CAPÍTULO XI
BELLA POV
Había llegado el gran día, la fiesta en el Pub de Tanya y Samuel, ellos se habían esmerado bastante y ya me había llegado la invitación, era una fiesta privada con pocos invitados aparte de los cantantes y artistas del medio. Yo por mi parte me estaba acobardando un poco, quizás mi decisión fue un poco precipitada, pero cuando las dudas me carcomían sólo tenía que pensar en todas las personas que me habían hecho daño y las dudas se disipaban por algunos momentos, pero ¿realmente quería salir de mi anonimato?, no, no quería, pero era necesario para mi paz mental, ya estaba harta de ser la escoria de la que todos se burlaban, era una adolescente y estaba lastimada y quería demostrarles a todos que no me podían vencer, especialmente ese ser inmundo que arruinó ni vida, él me había prohibido volver a subirme a un escenario y ya era suficiente, estaba totalmente harta de sentir miedo, de sentirme poca cosa, yo no era así, antes no era así, ya no quería estar rota, quería recuperar mi vida, quería sentirme viva nuevamente, eso lo lograba la música, debía enfocarme en eso, mi música, mis amigos músicos ¿qué dirían cuando me vieran nuevamente? ¿había pasado mucho tiempo? ¿me habían olvidado?, no lo creo, pero los nervios se estaban apoderando nuevamente de mi sistema, a la mierda todo, esta noche me divertiría como lo hacía antes y después me largaría. El juicio empezaría en dos semanas, ya estaba todo listo, me enfrentaría nuevamente a ese monstruo y quería estar preparada y fuerte, eso me lo proporcionaba la música, si, la música me daría la fuerza que me había faltado todo este tiempo y que el desgraciado pedófilo que se pudriera de la rabia al verme nuevamente cantando y disfrutando de la noche. Cuando le dije a Jake que se encargara personalmente de que ese cerdo viera que había vuelto a los escenarios no estuvo muy de acuerdo, pero rebatí diciéndole que eso lo descolocaría y perdería esa tranquilidad que Jake me había dicho que tenía, esa arrogancia de "yo no he hecho nada malo" "ella estuvo conmigo por propia voluntad", ja, cuando sepa todas las pruebas que hay en su contra, pruebas que demuestran claramente que no estuve por propia voluntad, pruebas que los agentes guardan celosamente para mostrarlas en el momento adecuado para desarmar la defensa del cerdo, ni el abogado, que es el mejor en el campo que contrató lo va a salvar con las pruebas en su contra, era mi turno de quebrarlo, aunque estuviera en la cárcel en estos momentos se enteraría de lo que voy a hacer, de que no pudo quebrarme para siempre, que él no ganó nada, que mi voluntad es más fuerte, que no le temo, que ya no soy una cobarde que huye, ya nunca más.
Mañana estaría viajando a ponerme a tono con el proceso del juicio, me revisarían unos psicólogos y me tomarían declaraciones antes de presentarme en el juicio, así que apenas termine mi presentación en la noche me iré, justo en el momento en que todos sepan quién soy realmente no estaré para ver sus reacciones.
Había pasado las últimas semanas ensayando, poniéndome a tono con mis instrumentos, practicando con la voz, entrenando con los agentes y escapándome del acoso de Cullen, oh si, ese perro seguía acosándome, pero con tantas cosas en mi cabeza no le dedicaba ni un minuto de mi tiempo en pensar en él, bueno, es mentira, pero y ¿qué?, no puedo sacarlo tan fácilmente de mi sistema, Edward Cullen era como un veneno que una vez se extendía por tu sangre se quedaba allí, recordándote a cada momento de su existencia, de su poder sobre ti, pero ponía mi mejor cara de póker y lo trataba con la frialdad propia de una perra consumada.
No era nada fácil la convivencia con el estudiantado, las zorras me seguían molestando, pero me defendía con palabras mordaces, Alice había tratado de conversar conmigo, pero la despaché presurosa, le dije que no tenía nada que perdonarle cuando se disculpó, pero que tampoco pensaba que seríamos más amigas, con los chicos de la Push todo era suave, con ellos me sentía yo misma y casi feliz, con Jasper era otro cuento, cuando nos juntábamos rememorábamos el pasado cuando éramos niños y hacíamos travesuras con James, las veces que ellos me habían tenido que salvar de caerme de la bicicleta, de un árbol al que me había encaramado, cuando me defendían de los niños que me molestaban, de la vez que James golpeó a Erik porque casi me da un beso a la fuerza, cuando cantábamos los tres y yo me reía porque ellos cantaban pésimo, tanto que hasta los perros aullaban y así un montón de recuerdos.
Ahora venía de regreso de la Push para prepararme para ir al Pub, tenía todo listo, había comprado los piercings y Seth me había echo los agujeros que con el tiempo se habían cerrado y me los había puesto declarando que me veía muy sexy y salvaje con los piercings y los tatuajes que había descubierto recién hoy. Al llegar a casa me bañé, me vestí con la ropa que había comprado especialmente para esta ocasión, me monté en la moto cuando estuve preparada y partí, los agentes venían atrás mío como siempre.
Al llegar mostré mi invitación en la entrada y me dejaron pasar sin ningún problema, Tanya me vio apenas entré y me llevó hacia el salón vip en el segundo piso, era enorme, ocupaba toda la segunda planta, al ir pasando fui viendo a algunos de los invitados, bajé la cabeza para que nadie me viera, no era tiempo aún de que me descubrieran, según Tanya debía hacer una aparición espectacular, logré vislumbrar a muchos amigos, me dio tanta alegría volver a verlos, eran esos amigos de los cuales el desgraciado me quería alejar, pero eran buenas personas, excelentes músicos y me respetaban por sobre todas las cosas, tanto como persona y amiga como profesional y artista, al llegar a mi mesa destinada me sentí u poco más relajada, mi vestimenta era atrevida, y me sentía muy sexy y femenina tal como lo era en el pasado, pero me tapaba con un trench negro y con una boina que ocultaba mi cabello.
Al sentarme se acercó un mesero y pedí un ron, cómo me encantaba el ron. A los pocos minutos llegaron los chicos de la Push y se sentaron a mi lado, lo cierto es que la mesa era bastante grande y aún con ellos allí quedaban varios asientos desocupados.
Tanya se había esforzado de verdad, ya que los días anteriores que había venido el salón vip no estaba acomodado de esta manera, ahora estaba más grande y con muchas más mesas que ni parecía ya vip, en fin Tanya es así, se le mete una idea en la cabeza y nadie la puede hacer cambiar de opinión.
Samuel Y Tanya habían terminado de dar la bienvenida y agradeciendo la participación a los amigos e invitados cuando llegaron a nuestro lado.
Estábamos conversando y riendo de buena manera cuando en la mesa al lado de la nuestra se sentaron las personas que más detestaba, ahí estaba Edward, Alice, Emmett, Rose, Ángela, Jasper y otros amigos de esos desagradables, miraron con interés a nuestra mesa y sus ojos se abrieron con asombro al reconocerme, seguramente se sorprendían de ver a la freaki en un lugar así, pero la mirada más insistente era la de Cullen, me miraba con asombro y recorría mi cuerpo como si adivinara la ropa que estaba usando, al levantar la vista y recorrer mi rostro se le escapó un jadeo, seguramente vio mis piercings, jajajaja, su cara era un poema, ya deseaba que viera el resto que tenía preparado, tonto perro.
Me giré hacia Tanya buscando una explicación, se suponía que el vip iba a ser exclusivamente para los cantantes, los Cullen no deberían estar ahí, Tanya dijo vagamente que abajo estaba muy lleno y aquí quedaba espacio, acepté su historia, pero tonta no era y aquí se estaba cocinando algo raro y no estaba segura de que me gustara, pero en fin, decidí no prestarles atención, aunque varias veces lo miraba y él igualmente me miraba, dios, era tan guapo que me cortaba la respiración, pero seguramente se debía a lo excitada que estaba por lo que iba a hacer, si, eso debería ser. Por Dios Bella deja de pensar en ese estúpido mujeriego. Estaba en mi lucha interna por ignorar a Edward cuando se acercó un hombre a mi lado, al alzar la vista lo reconocí inmediatamente, era un actor joven, groseramente hermoso y sexy, me sonrió y no pude evitar sonreírle de vuelta.
- hola señorita – Dios, su voz era más sensual que lo que se notaba en las películas
- hola – dije simplemente
- ehh, me preguntaba si me podía sentar a su lado y disfrutar su compañía – miré de reojo a Cullen y su mandíbula estaba tensa y miraba con odio al dios heleno que tenía enfrente
- claro, siéntate – Paul que se encontraba a mi lado se paró y se sentó en otro lugar para dejar que el dios heleno se sentara a mi lado, no me pasó desapercibido el guiño que me hizo cuando se sentó frente a mi, maldito Paul, seguramente piensa que engancharé a este tipo.
- Gracias, la verdad es que te he estado mirando desde que llegaste y me moría por conocerte
- ¿por qué? – era demasiado tonta mi pregunta pero tenía que saber el motivo
- ¿por qué?, dios eres la mujer más hermosa que he visto, has despertado mi interés, disculpa que sea tan directo, pero no me gusta aplicar doble rasero – lo último lo dijo algo cohibido
- No te preocupes, me encantan las personas directas y verdaderas – me sonrió abiertamente y cada vez me parecía más hermoso y atractivo.
- Benjamín Carter – se presentó
- Bella – le dije casi sin pensar, pero no le podía dar otro nombre, en pocos momentos se sabría la verdad y no le quería mentir, era muy simpático.
Era consciente que tanto como los Cullen como mis amigos estaban con la vista fija en nosotros dos y en como se desarrollaba nuestra conversación, la verdad es que era tan fácil hablar con él, era divertido y varios de sus comentarios con respecto a sus películas y su vida arrancaron carcajadas puras y sinceras. Para ser el actor mejor cotizado del momento y un sex simbol era muy sencillo y un poco tímido, me gustaba su forma de ser y cuando me contó parte de su pasado antes de ser el actor que actualmente es me pareció tan humano, cosa difícil encontrar en actores jóvenes y famosos.
Tanya me miraba como si yo fuera la gran afortunada de la noche por estar en compañía de Benjamín y al mismo tiempo miraba a Benjamín como si su suerte no pudiera ser mejor al estar conmigo, todo era tan confuso, me sentía un tanto extraña por todas las miradas que acaparábamos, pero decidimos no dejar que eso nos pusiera nerviosos y continuamos platicando y conociéndonos.
Casi no me di cuenta cuando un grupo grande de personas entraron al vip, Dios, eran ellos, mis amigos, sabía que vendrían, pero no pensé que fueran a venir todos, eran tres bandas que a simple vista no tenían nada en común, ya que su música era totalmente distinta, como lo era sus nacionalidades y gustos, pero éramos amigos y nos llevábamos la mar de bien, algunas veces en el pasado habíamos hecho conciertos juntos y habían sido verdaderamente un éxito, ya que al abarcar música para diferentes gustos y edades los conciertos se habían llenado y habíamos ganado buena crítica de los medios.
Tanya al verlos fue a su encuentro y los acomodó en una de las mesas más grandes, pero incluso así se hizo pequeña, por lo que amablemente les pidió a los Cullen que se sentaran con NOSOTROS, si como lo oyen que se sentaran con nosotros para juntar las mesas de las bandas con la de ellos para que los músicos tuvieran su espacio. Mierda, me quería morir de la sorpresa y de la rabia y ellos no estaban tampoco conformes con sentarse con nosotros.
Me hice la tonta y como que no me había dado cuenta del cambio de asiento, me concentré en Benjamín, pero la verdad es que cada vez estaba más nerviosa y mis manos sudaban.
Tanya me guiñó un ojo y yo quería matarla con mis propias manos.
Sentía la mirada de Cullen fijamente en mi y Benjamín.
- ¿No nos presentas a tu amigo? – dijo destilando veneno Edward
- Eres tonto o te haces Edward, no ves que es Benjamín el actor del momento y mejor cotizado del mundo – dijo Alice mirando embobada a Benjamín
- Hola, ehh, si soy Benjamín, mucho gusto a todos – dijo Benjamín clavando sus ojos en Edward quien lo miraba con odio y no le pasó desaparecibido ese acto y comprendió que era por mi y se carcajeó de la situación
- ¿También son amigos de Bella? – preguntó y vi la sorpresa que cruzó por todos los rostros de la mesa al darse cuenta que a él le había dado mi verdadero nombre, Edward bajó la mirada pero antes que lo hiciera pude ver dolor en su mirada, como si yo lo hubiera traicionado o algo así, que se pudra
- ¿amigos?, tú piensas que podríamos ser amigos de esa cosa, de la freaki del colegio, de la cosa más insignificante – dijo Rosalie mirándome fijamente.
Sentí tanta vergüenza de que Benjamín supiera mi realidad con esos chicos que me odiaban que bajé la vista y me odié en ese mismo instante y como pude alcé la barbilla y me enfrenté a la mirada airosa de Rosalie, iba a ponerla en su lugar, pero Edward me interrumpió
- no vuelvas nunca más a tratar a Bella de esa manera Rosalie, no lo permitiré nunca más me oíste – gritó dando un puñetazo en la mesa
- no necesito que me defiendas Cullen, por que la verdad las opiniones que ustedes tengan de mi no me interesa – dije altivamente
- si, además Bella es una persona maravillosa, la mujer más hermosa y encantadora que he conocido y tú rubia no le llegas ni a los talones – contestó Benjamín claramente enojado con el comentario de Rosalie, todos lo miraron boquiabiertos por esa reacción, hasta yo lo quedé mirando como boba, él me acababa de conocer y me estaba defendiendo con uñas y dientes
- veo que se conocen muuuuy bien, seguramente la golfa ya se metió en tu cama, lástima con tantas actrices hermosas que te rodean caíste con la peor mujer que encontraste, bien dicen que los actores tienen sus excentricidades
- basta, a Bella la acabo de conocer, pero sólo eso me basta para saber que es una muchacha extraordinaria y nunca he deseado tanto la compañía de una mujer como la de ella y si no cambias de actitud voy a hacer que te echen en este mismo instante – wow, Benjamín había dejado callada a la zorra y a toda la mesa
- no les hagas caso, si yo me quedo en este lugar es solamente porque tengo algo importante que hacer, de otra forma nunca me hubiera quedado de saber que ellos estarían acá – le dije a Benjamín para que se calmara.
Seguimos conversando cuando escuchamos
- ¿de verdad está aquí? ¿dónde Tanya?, por favor dinos donde está nuestra princesa
- Paciencia, ya saldrá a relucir la princesa, en el momento preciso
- No nos dejes así mujer, hace tiempo que no la vemos ¿se encuentra bien?
- Si,si, si, está de lo mejor, pero ya es hora de que empiecen a preparar su show, quizás ella quiera unírseles
- Oh, eso sería maravilloso, la extrañamos tanto ¿está cerca?
- No puedo decirles más, ahora vayan al escenario y preparen sus instrumentos, se que ella estará ansiosa por escucharlos y acompañarlos
El momento había llegado y estaba cada vez más nerviosa, Dios, ¿de verdad iba a suceder? ¿de verdad iba a tener la valentía de subirme nuevamente a un escenario y empezar a salir adelante?, mis manos temblaban y Benjamín me quedó mirando y me regaló una sonrisa de infarto y me tendió un trago, brindamos por la incipiente amistad y pasó lentamente un dedo por mi mejilla, abrí mis ojos como plato y lo quedé mirando
- me gustas Bella, no se, nos acabamos de conocer, pero me gustas mucho y quisiera que nos siguiéramos viendo.
Dios, esto no podía estar pasando, no en este momento, no cuando acababa de escuchar un "esto es una jodida mierda" de los labios de Edward que nos estaba mirando y no perdía de vista lo que nosotros hacíamos o decíamos, se veía tan celoso, tan herido y furioso y de verdad que no era mi intención hacerlo sentirse así, nunca he sido de las chicas que les gusta sacar celos, no soy una zorra, no me valgo de esos truquitos femeninos, ni siquiera pensaba que Edward se sentiría así, él me utilizó, nunca me quiso, no tenía ningún derecho a sentirse celoso, no entendía nada.
- yo, la verdad Benjamín es que me caes súper bien, pero no puedo darte una respuesta, no hasta que sepas quién soy realmente, quizás en un momento cuando lo sepas no querrás saber nada de mi. Me miró como si yo fuera una loca.
- No creo que descubra nada de ti que haga que me quiera alejar de tu compañía, no te estoy pidiendo que seas mi novia, nos conocemos muy poco, pero si me gustaría conocerte más, como he dicho me gustas y me gustaría que en un futuro si seas mi novia. – sólo le sonreí, no pude decirle nada ¿quién se iba a fijar en una chica dañada?, en una chica que había provocado la enfermiza obsesión de un pedófilo, nadie, ni siquiera Edward que andaba gritando a los cuatro vientos que me amaba, cuando supiera la verdad le daría asco.
La primera banda empezó a tocar, mierda, me empecé a poner más nerviosa, la música invadía mis oídos y llenaba de paz mi interior, concéntrate en la música Bella, me dije a mi misma para serenarme. Agarré la botella de ron y serví mi vaso hasta el tope y lo bebí y de un trago.
Cuando el cantante salió al escenario estallaron los aplausos y era magnífico volver a Mark Anthony en escena, me encantaba su música y éramos buenos amigos. Nos habíamos conocido años atrás en un concierto y aunque en un principio no creyó que yo pudiera tocar tantos instrumentos, me dio la oportunidad de demostrarle mis capacidades y quedó muy sorprendido y me invitó a una gira con él y sus músicos, nos hicimos grandes amigos y yo le presenté a las otras dos bandas y el grupo creció y la amistad también.
Tanya se acercó a la mesa y se sentó a un lado mió, me miró y le sonreí nerviosa, dejó en la mesa un micrófono inalámbrico, lo miré y cerré los ojos nerviosa, sentía la mirada de todos en mi, la mayoría no entendía lo que estaba haciendo Tanya con ese micrófono, pero mis amigos de la Push si, y sonreían y levantaban los pulgares dándome ánimos, Edward me miraba con el ceño fruncido como tratando de resolver el misterio y Benjamín me miraba la cara como para que le explicara lo que estaba pasando. Tomé bocanadas grandes de aire y me paré del asiento, Tanya se paró también y me sacó el trench dejándome descubierta con el pequeño top y la faldita de jeans corta que llevaba dejando al descubierto mi estómago liso y luciendo el piercing en el ombligo, todos me miraban boquiabiertos, no podían creer que la freaki tuviera esas curvas, ese cuerpo desarrollado, Edward sabía por supuesto como era mi cuerpo, pero nunca me había visto vestida de esa manera y su mirada recorría impúdicamente mi cuerpo y sus ojos se oscurecieron con deseo. A continuación Tanya me puso el micrófono y sacó mi boina para acomodarlo bien en mi oreja y que quedara perfecto a la altura de mi boca, esa acción sacó otro jadeo, ya que no se habían dado cuenta de que la freaki se había cortado el cabello y además ya no era marrón, ahora era corto y platinado.
Una nueva melodía empezaba a sonar y era una de mis canciones favoritas de Mark, así que me armé de valor y di el primer paso, Tanya me sujetó por la muñeca y me dijo "si estás nerviosa, mira a James y te calmarás", se lo que significaba eso, era mi tatuaje en la muñeca, ese que hice después que James muriera, el corazón negro y roto que representaba el dolor que sentía por su pérdida y que al mismo tiempo me daba fuerzas cuando me faltaban, llevé mi muñeca a los labios y la besé, por el rabillo del ojo pude ver a Jasper que miraba lo que había hecho y una lágrima recorrió su mejilla, me asintió con la cabeza dándome ánimos, di otro paso, pero Benjamín me detuvo y me abrazó
- ahora ya se quien eres y nunca querré alejarme de ti, preciosa, eres muy valiente y te admiro mucho, incluso antes de conocerte – lo que me dijo lo dijo con tanta franqueza que me llegó al corazón y sentí que mis ojos se humedecían, me dio un beso en la mejilla y me dejó partir, por el rabillos del ojo vi a Edward, me miraba sorprendido, pero aún no sabía quién era yo y sería mentir si no dijera que deseaba con todo el alma que las palabras que me dedicó Benjamín las dijera y las pensara Edward, todo había pasado muy rápido y empecé a bajar las escaleras, cuando Mark terminó la primera estrofa empecé a cantar y todos me miraban mientras me acercaba al escenario mientras cantaba. La cara de Mark cuando me enfocó era de puro gozo, estaba feliz de verme y al llegar al escenario me tomó de las manos y me subió. Podía sentir todas las miradas en mi, muchos de los artistas me habían reconocido, tanto por la voz como por mi apariencia, ya que era igual que antes de desaparecer. Estaba nerviosa, pero seguí adelante.
EDWARD POV.
Desde que me llegó la invitación sentí que algo iba a cambiar en mi vida, pero nunca pensé que iba a ser de esta manera. Cuando llegamos al vip, lo primero que vi fue a Bella, se veía tan distinta, su cuerpo estaba…. Mierda, no llevaba la faja, incluso debajo de ese trench se podía ver sus marcadas curvas, al mirarla a la cara noté otro cambio, ella llevaba piercings, tanto en la ceja cono en la nariz, el de la nariz era pequeño, pero se notaba a distancia, su pelo se veía raro, claro, no se le veía bajo esa boina, algo iba a pasar y se que no me gustaría nada.
La anfitriona nos había sentado a todos juntos, no era de mi agrado, no había venido con ellos, pero ahí me encontraba con mis antiguos amigos sentados como si ni hubiera pasado nada entre nosotros.
Casi me morí de la rabia cuando un estúpido se acercó a Bella y le pidió sentarse a su lado, no podía oír lo que conversaban, pero obvio que el tipo estaba maravillado con mi mujer, la veía como si fuera el puto sol y tenía razón ella lo era, ella iluminaba todo a su alrededor, me moría de los celos, ellos se reían, bebían, compartían miradas y yo quería ir y gritarle que dejara a mi mujer en paz, que era mía, sólo mía, pero había perdido ese derecho, la había perdido.
Cuando Tanya, la anfitriona y dueña del Pub nos pidió que nos sentáramos en la mesa de Bella creí que esa era mi oportunidad de saber que se traía ese tipo con Bella, pero prontamente me di cuenta de mi error, verlos y escucharlos me producía una ira que nunca antes había experimentado y al mismo tiempo dolor, mucho dolor porque ella me había superado y yo no podía dejar se sufrir por ella, la había cagado en grande, pero la amaba y jamás pensé que ella ya me hubiera olvidado, no la culpaba, ella era perfecta y yo un idiota que la dañó, era justo que ella tratara de salir adelante y el tipo se veía claramente interesado. Después cuando supe que era el actor famoso y que todas se morían por él, me dio más rabia aún, él tenía todo para conquistarla y yo era un puto perdedor.
La sorpresa llegó cuando a Bella le sacaron el trench y dejó su cuerpo al descubierto, mierda era tan hermosa que dolía verla, recorrí con descaro su cuerpo, ese cuerpo que se había retorcido bajo el mío cuando la había hecho mía, la lujuria se apoderó de mi y quería llevármela lejos para que nadie la mirara, para que nadie pudiera verla más que yo, cuando le sacaron la boina esperaba ver su hermoso pelo chocolate, pero me encontré con que ella se lo había cortado y teñido y carajo, se veía cada vez más sexy, volví a recorrer su cuerpo con la mirada y vi su tatuaje en la cola, ya que la faldita que llevaba era a la cadera, joder esa mujer me iba causar un infarto, además en el ombligo lucía descaradamente un piercig y Dios esas insolentes tetas se veían majestuosamente tentadoras bajo ese top que apenas las cubría. Tanya le puso un micrófono y la verdad es que no entendía nada, pero estaba más perdido en su cuerpo que en lo que haría con ese micrófono, cuando Bella se llevó la muñeca a los labios y la besó estaba totalmente perdido, seguí la dirección de su mirada y a Jasper le recorría una lágrima por la mejilla, él me daría las explicaciones que no podía pedirle a Bella. Cuando Bella caminó hacia no se donde el idiota de Benjamín la detuvo y la abrazó y cuando escuché lo que le dijo me quise morir ahí mismo
- ahora ya se quien eres y nunca querré alejarme de ti, preciosa, eres muy valiente y te admiro mucho, incluso antes de conocerte – ella se veía emocionada por sus palabras y yo me preguntaba cada vez con mayor frecuencia ¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO?
Marc Anthony empezó a cantar
No me conoces
y hace tres noches que dormiste
entre mis brazos
ya no recuerdas las tantas cosas
que conmigo hiciste tu
como creerte si te morias cada vez
que me besabas
y hasta decias haber anhelado siempre
un hombre como yo
En ocasiones tape tu boca
para que no se escucharan
los fuertes gritos enloquecidos
que brotaban de tu ser
[Coro:]
Ahora te empenas
en ignorarme cuando te miro a los ojos
pones la cara como sintiendo enojos
como si yo fuera un extrano en tu vida
Si esa es tu forma
lamento mucho haber estado contigo
aunque confieso y
pongo a Dios como testigo
que estoy muriendo, por tenerte
una vez mas
Todo encajó, al menos eso pensé cuando escuché a Bella cantar la segunda estrofa de la canción
No me conoces
y hasta una foto me pediste
aquella noche para guardarla
y acariciarla cuando te acuerdes de mi
Dios ella cantaba como los dioses, no entendía bien que mierda estaba pasando, pero me perdí en su voz, ella era tan sensual, antes cuando estábamos juntos le había pedido que me hablara en español y había sido uno de los momentos más eróticos de mi vida, pero ahora no sólo hablaba, sino que cantaba en español y era simplemente una bomba sexy, además la manera en que caminaba mientras se acercaba al escenario era putamente sensual, esos movimientos de cadera al son de la música con esas magníficas piernas enfundadas en esos zapatos con tacón de infarto, nunca he sido fetiche, pero viéndola en esos zapatos sólo podía pensar en hacer el amor con ella llevando sólo esos zapatos mientras me cantaba al oído en español, carajo si hasta duro estoy, mi respiración era tan entrecortada que ni no hubiera música todos podrían escucharla
Ahora te empeñas
en ignorarme cuando te miro a los ojos
pones la cara como sintiendo enojos
como si yo fuera un extraño en tu vida
Ella llegó al escenario y Marc la tomó de las manos y la subió, podía ver que todos la miraban como si fuera una aparición, algo quería hacer clic en mi cabeza, pero no podía, sólo la miraba a ella como un perro mira a un hueso, ella seguía cantando, pero se desplazó hasta un taburete donde se encontraba un hermoso violín blanco y lo tomó entre sus dedos, mierda, no puede ser, yo se que sigue en esta parte de la canción pero nunca pensé que mi freaki fuera a hacer algo así…
Si esa es tu forma
lamento mucho haber estado contigo
aunque confieso y
pongo a Dios como testigo
que estoy muriendo, por tenerte
una vez mas
Joder, jode, joder, Bella empezó a tocar el violín con maestría, no podía dar crédito a lo que estaba viendo y escuchando, ella era una jodida talentosa del violín, eran pocas las personas que podían tocar así y al ver su cara de satisfacción supe que ella disfrutaba como ninguna haciendo eso, además era jodidamente buena, sino no estaría tocando en esa fabulosa banda ¿de dónde se conocían? ¿eran amigos? ¿cuándo la freaki había conocido a esas personas?, carajo era mucha la información que quería descubrir y no me podía concentrar en nada que no fuera ella y sus misterios, ahora había descubierto uno, pero faltaba saber lo principal ¿por qué se conocían?
Cuando dejó de tocar el violín se escucharon estruendosos aplausos, incluso el cantante aplaudía eufórico y le dedicaba una gran sonrisa a mi diosa latina, la última parte de la canción la cantaron a dúo y fue fenomenal.
No me conoces, mi amor
Nadie sabrá de lo nuestro
De aquella noche sin freno
del temblor de tu cuerpo
y del calor de tus besos
No se en que momento Tanya se había sentado a mi lado, estaba tan cerca que me puse nervioso, se acercó a mi oído y lo que escuché me dejó anonadado
- ¿Te sorprende Cullen que Bella sepa cantar y tocar el violín con maestría?
- S..si, yo nunca pensé que ella….
- Que, que pudiera ser una artista, pues lo es y de las mejores, sólo ha estado retirada por razones adversas, ella es una privilegiada de la música, puede tocar todos los instrumentos musicales que quiera y todos los toca con maestría, los toca desde los cuatro años – estaba anonadado con la información, la miré para preguntarle de dónde se conocían todos, pero ella se adelantó
- Nosotros nos conocemos desde hace mucho, todos los que están en esa mesa – apuntó a la mesa donde había estado sentado antes y ahora la ocupaban otras bandas conocidas – todos somos amigos y adoramos a Bella por lo que es, una gran persona y amiga y una excelente artista y músico, siempre solíamos hacer giras dando conciertos en diferentes puntos del mundo, oh si, ella es una jodida famosa, una famosa que ustedes quisieron destruir por ser diferente, pero esa que ves en el escenario, esa es la verdadera Bella Swan, no la pudiste destrozar, así que no te creas la gran cosa, otro hombre la quiso destruir y casi lo consiguió, pero está saliendo adelante, te perdiste una magnífica chica, no eres más que basura y espero que pases tus putos días sufriendo y llorando por haber perdido a Bella.
Se paró y se fue con una sonrisa a la otra mesa, donde los tipos miraban y aplaudían la actuación de Bella, lo que me dijo me dejó como en coma ¿qué quería con decir que otro hombre casi la destruye? ¿quién era ese hombre? ¿qué le había pasado para que una famosa cantante dejara todo para convertirse en la freaki en un pueblo olvidado en el mapa? ¿qué cantante era? ¿debería conocerla?, no se, nunca se me ha dado eso de ver a los famosos en la tele.
La canción estaba por terminar y me acerqué a Jasper, él tenía que decirme el gran misterio de Bella, pero no me quiso contar, dijo que pronto lo sabría, lo que si me contó fue lo que significaba el beso en su muñeca y desee no haberle preguntado jamás, dijo que ella ahí se había hecho un tatuaje pequeño cuando supo que James estaba muerto y lo había besado para que James le diera fuerzas, que antes ellos habían conversado sobre el tema
No, no me conoces
Pero tu y yo lo sabemos
pero tu y yo lo sabemos
que fuiste lenya, yo fuego
y ahora resulta
que no soy suficiente para ti, ohhh
Pero tu y yo lo sabemos
pero tu y yo lo sabemos
que fuiste lenya, yo fuego
Pero tu y yo lo sabemos, eh
pero tu y yo lo sabemos
que fuiste lenya, yo fuego
Al terminar la canción Marc le dedicó unas palabras a Bella
- amigos presentes, me complace mucho la presencia de esta maravillosa cantante, como todos saben es una muy querida amiga y que por motivos adversos se había alejado de la música, ahora ha vuelto y más hermosa y talentosa que nunca. Cuando recibí la invitación de Tanya y Samuel nunca pensé encontrarme hoy a Bella y mucho menos que quisiera salir de su anonimato, pero me complace enormemente que me haya escogido para compartir escenario, un gran aplauso para la señorita Bella Swan o más bien conocida en el ámbito como "el cisne del rock"- escuché el jadeo de mi hermana y de Emmett, al mirar a mi hermana se le llenaron los ojos de lágrimas y se tapó la boca con la mano, cuando le iba a preguntar por su reacción se levantó y dijo que necesitaba ir al baño y se fue corriendo.
Pasaban los minutos y Alice no llegaba y Jasper me dijo que él iría a buscarla, que no me preocupara, seguí mirando a Bella en el escenario, ya llevaban tres canciones cuando pararon un momento, pero Bella no vino a la mesa, al mirar hacia la mesa de sus amigos músicos me di cuenta de que ellos no se encontraban, se habían ido donde estaba Bella y todos la abrazaban y le daban besos en la mejilla, miré hacia el actorcillo que quería quitarme a Bella y sonreía mientras la miraba, quería partirle la cara a ese imbé música cambió y una de las bandas de sus amigos subió al escenario y nuevamente Bella estaba allí, pero sentada en el banquillo de un hermoso piano, la banda era Muse, si Muse, me encantaba esa banda y Bella era amigas de ellos, cantaron tres canciones y Bella tocó el piano en la primera y la guitarra eléctrica en las dos últimas, era sencillamente fenomenal, pero la reacción de Alice me tenía preocupado, ella sabía algo y yo necesitaba saber qué era, pero no llegaba, justo en ese momento recibí un mensaje de texto de Jasper que me decía que llevaría a Alice a la casa porque no se sentía bien, bajé hacia el primer piso, pero no los pude ver, se habían ido.
Mientras me paseaba pude escuchar varios comentarios con respecto a Bella, algunas personas decían
- ¿de verdad es la muñequita?, no puedo creerlo
- no la llames así, así la llamaba ese degenerado
- ok, pero ¿es verdad que ese hombre mató a su novio?
- Así dicen, el juicio empezará pronto
¿Juicio? ¿Qué hombre? ¿un degenerado?, no podía aguantar más le di la última mirada a Bella que ahora cantaba a dúo con Beto Cuevas de la banda La Ley. Ella me miró y le di una triste sonrisa, ella era demasiado buena para mi, si antes que era la freaki no me perdonó, menos ahora que era nuevamente famosa y con una actor reconocido embobado por ella, no se si ya valía la pena luchar por el amor de mi Bella, ella no estaba a mi alcance, era un desgraciado, Tanya tenía razón tuve a una mujer maravillosa y le hice daño, me burlé de ella, la amo, pero no se si alguna vez me verá como yo la veo a ella.
Me fui, necesitaba hablar con Alice y descubrir el por que de su llanto, sabía que era algo malo y estaba relacionado con Bella, algo le había pasado a Bella y lo sabría a como de llegar a casa Alice lloraba en brazos de Jasper y mis padres estaban muy tristes, cuando entré en la sala todos los ojos se dirigieron hacia mi y un escalofrío recorrió mi columna vertebral, lo que venía tenía pinta de ser malo, muy malo.
- Necesito respuestas ahora – dije muy seguro de lo que obtendría me causaría un dolor indescifrable.
Cuando venía de regreso a casa todas las cosas que había escuchado revoloteaban en mi cabeza y poco a poco fueron dando forma, lo que sabía era que un degenerado había matado a James y era por ella, no quería ni imaginar por lo que había tenido que pasar, no la había violado, eso lo sabía muy bien, pero había lago más, un daño que le había hecho y lo tenía que saber ahora.
- siéntate Edward, lo que vas a escuchar ahora es muy triste – carajo, lo sabía
Jasper empezó a hablar y dijo que lo hacía porque ya era imposible seguir ocultando el secreto y detalló minuciosamente por qué y cómo había conocido a Bella. Luego contó la manera en que ella se hizo famosa y de los amigos, las bandas, y todo lo que la rodeaba, ella era feliz y plena, pero cuando contó que después de un concierto estaba celebrando desapareció, él se había enterado como todos por las noticias, hacía tiempo que él se encontraba en otro lado o algo así, yo sólo pensaba en Bella desaparecida.
Después fue Carlisle el que contó cómo fue que la conoció cuando ingresó al hospital y me quise morir por toda la información que estaba recibiendo, casi podía verla con las heridas abiertas para que ese desgraciado no le la violara y la encerrara de nuevo, no era justo que ella hubiera pasado por eso, sin darme cuenta estaba llorando por todas las cosas que me contaban, todo lo que había sufrido, el mismo Jasper dijo que hasta hace poco él no sabía toda la verdad, Bella le había contado de sus meses en cautiverio, de las cosas desastrosas que había tenido que soportar, el daño psicológico, las ganas de morir.
Sentía que mi cabeza iba a estallar y cuando me dijeron que ese bastardo se masturbaba cuando la obligaba a cantar y tocar pegué un gritó agónico y caí al suelo de tanto dolor que sentí por lo que había pasado y más encima yo también había aportado para hacerle la vida más mierda. Quería matar a ese desgraciado, ese fue mi último pensamiento antes de que todo se volviera oscuro.
jueves, 18 de agosto de 2011
Muñequita
Publicado por anita cullen en 21:01 2 comentarios
Etiquetas: Muñequita
martes, 16 de agosto de 2011
Vida: Dulce Inmortalidad
Capítulo Vigésimo: Selección Natural
Por un callejón habíamos llegado a un conocido túnel, el olor a humedad y la oscuridad me comprobaron que o era el mismo por donde me había escapado la primera vez o uno muy parecido. Me planté en la mitad haciendo que Carlisle se acercará a mí de forma automática
- ¿Qué ocurre? Me pregunto cerca de mi oído.
- Necesito descansar.
Le conteste, poniéndome la mano en el pecho, cada vez era más difícil caminar y respirar, como si alguien estuviera quitándome todo el oxigeno que mis pulmones consumían.
Sentí como Félix que venia a nuestras espaldas resoplo molesto por la forzada escala que estaba causando. Carlisle sostenía pacientemente mi mano esperando que decidiera caminar nuevamente, pero lo cierto era que no podía dar ningún paso más sin desmayarme en el intento. Estaba inhalando profundamente cuando sentí los brazos de Carlisle levantarme del suelo en un afán lo que estaba temiendo, sin duda el se había dado cuenta que mi cuerpo había comenzado a tambalearse peligrosamente.
Me cargo todo el camino faltante, que a ratos se hacía interminable pero una luz tenue que se hizo más consistente a media que avanzábamos mostró el final del sendero. Ante nuestros ojos se mostró una habitación pequeña, parecida a una recepción, bastante simple para lo que me hubiera imaginado, a un costado estaba el ascensor con las puertas abiertas. Al entrar al ascensor, Carlisle me deposito en el suelo lentamente, paso su mano rápidamente por mi frente, comprobando mi temperatura que en los últimos minutos había subido considerablemente, nuestras miradas se encontraron y yo medio sonreí.
El viaje en ascensor no duro mucho para cuando las puertas se abrieron, el camino se dividía en dos direcciones, pude ver que Aro le dio una discreta mirada a Félix y este asintió llevándose con él a los otros dos vampiros desconocidos y La esposa de Aro por la mano derecha, me quede mirando un instante antes que Jane me conminara a caminar siguiendo a Aro quien ya estaba a mitad de pasillo de la mano izquierda esperándonos un poco impaciente.
Llegamos hasta donde se encontraba el vampiro, frente a él había una enorme puerta de doble hoja. Jane paso adelante y abrió la puerta para nosotros, estas sonaron ruidosamente como si les faltará aceite a la bisagras. Me quede boquiabierta cuando vi el contenido que se escondía tras aquellas paredes.
Era una habitación del doble del tamaño del departamento donde estábamos alojándonos, las paredes grises le daban un aire frío y oscuro, pero era todo lo contrario, estaba completamente iluminada, tenia pequeñas ventanas en la parte superior de la pared por donde se colaba la luz de la luna, aunque también había sutiles candelarias apostadas en las paredes, que ayudaban a darle un aspecto más calido a la habitación.
El suelo estaba alfombrado de pared a pared. A penas se sintió el chirrido de la puerta, las personas en su interior se giraron hacia el grupo recién llegado, de forma automática y rápida, el grupo al interior que había estado conversando ávidamente apago el bullicio de sus voces y se separaron instantáneamente mientras Aro caminaba entre ellos, haciendo una especie de pasillo. Vi como este se detuvo frente a dos hombres al final que permanecían sentados uno al lado del otro.
- Has vuelto. Dijo uno con tono apagado mirando hacia nosotros
- Y no lo has hecho sólo.
Noto el otro. Su piel era como la de Aro, de un blanco translucido, su pelo era Blanco y bestia un impecable traje negro. El otro también compartía el tono mortecino de la piel y la negrura de su cabello hacía juego con su vestimenta.
- Cayo, Marco… Mis queridos hermanos, tengo maravillosas noticias. Bella querida.
Me llamo extendiendo su mano.
Todos permanecían en un silencio sepulcral, a este punto solo podía sentirse el ensordecedor repiqueteo de mi corazón y la respiración agitada que comprobaba el terror que estaba sintiendo en ese momento. Jane que permanecía tras nosotros, me empujo levemente, al no ver movimiento alguno de mi parte, con su mano hacia delante, me gire a mirarla y me enarco una ceja sugiriéndome el camino. Pero aunque yo quisiera correr, en ese momento nisiquiera podía dar un pequeño pasito, mis pies estaban plantados y todo mi cuerpo temblaba sin control.
- ¿Carlisle?.
Exclamo Aro dándole una mirada penetrante. Este suavemente rodeo con su brazo mi cintura y me arrastro para que caminara, lo hicimos en silencio, hasta que el murmullo de algunos de los presentes se hizo más fuerte a medida que llegaban a nuestro destino, eran sonidos rápidos, siseos ininteligibles para mí, pero no tenía que entender darme cuenta que muchos por no decir todos se trataban de mí.
Una vez que estuve lo suficientemente cerca, fue el propio Aro quien me sujeto por el brazo y me puso delante de él, para que sus hermanos pudieran apreciarme con toda magnificencia, me arrebato de los brazos de Carlisle y aunque quise protestar por la mirada que éste me confino supe que hacerlo sería una mala idea. El vampiro de pelo negro fue el primero en levantarse y abrir sus ojos expectantes, al principio no entendí su reacción pero cuando las palabras brotaron de sus labios supe de lo que se trataba.
-¡Esto es imposible!
Chillo incrédulo mirando a Aro y acercándose a mí, vi como levanto su mano derecha y la acerco a mi vientre, habían descubierto mi secreto sin que yo hubiera siquiera pensado o exclamo nada. De pronto reflexione un segundo, Aro me había dado la mano y había exclamo un contundente interesante, tendría que ver eso, ¿acaso el podía leerme la mente?
- ¿Cómo?
Exigió saber dándole una mirada de reojo al vampiro que permanecía en la silla sigiloso.
- Selección Natural, estamos ante un milagro de la naturaleza.
Explico Aro mirando a todos, que devolvían sus miradas atónitas con lo que estaban presenciando.
- Yo no me emocionaría… aún…
Interrumpió de pronto el vampiro que permanecía sentado ausente hasta ahora, su cabello blanco como la nieve hacía contraste con sus ojos rojos como el fuego. Su expresión era de escepticismo ante lo dicho por Aro. Parecía que él no creía en la selección natural de la que hablaba su hermano
– considerando su estado actual, no aventuraría apuestas tan
Hizo una pausa mirándome con una sonrisa maquiavélica
- positivas, mírala… aún… y gracias a tu veneno… su cuerpo se debilita como un frágil mortal, que te hace pensar que será capaz de soportar todo esto.
- Ah mi querido Cayo tu siempre tan… positivo.
Reclamó Aro evidentemente molesto por la observación de su hermano, agito su cabeza mirando a Carlisle
– sobrevivirá y no sólo ha su embarazo, sino a todo, ella será la primera de su clase y su hija se convertirá en la primera criatura engendrada por una mujer semimortal.
Anuncio a todos levantando sus manos en jubilo, uno que aparentemente no compartía el vampiro cuyo nombre era Cayo, lo miró por unos instantes y se volvió a sentar en el asiento de madera maciza que me recordaba a los tronos de la época medieval para los reyes.
Tragué saliva ante el comentario de Aro, una palabra había atrapado mi atención – su hija – como podía el saber que mi bebe era una niña. De pronto vi como Cayo, se levanto e hizo un ademán hacia Félix de cuya presencia nisiquiera había estado conciente sino hasta ese minuto, miré confusa, pues no entendí el significado de dicho gente, hasta que sentí el crujido de la puerta nuevamente y vi como de forma grácil la habitación comenzaba a desalojarse de forma conveniente.
En un par de segundos quedamos sólo nosotros cinco y un grupo reducidos de vampiros que a juzgar por las posiciones que tomaron estaban oficiando de guardias. Pude ver a Jane tomar su lado a un costado de Aro, pero a los otros dos que estaban uno a cada lado de Cayo y Marco no los había visto antes, en especial a uno que a juzgar por su parecido físico era el hermano gemelo de Jane.
- Ahora que estamos solos – deslizo su mirada haciendo una pausa desde Carlisle, pasando por Aro, hasta detenerse en mi, está se hizo más profunda e inquietante y continuo - dejémoslos de esta tontería de la Selección Natural y dinos Aro, ¿este efecto que provoco en Bella podría repetirse en otro vampiro?.
Su pregunta era mordaz, a él no le interesaba en lo más absoluto mi extraño embarazo, lo que me tranquilizo un poco de momento.
- Creo que esa pregunta debería responderla Carlisle.
Sugirió mirándolo, estaba dándole el uso de la palabra.
- Por ahora sólo sabemos que es mortal para cualquier vampiro, tan mortal como ustedes querían que fuera.
Confirmó Carlisle con voz serena y tranquila, envidiaba la manera de mantener el control considerando la situación que estábamos viviendo. Cayo se sentó nuevamente y puso su mano debajo de su barbilla, en una actitud que denotaba que estaba evaluando la información entregada.
- Carlisle… ¿alguien más lo sabe? Pregunto de repente Marco con preocupación en su voz.
- No… hemos mantenido esto lo más reservado posible.
Respondió nuevamente Carlisle. De pronto comenzó a darme vueltas la habitación, y trastabille hacia un costado. Carlisle se aproximo a la velocidad de un rayo y me sujeto contra su cuerpo evitando mi caída. Marco y Aro se precipitaron también, el único que permaneció en su puesto fue Cayo quien puso sus ojos en blanco al ver la reacción de sus hermanos.
- No puedo respirar.
Balbucee con dificultad, sentí la mano de Carlisle sobre mis mejillas, sentí un leve apretón en ellas y luego la frente, se acerco hasta mi rostro y note que puso su oído cerca de mi nariz, como para comprobar que tan mal estaba respirando.
- Debemos ayudarla a respirar o morirá.
Informo de repente mirando a Cayo, quien evidentemente era el más renuente de todos a siquiera prestar ayuda.
- Tal vez debiéramos dejar que eso pase… después de todo no es selección natural. Exclamo con un dejo de ironía el aludido.
Antes que siquiera que terminara de pronunciar la frase se sintieron cuatro voces ahogadas y enérgicas gritar lo mismo.
- ¡No!.
Habían sido Carlisle, Aro, Marco y la última fue la que me hizo regresar de mi casi estado de inconciencia y esbozar una leve sonrisa. Por la forma en que Cayo se levanto abruptamente y a juzgar por la expresión de Jane, quien perdió la sonrisa que mantenía ante el comentario de su maestro, supe que había entrado en la habitación Edward.
- ¿Cómo han entrado?
Quiso saber Cayo al borde de la desesperación por estar repentinamente en números parejos. Miré de reojo y pude ver que no sólo estaba Edward sino que Alice, Jaspe y Emmett junto a él y habían entrado de improviso a la habitación, a jugar por los ojos desorbitados de Jasper y la expresión exaltada de Emmett su entrada en aquel edificio no había sido del todo pacifica.
Jane, Félix y los otros vampiros en un abrir y cerrar de ojos estaba frente a frente de cada uno de los integrantes de mi improvisada patrulla de rescate.
- No… por favor…
Suplique tomando la mano de Aro y abriendo mis ojos con terror, me miró por un momento y luego giro su vista a mi recién llegado esposo. Se separo de mí y pude ver que se puso delante de Jane quien era la más cercana a Edward levantando la mano, con la intensión de contener el inminente ataque.
- Edward… pero que modales son aquellos… hubiera bastando con tocar.
- ¡Devuélveme a mi esposa!
Espetó Edward frenético tratando de mantener el control de su temperamento, pero no pudo evitar que la voz fuera dura y desdeñosa. Sus labios estaban juntos hecho una línea y podía ver que su mandíbula estaba tensa, por medio segundo desvío su mirada de Aro, encontrándose con la mía y me dio una mirada torturada, que cambio a una de perdón… pero por qué podría pedirme perdón mi amado Edward si nada de lo que estaba sucediendo era su culpa.
Quise no dejar de mirarlo pero un dolor en mi pecho reclamo mi atención e hizo que un gemido se escapara de entre mis labios, no fue muy fuerte, pero todos los presentes lo habían escuchado, de eso estaba segura. Los ojos de Edward se hicieron frenéticos, y apretó los puños dando un pequeño movimiento hacia delante. Aro sonrío y con su brazo hizo que Jane retrocediera detrás de su cuerpo dejando la pasada libre. Enarcó su ceja sugerente a Edward quien lo miró con desconfianza.
- Por favor… me ofendes.
Balbuceo. Hubo un tenso silencio y antes que pudiera darme cuenta tenia el rostro de mi amado esposo frente a mis narices, tomo mi rostro entre sus manos y lo examino como si estuviera analizando el daño causado. Luego poso su mano sobre mi vientre y me sonrío levemente.
- Estamos bien
Fue lo único que alcance a decir antes que otro punzazo me hiciera contraerme de una manera salvaje, escapo de mis labios un jadeo de alivio cuando el dolor aminoro su intensidad. Vi como paso su pulgar sobre mis labios y miro a Carlisle con desesperación y desconcierto.
- Están azules
Le susurro mientras pasaba un brazo sobre mi espalda y otro debajo de mis piernas para tomarme en sus brazos.
- Aro por favor. Insistió Carlisle mirándolo, era evidente que estaba pidiéndole que nos dejará ir.
- No creo que sea tan buena idea Carlisle… creo que tal vez es mejor que Bella permanezca aquí.
Dijo y fue en ese minuto cuando sentí el rugido sordo y profundo en el pecho de mi esposo.
- ¡Me llevaré a mi esposa, aunque tenga que pasar sobre tu cadáver!.
Chillo con un tono amedrentador en su voz, caminando hacía Aro que permanecía reteniendo a Jane, los ojos de esta estaban destellaban ambiciosos por entrar en acción y dar el castigo por la insolencia mostrada.
- Tal vez no sea necesario llegar hasta ese extremo.
Interrumpió Marco poniendo una mano sobre el hombro de Carlisle quien evidentemente había tenido el impulso de retener a Edward, temiendo lo peor tal vez
– Tienes que perdonar la impertinencia de Cayo, verás la edad le ha quitado… como decirlo… la virtud de la paciencia, pero no significa que haya perdido la cordura, no queremos hacerle daño a nadie de tu familia
Agrego y mientras decía esto, su mirada se deslizaba por cada uno de los vampiros que permanecían en posición de ataque todavía, estos se relajaron de inmediato y pude ver que los Cullen también
– pero Aro no deja de tener razón, deberías permitirnos ayudarte. Finalizo dando un profundo suspiro.
Edward me miro compungido, miro a Alice como buscando ayuda para tomar la decisión, vi como esta se acerco a nosotros, me sonrío dulcemente y miro a Edward.
- Tendremos que confiar.
Fue todo lo que dijo. Edward se giro conmigo para darle la cara a Marco quien esperaba su decisión.
- Bien… ¿por donde?
Dijo resignado, el tono de voz tenía también un dejo de frustración y cólera. Marco cambio la expresión y le mostró el camino señalando con su mano una puerta a un costado de donde habían estado sentados.
Trate de mantenerme despierta pero fue casi imposible, poco a poco todo comenzó a distorsionarse, cada vez el aire se hacia mas pesado, difícil de inhalar, estaba perdiendo la batalla para no caer en inconciencia, pero era normal considerando que casi no tenia oxigeno en mi cerebro, me rendí finalmente cuando vi que nos hacían entrar en una habitación.
- Bella quédate conmigo… no te duermas...
Me susurro Edward acercando sus labios y dándome un pequeño beso en la frente, pero no podía cumplir sus deseos, poco a poco la luz se apago y fui perdiendo de vista aquellos hermosos y calidos ojos dorados.
Por un callejón habíamos llegado a un conocido túnel, el olor a humedad y la oscuridad me comprobaron que o era el mismo por donde me había escapado la primera vez o uno muy parecido. Me planté en la mitad haciendo que Carlisle se acercará a mí de forma automática
- ¿Qué ocurre? Me pregunto cerca de mi oído.
- Necesito descansar.
Le conteste, poniéndome la mano en el pecho, cada vez era más difícil caminar y respirar, como si alguien estuviera quitándome todo el oxigeno que mis pulmones consumían.
Sentí como Félix que venia a nuestras espaldas resoplo molesto por la forzada escala que estaba causando. Carlisle sostenía pacientemente mi mano esperando que decidiera caminar nuevamente, pero lo cierto era que no podía dar ningún paso más sin desmayarme en el intento. Estaba inhalando profundamente cuando sentí los brazos de Carlisle levantarme del suelo en un afán lo que estaba temiendo, sin duda el se había dado cuenta que mi cuerpo había comenzado a tambalearse peligrosamente.
Me cargo todo el camino faltante, que a ratos se hacía interminable pero una luz tenue que se hizo más consistente a media que avanzábamos mostró el final del sendero. Ante nuestros ojos se mostró una habitación pequeña, parecida a una recepción, bastante simple para lo que me hubiera imaginado, a un costado estaba el ascensor con las puertas abiertas. Al entrar al ascensor, Carlisle me deposito en el suelo lentamente, paso su mano rápidamente por mi frente, comprobando mi temperatura que en los últimos minutos había subido considerablemente, nuestras miradas se encontraron y yo medio sonreí.
El viaje en ascensor no duro mucho para cuando las puertas se abrieron, el camino se dividía en dos direcciones, pude ver que Aro le dio una discreta mirada a Félix y este asintió llevándose con él a los otros dos vampiros desconocidos y La esposa de Aro por la mano derecha, me quede mirando un instante antes que Jane me conminara a caminar siguiendo a Aro quien ya estaba a mitad de pasillo de la mano izquierda esperándonos un poco impaciente.
Llegamos hasta donde se encontraba el vampiro, frente a él había una enorme puerta de doble hoja. Jane paso adelante y abrió la puerta para nosotros, estas sonaron ruidosamente como si les faltará aceite a la bisagras. Me quede boquiabierta cuando vi el contenido que se escondía tras aquellas paredes.
Era una habitación del doble del tamaño del departamento donde estábamos alojándonos, las paredes grises le daban un aire frío y oscuro, pero era todo lo contrario, estaba completamente iluminada, tenia pequeñas ventanas en la parte superior de la pared por donde se colaba la luz de la luna, aunque también había sutiles candelarias apostadas en las paredes, que ayudaban a darle un aspecto más calido a la habitación.
El suelo estaba alfombrado de pared a pared. A penas se sintió el chirrido de la puerta, las personas en su interior se giraron hacia el grupo recién llegado, de forma automática y rápida, el grupo al interior que había estado conversando ávidamente apago el bullicio de sus voces y se separaron instantáneamente mientras Aro caminaba entre ellos, haciendo una especie de pasillo. Vi como este se detuvo frente a dos hombres al final que permanecían sentados uno al lado del otro.
- Has vuelto. Dijo uno con tono apagado mirando hacia nosotros
- Y no lo has hecho sólo.
Noto el otro. Su piel era como la de Aro, de un blanco translucido, su pelo era Blanco y bestia un impecable traje negro. El otro también compartía el tono mortecino de la piel y la negrura de su cabello hacía juego con su vestimenta.
- Cayo, Marco… Mis queridos hermanos, tengo maravillosas noticias. Bella querida.
Me llamo extendiendo su mano.
Todos permanecían en un silencio sepulcral, a este punto solo podía sentirse el ensordecedor repiqueteo de mi corazón y la respiración agitada que comprobaba el terror que estaba sintiendo en ese momento. Jane que permanecía tras nosotros, me empujo levemente, al no ver movimiento alguno de mi parte, con su mano hacia delante, me gire a mirarla y me enarco una ceja sugiriéndome el camino. Pero aunque yo quisiera correr, en ese momento nisiquiera podía dar un pequeño pasito, mis pies estaban plantados y todo mi cuerpo temblaba sin control.
- ¿Carlisle?.
Exclamo Aro dándole una mirada penetrante. Este suavemente rodeo con su brazo mi cintura y me arrastro para que caminara, lo hicimos en silencio, hasta que el murmullo de algunos de los presentes se hizo más fuerte a medida que llegaban a nuestro destino, eran sonidos rápidos, siseos ininteligibles para mí, pero no tenía que entender darme cuenta que muchos por no decir todos se trataban de mí.
Una vez que estuve lo suficientemente cerca, fue el propio Aro quien me sujeto por el brazo y me puso delante de él, para que sus hermanos pudieran apreciarme con toda magnificencia, me arrebato de los brazos de Carlisle y aunque quise protestar por la mirada que éste me confino supe que hacerlo sería una mala idea. El vampiro de pelo negro fue el primero en levantarse y abrir sus ojos expectantes, al principio no entendí su reacción pero cuando las palabras brotaron de sus labios supe de lo que se trataba.
-¡Esto es imposible!
Chillo incrédulo mirando a Aro y acercándose a mí, vi como levanto su mano derecha y la acerco a mi vientre, habían descubierto mi secreto sin que yo hubiera siquiera pensado o exclamo nada. De pronto reflexione un segundo, Aro me había dado la mano y había exclamo un contundente interesante, tendría que ver eso, ¿acaso el podía leerme la mente?
- ¿Cómo?
Exigió saber dándole una mirada de reojo al vampiro que permanecía en la silla sigiloso.
- Selección Natural, estamos ante un milagro de la naturaleza.
Explico Aro mirando a todos, que devolvían sus miradas atónitas con lo que estaban presenciando.
- Yo no me emocionaría… aún…
Interrumpió de pronto el vampiro que permanecía sentado ausente hasta ahora, su cabello blanco como la nieve hacía contraste con sus ojos rojos como el fuego. Su expresión era de escepticismo ante lo dicho por Aro. Parecía que él no creía en la selección natural de la que hablaba su hermano
– considerando su estado actual, no aventuraría apuestas tan
Hizo una pausa mirándome con una sonrisa maquiavélica
- positivas, mírala… aún… y gracias a tu veneno… su cuerpo se debilita como un frágil mortal, que te hace pensar que será capaz de soportar todo esto.
- Ah mi querido Cayo tu siempre tan… positivo.
Reclamó Aro evidentemente molesto por la observación de su hermano, agito su cabeza mirando a Carlisle
– sobrevivirá y no sólo ha su embarazo, sino a todo, ella será la primera de su clase y su hija se convertirá en la primera criatura engendrada por una mujer semimortal.
Anuncio a todos levantando sus manos en jubilo, uno que aparentemente no compartía el vampiro cuyo nombre era Cayo, lo miró por unos instantes y se volvió a sentar en el asiento de madera maciza que me recordaba a los tronos de la época medieval para los reyes.
Tragué saliva ante el comentario de Aro, una palabra había atrapado mi atención – su hija – como podía el saber que mi bebe era una niña. De pronto vi como Cayo, se levanto e hizo un ademán hacia Félix de cuya presencia nisiquiera había estado conciente sino hasta ese minuto, miré confusa, pues no entendí el significado de dicho gente, hasta que sentí el crujido de la puerta nuevamente y vi como de forma grácil la habitación comenzaba a desalojarse de forma conveniente.
En un par de segundos quedamos sólo nosotros cinco y un grupo reducidos de vampiros que a juzgar por las posiciones que tomaron estaban oficiando de guardias. Pude ver a Jane tomar su lado a un costado de Aro, pero a los otros dos que estaban uno a cada lado de Cayo y Marco no los había visto antes, en especial a uno que a juzgar por su parecido físico era el hermano gemelo de Jane.
- Ahora que estamos solos – deslizo su mirada haciendo una pausa desde Carlisle, pasando por Aro, hasta detenerse en mi, está se hizo más profunda e inquietante y continuo - dejémoslos de esta tontería de la Selección Natural y dinos Aro, ¿este efecto que provoco en Bella podría repetirse en otro vampiro?.
Su pregunta era mordaz, a él no le interesaba en lo más absoluto mi extraño embarazo, lo que me tranquilizo un poco de momento.
- Creo que esa pregunta debería responderla Carlisle.
Sugirió mirándolo, estaba dándole el uso de la palabra.
- Por ahora sólo sabemos que es mortal para cualquier vampiro, tan mortal como ustedes querían que fuera.
Confirmó Carlisle con voz serena y tranquila, envidiaba la manera de mantener el control considerando la situación que estábamos viviendo. Cayo se sentó nuevamente y puso su mano debajo de su barbilla, en una actitud que denotaba que estaba evaluando la información entregada.
- Carlisle… ¿alguien más lo sabe? Pregunto de repente Marco con preocupación en su voz.
- No… hemos mantenido esto lo más reservado posible.
Respondió nuevamente Carlisle. De pronto comenzó a darme vueltas la habitación, y trastabille hacia un costado. Carlisle se aproximo a la velocidad de un rayo y me sujeto contra su cuerpo evitando mi caída. Marco y Aro se precipitaron también, el único que permaneció en su puesto fue Cayo quien puso sus ojos en blanco al ver la reacción de sus hermanos.
- No puedo respirar.
Balbucee con dificultad, sentí la mano de Carlisle sobre mis mejillas, sentí un leve apretón en ellas y luego la frente, se acerco hasta mi rostro y note que puso su oído cerca de mi nariz, como para comprobar que tan mal estaba respirando.
- Debemos ayudarla a respirar o morirá.
Informo de repente mirando a Cayo, quien evidentemente era el más renuente de todos a siquiera prestar ayuda.
- Tal vez debiéramos dejar que eso pase… después de todo no es selección natural. Exclamo con un dejo de ironía el aludido.
Antes que siquiera que terminara de pronunciar la frase se sintieron cuatro voces ahogadas y enérgicas gritar lo mismo.
- ¡No!.
Habían sido Carlisle, Aro, Marco y la última fue la que me hizo regresar de mi casi estado de inconciencia y esbozar una leve sonrisa. Por la forma en que Cayo se levanto abruptamente y a juzgar por la expresión de Jane, quien perdió la sonrisa que mantenía ante el comentario de su maestro, supe que había entrado en la habitación Edward.
- ¿Cómo han entrado?
Quiso saber Cayo al borde de la desesperación por estar repentinamente en números parejos. Miré de reojo y pude ver que no sólo estaba Edward sino que Alice, Jaspe y Emmett junto a él y habían entrado de improviso a la habitación, a jugar por los ojos desorbitados de Jasper y la expresión exaltada de Emmett su entrada en aquel edificio no había sido del todo pacifica.
Jane, Félix y los otros vampiros en un abrir y cerrar de ojos estaba frente a frente de cada uno de los integrantes de mi improvisada patrulla de rescate.
- No… por favor…
Suplique tomando la mano de Aro y abriendo mis ojos con terror, me miró por un momento y luego giro su vista a mi recién llegado esposo. Se separo de mí y pude ver que se puso delante de Jane quien era la más cercana a Edward levantando la mano, con la intensión de contener el inminente ataque.
- Edward… pero que modales son aquellos… hubiera bastando con tocar.
- ¡Devuélveme a mi esposa!
Espetó Edward frenético tratando de mantener el control de su temperamento, pero no pudo evitar que la voz fuera dura y desdeñosa. Sus labios estaban juntos hecho una línea y podía ver que su mandíbula estaba tensa, por medio segundo desvío su mirada de Aro, encontrándose con la mía y me dio una mirada torturada, que cambio a una de perdón… pero por qué podría pedirme perdón mi amado Edward si nada de lo que estaba sucediendo era su culpa.
Quise no dejar de mirarlo pero un dolor en mi pecho reclamo mi atención e hizo que un gemido se escapara de entre mis labios, no fue muy fuerte, pero todos los presentes lo habían escuchado, de eso estaba segura. Los ojos de Edward se hicieron frenéticos, y apretó los puños dando un pequeño movimiento hacia delante. Aro sonrío y con su brazo hizo que Jane retrocediera detrás de su cuerpo dejando la pasada libre. Enarcó su ceja sugerente a Edward quien lo miró con desconfianza.
- Por favor… me ofendes.
Balbuceo. Hubo un tenso silencio y antes que pudiera darme cuenta tenia el rostro de mi amado esposo frente a mis narices, tomo mi rostro entre sus manos y lo examino como si estuviera analizando el daño causado. Luego poso su mano sobre mi vientre y me sonrío levemente.
- Estamos bien
Fue lo único que alcance a decir antes que otro punzazo me hiciera contraerme de una manera salvaje, escapo de mis labios un jadeo de alivio cuando el dolor aminoro su intensidad. Vi como paso su pulgar sobre mis labios y miro a Carlisle con desesperación y desconcierto.
- Están azules
Le susurro mientras pasaba un brazo sobre mi espalda y otro debajo de mis piernas para tomarme en sus brazos.
- Aro por favor. Insistió Carlisle mirándolo, era evidente que estaba pidiéndole que nos dejará ir.
- No creo que sea tan buena idea Carlisle… creo que tal vez es mejor que Bella permanezca aquí.
Dijo y fue en ese minuto cuando sentí el rugido sordo y profundo en el pecho de mi esposo.
- ¡Me llevaré a mi esposa, aunque tenga que pasar sobre tu cadáver!.
Chillo con un tono amedrentador en su voz, caminando hacía Aro que permanecía reteniendo a Jane, los ojos de esta estaban destellaban ambiciosos por entrar en acción y dar el castigo por la insolencia mostrada.
- Tal vez no sea necesario llegar hasta ese extremo.
Interrumpió Marco poniendo una mano sobre el hombro de Carlisle quien evidentemente había tenido el impulso de retener a Edward, temiendo lo peor tal vez
– Tienes que perdonar la impertinencia de Cayo, verás la edad le ha quitado… como decirlo… la virtud de la paciencia, pero no significa que haya perdido la cordura, no queremos hacerle daño a nadie de tu familia
Agrego y mientras decía esto, su mirada se deslizaba por cada uno de los vampiros que permanecían en posición de ataque todavía, estos se relajaron de inmediato y pude ver que los Cullen también
– pero Aro no deja de tener razón, deberías permitirnos ayudarte. Finalizo dando un profundo suspiro.
Edward me miro compungido, miro a Alice como buscando ayuda para tomar la decisión, vi como esta se acerco a nosotros, me sonrío dulcemente y miro a Edward.
- Tendremos que confiar.
Fue todo lo que dijo. Edward se giro conmigo para darle la cara a Marco quien esperaba su decisión.
- Bien… ¿por donde?
Dijo resignado, el tono de voz tenía también un dejo de frustración y cólera. Marco cambio la expresión y le mostró el camino señalando con su mano una puerta a un costado de donde habían estado sentados.
Trate de mantenerme despierta pero fue casi imposible, poco a poco todo comenzó a distorsionarse, cada vez el aire se hacia mas pesado, difícil de inhalar, estaba perdiendo la batalla para no caer en inconciencia, pero era normal considerando que casi no tenia oxigeno en mi cerebro, me rendí finalmente cuando vi que nos hacían entrar en una habitación.
- Bella quédate conmigo… no te duermas...
Me susurro Edward acercando sus labios y dándome un pequeño beso en la frente, pero no podía cumplir sus deseos, poco a poco la luz se apago y fui perdiendo de vista aquellos hermosos y calidos ojos dorados.
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viernes, 12 de agosto de 2011
Cuidando tu Corazón
Capitulo 3:
Carlisle Cullen
El avión estaba por tocar suelo londinense, mis manos sudaban y tenía unas extrañas sensaciones por todo el cuerpo, de seguro mis nervios nuevamente estaban traicionándome, mire a mi lado y Edward hablaba animadamente por teléfono, su perfil perfecto me infundía confianza pero a pesar de todo sentía nervios y estragos sobre mi cordura ¿Cómo sería conocer a la familia de mi novio?, la llamada se paró y Edward devolvió su vista a mis ojos, una encantadora sonrisa apareció en sus labios.
― Podría jurar por mi vida que mueres de nervios por lo que sucederá— agregó cambiando su sonrisa por una mueca de preocupación
― Me conoces bien pero sabes que fuera de todo estoy tranquila, no hay nada mejor que tenerte a mi lado y eso tú lo sabes.
― Y no sabes cuánto lo agradezco Bella, ser necesitado es lo mejor que podría pasarme en el mundo—
― Sr. Cullen, Srta.— llamó el auxiliar de vuelo— por favor abróchense los cinturones.
Ambos asentimos haciendo caso a la recomendación. Eran justo las dos de la tarde cuando salíamos del enorme jet en dirección a la sala de desembarques. Edward me llevaba tomada de su mano, atrás venia una de las azafatas acompañándonos, pasamos por policía internacional en donde pudimos tomar nuestras maletas un asistente del aeropuerto nos ayudo llevando un carro con todo el equipaje, cuando salimos hacia la sala privada del aeropuerto la imponente figura de una hermosa mujer nos recibió, era la persona más preciosa que había visto, parecía un ángel. Sus tiernos ojos nos recorrieron a los dos y una enorme sonrisa apareció en sus labios, sus brazos se extendieron y de su boca salió un grito de emoción.
― ¡Edward! ¡Bella!, al fin— dijo acercándose rápidamente a nuestro encuentro, cuando estuvo casi a nuestro lado me di cuenta de que ella era unos cuantos centímetros mas alta que yo.
― Tanya— respondió Edward, soltó mi mano y abrazo a su querida prima, los observe por unos momentos mientras pequeñas risas salían de sus labios, me sentí feliz al ver lo humano que lo hacían estos momentos, se separaron y toda la atención se concentro en mi.
― ¡maldita sea Edward!— gritó llevando sus manos a la cara, sus ojos brillaban con una inusual intensidad— ¡Es preciosa!— exclamó nuevamente, se acerco para abrazarme, mi expresión era de completa perplejidad, la personalidad explosiva de Tanya era completamente diferente a la de Edward, ambos en actitud eran como el agua y el aceite— Demonios, creo que tu descripción no le hizo justicia
― Ciertamente que no, jamás puedo describir lo hermosa que es Bella— agregó con orgullo, sus palabras me hicieron volar una vez más hacia un lugar en donde solo existíamos los dos, esta vez tuve que detenerme y contemplar a la emocionada mujer que tenia abrazándome, nos soltamos para tomarnos de las manos
― No sabes el placer que es conocerte Bella, soy Tanya la prima de Edward— se presentó
― Mucho gusto, aunque ya habíamos hablado para mí también es un placer conocerte en persona Tanya.
― Wow— suspiro aun mirándome— esto será mejor de lo que pensaba, mi boda ahora sí que será un éxito, no puedo esperar a presentarte con mis amigas, te advierto que serás el centro de atención en todas las celebraciones
― ¿centro de atención?— pregunte un tanto alarmada
― Si, Edward Cullen jamás había traído a una novia a esta casa, debo decir que soy afortunada al recibirte, además que muchas querrán matarte por haber casado al soltero más sexy y codiciado de Inglaterra— una risa se soltó de mis labios y un bufido por parte de Edward
― Vamos Tanya no la asustes, bastante tiene con saber que tendrá que ver a Carlisle.
― Maldición, lo había olvidado— su cejo se frunció, ha ella tampoco le caía bien— pero procuraremos de que no friegue lo maravilloso de estas fiestas, cuenta conmigo para lo que sea Bella, en mi tienes a una nueva amiga— las palabras de Tanya me emocionaron hasta la medula, era bueno sentir que por lo menos una persona de la familia de Edward me quería— bien, ahora vámonos— tomo de mi brazo y nos condujo por los pasillos del aeropuerto.
Bajamos a los estacionamientos y una enorme camioneta de color blanco nos esperaba, me sorprendí al ver que Tanya no tenia chofer ni nada por el estilo, ella misma venía manejando su transporte, mientras íbamos de camino por las calles de Londres me sentía maravillada, yo jamás había salido de Chicago antes de conocer a Edward, viajar a la hacienda de los Hale, a Grecia y ahora a suelo ingles eran experiencias nuevas para mí. Tanya fue hablando de todo lo que tendríamos que hacer en esta semana, era día lunes por lo que hasta el próximo lunes teníamos según ella "la agenda copada", me propuso para empezar un día de compras. Gracias a Rosalie y su buen gusto tenía un hermoso vestido y zapatos a juego para la gran ceremonia, pensé en comprarme unos accesorios y un bolso que me sirviera. Edward nos miraba maravillado, cada vez que me giraba a verlo el tenia una sonrisa aun más amplia sin duda le alegraba que todo esto sucediera. Mientras conversábamos una enorme duda salto a mi mente, ¿Dónde nos hospedaríamos?
― ¿Qué sucede?— preguntó Edward al verme ensimismada en mis pensamientos
― Estaba pensando— le comenté— no me has dicho donde nos quedaremos.
― Ah— dijo y perdió sus ojos en la ventana— cuando vengo a Londres acostumbro quedarme en un hotel pero Tanya me ha prohibido que lo haga así que nos invito a pasar estos días en su casa.
― Qué bien— dije un poco más animada, era preocupante saber que tendría que ver a su familia día a día, si no nos llevábamos bien seria una completa tortura
Después de eso Tanya siguió hablando, Edward parecía estar en otra parte, su mente divago hasta el punto que parecía estar ausente de nuestra platica, unos diez minutos más tarde el auto ingreso a una especie de condominio, las enormes casas que habían a cada lado de la calle daban cuenta del rango social que tenia Tanya y su familia. La camioneta aparcó al final de acera en una enorme mansión de color lavanda, un tono muy poco tradicional pero muy acertado a la personalidad diferente de su dueña. En unos segundos el aire paso de ser pacifico a tenso, el cuerpo de Edward se puso rígido y por primera vez desde que estábamos juntos como pareja vi la antigua expresión de frialdad en sus ojos, mi corazón comenzó a latir rápido, en la puerta de la enorme mansión habían aparcados dos autos, uno pequeño y sin duda femenino además de una Land Rover. Mire la cara de mi novio y parecía completamente furica.
― ¿les dijiste que llegábamos hoy?— preguntó Edward al bajarse de la camioneta, la cara de Tanya cambio, tenía una expresión de asombro confinada con horror, extendió sus manos para que yo bajara y paso de inmediato una de ellas por mi cintura pegándome a su cuerpo, demonios… estaba segura de que algo sucedería.
― Claro que no, nadie sabía que ustedes llegaban hoy, no se lo dije a nadie.
― Maldita sea entonces ¿Por qué demonios están aquí?— preguntó en un tono más alto, su mano se ceñía rígida a mi piel, por un momento comprendí lo que sucedía y mi cuerpo reacciono rápidamente a mis pensamientos
― ¿acaso tu familia está aquí?— pregunte y ambos me quedaron viendo— ¿por eso estas así?
― Bella yo…— comenzó pero sus palabras se vieron acalladas por uno de mis dedos
― Ya no digas mas, no es tu culpa, los dos sabíamos que tarde o temprano esto iba a suceder asique es mejor que salgamos pronto de esto— me solté de su agarre y comencé a caminar, ambos me siguieron a los segundos después, la mano de Edward se volvió a poner de manera protectora sobre mi cuerpo.
Antes de que pudiéramos tocar una mucama con expresión compungida abrió la puerta, saludó con la cabeza y nos dejo pasar. El cuerpo de Tanya pasó rápidamente antes que nosotros y se adelanto en entrar al salón.
― Que sorpresa verlos aquí— dijo la voz de Tanya, Edward y yo caminábamos para llegar al salón
― Querida sobrina— saludó una grave pero fría voz, el tono de aquellas palabras sonaba a puro sarcasmo— hemos venido de visita al saber que mi hijo volvía a casa— al momento de entrar en el salón Edward cambio de posición entrelazando sus dedos con los míos
― Buenas tardes— saludó con una voz que me helaba hasta el mas mínimo de los cabellos, el había vuelto a poner la coraza de hierro, su corazón nuevamente estaba envuelto.
― Buenas tardes— salude también, las miradas que antes se posaban en Edward cambiaron hacia mí.
Pude ver tres pares de ojos mirándome, cada uno tenía diferentes expresiones. En el salón había dos mujeres y un hombre, por el parecido innato supe de inmediato que era la familia de Edward como antes ya había pensado. La mujer más joven presumía que era Alice Cullen, la hermana de Edward, era una chiquilla flaca y probablemente de casi la misma edad que yo sus cabellos eran tan negros como la noche y sus ojos del mismo verde que Edward, los cuales me miraban con asombro y sorpresa, fui víctima de su minucioso escrutinio. Al lado de ella estaba una mujer de cabellos cobrizos y expresión culpable, las incipientes arrugas en su piel y los signos de la edad me dijeron que ella era su madre, Esme Cullen, los ojos de la mujer denotaban el pesar que sentía al ver la escena que se aproximaba. Parado en el medio del salón y dando una imponente presencia estaba él, Carlisle Cullen dueño de un imperio y de un corazón negro. Sus orbes verdes y su cabello rubio resplandecían con fuerza dentro del salón, sus ojos a pesar de ser del mismo color que los de Edward tenían la frialdad plasmada en sus expresiones, la que tenía en este momento era de completa aversión por la escena, sin duda el padre de Edward no se parecía en nada a él.
― Pero miren nada mas…— comenzó con sarcasmo e ironía— si es mi querido hijo y su… novia— termino con desdén y remarcando la última palabra, apreté la mano de Edward pero este me la soltó de inmediato se poso delante de mi tapándome de la vista de Carlisle, estaba intentando protegerme de su ataque.
― Te pido de favor tío Carlisle que no oses ofender a mis visitas, recuerda que estas en mi casa— intervino Tanya antes de que la batalla se desatara.
― Oh querida mía— miro a Tanya— eso lo sé ya que si estuviéramos en la mía ya habría echado a estas visitas como le dices tú— sus ojos nuevamente se posaron en mi, su mirada me recorrió de pies a cabeza haciéndome tiritar, mi corazón estaba alocado y mi respiración contenida, tenía un enorme nudo que se formaba con fuerza en mi pecho.
― Ya basta papá— lo reprendió Edward— dime ¿a qué demonios viniste?— preguntó tenso y con voz furica
― ¿Qué no es obvio hemos venido a conocer a tu novia? Deberías haber pasado por nuestra casa primero hijo querido, somos tu familia— el tono en el que ocupaba la frase hijo mío era tan despectivo, unas pocas ganas de abofetearlo pasaron por mi cabeza— además es primera vez que conocemos a una de tus novias, creo que es un honor el tenerla frente a mis ojos.
― Déjate de las maldita formalidades Carlisle, sabes perfectamente quien es ella ¿o acaso ya se te olvido la llamada que le hiciste?— pude ver los puños de Edward apretarse cada vez mas— la última vez que nos vimos no tuve tiempo de darte lo que te mereces, jamás te perdonare lo que hiciste, eres un mal nacido—
― ¡Edward!— grito la voz adolorida de la mujer de cabellos cobrizos, camino hacia el lado de Carlisle y se situó a su lado— ya basta hijo hemos venido en son de paz, no sabes lo que lamento lo que sucedió yo…
― No te disculpes Esme— le ordeno Carlisle en un tono autoritario, ella bajo la mirada como una sumisa esposa, entrecerré mis ojos y pude ver lo mortificada que estaba la mujer por lo que sucedía— tú hiciste lo correcto, el aun tiene un deber, debe cumplir con su palabra.
― ¡maldita sea Carlisle!— exclamo Edward con ira— ¿acaso no comprendes lo que sucede?
― Me interesa muy poco lo que esta mujerzuela signifique, tú tienes que casarte.
― ¡vete al carajo Carlisle!— grito Edward elevando su mano con ira, esta choco contra un florero que voló hacia la muralla haciéndose añicos contra la pared y provocando un sobresalto a todas— ¡la respetas maldita sea! ¡Es mi mujer así que tienes que aprender a respetarla!, no permitiré que sigas maltratándola— le dijo avanzando cada vez más hacia donde estaba el, por un momento sentí pánico de que una pelea se desatara por mi culpa.
― ¡ya basta!— grite en el salón y todos devolvieron sus miradas hacia mí, avance unos pasos y quede al lado de Edward, el me había proclamado frente a su familia como su mujer y este era el momento perfecto para demostrar el peso de mi título— no voy a permitir que una pelea se desate por mi culpa
― Entonces aléjate de la vida de mi hijo— dijo con sus palabras cargadas de desprecio
― Eso jamás— me calle y pensé en mis palabras— lo hare solamente si es él quien me lo pide, como veo que no nos hemos presentado bien hare los honores, mi nombre es Isabella Swan, es un agrado conocernos— les dije, las miradas de asombros de las mujeres en la habitación no se hicieron esperar— se que no hemos tenido un buen comienzo pero al ser la familia de Edward he deseado conocerlos.
― No esperes el mismo sentimiento de mi parte, por mi que hubieras salido de la vida de él hace mucho tiempo
― Lo sé señor, no debe recordármelo pero como ya le dije, no lo hare hasta que el me lo pida.
― ¿Cuánto dinero quieres?—
― ¡maldito infeliz!— grito Edward a mi lado avanzando para seguramente golpearlo, Carlisle no se quedo atrás pero ambos fueron detenidos por las manos de sus mujeres, sujete a Edward e intente tranquilizarlo
― Tranquilo, no temas por mi— susurre, sus ojos me vieron con el dolor de este encuentro, ese sentimiento me dio aun más fuerza para seguir con mi ataque.
― Como le dije la otra vez, no me ofenda señor, por mucho dinero que me ofrezca no accederé a alejarme de él usted ya sabe lo que tendría que pasar.
― Todo el mundo tiene su precio, no olvides que jamás dejaras de ser su querida.
― Eso es algo que nunca discutiré con usted Sr. Cullen, solo espero que algún día lleguemos a mantener una conversación civilizada.
― Eres una estúpida— me dijo haciendo crecer mi furia, por primera vez la enojada era yo
― Espero tener vida para verlo arrepentirse de sus palabras, algún día llegaré a escuchar algo totalmente diferente de sus labios
― Moriría antes de pronunciarlo, escúchame bien chiquilla insolente no estés tan contenta no descansare hasta verte afuera de la vida de mi hijo, no dejare que una puta entre en nuestra familia— mi corazón dejo de latir— no dejare que la fortuna de mi familia caiga en manos de una simple enfermera norteamericana— mi cuerpo tembló de rabia.
― A mi poco me interesa su dinero pero ¿sabe qué?, piense lo que usted quiera, no me dejare amedrentar.
― Maldigo la hora en la que este imbécil te conoció, si hubiera seguido viviendo aquí…
― Me habrías manejado igual que como lo hiciste con Níkolas ¿no es cierto?— Edward irrumpió con voz ronca en la conversación, las respiraciones fueron contenidas, mire a mi alrededor y la cara de las tres mujeres revelaba la severidad de sus palabras ¿Quién era Níkolas?
― No oses nombrar a tu hermano— dijo la voz reprimida de Carlisle, algo en sus ojos me dijo que el nombre de esa persona traía recuerdos dolorosos.
― ¿Por qué? ¿te duele?, vamos Carlisle el dolor es algo que no está en tu vocabulario
― Hijo ya no sigas— rogó la mujer que estaba al otro lado del salón, sus ojos estaban llenos de lagrimas— no metas a Níkolas en esto
― ¿Por qué mama? Si debo recordar que es a mi quien Carlisle culpa por la muerte de su hijo, si Níkolas estuviera aquí yo no existiría para él, solo se comenzó a fijar en que yo vivía cuando él murió
― ¡es mentira!— gritó la mujer, Tanya y la hermana de Edward habían pasado a segundo plano, ambas observaban con pesar la escena— tu eres amado igual que tu hermano, ya no sigamos con esta conversación— pidió la mujer, se notaba todo lo que sentía al nombrar a su otro hijo— Carlisle vámonos por favor— rogo nuevamente. El hombre miraba a Edward con expresión asesina, los dos se fulminaron con las miradas. A los pocos segundos después Carlisle Cullen salió en silencio de la habitación seguido muy de cerca por Esme. Suspire pesadamente y me tambalee al sentir que el aire me faltaba, las manos de Tanya alcanzaron a sujetarme. Mi cabeza dio vueltas y no fui consciente de lo que sucedió por algunos segundos.
― Hiciste un excelente trabajo Bella, estas lista para entrar en la familia— ambas sonreímos, de pronto la presencia de Alice salto a la escena, Edward se puso nuevamente en guardia como esperando su ataque, la mujer se paro en frente mío y comenzó a hablar.
― Sé que es difícil por lo que tendrás que pasar pero agradezco que la curiosidad me haya ganado y viniera a conocerte, acepto que no fue en el mejor momento pero no podría haber sido de una manera mejor, eres digna de estar con mi hermano y me siento feliz por eso. Espero que pronto todo esto cambie y podamos estar tranquilos, soy Alice Cullen la hermana menor de Edward, es un placer conocerte Isabella Swan— mi corazón latió rápido al comprender sus palabras, ¿ella de verdad me estaba aceptando?
― El placer es mío Alice pero llámame Bella— en un movimiento que no preveía ella se acerco a mí y me abrazo con fuerza, sentí sus cálidos brazos estrecharme contra su cuerpo y hacerme sentir querida, ella no me estaba rechazando.
― Sé que estarás aquí unos días, por lo menos hasta la boda de Tanya así que salgamos a cenar todos juntos, además podrías conocer a mi pequeño hijo.
― Sería un placer— le dije con una sonrisa la cual ella correspondió. Su mirada cambio de mi hacia Edward, el nos observaba con sus ojos neutrales, Alice se acerco a él y lo abrazo por la cintura, Edward la rodeo con sus brazos y cerro sus ojos para besar su cabello.
― No esperaba menos de ti Alice— comento susurrando
― Ya sabes que cuentas conmigo para lo que sea, supe después de que te fuiste lo que hizo papa y créeme que no lo justifico, estoy en desacuerdo con todo lo que está haciendo pero confío que todo cambiará con el tiempo, les deseo la mayor de las felicidades— se separo de él para mirarlo a los ojos— se que están hechos el uno para el otro, ya he podido comprobarlo y me quedo tranquila, has traído a una mujer que es mucho más fuerte que tu hermanito y eso es bueno, detrás de un gran hombre…
― Siempre hay una gran mujer— termino con una pequeña sonrisa— créeme que ahora más que nunca creo en eso
― Ya me voy— alisó su elegante vestido con sus manos y suspiro— ya sabes cómo es Carlisle, dale tiempo Edward, ambos sabemos que Níkolas así lo hubiera querido
― Créeme que él es una de las grandes razones que tengo para no partirle la madre a Carlisle.
― Tranquilo hermanito ya verás que todo estará bien— la chica sonrió
― Eso espero
― Bueno, nos vemos les aseguro que será pronto, Tanya cualquier cosa me llamas.
― Bueno querida cuídate
― Ustedes igual, ha sido un placer Bella
― El placer ha sido mío—. Respondí con una sonrisa
― Ah y bienvenida a la familia Cullen— agregó antes de salir del salón
― Gracias— susurre casi solo para mí.
Un momento de silencio se desato, los brazos de Tanya aun estaban en mis hombros, sentía sus manos dándome apoyo, mire hacia el lugar en donde había desaparecido la familia Cullen ¿podrían ser tan diferentes a Edward? Creo que sí, Carlisle Cullen no tenía ni un ápice de compasión, ni siquiera por su hijo. Desvié mis ojos hacia donde estaba Edward, el aun tenía una mirada penetrante y fría, su expresión me hizo recordar cuando lo conocí, me libere del soporte de Tanya y camine hacia su lado me pare frente a sus ojos haciendo que ellos me miraran atentos
― Tranquilo… ya todo paso— mencioné, su expresión poco a poco volvió a relajarse, me recordaba cuando los gatos tenían posición de combate, Edward estaba en el mismo plan, cualquier cosa podría engrifarlo.
― Demonios, como lamento que tuvieras que pasar por esto— susurró mientras pasaba sus brazos por mi cintura pegándome a su cuerpo
― No te preocupes— le dije para tranquilizarlo— no fue tan terrible como pensaba— mentí para darle paz, había sido peor de lo que imaginaba— Edward…— comencé con la duda carcomiéndome en mi pecho
― ¿quieres saber quién es Níkolas?— preguntó, sus manos me soltaron y me condujo hacia los enormes sofás que habían, Tanya nos observó y se sentó en frente, los tres suspiramos pesadamente— Níkolas Alexander Cullen es mi hermano mayor y murió hace muchos años atrás. Cuando tenia dieciséis años mi hermano ya era mayor, el tenia veinticuatro y estaba saliendo de la universidad se había graduado con honores de su carrera y era el alumno con más futuro de toda la universidad, para mí el era un héroe, era todo lo que yo siempre hubiese querido ser, cuando niños soñaba con parecerme a él y hacia muchas de las cosas que usualmente hacia para intentar parecernos pero aun así con mi orgullo de ser su hermano y con toda la admiración que tenía en solo una noche, un solo error cambio mi vida y se llevo la de mi hermano para siempre.
― Dios mío…— susurre llevándome una mano a mi boca— ¿Qué fue lo que sucedió?
― Por lo que Carlisle dice fue una irresponsabilidad de mi parte. La noche que Níkolas se tituló y aprobó todo en la universidad hubo una celebración a la cual él fue invitado, debido a mi insistencia le pedí que me llevara, se sentía tan bien ser observado por todos al caminar, mi hermano era admirado, odiado, envidiado y amado por muchos, sin duda el protagonismo despierta muchos sentimientos. Cuando todo termino Níkolas estaba en un estado de completa borrachera, no se podía ni los pies— los ojos de Edward cada vez más se perdían en el horizonte, parecía ausente, estaba reviviendo esa fatídica noche— yo mismo tenía unas copas de más y sentí un poco de miedo en llamar a mis padres si descubrían que me habían sacado de la casa aun siendo tan joven le armarían un escándalo a mi hermano y yo no quería meterlo en problemas. Espere un tiempo a que se me pasaran los mareos y casi en la madrugada cuando ya estaba muy bien lo subí a su auto y conduje por la carretera hacia la casa. Todo paso tan rápido…— una mueca de dolor apareció en su rostro, la cubrió de inmediato con ambas manos— yo desperté al mes después y sin saber lo que había sucedido, cuando Carlisle me vio me acusó de lo que había sucedido, para el yo siempre he sido el asesino de su querido hijo y eso jamás va a cambiar. Yo debería haber muerto en ese accidente, no él— acepto con un enorme pesar.
El dolor que había reflejado en su alma llegaba hasta lo más profundo de mí ser, esta era la gran razón del odio de Carlisle hacia Edward, él pensaba que Edward debería haber muerto en ese accidente, un estremecimiento recorrió mi cuerpo, en otra realidad tal vez jamás habría conocido a Edward.
― Eso no es cierto, fue un accidente, Edward…— le dije acercándome a él, no me importo que Tanya estuviera allí, abrí mis brazos y lo cubrí con ellos dándole mi apoyo— fue el maldito destino, el no puede culparte por lo que sucedió…
― Eso ya no importa Bella, la vida no va a cambiar lo que él piensa de mi, si mi padre me odia allá el, yo no vivera cargando sus culpas.
― Maldita sea— gemí mientras lagrimas caían por mis mejillas— es muy injusto
― Nadie dijo que la vida era justa cariño— dijo Tanya desde un rincón, sus ojos brillaban desde la oscuridad en donde estaba sentada— lamentablemente Edward ha tenido que cargar siempre con eso y Carlisle jamás se ha arrepentido del odio que tiene hacia su hijo
― ¿entonces es por eso que él te odia?— pregunté imaginándome la respuesta
― Por eso y por algunas cosas más, después de que Níkolas murió yo tuve que asumir su rol y malgaste mucho dinero en cosas sin sentido, casi perdí la fortuna familiar y ese error Carlisle jamás pudo perdonármelo.
― Demonios pero si es por ti que ahora están en ese lugar, por ti es que ahora Cullen Enterprise es una empresa gigantesca
― Eso a Carlisle le vale— dijo Tanya acercándose— a él lo único que le importa es el dinero, quien lo genere es algo poco importante— suspiro— intentemos olvidar esto, iré por un café para todos, lo necesitamos
― Para mí un té, aun siento malestar del viaje—
― ¿te duele la cabeza?— pregunte llevando mi mano instantáneamente a su frente
― Un poco, creo que iré a dormir.
― Ve primo, ya sabes cuál es tu habitación, pediré que les suban las maletas y el té.
― ¿quieres que te acompañe?— ofrecí mientras nos poníamos de pie
― No, quédate con Tanya— Edward me dio un corto beso en la frente y se perdió del salón, quería estar solo y comprendía perfectamente su aislamiento.
― Odio no poder ayudarlo— dije mientras miraba las escaleras por donde se había ido
― Créeme Bella, ya has hecho más de lo que piensas, Edward está muy cambiado y soy tan feliz de verlo así, tú has roto todas sus barreras y te enterraste en su corazón, eso es muy bueno, después de todo el dolor que le ha tocado pasar ya es hora de que tenga un poco de felicidad.
― Tienes razón pero aun así no entiendo a su padre ¿Qué demonios quiere?
― Nadie ha podido responder esa pregunta créeme que pienso que jamás sabremos la respuesta.
Tanya me condujo hacia una hermosa terraza en el patio, teníamos una vista privilegiada del jardín y la enorme alberca. Cuando vi la casa por detrás sentí nostalgia de mi casa y de la mansión, sin pensarlo saque el teléfono móvil de mi bolsillo y llame a ambas para preguntar, en la mansión Will estaba feliz de poder hablar conmigo, me preguntó por Edward y le comente sobre la recaída que estaba teniendo, me aconsejó que llamara a Emmett y así tendría que hacerlo, no me gustaba para nada lo que sucedía. Cuando colgué marque el número de mi casa, Sue me contesto.
― Casa de la familia Swan— saludó con la dulce voz que la caracterizaba
― Hola Sue— saludé animadamente, la brisa golpeaba en mi cara y me hacía sentir maravillosamente, mire a Tanya quien disfrutada animada de un pastelillo de chocolate.
― Hola cariño ¿Cómo vas? ¿Cómo esta todo allá? ¿has conocido a la familia de Edward?— demonios… no esperaba un bombardeo de preguntas.
― Eh, si ya los he visto— comente en un tono casual alejado de mis preocupaciones
― ¿y como ha sido? ¿te trataron bien?
― Sí, claro, son un poco diferentes a nosotros pero aun así todo fue muy cordial
― Qué bueno querida, me alegro bastante, mándale mis saludos a Edward y dile que te cuide— sonreí, Sue en estos meses casi había adoptado el papel de una madre, la que siempre debimos tener con Kate, amorosa y preocupada por nosotros.
― Yo le diré, ¿y mi papa?
― Anda con Kate en el mercado, fueron por unas hortalizas, volverán en un rato ¿le digo que te llame?
― No, no te preocupes, yo los llamare.
― Bueno cariño
― Cuídate mucho Sue, y cuida de mi familia
― Claro que si querida, siempre lo hare, abrazos a Edward
― En tu nombre, adiós
― Adiós.
Solté un enorme suspiro y cerré mis ojos, agradecía infinitamente que Sue fuera parte de nuestras vidas, mi padre y Kate no habían estado jamás tan felices desde que ella se unió a nuestra pequeña familia. Guarde mi teléfono y fui observada por la rubia mujer que tenía en frente.
― Te crecerá la nariz como ha pinocho— comentó con una sonrisa.
― No quiero más preocupaciones ahora
― ¿era tu madre?— preguntó, un pequeño dolor apareció en mi alma, seria genial tener viva a mi mama para apoyarme en esto
― No pero es lo más cercano que tengo a una.
― Qué bueno, y dime ¿Qué planean hacer hasta la boda?
― No lo sé, creo que recorrer la ciudad ya que nunca he estado aquí pero lo demás es por cuenta de Edward, aun no hemos hablado de eso.
― Ya tenemos agendada una cena con Alice así que creo que la pondremos para mañana por la noche así conocerás a Jasper. Hoy por la noche hay un cóctel de bienvenida para ustedes y para celebrar los comienzos de la boda, ya mañana tenemos el primer desayuno, todas las mujeres de la familia Cullen, obviamente tienes que ir, serás mi invitada especial
― Gracias— respondí por inercia, mis nervios nuevamente se crispaban, Alice ya no era una complicación pero aun así me preocupaba Esme Cullen. Tanya me miro por unos momentos y al parecer supo hacia donde iban mis pensamientos
― Si esta preocupada por Tía Esme te diré que ella es un poco más dócil que Carlisle pero más difícil que Alice, creo que ella valora mucho la familia y la paz como para no intentar conseguirla, puedo decirte con certeza que intentara convencerte para que te alejes de Edward.
― Demonios—susurre mientras jugaba nerviosa con mis dedos— ¿esto acabara algún día?
― Si, puedo asegurártelo, el día que te cases con Edward ellos no podrán hacer nada más.
― ¿casarme?— pregunte abriendo mis ojos desmesuradamente
― ¿no me digas que mi primo no te ha propuesto matrimonio?— preguntó enarcando una ceja— demonios, sí que es lento, yo pensé que ya estaban comprometidos
― Somos novios— respondí dándole importancia a nuestro compromiso
― Eso es lo mismo que el viento, para nuestra familia lo que vale son los compromisos y los matrimonios, aunque yo estoy en desacuerdo, soy un alma libre que espera ser completamente feliz sin las ataduras de la sociedad
― ¿entonces porque te casas?— le pregunte divertida por la livianes de su alma.
― ¡porque lo amo!— alzó su voz— créeme que si no lo hiciera ni loca me caso pero lo hago porque es el indicado, Mathew es el hombre que quiero en vida para siempre y no estoy tan loca como para dejarlo escapar. El vuelve mañana así que podrá salir a cenar con nosotros
― ¿Qué hace?
― Es dueño de una aerolínea, además de ser escocés. Por lo pronto está dejando todo listo para nuestra luna de miel, nos iremos dos meses a recorrer el mundo.
― ¡genial!— exclamé con emoción.
Esa tarde estuvimos hablando de la vida, la prima de Edward era una persona admirable, sin duda llegaríamos a ser grandes amigas, paseamos por la casa y ella me presento a su personal. Tanya vivía sola en esa casa ya que su familia estaba en Canadá por este año pero los conocería para la boda. En un momento mientras ella hablaba con su novio, subí las enormes escaleras hacia el segundo piso, una mucama que iba pasando me indico cual era la habitación de Edward, camine en silencio por el pasillo hasta la última puerta del lugar. Rodé la manilla y una gran habitación queda descubierta a mis ojos, estaba un poco oscurecida ya que las cortinas estaban corridas, mis ojos se fueron a la cama pero Edward no estaba por allí. Cuando avancé unos cuantos pasos un ruido que provenía de una puerta al fondo llamo mi atención, el sonido de una arcada me alerto de que algo sucedía, me saque la chaquetilla que llevaba y camine rápidamente al baño
― ¿Edward?— llame golpeando la puerta, un nuevo sonido acompañado del correr del agua me alerto de que se encontraba mal— ¡Edward! Ábreme la puerta— pedí, tome la manilla y la gire dándome cuenta de que estaba abierto, mire hacia el interior y vi a mi novio apoyado con sus dos manos del lavamanos y con la cabeza enterrada en el interior— ¡demonios! Edward ¿estás bien?— corrí en su ayuda, lo tome de los brazos y levante su rostro, tenía toda la cara mojada.
― Creo que si— respondió en un hilo de voz— me sentí mal y devolví el té que había tomado.
― Dios mío, esto no me gusta para nada.
― No te preocupes me pondré bien, es malestar por el viaje.
― Pero esto jamás te había pasado así que no es una simple coincidencia.
― Estoy bien— susurro, levanto su cuerpo y camino hacia afuera, tome uno de sus brazos y lo ayude a llegar a la cama— tengo que dormir un poco para el coctel de esta noche.
― No señor ¡no iras a ninguna parte esta noche!— impuse mi presencia ante sus palabras— hoy no saldrás de esta habitación.
― En otro momento esa habría sido una propuesta muy sexy mi amor, si no estuviera así te habría tomado la palabra— sonrió aun con sus ojos cerrados, podía ver su rostro pálido y unas enormes ojeras debajo de sus ojos. Se había dejado caer a la cama y ni siquiera se había movido
― Ya basta— le dije y saque sus zapatos— debes dormir, mas tarde te aplicare un calmante para que descanses y algo para tus nauseas.
― Hace tiempo que no me pasaba— la voz que utilizo derritió mi corazón.
― Odio que estés así— susurre acomodándome en su espalda, pase mis menos por su cintura y me pegue a su espalda, el soltó un suspiro cogiendo mis manos
― Imaginé lo que es para mí, tanto que pensamos en viajar y ahora esto me impide mostrarte lo hermosa que es mi ciudad.
― No te preocupes, ya tendremos tiempo— me levante para besar su coronilla— duerme mi amor, duerme que yo velare tu sueño, ahora es mi turno cuidarte— el sonrió.
― Te amo Bella.
― Y yo a ti— lo bese y me recargue en su espalda.
La respiración de Edward poco a poco se fue acompasando, cuando estaba segura de que dormía me levante para administrarle un calmante, seguramente su cerebro no había soportado la presión del encuentro con Carlisle explotando en una nueva crisis, si mis pensamientos no eran herrados podría asegurar que Carlisle Cullen era el detonante de sus crisis. Saque mi celular y marque el numero de Rosalie, por la diferencia de horarios allá tendría que ser muy tarde pero confiaba en que ella aun estuviera disponible.
― Hola Bella— saludó su alegre voz— ¿Cómo estás?
― Mal Rose, todo mal— le respondí dejándome caer en un sillón de la enorme habitación
― Demonios ¿Qué sucede?— preguntó
― Me encontré con Carlisle Cullen y toda su familia
― ¡por Dios! ¿y qué sucedió?
― Lo que esperaba, el tipo de me odia y no se molesta en esconder su aversión y lo peor de todo es que Edward nuevamente está enfermo
― ¿tiene crisis?— preguntó con un tono de histeria— espera un momento Emmett quiere hablarte— como era de suponer Rose estaba con su novio, nuestro buen amigo y doctor Emmett Cullen
― ¿Bella que sucede con Edward?
― Desde que llegamos en avión comenzó a tener nauseas, dolores de cabeza y síntomas que presentaba antes cuando estaba enfermo.
― Maldición, no esperaba una recaída
― Yo tampoco y me tiene muy preocupada, temo que se repitan con más frecuencia, estaba pensando en que su padre genera esas crisis, Emmett si los hubieras visto pelear
― ¿se pelearon?
― Lamentablemente si, el padre de Edward es una persona que no tiene corazón, culpa a su hijo de todo lo que sucede en su vida.
― Demonios, compadezco a mi amigo, a penas vuelvan aquí le haremos exámenes para saber cómo va, no quiero que su salud vuelva a decaer.
― ni yo tampoco. Mañana te llamare para ver cómo va todo
― está bien, llévalo al médico si todo empeora no dejes pasar tiempo.
― Lo sé no te preocupes, ya le di un calmante y está durmiendo
― Bien, me llamas cualquier cosa, no importa la hora.
― Está bien, cuídense y salúdame a Rose dile que mañana la llamare.
― Bueno, nos vemos , adiós
― Adiós.
Colgué, apreté el teléfono contra mi pecho mirando la inerte figura de Edward, sentía pena y por sobre todo podía palpar el dolor que tenía en su corazón, sin duda alguna Carlisle Cullen era más que un dolor en su vida a pesar de todo era su padre y Edward sufría por su rechazo.
Publicado por Angel of the dark en 20:43 0 comentarios
Etiquetas: Cuidando tu Corazón
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