Cap.5.- COMPAÑEROS DE CLASES.
ALICE POV
En el camino hacia casa, mamá y Carlisle platicaron sobre trivialidades del trabajo, tal parecía, que habían optado por no mencionar más el asunto de la boda por hoy. Me sentía incomoda el estar en medio de Bella y Rose por la discusión que habían tenido en la casa de los Cullen. Aunque sabía que las discusiones entre ellas solían ser pasajeras, la atmosfera entre ellas dos, en aquel momento, era más que incomoda. Viajamos en completo silencio, solo con las voces de Esme y Carlisle de fondo, yo giraba mi rostro hacia la izquierda, para ver a Bella y hacia la derecha, para ver a Rose, quienes a su vez, iban con la vista perdida en la carretera, sin encarar a nadie mas que a la ventana. Suspiré
Al llegar a casa y tras despedirnos de Carlisle, nos adentramos con el mismo silencio sepulcral mientras dejábamos a mamá para que se despidiera.
"¿Piensan estar así lo que resta de la noche?" - Me atreví a preguntarles tras no aguantar más aquel comportamiento entre ellas
"¿De qué hablas Alice?" - preguntó Rose enarcando una de sus cejas y fingiendo, de pésima manera, que no sabia a que me estaba refiriendo
"Ya no quiero que estén enojadas" – traté de que mi voz sonara autoritaria, pero pareció mas a una suplica
La mano de Bella se poso sobre mi cabeza tiernamente
"Al, no estamos enojadas" - dijo
"¿No?"
Miré a Rose y ella negó con la cabeza
"Estábamos nerviosas por la noticia, es todo" – dijo mi hermana mayor con una sonrisa conciliadora
"Tú no quieres que mamá se case con el Doctor Cullen ¿Verdad?" – pregunté. Casi afirmé.
"No es eso, chaparra" – Rose me cubrió con uno de sus brazos y me dirigió hacia el sofá
"¿Entonces?" – insistí.
Bella nos había seguido y otra vez, había quedado sentada entre las dos. Mamá entró a la sala, con una sonrisa enorme pero, en cuanto nos visualizo, su rostro se torno preocupado, triste.
"Hijas…"
"Espera mamá" – interrumpió Rose. Las tres fijamos nuestra mirada en ella – "antes de que digas cualquier cosa… quiero pedirte una disculpa" – agregó apresuradamente, entre dientes y con la mirada baja. Sabíamos perfectamente que a mi hermana, si algo le sobraba, era orgullo. Así que la situación era mas difícil de lo que parecía para ella
"No quiero que mal interpretes mi reacción" – prosiguió ante el silencio que se sostuvo – "me alegra que seas feliz y, en realidad, el Doctorcito me simpatizó…"
"Rose…" - murmuró mi mama con voz entre cortada, sus ojos color café se llenaron de lagrimas mientras se acercaba – "hijas, soy yo la que debe un disculpa aquí…"
"No, mamá" – volvió a interrumpir mi hermana – "de verdad, no es por ti, ni por el Doctor Cullen el motivo de mi reacción cuando escuché la noticia…"
"¿Entonces?" – pregunté, ya que me había perdido
"Fue por Emmet ¿No es así?" – cuestionó Bella a modo de respuesta ante mi pregunta. Rose asintió y su bello rostro se enrojeció mientras empuñaba las manos
"¿Emmet?" – preguntó mi mamá con su ceño fruncido denotando que no entendía – "¿Qué pasa con Emmet, hija?"
"Que es un idiota, ¡Eso pasa!... ¡No lo soporto!"
"Vamos Rose" – dije – "Emmet es muy agradable, tu tienes la culpa por regarle la malteada encima…"
"¡¿Lo vas a defender?!" – su voz sonó indignada
"Alice tiene razón" – apoyó Bella – "él es muy agradable… si lo comparas con Edward Cullen" – escupió el nombre
"A ver… ¡Un momento!" – llamó mi madre ya que parecía que Rose y Bella se habían olvidado de su presencia – "Rosalie, ¿Qué problemas tienes tu con Emmet y me podrías explicar el asunto de la "malteada" por favor? Y Bella, ¿Qué te hizo Edward para que hagas ese gesto de desprecio?"
Rose le contó el suceso de la malteada a Esme. Bella prefirió no hablar del asunto, como siempre, reservándose lo mejor para ella sola. Me sentí tranquila cuando Rose besó a mamá tiernamente en la frente y le aseguró que ella no encontraba problema alguno (olvidándose por un momento de Emmet), sobre su casamiento con Carlisle, si eso la hacia feliz. La pelea entre Rose y Bella, aparentemente, había quedado en el olvido y subimos a nuestras respectivas habitaciones.
"¿Me puedes decir qué te hizo Edward Cullen para que te de tanta apatía al hablar de él?" – preguntó Rose cuando mamá desapareció por la puerta de su recamara
"Yo no te ando cuestionando sobre tus razones para que Emmet te desagrade de esa manera" – respondió Bella
"¡Oh por Dios, Bella!" – exclamó Rose parándose en la entrada de su cuarto mientras abría la puerta, y sin decir palabra alguna, nos invitaba a pasar- "mis razones son mas que obvias, pero ¿TU?"
"Simplemente no me cae bien…"
"Sabes perfectamente que la mentira no es tu don" – recriminó Rose – "¿Ahora qué?" – preguntó mientras se giraba hacia mí – "¿Tú me vas a decir que te desagrada Jasper?"
"¿Quién? ¿Yo?" – me auto señalé incrédula con mi dedo, Rose asintió y yo le dediqué una mirada reprobatoria – "Rose, yo no soy como ustedes, Emmet, Edward y por supuesto, Jasper, me agradaron"
"¿Cómo te pudo agradar ese payaso?" –
"Tranquila Rose, nosotras no cuestionamos cómo es que te puede agradar el amargado de Edward" – dijo Bella
"Edward tiene lo que a esa bestia le falta" – defendió Rose – "se ve que ese chico es… intenso…"
Giré mi rostro para ver a Bella y su expresión era clara: ABORRECIMIENTO
"¡Ok!" – dije antes de que alguna de las dos volviera a abrir la boca – "¿Por qué no dejamos esta discusión para después de que conozcamos mejor a los Cullen?" – ofrecí
Mis hermanas no dijeron nada a favor o en contra de mi proposición, se limitaron a mirarse por un largo rato y al final, asintieron.
Bella y yo nos dirigimos hacia nuestras recamaras tras despedirnos de Rose. Mañana seria nuestro primer día en la escuela de Forks y ahí seguramente vería a los hermanos Cullen, lo cual, me ponía feliz ya que, al menos, tendríamos conocidos.
ROSE POV
En cuanto llegamos a la escuela y estacionamos el carro que mamá había comprado para las tres, me bajé de mala gana, genial. Mis botas estaban húmedas por todos los charcos que se habían formado en la salida de mi casa y ahora había decenas de ellos en aquel miserable estacionamiento
"¡Grandioso!" – dije con el mayor sarcasmo que me fue posible mientras me acomodaba la minifalda que llevaba puesta
"Vienes a la escuela, no a una pasarela de moda" – el tono de Bella era divertido
Claro, ella no tenia por que preocuparse, su vestuario siempre había sido tan… tan… ¿Cómodo? Por primera vez me dieron envidia sus jeans y su playera manga larga, ambos color obscuro, que llevaba puesto
"Chistosa" –
"Tenemos suerte de que la secundaria este junto con la preparatoria" –
La voz de Alice sonó feliz mientras se acercaba hacia nosotras dando brinquitos para librar los charcos que había
"Al menos hay algo de bueno en todo esto" – dije
Más automóviles fueron llegando poco a poco y mi humor no mejoró al notar que varios chicos se quedaban boquiabiertos mirándome
"Dentro de poco sonara la alarma" – recordó Bella mientras tomaba su mochila del carro y se la colocaba sobre su hombro derecho – "Alice, la hora de almuerzo es la misma para ti que para nosotras, te vemos en la entrada de la cafetería"
"Cuídate enana" – dije mientras abrazaba a mi pequeña hermana, lo bueno que le faltaba muy poco para entrar a la preparatoria
Alice se despidió, como siempre, con una enorme sonrisa y se dirigió casi corriendo, con su mochila de cartero, hacia el edificio para alumnos de secundaria.
Mientras, Bella y yo, nos dirigimos hacia uno que se encontraba al extremo derecho del estacionamiento. Mi hermana y yo nos despedimos al llegar, ya que Bella, tenía clases en la planta alta, como alumna de segundo semestre, y mi lugar, junto con los del ultimo año, correspondía a la primera planta, hasta el pasillo del fondo
"Nos vemos" – se despidió mi hermana con su morral de tela colgando a su extremo mientras subía a toda prisa las escaleras
Me dirigí hacia el salón de clases, que indicaba mi hoja de guía, a paso lento mientras mi ego se iba hasta los cielos al notar que los chicos me observaban con los ojos dilatados y se quedaban mudos…
Aun así, esa vanidad no lograba contrarrestar la molesto que resultaba el que medio mundo masculino se ofrezca a ser tu acompañante cuando ninguno de todos ellos era lo suficientemente atractivo para mí. No eran más que niñitos de ultimo año de preparatoria y YO, necesitaba más, mucho más.
Pensé que mi mal humor y mi pésima suerte no podían empeorar, pero estaba completamente equivocada. Ambos incrementaron el doble en cuanto vi aquella enorme masa de músculos, muy bien proporcionadas por cierto, que se encontraba en la puerta de uno de los salones y no era cualquier salón, claro que no, arriba de su enorme cabezota se encontraban tres números: 184. El mismo que mi horario marcaba para mis clases. Maravilloso…
Aun así, no bajé la vista, ni disminuí el ritmo de mis pasos. Él aun no me había visto ya que, como buen animal que era, se encontraba colgado de los barrotes de la puerta como un simio, ¿Habría alguien mas inmaduro y descerebrado que Emmet Cullen? Tranquila Rose, prometiste comportarte y conocerlo mejor – me dije mentalmente para reprimir el deseo que me daba de pegarle un manotazo en su cabeza
Sus carcajadas resonaban en el salón y estaba dispuesta a atravesar la puerta, ignorándolo completamente, cuando un tipo, igual de grande que Emmet, lo empujó, logrando que se soltara del tubo que lo mantenía colgando en el aire, soltándose toscamente mientras retrocedía, para poder adquirir equilibrio, lo cual ocasionó que me cayera por el impacto de su espaldota con mi cuerpo…
"¡Lo siento! ¡Lo siento!" – dijo él girándose rápidamente para ver quién había sido su victima. Sus ojos bajaron hasta el suelo, donde aun me encontraba, y su gesto lleno de culpa cambió, al verme, a uno lleno de burla y después a extrañeza – "¿Rose? ¿Qué haces aquí?"
Realmente, no me sorprendió su pregunta. Sabía que no podía esperar más de una persona con tan poca capacidad mental. Sentí que mis mejillas se enrojecieron cuando noté que su amigo reprimía una carcajada, traté de calmarme al pensar que era "afortunada" de que nadie más se hubiera dado cuenta de mi penoso accidente
"Resulta" – dejé que el tono apático apareciera en todo su esplendor - "que aun mantengo la esperanza de que el imbecil que me tiro, se digne a ayudarme para que pueda pararme"
Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, tal parecía que la palabra "imbecil" era un halago y no una ofensa en su caso. El chico que lo había empujado río a sus espaldas
"Disculpa" – dijo mientras extendía su mano hacia mí
La rechacé mientras me ponía de pie por mi cuenta
"¿No querías que te ayudara?" – pregunto molesto. Ummm… así que la bestia era igual de orgulloso que yo y el desprecio le dolía. Me alegré de saberlo, ya tenía un arma contra él
"Quítate de la puerta" – ordené cuando me incorporé completamente
"¡¿Qué?!" – trabé mis ojos, este chico sabía cómo rebalsar mi paciencia
"Que – te – qui – tes – de – la – pu – er – ta"– repetí tratando de que la lentitud de mis palabras hubieran sido suficientes para su tan poco basto cerebro.
No me hizo caso. Puse mis manos en mis caderas y le miré fijamente varios segundos… Tenía una mirada muy atractiva, varonil… pero eso no le quitaba lo estupido…
"¿Eres sordo o qué?" – casi le grité
"Dime por favor" – ordenó
"¡¿Qué?!" –
Ahora, él trabo los ojos y suspiró
"Que – me – di – gas – por – fa – vor" – remedó. Las manos y los pies me picaron, me dieron unas enormes ganas de golpear o pisar a alguien
"Tu…"
El insulto se me quedó en la boca ya que el profesor Hanson llego en ese momento
"Buenos días señorita" – saludó el señor de lentes mientras Emmet se adentraba con una sonrisa burlona al salón
EDWARD POV
"¡Wow!" – exclamó Mike – "¿Ya vieron que cosa tan más preciosa viene ahí?"
Jacob, al igual que Mike se quedó boquiabierto, giré mi rostro para ver a quien se refería y de la misma manera que aquellos dos, mi mandíbula se aflojo, pero no precisamente por ver a una "belleza", si no por ver al ser más aborrecible para mí: Bella Swan
"Que guapa" – comentó Jacob Black
Puse los ojos en blanco.
¿Guapa?
"Si la conocieran" pensé.
Giré mi rostro para que, cuando ella alzara la vista, sus molestos ojos color chocolate no se entrelazaran con los míos. Aumenté el volumen de la música que provenía de mi celular, cerré mis ojos y recargué mi cabeza contra la pared, esperando a que pasara de largo y desapareciera de mi vista
"Permiso" – alcancé a escuchar pese al nivel de volumen.
Dirigí mi rostro hacia donde provenía la voz, que no era a más de dos pasos de mí…
Y ahí estaba ella. Parada en el umbral de la puerta donde yo recibía clases, sin seña alguna de saber que Edward Cullen estaba a su lado. Ilógico. Simplemente me estaba ignorando de la manera que yo lo estaba haciendo.
Traté de fingir que no me había dado cuenta de su presencia, tal como ella lo hacía conmigo, pero por el rabillo del ojo observé que se veía incomoda. No sabía si por que ya se había fijado que compartiría sus clases conmigo o por que Jacob y Mike le estaban estropeando el paso. Bajé disimuladamente el volumen para escuchar mejor.
"Hola preciosa" – saludó Mike – "¿Eres nueva?"
"La respuesta es más que obvia, ¿No crees?" – contestó – "y no me digas preciosa, por favor"
Tal parecía que ese carácter tan descortés y grosero no era solo conmigo
"Disculpa a mi amigo" – intervino Jacob – "solo queríamos presentarnos. Es claro que eres nueva. Una chica tan bonita no pasa desapercibida en esta escuela…"
"…"
"Él es Mike Newton" – continuó, tras no obtener respuesta alguna de la chica – "yo soy Jacob Black y esté es Edward Cullen"
Di un respingo al escuchar mi nombre y maldije diez mil veces a Jacob Black, aun así, me volví hacia Bella para ver su expresión. Estaba anonadada de la misma forma que yo, retiré las bocinas de mis oídos y la miré de forma fría y expectante
"Hola" – dije. Ella no contestó
Los dos chicos extendieron la mano, sin darse cuenta de la atmosfera que había entre la chica y yo. Ella vaciló para corresponder el gesto, pero al final lo hizo.
Por ultimo, de mala gana, levanté mi mano, esperando a ser rechazado como la noche anterior, pero no fue así. Su mano apenas rozó levemente la mía y el contacto produjo una sensación completamente extraña, muy parecida a un hormigueo o a un pequeño choque eléctrico
"Permiso" – susurró mientras se abría paso entre nosotros. Sin mirarme
"No nos dijo su nombre" – comentó Mike
"Bella" – informé ausente – "Bella Swan…"
"¿Tú cómo lo sabes?" – la pregunta formulada por Jacob sonó acusadora
Me encogí de hombros a modo de respuesta, supuse en ese momento que no era necesario agregar: "es mi futura hermanastra"
JASPER POV
"Hola Jasper" – la voz de María detrás de mi hombro me sobresalto
"Hola…" - respondí. De mis hermanos, era claro que yo era el único con problemas para tratar a chicas y casos como el de María, que son más que directas en este tipo de situación, no me ayudaban mucho que digamos.
María estaba sentada sobre la paleta de mi asiento con su rostro muy cerca del mío, incomodándome. Giré mi rostro, rezando por que la profesora Orozco llegara. La chica tomo un mechón de mi cabello y lo comenzó a acariciar, me encogí levemente de hombros en un gesto de desagrado pero tal pareció que el mensaje no llego para ella
"Me encanta tu cabello" – confeso ella. Pensé que si el tenerlo ligeramente largo era atractivo para ella, me lo cortaría. No sabía que decirle, y para ser sincero, esperaba que mi silencio la ahuyentara. Mantuve mi vista en el umbral de la puerta, esperando por algo, o alguien que me salvara
Y la vi, atravesando la puerta: mi salvación, sus ojos negros se clavaron de nuevo con los míos y una calida sonrisa se dibujó en su rostro
"Jasper" – saludo ella acercándose a mí lugar – "Hola"
"¿Quién eres?" – preguntó despectivamente María – "¿La conoces?"
"Si" – contesté – "Es… Alice"
"Mucho gusto" – dijo de manera amable, pero María se alejo sin decir palabra alguna. Lo cual fue bueno – "Me alegra encontrar a alguien conocido en el salón" – agregó ignorando completamente la grosera acción de mi ex acompañante
"Si…" - respondí. No sabía más que decir y no por que Alice no me agradara si no que, me ponía mas nervioso de lo habitual
"¿Te importa si me siento contigo?" – cuestionó
"N… no" – me hice a un lado para dejarle espacio en el asiento. Un gran silencio nos invadió
"¿Y tus hermanos?"
"Eh… en clases" – informé, cabizbajo
"Ah… ¿Y Carlisle?" – era obvio que quería mantener una conversación
"En el trabajo" – volví a contestar cortantemente, mis manos estaban frías y sudadas
"¿Qué tal el profesor?"
"Es profesora" – aclaré – "es muy buena"
Otro silencio se hizo entre nosotros, maldije que la profesora no se apresurara a llegar
"Eh… no soy muy bueno para las conversaciones" – me animé a decir, antes de que mal interpretara mi silencio
"Ya lo había notado" – dijo con una sonrisa – "pero eso se compone con el trato diario ¿no?"
"Supongo que si" – sonreí
"Espero que todos nosotros nos llevemos bien… lo digo por tus hermanos y mis hermanas"
Supe a lo que se refería
"Estoy seguro que sí" – mentí ya que la actitud de Emmet y Edward indicaban todo lo contrario
"¿Tú me ayudaras?" – preguntó con un brillo de complicidad en sus ojos
"Are lo posible" – contesté y como respuesta obtuve una enorme sonrisa que dejo entre ver su blanca y pequeña dentadura
"¿Qué te parece entonces si empezamos desde hoy?" – propuso ella
Fruncí el ceño
"¿Hoy?"
"¡Si!" – repuso de manera animosa – "¿Tus hermanos tienen el almuerzo a la misma hora que tu, verdad?"
Asentí con la cabeza y esperé
"¿Por qué no comer todos juntos?" – los ojos le centellaron mientras se acercaba más a mí, logrando que mi respiración se detuviera – "¿Qué dices? ¿Somos cómplices o no?"
"S… Si" – acepté casi inconciente a causa de los nervios
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