CAPÍTULO XI.-
BELLA POV
Dios, había tenido el mejor sexo de mi vida y eso que cada sesión con mi vampiro era excelente, pero esto wow, sobrepasaba todos los límites concebidos, no podía amarlo más de lo que ya lo hacía, era mío, completamente mío como yo de él, éramos un solo corazón, una sola alma, un solo cuerpo.
hace unos minutos que había despertado pero seguía con los ojos cerrados, Edward dibujaba círculos en mi espalda con sus largos y fríos dedos, sabía que él tenía plena consciencia de que yo estaba despierta, pero me sentía tan bien así, tranquila, en paz, saciada y feliz
- se que estás despierta cielo, mírame – abrí lentamente mis ojos y como siempre quedé prendada en su mirada fuerte e hipnótica, sonreí logrando una sonrisa en él.
- ¿Estás bien?, yo lamento mucho si te he lastimado, si te he abrumado con ….
- No amor, no empieces, me encuentro bien, feliz, satisfecha, me ha gustado mucho lo que hemos hecho, sólo estoy un poco cansada – le dije sonriendo aún más, no quería que pensara que estaba arrepentida, no lo estaba y nunca lo estaría
- De todas maneras Bella si algo te sobrepasa o te sientes incómoda con algunas de nuestras prácticas debes decírmelo cielo y pararé - ¿Qué, estaba loco?
- No sigas Cullen, acabo de experimentar el mejor sexo de la historia con el hombre que amo y no me vas a hacer cambiar de opinión
- Ok, por cierto te amo jodidamente Bella – dijo sonriendo y con ojos de lujuria y amor
- Yo también mi vampiro caliente
- Bella, te amo, desde que te conozco que te amo, incluso desde antes que nacieras, nunca pude sentir amor por ninguna mujer o vampira, siempre sentí el vacío, nunca pensé que podría llegar a amar a alguien, cuando te conocí descubrí que el motivo era principalmente porque no habías estado en mi vida, porque no te conocía, porque no habías llegado a mi vida, se con claridad que estamos hecho el uno para el otro, no puede ser de otra manera estamos destinados a estar juntos siempre, Bella me concederías el puto honor de ser mi esposa para toda la eternidad, mi mujer, mi vampira – mierda creo que me voy a desmayar, me miraba con esos ojos que me fundían, que me volvían completamente loca
- Edward yo, yo acepto, te amo con toda mi alma y anda me gustaría más que ser tu jodida esposa – le dije riendo por el juego de palabras que estábamos usando, no era lo convencional, pero carajo, así éramos y no podía ser más perfecto para mi
- ¿en serio Bella? ¿me aceptas?
- Claro que si tonto, te amo y casi no puedo esperar a que rodees mi dedo con un lindo anillo – increible, antes me negaba a que me hiciera regalos, pero ahora ansiaba el dichoso anillo, no por el objeto en si, sino por lo que significaba, carajo iba a ser su esposa, no podía ser más feliz
- No tendrás que esperar amor – dijo incorporándose de la cama y buscando en el bolsillo de su pantalón – bastardo, lo tenía planeado y sabía que le diría que si, cabrón cómo lo amaba
- Bella, nunca he deseado algo tanto como te deseo a ti en mi vida, eres mi todo, mi luz, mi perdición, mi vida y cuando nos casemos mi eternidad – dijo arrodillándose y rodeando el puto anillo en mi dedo, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas y mi sonrisa no podía ser más perfecta, le ganaba incluso a la de los comerciales de pasta dental.
Miré mi anillo quedando boquiabierta por lo hermoso y delicado que era, era simple, elegante, en fin antiguo y hermoso, la esmeralda resaltaba mi pálida piel y recordé cuando una vez Carlisle me contó que Edward humano tenía los ojos verdes, así deberían haber sido sus ojos verdes, brillantes, hermosos. Besé el anillo y lo besé a él con todo el amor que sentía en mi corazón
- Era de mi madre, mi verdadera madre, era su anillo de matrimonio y ahora es tuyo Bella como yo.
- Gracias amor, dios te amo tanto, tanto que quiero gritarles a todo el mundo que eres mío y yo tuya
- Jajajaja, creo que todos los que conocemos saben eso, pero si gustas lo puedo publicar en todas las revistas y noticieros del mundo
- Tonto – dije golpeándolo levemente en el brazo por sus ocurrencias
- Mmm ¿Bella? – dijo mirándome a los ojos, mierda conocía esa expresión, mi vampiro estaba caliente, aunque no más que yo
- Adelantemos la luna de miel Edward, tómame, devórame, no dejes un centímetro de mi cuerpo sin marcar, fóllame tan duro que no pueda levantarme, que no pueda caminar sin sentir el picor en mi coño que me recuerda la manera en que tu polla se entretuvo follándome – dije con voz ronca por el deseo
- Maldita sea Bella, me enloqueces zorra y no te preocupes que no te levantarás de esta puta cama hasta que te haya follado por todos lados, eres mía, sólo mía – mierda, había despertado al vampiro sádico y caliente y no podía estar más feliz y caliente
Al día siguiente apenas podía caminar, mierda, había cumplido con mi petición al pie de la letra, cada paso que daba me recordaba la manera en que me tomó, carajo, parecíamos animales en celo.
Al salir de la universidad iríamos a la casa Cullen, ya que queríamos dar la noticia de la boda, claro que conociendo a Alice y su súper poder seguramente ya todos estaban enterados y hasta de la manera en que acabó la petición de matrimonio, cuando sea vampira me las pagarán todas, las burlas de Emmett con respecto al sexo, los consejos de Alice con respecto al sexo con un vampiro, los intentos de calmarme de Jasper cuando estaba de visita y me ponía caliente y lo único que quería era que todos se fueran para poner coger con su hijo y hermano precioso, joder, esa familia se inmiscuía en todo, sobretodo en mis prácticas sexuales con Edward, malditos vampiros sexópatas, pero los amaba a todos y pronto seríamos familia.
Al llegar todos nos estaban esperando y Edward estaba más que feliz, seguramente les leyó la mente y sabía lo que se venía, yo por mi parte ya quería que Edward me transformara para ir a cazar con él, ha de ser tan sensual cazando sus presas y como seré neófita seré más fuerte que él, mmm, interesante, podría cazarlo como a una presa y revolcarnos por el bosque desnudos después de haber bebido la sangre de las infortunadas presas, mmmm, sería una experiencia única y salvaje, dos vampiros sedientos de sexo animal y rudo en el bosque, mierda, ya estaba mojada y antes de bajar del auto Edward me miró fijamente y su sonrisa ancha y canalla, mierda, ya sabe que estoy mojada, su súper olfato de vampiro me descubrió.
- mmmm, daría lo que fuera por saber lo que estás pensando para estar caliente – dijo oliendo, cerrando los ojos y pasando sutilmente la lengua por sus labios, joder, se veía tan putamente sensual y masculino y mi coño cada vez más empapado pulsaba por atención
- joder Edward, ni siquiera te imaginas lo que estaba pensando
- ¿una pista?
- Oh no, si te digo no podremos dar la noticia de la boda
- ¿ah si? ¿por qué?
- Mmmm, porque me encerrarás en la habitación y me dejarás inválida de tanto follarme
- Mmmm, suena interesante, además Alice ya debe haberles dicho, así que dime que estabas pensando – estaba a punto de caer en el jueguito cuando escuchamos un grito
- Ni se les ocurra marcharse antes de dar la noticia, no puedo creer que no puedan controlar la calentura – esa señores y señoras es Alice, mi futura cuñadita, a la que en estos momentos quería matar por romper el momento tan mágico que estábamos teniendo con Edward, definitivamente cuando nos casáramos no viviríamos con ellos, los amo mucho, pero son tan metidos, tendría que hablar con Edward sobre ese tema, viviríamos cerca pero no en la misma casa, se imaginan, tendría que prácticamente pedirles permiso para follar con mi esposo.
- ¡ALICE! LARGO – gritó Edward totalmente cabreado por la interrupción
- Ah, no, ustedes vinieron a informar algo importante y lo cumplirán, hemos esperado muchos años por esto, así que se guardan las ganas para después, no puedo creerlo, antes ni querías hablar del tema del sexo y ahora eres un pervertido total – dijo Alice mirando a Edward
- Bella no hace más que provocarme Alice, ella tiene la culpa, me tienta – dijo Edward haciéndose el inocente y culpándome a mi, ¿quieres jugar Cullen, aguántate?
- Oh Edward, pobrecito, no me había dado cuenta de lo mucho que te exigía cariño, pero no te preocupes – le dije dulcemente y acariciando su pecho – no te tentaré más cielo y este coñito caliente y apretado que tanto te gusta no lo tendrás hasta la luna de miel – le di un beso casto en la comisura de los labios y me bajé del auto consciente que lo había dejado estupefacto en su asiento
- Jajajajaja te dejaron callado Edward por primera vez – Alice se doblaba de tanto reírse
Edward se bajó del auto y me apegó a su cuerpo y me susurró pecaminosamente "eso ya lo veremos cariño"
Después de dar la noticia y recibir las respectivas felicitaciones, anunciamos que nos casaríamos en un mes aproximadamente, mañana iríamos a tomar la hora en el registro civil y posteriormente en la iglesia, si Edward estaba empecinado en hacerme su mujer bajo todas las leyes. Con las chicas nos sumergimos en el mundo de las invitaciones, el traje de novia, el de las madrinas, la decoración, la fiesta, en fin, en la boda en si.
En un principio no quería algo muy ostentoso, pero joder, me casaba con el amor de mi vida, así que decidí no hacerme la difícil y aceptar todo de buen grado, además en la luna de miel Edward me transformaría y lo más probable es que no fuera a ver a mis padres y amigos nunca más, así que haría las cosas bien, les dejaría a mi familia el mejor de los recuerdos míos, el más feliz, por el que me recordarían por siempre como la felicidad eterna de Bella.
Es duro desligarse de las personas que amamos, que siempre han estado con uno, pero más fuerte es el amor que siento por mi vampiro, así que trato de no pensar mucho en que nunca más veré a Charlie, es mi persona favorita entre los humanos, lo amo con todo mi corazón, pero como dije anteriormente no siempre se puede tener todo en la vida y lo que iba a ganar era la felicidad eterna junto a mi Edward.
Faltaba una semana para la boda, habíamos viajado al día siguiente de dar a conocer la noticia a los Cullen, fuimos a Forks. Charlie en un principio pensó que estaba embarazada, pero luego de decirle que no nos creyó, claro que aún me daba miraditas inquisitivas para tratar de descubrir el motivo de la visita, aún no le agradaba mucho Edward, pero estaba haciendo un esfuerzo por mi, además mi felicidad casi se podía tocar con los dedos.
Causamos un gran revuelo en Forks, aparte de mi padre nadie sabía que habíamos vuelto con Edward, es más todavía pensaban que yo estaba es estado zombi tal como me fui, así que la noticia de la boda calló como un balde de agua fría. Algunos tomaron la noticia con incredulidad, otros con la marcada envidia como Newton, Jessica y otros tantos imbéciles y perdedores, en cambio Ángela, Ben, Erik, etc, estaban más que felices con la noticia, como era fin de semana largo todos habían retornado a Forks a pasar esos días de descanso, así que quedamos de enviar las invitaciones correspondientes, claro que no invitaríamos a los envidiosos, era nuestro día y no lo desperdiciaríamos con viles chismosos y envidiosos de mierda.
Mi madre fue una total revelación, me tenía un poco preocupada el hecho de informarle nuestra decisión, pero descubrí de buena gana que no le dio la lata de que era muy joven para casarme y entregarme a un hombre en cuerpo y alma, así que se mostró bastante conforme y quedó de ayudar en lo que más pudiera a Esme.
En la universidad la noticia corrió como pólvora y los comentarios y las murmuraciones no se hicieron esperar, pero no me importaba, él único que me importaba era Benjamín, él había sido una persona muy importante en mi vida y quería que supiera de primera fuente la noticia, así que fui a su departamento a conversar con él. Edward estuvo bastante reticente a dejarme ir, así que le dije que me podía esperar fuera del departamento para que estuviera más tranquilo.
Después de contarle Benjamín estuvo bastante callado por un buen rato, sólo me daba miradas disimuladas pero dolidas, me sentía como la mierda, pero yo siempre había sido honesta con él, nunca le mentí, de todas maneras me dolía estar haciéndole daño.
Después de dos horas en que desnudamos nuestras almas él me felicitó y me deseó toda la felicidad del mundo, además dijo que la banda tocaría en mi boda, acepté entre lágrimas por la magnífica persona que era mi amigo, la relación entre nosotros nunca sería la misma independiente de que no lo volvería a ver más por mi transformación, algo se había roto y nunca podría ser de otra manera.
Edward como siempre me consoló por la pérdida de un amigo y luego contactamos a Jake para decirle la noticia, él dijo que ya lo esperaba y nos felicitó, se que todavía sentía algo por mi, pero él era valiente y hace tiempo que había aceptado que nunca lo amaría, además iba a volver a Forks y tomar el puesto de jefe Alfa en la manada, era su derecho de linaje y se que lo haría bien. Lo último que nos dijo es que cualquier cosa que necesitáramos de él y la manada ellos estarían dispuestos y felices de ayudarnos, era increíble ver el lazo que se había formado entre las especies después de tantos años de odio y lucha.
Con respecto a que no dejaría que me follara hasta la luna de miel, como deben de suponer no se cumplió y todos los días nos dedicábamos a realizar esa práctica tan deliciosa y reconfortante entre nosotros, claramente nos encontrábamos en nuestra propia burbuja y debo confesar que no estoy segura de si otra pareja pueden ser tan felices como nosotros.
Un día para la boda, joder, estaba más que nerviosa, faltaba un puto día y sería su mujer, después a la luna de miel y la transformación, ya casi no podía esperar a que llegara ese momento, deseaba con lujuria el momento en que estuviéramos haciendo el amor y al llegar al orgasmo mi vampiro me mordiera extrayendo la sangre que tanto placer le producía, así quería que fuera mi transformación, entre el sexo y la sangre. Se lo había propuesto a Edward y la idea le encantó, obvio, mi vampiro sádico casi se relamía cuando pensaba lo que vendría en pocas horas más.
Todo estaba listo para el gran evento, habíamos acordado, o más bien dicho yo había elegido por razones obvias no seguir estudiando, total, tendría vida eterna para estudiar cuantas veces me diera la gana, mi tiempo de neófita lo quería pasar cazando y teniendo sexo con mi sexy y caliente esposo vampiro.
- ¿Qué estás pensando que te ríes tanto?
- Ehh, en nuestra luna de miel, obvio
- Pervertida
- Dime que no te gusta la idea – ja te pillé vampiro
- Me encanta cielo, tanto que…
- ¿qué? – dije bajando la mano y masajeando el bulto erecto que tenía entre las piernas, no conoceré yo a mi vampiro, él gruñó de satisfacción y giró quedando encima mio.
- Ya verás que no se juega con un vampiro a punto de casarse y que está terriblemente caliente – ja, todos los días es igual, la boda no es el detonante
- Mmm ¿y cómo me castigará señor vampiro? – dije entrecortadamente ya que esos dedos mágicos ya recorrían mi cuerpo y poco a poco me iban dejando desnuda y expuesta
- No me desafíes nena, sabes perfectamente que sucumbes a mi deseo y si quieres caminar en perfectas condiciones mañana te tienes que portar bien, además en poco rato nos marchamos a cazar
- Mmmm, que aburrido te pones, además podemos hacer un rapidito amor, anda no seas malito, te deseo tanto – dije haciendo carita de cordero degollado y alzando la cadera para crear fricción
- Joder Bella, me vuelves loco pequeña golfa – y perdió la compostura devorándome la boca y todo el cuerpo, mmm, era tan delicioso y lo tendría por toda la eternidad.
En un dos por tres su ropa desapareció de su cuerpo, embistió de un solo golpe hasta la base, menos mal que estaba tan húmeda que no me hizo daño, porque joder si que era grande, a veces todavía me preguntaba cómo era capaz de acoger tremenda polla en mi interior y con la fuerza de sus embistes se sentía más enorme todavía
- Grita mi nombre pequeña golfa, se que te mueres por hacerlo, grita mi nombre – mierda tenía toda la razón me estaba conteniendo, pero su exigencia me volvía loca así que grité y grité su nombre hasta llegar al preciado orgasmo
- Date vuelta – le hice caso y me embistió con furia desde atrás, joder si seguía así mi pobre coño mañana me reclamaría, bah, mentira, mañana querría más y más
- Deliciosa, sexy, caliente, joder, estrecha, ahhhh, mía, ¡ Bellaaaaa!, llegamos juntos al orgasmo, yo al segundo y quería más, pero debía portarme bien, mañana nos casábamos y Edward tenía que ir a saciar su sed
- Dios me ampare cuando te convierta, joder, si así eres insaciable, no quiero ni imaginar cuando seas vampira, me convertirás en tu esclavo sexual
- Puedes apostar que así será amor, ahora anda tu familia debe estar esperando
- Mmmm, Bella no quiero dejarte sola, yo tengo tanto miedo, puedo esperar y cazar en nuestra luna de miel
- Ah no, eso no, en la luna de miel te quiero a mi completa disposición atado en la cama, además estás sediento
- Pero…
- Pero nada, no olvides que he vivido tres años perfectamente sola y no me tenido problemas, ya soy adulta y no necesito que me cuiden tanto
- Ok, nos vemos mañana en la boda
- Seré la de blanco
- Jajajaja – después de unos besos para nada inocentes se marchó.
La boda sería en la tarde, así que mañana en la mañana llegaba mi familia, todo estaba listo así que mañana tendría que estar por horas preparándome, Alice se divertiría de lo lindo haciendo y deshaciendo conmigo, no quedaba de otra, la enana era persuasiva y yo quería estar linda para Edward.
Joder eran las tres de la madrugada y no podía pegar ojo, sabía que no vería a Edward hasta que llegara a la iglesia, debería estar tranquila, pero no lo estaba, me sentía sola y algo más, carajo, me sentía desprotegida, hace años que no me sentía así, y no me gustaba nada ese sentimiento.
Seguía dando vueltas en la cama cuando sentí un golpe en las costillas, no lo vi venir, ni siquiera sentí o vi a la persona que me estaba atacando, el dolor era insoportable y cuando alcé la vista vi a dos personas o mejor dicho dos vampiros que me miraban con odio y repulsión
- Hola zorra, me extrañaste – la maldita de Tanya sonreía mientras el tipo al que no conocía me miraba con el ceño fruncido
- Zorra te presento a Dimitri
- ¿qué quieren?
- A ver, mmmmm, matarte, sabes demasiado, pero no te preocupes no lo haremos nosotros, lo harán las personas adecuadas
- Cállate Tanya – dijo el tal Dimitri dándole una bofetada fuerte y dirigió nuevamente la mirada hacia mi, miré sus ojos y vi como si él esperara que yo hiciera algo, no se qué, pero algo distinto a estar encogida en la cama
- Vístete
- ¿ A dónde me llevan?
- Pronto sabrás
- No, no entiendes mañana me caso, los Cullen pronto regresarán, Edward, él me buscará
- Cállate de una maldita vez, nunca te casarás con él, vas a morir y los Cullen no pueden hacer nada para impedirlo
- No, la que morirá serás tú zorra, cuando Edward te encuentre te destrozará
- ¿Cullen?, estás con los Cullen – preguntó el vampiro
- Si, ellos son mi familia, mañana me caso con Edward – dije aparentando la tranquilidad que no tenía
- Eso no será posible, mañana a esta hora estarás más que muerta y si ellos interfieren también morirán
- ¡Por favor!, Edward te pateará el culo frío que tienes, no sabes con quién te estás metiendo
- Cállate tonta humana, no me desafíes – me abofeteó y mierda si que dolió, sentí la sangre en mi boca, pero no le di el gusto y alcé la barbilla orgullosa
- Te sientes muy confiada de tu noviecito ¿verdad?, pues que vaya a buscarte, a donde vamos somos cientos de vampiros que lo esperarán con ansias para hacerle pagar el error de desvelar nuestro secreto, veremos quien queda destrozado
- No por favor, mátame a mi, pero no a ellos, no a Edward – no podía seguir fingiendo indiferencia, si era verdad lo que ese tipo me decía Edward por ningún motivo debía seguirme
- Increíble – qué mierda le parecía increíble a ese maldito vampiro
Una vez que estuve vestida Tanya me agarró fuertemente del brazo y me arrastró fuera del departamento, estaba totalmente perdida, tan cerca de la felicidad y sería comida de vampiro y no precisamente del que quería que bebiera mi sangre, carajo, espero que me maten pronto, antes que Edward nos alcance, él debía seguir vivo, era demasiado importante para morir, demasiado perfecto para desaparecer de la tierra.
- ¿Dónde me llevan?
- A Volterra
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