡Dios mío!, mañana tendré ojeras para la boda
― No hay nada que un buen corrector no cubra, te comprare el mejor
― ¡eres insaciable Edward!— rio apretando su espalda y trasero contra mi ya revolucionado sexo.
― Solo de ti Bella, solo de ti— bese su mejilla y cerré mis ojos, no hay nada mejor que esto.
El gran día había llegado, era mediodía y estábamos estacionando el auto en el aparcadero de la iglesia, le entregue las llaves al bale y ayude a mi mujer a salir.
― Estas hermosa— susurre mientras miraba con atención el vestido
― Gracias pero tengo un pequeño problema— dijo en el mismo tono
― ¿Cuál?
― El vestido me aprieta— su rostro mostro una pequeña mueca y en el mío apareció una enorme sonrisa
― ¿de verdad?
― Si— nuevamente su boca se curvo— creo que tendré que visitar la tienda de mamás muy pronto
― ¡ansió ese día!—respondí en un tono más alto.
La tome del brazo y caminamos por el camino de gravilla, al llegar vimos a casi toda mi familia, estábamos padres de Tanya y sus hermanas, Irina y Kate además de los padres de Math junto a su hijo. Lleve a Bella a conocer a la familia de mi prima, todos estuvieron encantados con ella, sin duda ella encajaría perfectamente en mi familia, era la mujer que había logrado lo que ninguna otra pensó jamás, era un hecho que en un momento de mi vida había pensado en quedarme soltero y disfrutar del sexo casual pero ahora que lo pienso doy gracias a la vida por haberme enviado al ángel que sería mi mujer. A las doce treinta en punto arribo la enorme limusina blanca con la novia, al presenciar el arribo caminamos hacia el interior de la entrada, mis ojos rápidamente hicieron un recorrió de las personas que estaban allí, demás está decir que aquella enorme iglesia estaba repleta, en los asuntos delanteros se encontraba mi familia, mi madre vestía impecable un hermoso vestido acompañada por Carlisle, un revoltijo se produjo en mi estomago al ver a la madre de Vulturi situada justo al lado de mi madre. Alice estaba unas bancas más atrás junto a Níkolas y Jasper, camine guiando a Bella hacia donde estaba mi hermana, al momento de llegar Carlisle nos observo y cambio de inmediato su mirada.
― Alice— salude
― ¡Edward! ¡Bella!— contesto con ese ánimo que la caracterizaba— hermoso día para una boda ¿no creen?
― Claro que si, ¿Cómo estas Alice?— pregunto Bella acercándose, ambas se besaron las mejillas
― Muy bien, preocupada aun por Edward pero veo que ya estás bien hermanito
― Si, lo estoy.
― ¡Bella! Mira quiero presentarte a Níkolas Alexander Withlock Cullen, mi hijo— Alice dio paso a la figura del pequeño más hermoso que había visto hasta entonces, Níkos como yo lo llamaba era la combinación perfecta de sus padres, sus brillantes ojos observaron a Bella y una pequeña curvatura en sus labios me indico que ella le agradaba
― Hola pequeño— dijo mi mujer con un tono de ternura en su voz, extendió su mano para tomar la de él pero antes de hacerlo Nikos ya le había tomado un dedo— hola— volvió a decir con ternura y alegría— es un placer conocerte pequeño
― Le gustas— agrego Alice— Nikos no se da con cualquiera, en eso un Cullen por donde lo miren, se parece a su tío— Alice le dio una mirada a Edward y ambos sonreímos, era verdad.
― Eso es bueno a veces Alice
― Lo que tu digas hermanito, doy gracias de que ya no continúes con esta tradición— mire nuevamente a Bella y Nikos le sonreía abiertamente ella parecía encantada con los balbuceos y caricias que estaba dando.
― Es una belleza— decía mientras le hacía caras y gestos
― Se parece a mí— dijo Alice con suficiencia
― ¡baja tu ego Alice Cullen!— mi pequeña hermana me dio una mirada de odio fingido, no pude evitar al recordar nuestro apellido lo que pasaba en la familia sin que nadie lo supiera, Aro podría seguir siendo un Vulturi o enterarse de pronto que es un Cullen, creo que sería el fin de lo poco que queda de mi familia, estoy seguro de que mi madre jamás podría perdonarlo. Mire a Alice y ella me dio una cálida sonrisa, no era momento para contarle, tal vez con el pasar de los días o los meses pudiera decirle lo que sucedía en realidad.
― ¡no molestes Thony!
― ¿Thony?— pregunto Bella saliendo del estado de ensimismamiento con el bebe— ¿te decían así?— un pequeño rubor que muy pocas veces sucedía se extendió por mi cara
― Cuando éramos pequeños Alice me decía así para molestarme es a casusa de mi segundo nombre, Anthony.
― Me encanta tu segundo nombre— agrego con una sensual sonrisa que solo yo podía interpretar
― Bueno tortolitos después hablamos de eso, ahora vamos a sentarnos que la novia ya está por entrar— la música comenzó a sonar y rápidamente nos sentamos, Jasper y yo quedamos ambos en las orillas mientras nuestras mujeres quedaron en el medio de la banca en donde se pusieron a conversar trivialidades.
Todos los concurrentes al matrimonio se pusieron de pie, pude ver a Math junto a sus padres llegar al altar y girarse para esperar a mi prima, ella hizo su entrada con toda la gracia y distinción que siempre la habían acompañado, a pesar de ser una mujer ruda y franca ella siempre se había caracterizado por ser una persona extremadamente femenina y artista en cuanto a la sociedad se trataba. Su vestido era simple pero muy hermoso, pude ver el brillo de sus ojos a través del velo que cubría su rostro, cuando paso por nuestro lado nos dedico una dulce sonrisa y un guiño de su ojo, ella estaba feliz, radiante y no había nadie que cambiara eso.
La ceremonia fue muy emotiva, vi a Bella y Alice secar sus ojos en reiteradas ocasiones, Nikos estaba muy entretenido jugando con los dedos de Bella, y Jasper al igual que yo consolando a las chicas, Tanya dijo el sí y su matrimonio quedo sellado para la eternidad. Luego de la iglesia nos trasladamos al enorme salón en el centro de la ciudad en donde se realizaría la recepción y la fiesta de celebración. A media que iban llegando los invitados pude ver cada vez más caras conocidas, por más que intente encontrar la de Aro entre la gente no pude verla creo que el desgraciado se arrepintió de amargar la fiesta. De solo pensar en las repercusiones de sus palabras mi cuerpo comenzaba a temblar, no me importa lo que pase con Carlisle es mi madre por la que no quiero que esta verdad salga a la luz.
― Edward— me llamo Alice mientras estábamos tomando un aperitivo, se acerco sigilosamente, por la cara que traía tenía algo importante que decirme
― ¿Qué sucede?— pregunte acercando mi oído para escuchar sus palabras
― Llego el primer ministro y su hija— mis ojos se desviaron hacia donde Alice tenía su mirada y pude ver al hombre con la mujer que había causado un pequeño tormento algunos meses atrás
― Demonios— susurre mientras veía como se acercaba lentamente hacia nosotros— ¿Dónde esta Bella?— pregunte al no verla.
― Está un poco más allá conversando con Irina y Kate, ahí viene esa chica— solo pasaron unos segundos antes de que aquella mujer llegara hacia donde estábamos nosotros, Alice tenía sus dedos entrelazados y nos miraba atentamente.
― Buenas noches— saludo con tono elegante— es un placer volver a vernos Edward
― Sí, claro— mentí— ¿Cómo has estado Sussan?— pregunte por cortesía
― Bien gracias, me he enterado de las buenas noticias— dijo con malicia en su voz— tengo entendido que tu novia está presente en este mismo salón.
― Así es, mira aquí viene— dije con una enorme sonrisa en mis labios— Bella cariño— dije extendiendo mi mano para tomar la de mi mujer, ella con la misma dulce sonrisa de siempre se acerco a nosotros y saludo
― Buenas noches—
― Hola— contesto Sussan en un tono reacio.
― Sussan tengo el honor de presentarte a mi mujer y prometida, la señorita IsaBella Swan— en un solo movimiento pase mi mano por su cintura pegándola a mi cuerpo, el tono posesivo me hizo sentir demasiado bien cosa que a Sussan pareció no agradarle
― Mucho…— intento decir
― ¿prometida?— pregunto interrumpiendo el saludo de Bella— ¿es ella tu prometida?— una despectiva mirada recorrió el cuerpo de Bella ¿Quién demonios se creía?
― Si, lo soy— contesto mi hermosa Bella con voz fuerte— es un placer conocerte…
― Sussan Chadwick— extendieron sus manos y se saludaron
― Ella es la mujer que amo y la que por fortuna acepto ser mi esposa— ella era la primera persona externa que sabía, fui imprudente al decirlo así pero no puedo permitir que alguien ose pasar a llevar a Bella
― Oh— el monosílabo se soltó de su boca— ya veo, deseo que sean muy felices— la evidente envidia y maldad en sus palabras me hicieron molestar aun mas
― Lo seremos— contesto Bella con una enorme sonrisa— te aseguro que lo seremos— mire su rostro y sus ojos brillaban intensamente, bese su coronilla en señal de aprobación.
― Bueno, que pasen buenas noches, adiós—
― Adiós— contestamos al unisonó— la mujer nos dio una última mirada de desprecio y se alejo rápidamente
― ¡wow! Bella eres lo máximo— alabo Alice mientras le besaba una mejilla.
― No es para tanto Alice
― Lo es— afirme— ella es la…
― Chica con la que fuiste a la fiesta verdad, ¿con la que saliste en televisión?— enarco una ceja y asentí— ya la había reconocido, me extrañaba que no se hubiera acercado antes a hablarte
― Lo hizo en el momento justo, les aseguro que debe estar echando humo por las narices— Alice se rio contagiándonos a todos.
Una música comenzó a sonar, nos giramos y por la entrada principal venia avanzando Tanya junto a Math, la concurrencia estalló en aplausos y se dio por comenzado el festejo. Mientras nos acercábamos a los salones en donde se serviría la comida la figura de mi madre se cruzo frente a nosotros.
― Mamá— la llame y me acerque a saludarla
― ¡hijo! Qué alegría, no había tenido tiempo de saludarte, perdóname ¿Cómo estás?
― Bien mamá— Bella llego a mi lado
― Buenas noches Sra. Cullen— saludo
― ¡Bella! Querida te dije que sin formalidades— el tono jovial y atento de mi madre me hizo ver que la opinión sobre nuestra relación había cambiado.
― Lo siento Esme, aun no me acostumbro— un leve sonrojo se extendió por sus mejillas. Ambas se acercaron y besaron las mejillas de la otra
― ¿Cómo han estado?— pregunto
― Bien, gracias, hemos tenido días ajetreados pero todo ha ido muy bien, esta ciudad es maravillosa.
― Lo sé querida, es una lástima no poder invitarte a conocer, esta semana ha sido muy ajetreada para mi
― No se preocupe— contesto Bella con una sonrisa— ya habrá tiempo
― Claro que sí pero díganme ¿Cuándo se van?
― Mañana— respondí rápidamente, no daba la hora de salir de Londres
― ¿mañana? Es muy pronto hijo— una mueca salió de los labios de mi madre
― Si mamá, es verdad pero sabes de sobra lo mucho que hay que hacer en Chicago.
― Si cariño, te entiendo, espero poder viajar en estos meses para ir a visitarte, hace mucho que no veo a Will
― El estará encantado, tu sabes lo mucho que le gustan tus visitas— sonreí complacido
― Si, pronto te visitaremos— mi cuerpo se tenso, eso significaba también una visita de mi padre. Bella se paso una de sus manos por el cabello presintiendo la tensión que había en las palabras de mi madre
― ¡oh por Dios!— exclamo Esme de repente llevándose una mano a la boca. Sus ojos siguieron el recorrido de la mano de Bella— Edward…— susurro con brillo en sus ojos, había visto el anillo de compromiso.
― Mamá— le dije anteponiéndome a sus especulaciones— se que no es el mejor lugar, había pensado decírtelo en otra parte y en otra situación pero le pedí a Bella que se casara conmigo y ella me dijo que sí.
― ¡Edward! ¡es maravilloso!— exclamo de repente sorprendiéndome— no me lo esperaba pero ha sido una noticia estupenda— sus brazos se extendieron y nos abrazo a ambos— ¡Dios mío! Mi hijo se casa, es una noticia magnifica— se separo y miro a Bella por unos momentos
― Gracias— susurro mientras sus ojos brillaban— reconozco que había perdido la esperanza de que Edward me diera una noticia como esta y que fuera por su voluntad, gracias por aceptarlo Bella
― Soy yo quien debería dar las gracias por él, ha sido el mejor regalo que me podría haber dado la vida
Nos miramos por algunos segundos, una atmosfera de tranquilidad nos rodeo a los tres, jamás pensé que mi madre reaccionaria así, por lo visto la vida siempre me daba sorpresas y esta ha sido una muy grata. Mi madre se despidió de nosotros con una enorme sonrisa en sus labios y se fue a su mesa.
― Wow, juro que eso no me lo esperaba— comente mientras nos sentábamos.
― Lo sé, yo tampoco pero ha sido muy agradable.
Nos sentamos y se dio por comienzo al banquete. Como en toda fiesta hablaron los padres de la boda, Tanya me miraba con complicidad yo solo podía darle una sonrisa de felicidad, se alzaron las copas y supe que era mi turno de hablar, me puse de pie junto a mi copa
― Amigos, familia e invitados— todo el salón guardo silencio y escucho mis palabras— quiero decirle a esta hermosa pareja lo mucho que los aprecio y desearles toda la felicidad del mundo, la vida recién comienza para ustedes y es momento de que se construyan ese mundo especial que los albergara por el resto de sus vidas, espero que esta unión perdure por toda la eternidad, por Tanya y Math… salud—
― Salud— todo el mundo asintió con sus copas, sentí una penetrante mirada, dirigí mis ojos y vi a Carlisle que estaba sentado a unas cuantas mesas de nosotros, ni siquiera hice el ademan de demostrarle mi desprecio con mis ojos, solo me senté y bese a la hermosa mujer que tenia a mi lado.
Mientras estábamos cenando, Alice comenzó a conversar con Bella sobre Níkolas y de sus proyectos con la casa de modas, estaba feliz porque ha comenzado una nueva línea de ropa y accesorios para bebes, el pequeño Níkos dormía en su carriola que estaba ubicada justo al lado de nuestra mesa, los bebes jamás aguantaban los festejos por suerte era de día y el podría disfrutar en la tarde de todo lo demás. Mire a mi alrededor y pude ver que en la misma mesa que mis padres estaban el primer ministro, su hija y la madre de Aro, una mesa llena de serpientes, unas pocas ganas de arrancar a mi madre de aquella mesa surgieron en mi pero no podía hacer escándalo y desenmascarar a Carlisle en frente de todos, tenía que guardar este secreto seria una maldita mentira piadosa, solo esperaba que un futuro mi madre no me odiara por ocultarle la verdad. Los mozos se paseaban por todas partes llenando las copas de la gente, las risas y la alegría era lo que más se podía apreciar desde el punto en donde estábamos. Cuando el joven llego al lado de Bella comenzó a llenar su copa con vino.
― ¡no!— exclamo Bella dando un salto— no gracias, no bebo.
― Discúlpeme señora— dijo el muchacho mientras recogía la copa y dejaba otra
― Vamos Bella si una copa no le hace mal a nadie— exclamo Alice de repente
― No es que…— dijo con voz nerviosa— no bebo
― Pero si es solo una copa, yo las únicas veces que deje de beber una copa de vino fue cuando…— la voz de Alice se silencio
― ¿Por qué no vamos a bailar?— sugerí de repente sabiendo hacia donde iban las palabras de Alice
― ¡OH POR DIOS!— exclamo de repente— ella… ella— Bella se tenso rápidamente y no pudo esconder el nerviosismo que la sacudió— ella esta, ella esta, Edward— alzo su voz de repente haciendo que varias personas se giraran a vernos.
― ¡Alice!— la reprendí— ¡cállate!
― Ella está embarazada— dijo casi en un susurro, por su boca se desplego la sonrisa más grande que le había visto en mucho tiempo. Bella me miro algo asustada, intente aplacar sus nervios, era normal que Alice se enterara pero no quería hacerlo tan público, si la prensa sabia no dejarían a Bella en paz hasta saber la verdad
― Si Alice, Bella está embarazada— concedí mientras Bella me miraba aterrada, Jasper sonrió abiertamente y Alice comenzó a chillar como una niña pequeña— ¡no puedo creerlo! ¡no puedo creerlo!— decía mientras se paraba a abrazar a Bella— ¡esto es maravilloso!— decía rápidamente— ¡Dios mío! ¡Dios mío!— la abrazo fuertemente— ¡Edward! ¡Bella! Serán padres— mis ojos las observaban atentamente, solté un bufido e intente calmar las ganas de apretarle el cuello a mi hermana, el aire se hizo espeso de pronto y un escalofrió recorrió mi cuerpo.
― ¿está embarazada?— pregunto una tercera voz a mis espaldas, me gire rápidamente y Carlisle estaba parado justo atrás de nosotros— venia a saludar a mis hijos y me encuentro con esta pequeña sorpresa—
Un tono amargo baño sus palabras y todo el momento, mi padre ya lo sabía y de él no esperaba una buena reacción. Maldita sea lo único que rogaba era que dejara a Bella afuera envuelta su odio.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Cuidando tu Corazón
Publicado por anita cullen en 23:45
Etiquetas: Cuidando tu Corazón
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2 comentarios:
guahhhhhhhhhhhhhhhh
Carlisle que mal
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