Bella POV
viernes, 13 de agosto de 2010
Tan Lejana Como Una Estrella
Bella POV
Publicado por Angel of the dark en 12:35 1 comentarios
Etiquetas: Tan lejana como una estrella
lunes, 9 de agosto de 2010
Te Presento A Mi Amante
Hello mis angeles hermosos!!! como lo prometido es deuda aqui les traigo mas vicio, esta buenisimo a mi en lo personal me gusto mucho y se q ustedes tambien.
MUCHAS GRACIAS A Cinthia Swan por ser muy buena y dejar que suba su hermoso fic al sitio .bueno mis angeles solo me queda aclarar q la historia no me pertene yo solo tengo autorizacion para publicarla en el sitio.
asi a disfrutar de este cap y por fisss dejen sus comentarios al final para saber q les parecio
Mil besitos
Angel of the dark
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Bella POV
Bella POV
Primer día de clases en la nueva universidad de Forks. Así es, seriamos la primera generación de la recién inaugurada universidad. Esa idea me gustaba, los mismos compañeros, sin la necesidad de hacer nuevas amistades lo cual, no era mi especialidad.
Forks no era mi lugar favorito en el mundo, pero aquí estaba mi familia, Charlie mi padre y Emmett mi hermano mayor y nuevo entrenador de fútbol de la universidad. Mi madre había fallecido hace unos años cuando aun vivíamos en Arizona, así que cuando falleció tuve que venir a Forks. Aun no me gustaba, pero me había acostumbrado.
Salí de ducharme y tome unos jeans negros y una blusa morada de cuello alto y manga larga, el frío era insoportable, tome mis guantes y mochila y baje a la cocina. Mi padre ya se había ido a trabajar, era el jefe de policía y siempre se iba antes que nosotros. Me dispuse a preparar unos waffles para el desayuno.
Mientras cortaba unas fresas escuche unos golpes en las escaleras, ahí venia el, mi gran hermano mayor.
—Buenos días enana —saludo mi hermano mientras se sentaba en la silla—, ¿lista para tu primer día?
—Si, siento que será como estar en el instituto, las mismas caras pero clases con más dificultad ¿y tú? ¿Listo para romper corazones?
—Estoy acostumbrado —dijo con suficiencia.
—Claro, en cuanto supieron que mi musculoso hermano seria el entrenador de la universidad, todas las chicas del instituto me pidieron tu número y tú e-mail.
—Lo siento, se que no te gusta ser el centro de atención pero nadie se resiste al sexy Emmett.
Puse los ojos en blanco y me senté a desayunar mientras hablábamos sobre cosas sin importancia. No me mudaría a la universidad puesto que aun no estaban los dormitorios. Además seria una tontería con mi casa a solo 20 minutos en auto y a 35 en mi viejo Chevy. Por eso no tenia caso discutir con Emmett, iríamos en su Jeep ya que nunca se subía a mi auto. Decía que era un desperdicio de tiempo y gasolina.
Termine de lavar los platos del desayuno y cerré la puerta con llave. Emmett ya me esperaba en el Jeep, me ayudo a subir puesto que las llantas me llegaban a la cintura, no por algo me llamaba enana.
Y ahí estábamos camino a la universidad donde estudiaría literatura, quería ser escritora. Tenia algunos cuadernos con historias de mi invención, solo Angela mi mejor amiga los había leído y decía que eran buenos, algo cursis, pero buenos. Ese era mi género, el romanticismo, tal vez por que me gustaba fantasear con encontrar algún día a mi príncipe azul, pero estaba claro que no era una princesa, lo cual me dificultaba mas las cosas.
No era fea, mi autoestima no estaba tan abajo, solo sabía que había chicas hermosas en Forks que era un pueblo pequeño, así que fuera de el tenia menos posibilidades. Soy castaña, mis ojos marrones, piel pálida, delgada pero sin figura de modelo, además ellos… las prefieren rubias.
Reí ante mi pensamiento y Emmett me miro con detenimiento.
— ¿Tus waffles los acompañaste con fresas o con hongos alucinógenos? —pregunto con un dejo de preocupación nada creíble.
—Calla, solo soy una chica alegre.
Entonces escuchamos el sonido del claxon de un auto detrás de nosotros, enseguida nos rebasó un Volvo plateado que en segundos desapareció por el camino.
— ¿Qué le pasa? Vas a casi 100 kilómetros y aun así se desespera, creí que tú manejabas como loco.
—No te metas con mi manera de manejar.
—No me meto con eso, solo aprecio mi vida.
—Por eso manejas el auto de los Picapiedra a 10 por hora —ahí iba de nuevo a burlarse de mi señor auto. Lo ignore y seguimos en silencio hasta la universidad.
Edward POV
—Alice quieres bajar de una vez —le grite por quinta vez a mi hermana.
—Deja de gritarme —hablo apareciendo por las escaleras— se ve que no eres mujer, es mi primer día de clases, debo dar una buena impresión.
—No se por que no te quedaste en Italia —puse los ojos en blanco.
—Por que mi hermano mayor, el ogro de la familia me extrañaba, además debo protegerte de la bruja.
— ¡Alice! Te he dicho que no llames así a Tanya.
Su risa melodiosa inundo la casa.
—Yo no dije nada de Tanya, ves tu también sabes que es una bruja. Por cierto, no la he visto desde que regrese.
—No esta en Forks
— ¿Otra vez se fue?
—No le gusta vivir aquí, y yo la estoy obligando
—Ay ¿y tú le crees? antes de conocerte vivía aquí, pero claro como ya tiene dinero pues ya quiere vivir en Paris.
—Alice…
—No lo ves Edward, tienen solo unos meses de casados y es la tercera vez que se va de vacaciones sin ti, en este momento deberían estar juntos, mirándose con ojos en forma de corazón y campanitas sonando a su alrededor, si esto es ahora de recién casado que será cuando tengan 20 años de matrimonio.
— ¿Cómo es que guardas tanto aire en ese cuerpecito para decir tantas tonterías?
—No son tonterías y lo sabes, pero haya tu, cuando estés viejo y arrugado y ella siga pareciendo de 20, ahí te darás cuanta de que es una bruja, o que se hizo varias operaciones, claro tengo la esperanza de que para ese entonces ya no estén juntos, y ya vamonos que se nos hace tarde por tu culpa —empezó a dar saltitos mientras salíamos de la casa— estoy tan emocionada, hoy será un gran día para ambos, lo se, lo presiento.
Y ahí estaba Madame Alice, la psíquica de Forks, lo increíble es que aunque me burle muchas cosas resultan ser ciertas, pero hoy seguro se equivocaba, mi día resultaría grandioso si mi esposa regresara a casa.
Subimos a mi auto y emprendimos el camino a la universidad, tenía mi primer clase a las 8 de la mañana y ya solo faltaban 10 minutos. Si mi hermana no insistiera en ir a la escuela al último grito de la moda.
Este día empezaba a ejercer como maestro de literatura en la nueva universidad, era mi pasión y claro también la música, me encantaba sentarme frente al piano y componer, aunque hace bastante tiempo que no lo hago, me falta inspiración y deseos de hacerlo.
— ¿Podrías ir mas despacio? —dijo mi hermana con las uñas clavadas en el asiento
—Si te hubieras apurado, no iríamos tarde
—No vamos tarde, tengo clase a las nueve.
—Y yo empiezo a las 8 y faltan 5 minutos así que calla y sujétate fuerte.
—Wow, ya viste ese Jeep, es enorme
—Si, pero muy lento
Toque el claxon pero el Jeep no se movía así que hábilmente me las arregle para rebasarlo y llegar a tiempo a la universidad.
—Espero en mi cumpleaños un hermoso Porshe amarillo para evitar poner mi vida en peligro contigo.
—Y yo espero que tengas dinero para que te lo compres, sabes que Carlisle jamás te lo comprara.
—Pero tu si, nos vemos en la casa —dijo cuando baje del auto— hoy me iré con unas amigas
—Pero si no conoces a nadie —le dije sorprendido por la seguridad de sus palabras.
—Pero conoceré hoy a mis mejores amigas —me saco la lengua de forma infantil y empezó a caminar mientras yo la seguía, sin embrago cuando estaba a punto de entrar al campus me di cuenta que había dejado mi libro en el auto y regrese por el.
Entonces vi el Jeep que minutos antes había rebasado estacionado junto a mi Volvo, de el salio un hombre fornido y alto, grito algo intangible por la lejanía a la que aun me encontraba y se río, entonces se alejo del auto. Quizás estaba loco y hablaba solo.
Llegue a mi auto y saque mi libro, cuando cerré la puerta escuche que alguien se quejaba, gire para mirar a una chica en el suelo al lado del Jeep.
—Estúpido hermano mayor bueno para nada —dijo mientras se levantaba y tomaba su mochila.
— ¿Te encuentras bien? —pregunte acercándome un poco, entonces levanto la vista y ahí estaba la chica mas hermosa que había visto mirándome a través de sus ojos marrones, al cabello del mismo color le caía en cascada sobre la espalda y hombros.
—S… si, gracias —me miro a los ojos y su rostro cambio a un tono rojizo que la hizo verse adorable, mordió su labio inferior y después miro mi auto— ¿es tuyo?
—Si
—Ah, bien, solo me preguntaba quien manejaba como loco por las calles tranquilas de Forks
—Ah, —sonreí ante su comentario— ¿así que manejo como loco?
—Bastante, en serio deberías mejorar tu forma estúpida
de manejar, podrías lastimar a alguien.
Seguí sonriendo, definitivamente esta chica no sabia que yo seria maestro.
— ¿Estudiaras aquí? —pregunte
— No, solo vine a estacionar el auto para irme caminando a Seattle —aun siendo sarcástica, era adorable— claro que estudiare aquí
— ¿Qué estudias? —dije viendo el libro que sostenía en las manos con el titulo "¿Qué es la literatura?"
— ¿Te importa?
— ¿Sabes algo? —espere, pero no contesto— no deberías hablarme así.
— No debería, pero lo hago, ahora si me permites pasar, no quiero llegar tarde a mi clase.
—Adelante —me hice a un lado para que pasara, al hacerlo el aroma a fresas de su cabello me lleno por completo, camine detrás de ella, ese aroma me embriago y quería seguir disfrutándolo.
Bella POV
¿Me venia siguiendo? No, eso era imposible, simplemente era el único camino para ingresar al campus desde el estacionamiento. Seguro se venia burlando de mi torpe caminar y la caída del Jeep.
Me ordene a mi misma tranquilizarme, no sabia por que pero mi corazón latía rápidamente. Quizás si lo sabia, había sido el verme reflejada en esos hermosos ojos verdes y haber contemplado con los míos al ser mas perfecto del planeta.
Sacudí mi cabeza para borrar esos pensamientos y cuando entre al campus me di cuenta de que ya no me seguía, me tranquilice y busque mi salón, primer clase: literatura. rápidamente encontré el salón y visualice a Angela quien estudiaría conmigo. Camine para sentarme junto a ella pero Mike Newton me impidió el paso. Momento… dije Mike Newton. ¿Que demonios hacia Mike en clase de literatura?
—Hola Bella, que coincidencia encontrarnos aquí
—Ah, si, —suspire— Mike, no sabia que te gustara la literatura.
—Ah claro, nunca lo comente, pero me encanta, he leído todos los libros de Beethoven, son fascinantes
¿Beethoven? ¿Acaso Mike era estúpido? Si, lo era. No sabia si enojarme por confundir a Beethoven con un escritor o reírme por su estupidez.
—Nos vemos luego Mike, y… tendrás que prestarme esos libros
Reí en cuanto me aleje para que no se diera cuenta y me senté al lado de Angela.
—Es un tonto —Angela también reía
—Es sorprendente su grado de estupidez, no solo con la confusión de un músico con un escritor, sino además estudiar algo que es obvio no le gusta para…
—Estar cerca de ti —termino Angela por mi, sentí un escalofrió e inmediatamente fue reemplazado por confusión cuando vi entrar al mismo chico del estacionamiento, pero en vez de buscar un lugar como todo alumno, se dirigió al escritorio del maestro.
—Oh por todos los cielos —dijo Angela— ¿será el profesor? Se ve muy joven
—Espero… que no sea el profesor —susurre, levanto la mirada y llamo la atención de los alumnos y entonces me miro, sonrió con soberbia pero aun así era una sonrisa hermosa.
—Buenos días, soy su maestro de literatura, mi nombre es Edward Cullen —hermoso hombre, hermoso nombre pensé— se lo que están pensando, que soy muy joven para ser maestro y si, soy joven, pero eso no quiere decir que vaya a dejar que me falten al respeto.
—Yo le faltaría el respeto encantada —dijo una chica a la cual no conocía detrás de mi, puse los ojos en blanco.
—Que Ben me perdone si esta noche tengo fantasías con mi profesor —dijo Angela a la cual vi como si no reconociera. ¿Qué le habían hecho a mi amiga en las vacaciones? era incluso mas tímida que yo— lo siento Bella, es que míralo.
Lo mire y lo escuche pero sin prestar atención, oía su voz aterciopelada como una melodía de fondo a sus movimientos perfectos mientras explicaba algo que jamás entendí. Hasta que al lado mío Angela me dio un codazo.
— ¿Qué?
—Te habla el profesor —dirigí la mirada hacia el quien me miraba de forma burlona.
—Señorita…
—Swan —respondí
—Bien señorita Swan, respóndame lo que le pregunte
¿Y que demonios había preguntado? Mire a Angela suplicante pero ella se encogió de hombros y miro al frente.
—No estaba prestando atención Swan —no era una pregunta— la próxima se sale de la clase.
Mi boca se formo en una gran O ¿Qué pretendía? Vengarse por que lo grosera que había sido, este seria un semestre muy largo. No, momento, yo no sabia que era profesor, debió habérmelo dicho. Una disculpa lo arreglaría todo.
No, no me iba a disculpar, si quería guerra, guerra iba a tener.
La clase transcurrió sin mas preguntas y prestando atención, o intentándolo y es que simplemente sus ojos, su cabello y el cuerpo bien formado debajo de la camisa azul me distraían de sus palabras.
La clase finalizo y el salón se fue vaciando poco a poco. Tome mis cosas y las guarde, me encamine hacia la puerta pero al pasar por su escritorio me dedico una sonrisa torcida que me dejo sin aire, me recordé volver a respirar y seguí caminado cuando me llamo.
—Señorita Swan, tenemos que hablar.
Me gire y estaba ahora medio sentado en el escritorio, con un pie apoyado en al piso. Dios, eran tan sexy… pero era mi maestro.
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sábado, 7 de agosto de 2010
Destellos de Oscuridad
Se recostó en el sillón, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, ahora no le cabía la menor duda de que tenía muchos enemigos afuera. Muchos vampiros, a los que no había matado, deberían odiarla y lo comprendía, porque después de un dolor como ese, no se podía más que querer vengarse del causante. Sólo que ella misma se había hecho esa herida, y era por Amy, así que ella no podía desquitar su sufrimiento con nadie.
La habitación le devolvió una mirada vacía, no poseía de muchos objetos, y la alacena apenas tenía algunos alimentos. Bella no necesitaba esas cosas y poco le importaba, ella ni siquiera necesitaba comida para vivir. Pero Amy era una situación completamente distinta.
A Bella no le gustaba que su hermana viviera ahí, Amy necesitaba mucho más, sólo que la vampiresa no podía pagarlo. Todo el dinero que le pedía prestado a Dominic era para el hospital, y tenía que pagarlo haciendo el trabajo sucio para él. Bella no lo soportaba, pero era algo que forzosamente tenía que hacer.
En esos momentos, mientras el dolor iba disminuyendo decidió que tenía que pedirle más a su jefe, tenía que mudarse de departamento, no quería que Amy siguiera viviendo en un lugar así.
La mañana trajo consigo alivio, y Bella pudo volver a levantarse, el dolor casi había desaparecido. Se preguntaba si era buena hora para visitar a Dominic. Los vampiros que trabajaban con el decían que su humor empeoraba en las mañanas… Era tiempo de comprobarlo por ella misma.
Cuando llegó a la casa del vampiro se sintió un poco más segura, pues su energía parecía recuperarse a cada minuto, y sinceramente, no quería ver a un vampiro poderoso de malhumor y estar débil.
Llegó hasta la sala, la casa parecía desierta, pero ella continuó hasta la biblioteca, y tampoco lo encontró ahí… tal vez no se encontraba.
Entonces escuchó pasos detrás de ella, giró sobre sí, pero no tuvo tiempo para reaccionar, pues unas manos poderosas la tomaron del cuello.
-¿Qué haces aquí? –gruñó Dominic, sus ojos estaban al rojo vivo, y sus colmillos brillaban a la luz del día.
-¡Suéltame! –Bella gritó con todas sus fuerzas, e intentó quitarse las manos que oprimían su cuello, no tenía problemas con la respiración, pues era un vampiro, pero la presión aumentaba y comenzaba a sentir dolor.
Dominic parpadeó, una de sus manos liberó el pálido cuello de la vampiresa, y la usó para retirar los mechones castaños que caían sobre el rostro de Bella.
-Bella –murmuró, y la soltó por completo, aunque sus ojos parecían inyectados con sangre.
Ella se alejó de él a una distancia considerable, no sin antes dedicarle una mirada asesina.
-Aunque en otra ocasión me alegraría por tu visita –siguió el vampiro adoptando su tono de diversión-, hoy creo que no fue muy buena idea.
-Necesito más dinero –soltó Bella, estaba furiosa con él por haberla lastimado, pero creía que en ese momento no era bueno quejarse por ello.
Dominic se rió, como siempre lo hacía cada vez que la veía, eso se estaba volviendo una desagradable costumbre. Los ojos del vampiro parecieron volver a su color normal después de eso, pero todavía se quedaron con ese destello peligroso, que le dijo a Bella que debía tener cuidado en no hacerlo enojar.
-Parece que tus labios solo saben transmitirme esas palabras –dijo él-. Bella, apenas ayer me pediste dinero, y lo que te di no fue una pequeña cantidad por si no recuerdas…
-Sí –admitió Bella entre dientes-. Pero ya me lo acabé.
Dominic arqueó las cejas, la vampiresa supo que sólo fingía sorpresa, ya que él tenía mucho más que eso.
-Por lo que veo –dijo-, regresaste con las manos vacías, así que no conseguiste matar a Edward.
Bella apretó los puños.
-No –musitó-, no lo logré.
Los ojos del vampiro la recorrieron de pies a cabeza, parecía buscar algún daño o algún desperfecto en ella.
-El no te hizo daño –sonó sorprendido, esta vez en verdad.
-Al parecer, no –dijo Bella con brusquedad, estaba harta de Dominic y que no le respondiera si le iba a prestar dinero o no.
-¿Lo intentaste matar y él no te hizo nada? ¿Ni un solo rasguño? –cuestionó el vampiro.
-No
-Extraño –musitó simplemente.
-¿Me lo prestarás o no?
-Por supuesto, sólo que debo recordar que tu deuda esta aumentando y ya que no pudiste matar a Edward, tendrás que seguir con lo que haces para mí –contestó-. Espero que estés consiente de que casi toda tu vida me pertenece.
Bella soltó una especie de gruñido, pero no respondió a eso.
-Ahora me pregunto porque no esperaste a la noche, de día normalmente estoy de mal humor, pero eso ya deberías saberlo, los otros hablan mucho de mí.
El caminaba en la habitación, y Bella lo notó, esos pasos eran cada vez más cerca de ella.
-Sobre todo hoy no estoy de muy buen humor, no he bebido sangre en algunos días…
La vampiresa notó que los ojos de él volvían a encenderse de rojo, y retrocedió unos pasos.
-He pensado en una mejor forma en que aligeres considerablemente tu deuda, ya que fallaste en lo que te pedí la noche anterior –los ojos de Dominic se dirigieron a su garganta-. Siempre he querido probar un poco de tu sangre.
Bella sacó el cuchillo de plata y lo apuntó al pecho del vampiro.
-Eso no está a discusión –musitó.
Dominic observó el arma como si fuera un molesto insecto que se atravesó en su camino, y después se burló.
-Eso no te servirá de nada –dijo el vampiro.
-No te acerques más –le advirtió ella.
Pero, por segunda vez en la noche, Bella reaccionó tarde, porque el vampiro se movió tan rápido, que para cuando ella se dio cuenta ya tenía sus muñeca aprisionada en su mano. El afilado cuchillo giró en el aire cuando se escapó de entre los dedos de Bella.
Dominic rió y ella sintió sus dedos resbalarse por su espalda, hasta pasar la cintura, y alcanzaron a tocar el comienzo de lo que ahora sería nada más una fina línea roja en su piel. Pero aún estaba sensible al tacto, y ese simple roce la hizo estremecerse.
No se dio cuenta hasta después, que también dejó escapar un leve gemido de dolor.
-Dijiste que no te había hecho ningún daño –gruñó Dominic, retiró su mano y se alejó un poco de ella-. ¿Con qué te hizo eso?
-El no me hizo nada –le corrigió nuevamente Bella.
-Entonces ¿Quién fue? –cuestionó el vampiro.
-Yo misma –soltó-, y eso es todo lo que diré.
Dominic la vio, como si fuera un enigma especialmente difícil que necesitara resolverse pronto.
-Mi dinero –exigió Bella.
-¿Qué pensaste sobre lo de…? –dejó caer la vista sobre su cuello significativamente.
-Te dije que no, y sigue siendo no –respondió Bella.
Dominic desapareció unos segundos, y volvió a reaparecer con un fajo de billetes.
-Sabes que un día probaré tu sangre –dijo después de entregarle el dinero.
-Jamás –replicó Bella.
Domic se rió.
Bella retrocedió unos pasos y pocos después desapareció.
Lo primero que hizo fue poner un anuncio en el periódico para poder vender el departamento que tenía y después comenzó a buscar uno mejor.
Cerca del anochecer ya tenía en mente tres lugares en los que le gustaría vivir con Amy, sólo era cuestión de tomar una decisión, pero por el momento tenía que ir al hospital.
-Bella, espero que tu herida ya esté completamente curada –dijo Sam al verla entrar.
La vampiresa asintió, aunque no era del todo cierto, ya que todavía le dolía un poco. Por supuesto si hubiera seguido las instrucciones del licántropo ya estaría bien. Aunque eso no se lo iba a decir, porque probablemente la regañaría.
-¿Cómo está mi hermana? –preguntó, mientras caminaban por el pasillo en dirección a la habitación donde se encontraba la niña.
-Mucho mejor –contestó él con una sonrisa, una que no tranquilizó mucho a Bella, ya que no le llegó a los ojos-. Pero sabes que esto es temporal…
-Podemos hacerlo otra vez, yo estoy dispuesta a…
-Bella –la interrumpió el licántropo-, escucha, sí podemos hacerlo otra vez, y quizás más, pero va a llegar un momento en que su cuerpo esté muy deteriorado y no reaccione favorablemente.
La joven negó con la cabeza, no estaba lista para algo así. Ella creía que todavía había una esperanza de salvarla.
-Cuando ya no pueda usar mi médula, encontraré otra forma, pero Amy no moriría, no lo permitiré.
Sam intentó decir algo más, pero Bella no lo escuchó y entró en la habitación.
-¡Bella! –exclamó la niña en la más dulce de las sonrisas-. ¡Mira tengo nuevos amigos!
Pero no había necesidad de dichas palabras, ya que en esos momentos alguien se acercó a Bella.
-¿Cómo te sientes? –el licántropo en frente de ella, parecía preocupado sinceramente, y se preguntó porque alguien que apenas conocía se comportaba de esa forma a su alrededor.
-Mucho mejor, Jacob –le contestó con una sonrisa.
Ahora que lo veía bien, era mucho más alto que ella, y no dudaba, que mucho más fuerte.
La risita de Amy la hizo volver a la realidad, y girarse para observar a la otra persona que se encontraba en la habitación: que era, también, un licántropo.
-Emily –la saludó, mientras la nombrada se levantaba de la cama de Amy y se acercaba a ella.
La licántropo tenía una cicatriz en el rostro, pero Bella nunca había pensado que esto le restara hermosura, porque detrás de una marca, siempre había una historia, una prueba de que la vida no era sencilla. Así que, siempre que ella miraba a Emily se fijaba en ella, no solamente en la cicatriz.
-Bella –respondió ella-, no había conocido a tu hermana, pero debo decirte que es encantadora.
-Y muy bonita –agregó Amy con presunción, y después dejó escapar una risita.
-Cierto –coincidió Emily sonriendo.
Bella se adueñó del espacio que había dejado Emily y acarició la mejilla de su hermana.
-¿Qué tanto les has estado diciendo a tus nuevos amigos? –le preguntó a la pequeña.
Amy sonrió de manera culpable, como si sus labios hubieran revelado algún secreto muy importante, algo de Bella, para ser exactos.
La vampiresa puso los ojos en blanco.
-Amy…
-Al parecer tu hermana quiere jugar a cupido –fue Emily la que contestó-, contigo.
Bella resopló, su hermana al parecer no se iba rendir fácilmente.
-Pero lo mejor de todo –continuó Emily bastante divertida-, es que me hizo prometer que la ayudaría.
Entonces Sam rió.
-No creo que haya tenido que rogarte mucho para convencerte –intervino y luego añadió para Bella:- Emily tiene complejo de casamentera.
Lo que provocó que ella se acercara a él y lo golpeara en el hombro, Sam sólo rió más fuerte y la abrazó.
-Deberías comenzar a buscar a otro vampiro para que haga tu compañero.
Justo después de las palabras de la chica-lobo, Bella escuchó una especie de gruñido detrás de ella. Pero cuando se giró, sólo pudo ver a Jacob, cuyos labios se encontraban en una fina línea, y parecía un poco molesto.
-¿Ocurre algo, Jacob? –le preguntó Sam.
-Nada –respondió el licántropo, un poco forzadamente le pareció a Bella.
Sam pareció un poco más tranquilo por la respuesta, pero los ojos de Emily de pronto parecían escudriñar el rostro de Jacob, en busca de respuestas.
-Así que… ¿Qué piensas, Bella? –cuestionó Emily después de un rato.
-Gracias por la preocupación, pero estoy bien así –contestó.
Amy comenzó a protestar.
-Hermanita, hay que dejar este asusto hasta aquí por hoy ¿de acuerdo?
Amy la observó y después de un rato asintió.
-Sólo por hoy –dijo la niña, de una manera, que provocó que los presentes estallaran en carcajadas.
Después los licántropos se salieron para dejar a las hermanas solas, Bella tomó el libro viejo que Amy guardaba, y le leyó otro cuento, pronto la niña cerró los ojos y se durmió.
-¿Cuándo podrá volver a casa? –le preguntó a Sam al salir de la habitación.
-En dos o tres días podrá volver a vivir contigo –le respondió el licántropo.
Lo que significaba que tenía que decidirse por un departamento muy pronto.
Se despidió de los tres licántropos, y Jacob se ofreció acompañarla, lo que hizo que Emily le dirigiera una extraña mirada.
-Estaré bien –le aseguró Bella al licántropo, y se marchó.
La vampiresa anduvo en la desolación de las calles, hasta que un ruido le reveló algo que no esperaba: alguien la estaba siguiendo.
Se giró en todas direcciones, analizando cada rincón, hasta que sus ojos captaron una veloz sombra. Se preparó para defenderse.
-Sal de ahí –dijo en voz alta, con esperanza que su perseguidor se revelara.
Entonces una voz grave rió, el sonido se escuchaba sobre su cabeza, y Bella descubrió a un vampiro de pie sobre el techo de una casa, una sonrisa maliciosa se extendió sobre su pálido rostro. Un cabello negro caía sobre sus hombros y sus ojos eran completamente oscuros.
-¿Qué quieres? –le preguntó Bella.
-Así que… no puedo imaginarme que hacía una vampiresa como tú en un hospital –dijo el vampiro, ignorando su pregunta-, sobre todo acompañada de licántropos… nosotros no nos relacionamos con ellos. No creo que él se ponga muy contento cuando se entere…
Bella gruñó, estaba segura que Dominic lo había enviado. Pero no podía permitir que se enterara del hospital. Se había encargado de esconder a Amy muy bien, de que nadie supiera que tenía una hermana, porque si los vampiros a los que se había enfrentado lo descubrían, podrían hacerle daño a Amy.
Ese vampiro estaba muy cerca de la verdad, no podía dejar que le avisara a Domic, sobre todo después de que él sabía de su amistad con los licántropos, tampoco era seguro para ellos.
Sólo le quedaba una cosa por hacer: matarlo.
El vampiro saltó del techo, y aterrizó junto a ella, lo que aprovechó para embestir sobre él. Bella lo golpeó en el pecho y el vampiro cayó al suelo con bastante fuerza, pero no duró mucho tiempo en el pavimento.
-¡Maldita! –gruñó el vampiro y le mostró los colmillos.
Bella casi sonríe, pues el juego no estaba tan aburrido después de todo.
Entonces el vampiro se aproximó a ella a una velocidad tan grande, que Bella no tubo tiempo de quitarse cuando las manos de él se cerraron sobre sus hombros, y la estrelló contra la pared de una casa.
El vampiro no parecía satisfecho con el daño causado, porque volvió a acercarse a Bella, pero ella lo recibió con el filo de su cuchillo. La hoja plateada se enterró sobre el pecho del vampiro, y lo atravesó como si fuera mantequilla, para así, poco después, llegar al corazón.
El desconocido cayó inerte sobre el suelo, inerte, sin la más mínima chispa de vida en sus ojos.
Ahora, sólo le quedaba hablar con Dominic.
Esta vez entró directamente a la sala, y por fortuna, él estaba ahí. Bella estaba tan molesta que simplemente le tendió el cuerpo del vampiro sobre la alfombra. Eso pareció molestar a Dominic. Perfecto.
-¿Qué es esto? –le preguntó bruscamente, hizo una mueca de repulsión y añadió:- Manchará mi alfombra.
-No sé, tu dime, me siguió –contestó Bella ignorando su último comentario.
Dominic pareció sorprendido, pero ella lo conocía demasiado bien como para saber que estaba actuando.
-No entiendo –le dijo, con falsa inocencia.
Bella estuvo a poco de saltar sobre él, pero se contuvo a tiempo.
-Sólo quiero que sepas algo –gruñó-, nunca vuelvas a mandar a alguien a que me siga.
-No te enojes –dijo en tono burlón-. No puedes quejarte, después de esta mañana me dejaste intrigado, así que pensé en averiguar más sobre ti.
Bella resopló.
-Nunca vuelvas a hacer algo como eso –soltó y desapareció bruscamente.
Ahora tenía otro problema, no podía permitir que Amy regresara a vivir con ella, pues sabía que Dominic no se rendiría tan fácilmente. Debía encontrar otro lugar donde su hermana se quedara, por lo menos por un tiempo.
Por fiss dejen sus comentarios al final....................................
Publicado por Angel of the dark en 15:00 1 comentarios
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