Dark Chat

miércoles, 6 de octubre de 2010

Mascara De Odio

Cap.8 Isabella Swan

20 de Julio de 2007

Estaba terminando de amasar la harina para el lecho de la tarta de moras cuando escuche que Jessica limpiaba con demasiada fuerza la mesa, como si se encontrara enfadada con alguien, o con algo, con ella nunca se sabia.

Sonrei olvidandola, mi vida en este momento era un poco mejor de lo que habia sido desde que se murio Emmerald, acordarme de Edward Cullen no deberia arrancarme sonrisas pero lo hacia, aunque no habia llamado en dos dias me sentia muy bien recordandolo.

- - hoy se te ve muy contenta...- dijo Jessica. Pare de amasar la harina y la mire, evidentemente ella si que no estaba muy contenta - sera que al fin conseguiste quien te hiciera..." -el favor"... - refuto venenosa como siempre, senti que la ira me bullia al cerebro, pero trate de ignorarla, para pelear se necesitaban dos y en ese momento solo estaba ella

- - no tengo por que escucharte decir tanta basura - dije volviendo a ni tarea y acomodando la galleta en forma de masa en la refractaria correspondiente

- - solo tengo curiosidad - continuo fastidiando - despues de todo debe ser un poco deprimente ser aun virgen -

Si, era virgen, pero mi inocencia estaba perdida hacia demasiado tiempo.

- - no me agrada parecer un animal en celo cada vez que alguien del sexo opuesto se cruza en mi camino. - le devolvi en comentario llena de rabia, ella no tenia derecho a especular sobre otra vida que no fuera la de ella misma

Desde que llegue intente entablar amistad con ella pero me odiaba y no conocia el motivo, pero despues de soportarla por tanto tiempo habia desistido, ahora la soportaba por que no tenia manera de evitarla y por que necesitaba trabajar para vivir

- - asi que seguire trabajando - le dije y segui con mi masa, sin importarme nada mas. Cuando la acomode me dedique al relleno de moras que estaba termiando de entibiarse en una de las ollas, el aroma dulce llenaba la cocina

Las campanillas que anunciaban la llegada de clientes sonaron en ese momento, era de tarde asi que pronto cerrariamos, a mi no me importaba pero estaba segura de que a ella si, odiaba servir cuando ya todo estaba listo para irse, sonrei por lo bajini, un motivo mas para que estuviera de mal genio, agradecia que no fuera por mi culpa.

Me volvi hacia el relleno y cuando estaba poniendo la primera cucharada sobre el lecho de galletas escucha la voz de Jessica

- - que le traigo? - tenia esa voz de ensueño que ponia cuando se ofrecia a alguien, habia puesto, de hecho, una voz muy similar cuando...un momento.

- - estoy esperando a Isabella - dijo cortantemente el nuevo cliente

Me petrifique y casi derrame la cucharada para cubrir la tarta al escuchar ese tono de voz, lo recordaba demasiado bien en mi cabeza por que a pesar de intentarlo no habia podido dejar de pensar en el.

- - Isabella?...Be...Bella? - pregunto ella como si no pudiera acabar de creerselo, él uso esa connotacion, que hacia que mi nombre pareciera demasiado apasionado para tratarse de mi. Solte el cucharon lentamente y me asome por la puerta de la cocina, por la rendija en realidad y lo enfoque con mi vista sin que el me viera, ahi estaba el.

Solo que esta vez no estaba usando las gafas y su porte era la mismo de la ultima vez que lo vi, volver a verlo a la luz del dia con sus poderosos ojos al descubierto era mucho mas delo que yo esperaba, el corazon no tenia por que estarme latiendo de esa manera en que lo hacia, mis manos no tenian por que estar temblando como lo hacian. yo no tenia por que estarme estremeciendo como lo hacia.

El se dio la vuelta ignorando a Jessica y miro directamente hacia la ventana cerrada de la cocina, como si supiera extrañamente que yo estaba ahi, esto no era normal.

Me aparte rapidamente y en mis prisas tumbe uno de los vasos de la malteada que estaba en una esquina, rompiendoolo.

Seguramente el escucho el ruido, debia pensar que era una tonta.

Me lave las manos e intentando actuar normal tome la tarta que habia terminado y sali con ella hacia el mostrador en donde habia acomodado el resto de las delicias que habia hecho ese dia para el dia siguiente.

No lo mire mientras me dirigia hacia alli, pero luego no pude ignorarlo cuando me desinque. Su mirada, poderosa y verde/dorada como era me aquieto en mi sitio, dio los pasos que habian sido necesarios para acercarse a la barra y quedarse mirandome demasiado fijamente.

Estaba muy cerca pero por alguna extraña razon yo no podia apartar la mirada de el, como si me tuviera atrapada. Respire entrecortadamente y luego el hablo

- - a que hora sales?-

No sabia que responder por que aun estaba demasiado sorprendida de verlo otra vez, aceptaba que muy dentro de mi habia esperado que el no volviera, pero todas mis esperanzas por muy locas que fueran se hacian realidad con el ahi en frente preguntandome a que hora salia.

- - eehh...-no sabia que decir por el motivo de su pregunta, luego senti el calor de su dedo indice acariciando los nudillos de mi mano que tenia apoyada en forma de puño sobre el mostrador, la fuerza de mis dedos ceso en el momento en que nuestras pieles hicieron contacto, momento que el aprovecho para tomarme la mano de lleno - en una hora - le respondi rapidamente, él sonrio de lado y me dijo

- - espero que no te moleste que mientras espero pida uno de esos maravillosos cafes que haces.

- - Claro - dije anonadada, otra vez, de que apreciara mis aptitudes culinarias.

Me beso los nudillos y se dio la vuelta para sentarse en una de las mesas.

Me volvi algo euforica hacia la cafetera y comence a prerararle el cafe.

Masa de la tarta habia quedado libre debido a que no cabia mas en el molde, asi que destine ese pedazo de tarta extra que habia preparado para el. Sonrei al pensar en cuanto le agradaria, era la favorita de los clientes.

Jessica me estaba mirando consternada, permanecia con la boca entreabierta como si no pudiera acabar de creerselo, quieta ante el mostrador, habia observado todos nuestros movimientos

- - que le hiciste?- me pregunto iracunda

Estaba sirviendo con la pala la tarta cuando me volvi a mirarla

- - disculpame?-

- - hiciste algun tipo de... brujeria? -

Zorra resentida, si por mi fuera el no estaria ahi, el se habria alejado rapidamente, pero por algun extraño motivo el queria tener una relacion conmigo, el estaba mas dispuesto que yo, lamentablemente, asi que esta golfa no tenia por que decir semejantes barbaridades.

M volvi con el plato y la taza y le dije.

- - solamente no me ofreci, y lo rechace en dos oportunidades -

Ella se quedo mirandome boquiabierta y yo segui mi camino hacia la mesa en la que el se habia sentado.

Pose la taza y la tarta en silencio y le dije

- - la casa invita -

El echo la cabeza hacia atras un poco para mirarme, aun sentado era mas alto que la mayoria de clientes con los que habia tropezado.

- - "tu novia invita" - me corrigio - gracias, esperare aqui a que termines -

Me volvi un poco perturbada por sus palabras, no estaba acostumbrada de ninguna manera a ser interpelada como "novia".

Un solitario cliente entro tambien antes de que cerraramos asi que Jessica tuvo que apartar sus ojos incredulos de nosotros e ir a atenderlo.

Cuando la hora transcurrio el habia terminado lo mismo que el otro cliente, lave los platos rapidamente y tome las llaves de la caja. Jessica habia desaparecido misteriosamente media hora antes de el cierre, lo cual siempre hacia, no la delataba, no me importaba y tampoco queria darle un motivo mas para hacerme imposible la vida.

Cerre la puerta de la cocina y me di la vuelta

El estaba al otro lado de la barra apoyado con un porte despreocupado demasiado sensual. Deje todo listo y despues me reuni con el para salir.

El espero pacientemente a que cerrara todos los candados que tenia la puerta

- - que tal tu dia?- me pregunto mietras nos dirijiamos a ese auto suyo.

Curiosamente me sentia menos desconfiada en su presencia ahora que una hora antes

- - leve...no hubo mucho movimiento - el era mi novio asi que debia preguntar - y tu?, no me has dicho en que trabajas -

No parecio enfadado ante mi pregunta, solo un poco soprendido, solo pude concluir que era por que mostraba interes en sus actividades

- - administro una empresa de negocios internacionales, de construcciones de oficinas y conjuntos residenaciales. Tambien tengo una empresa propia que maneja capital de inversion, cotizamos en bolsa todos los dias, y tenemos un proyecto de financiamiento que producira a la larga...

Se detuvo de repente como si no quisiera revelar nada mas, pero para mi era suficiente, era un millonario, otra vez me cohibi deseando leerle el pensamiento a ver que era lo que queria conmigo, yo debia estar unos diez peldaños debajo de la superioridad monetaria de el, me vi arrepintiendome de esto, tal vez se tratara de esos ricos que les guistaba la novedad en las pobres y que creian que por dinero eramos capaces de todo, ya sabiamos a que me referia, iba a decirle, completamente fuera de mi, que era lo que queria hacer cuando volvio a hablar - de hecho mañana en la noche tenemos un evento de vital importancia para mi, desearia que fueras conmigo.

Me removi incomoda en la silla de mi lado, un poco mas calmada pero no menos preocupada y cautelosa, no era la tipica visitante de eventos de gente millonaria ni mucho menos, no queria saber que tan poco podia combinar con sitios de esa categoria que solo visitaban gente como el, elegante y distinguida.

- - un evento?- me puse a preguntar para ganar tiempo. - y sobre que? -

- - una cena de beneficencia, encabezada por el alcalde de la ciudad.

Queria llevarme con el alcalde?, bueno no estaba diciendo que era precisamente con el, pero iba a verlo y aunque no estaba de acuerdo con sus politicas, que alguna vez habia observado brevemente en la tv del apartamento, me sentiria igual de cohibida

Force a mi imaginacion a representarse una escena como tal, yo, completamente invisible a los ojos de los demas y todos los demas vestidos con sus galas y emperifollados, un ambiente en el que me sentiria como una mosca en un muro blanco, un punto negro en tanta...tanta...

- - vendras conmigo?- volvio a preguntarme el, yo no sabia, como habia aclarado antes, de las actividades de las novias pero estaba segura de una cosa, ivan con los novios a donde ellos propusieran la mayoria de las veces. - eres impresindible...- dijo con lo que pude ver fue un amago de sonrisa bondadosa en sus aristocraticos labios, que curiosamente no habia dejado de mirar

- - por que?- quise saber sin comprender, pero nada me hubiera preparado para lo que oi a continuacion

- - para presentarte a mis allegados como mi novia oficial. - eso puso de cabeza todas mis dudas

Fue ahi cuando me convenci de que su intencioon hacia mi iba mas alla de lo convencional de un tipico noviazgo de una semana, una cosa era ser novios entre nosotros pero otra muy diferente era que los demas se enteraran, en especial cuando esos demas incluian amigos esnobs y alcaldes de ciudades. Senti que el aire comenzaba a abandonar en grandes cantidades mis pulmones. El iba en serio, no se por que tenia ahora esa conviccion pero algo me lo decia.

- - s...si - dije aun dudando de si estaba haciendo las cosas correctamente.

- - tienes algo que usar para la ocasion - ? siguio preguntanto el mientras conducia, aparentemente sin nada que lo preocupara y sin tener conocimiento de que la persona a su lado sentia que podia estallar en cualquier momento, o que de tanto desearlo esa persona iba finalmente iba a desaparecer, cuando rogaba por todos los santos para hacerlo, dejar de existir en ese momento.

Si, tenia algo para la ocasion, para ociasiones especiales, era el vestido negro de Emmerald, aunque no sabia que tanto podia entallar yo en el.

Aparte de esas cosas ella me habia legado, en el boslo verde, sus grandes cantidades de maquillaje escondidos en una prenda de ropa y que yo no habia usado nunca por que no me gustaba.

- - si...pero...no se -

- - puedo llevarte a un salon a arreglar todo aquello que ustedes las mujeres arreglan, si dices que tienes el vestido, yo pongo el resto. Consideralo un regalo de novio, el primero de muchos.

Si estos eran sus regalos no podia dejar de imaginar que me depararia en el futuro en la primera ocasion que tuviera un encontronazo con el.

- - estas seguro de esto?- le volvi a preguntar, la insegura era yo, aun me costaba trabajo creerlo, de repente me habia vuelto del lado de Jessica en eso de la credulidad.

- - por supuesto - dijo el, con una seguridad que me abrumo.

Sin darme cuenta cuando tiempo habia pasado ya habiamos llegado a mi domicilio

- - pasare a recogerte a las ocho, el chofer te recogera a las 4 para ir al salon, dejalo en las manos de el, sabe lo que hace.

Estaba en manos de alguien si, pero se trataba de este hombre al lado mio, estabamos yendo muy rapido pero a la pàrte perversa de mi le gustaba eso, le gustaba este hombre y le gustaba que tuviera inteciones serias conmigo a pesar de la edad que yo sabia que nos separaba. A pesar de su porte y gallardia debia rozar la treintena mientras que yo rozaba la venitena, iba a cumplir 18 en dos meses.

Tendria que preguntarle su edad, segun lo mucho que habia leido con Emmmerald los novios de los libros conocian muy bien a sus parejas, pero por algo se empezaba, yo conoceria a Edward si el queria continuar mas lejos.

Pero aquello de conocerlo no se pudo dar en ese momento ya que era hora de que el se fuera, solo se habia presentado al cafe para llevarme a casa. No debia sentirme maravillosamente cortejada por ese sencillo abenton, el se quedo quieto como esperando que yo hiciera algo.

Antes de que tuviera tienpo de pensarlo o de rechazarme o de incluso pedir algo mas que eso me incline hacia el y le di un rapido beso en la boca, un roce de mariposa pero no me sentia con mas valor. El se volvio en el momento en que separe nuestros labios y me miro fijamente.

- - adios, hasta entoncces - me referia a el encuentro de el otro dia, en donde esperaba conocerlo mejor y esperaba ser algo suficiente para ese todo que era el entorno de riqueza que parecia envolverlo.

Baje del auto y subi a mi apartamento, durante toda la noche no pude dormir por estar pensando en el

21 de Julio

Ese dia transcurrio mas rapido que cualquiera que hubiera vivido, o tal vez se debia a la incertidumbre que tenia en mi cuerpo, a la una se acabo el turno asi que me fui hacia mi domicilio.

Para pasar el tiempo hice unas galletas avainilladas para tenerlas para mi. Luego me decidi esperar, deseando muy dentro de mi que algo sucediera ese dia que me impidera ir a hacer el ridiculo con este hombre.

Estaba confiando, y eso me asustaba, pero en algun momento de mi vida tendria que aprender que confiar en la gente era una de las ciencias de la vida, al confiar me arriesgaba tanto a tener lo que siempre desee como a sufrir mas y mas.

Esperaba que la balanza de mi destino se inclinara hacia la primera opcion.

El desbencijado citofono sono

- - si?- pregunte oprimiento el boton

- - busco a la señorita Isabella Swan, me manda el señor Edward Cullen.

Ya estaba ahi, la hora cada vez se acercaba mas, mi corazon redoblo su ritmo pero no podia permitirme llenarme de nervios, no desde ahora, esperaba que las pocas fuerzas que habia recuperado en la noche no me fueran a hacer falta mas adelante, sentia que la noche no iba a ser del todo comoda, por el momento solo me quedaba vivir la tarde, deje el vestido negro en la silla y saque l las llaves de mi casa junto con el bolso a juego en donde habia puesto algo de dinero en caso de una huida rapìda y...creo que no se me quedaba nada mas

El auto que el hombre que me llamo portaba era incluso mas elegante que el de Edward aunque de alguna manera sabia que este ejemplar tambien pertenecia a el, el hombre permanecia serio como si tuviera una mascara, ni un solo musculo parecia tener vida en su cara, me abrio la puerta de la parte de atras y subi a este auto, igual d comodo y aromatizado que el que ya conocia.

Me condujo por casi media hora, pero por lo que podia ir viendo a la ventana estabamos muy ubicados en la parte elegante de la ciudad, habia almacenes de diseños y en el mismo ambiente se notaba la cantidad de dinero que poseian las personas que residian en el.

Nos apeamos y el me condujo hacia dentro de la fachada de un salon de belleza a todas luces caro.

" France Renee's" ponia la entrada. Me pregunte quien seria Renee. Podia tratarse de la propietaria de el lugar, no lo sabia, pero se notaba que era un sitio costoso, demasiado costoso.

Unas sonoras campanillas anunciaron nuestra presencia en la lujosa entrada

- - un momento "pog favog" - Dijo una voz a todas luces francesa. A los pocos segundos aparecio en uno de los tres umbrales que habia en la estancia una mujer de mediana edad, tenia el cabello cuidadosamente tinturado que parecia real, y perfectamente recogido en un elaborado peinado. Tenia anillos en casi todos los dedos, y las manos cuidadas aferraban un cepillo para peinar cabello como si se tratara de un arma de ataque.

- - "Señog Montgomegy" - Dijo dirigiendose al chofer el cual, durante nuestro viaje no habia pronunciado palabra alguna.

- - Madame Renee - dijo el acercandose y tomandole una mano, se la beso.

- - "espego" que el "señog" Cullen se "encuentge" en buen estado, hable con el justo anoche -

- - esta bien, con asuntos de la empresa - dijo el soltando la mano - ha estado bastante ocupado

- - entiendo, "pog" "favog" "tgansmitale" mi saludo

- - sera un placer... pero ahora...- dijo el volviendose hacia mi y señalandome ceremoniosamente

Madame Rene se volvio hacia mi y me dirigio una mirada evaluadora, nunca supe por que pero habia admiracion en su rostro.

- - asi que esta es la "petite"? - dijo deteniendo su mirada en la parte de mi busto y mis piernas

- - es la novia del señor Cullen -

El me introdujo como la novia con lo cual deduje que el chofer conocia la breve historia que la que el y yo estabamos siendo parte.

La mirada de ella volvio a mi cuerpo, casi podia pensar que ella estaba diciendose para si que yo era demasiada poca cosa como para que Edward Cullen tuviera una relacion comigo.

- - "cuidague" bien de su "belle amour".

- - tiene un evento de beneficencia con el alcalde y alguno de los magnates que usted ya conoce

Esas fueron como palabras clave para la mujer, los ojos le brillaron y dijo

- - "oui, oui" ya sabia, no tiene que "decig" nada mas, "señog", en dos "hogas" "estaga" lista.

Dos horas me parecian demasiado tiempo para un poco de maquillaje, pero ella lucia como la experta, y lucia como una persona a la que no estaba permitido cuestionar.

Extendio su mano libre hacia mi sonriendo con premura, se notaba tamnien que era una persona que no necesitaba de muchas explicaciones, parecia que hasta el serio señor "Montgomegy" le respetaba

- - ven, "ma petite", es "hoga" de "pgepagagnos"

Su mano me tomo con firmeza, como si por algun extraño motivo me apreciara.

Me condujo por el recibidor de la derecha de donde emanaba un agradable olor a shampoo de gardenias.

Se escuchaba el sonido de tres o cuatro secadores a la vez, muchas mujeres hablando, sonoros coros de "ouis" respondiendo a cada demanda de las clientas a las cuales estaban atendiendo, ella me condujo a travez de ellas y entramos por unas puertas labradas, el olor ahi era un poco mas concentrado, pero no por ello desagradable.

- - "ahoga" estas en mis manos, "cherie" - dijo haciendome sentar en un tocador que habia a la derecha, tenia unas lamparas finas a ambos lados y habia un surtido completo de maquillaje y de cepillos en el, multiples perfumes y lazos, cintas, moños y extensiones para el cabello.

- - yo...- dije retrocediendo ante tantas cosas que me eran completamente desconocidas

- - como te llamas "ma petite"?- interrumpio ella antes de que pudiera rechazar sus avances

- - Is...Bella - dije, no era que mi nombre completo me inspirara mucho a revelarlo

- - Isabella? - dijo ella con ese acento frances que no podia esconder, asenti mientras ella me ponia una especie de babero tejido y plastico al rededor del cuello.-

- - si... - dije sin animo. No me sentia expresamente emocionada pero la mujer si que lo parecia

- - me complace "sabeg" que "mosieur Cullen" ha sentado cabeza "pog" fin, es la "pgimega" vez que le oigo a su "chofeg" "guefeguigse" a una "mujeg" como novia -

Si a mi tambien me sorprendia, tal vez no por los mismos razonamientos de Madame Renee -

- - "ahoga" "ciegue" los ojos y "guelajese", esta en buenas manos

Durante el tiempo que estuve ahi senti que ella manipulaba mi cabello y mi cara sin un orden especifico, solo pude escuchar la voz de ella lo que me confirmo que ella y solo ella se estaba haciendon cargo de mi, como si lo considerara una tarea lo suficientemente digna. Ella tarareaba alguna balada de su pais, yo solo podia pensar en que aunque los monos se vistieran de seda, monos se quedaban, sentia que con cada capa de maquillaje que ella aplicaba sobre mi se iba desvaneciendo la poca e insignigicante escencia de Bella Swan y se daba descubrimiento a una desconocida.

Me puso rulos y cantidades moderadas de laca, no me tiro del cabello en ningun momento.

Luego todo termino.

- - "estag" "estgaogdinaggia", "mosieur" "estaga" complacido al "vegla"

Cuando pude mirarme al espejo una desconocida me devolvio la mirada, casi me parecia a Emmmerald el dia de sus 15 años en donde todo el mundo comento lo hermosa que estaba. Mire los ojos que estaban rodeados por una sombra dramaticamente oscura, pero que aclaraban el iris hasta casi hacerlo parecer claro, tenia un poco de rubor artificial en las mejillas y los labios tenian color. Ella habia trenzado hermosamente una parte de mi largo cabello y luego lo habia usado de manera de diadema, el resto lo habia dejado suelto y lo habia rizado con los rulos dandole unn aspecto suave y simetrico que no conocia que tuviera

Estaba conciente de que era yo, pero aun no podia acabar de creermelo. Era demasiado dificil.

- - esta muy bella - dijo madame detras de mi

Cuando me volvi vi ante mi la cantidad de maquillaje variado que habia usado preguntandome cual habria usado ella

- - si no me equivoco, eso que suena alla es el "caggo" del señor Cullen

Pero no era el, se trataba de su chofer.

Sin poder detenerme a pensarlo abrace a la mujer por el esplendido regalo de transformacion que me habia dado

Ella me lo devolvion algo sorprendida segun pude apreciar y sali, para mi perturbacion vi que el chofer se quedaba mirandome por mas tiempo

- - "espego" "vegte" "pgonto" ma petite -

Se despedia madame desde la entrada. Era una desconcida, otra mas, pero ya sentia aprecio por ella.

Subi al auto y el chofer me condujo de nuevo hacia mi casa, eran casi las seis de la tarde. En dos horas mas o menos Edward vendria y seria testigo de este cambio pregunte una vez mas que le pareceria

Cuando llegue a mi casa tome el vestido negro de la silla donde lo habia dejado. Deje la ropa que vestia aun lado, con ciudado de no estropear el peinado ni el maquillaje. Luego me fui al espejo del baño y "ella" me devolvio la mirada.

El vestido era de hombros descubiertos y ajustado en la cintura, luego de las caderas se desprendia libremente en varios pliegues hasta un poco mas abajo de las rodillas en donde el ruedo terminaba, artisticamente en diferentes alturas

Casi habia olvidado que Emmerald decia que era uno de sus favoritos, y tambien lo habia sido mio pero nunca me habia atrevido a pedirselo para ponermelo, ella me lo habia dado en el momento de su muerte, le iba a dar el mejor uso, tal como yo sabia que ella hubiera querido.

Cuando estuve lista me mire nuevamente en el espejo, el vestido combinado con el maquillaje habia hecho maravillas de mi, hasta yo, que pensaba que no era nada mas que una gran insignificante, me complacia al ver que tan bien me veia, esperaba que el pensara lo mismo.

Una noche desconocida me aguardaba, otra a decir verdad.

El citofono sono por segunda vez en el dia anunciandome la presencia de el, perdi la respiracion, el estaba ahi, la hora se estaba acercando

- - hola...-? pregunte con voz debil.

- - baja - respondio el, no se escuchaba impaciente pero eso no tenia por que dolerme

- - un momento - dije

Tome el chal negro con el qe me iba a cubrir los hombros durante lo que quedaba de la noche, me lo eche como Emmmeral me habia enseñado y tome la cartera, no habia retirado el diero de ahi tampoco, no me convenia que la calle me tomara desprevenida.

Cada escalon que baje me parecio como si acrotara la distancia hacia mi propio infierno personal.

La puerta oscura cerrada que me separaba de Edward Cullen. Mi mano vacilo sobre el picaporte asegurado. "calmate, aqui de daras cuenta que tan decepcionante eres para el como mujer", no solo para el.

Cruzar el umbral se me hizo la cosa mas dificil del mundo en la que me habia embarcado hasta ahora.

Lo primero que visualice fue su espalda, estaba mirando hacia su auto cuando mis pasos montados en tacones resonaron en el concreto o al menos eso me parecio a mi el se dio la vuelta para mirarme.

Trague convulsamente cuando su mirada se deslizo sobre mi como una caricia lenta y provocadora, un desconocido calor se apodero de mi vientre y despues de mi estomago cuando sin poder evitarlo segui el recorrido que hacian sus ojos sobre mi. No saboa que estaria pensando, aunque lo deseara enormemente, sus ojos seguian recorriendome sin expresion alguna, hasta que se detuvieron en mi rostro y en mi cabello, lo recorrio con la mirada, luego sin decir palabras mas una de sus grandes manos tomo entre los dedos un mecjhon ondulado de la punta y lo palpo como si estuvera comprobando su textura cosa que me parecia de lo mas imposible, acercandose a mi, haciendo que el aliento abandonara mi pecho,se inclino y para mi consternacion inhalo de el mechon de cabello.

- - Madame uso su fijador especial - dijo afirmando mas que preguntando. Yo no sabia que contestar ya que no conocia que productos quimicos habia usado madame Renee en mi cabello. Y no tenia idea alguna de por que el estaba haciendo una observacion tan extraña, ni mucho menos por que estaba estableciendo ese contacto tan intimo como lo era tocar y oler mi cabello.

Tal vez por que estaba tan consternada no me di cuenta de el momento en que su cara se movio hacia la mia, cuando pude darme cuenta tenia nuevamente sus labios sobre los mios, estaban frios y parecial algo...colericos mientras se aplastaban con fuerza contra los mios.

Algo no estaba bien, pero por alguna extraña razon no queria apartarlo, mis manos cobraron como vida propia y se enredaron en su cabeza como pidiendole que se acercara mas, en esos momentos, por extraño que pareciera, no recordaba nada de la violencia de mi pasado a pesar de que las manos de el, antes lejos de mi ahora se enroscaban con fuerza en mi cintura, me estaba apretando demasiado. Si alguien que no hubiera sido el hubiera hecho algo como eso lo habria mandando al diablo en un santiament, pero habia algo en su violencia lasciva que me atraia poderosamente, como todo el.

Subitamente toda la presion cedio y sus brazos se apartaron de mi, lo ultimo que el separo de mi cuerpo fueron sus labios que ahora estaban calidos y humedos por el apasioando beso.

- - perdon...- se disculpo el arreglandose el cuello de la camisa que yo habia desordenado - creo que me deje llevar...por cierto, estas muy hermosa.

El cumplido que habia esperado de el al inicio de nuestro encuentro fue dado en ese momento, pero no me podia importar menos, habia demostrado con ese beso lo que pensaba de mi en ese momento. Lo mire por largos segundos y luego le dije

- - gracias...

Definitivamente lo poco que solie dialogar con la gente se veia reflejado aca. Su mirada se conecto con la mia unos momentos y luego me ofrecio la puerta de su coche.

Habia vuelto al proposito principal, llevarme a una fiesta de esnobs.

Una en la que no sabia que demonios me esperaba

Edward Cullen

19 de Julio 2007

Ella y su cabello, no tenia idea alguna de por que estaba pensando en ella en ese momento, en la dueña de mis sueños y pesadillas que habia alterado la tranquilidad de mi inconciencia la noche anterior, ahora me hallaba en mi despacho dejando que eso que estaba apoderandose de mi invqadiera mis pensamientos concientes interrumpiendome de trabajar en lo que se me venia encima.

Alguien toco la puerta en ese momento.

- - adelante - dije esperando que la distraccion de mis pensamientos no se me notara demasiado.

El abogado notorio entro en ese momento.

- - buenas tardes señor Culllen

- - sientese - dije señalando la silla al otro lado del escritorio.

- - no tengo mucho tiempo asi que sere breve. - extendio sobre el escritorio su maletin de trabajo dentro del cual extrajo unos dccoentos en apareiencia inofensivos - me pido que averiguara sobre la vida de Isabella Swan en el orfanato del oeste y esto es lo que pude averiguar, esta todo consignado aqui, encuanto a esto, son los papeles que ella debe firmar para dejar de tener derecho sobre las acciones de el Dr Cullen, y estos - señalo los ultimos - esto son los papeles civiles del matrimonio quepensamos efectuar para lograr que ella firme.

Mire los documentos aparentemente interesado en los ultimos, pero en mi interior me interesaba mas ver que era lo que habia sido la vida de ella en el ofraanato donde crecio.

- - gracias, espero poder convencerla lo mas pronto posible - dije tomando la carpeta en donde estaban todos..

- - y como van sus progresos?-

- - pienso invitarla a la cena de beneficencia del alcalde. - revele, esa idea se habia formado la misma noche en que soñe con la descnocida, sera una pruebapara ella de que aparentemnete me interesaba en serio. Sabia que mis conocidos iban a armar alboroto dado que ella no era nila mitawrde las mujeres con las uqe solia estar acompañado. Aun me estremecia al pensar en s figura ese dia, con la sencillez con que solia vestirese seguramnete sair el doble de que hablar, pero era por l que debia pasar, a la gente le gustaban las hitorias romaniticas y seria muy entretenido y a la vez utiles mantenerles con el cuento de que me habia eamorado perdidamente de la jovencita.

- - que cree que diran ellos - pregunto el abogado intuyendo desde ya, como yo, que iba a ser un poco el hazmerreir de la sociedad que me reodaba por unos meses, mientras durara la farsa

- - no se lo que diran pero ellos no estan al corriente ni tan deseseperados ppor conseguir el maltido dinero para el proyecto como yo.

- - y ue cree que dira ella?- dijo el abogado haciendo enfasis en la ultima palabra. Que diria ella?, por lo poco que la conocia pensaba que se sentiria cohibia al estar rodeada de este tipo de gente, y algo me decia que no estaba para nada equivocado, no mas habia tenido que ver su actitud el dia qne que la anterior cuando sentramos al gato negro, que era un resturante de clase media. Igual yo iba a estar todo el tiempo con ella, no tendria popr que sentirse nerviosa y acomplejada por las ritcas de mis allageados, ellos no eran importantes, lo era mi proyecto.

Cerre los programas en donde tenia las bases de datos de los cimientos y deje todo listo para continuar al dia siguiente , iriria ra recoger a Isaella en su trabajo y le propondria lo de la cena de beneficencia esperando que dijera que si y si no compketament preparado para convencerla a cualquier costo.

Esa noche busque durante mis sueños a la mujer que se habia apoderado de ellos pero al parecer la voluntad de que entrara en ellos era solo de ella. Lo cual no me agradabaen absoluto, del alguna manera esos dos sueños habian llenado el vacio sexual de mi vida en esos momentos, pero no tendria por que estar preso por ellos como un adolescente frustrado. Podria tener a la mujer que quisiera, por todos los diablos, pero de todas maneras ahi estaba, me pregunte brevemente si algun dia la tendra frente a frente, si contibuaba asi yb eso algun dia pasaba seguramente me le lanzaria como un animal apareandose.

Durante el resto de la noche solamente oscuridad transcurrio en mi sueño

20 de Julio

Año consecuente

El dia trasncurrio sin la mayor novedad, firme documentos importantes, cerre dos negocios proliferativos, despedi a un par de inversionistas nada comprometidos y comi lo que debia comer

Deje la oficina en la hora correcta y me dirigi a mi auto, los escoltas que normalmente me rodeaban, en esta ocasion como en las otras, veces que me habia visto con ella, estaban apostados en la entrada, negue con la cabeza cuando los vi, y el lider de ellos entendio. Entre al auto y me dirigi hacia ella.

Parquee frente a la entreda, por fuera se veia vacio asi que pobalblemente estaban cerca de la hora de cerrar. Apague el auto y me dirigi hacia la entrada.

Unas campanillas suaves anunciaron mi entrada, mejor.

Eche una rapida ojeada al rededor del lugar, solo una hambrienta mirada me devolvio la mia.

Solo que esta vez no senti el acceso de deseo que habia tenido cuando la vi por primera vez, sospechaba que mis sueños tenian mucho que ver con ello.

- - que le traigo - dijo ella tragandome con sus ojos. Decidi ir al grano no me sentia comodo en presencia de esa lagarta

- - estoy esperando a Isabella - dije

- - Isabella?...Be...Bella? - dijo ella como si mi el solo nombre le sorprendiera, Bella... asi que esa era la abreviacion que usaba para su nombre, bien, era bueno saberlo, lo usaria en cuando llevaramos una semana o dos mas de el lugar en donde antes habia escuchado ciertos ruiditos leves y por entre la ventana ligeramente entreabiera de la cocina vi un par de ojos que me miraban a punto de colapsar, con lo que pude identificar como sorpresa. Intente hacer como que no la veia pero ya sabia que estaba ahi, identificaria su mirada desprovista de nada a cualquier distancia, esos ojos se esfumaron rapidamente desde donde estaban, el factor sorpresa era bueno y me sosrprendi un poco ante el bienestar que me produjo el atolondramiento de ella. Escuche el quebrarse de un vaso cuando se aparto la mirada, era un poco torpe.A los pocos minutos escuche que la puerta se abria y ella salia por ahi con una apetecible torta en sus manos, no me miro en una sola ocasion mientras camianaba a la bitrina en donde habia otras cosas a la vista igualmente deliciosa, e agacho y despues de ponerla en su sitio se irguio completamente, en esos segundos aproveche para acercarme lo suficiente para que pudiera dejar de fingir ignorarme, era tal como la recordaba, delgada, blanca y amedrentada, pero esta vez con el valor para mirarme abiertamente, no a los ojos pero si a mi persona. Sus ojos, un poco mas abiertos de lo normal estudiaban mi frente como si no pudiera acabar de creerse que estaba ahi.

- - eehh...- balbuceo, alargue mi mano hasta tocar con un dedo la de ella, nuevamente me sorprendio encontrar la piel fragilmente suave cuando no debia ser asi, los huesos de sus nidillos acariciaron la punta de mi dedo, como si mi dedo fuera el del rey Midas pero son producir ojor, la tension en su empuñada mano ceso cuando la toque, apovechandome de la situacion atrape su mano entre la mia, temblaba incontroladamente

- - a que hora sales?, - le pregunte mirandola a los ojos de lleno

- - en una hora - dijo ella velozmente, como si temiera incluso hablarme, tenia un poco de hambre asi que le dije

- - espero que no te moleste que mientras espero pida uno de esos maravillosos cafes que haces. - seguramente con lo sabroso que era me quitaria el hambre de una sola vez

- - Claro - dijo ella aun sorprendida, de que? no lo sabia, cuando asintio le bese la palma de la mano llenandome de su olor a preparaciones y colaciones deliciosas, di la vuelta y me sente en la primera mesa que vi, recorde a la otra mujer, cuando la mire brevemente me di cuenta de que habia pasado a segundo plano en todo cuando hable con Isabella, estaba clavada en su sitio y parecia haberse quedado estatica.

Desde mi mesa vi que ella se movia con seguridad en la cafetera, haciendo cada cosa con el mismo ahico que habia visto la primera vez que la vi frente a una.

Escuche un siseo por parte de la mesera, estaba hablandole, pero no alcance a distinguir lo que le estaba diciendo.

Escuche a Isabella sisear con fuerza, como si estuviera poniendola en su sitio, luego salio de detras de la barra trayendo con ella una taza de cafe que humeaba trayendome el agradable olor, y un pedazo de pastel en la otra, habia pensado en mi, seguramente recordaba la casi avidez con la que habia comido algo que ella habia preparado la ultima vez

Cuando llego hasta mi mesa poso la taza y el pastel suavemente sobra la mesa

- - la casa invita - dijo timidamente refiriendose a la torta y posiblemente tambien del cafe.

- - tu novia invita - dije imitando su frase pero con otras connotaciones, esperaba que ya se hubiera hecho a la idea de que eso era lo que era, mi novia. Ridiculo - gracias, esperare aqui a que termines - dije tomando la cucharilla para atacar a aquello que tenia en frente. Despues que se dio la vuelta probe lo que me habia dado deleitandome en lo que ya habia supuesto, el sabor magico de eso y de como inevitablemente me llenaba de recuerdos infantiles, al no ser conciente de nada mas me dedique a dejar que me llenaran la cabeza tanto como la comida llenaba mi estomago

Cuando termine habian trascurrido quince minutos, tuve que esperar 45 minutos mas antes de que ella dejara de hacer sus cosas, en ese lapso de tiempo pude ver que la mesera salia sin decir adios y antes de salir me dirigia una mirada taimada, inconcientmente me pregunte por su salida y por que si todos mis empleados salian a la misma hora y ella salia antes de Isabella. quien sabe, tal vez las reglas en otros sitios no eran como las otras.

Cuando la epsera termino escuche que Isabella tomaba unas llaves, cuando la mire vi que las estaba descolgando de un anaquel en donde habia otras llaves.

me puse de pie y camine para esperarla al lado de la barra. Ella se volvio hacia mi cuando cerro la cocina, salio detras de la barra y juntos caminamos hacia la puerta. Cuando salimos cerro todo asegurandolo de ladrones ocasionales, luego en el mismo silencio nos dirigimos hacia mi cuando estuvimos dentro del auto decidi romper el silencio

- - que tal tu dia?- le pregunte con lo que esperaba que sonara como tono de curiosidad. el cuerpo de ella no estaba tan tenso como solia hacerlo cuando estaba cerca de mi

- - Leve...- dijo ella inteprete ese leve como que no habia sido un dia muy pesado - y tu?, no me has dicho en que trabajas - añadio despues de la primera pregunta. Sentia curiosidad por mi trabajo, hice un repaso mental acerca de las muchas mujeres con las que habia estado, sin saber por que , y me di cuenta de que ninguna de ellas jam,as habia preguntado acerca de mis actividades, de las actividades que no las incluian a ellas, en ese caso mi trabajo, y me sorprendi a mi mismo contestandole con un poco de orgullo

- - administro una empresa de negocios internacionales, de construcciones de oficinas y conjuntos residenaciales. Tambien tengo una empresa propia que maneja capital de inversion, cotizamos en bolsa todos los dias, y tenemos un proyecto de financiamiento que producira a la larga... - el proyecto del que estaba hablando era con el que ella estaba relacionada, monetariamente hablando, asi que preferi callarmelo asi ella no entendiera nada. acudi a la agilidad mental y de mi lengua para hacerle la pregunta por la que habia venido, esperando que el factor sorpresa tambien influyera postivamente esta vez- de hecho en la noche tenemos un evento de vital importancia para mi, desearia que fueras conmigo.

Vi como la tension regresaba a su cuerpo, el cuero de el asiento sono cuando ella cambio de posicion claramente incomoda

- - un evento?- pregunto . - y sobre que? - Sabia que su pregunta no era real sino una manera de desviar la respuesta que yo estaba esperando a no sabia donde

- - una cena de beneficencia, encabezada por el alcalde de la ciudad.- dije previendola, al mencionar la palabra alcaldde ella se removio aun mas. ahora sabria si me diria si o no

- - vendras conmigo?- le insisi, luego acudio a mi mente un argumento que podria convencerla, como lo habia logrado hasta ahora. - eres impresindible...- sonrie, y para mis adentros imaginandome que tan impresindible era, tal vez para la cena no lo era tanto, era impresindible para mi futuro economico, por el rabillo del ojo vi que ella estaba mirandome

- - por que?- pregunto intempestivamente, yo estaba esperando su afirmacion o negacion, no que me preguntara el por que de mis acciones, que las cuestionara o no era lo que no tenia demasiado claro. Mas argumentos, eso era lo que necesitaba

- - para presentarte a mis allegados como mi novia oficial. - Subitamente se quedo quieta y por razones que no entendia supuse, si mis calculos eran correctos, que la habia convencido con este ultimo.

- - s...si - dij confirmando mi suposicion, un rugido de aprobacion resono en mi conciencia.

- - tienes algo que usar para la ocasion?- lre pregunte un poco insensiblemente, pero debia empezar a pulirse en mi entorno, debia adapatarse a mi lo suficiente, debia adaptarse a mi vida para vivir en ella por tres meses, por nada mas.

- - si...pero...no se - sentin un poco de enfado, no sabia que iba a usar ella, esperaba que tuviera razon en eso de que tenia lo adecuado, a mi no me importaria, pero a la sociedad podrida de la que me rodeaba podia si importarle

- - puedo llevarte a un salon a arreglar todo aquello que ustedes las mujeres arreglan, si dices que tienes el vestido, yo pongo el resto. Consideralo un regalo de novio, el primero de muchos. - le dije pensando en la peluquera a la que solia acudir mi madre y a la que acudia yo cuando solia verme demasiado desordenado, al menos en el cabello, ella me conocia desde que era pequeño, a ella habia llevado a mas de una de mis mujeres para arreglarlas para una ocasion especial, era una experta y tenia su propio y acaudalado establecimiento. Ella seria la cuarta o quinta que llevaria, debia avisarle, a ella le gustaba que lo hiciera, y debia avisarle que no se trataba de la femina convencional con la que solia estar..

- - estas seguro de esto?- pregunto ella despues de unos momentos, si estaba seguro. Seguro de que necesitaba que firmara los malditos poderes que me acreditaban como dueño de sus acciones, seguro de que estaba preparado para fingir durante un tiempo que le tenia alguna estima. La verdadera pregunta de ella debia ser si estaba seguro de que queria estar con ella

- - por supuesto - admiti para mi mismo y para ella. Di la vuelta al volante cuando llegamos a la esquina de la calle donde ella vivia - pasare a recogerte a las ocho, el chofer te recogera a las 4 para ir al salon, dejalo en las manos de el, sabe lo que hace. - dije metodicamente. Ella parecio comprender

Cuando me detuve ella se desabrocho el cinturon y antes de que yo pudiera hacer nada ella se acerco a mi y me dio un corto beso en los labios, aun a pesar del corto contacto el sabor desconocidamente dulce de ellos me quemo los mios, fue un pequeño beso cargado con ternura escondida. El olor mismo que ella desprendia me envolvio aun en esos escasos segundos, luego ella se aparto como si esperara que yo dijera algo contra lo que habia hecho.

- - adios, hasta entoncces - dijo, se paso la lengua por la boca humedeciendola, me sorprendio el poco de velocidad que mi corazon adquirio en el momento en que me di me senti en disposicion de decirle nada.

Ella bajo del auto segundos despues. Arranque el auto intentando olvidarme de lo que estaba pasando, con tan poco exito que lo deje.

Llegue a mi casa y con la parsiminoa de siempre me desvesti, solo que esta vez tome el telefono y marque el numero de Renee, madame Renee, pense recordando que de niño solia decirle Renee y ella siempre decia que era una madame.

- - Bon? - pregunto una voz femenina cuando contesto.

- - necesito hablar con madame, digale que es Cullen.- dije sin preambulos.

La voz al otro lado dejo el auricular. Pasaron unos segundos luego la voz mas suave de madame se dejo escuchar

- - Señoguito Cullen - dijo con voz burlona - cgei que habia olvidado a su vieja amiga.- continuo

- - he estado ocupado - me excuse sabiendo que era de las pocas allegadas sinceras de las que me rodeaban.

- - si, eso pense, es lo que suele pasag con usted, en fin. que puedo haceg por usted?.

- - llevare mañana a...una mujer para que se encargue de ella -

- - una mujeg?, y quien es si puedo sabeg -

,Me senti un poco mal mintiendole pero no podia arriesgarme a decirle de mis planes, el instinto femenino y la solidaridad que yo sabia que se apoderaria de ella si le contara lo que tenia en mente, podrian arruinarlo todo.

- - es mi novia -

La linea se quedo en silencio cuando dije esa palabra, seguramente le sorprendia ya que nunca habia mencionado que tuviera algun tipo de relacion mas cercana que sexo de una noche con mas mujeres a las que habia ido alli.

Luego sonrio lentamente, una casi carcajada que escuche claramente.

- - bueno...espego podeg segle util, tendge todo listo entoncces

- - perfecto, estara alli al rededor de las cuatro.

- - lo felicito señoguito Cullen - dijo ella despues de un momento

- - por que?

- - porg habeg sentado cabeza.

Ella pensaba que esto iba para largo, de alguna manera sabia que esta mujer era especial, Isabella... no debia congeniar mucho con madame Renee, me ganaria el odio de una amiga de mi madre, algo que sin saber por que, no tenia ningun deseo de ganar.

Ella fue quien corto la linea. Me recline en la cama pensando en el otro dia, veriamos que tan diferente podia lucir Isabella Swan frente a las habiles manos de Renee.

21 de Julio

No fuia trabajar ese dia, asi que me dedique a elaborar algunas cosas en casa relacionadas con esta. Adelante un poco mas del proyecto y me dedique luego a leer sobre la adqucision de un bien de trabajo social para una construccion de oficina.

Una llamada entro

- - si?- conteste aun ojeando los preliminares del escrito de la construccion.

- - por favor quisiera hablar con Edward Cullen.

- - adelante - no conocia la voz de quien estaba hablando.

- - me llamo Elijah Martin y soy el gerente del hospital central.

Era el hospital donde mi padre habia trabajado, era el hospital del cual Isabella Swan era la accionista mayoritaria.

- - que...puedo hacer por usted

- - tuvimos una junta medica acerca de las acciones que su padre tenia en este hospital, unas que estan a nombre de una desconocida y no de los Cullen, si bien es cierto que tenerlas bajo nuestra propiedad ha mantenido el hospital a flote...es necesario que la mujer se presente, ella debe decidir si sus acciones pueden ser donadas en pos de el beneficio de el crecimiento de este hospital, - tosio un poco - se que su padre queria esto tanto como nosotros, y la junta queria saber si tiene usted contacto con la dueña de esa cantidad de acciones

Si yo me hacia con las acciones del hospital este cerraria, si las vendia en pequeñas partes mi padre obtendria lo que habia deseado, la ampliacion del hospital, asi que ese establecimiento no se veria afectado por mi.

- - si...tengo contacto...- dije - me casare con ella en dos meses.

El gerente del hospital se escuchaba bastante sorprendido

- - segun los informes que nos trajo el abogado publico que contratamos para manejar el caso se trata de una huerfana que murio trece años despues de que su padre le diera las acciones, no debe tratarse...

El no tenia los contactos que el abogado privado que me servia a mi tenia, asi que lo que mas les convenia para que el hosptial siguiera a flote era decir que la desaparecida huerfana habia muerto cuando habia escapado del orfanato

- - yo la encontre, es mi prometida- era evidente que al gerente del hospital no le gustaba nada la idea de que las millonarias acciones estuvieran en manos del el hijo de los Cullen, pero no me importaba, el parecia tan avaro como yo asi que continue

- - al casarnos ella accedera a firmar el traspaso de esas acciones para mi, vendere las acciones en partes a los otros propietarios del hospital, usted se beneficiara, yo me beneficiare y todos quedaremos en excelente estado

El silencio de la otra linea me dijo que el gerente estaba pensando en esas posibilidades. Al parecer fueron de su agrado por que dijo

- - me mantendre en contacto entonces con su abogado, es necesario que nos avise en cuanto la venta de las acciones comience.

- - asi lo hare, buenas tardes.

- - buenas...- no lo deje terminar y corte la linea cuando termino de hablar. Una persona mas que conocia de mis planes pero no de la totalidad de ellos, al informarle de lo que estaba haciendo y lo que tenia planeado hacer me estaba asegurando de que el no la buscara por sus propios medios y la convenciera de vender las acciones a alguna bagatela o algo, yo, a diferencia de el gerente, sabia como hacer que algo pequeño se convirtiera en grande, ella, en medio de su ingenuidad no podia saber que tenia en sus manos una fortuna con la que seguramente jamas se habia atrevido a soñar, y las venderia sin sacarles el provecho que merecian, de eso me iba a encargar yo. Y ella... se podia ir al infernal hoyo en donde habia estado, el orfanato, la calle, el cafe, en donde fuera que se amadriguedara.

Tenia furia pero no sabia de ella se volvio para irse yo arranque mi auto en direccion a mi casa

21 de Julio 2007

Nada nuevo ocurrio ese dia, pensaba sin emocion en lo que me esperaba por la noche, pero no me sentia especialmente animado. En fin.

Baje rapidamente hacia el auto y entre en el, habia escogido el esmokin apropiado para la celebracion, madame Renee me habia llamado antes de salir y me hbaia dicho que "la petite" habia quedado " ce manifique, charmante". Ya lo veriamos.

Llegue con media hora de anticipacion. Baje del auto y me encamine hacia la puerta. Toque el timbre correspondiente.

Timbro dos o tres veces, luego escuche la voz de ella

- - hola...-? .

- - baja - respondi a pesar de tener la media hora no queria llegar cuando todo el mundo pudiera estar pendiente de mi

- - un momento - respondio despues de unos segundos de duda.

Me devolvi hacia el auto y mire hacia la calle esperando que unos pasos detras de mi, el tipico sonido de zapatos de tacon. Cuando me di la vuelta, debia admitir que no estaba preparado para lo que vi, ni para la terrible oleada de ansiedad sexual que se apodero de mi cuerpo, francamente reaccione como un animal y brevemente me pregunte si se trataba de la misma persona que habia visto un dia atras. Una brisa de viento eligio ese momento para pasar sobre ella trayendome el olor que habia olfateado en muchas mujeres, el de el fijador especial de madame Renee pero habia algo mas ahi, el olor natural de ella y con el que habia aprendido a identificarla se combinaba con el fino haciendo la mezcla mas seductora que habia entrado por mi nariz, su cabello, rizado especilamente oscilo en medio de su cara. a pesar de estar un poco echado hacia atras por un poco de su propio pelo, haciendo que el contrase fuera devastador, sus ojos estaban maquillados con una sombra oscura que hacia que los ojos se vieran increiblemente claros, deslice la mirada por sus piernas que se veian asombrosamente largas a causa de los tacones, debia admitir que el vestido si que era apropiado para la ocasion pero no imagine que lo fuera tanto, la piel que dejaba al descubierto era asombrosamente blanca en comparacion y veia los musculos de su delicada garganta rigidos como si estuviera esperando mi bendicion. El cabello que estaba sobre su frente parecia asombrosamente suave y me fue imposible no querere tocarlo. apelando a mi voluntad alargue unamano y lo tome entre mis edos, comprobando que era tan suave como parecia y no tenia nada que ver con el fijador utilizado en el salon. Un atisbo de su olor penmetro por mi nariz recordandome lo que ya conocia, ella parecia sorprendida y mas cuando sin poder evitarlo me acerque mas y oli el mechon de cabello, una oleada de calor se deslizo por todo mi cuerpo. Subitamente recorde a la mujer de mis sueños y mi deseo se desperto, sabia que no era ella aunque inexplicablemente me la recordaba

- - Madame uso su fijador especial - dije, comprendiendo que mi vocabulario se habia esfumado unos segundos de mi cabeza. Probar el olor era algo que debia hacer. Sin mas me incline hasta encontrar sus labios y la bese ansiosamente, odiandome por ser tan debil en cuanto a lujuria se tratabam y dejando que esa simple muchacha la despertara. Lo que no me esperaba era sentir sus manos en mi cabello ni mucho menos que respondiera a el tan ansiosamente como me sentia yo. Mis propios deseos hicieron mella en mis brazos que por insitno la a`ferraron de la citura, al entrar en contacto con el vestido me di cuenta de la fragilidad de la tela y de la fragilidad de el propio cuerpo. Y tambien de la suavidad de toda ella. Maldita fuera. Esto no estaba siendo incomodo en absoluto. No tenia por que estarme sientendo endemoniadamente bien. Me aparte antes de reaccionar como un animal y tocarla en partes menos inocentes que su cintura.

- - perdon...- pense que debia disculparme por mi comportamiento animal, recordaba perfectamente su reticencia y represion en el restaurante y como habia reaccionado aterrorizada, ahora no lo habia hecho y eso habia sido como leña a mi fuego, arregle mi camisa y mi pelo - creo que me deje llevar...por cierto, estas muy hermosa.

Y lo decia como el el primero comentario sincero que habia hecho a ella. Me miro directamente a los ojos y se quedo ahi, el calor en mi pecho crecio demasiado, lo mismo que otras partes de mi cuerpo

- - gracias...- añadio agradeciendome por el cumplido. La mire tal como ella y me sorprendio ver aun dudas en sus ojos. Me di la vuelta para abrirle la puerta.

Paso por mi lado y su olor me recordo que tan fragil era mi voluntad.



Te Presento A Mi Amante

Capitulo 7: ¡Feliz Cumpleaños!

Edward POV

—Puedes quedarte quieta dos segundos —la desesperación comenzaba a terminar conmigo. Mi hermana llevaba toda la tarde subiendo y bajando las escaleras, hablando por teléfono y pidiendo infinidad de bebidas.

Alice me ignoro y siguió con sus llamadas, desde aquella vez que le pedí que no se metiera en mi vida no me hablaba.

— ¿Cuándo me vas a hablar de nuevo? —Alice se sentó en el sofá con la agenda de mi padre ignorándome— ¡Alice!

—Hasta que tu le hables de nuevo a Bella.

Marco un número y pregunto por algunas bebidas.

—No… solo cerveza… ¿edad legal para beber? Si tengo 18… ¿21? No sabia —levanto la vista y me miro— espere un segundo… haga el pedido a nombre de Edward Cullen… bien... si… gracias.

—Ni lo pienses, no me hablas, no ayudare.

—Edward por favor, mañana es el cumpleaños de Bella y le haré una fiesta, ¿no se la vas a arruinar también verdad?

— ¿Bella cumple años mañana? —pregunte, Alice rodó los ojos.

— ¿Qué parte de 'mañana es el cumpleaños de Bella' no entendiste? Deberías levantar tu trasero de ahí y comprarle un regalo, oh no muy caro no le gustan, deja de portarte como un estúpido, lo que paso tarde o temprano iba a suceder, ustedes están hechos el uno para el otro, solo lo veo, no preguntes por que pero lo se.

Alice se levanto y me dio un beso en la mejilla.

—Estas perdonado —me sonrió— mañana antes de que vayas a la escuela vendrán a dejar la cerveza, la recibes tu.

Le devolví la sonrisa, adoraba a ese duende que hacia llamarse mi hermana, pero sonreía también por que mañana hablaría con Bella de una vez por todas.

Bella POV

Me despertó la luz del sol, los rayos luminosos entraban por mi ventana dando de lleno en mi rostro. Me levante algo animada, muy pocas veces salía el sol en Forks y había que disfrutarlo. La ultima vez, un mes atrás, había sido el mejor día soleado de mi vida. Suspire intentado, en vano, alejar ese pensamiento de mi cabeza. Me concentre en el día de hoy, era mi cumpleaños y eso era malo. No me gustaba festejar mis cumpleaños, no me gustaban las fiestas, ni las sorpresas, mucho menos que alguien gastara dinero en comprarme un regalo.

Me levante de la cama y mire por la ventana, el cielo estaba completamente despejado, no había una sola nube y la temperatura era agradable. Baje la mirada del cielo y me quede sin aire al ver el Volvo de Edward estacionado frente a mi casa, tuvo que llegar en el momento en que mi vista estaba puesta en el cielo azul, entonces mi corazón volvió a latir con normalidad cuando vi a Alice bajar del auto sola. Mire el reloj y vi que aun quedaba una hora para la escuela.

—Buenos días Emmett —escuche la musical voz de Alice— ¿esta Bella?

Obvio. ¿Donde estaría yo a las 7 de la mañana en viernes?

—Si, esta en su cuarto, subiendo la ter…

—Lo se, gracias.

Escuche tres golpes en mi puerta, quería esconderme de la pequeña Alice pero no tenia otra opción más que saltar por la ventana con muchas posibilidades de terminar con un brazo y una pierna rora y por que no… una contusión cerebral.

—Adelante —dije con un suspiro de resignación.

— ¡Feliz cumpleaños! —Alice salto dentro de mi habitación abrazándome con una fuerza increíble para su tamaño— hoy será un gran día. Oh Bella, una no cumple 19 años todos los días.

—Gracias Alice, pero hoy será un día como cualquier otro, por cierto… ¿Qué haces aquí?

—Vine por ti, y además quise ayudarte con tu ropa.

— ¿Ayudarme a que?

Alice se acerco a mi closet y saco uno de los pantalones que habíamos comprado aquella vez y una blusa azul sin mangas y con un escote discreto.

—Ponte eso —me aventó la ropa— no pierdas tiempo, aun tengo que trabajar con tu cabello

— Alice no le harás nada a mi cabello, ya te lo dije es un día como cual…

—Bella —sus ojos parecían de un color verde oscuro— podemos hacerlo por las buenas o por las malas y yo te recomiendo la primera opción.

Como si fuera yo un robot obedeciendo órdenes, me levante de la cama y entre al baño para cambiarme. Al salir Alice me esperaba con un cepillo y una plancha para el cabello, lo alacio más de lo que ya era, me puso un poco de maquillaje, rimel natural en las pestañas y un poco de brillo labial. Una vez lista bajamos a la cocina, donde Emmett se encontraba desayunando.

—Hermosa —dijo mi hermano al verme, podía decir que esta vez su voz no llevaba ninguna nota de burla— feliz cumpleaños.

—Gracias.

—Em, yo llevare a Bella a la escuela, también la traeré a casa de regreso, y por la noche iremos a cenar.

Yo la mire con una ceja levantada. Esta chica tenía todo el día planeado y yo no sabia nada.

—Perfecto —dijo Emmett dándole un trago a su jugo.

—Pero Alice… es que pensaba pasarlo con mi hermano y mi papá, tu sabes es mi cumpleaños y…

—Bella no te entiendo, dijiste que no te gustaba celebrar —dijo Alice mirándome como si tuviera tres ojos— así que Rosalie, tu y yo nos iremos esta noche a cenar, adiós Em.

Suspire resignada, mi vida parecía estar planeada por Alice y yo no podía hacer nada, más que decirle que si a todo. Salimos de la casa y subimos al volvo, no quise preguntar por que lo manejaba ella y no su hermano, no quise parecer interesada en Edward. El interior del auto tenia impregnado el aroma de el, así que camino a la universidad me dedique a inhalar esa esencia embriagadora.

Llegamos a la escuela en menos de diez minutos, fuimos juntas a clase de español, donde Jasper me felicito discretamente, el sabia que no me gustaban las felicitaciones muy ostentosas. La hora de la comida llego y Rosalie intento convencerme de nuevo de ser porrista, le prometí ir el lunes a su clase de deportes con mi hermano para ver si me animaba, algo que yo sabia jamás haría.

Mi última clase del día era literatura, quería saltarme la clase e ir a mi casa, pero también quería verlo antes de pasar dos días sin ver su maravilloso rostro. Entre al salón y me quede sin aliento, el corazón empezó a latirme desenfrenadamente. Sobre el escritorio había un oso de peluche pequeño color blanco con un globo rojo que decía 'Feliz cumpleaños' amarrado a una de sus patas. También había confeti sobre el escritorio y varias flores. Además todo el salón estaba decorado con globos

Entonces mis ilusiones se rompieron cuando Mike Newton apareció frente a mí.

— ¿Te gusto? —su sonrisa lucia esperanzadora.

—Si, es muy lindo —confesé. Y es que si me había gustado, pero pensé que era obra de otra persona, no de Mike.

—Espero que te gusten los peluches, no sabia que más regalarte.

Que tal la colección de libros de Beethoven, pensé.

—Si, gracias Mike.

Sentí unos pasos detrás de mi, que aun estaba de pie en el marco de la puerta, entonces la seductora voz aterciopelada confirmo mis sospechas.

—Con permiso señorita Swan —camine unos pasos hacia el frente, el paso a mi lado y arqueo una ceja el llegar a su escritorio— señor Newton ¿podría retirar su decoración de mi escritorio y tomar asiento?

Mike lo miro con cara de pocos amigos y quito el oso, dándomelo junto con el globo, sentí mi cara arder al caminar hasta mi asiento con semejante globo que parecía decir 'mírame'. Al pasar junto al escritorio, también pase junto a Edward quien esperaba que Mike terminara de quitar el confeti.

—Por cierto Swan —temblé de felicidad al escuchar que después de muchos días por fin me hablar de nuevo— felicidades.

Me decido esa sonrisa torcida que tanto me gustaba y me quede viéndolo a los ojos, solo asentí y seguí mi camino hasta mi lugar. Una vez que Mike termino, Edward se paro frente al salón con ese porte que solo el podía tener.

—Saquen una hoja y un lápiz, bajen todo lo demás —sonrió con malicia, y aun así se miraba hermoso— tenemos examen sorpresa.

Escuche quejarse a todos mis compañeros, yo obedientemente hice lo que pidió, a estas alturas esta de más decir que aunque me había ignorado por casi un mes, yo haría lo que el quisiera. Oh Dios, eso sonó muy atrevido. Me sonroje ante mi pensamiento y gire para ver a Mike cuando escuche que me nombraba.

—Pero profesor, es el cumpleaños de Bella —dijo, supongo queriendo retrasar el examen con motivo de mi nacimiento hace 19 años, como si fuera tan importante.

—Bien, señorita Swan, gracias el joven Newton, usted esta exenta, agréguelo como un regalo más de su parte —esta ultima frase me pareció llevaba un toque de enojo, pero no podía darme el lujo de pensar esas cosas.

Todos se quejaron y lanzaron bolas de papel hacia el asiento de Mike.

—No, gracias, con el oso es suficiente, prefiero hacerlo —respondí.

—Como usted guste.

Dicto un total de diez preguntas, las cuales, conteste de inmediato. Y salí de la clase antes que nadie para llevar mi vergüenza hasta el estacionamiento donde le saque el helio al globo y lo doble, quería tirarlo, pero si Mike se daba cuenta, me sentiría mal por eso, ya lo haría cuando llegara a mi casa.

Pero estaba en un gran error si pensé que iría a mi casa. Alice me llevo a la suya donde me dio un sencillo vestido azul, para mi gusto algo corto, también unos zapatos con poco tacón y cargo un poco más mi maquillaje, dio una nueva pasada con la plancha a mi cabello y lo acomodo en una media cola con algunos mechones sueltos.

—Alice si solo iremos a cenar no necesito ir así.

—No vayas a salir —me dijo Alice ignorando mi comentario— me voy a bañar, Rose no tarda en llegar.

— ¿Hablaban de mi? —la cabellera rubia de mi amiga apareció por la puerta vistiendo un sexy vestido rojo y zapatos a juego, con el cabello totalmente suelto y un poco rizado.

—Wow ¿A dónde iremos? —pregunte al ver que yo no era la única que iba demasiado arreglada a una cena.

No obtuve respuesta, Alice se baño y se arreglo con un vestido rosa que le llegaba a la mitad del muslo y unas zapatillas, peino cu cabello, pero al parecer era igual de rebelde que el de su hermano por que quedo igual con las puntas viendo en diferentes direcciones.

—Alice todo esta listo —dijo Rosalie una vez que regreso al cuarto.

—Bien —comenzó a dar saltitos— Bella, por favor, no te enojes, te quiero y por eso lo hice.

— ¿Qué hiciste Alice? —creo que ya tenia la respuesta.

Alice abrió la puerta de su cuarto donde me había tenido cautiva las ultimas horas, Rosalie salio tras ella y yo al final, al llegar a las escaleras confirme mis sospechas. La sala completa había desaparecido, convirtiéndose en una pista de baile. Globos en diferentes colores adornaban las paredes y el piso, al final había dos mesas, una tenia regalos y un pastel en tonos azules, y la otra estaba llena de bebidas. Cuando comencé a bajar las escaleras todos los presentes gritaron 'Felicidades' yo, obviamente me sonroje y sonreí tímidamente.

Al llegar al final de las escaleras reconocí a varios de mis amigos y compañeros que se acercaron a darme un abrazo, incluidos Angela y Ben que ya lo habían hecho por la mañana.

—Alice, te dije que no quería nada.

—Si, lo dijiste, pero no me importo —se encogió de hombros— además estoy segura que luego me lo agradecerás.

Me guiño un ojo y salio disparada por Jasper para luego irse a bailar. Vi a Rosalie bailando con un chico, al parecer era el capitán del equipo de fútbol. También vi a Mike, Jessica, Tyler y Lauren. Esta ultima no sabia que hacia aquí, desde que había llegado a Forks jamás me había dirigido la palabra, solo miradas de desprecio. Seguí buscando con la mirada lo que tanto me tenia nerviosa. Edward. No sabia si iba a aparecer por aquí, era su casa, pero si me había estado evitando tanto tiempo bien podía irse esta noche o llegar hasta que la fiesta terminara. Tampoco estaba Emmett.

—Ya llego —grito Alice en mi oído— corrió hasta la puerta y ahí en el marco apareció Jacob. Camine hasta ellos y recibí un gran abrazo.

—Jacob, ¡bájame! —grite sonriendo.

—Perdón, ¿Cómo te la estas pasando? —pregunto con esa sonrisa que tanto me gustaba.

—Mentiría si dijera que bien, tu sabes que esto de las fiestas y ser el centro de atención no es lo mío —suspire— pero no se lo digas a Alice, me torturara, pero pasa.

—Te traje un regalo.

—Jake ¿Por qué lo hiciste? Sabes que…

—No me interesa, lo vi e inmediatamente pensé en ti —me miro fijamente y un gruñido vino de atrás de mi, gire un poco y vi a Edward llegando con Emmett, supuse que el gruñido había venido de mi hermano, nunca le había gustado Jacob para mi.

— ¿Y que esperas para dármelo? —sonreí. Jake me extendió un paquete, lo abrí con cuidado de no amputarme un dedo con el papel y vi la última edición especial de Romeo y Julieta. Salte a sus brazos de nuevo—. ¡Me encanta! Gracias Jake.

Escuche otro gruñido y baje de los brazos de Jake, al voltear solo vi a Edward parado detrás de mi, Emmett ya no estaba, pero… era imposible que se hubiera molestado. Si el me iba a ignorar, yo también podía.

—Vamos a tomar algo Jake —tome de la mano a mi amigo y lo lleve a la mesa de bebidas.

Me pase casi toda la fiesta con el. Platicando de todo lo que no habíamos hablado en los últimos meses.

— ¿Y quien te invito?

—La niña de cabello oscuro, ¿es tu primita?

—No —reí— es una amiga.

—No pensé que tuvieras amigas tan pequeñas —sonrió— es muy agradable, me dijo que si venia le ayudaría bastante, pero no se que se refiere por que no me ha pedido nada.

— ¡Alice! —Escuche esa aterciopelada voz a mi lado— ya no tomes.

Vi pasar un borrón color rosa frente a mí y después la vi en los brazos de Jasper riendo tontamente. Edward suspiro frustrado. Si Alice sobria era hiperactiva, borracha no quería imaginármelo. Entonces sucedió lo que nunca me espere.

—Felicidades de nuevo Bella —me sonrió de la misma forma que esta mañana y sentí que mi corazón se detenía por un breve segundo.

—Gracias —respondí.

—Jacob —Edward hablo y mi amigo se puso serio— siento mucho lo que paso cuando nos conocimos, nunca fue mi intención faltarte al respeto.

—Disculpas aceptadas —Jake tardo más de dos minutos en responder, pero Edward sonaba tan sincero que se trajo su orgullo.

—Los dejo para que sigan platicando, por cierto… la cumpleañera me debe un baile —me guiño un ojo y se dio la media vuelta, me puse de mil colores y muy nerviosa.

Pasada la media noche los invitados comenzaron a irse, entre ellos Jacob, cerca de la una de la mañana estábamos solo nosotros seis.

— ¿Y tus papás Alice? —pregunto Rosalie.

—Se fueron a su noche de pasión mensual —Alice rió fuertemente— cada mes se van y nos dejan solos.

—Uy, entonces los años no pasan por Carlisle —mi hermano empezó a reírse por su comentario.

—Emmett cállate —lo regañe— oye ¿y mi papá?

—Me dijo que te dijera que la pasaras bien, que no te preocuparas por dejarlo solo, que seguro te hubieras aburrido con el, lo invite pero dijo que no estaba para estas cosas, yo le dije que no importaba que aquí estaría Edward que es igual o más serio y sin chiste que el pero no quiso.

—Gracias por todo tu discurso Em —rodé los ojos.

—Vamos a bailar —Alice se puso de pie y cambio la música poniendo Flightless Bird, American Mouth de Iron & Wine, tomo a Jasper y empezaron a bailar.

—Emmett ¿me ayudas a sacar otra caja de cerveza? —pregunto Rosalie.

—Claro —mi hermano camino hasta a cocina y Rosalie me guiño un ojo antes de hacer lo mismo.

— ¿Bailamos? —Edward me extendió una mano.

—Si quieres ahorrarte unos cuantos pisotones, seria mejor que no… yo no bailo.

—Uhmm… todo depende de quien te lleve al bailar —Edward tomo mis manos y las puso detrás de su cuello, me tomo por la cintura y me acerco a el, justo como aquella vez que me beso.

Empezó a moverse por la 'pista' improvisada con una elegancia que yo jamás lograría igualar. Nos movimos al compás de la música y lo sorprendente es que nunca lo pise. La música seguía sonando y nosotros moviéndonos cuando me di cuenta de que Alice y Jasper ya no estaban bailando, de hecho ya no estaban a la vista.

—Bella… —empezó Edward titubeando— quiero pedirte disculpas.

— ¿Por qué? —pregunte alzando una ceja.

—Por muchas cosas… primero por no haberte dicho que esta noche estas extremadamente hermosa —mi corazón empezó a latir fuertemente al escuchar esas palabras— segundo por haberte ignorado estos últimos días, lo hice por que pensé que seria una manera más fácil de mantenerme alejado de ti, pero ya no puedo, creo que ni yéndome del planeta lograría dejar de desear estar junto a ti.

Dejamos de movernos con la música, pero a mi me parecía que todo alrededor volaba, sus manos nunca abandonaron mi cintura, mi estomago se lleno de mariposas, el continuo…

—Tercero… por aquel beso, por haber dicho que fue un error cuando es lo más hermoso que me ha pasado, pero Bella… no puedo sentir esto —sentí que me desmayaba, me estaba confesando sus sentimientos— si te lo estoy diciendo no es por que espere nada a cambio de ti, yo se que no tengo derecho, yo no soy libre, y me arrepiento de haberme casado con Tanya sin antes conocerte a ti.

—Edward yo… soy muy egoísta y quizás también deseo que no te hubieras casado sin antes conocerte —las lagrimas empezaron a llenar mis ojos— pero… ¿Qué hago con esto? Yo también siento algo por ti y… esta mal.

—No esta mal… al contrario es maravilloso solo que…

—Prohibido —complete yo.

—Si, además imposible, mi condición no me permite ponerte a ti en esta situación y…

— ¿Y por que no me dejas decidir a mi? —no se de donde saque la fuerza para decir eso, y sobre todo para alzarme sobre la punta de mis pies para alcanzar sus labios, el simple roce me mando una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. El me acerco más a el y se inclino un poco para que sin esfuerzo alguno alcanzara mejor sus labios. Fue un beso tierno, sus labios de movían perfectamente con los míos, rozo su lengua como aquella primera vez para entrar a mi boca y se lo permití. Me deje llevar por el delicioso sabor de su boca, su lengua jugaba con la mía y en esta ocasión me permití hacer lo mismo olvidándome de todo. Nada más existía además de el y yo. Me transporte a una burbuja donde no había nadie, ni mi hermano, ni Tanya.

El corazón estaba a punto de salir volando de mi cuerpo, y sentí lo mismo con el de Edward al poner una mano sobre su pecho. Nos separamos para tomar aire, puso su frente contra la mi, traspasándome con esos ojos verdes, podía leer en ellos la sinceridad de sus palabras, me miraba como si no quisiera dejarme ir nunca y yo lo veía igual, si el aceptaba a mi no me importaría nada con tal de estar con el.

Quito sus manos de mi cintura y extrañe el contacto, saco de su chamarra una cajita negra y me la extendió.

—Oficialmente ya no es tu cumpleaños, pero más vale tarde que nunca —me sonrió y tome la cajita, la abrí y me encontré con un brazalete plateado con un corazón rosa colgando, brillaba demasiado y era hermoso.

—Oh —susurre— es… precioso —Edward tomo la cajita y lo puso en mi muñeca izquierda— ¿Cuánto gastaste? Si fue mucho, miénteme.

Se rió de una manera tan musical que la guarde en mi memoria con seguro. —No gaste nada, era de mi abuela, tengo muchas cosas que ella nos dejo a Alice y a mi cuando falleció, lo vi y pensé en ti, sobre todo por que por ahí me dijeron que no te gustan los regalos y menos si son caros.

—Al menos tu si me hiciste caso, gracias…

—Y Bella sobre nosotros…

La risa de Alice quien bajaba corriendo las escaleras nos impidió continuar, el pequeño borrón rosa tropezó y Edward la tomo en sus brazos para que no cayera, detrás de Alice venia Jasper también corriendo.

—Para la próxima tenemos que asegurarnos que lo más fuerte que tome sea agua de limón —dijo Edward y deposito a su hermana en brazos de Jasper.

—Me acosas Rosalie —Emmett apareció por el pasillo que daba a la cocina— me siento violado.

—No exageres, solo dije que me gustan tus ojos —Rosalie se detuvo y puso una mano en su cintura— ni en tus más locos sueños me veras a mi intentando algo contigo.

Con la otra mano hecho su cabello hacia atrás y camino hacia la puerta que daba el baño.

—Cierra la boca Em —se burlo Edward.

Entonces un ruido provino de la puerta y todos volteamos.

—No sabia que hoy festejáramos algo —una chica rubia estaba de pie en la puerta con una maleta a su lado— oh, amor ¿acaso esto es para recibirme?

La chica se acerco a Edward y le dio un beso en los labios que el no rechazo. Las lágrimas regresaron a mis ojos y comprendí todo. Lo único que hice fue salir corriendo de la casa.

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Phonography

Hello mis angeles hermosos!! sorry por dejarlas sin vicio pero mi pc se enfermo y por poco me quedo sin compu , en fin aqui les dejo los cap atrasados mil besitos y gracias por sus comentarios
Angel of the dark
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Cap.3 Juego Perverso


Recordar lo que había pasado entre él y yo hace exactamente media hora me hacía temblar y es que jamás en mi vida me había plantado el tema de engañar a mi novio, el remordimiento me consumió y aún sentía sus caricias en mi cuerpo. Pero luego de escuchar por meses "ustedes tiene mucha química juntos" la curiosidad me había picado luego que me había enterado que él era mi telefonista misterioso. Junto con saciar mi curiosidad había comprobado de primera mano que era un excelente amante. Cuando escuchaba lo de la química me dije: entonces ¿Por qué desperdiciarla?, pensé riéndome de las locuras que ese hombre lograba que hiciera. Sin embargo no pude evitar pensar en como iba a mirarlo a los ojos después de haber tenido ese encuentro tan… intimo. ¿Cómo lograría terminar el rodaje de la película sin que nadie se diera cuenta que entre nosotros algo estaba pasando?, y no nos ayudaba el hecho que las escenas que faltaban eran justamente las más fogosas entre Anthony y Marie.


Entré a la ducha para acallar el sentimiento de culpa, sus caricias y todo su aroma que aún lo tenía impregnado en mi cuerpo como una marca de fuego. Mientras me sacaba la ropa me percaté que mi blusa no tenía botones, un recuerdo fugaz de sus manos rasgando la tela inundo mi mente lujuriosa y no pude evitar contraer mi cuerpo ante ese recuerdo, mis mejillas automáticamente se tiñeron de un bermellón intenso cuando deje caer al suelo la evidencia de una noche envuelta en llamas, llamas de pasión.


Dí el agua de la regadera y me metí. Estaba tibia, me fascinaba sentir esa sensación calida recorrer mi cuerpo desnudo. ¿Qué estará haciendo él ahora?, me pregunté de repente y era extraña la sensación de imaginarme a Edward desnudo. Recordar lo bien tonificado de su abdomen, sus brazos perfectamente delineados, la manera en que te sostenía al hacerte suya, cerré mis ojos pensando en él, en su fogosas caricias. Metí mi cabeza bajo el agua y deje que golpeara contra mi cara, tenía que acallar este deseo que había logrando despertar en toda su magnificencia mi coestrella de reparto.


— ¡Dormilona hora de despertarse… tenemos un largo día y te quedan cinco minutos para desayunar!


Sentí exclamar a Rose a lo lejos y como odiaba que sobornara al recepcionista para que le diera la llave extra de mi habitación. Suspiré poniendo mi almohada sobre mi cabeza pero ella se sentó en el borde de la cama y me la quito.


— Anoche te perdiste


Comenzó a decirme y tenía razón anoche había perdido la cabeza, la razón, escasamente sabía o tenía noción de como volver y si no hubiera sido por Edward que me trajo jamás hubiera llegado al hotel, era un hecho irrefutable estaba completamente perdida en Edward Cullen.


— Me fui antes, me dolía la cabeza —contesté y mi inquisidora y suspicaz amiga enarcó una ceja incrédula.


— Sabias que Edward estaba en ese bar también anoche —comentó como que no quiere la cosa y me quede de una pieza pensando en que ella tal vez había visto algo.


Por medio segundo estuve a punto de delatarme pero luego recobre la cordura, era imposible que alguien nos hubiera visto, habíamos estado todo el tiempo en aquel callejón que era bastante oscuro, todo había transcurrido lejos de la puerta y cuando nos habíamos ido lo habíamos hecho con cuidado procurando justamente que nadie nos viera. La observe fijamente a los ojos.


— ¿En serio? Ni siquiera lo vi —mentí y me sentí ridícula, claro que lo había visto, sentido y tenido en toda la extensión de la palabra.


Ahora no había nada que yo no supiera acerca de él o que Edward no supiera de mí. Tenía claro que nuestra relación profesional-amistad, había sufrido un cambio rotundo después de anoche.


Me vestí y baje a desayunar como si nada claro que mi estomago estaba apretado, sentía mariposas revolotear de puro nervio de tenerlo frente a mí ¿Qué nos diríamos? No se si para mala suerte o buena, él estaba sentado como si nada, entre el resto del reparto desayunando distraído, con el periódico en la mano sentado a un costado de Emmett. Me detuve justo antes de entrar al comedor del hotel. ¿Cómo tenía que saludarlo?, me pregunté frenética en los escasos pasos que faltaban para que todos me vieran, di la pisada cada vez más corta, demorando el encuentro hasta que llegue a la vendita mesa. La voz danzarina de Alice se sintió.


— Bella, que bueno que estas aquí quiero mostrarte unas fotografías que aparecieron publicadas, son de ayer en el Bar —exclamó y yo quede estática mirándola sin articular palabra, lo mismo hizo Edward que junto con alzar la mirada y dirigirla directo a mí de manera penetrante y poco discreta bajo el periódico, su vista se desvió de la mía y se quedo mirando al vacío – perfecto descubiertos al fin – fue lo que me grito mi yo interior, los latidos de mi corazón aumentaron arrebatadamente.


Una angustia sin control se apodero de mí pero fue de solo pensar en que circunstancias nos habían tomado esas fotografías – Jacob – susurré mentalmente y el peso de la culpa me embargó, quería que la tierra me comiera en forma literal. Mi expresión cambió y tenía claro que mi rostro se había desfigurado en cuestión de segundos, anhelaba con todo mi ser poder desaparecer, de pronto estaba a punto de caer desmayada de la impresión cuando la sonrisa de Alice me hizo pensar que tal vez no era lo que yo me imaginaba.


Camine temblorosa con pasos cortos y poco precisos lo que evidentemente no era aconsejable dada mi torpeza innata pero hoy no me apuraba en lo absoluto llegar hasta su lado. Suspiré con alivio al ver que eran fotografías de cuando habíamos llegado al dichoso establecimiento. Todas las fotografías que aparecían en el periódico estaban tomadas en la calle, donde el "nosotros" no existía. En ese preciso momento sufrí un flash de imágenes y recordé a los paparazzi que nos habían seguido desde el hotel, solté la respiración de manera pausada cuando también recordé que no les habían permitido entrar los de seguridad y como agradecí ese hecho.


Claro que, mi alivio se vio reducido en cuestión de segundos, por confabulación divina el único puesto disponible en la mesa era frente a él, para ser más exacta entre Alice que permanecía ensimismada en el periódico que tenía en sus manos y Esme que permanecía en silencio mientras tomaba café seguramente pensando en algo o tal vez en alguien. Un tanto resignada a encararlo por primera vez, desde anoche, camine hasta la silla procurando calmar el sonrojo inicial que seguro ya estaba dando al sentir su mirada verde furtiva e insistente, iba a sentarme cuando otra vez una ola de preguntas se disparó en mi subconsciente, se presentaron varias interrogantes en mi mente, titilaban como pancartas de neón y ninguna parecía tener una respuesta coherente, mi conciencia estaba en pleno proceso de hacerme responsable de lo irresponsable que me había portado anoche: ¿Debía mirarlo?, ¿sonreír tal vez decirle algo?, y claro estaba que ninguna tendría una buena respuesta, al menos no una correcta — Vamos Bella eres una mujer comprometida —me dije mientras retiraba la silla y acomodaba mi cuerpo para finalmente sentarme a desayunar. No alcance a mirarlo ni siquiera a acomodarme en la silla cuando el productor ejecutivo del estudio nos interrumpió, dirigió su mirada a mí y me habló con voz firme.


— Bella querida —me llamó con dulzura — te importaría conceder una entrevista a esta hermosa periodista ¿de que revista eres cariños? —inquirió mientras la miraba clavando sus ojos en su cuerpo de manera poco disimulada. Y si la chica era realmente hermosa pero tampoco era despampanante.


— Teen Vogue —respondió está con voz chillona pero muy segura y como odiaba eso en los periodistas tenían la capacidad de intimidarte.


La muchacha de estatura mediana, casi de mi porte, de cabello café claro tal vez un rubio oscuro, largo cuyo color de ojos hacía juego con su pelo y con una sonrisa un tanto fingida me miró entusiasta y divertida — Salvada por la campana —pensé también yo entusiasmada por salir de una situación sin siquiera abrir la boca. No esperé a que me lo pidiera dos veces y acto seguido me levanté de un respingo, le extendí la mano para saludarla.


— Mucho gusto mi nombre es Jessica —se presentó la periodista y yo le sonreí aliviada.


— El gusto es mío —saludé con voz monocorde.


Nos sentamos a una mesa de distancia de donde estaban todos. De vez en cuando mientras ella me hacía la entrevista nuestras miradas se encontraban, Edward pretendía que estaba leyendo el diario pero ni siquiera lo cambiaba de hoja, sus miradas disimuladas estaban haciéndose cada vez más evidentes. No podía negar que se veía realmente divino, con su pelo broncíneo despeinado, como siempre, y esa polera blanca de cuello redondo ceñida a su cuerpo le daba un aire causalmente sexy. Sus jeans azules desgastados eran el complemente perfecto a esa apariencia de símbolo sexual que traía a medio país de cabeza. Distraje mi vista, un tanto incómoda de la suya, para enfocarla en la de la periodista frente a mí.


— Con este son casi dos meses que estas aquí en Canadá ¿Echas de menos a alguien en especial? ¿Me imagino que es duro estar tanto tiempo lejos de tus seres queridos? —cuestionó un tanto suspicaz y solo contesté la última de las preguntas.


Ella tenía razón era duro, bastante, considerando que estas en otro país lejos de tu familia pensé mientras tomaba aire para hablar.


— Uno se acostumbra así es este negocio además, no es tanto tiempo estamos por terminar de grabar la película, pronto volveré a casa —le contesté tratando de cambiar el tema pero algo de los periodistas es que jamás olvidan.


— ¿Hechas de menos a tu novio? ¿Me imagino que hablan a diario?


Fueron las siguientes preguntas inquisidoras y me quede helada. ¿Lo echaba de menos? me cuestioné introspectivamente y sin poder evitarlo mis ojos se movieron directo sobre él: Edward. Noté como esté apretó su mandíbula pero no alzo la vista para encontrarla conmigo, al contrario, por primera vez en todo el transcurso del desayuno cambió la página del diario. Esa actitud que tuvo fue la que me hizo darme cuenta de lo muy evidente pero que para mí no lo había sido, Edward había estado escuchándonos sin perder detalle.


¿Qué le diría ahora a la periodista?, ¿Era posible que yo le gustará? ¿Acaso había un "nosotros"?. Como odiaba cuando mi vocecilla interior tomaba control completo de mis pensamientos y comenzaba a interrogarme descontroladamente. Quería acallar todos esos pensamientos, traté de concentrarme pero fue imposible, mi mente divagaba por todas las alternativas, por los recuerdos de la noche anterior, fueron sólo segundos pero a cada uno que pasaba las cosas se complicaban más. Saque mi vista de él y la posé en esos penetrante y exhaustivos ojos periodísticos frente a mí, Jessica me miraba atenta y tenía una sonrisa en el rostro de victoria, esperaba pacientemente por mi respuesta pero yo dudé. Estaba claro que ella esperaba que le diera algún indicio sobre algún rumor que pudiera utilizar como titular, no caería en su juego.


— Claro que lo hecho de menos —contesté saliendo del paso — Normalmente no estamos tanto tiempo separados, Jacob regularmente me visita en las locaciones pero ahora ha tenido otros pendientes, de todas formas no veo las horas de volver a casa para encontrarme con él —concluí.


Apenas lo hice y de manera abrupta se sintió el rechinar de una silla contra el suelo, Edward se había levantado de su sitio atrayendo la atención del resto. Todos lo quedaron mirando unos más extrañados que otros incluida yo. El latir de mi corazón se me disparó, y un impulso de querer detenerlo, de explicarle mis palabras me embargó — espera un momento —reflexioné — ¿Qué vas a explicar? ¿Por qué tienes que detenerlo? ¿Vamos solo fue saciar curiosidad o había sido otra cosa? —me cuestionó la vocecilla de la conciencia y otra vez me traicionó la moral, mis nervios se dispararon pero tomé aire tratando de acallarlos. De pronto quise fulminar a todo quien tuviera enfrente, quería terminar con la dichosa entrevista en ese preciso momento pero una vez más la cordura se vino a mí: tenía que fingir, después de todo era actriz. Mientras escuchaba el resto de preguntas no pude evitar concluir que ese día iba a ser demasiado largo, más cuando recordé que todo el día estaría junto a él.


Estaba tendida en la cama de utilería para hacer la dichosa escena acerca de las "bondades de una cama" y como odie al libretista en ese momento. Qué no podía simplemente haber ignorado aquella parte como habían ignorado otras tantas escenas a mi juicio interesante y crucial. Acaso era necesario exacerbar justamente está pero claro cuando uno más desea las cosas menos suceden. Me enterré de manera literalmente en aquella cama de utilería, me recosté de costado dando la espalda a la cámara que estaban preparando para filmar. Mi corazón latía a mil de solo pensar que Edward llegaría en cualquier minuto y cómo iba a reaccionar, en estricto rigor no habíamos hablando desde la noche anterior, y no era que hubiéramos hablado demasiado pero aunque ganas por hablarle no me faltaba, me sentía un tanto cohibida respecto a que decirle – Ey la pase bien, gracias – no era el comentario esperado para después de lo que había ocurrido entre nosotros dos o ¿Sí?, me pregunté mientras sentía los pasos de alguien detrás de mí.


Apreté mis ojos, mis manos temblaban esperando sentí aquella conocida y aterciopelada voz, que a este punto, me estaba trastornando. Aún no me explicaba como antes no lo había notado. Apreté la colcha con mi mano cuando sentí que rodeo la cama para tomar su lugar dentro de la escena romántica: Edward debía ponerse a un costado de mi posición, justo frente a mi rostro.


— Perfecto llego la hora de la verdad —exclamó el director con una risita en los labios y sentí el peso de su cuerpo sobre la cama, apagaron las luces dejando solo la necesaria que oficiaba de luna, en un intento que el plano no quedara completamente oscuro.


El guión era bastante descriptivo en esta parte de la historia y al contemplar esos ojos verdes y la facción de sus cejas enarcadas de manera picante y suspicaz comprobé que Edward no iba a obviar ningún detalle de esas indicaciones. Tenía esa risa maldita dibujada en su níveo y perfecto rostro, una que le era imposible ocultar, recargó su cuerpo de lado, alzo la mano hacia mi rostro. Me quede tiesa sin poder hacer o decir nada, supuestamente yo tenía que estar durmiendo pero la curiosidad mato al gato dicen por allí y contrario a toda regla tenía mis ojos entreabiertos para espiar. Cuando sentí su palma tibia acariciar mi rostro con un sutil y delicado movimiento no pude aplacar la sonrisa que se dibujo involuntaria y de una manera totalmente vergonzosa. Aunque traté de relajar mi expresión para evitar ser tan evidente no pude – esto es perverso —me dije para mi misma mientras sentía como su mano bajaba por mi cuello acariciándome de una manera demasiado poco profesional.


— No fue mi intención despertarte —susurro con esa voz algodonosa característica del personaje.


Para cuando abrí mis ojos él estaba frente a frente, nariz con nariz, sus labios torcidos en esa sonrisa pervertidamente sexy estaban seduciéndome sin escrúpulos y con muchos testigos. Apreté los labios y era mi turno dentro del parlamento, extendí mis manos que se encontraron con las suyas, él me acerco a su pecho acunándome contra él y lejos de ser frío y duro, como decía la descripción del personaje, era tibio y blando, como lo sentido la noche anterior.


Se suponía que debía buscar a tientas sus labios pero era increíblemente fácil llegar hasta ellos, primero no estaba realmente oscuro y segundo eran como dos imanes que me atraían sin tregua, completamente innecesario fue el recorrido de su cuello y lo hice bastante más corto de lo que todos hubieran querido pero yo quería sentir la tibieza de su boca y la humedad de su lengua contra la mía así que no demoré algo que era demasiado imperioso, nos besamos con urgencia a pesar que el guión decía claramente que el beso debía ser dulce y delicado, el nuestro fue fogoso y lujurioso.


De hecho ahí comprobé que los besos para la pantalla se habían acabado y como lo agradecía, Edward estaba besándome de una manera muy pero muy real, atrás había quedado la ficción, no besaba solo mis labios sino que besaba mi boca, acariciaba mi lengua con la propia de una manera exquisita. De hecho nos pasamos por alto varias líneas porque nos seguimos besando hasta que recordé que había más gente a nuestro alrededor, otra vez la cordura y prudencia me embargaron, gracias a dios.


— Bienvenido a casa —articule con la voz ahogada producto de la excitación mientras me separaba de su rostro, Edward me beso el cuello en respuesta y el suspiro fue inevitablemente vergonzoso.


— Esto es estupendo —añadió devuelta y cerré mis ojos mientras apretaba su cuello contra mis brazos haciendo que nuestros cuerpos se acercaran.


Lo siguiente era complemente necesario para la escena pero como desee estar a solas en ese momento. Cuando sentí sus manos recorrer por segunda vez mi cuerpo reconocí lo que hasta la mañana estaba negando, este hombre me atraía y demasiado enserio. Había perdido la cabeza completamente por él. Edward lograba algo que jamás pensé que alguien logrará hacer, yo lo deseaba de una manera enfermiza. Era como si de pronto me hubiera convertido en Marie y estuviera perdidamente enamorada de Anthony, cuando llego al hueco de mi clavícula regrese a la realidad.


— No es por atraer tu cólera antes de tiempo – murmuro mojando mi piel con sus labios – pero ¿te importaría decirme que tiene de malo esta cama para que la rechaces? —me preguntó y si hubiéramos estado solos la respuesta hubiera sido completamente pecaminosa pero había que controlarse.


Además estábamos actuando, no estaba hablando conmigo realmente, estaba hablando con Marie, y él hablaba como Anthony no como Edward. ¿Por qué mi vida se torno tan complicada de repente?, pensé mientras sentía como hacia que me sentara a horcajadas sobre él y recorría con sus labios toda la extensión de mi cuello, se supone que Marie debía respirar agitadamente pero me salio de manera natural sin esfuerzo alguno, realmente estaba más que agitada a este punto. No pude pasar por alto otra cosa, al sentarme en su regazo, Edward se encargó que me diera cuenta que no solo era yo la que estaba haciendo realidad la ficción sino que él también.


— Que le pasa a la cama – siguió y no podía concentrarme en las líneas, no sintiendo como su cuerpo estaba reaccionando – me parece estupenda —agrego divertido tomando mis caderas y aprisionándome contra su cuerpo.


Concéntrate Bella tienes que hablar, es tu turno me dije entre dificultosos deseos que recorrían mi mente osada. Es que me lo estaba imaginando todo sin necesidad de las manzanitas.


— Es… innecesaria —articulé por fin mientras sentía como me giraba para quedar cernido sobre mí.


Mis piernas se acomodaron perfectas una a cada lado de su cuerpo y debía apostar que en ese set la temperatura era demasiado alta.


— Eso es una cuestión discutible – discrepo conteniendo la risa – sería difícil hacer esto en un sofá —explicó y no entendía como demonios podía recordar cada línea, cada cosa y aún así ser él.


Por que no era Anthony quien me estaba hablando, tenía frente a mí al actor, el de carne y hueso no la ficción. Para mi gusto prefería cien por cien al hombre y no al personaje. Me hizo temblar de verdad cuando paso su lengua por el borde mis labios.


— ¿Has cambiado de idea? —inquirí recordando mis líneas en un jadeo demasiado real y espero que me creyeran buena actriz sino moriría de vergüenza. En ese minuto con mis ojos abiertos como platos esperando la siguiente línea sentí la voz del directo.


— ¡Corten! —gritó el director y me asusté — ¡ha quedado magnifico! —agregó acercándose hasta nosotros — pero tomaremos un receso, creo que hay demasiado calor humano por aquí —comento divertido mientras miraba la pantalla entre sus manos seguramente retrocediendo y repitiendo la escena que habíamos hecho recién.


Edward estaba hincado en la cama y yo aún permanecía tratando de controlar la respiración tendida de espaldas. Me miro bastante divertido y me extendió una mano para ayudarme, la tomé sin preámbulo alguno y me levante, cuando estuvimos frente a frente habló.


— Si tu quisieras podría mostrarte otras bondades que tienen las camas —murmuró en mi oído, sus ojos topacios por los lentes de contacto eran hipnotizadores tanto como su perfume. No pude acallar la sonrisa de mi rostro.


Agua, agua con harto hielo me dije a mi misma tratando de controlar la respiración. Sin duda que era mucho más entretenido ir a trabajar con semejante aliciente por detrás y es que si hubiera sabido que sería así de apasionante tal vez hubiera caído en la curiosidad dos películas atrás. Estaba ensimismada contemplando mi reflejo en el espejo frente a mi, tenía apoyada ambas manos una a cada costado sobre la mesa de maquillaje en mi camerino cuando sentí mi teléfono celular vibrar – Jacob llamando – titilaba en la pantalla por unos segundos dude en contestar pero finalmente lo hice.


— Hola mi amor ¿cómo estas? —pregunté atropelladamente antes que él siquiera hablará.


— Bien – contestó medio confundido por mi entusiasta saludo – extrañándote —agrego y estaba segura que tenía esa cara de perrito apenado que tanto me fascinaba, podía incluso imaginarme el puchero que había hecho cuando lo había dicho. Comencé a hablar con él mientras jugaba con unos frascos que estaban sobre el mostrador.


— ¿Cuándo me extrañas? —le pregunté y era demasiado morboso estar teniendo esta conversación justo cinco minutos después que había estado en brazos de otro.


— Mucho, extraño tu sonrisa, tus labios, tus besos, tus gemidos, tus cuerpo tibio entre mis brazos, extraño acariciarte —respondió con la voz apasionada Jacob y cerré mis ojos pensando en las tantas veces que habíamos hecho el amor en casa, porque con Jacob era con el único hombre que había hecho el amor hasta ahora, realmente yo lo amaba. Su llamada había sido oportuna para regresarme del país de las maravillas a la realidad.


Estaba absorta en sus palabras, deslizando mis dedos por un brasco que había tomado de la mesa mientras mi novio hablaba cuando sentí unos labios tibios en mi cuello que me hicieron regresar abruptamente a realidad, bueno a otra realidad, una donde mi príncipe azul estaba montado en el caballo blanco.


Abrí mis ojos asustada e iba a gritar cuando sentí la palma de su mano en mi boca ahogando el grito antes que saliera de mi garganta. Miré el espejo aterrada por la osadía que no hubiera creído jamás sería capaz de hacer y ahí estaba Edward detrás de mi observándome de manera acuciosa, tenía su otra mano en mi cintura, cuando estuvo seguro que no iba a gritar bajo lentamente su mano desde mi boca, recorriendo mi cuello hasta llegar a mis pechos trazando un camino de caricias hasta mi estomago donde apretó su palma con una furia inexplicable recogiendo la ropa entres sus dedos lo que provoco que mi cuerpo se recargara contra el suyo.


Pasé saliva nerviosa por su mirada, en realidad estaba impactada mirando su reflejo, sus ojos verdes estaban intenso, su mandíbula rígida y sus labios fruncidos. Sin quitarme la vista puso su boca a la altura de mi oído y exhalo su aliento tibio dentro de él para luego morder mi lóbulo.


— Extraño deslizar mis manos por tú torso desnudo y acariciar tus pechos, extraño deslizar lentamente mis dedos hasta el botón de tu pantalón —eran las palabras de Jacob al teléfono y que escuchaba por el otro lado de la línea.


Edward estaba haciendo realidad aquello, tenía sus dedos jugando contra mi piel desnuda, trazaba líneas por mi estomago enterrando su cabeza contra mi cuello sin perderme de vista, comenzó a succionar con pequeños besos la piel sensible de esa área, ahogue el jadeo abriendo mi boca. No pude evitar morderme el labio inferior ante lo exquisito de la sensación, el contacto tibio de su halito contra mi piel me provocaba una corriente eléctrica que hizo que cada partícula de piel se erizara.


— Quiero hacerte el amor Bella, quiero tenerte entre mis brazos, quiero sentir como gimes, como me tocas —agrego con un hilo de voz mi amado novio y la mano de Edward que estaba en mi cintura, de manera certera y precisa se metió bajo la polera. El frío contacto de su palma con mi piel tibia me hizo exclamar un pequeño jadeo audible lo que alentó aún más a Michael.


— Quiero sentir tus pechos desnudos contra mi piel, quiero que sientas mi cuerpo contra el tuyo —concluyó Jake.


Yo aún con la mirada perdida en los ojos verdes de mi amante sentí como esté comenzó a acariciar mi cuerpo, primero lo hizo sobre mi corpiño hasta que sus dedos subieron a la altura de mis hombros, lentamente, deslizo el bretel hacia un costado. Estaba mordiendo la base de mi cuello humedeciéndolo levemente cuando, sin poder detenerlo, sus dedos abrieron el botón de mi pantalón y bajo el cierre de estos. Me separé de su cuerpo de manera innata apoye una mano en la mesa aun con el teléfono en la otra y sin tener la suficiente fuerza para responder nada coherente mi intención era tratar de huir de aquel sentimiento de placer que estaba comenzando a aflorar a consecuencias sus caricias. Podía sentir mis mejillas arder con furia, sin embargo y aunque la lógica me decía a gritos que me fuera yo solo podía permanecer allí escuchando la voz de Jake y sintiendo las caricias de Edward. Sus manos viajaron hacia mi espalda y soltaron mi brazier con una agilidad envidiable atrayéndome hacia su cuerpo nuevamente como una esclava de las sensaciones. Sus manos comenzaron a tocarme de una manera exquisita, una estaba en mis pechos desnudos y la otra viajaba peligrosamente hacia mi entrepierna, metiéndose hábilmente bajo mi pantalón.


— Quiero sentir el fuego de tu piel, quiero sentir como arde entre mis caricias —siguió Jake alentado por mis gemidos y esto era perverso, demasiado para estar haciéndolo.


— Corta —exigió en un susurró Edward y ladee mi cabeza cuando sus dedos llegaron a es parte tan intima de mi ser. No dudé ni un segundo.


— Mi amor tengo que irme, te llamaré luego —dije tratando de parecer cuerda y tiré el teléfono al suelo, me voltee a besarlo fervientemente.


Descontrolada por las hormonas sujete su polera para atraerlo a mi rostro, no quería que se separará, lo necesitaba, necesitaba tenerlo dentro de mi otra vez.


Nuestras lenguas jugaban como en un ritual, saboree cada parte de su cavidad y era exquisita la sensación de placer que podía sentir con solo sus caricias. Mis manos tomaron su rostro para acercarlo aún más, lo que era casi imposible, pero quería que sus besos fueran más profundos, con mayor intensidad. Ahora en este preciso momento no me importaba nadie, perdí completamente la perspectiva de la realidad, para mi solo existía Edward y este deseo que estaba consumiéndome.


Sentí la urgencia de su cuerpo como la había sentido minutos atrás en el set, sin mucho preámbulo rompí el beso para quitarle la polera, tomé el genero entre mis dedos y la saque sobre sus hombros, su pelo se volvió a despeinar y como me gustaba su apariencia despreocupada. Tenía frente a mí nuevamente ese torso desnudo, bien definido y realmente perfecto, bese su barbilla acariciando su cuello y baje con besos cortos y húmedos hasta la base sin dejar de contemplarlo. Deslice mi boca entre abierta, quería que sintiera el roce de mis dientes por la piel desnuda de su hombro y bese el final de este.


Bese su pecho pétreo mientras sentía como su respiración se agitaba volviéndose poco profunda y errática. Ser yo la causante de aquello me fascinaba. De reojo noté como cerró sus ojos cuando sintió que desabotone su pantalón y metí mis manos deslizando mis palmas por sus nalgas para acariciarlo. Nos volvimos a besar y nuestras lenguas otra vez danzaban al unísono pero esta vez fue distinto, la noche pasada fue con desesperación ahora era acompasado, estábamos disfrutando del encuentro sin prisa alguna. No me di cuenta cuando me quitó la polera que aún traía puesto y de la misma manera me quitó el corpiño tirando ambas prendas al suelo. Su mirada se quedo fija en mi cuerpo desnudo, lo que me causo una timidez inaplicable, no sabía si era posible pero juré que me había sonrojado aún más de lo que ya de por sí estaba, advertí como lentamente inclinó su rostro para besar mis pechos desnudos, cuando sentí la tibieza de sus boca en ellos enterré mis manos entre sus delgados cabellos que eran tan delicado como una pluma. Apreté su rostro contra mi piel desnuda cada vez que sentía su húmedo y tibio contacto.


Comencé a jadear sin proponérmelo pero el aroma de su piel era asfixiante, me tenía completamente desesperada por concretar nuestro encuentro y sentirlo una vez más de esa manera tan exquisitamente prohibida. Sus manos viajaron habilidosamente hasta mi pantalón los que quito con premura. No tuvo siquiera que pedirlo pero en un acto reflejo un tanto premeditado separe mis piernas para darle la cabida necesaria a su cuerpo, se acerco aprisionando mi espalda contra el espejo que estaba detrás de nosotros y me volvió a besar en los labios por unos minutos para luego hacer lo propio en el cuello bajando hasta mi abdomen. Cuando sentí sus labios en el vientre sentí también como me liberaba de la última prenda que quedaba y que hacía la diferencia entre estar semidesnuda a desnuda completa.


Sentada aún sobre la mesa de maquillaje me observo recorriendo con su mano por última vez mi piel completamente desnuda, no espere que él lo hiciera, lo acerque a mi cuerpo y baje su pantalón con una desesperación impresionante. Solo fue lo necesario para revelar esa parte de su cuerpo que tan bien utilizaba. Tomó entre sus grandes y firmes manos mis caderas, con un movimiento experto me acerco al borde y quedamos en la posición perfecta para concretar el encuentro. Alce mi vista y nos besamos mientras sentía la tibieza de su cuerpo entre mis piernas, Edward acababa de poniendo la pieza que faltaba para armar el puzzle de forma perfecta, nos hicimos uno.


Su mano firme puesta en mi espalda me dio la seguridad necesaria para apegarme a su pecho, mientras sentía como acrecentaba sus movimientos. Jugué con sus cabellos de miel mientras lo sentía hacerme suya otra vez. En un minuto baje mis manos recorriendo su espalda hasta llegar a sus nalgas y las apreté contra mi cuerpo más fuerte para sentirlo mejor. De sus labios se escaparon un par de gemidos exquisitos y para nada actuados. Fue mi turno, comencé a moverme a su compás para hacer la sensación más placentera para ambos. Arquee mi espalda y deslice mi cabeza hacia atrás sosteniendo mis manos en sus hombros mientras sentía como sus labios y su lengua se deslizaban por la base de mi cuello trazando pequeñas líneas imaginarias.


Sus jadeos aumentaron al igual que los míos, sabía que faltaba solo un movimiento más para que Edward llegara al orgasmo fue entonces cuando sentimos la puerta. Sin aminorar su ritmo, con su rostro completamente desfigurado y rojo producto de la excitación miró hacia atrás un tanto preocupado sin embargo tomé entre mis manos su rostro, desviando su mirada hacía mí, lo bese moviéndome más rápido para hacer que terminara.


— Mi turno ¡Dilo! —le exigí en un murmullo mientras hacia los movimientos más profundos, su respiración era irregular y pesada, lo que me fascinó, apretó sus ojos sin contestarme — ¡Dilo! —insistí y torcí la cadera, fue el movimiento justo para hacer que su cuerpo se estremeciera, alzó su vista enfrentando la mía mientras lo sentía desembocar en mi interior.


— Te amo —contestó seguro y mis ojos se abrieron como platos.